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Clasificación
1. Los utilitarios (índole utilitaria): fuerzan la disponibilidad femenina, aprovechándose de los aspectos
“domésticos y cuidadores” femeninos. Se dan especialmente en el ámbito de responsabilidades
domésticas. Se da una imposición de sobrecarga por evitación de responsabilidades; el hombre deja de
hacer y delega todo a la mujer.
2. Los encubiertos (índole insidiosa): Abusan de la confianza o credibilidad femenina ocultando su real
objetivo con “otras razones” para que al final la mujer no actúe según sus deseos, son sumamente
manipulativos. Por ejemplo:
a. Creación de falsa intimidad
b. Seudointimidad y seudo comunicación (engaños, mentiras)
c. Paternalismo
d. Inocentizaciones (autojustificación olvidos selectivos, hacerse tonto o bueno)
3. Los de crisis: Fuerzan la permanencia del statu quo desigualitario cuando este se desequilibra.
Generalmente se acompaña de reclamos por parte de la mujer.
a. Hipercontrol
b. Seudoapoyo
c. Resistencia pasiva
d. Hacer méritos
e. Victimizarse
4. Los coercitivos: Retener el poder a través de fuerza psicológica moral, psicológica, económica, etc.
Cabe resaltar que la manipulación por parte de la mujer se da con fines diferentes (romper la situación de
subordinación), mientras los fines del hombre son lo opuesto. (coaccion a la comunicación)
Efectos de los micromachismos
La importancia de los mM deriva de su uso combinado y reiterativo que atentan contra la autonomía
personal y psicológica de la mujer si ella no las descubre, creando condiciones para perpetuar la
desigualdad.
Sobreesfuerzo psicofísico (agotamiento de reservas emo. y de energía para si y desa. de interes vitales)
Inhibición de la lucidez mental (tontificación, disminución de valentía, crítica, pensamiento)
Inhibición del poder personal (estancamiento en el desarrollo personal)
Deterioro del autoestima y la autocredibilidad
Malestar difuso, irritabilidad crónica y hartazgo sin motivos (m se culpa)
En la relación de pareja: