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Tema 2

Ejemplos de espacios normados

Vamos a presentar una amplia colección de espacios, que permitan ilustrar los principales
teoremas del Análisis Funcional. Para ello, juegan un papel clave dos herramientas muy útiles:
las desigualdades de Hölder y Minkowski. A partir de ellas se define fácilmente una amplia
gama de normas en el espacio vectorial producto K N , con N ∈ N arbitrario, obteniendo así
numerosos espacios normados de dimensión finita. Casi con la misma facilidad, se construyen
los que se conocen como espacios de Banach clásicos, agrupados en dos grandes familias. Por
una parte, los espacios clásicos de sucesiones son los ejemplos más sencillos de espacios de
Banach de dimensión infinita. Por otra, tenemos los espacios de funciones integrables, cuya
construcción involucra de manera decisiva la integral de Lebesgue. Su complitud se conoce
como teorema de Riesz-Fisher, y se considera como el detonante que dio lugar al nacimiento
del Análisis Funcional. Presentaremos también algunos espacios de funciones continuas. En
conjunto, obtenemos una amplia gama de espacios de Banach, que muestra la gran variedad de
contextos en los que el Análisis Funcional tiene importantes aplicaciones.

2.1. Desigualdades de Hölder y Minkowski

Algunos de los espacios que vamos a construir dependerán de un parámetro p , pudiendo


ser p ∈ R con p > 1 , pero también p = ∞ , lo que se suele indicar escribiendo 1 6 p 6 ∞ .
Excluidos los valores extremos p = 1 y p = ∞ , o si se quiere, para 1 < p < ∞ , definimos
1 1
el exponente conjugado de p , que denotaremos por p∗ , mediante la igualdad + ∗ = 1.
p p

Observamos que también 1 < p < ∞ y que la relación entre p y p es simétrica: p∗ = p .
∗ ∗

La concavidad del logaritmo nos da una desigualdad, previa a las dos que más nos interesan:

Desigualdad de Young. Para 1 < p < ∞ y cualesquiera a, b ∈ R+


0 , se tiene:


ap bp
ab 6 + ∗
p p

9
2. Ejemplos de espacios normados 10


Demostración. Aquí y en todo lo que sigue, se entiende obviamente que 0 p = 0 p = 0 .
Si a = 0 o b = 0 no hay nada que demostrar y, en otro caso, usando que el logaritmo es una
función cóncava obtenemos

!
ap bp 1 1 ∗
log + ∗ > log a p + ∗ log b p = log a + log b = log ( a b )
p p p p
La desigualdad buscada se obtiene usando que la exponencial es una función creciente. 

Deducimos sin gran dificultad una segunda desigualdad, más relevante:

Desigualdad de Hölder. Si 1 < p < ∞ y N ∈ N , para a1 , . . . , aN , b1 , . . . , bN ∈ R+


0 se tiene:
!1/p !1/p∗
N N N

∑ ak bk 6 ∑ ak p ∑ bk p (1)
k=1 k=1 k=1

!1/p !1/p∗
N N

Demostración. Llamando α = ∑ ak p y β= ∑ bk p a los dos factores
k=1 k=1
que aparecen en el segundo miembro de (1) , podemos claramente suponer que α > 0 y β > 0 ,
pues en otro caso (1) es evidente. Usando la desigualdad de Young, podemos ahora escribir
p∗
p
!
1 N N
ak bk N ak bk
∑ ak bk = ∑ α β 6 ∑ p α p + p∗ β p∗
α β k=1 k=1 k=1

1 N p 1 N
p∗ 1 1
= ∑ a k + ∗ ∑ bk = + =1
p α p k=1 p∗ β p k=1 p p∗
de donde se deduce claramente (1) . 

En un tercer paso, obtenemos ya el resultado que nos va a permitir probar la desigualdad


triangular para muchas de las normas que vamos a estudiar.
Desigualdad de Minkowski. Para 1 6 p < ∞ , N ∈ N y a1 , . . . , aN , b1 , . . . , bN ∈ R+
0 se
tiene: !1/p !1/p !1/p
N p N N
∑ ak + bk 6 ∑ akp + ∑ bkp
k=1 k=1 k=1

Demostración. Trabajamos con p > 1 , pues el caso p = 1 es evidente. Abreviamos la


notación escribiendo
!1/p !1/p !1/p
N N N p
p p
α = ∑ ak , β = ∑ bk y γ = ∑ ak + bk
k=1 k=1 k=1

con lo que debemos probar que γ 6 α + β . Partimos de una igualdad evidente:


N  p−1 N  p−1
p
γ = ∑ ak ak + bk + ∑ bk ak + bk
k=1 k=1
2. Ejemplos de espacios normados 11

Para cada uno de los sumandos que han aparecido en el segundo miembro de la igualdad
anterior, usamos ahora la desigualdad de Hölder. Como (p − 1) p∗ = p , obtenemos:
!1/p∗
N
p ∗
γp 6 α+β = α + β γ p/p
  
∑ ak + bk
k=1

Si γ = 0 no hay nada que demostrar y, en otro caso, podemos dividir ambos miembros de

la desigualdad anterior por γ p/p > 0 . Teniendo en cuenta que p − (p/p∗ ) = 1 , obtenemos
directamente la desigualdad buscada. 

2.2. Algunos espacios normados de dimensión finita


Fijado N ∈ N , vamos a definir una amplia gama de normas en el espacio vectorial K N ,
producto cartesiano de N copias de K . En vez de usar subíndices, las componentes de cada
vector x ∈ K N se denotarán con paréntesis, es decir, escribiendo x = x(1), x(2), . . . , x(N) ,


pues en realidad x no es otra cosa que una aplicación del conjunto {k ∈ N : k 6 N} en K .


