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LYNCH, John. La España del siglo XVIII.

Capítulo VI "Economía y sociedad”,


Grupo Planeta (GBS), 2005.

PREGUNTAS DEL CAPITULO


1. ¿Qué características tenía la parte agraria o rural de la España del siglo
XVII?
Primeramente, hay que resaltar que la parte rural de España se encontraba en
castilla donde parte productiva de la tierra se encontraba concentrada en manos
de la nobleza y el clero como grupos sociales de mayor dominio, evidenciándose
la concentración de tierra entre familias, también cabe resaltar el papel que
represento el maíz en la imagen rural y agraria de la España del siglo XVIII.
Por otro parte el autor también menciona una crisis de carácter agrario en los
años de 1764-1773, cuando se dan malas cosechas y existe un contexto
estructural precario causando escasez de alimentos, ya que la producción de
cereales no cubría la demanda interna, situación que llevaría a una serie de
reformas agrarias ya que el proyecto por el cual estaba atravesando el país tenia
que ajustarse a los cambios económicos a nivel mundial.
2. ¿De que formas se vio la industria y el comercio afectadas por este
nuevo proceso modernizador que perseguía la España del siglo XVIII?
Hay que resaltar que este proceso modernizador que perseguía España cubría
tanto los aspectos de una sociedad laicista la cual tenia una tradición humanista
e ilustrada como también el contexto donde predominaban las costumbres del
antiguo régimen.
Este proceso modernizador se veía frenado por la producción industrial de una
economía global, como a su vez por las necesidades del campesinado y los
gremios populares ya que estos no se ajustaban con los avances técnicos y
tecnológicos de las sociedades económicas, por otro lado frente a las exigencias
de la revolución industrial y este sistema económico global cada vez más
marcado por enfoques laicistas y de corte liberal, España tuvo que orientarse
hacia la adopción de reformas con más impacto en el campo económico, político
social y cultural.
En el terreno de lo cultural y educativo logra verse que se adoptan políticas de
comercio exterior para insertar al país en las dinámicas de las potencias
mundiales, por ello en la universidad y las fabricas se ve una influencia por
reformar y estar a la vanguardia del laicismo, el escolasticismo, las cátedras de
corte tecnológico-agricultor y especialmente la economía policía. También es
importante resaltar que la tendencia de España fue la del modelo típico de
industria basado en los talleres de artesanías donde los gremios tenían el control
de la calidad y la cantidad de la producción.

