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2) DON DE SABIDURÍA
Nos permite experimentar las cosas divinas, hace apreciar estar en
presencia de Dios.
3) DON DE CIENCIA
Permite entender sobrenaturalmente a las cosas creadas. Ve a Dios y
sus planes en el mundo que nos rodea, en los acontecimientos de la
vida cotidiana.
Opuesto: Ignorancia, principalmente la que no quiere aprender
aquello que le es necesario para su desempeño cristiano. Tampoco
hay que presumir nunca de que “se sabe” lo suficiente, ni colocar la
inteligencia en cosas vanas o inútiles.
4) DON DE CONSEJO
Permite saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y
en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios. Inspira los
medios más oportunos para autogobernarnos y relacionarnos con los
demás.
5) DON DE PIEDAD
Es el calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad.
Otorga un sentimiento de fraternidad universal, solidaridad, y el
instinto de compartir los talentos, dones y bienes que el Señor nos
dio.
6) DON DE FORTALEZA
Ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural. Inspira
superar el temor, y da una invencible confianza para vencer las
dificultades. Hace a la persona valiente para lograr sus objetivos.
Algunas competencias nos vienen dadas a través de nuestro código genético, pero ésto no
quiere decir que sean las únicas que tengamos a lo largo de nuestra vida. Hay otras
competencias que iremos obteniendo y desarrollando según vayamos trabajando en ellas y
las ejercitemos continuamente, a ésto es a lo que se conoce como talento adquirido.
Estos dos tipos de talento acompañarán a todo ser humano durante toda su existencia,
y pueden ser mejorados a base de estudio y práctica. Lo que diferencia al talento natural del
talento aprendido, es que éste último requiere ser ejercitado constantemente, ya que de lo
contrario podemos llegar a perder dicho potencial adquirido a través del tiempo. Si durante un
largo periodo de tiempo, dejamos de practicar nuestro talento adquirido, en el momento en el
que lo volvamos a ejercitar, nos daremos cuenta de que hemos perdido destreza y nos costará
mucho volver al nivel que teníamos. Sin embargo, en esa misma situación, el talento natural
no se vería mermado de la misma forma, ni con la misma intensidad y sería más fácil
conseguir el mismo nivel de destreza que se tenía cuando se dejó de practicar.