Pues bien, para 1 6 p < ∞ definimos
!1/p
N
k x kp = ∑ | x(k) | p ∀ x ∈ KN (2)
k=1

mientras que en el caso p = ∞ escribimos


∀ x ∈ KN

k x k∞ = máx | x(k) | : k ∈ N , k 6 N (3)

La notación se justifica por el hecho de que lı́m kxk p = kxk∞ para todo x ∈ K N , como
p → +∞
se puede fácilmente comprobar.
Para ver que, en todos los casos, k · k p es una norma en K N , dos de las condiciones a
comprobar son evidentes y sólo la desigualdad triangular merece comentario. Para p = ∞ dicha
desigualdad también es inmediata, mientras que, para 1 6 p < ∞ , se deduce de la desigualdad
de Minkowski, pues para cualesquiera x, y ∈ K N se tiene
!1/p !1/p
N p N p
x + y = ∑ x(k) + y(k)
p
6 ∑ | x(k) | + | y(k) |
k=1 k=1
!1/p !1/p
N p N p
6 ∑ x(k) + ∑ y(k) = x p + y p
k=1 k=1

Comprobemos ahora que todas las normas recién definidas en K N son equivalentes. Para
ello usamos la base usual {e1 , e2 , . . . , eN } de K N , que viene dada por ek (k) = 1 y ek ( j) = 0
para cualesquiera k, j ∈ N con k, j 6 N y k 6= j. Para 1 6 p 6 ∞ y x ∈ K N , la desigualdad
triangular nos dice que
N N N

x = ∑ x(k) ek 6 ∑ x(k) ek = ∑ x(k) = x
p p 1
k=1 p k=1 k=1
2. Ejemplos de espacios normados 12

Por otra parte, es evidente que k x k∞ 6 k x k p y k x k1 6 N k x k∞ . Enlazando ahora las tres


desigualdades anteriores, obtenemos
∀ x ∈ KN

x 6 x 6 x 6 N x
∞ p 1 ∞

Esto prueba claramente que todas las normas k · k p , con 1 6 p 6 ∞ son equivalentes a k · k∞ ,
luego son equivalentes entre sí.
Es claro que las bolas abiertas para la norma k · k∞ son productos cartesianos de bolas
abiertas (intervalos o discos) en K . Por tanto, la topología de la norma k · k∞ es la topología
producto en K N a la que llamamos topología usual de K N . Por supuesto, la topología de la
norma k · k p también es la usual de K N , para 1 6 p 6 ∞ .
Para cualesquiera x, y ∈ K N y k ∈ N con k 6 N , se tiene claramente
N
y(k) − x(k) 6 y − x 6 ∑ y( j) − x( j) (4)

j=1

Si {xn } es una sucesión de Cauchy para la norma k · k∞ , usando la primera desigualdad de (4)
vemos claramente que {xn (k)} es una sucesión de Cauchy en K , luego es convergente. Existe
por tanto x ∈ K N tal que {xn (k)} → x(k) para
 todo k ∈ N con k 6 N , y la segunda desigualdad
de (4) nos permite claramente deducir que kxn − xk∞ → 0 . Esto prueba que la norma k · k∞
es completa, luego k · k p también lo es, para todos los valores de p .
En resumen, para cualesquiera N ∈ N y 1 6 p 6 ∞ , hemos comprobado que K N , con la
norma k · k p definida en (2) y (3) , es un espacio de Banach, que se suele denotar por l pN y cuya
topología es la usual de K N . Por supuesto, dicho espacio tiene una versión real y otra compleja,
según tomemos K = R o K = C .

2.3. Los espacios clásicos de sucesiones


Consideremos el espacio vectorial producto K N , cuyos elementos son todas las sucesiones
de escalares, es decir, todas las funciones de N en K , con operaciones definidas puntualmente
o, si se quiere, término a término. Concretamente, para x, y ∈ K N y λ ∈ K se tiene
 
x + y (n) = x(n) + y(n) y λ x (n) = λ x(n) ∀n ∈ N
Vamos a considerar una amplia gama de subespacios de K N que, dotados de la norma apropiada
en cada caso, se convertirán en importantes ejemplos de espacios de Banach.

2.3.1. Los espacios l p con 1 6 p < ∞

Para 1 6 p < ∞ , denotaremos por l p al conjunto de todas las sucesiones x ∈ KN tales que
p
la serie ∑ x(n) es convergente, abreviadamente:
n>1
 ∞ 
N p
lp = x∈K : ∑ |x(n)| <∞ (5)
n=1
2. Ejemplos de espacios normados 13

Vemos en particular que l1 está formado por los términos generales de todas las series
de escalares absolutamente convergentes. En general, nuestro objetivo es convertir a l p en un
espacio de Banach cuya norma vendrá dada por
!1/p
∞ p
x =
p ∑ x(n) ∀ x ∈ lp (6)
n=1

La desigualdad de Minkowski será la clave para comprobar que l p es un espacio vectorial


y que k · k p es una norma en l p . Para x, y ∈ l p y n ∈ N , dicha desigualdad nos dice que
!1/p !1/p !1/p
n p n p n p
∑ x(k) + y(k) 6 ∑ x(k) + ∑ y(k) 6 k x kp + k y kp
k=1 k=1 k=1

de modo que tenemos


n p
6 k x kp + k y kp p

∑ x(k) + y(k) ∀n ∈ N
k=1
p
Por tanto, la serie ∑ x(n) + y(n) es convergente, es decir, x + y ∈ l p , pero además, de la
n>1
última desigualdad deducimos claramente que
p ∞ p n p p
k x + y kp = ∑ x(k) + y(k) = lı́m ∑ x(k) + y(k) 6 k x kp + k y kp
n→∞
k=1 k=1

De esta forma hemos probado por ahora que



x, y ∈ l p =⇒ x + y ∈ l p , x+y 6 x + y
p p p

Por otra parte es del todo evidente que, para cualesquiera x ∈ l p y λ ∈ K se tiene λ x ∈ l p
con k λ x k p = | λ | k x k p . Finalmente, de k x k p = 0 se deduce obviamente que x = 0 . De hecho
conviene resaltar algo que usaremos muy a menudo:

x(k) 6 x
p
∀ x ∈ lp , ∀ k ∈ N (7)

En resumen, hemos probado que el conjunto de sucesiones l p definido en (5) es un espacio


vectorial, subespacio de K N , y que la función k · k p definida en (6) es una norma en l p . Sólo
queda probar la complitud para obtener el siguiente resultado:

Para 1 6 p < ∞ , se tiene que l p es un espacio de Banach.

