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De igual forma la tesis de Glaucón no se expresa claramente en palabras del mismo sino
que se expone por medio de Adimanto (su hermano) el cual expondrá a Sócrates el punto de
vista pertinente como antítesis de lo anterior.
Partiendo de este punto podremos iniciar con la idea que los actos justos de una persona
no se dan por voluntad propia del sujeto, sino que al contrario se manifiesta por una necesidad
inmanente en la sociedad ya que el hombre, (según la tesis expuesta por Glaucón) si tuviese la
oportunidad de cometer actos injustos para obtener algún beneficio no dudaría en cometerlos2.
Veamos el siguiente fragmento:
“Para darnos mejor cuenta de cómo los buenos lo son contra su voluntad porque no
pueden ser malos, bastará con imaginar que hacemos lo siguiente; demos a todos, justos e
injustos, licencia para hacer lo que se les antoje y después sigámosles para ver a dónde llevan a
cada cual sus apetitos. Entonces sorprenderemos en flagrante al justo recorriendo los mismos
caminos que el injusto.” (Platón, República II)
Es claro que en este fragmento podemos inferir al ser humano como un sujeto que se
encuentra arraigado a cierta impotencia suministrada por la ley; que de lo contrario, si no
existiesen restricciones de cómo proceder, cada hombre procedería a favor de un beneficio
propio más que por un bien colectivo, librando así de sus caminos los actos correctos.
“Una vez que los hombres comenzaron a cometer y sufrir injusticias y a probar las
consecuencias de estos actos, decidieron los que no tenían poder para evitar los perjuicios ni para
lograr las ventajas que lo mejor era establecer mutuos convenios con el fin de no cometer ni
padecer injusticias.” (Platón, República II)
Vemos claramente mediante el fragmento anterior, la idea del nacimiento de las leyes en
un Estado y su existencia como forma preventiva que regula las acciones injustas; esto bien
entendido como una invención que se establece no por voluntad sino por la permanentemente
vulnerabilidad del hombre a caer en las injusticias, lo cual puede surgir de forma recíproca entre
víctimas y victimarios.
El ser injusto genera ciertos beneficios que se diferencian de dos formas y consecuencias,
según Glaucón, desde la existencia de dos tipos de personas; la primera, como un sujeto capaz de
fingir ser justo y no serlo y de este modo lograr acceder a los beneficios que proporciona la
injusticia sin que este sea reprendido por las leyes, el segundo por lo tanto sería un sujeto el cual
actuando de manera justa perderá los beneficios y será considerado como una persona acéfala de
cordura, en lo que resultará más conveniente para el hombre llevar el rol del primero. “no hay
que querer ser justo, sino sólo parecerlo. (Platón, República II, p.66)
La tesis de Glaucón expuesta primordialmente por Adimanto refleja la justicia no como
algo de lo cual se logra sacar ventaja o algún beneficio personal, sino que para Adimanto ser
justo hace parte de una autenticación trascendental en el hombre y de carácter divino. “¿Se debe
seguir el camino de la justicia o la torcida senda del fraude?”, se ubican de igual modo la
recompensa de los hombres justos como algo que se encuentra en mano de los dioses; siendo esta
la razón por la cual convendría ser justo sin importar lo impertinente que resulte socialmente.
Estas gentes justas van todavía más allá en lo tocante a la buena fama y al regocijo
terrenal; porque cargan en cuenta la opinión favorable de los dioses y enumeran las infinitas
bendiciones que otorgan, según ellos, las divinidades a los justos. De igual forma, se cita la
desgracia divina que caerá sobre los injustos debido a las malas acciones que realicen.
Expuestas las anteriores tesis sobre Justicia, y mediante la pregunta que Glaucón hace a
Sócrates sobre las consideraciones que tiene referentes al tema, se efectúa la noción del
nacimiento de una ciudad por medio de la reflexión que se realiza sobre las necesidades
primarias existentes en el ser humano como lo son; el vestuario, la vivienda, la alimentación y el
calzado, por lo que se buscará comprender de modo oportuno el rol de la justicia mediante la
construcción de una comunidad, con el fin de llegar a un razonamiento más acertado del tema, no
solo de carácter masivo (en referencia a la ciudad) si no que a su vez particular (de forma
individual en el hombre) buscando una similitud entre ambas. “Examinaremos ante todo la
naturaleza de la justicia en las ciudades y después pasaremos a estudiarla también en los distintos
individuos intentado descubrir en los rasgos del menor objeto la similitud con el mayor”. (Platón,
República II, p.78)
Para finalizar, el abordar un tema como el anterior visto significa llevar nuestra
conciencia a múltiples razonamientos e inquietudes las cuales pueden acabar siendo para muchas
personas algo tortuoso y sin reparo; algo que nos encierra en varias preguntas tales como:
¿Podremos saber si es pertinente actuar de manera justa o injusta en nuestras vidas, qué conlleva
para mí el proceder de una manera u otra en referencia a ser bueno o malo?
Sabemos que la injusticia conlleva al hombre a disfrutar de beneficios que para la justicia
son precarios, entonces, ¿lograremos ubicar a la justicia dentro de un bien a diferencia de la
injusticia como un mal? ¿Las diferentes ciudades perpetúan por medio de su creación basada en
sus necesidades el surgimiento de la justicia como un todo necesario en la concepción de una
sociedad?
1
La tesis de Trasímaco y Adimanto (la de Glaucón), se dan como antítesis de la otra respectivamente.
2
En República II se expone con fin de argumentar la tesis de la injusticia como algo prevaleciente en el
hombre: el mito de Giges, que consiste en la demostración de un poder que pondría a prueba el proceder
de los hombres con referencia a la justicia.