En lo que respecta a la sociedad española del siglo XVIII el autor reconoce el


importante papel que toma el Rey Carlos III conocido como “el ilustrado” el cual se
encargaría de recuperar terreno de posicionamiento en la recaudación tributaria, el
funcionamiento de un estado moderno, y el control político de España.
Por otra parte, el autor deja en claro que su libro presenta un estudio sobre la
España de los borbones, un proceso histórico que según el ha sido ignorado por los
historiadores ingleses haciendo una propuesta historiografía nueva, ya que parte de
la revisión de obras y estudios sobre el tema citado, el cual se ha centra en el
análisis de los logros de la España de los Austrias, el juicio del autor sobre el tema
de los Borbones se concentra en señalar el avance de la sociedad la cual se iba
separando del mundo colonial, y se encontraba incorporando las ideas ilustradas
del mundo científico y racional del siglo XVIII, de dicho modo se muestran los logros
de las reformas borbónicas en el terreno político, jurídico, y económico,
sobresaliendo la conformación del estado-nación entre otros proyectos
modernizadores.
En lo que respecta a la España de la parte rural el autor hace mención a que se
encontraba ubicada en Castilla, donde allí la parte productiva de la tierra se
encontraba concentrada en manos de dos grupos privilegiados los cuales eran la
nobleza y el clero, como grupos sociales de mayor dominio, a su vez también se
evidencia la prolongación de dichos poderes y la concentración de tierras que se da
entre familias resaltando el papel que presento el maíz como imagen rural y agraria
de la España del siglo XVIII.
Más sin embargo, se señala una crisis de carácter agrario en el siglo XVIII dándose
malas cosechas en un contexto estructural precario lo cual desemboca en la
escasez de alimentos, el autor señala que para los años de 1764 a 1773 las
cosechas disminuyen a la vez que la producción de cereales no cubría la demanda
interna, lo cual acarrearía una serie de reformas agrarias ya que el proyecto
complejo que se estaba dando en el país tenia que reajustarse a los cambios
económicos que se daban a nivel mundial.
Dicho esto el autor también menciona que para el último periodo de España en el
siglo XVIII la población era equivalente a 3 millones de habitantes
aproximadamente, crecimiento poblacional no muy amplio el cual oscilaba entre el
40 por 100 en comparación de Inglaterra el cual fue más reducido pero a su vez de
mayor grado en comparación con Francia en el año de 1797, A su vez el autor
plantea problemas importantes en lo que respecta a los ciclos vitales de los
habitantes españoles, ya que quiere explicar el crecimiento poblacional de España
en el siglo XVIII, y entender porque a su vez la esperanza de vida no era superior a
la de los 27 años, para así entender las dinámicas sociales y políticas que se
estaban dando en el siglo XVIII.
En lo que respecta a la España urbana el autor hace mención a que era una vida
diseñada y tramitada en un contexto socio-urbano español del siglo XVIII en donde
se nos deja ver que la ciudad para la época se ve entre el contexto político e
incluyente de la ciudad Política en Madrid y hermetismo de los centros comerciales
en castilla. En las ciudades para la época se reflejaban las tendencias
predominantes en la cultura de la vida española, en donde España claramente
refleja una economía agrícola con rasgos sociales marcados en el sector rural,
mientras que en el caso de Madrid se evidencia un caso espacial, ya que aquí
estaba presente el gobierno, el centro de consumo y a la vez su impedimento, ya
que la economía en razón se encontraba a cargo de burócratas los cuales absorbían
los ingresos y no invertían fuera de esta ciudad, a diferencia de Barcelona o Madrid
en el resto del componente urbano las demás ciudades no se escapan a las
estructuras jerárquicas del antiguo régimen y los valores del pasado español seguía
marcando las reglas de cómo se regía la sociedad.
Por otro lado, el autor hace énfasis en la industria y el comercio de la España del
siglo XVIII, mencionando que el proceso modernizador por el cual estaba pasando
el país se veía truncado por la emisión mundial de formas de producción fabril, a su
vez de las crecientes necesidades del campesinado, y de los gremios populares los
cuales no se ajustaban a los avances técnicos y las sociedades económicas. Por
otro lado, también se ven las exigencias de la revolución industrial y de un sistema
económico global que cada vez se ve marcado por enfoques de corte liberal y
laicistas, en donde España se oriento hacia la adopción de reformas más series en
el campo económico, político, social y cultural.
Dentro de este proceso de industrialización y apertura comercial el autor se encarga
de mostrarnos la tendencia de España hacia el modelo típico de industria basado
en los talleres de artesanía, en donde a su vez seguirán las jerarquías de maestros,
oficiales, y menciona que los gremios aún tenían el control de la calidad, el numero
y la cantidad de la producción. Mientras que en el terreno cultural y educativo se
aboga por adoptar políticas de comercio exterior para así poder insertar al país a
las dinámicas de las potencias mundiales, por lo que la universidad y las fabricas
también se ven influidas para reformar y entrar en la vanguardia del laicismo, el
escolasticismo, se dan las cátedras de corte tecnológico-agricultor y se ve la
tendencia hacia la económica política, Jonh Lynch menciona esto como los factores
determinantes de estos modelos industriales en la sociedad española del siglo XVIII
como a su vez en el sector de lo rural y su transición hacia lo urbano.
A modo de conclusión
Se puede observar como el proceso modernizador el cual perseguía España se
encargaba de cubrir diferentes aspectos de la sociedad laicista, con tradición
humanista e ilustrada como también se menciona que para la fecha las ideas
liberales, de la revolución francesa, y de la revolución industrial marcaron el
desarrollo de nuevas formas de pensar la modernidad en un espacio y contexto
donde el predominio son las costumbres propias del antiguo régimen, a su vez hay
que entender que la mentalidad que venía con la tradición colonial, no ocurre en
un solo momento si no que se trata de un proceso transitorio que se entiende
como una mezcla de modernización con pretensiones de un orden político y social
más apropiado para la época sin separarse de los antecedentes rurales que
comprenden las coyunturas de este proceso histórico como menciona el autor,
intentando entender las formas de la vida de la sociedad española marcadas por
la racionalidad y misticismo.

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