Para probar que k · k p es completa, sea {xn } una sucesión de Cauchy en l p . Fijado k ∈ N ,
de la desigualdad (7) deducimos claramente que {xn (k)} es una sucesión de Cauchy en K ,
luego es convergente. Definiendo x(k) = lı́m xn (k) para todo k ∈ N , obtenemos x ∈ K N y la
n→∞ 
demostración se concluirá probando que x ∈ l p y k xn − x k p → 0 .
2. Ejemplos de espacios normados 14

Fijado ε > 0 , por ser {xn } una sucesión de Cauchy, existe n0 ∈ N tal que, para n, m > n0
se tiene k xn − xm k p < ε . Fijado n ∈ N con n > n0 , observamos que
N p
6 k xn − xm k p p < ε p

m, N ∈ N , m > n0 =⇒ ∑ xn (k) − xm (k)
k=1

Fijado también N ∈ N , observamos que


N p N p
6 εp

∑ xn(k) − x(k) = lı́m
m→∞
∑ xn(k) − xm(k)
k=1 k=1
p
Como esto es válido para todo N ∈ N , deducimos que la serie ∑ xn(k) − x(k) converge,
k>1
es decir, xn − x ∈ l p , de donde x = xn − (xn − x) ∈ l p . Pero además, la desigualdad anterior nos
permite obtener que
!1/p
N p
xn − x = lı́m ∑ xn (k) − x(k) 6ε
p N →∞
k=1

Esto es cierto para todo n ∈ N con n > n0 , luego k xn − x k p → 0 como queríamos. 

2.3.2. Los vectores unidad


Fijado el exponente p , con 1 6 p < ∞ , vamos a profundizar un poco más en la estructura del
espacio de Banach l p . Para ello juegan un papel clave los vectores que ahora vamos a presentar.
Para cada n ∈ N , denotaremos por en a la sucesión cuyo n-ésimo término es 1 , mientras que
todos los demás se anulan, esto es,

en (n) = 1 y en (k) = 0 ∀ k ∈ N \ {n}

Se dice que en es el n-ésimo vector unidad, y es obvio que en ∈ l p , luego l p contiene a todos
los vectores unidad, que claramente son linealmente independientes, luego l p tiene dimensión
infinita. Observemos ahora el subespacio de l p engendrado por los vectores unidad.
Fijado N ∈ N , en l p tenemos el subespacio Lin {e1 , e2 , . . . , eN } engendrado por los N
primeros vectores unidad, que tiene dimensión N y se convierte en espacio normado con la
norma inducida por l p . Dicho espacio normado se identifica totalmente con l pN , pues existe una
obvia biyección lineal entre ambos que preserva la norma. Así pues, podemos ver el espacio de
Banach l pN como subespacio cerrado de l p .
Como es la primera vez que aparece, conviene resaltar el criterio que permite identificar
dos espacios normados X e Y . Un isomorfismo isométrico de X sobre Y es una biyección
lineal Φ : X → Y que preserva la norma, es decir, verifica que kΦ(x)k = kxk para todo x ∈ X .
Como es natural, dos espacios normados se consideran idénticos, cuando son isométricamente
isomorfos, es decir, existe un isomorfismo isométrico de uno sobre el otro. Acabamos de ver
que, para todo N ∈ N , el espacio de Banach l pN es isométricamente isomorfo a un subespacio
cerrado de l p .
2. Ejemplos de espacios normados 15

Pero nos interesa ahora el subespacio de K N engendrado por todos los vectores unidad, que
tiene dimensión infinita, pero numerable, y se denota por K (N) , es decir

K (N) = Lin en : n ∈ N


Si definimos el soporte de una sucesión x ∈ K N como el conjunto {n ∈ N : x(n) 6= 0} , es


claro que K (N) está formado por las sucesiones de soporte finito. Equivalentemente, para una
sucesión x ∈ K N , se tiene x ∈ K (N) si, y sólo si, existe m ∈ N tal que x(n) = 0 para n > m .
Sabemos que K (N) ⊂ l p y vamos a comprobar que, de hecho, K (N) es denso en l p . La forma
de aproximar cada sucesión x ∈ l p mediante sucesiones de soporte finito es fácil de adivinar:
n
basta usar la serie ∑ x(n) en . Si para cada n ∈ N llamamos sn = ∑ x(k) ek a la n-ésima
n>1 k=1
suma parcial de dicha serie, es claro que sn tiene soporte finito, pues sn (k) = 0 para k > n .
Pero también es claro que sn (k) = x(k) para k 6 n , con lo que se tiene
p ∞
k x − sn k p = ∑ | x(k) | p ∀n ∈ N
k=n+1

El resto de una serie convergente es una sucesión convergente a cero, luego k x − sn k p → 0 .
Esto prueba que K (N) es denso en l p , pero de hecho tenemos algo más concreto:

Para 1 6 p < ∞ , cada x ∈ l p se expresa en la forma



x= ∑ x(n) en (8)
n=1

como suma de una serie que converge en l p . Además, dicho desarrollo en serie es único

en el siguiente sentido: si x = ∑ α n en , donde α n ∈ K para todo n ∈ N y la serie
n=1
converge en l p , entonces α k = x(k) para todo k ∈ N .

Hemos probado ya la validez del desarrollo (8) , luego sólo queda comprobar su unicidad.
Sea {α n } la sucesión de escalares del enunciado y fijemos k ∈ N para probar que α k = x(k) .
n 
Si para cada n ∈ N escribimos yn = ∑ α j e j , tenemos por hipótesis k yn − x k p → 0 y la
 j=1
desigualdad
 nos dice que yn (k) → x(k) , pero es claro que para n > k se tiene yn (k) = α k ,
(7)
luego yn (k) → α k y concluimos que α k = x(k) como se quería. 

Siempre para 1 6 p < ∞ , se tiene K (N) 6= l p , pues tomando por ejemplo x(n) = 2−n para
/ K (N) . Así pues, el espacio de Banach l p contiene un
todo n ∈ N , se tiene x ∈ l p , pero x ∈
subespacio K (N) , que no es cerrado. Por tanto K (N) , con la norma inducida por l p , es un
espacio normado no completo.
El resultado anterior nos va a permitir ahora describir la forma en que el espacio l p depende
del parámetro p , o lo que viene a ser lo mismo, aclarar la relación entre los espacios l p para
distintos valores de p . Para ello, supondremos en lo que sigue que 1 6 p < q < ∞ .
2. Ejemplos de espacios normados 16

Para x ∈ l p escribimos x = k x k p u donde u ∈ l p y k u k p = 1 . De (7) deducimos que,


para k ∈ N se tiene | u(k) | 6 1 , luego
u(k) q = u(k) q−p u(k) p 6 u(k) p

∀k ∈ N

El criterio de comparación para series de términos positivos nos dice que u ∈ lq y k u kq 6 1 .


Deducimos que también x ∈ lq con k x kq = k x k p k u kq 6 k x k p . Hemos obtenido así una
primera relación entre los espacios l p , que se resume en la siguiente implicación

1 6 p < q < ∞ , x ∈ lp =⇒ x ∈ lq , k x kq 6 k x k p (9)

Así pues, para 1 6 p < q < ∞ , vemos que l p está contenido en lq . Tal inclusión es estricta
como muestran las series armónicas. En concreto, definiendo x(n) = n−1/p para todo n ∈ N ,
/ l p . Puesto que K (N) es denso en lq y está contenido en l p , vemos
es claro que x ∈ lq pero x ∈
que también l p es un subespacio denso en lq .
Debe quedar claro que l p está contenido en lq como espacio vectorial, pero en l p usamos
la norma k · k p , que no coincide con la norma inducida por lq , que es la restricción a l p de
la norma k · kq . Estas dos normas en l p no son equivalentes, pues k · k p es completa pero la
norma inducida por lq no lo es, ya que l p no es cerrado en lq como acabamos de ver. Tenemos
así el primer ejemplo de dos normas en un mismo espacio vectorial, que no son equivalentes.
De hecho, la desigualdad de (9) nos dice que en l p , la topología de la norma k · k p contiene
estrictamente a la inducida por lq .

2.3.3. Espacios de sucesiones acotadas


En la discusión anterior sobre espacios de sucesiones, ha quedado excluido el caso p = ∞ ,
que ahora vamos a estudiar. Para N ∈ N , recordemos que l∞N es el espacio de Banach que
se obtiene dotando a K N de la norma del máximo k · k∞ . Es natural considerar un espacio
de sucesiones en el que podemos definir una norma análoga. Basta trabajar con sucesiones
acotadas y, aunque una tal sucesión puede no tener un término cuyo valor absoluto o módulo
sea máximo, siempre podemos usar un supremo. Denotamos por l∞ el conjunto de todas las
sucesiones acotadas de escalares, simbólicamente,

l∞ = x ∈ KN : sup{|x(n)| : n ∈ N} < ∞

Es evidente que l∞ es un espacio vectorial, de nuevo subespacio de K N , y probaremos sin


dificultad el siguiente resultado:

l∞ es un espacio de Banach con la norma dada por



x = sup | x(n) | : n ∈ N ∀ x ∈ l∞

Está claro que k · k∞ es una norma en l∞ , cuya complitud vamos a comprobar. Si {xn } es
una sucesión de Cauchy en l∞ , para cada ε > 0 existe n0 ∈ N tal que

n, m ∈ N , n, m > n0 =⇒ k xn − xm k∞ < ε =⇒ xn (k) − xm (k) < ε ∀ k ∈ N (10)
2. Ejemplos de espacios normados 17

Para todo k ∈ N , vemos claramente que {xn (k)} es una sucesión de Cauchy en K , luego
converge, lo que nos permite definir x(k) = lı́m xn (k) . Obtenemos así una sucesión x ∈ KN ,
n→∞ 
y la demostración se concluirá comprobando que x ∈ l∞ y k xn − xk∞ → 0 . Fijado ε > 0
tenemos n0 ∈ N verificando (10) y fijamos n ∈ N con n > n0 . Para todo k ∈ N se tiene

xn (k) − x(k) = lı́m xn (k) − xm (k) 6 ε
m→∞

luego la sucesión xn − x está acotada, de donde x = xn − (xn − x) ∈ l∞ . Perode hecho tenemos



que k xn − x k∞ 6 ε , para todo n ∈ N que verifique n > n0 . Esto prueba que k xn − xk∞ → 0
como se quería. 

En el espacio l∞ seguimos teniendo los vectores unidad {en : n ∈ N} . Por razones que
se irán comprendiendo más adelante, cuando el espacio K (N) de las sucesiones de soporte
finito se considera como subespacio de l∞ , se le denota por c0 0 . A diferencia de lo que ocurría
para p < ∞ , vamos a comprobar que c0 0 no es denso en l∞ . De hecho vamos a describir
explícitamente el cierre de c0 0 en l∞ .
Si x ∈ c0 0 y fijamos ε > 0 , ha de existir y ∈ c0 0 tal que k x − y k∞ < ε . Como y tiene
soporte finito, existe m ∈ N tal que y(n) = 0 para n > m . Entonces, también para n > m
tenemos claramente |x(n)| = |x(n) − y(n)| 6 k x − y k∞ < ε . Esto prueba que lı́m x(n) = 0 ,
n→∞
lo cual es válido para todo x ∈ c0 0 . Deducimos que c0 0 no es denso en l∞ , pues abundan las
sucesiones acotadas que no convergen a cero.
Denotamos por c0 al subespacio de KN formado por las sucesiones convergentes a cero:

c0 = x ∈ KN : lı́m x(n) = 0
n→∞

Como toda sucesión convergente está acotada, c0 es un subespacio de l∞ , que consideramos


como espacio normado, con la restricción de la norma k · k∞ . Acabamos de ver que c0 0 ⊂ c0
y enseguida vamos a comprobar que esta inclusión es una igualdad. De hecho veremos que los
vectores unidad se comportan en c0 de forma análoga a como lo hacían en l p para 1 6 p < ∞ .
Toda la información se recoge en el siguiente enunciado:

El espacio c0 , de las sucesiones de escalares convergentes a cero, es un subespacio


cerrado de l∞ , y por tanto un espacio de Banach, cuya norma viene dada por

x = máx | x(n) | : n ∈ N ∀ x ∈ c0 (11)

Además, cada x ∈ c0 se expresa en la forma



x= ∑ x(n) en (12)
n=1

como suma de una serie que converge en c0 , y en particular c0 0 es denso en c0 . Por



último, el desarrollo en serie anterior es único, es decir: si x = ∑ α n en , donde αn ∈ K
n=1
para todo n ∈ N y la serie converge en c0 , entonces α k = x(k) para todo k ∈ N .
2. Ejemplos de espacios normados 18

n
Conviene empezar probando el desarrollo (12) . Fijado x ∈ c0 , escribimos sn = ∑ x(k) ek
k=1
para todo n ∈ N y se trata de probar que {k x − sn k∞ } → 0 . Para n, k ∈ N se tiene sn (k) = x(k)
cuando k 6 n , mientras que sn (k) = 0 si k > n , luego

k x − sn k∞ = sup |x(k)| : k ∈ N , k > n ∀n ∈ N
Dado ε > 0 , existe un m ∈ N tal que | x(k) | < ε para k > m . La igualdad anterior nos dice
entonces que para n > m se tiene k x − sn k∞ 6 ε , luego {k x − sn k∞ } → 0 , como se quería.
Como sn ∈ c0 0 para todo n ∈ N , tenemos x ∈ c0 0 , lo cual es válido para todo x ∈ c0 , luego
vemos que c0 ⊂ c0 0 , pero ya teníamos la otra inclusión, así que c0 = c0 0 . Por tanto, c0 es un
subespacio cerrado de l∞ , luego c0 es un espacio de Banach con la norma inducida por l∞ .
Para tener (11) , dado x ∈ c0 , debemos ver que el supremo que define a k x k∞ es un máximo,
cosa obvia si x = 0 . En otro caso, existe m ∈ N tal que | x(n) | < k x k∞ / 2 para n > m . Está
claro entonces que ha de existir k ∈ N con k 6 m tal que | x(k) | = k x k∞ , como queríamos.

Sólo queda la unicidad del desarrollo (12). Para x ∈ c0 , supongamos que k x−yn k∞ → 0 ,
n
donde yn = ∑ α k ek para todo n ∈ N , con α k ∈ K para todo k ∈ N . Fijado k ∈ N , tenemos
k=1
claramente | x(k) − yn (k) | 6 k x − yn k∞ para todo n ∈ N , luego {yn (k)} → x(k) , pero es claro
que yn (k) = α k para n > k , luego {yn (k)} → α k , de donde α k = x(k) como queríamos. 

Veamos finalmente la relación entre los espacios l p con 1 6 p < ∞ y los recién estudiados
para p = ∞ . Para x ∈ l p , la serie ∑ |x(n)| p es convergente, luego lı́m |x(n)| p = 0 , o lo que es
n→∞
n>1
lo mismo, x ∈ c0 . Además, sabemos que |x(n)| 6 k x k p para todo n ∈ N , luego k x k∞ 6 k x k p .
Así pues, la relación buscada es la siguiente
1 6 p < ∞ , x ∈ lp =⇒ x ∈ c0 , k xk∞ 6 k x k p
La inclusión de l p en c0 es estricta, pues tomando x(n) = 1 / log(n + 1) para todo n ∈ N , se
tiene x ∈ c0 pero x ∈ / l p . La situación de l p en c0 es análoga a la que tenía en lq para p < q < ∞ .
Concretamente, l p es un subespacio denso en c0 , pues contiene a c0 0 , pero no es cerrado. Con
la norma inducida por c0 , vemos que l p es un espacio normado no completo, cuya norma no es
equivalente a k · k p . De hecho, la topología de l p contiene estrictamente a la inducida por c0 .

2.4. Bases de Schauder y espacios de Banach separables


Considerando el espacio de Banach X = l p con 1 6 p < ∞ , o bien X = c0 , observemos
la situación en X de los vectores unidad. Aunque son linealmente independientes, no forman
una base algebraica de X , pues el subespacio que engendran es K(N) 6= X . Sin embargo, la
sucesión {en } se comporta en cierto modo como una base, pues cada vector x ∈ X se expresa
de manera única como una especie de “combinación lineal infinita” de los términos de nuestra

sucesión: x = ∑ x(n) en , expresión que tiene sentido porque la serie converge en la topología
n=1
del espacio de Banach X. Ello motiva la siguiente definición.
2. Ejemplos de espacios normados 19

Una sucesión {un } en un espacio de Banach X , es una base de Schauder de X , cuando


para cada x ∈ X existe una única sucesión {α n } de escalares tal que

x= ∑ α n un (13)
n=1

serie que converge en la topología de X . Se dice que (13) es el desarrollo en serie de x con
respecto a la base de Schauder {un } .
Por supuesto, la sucesión {en } de los vectores unidad es una base de Schauder, tanto de l p
para 1 6 p < ∞ , como de c0 , llamada base de vectores unidad de l p o c0 .
El concepto de base de Schauder es uno de los más útiles e importantes en el estudio de
los espacios de Banach, pero por ahora sólo haremos alguna observación sencilla sobre dicho
concepto. En lo que sigue fijamos una base de Schauder {un } de un espacio de Banach X ,
escribimos U = {un : n ∈ N} , y consideramos el subespacio engendrado Y = Lin U ⊂ X .
Cada vector y ∈ Y es combinación lineal de vectores de U , luego puede escribirse en la

forma y = ∑ α n un donde α n ∈ K para todo n ∈ N y el conjunto {n ∈ N : α n 6= 0} es finito,
n=1
lo que obviamente hace que la serie converja. Hemos obtenido así el desarrollo en serie de y
con respecto a {un } , que por hipótesis es único, lo que tiene dos consecuencias. Por una parte,
el desarrollo en serie de cada vector y ∈ Y con respecto a {un } se reduce a una suma finita. Por
otra, la expresión de cada vector y ∈ Y como combinación lineal de vectores de U también es
única. Esto significa que los vectores de U forman una base del espacio vectorial Y , es decir,
son linealmente independientes y, en particular, un 6= 0 para todo n ∈ N . Por tanto, Y tiene
dimensión infinita y numerable, es decir, como espacio vectorial se puede identificar con K (N) .
La definición de base de Schauder implica claramente que Y es denso en X y vamos a
comprobar que Y 6= X . Para ello consideramos la serie ∑ xn donde xn = 2−n un / kun k para
n>1
todo n ∈ N . Es una serie absolutamente convergente, ya que k xn k = 2−n para todo n ∈ N ,
luego por ser X un espacio de Banach, del criterio de complitud deducimos que dicha serie es
convergente. Escribiendo
∞ ∞
1
x = ∑ xn = ∑ n un
n=1 n=1 2 k un k
tenemos claramente el desarrollo en serie de x con respecto a {un } en el que ninguno de los
escalares que aparecen se anula. Esto implica que x ∈/ Y , pues en otro caso dicho desarrollo
se reduciría a una suma finita como hemos visto antes. Así pues, una base de Schauder de un
espacio de Banach X nunca es una base algebraica de X . Más adelante probaremos un resultado
más general: un espacio de Banach no puede tener dimensión infinita y numerable.
Por contener un subespacio denso de dimensión numerable, todo espacio de Banach con
base de Schauder tendrá una propiedad topológica, que ahora vamos a comentar. Recordemos
que un espacio topológico es separable cuando contiene un subconjunto denso, numerable.
Para espacios métricos, esta propiedad tiene una útil caracterización:

Un espacio métrico X es separable si, y sólo si, su topología tiene una base numerable.
En tal caso, todo conjunto no vacío Y ⊂ X es separable con la topología inducida.
2. Ejemplos de espacios normados 20

Si E es un conjunto numerable denso en X , las bolas abiertas centradas en puntos de E ,


cuyos radios sean números racionales, forman una familia numerable B de abiertos de X . Es
fácil comprobar que todo abierto de X es unión de elementos de B , es decir, B es una base de la
topología de X . Recíprocamente, si B es una base numerable de la topología de X , eligiendo un
punto en cada elemento no vacío de B , obtenemos un conjunto numerable, que evidentemente
es denso en X , luego X es separable. Finalmente si B es una base numerable de la topología
de X , para cualquier conjunto no vacío Y ⊂ X , vemos que la familia B ∩Y : B ∈ B } es una


base numerable de la topología inducida en Y , luego Y es separable. 

Naturalmente, nos interesa sobre todo el caso particular de un espacio normado, en el que
la separabilidad se caracteriza como sigue.

Un espacio normado es separable si, y sólo si, tiene un subespacio denso, de dimensión
numerable.

Una implicación es casi evidente: si X es un espacio normado separable y E es un conjunto


numerable, denso en X, basta tomar Y = Lin E para tener un subespacio Y , que obviamente
tiene dimensión numerable y es denso en X . Lo interesante es el recíproco, cuya demostración
es un poco más laboriosa.
Supongamos que X es un espacio normado, sea Y un subespacio denso en X , de dimensión
numerable, que puede ser finita, y sea U un conjunto numerable tal que Y = Lin U . Para
probar que X es separable, usaremos también un conjunto numerable ∆ , denso en K . Por
ejemplo, si K = R puede ser ∆ = Q , mientras que para K = C , podemos tomar ∆ = Q + i Q .
Fijado n ∈ N , consideramos el conjunto En de todas las combinaciones lineales de n vectores
cualesquiera de U , con coeficientes en ∆ , es decir:
 n 
En = ∑ δk uk : n ∈ N , δ1 , . . . , δn ∈ ∆ , u1 , . . . , un ∈ U
k=1
Vemos que En es numerable, pues existe claramente una aplicación sobreyectiva del conjunto
numerable ∆ n ×U n sobre En . Además, usando que ∆ es denso en K , comprobamos fácilmente
que En contiene a todas las combinaciones lineales de n elementos cualesquiera de U .

Lo anterior es válido para todo n ∈ N , luego el conjunto E =
S
En es numerable, por ser
n=1
una unión numerable de conjuntos numerables. Pero además, como En ⊂ E para todo n ∈ N ,
deducimos que E contiene a todas las combinaciones lineales de elementos de U , es decir, se
tiene Y = Lin U ⊂ E . Finalmente, como Y es denso en X , vemos que X = E , luego E es un
conjunto numerable denso en X. Por tanto, X es separable, como queríamos demostrar. 

Así pues, todo espacio de Banach con base de Schauder es separable y, en particular, los
espacios de Banach l p con 1 6 p < ∞ y c0 son separables. Durante algún tiempo, en todos los
espacios de Banach separables conocidos, se disponía de una base de Schauder, lo que llevó al
propio Stefan Banach a preguntar si en todo espacio de Banach separable se puede encontrar una
base de Schauder. El problema, abierto durante más de cuarenta años, fue resuelto en 1973 por el
matemático sueco Per Enflo, construyendo una amplia gama de espacios de Banach separables
sin base de Schauder. Volviendo a cuestiones más sencillas, vemos a continuación un ejemplo
de espacio de Banach que no es separable.
2. Ejemplos de espacios normados 21

El espacio de Banach l∞ , de las sucesiones acotadas de escalares, no es separable.

Usaremos un hecho bien conocido: el conjunto P(N) , de todos los subconjuntos de N , no


es numerable. Para cada J ∈ P(N) , denotemos por χ J ∈ l∞ a la función característica de J , es
decir, la sucesión definida por

χ J (n) = 1 ∀ n ∈ J y χ J (n) = 0 ∀ x ∈ N \ J

Sea entonces BJ la bola abierta en l∞ de centro χ J y radio 1/2 . Para J, K ∈ P(N) con J 6= K ,
existe n ∈ N tal que |χ J (n) − χ K (n)| = 1 , luego k χ J − χ K k∞ > 1 , de donde BJ ∩ BK = 0/ . Así
pues, BJ : J ∈ P(N)} es una familia no numerable de subconjuntos abiertos de l∞ , que son
dos a dos disjuntos. Esto impide que l∞ pueda ser separable, como vamos a ver.
Si E es un conjunto denso en l∞ , para cada J ∈ P(N) se tiene E ∩ BJ 6= 0/ , lo que nos
permite elegir yJ ∈ E ∩ BJ . Claramente la aplicación J 7→ yJ de P(N) en E , es inyectiva,
luego E no es numerable. Hemos probado que l∞ no contiene un conjunto denso numerable,
es decir, no es separable. 

2.5. Espacios de funciones acotadas


Es fácil generalizar la definición del espacio l∞ considerando, en vez de sucesiones acotadas,
funciones acotadas en un conjunto arbitrario. Más concretamente, si Γ es un conjunto no vacío,
consideramos el espacio vectorial producto K Γ , formado por todas las funciones de Γ en K ,
con operaciones definidas puntualmente, es decir, para x, y ∈ K Γ y λ ∈ K se tiene:
 
x + y (γ) = x(γ) + y(γ) y λ x (γ) = λ x(γ) ∀γ ∈ Γ

Denotaremos por l∞ (Γ) al conjunto de todas las funciones acotadas de Γ en K , que es


evidentemente un subespacio de K Γ :

l∞ (Γ) = x ∈ K Γ : sup{|x(γ)| : γ ∈ Γ} < ∞

Es claro que, definiendo



x = sup | x(γ) | : γ ∈ Γ ∀ x ∈ l∞ (Γ)

se obtiene una norma en l∞ (Γ) . Igual que hicimos en el caso Γ = N , comprobamos enseguida
que dicha norma es completa.
Si {xn } es una sucesión de Cauchy en l∞ (Γ) , para cada ε > 0 existe n0 ∈ N tal que

n, m > n0 =⇒ k xn − xm k∞ < ε =⇒ | xn (γ) − xm (γ) | < ε ∀ γ ∈ Γ (14)

Para cada γ ∈ Γ , vemos que {xn (γ)} es una sucesión de Cauchy en K , luego converge, lo que
nos permite definir x(γ) = lı́m xn (γ) para todo γ ∈ Γ . Fijado n ∈ N con n > n0 , de (14)
n→∞
deducimos que

| xn (γ) − x(γ) | = lı́m | xn (γ) − xm (γ) | 6 ε ∀γ ∈ Γ


m→∞
2. Ejemplos de espacios normados 22

De la anterior desigualdad deducimos que xn − x ∈ l∞ (Γ) , luego x = xn − (x n − x) ∈ l∞ (Γ) ,


pero además tenemos k xn − x k∞ 6 ε para n > n0 . Esto prueba que k xn − x k∞ → 0 y hemos
obtenido el siguiente resultado:

Si Γ es un conjunto no vacío arbitrario, el espacio l∞ (Γ) , de todas las funciones acotadas


de Γ en K , es un espacio de Banach, cuya norma viene dada por

x = sup | x(γ) | : γ ∈ Γ ∀ x ∈ l∞ (Γ)

Como casos particulares que ya conocíamos, tenemos l∞ (N) = l∞ y, si para N ∈ N fijo,


tomamos Γ = {k ∈ N : k 6 N} , es claro que l∞ (Γ) = l∞N . Pero volviendo al caso general,
conviene observar la convergencia en l∞ (Γ) . Si xn ∈ l∞ (Γ) para todo n ∈ N , y x ∈ l∞ (Γ) ,
fijados n ∈ N y ε > 0 , la desigualdad kxn − xk∞ 6 ε equivale a que se tenga |xn (γ) − x(γ)| 6 ε
para todo γ ∈ Γ . Por tanto, la convergencia de {xn } a x se expresa de la siguiente forma

∀ ε > 0 ∃ m ∈ N : n > m =⇒ |xn (γ) − x(γ)| 6 ε ∀ γ ∈ Γ

y esto significa que la sucesión de funciones {xn } converge uniformemente a x en Γ . Así pues,
la convergencia en el espacio de Banach l∞ (Γ) equivale a la convergencia uniforme en Γ .
En lo que sigue vamos a estudiar determinados subespacios de l∞ (Γ) que aparecen de forma
natural cuando Γ está provisto de una topología adecuada.

2.6. Espacios de funciones continuas


Trabajaremos con funciones continuas, definidas en un espacio topológico Ω y con valores
en K . Suponemos que Ω es un espacio de Hausdorff, es decir, cada dos puntos distintos de Ω
tienen entornos disjuntos, y también que Ω es localmente compacto, esto es, todo punto de Ω
tiene un entorno compacto. Como veremos enseguida, estas hipótesis garantizan la abundancia
de funciones continuas de Ω en K .
En el espacio de Banach l∞ (Ω) cabe considerar el subespacio formado por las funciones
continuas y acotadas, que se suele denotar por Cb (Ω) . Puesto que la convergencia en l∞ (Ω) es
la uniforme en Ω , que preserva la continuidad, tenemos:

Cb (Ω) es un subespacio cerrado de l∞ (Ω) , luego es un espacio de Banach con la norma


dada por 
k f k∞ = sup | f (t) | : t ∈ Ω ∀ f ∈ Cb (Ω)

Como es sabido, cuando Ω es compacto, toda función continua f : Ω → K está acotada, es


decir, f ∈ Cb (Ω) , y el supremo que define a k f k∞ es de hecho un máximo. Volveremos luego
a este caso particular, pero por ahora seguimos trabajando en el caso general, para destacar
algunos subespacios de Cb (Ω) que precisamente tienen interés cuando Ω no es compacto.
El soporte de una función f : Ω → K viene dado por

sop f = t ∈ Ω : f (t) 6= 0
2. Ejemplos de espacios normados 23

Denotamos por C00 (Ω) al conjunto de las funciones continuas de soporte compacto, es
decir, funciones continuas f : Ω → K , tales que sop f es un subconjunto compacto de Ω .
Para toda f ∈ C00 (Ω) , sabemos que la función continua | f | alcanza un valor máximo en el
conjunto compacto sop f , que también es su máximo en Ω , luego en particular f ∈ Cb (Ω) .
Por otra parte, si f , g ∈ C00 (Ω) y λ ∈ K , la función λ f + g es continua y su soporte es un
S
conjunto cerrado, que claramente está contenido en el conjunto compacto sop f sop g , luego
es compacto, así que λ f + g ∈ C00 (Ω) . En resumen, C00 (Ω) es un subespacio de Cb (Ω) , en
el que consideramos la norma inducida, que viene dada por

k f k∞ = máx | f (t)| : t ∈ Ω ∀ f ∈ C00 (Ω)

En general, C00 (Ω) puede no ser un subespacio cerrado de Cb (Ω) . Es lo que ocurre, como
veremos, en el caso Ω = R . Pero en general, podemos describir el cierre de C00 (Ω) en Cb (Ω) .
Para ello usaremos un resultado que asegura la abundancia de funciones continuas de soporte
compacto y que no vamos a demostrar. Se trata de una consecuencia directa, para espacios
localmente compactos, de un resultado básico en topología general: el lema de Urysohn.

Si K ⊂ U ⊂ Ω , donde K es compacto y U es abierto, existe ϕ ∈ C00 (Ω) , tal que


sop ϕ ⊂ U , ϕ(t) ∈ [ 0 , 1 ] ∀t ∈ Ω y ϕ(t) = 1 ∀t ∈ K (15)

Pues bien, sea f ∈ C00 (Ω) , el cierre de C00 (Ω) en Cb (Ω) . Dado ε > 0 , existe g ∈ C00 (Ω)
tal que k f − g k∞ < ε , con lo que, para
t ∈ Ω \ sop g se tiene g(t) = 0 , luego | f (t) | < ε . Por
tanto, el conjunto t ∈ L : | f (t) | > ε , que es cerrado porque f es continua, está contenido en
el conjunto compacto sop g , luego es compacto. Demos un nombre a las funciones que verifican
la propiedad que acabamos de probar para f .
Dada una función continua
 f : Ω → K , decimos
que f se anula en el infinito cuando, para
todo ε > 0 , el conjunto t ∈ L : | f (t) | > ε es compacto. Denotamos por C0 (Ω) al conjunto
de todas las funciones continuas de Ω en K que se anulan
 en el infinito. Si f ∈ C0 (Ω) \ {0} y
fijamos t0 ∈ Ω tal que f (t0 ) 6= 0 , como el conjunto t ∈ Ω : | f (t)| > | f (t0 )| es compacto, la
función | f | tiene máximo en dicho conjunto, que también es su máximo en Ω . En particular,
vemos que f está acotada, así que C0 (Ω) ⊂ Cb (Ω) .
Hemos visto anteriormente que C00 (Ω) ⊂ C0 (Ω) y probaremos enseguida que esta inclusión
es una igualdad. Si f ∈ C0 (Ω) y ε > 0 , debemos encontrar g ∈ C00 (Ω) con k f − g k∞ < ε . El
conjunto compacto K = {t ∈ Ω : | f (t)| > ε} y el abierto U = {t ∈ Ω : | f (t)| > ε/2} , verifican
obviamente que K ⊂ U , luego el resultado anterior nos da una función ϕ ∈ C00 (Ω) con las
propiedades indicadas en (15) . Usamos entonces la función producto g = ϕ f , que es continua
con sop g ⊂ sop ϕ , luego g ∈ C00 (Ω) . Dado t ∈ Ω , basta ver que | f (t) − g(t)| < ε , y para ello
distinguimos los tres casos que pueden darse. Si t ∈ K , se tiene ϕ(t) = 1 luego g(t) = f (t) .
Si t ∈ U \ K , usando que ϕ(t) ∈ [0, 1] obtenemos que | f (t) − g(t)| = | f (t)| |1 − ϕ(t)| < ε .
Finalmente, si t ∈ Ω \U se tiene ϕ(t) = 0 , luego | f (t) − g(t)| = | f (t)| 6 ε/2 . Resumimos la
información obtenida sobre C0 (Ω) , un nuevo ejemplo de espacio de Banach:

C0 (Ω) es el cierre de C00 (Ω) en Cb (Ω) , y en particular un subespacio cerrado de Cb (Ω) ,


luego es un espacio de Banach, cuya norma viene dada por:

k f k∞ = máx | f (t) | : t ∈ Ω ∀ f ∈ C0 (Ω)
2. Ejemplos de espacios normados 24

Resaltamos que la convergencia en el espacio de Banach C0 (Ω) , como en Cb (Ω) , es la


convergencia uniforme en Ω . Destacamos dos casos particulares de los resultados anteriores,
aunque el primero no es nuevo.
Usando en N la topología discreta, tenemos un espacio topológico de Hausdorff, localmente
compacto, en el que toda función es continua, luego Cb (N) = l∞ . Como todo subconjunto de N
es cerrado, el soporte de una función x : N → K es el que ya habíamos usado para sucesiones, es
decir: sop x = {n ∈ N : x(n) 6= 0} . Por otra parte, un subconjunto de N es compacto si, y sólo
si, es finito, luego las funciones continuas de soporte compacto son las sucesiones de soporte
finito: C00 (N) = c0 0 . Por último, para una función x : N → K , vemos que x ∈ C0 (N) si, y sólo
si, para todo ε > 0 , el conjunto {n ∈ N : |x(n)| > ε} es finito, lo que equivale claramente a que
se tenga lı́m x(n) = 0 . Por tanto, C0 (N) = c0 , y la igualdad C0 (N) = C00 (N) , recién probada,
n→∞
no es más que la igualdad c0 = c0 0 , obtenida al estudiar los espacios de sucesiones.
Como segundo caso particular, más interesante, tomemos Ω = R con la topología usual,
que ciertamente es un espacio topológico de Hausdorff, localmente compacto. Las funciones
continuas que se anulan en el infinito tienen una caracterización que explica la nomenclatura.
Dada una función continua f : R → K y fijado ε > 0 , el conjunto {t ∈ R : | f (t)| > ε} es
cerrado, luego será compacto si, y sólo si está acotado, lo que equivale a que exista M ∈ R+
tal que, para t ∈ R con |t| > M se tenga | f (t)| < ε . Que esto ocurra para todo ε > 0 , significa
simplemente que f tiene límite cero, tanto en +∞ como en −∞ . Así pues, para una función
continua f : R → K se tiene
f ∈ C0 (R) ⇐⇒ lı́m f (t) = lı́m f (t) = 0
t → +∞ t → −∞
Queda ahora claro por qué hablamos de funciones que se anulan en el infinito.
Tomando por ejemplo f (t) = e −|t | para todo t ∈ R , tenemos f ∈ C0 (R) pero sop f = R .
Vemos por tanto que C00 (R) 6= C0 (R) , luego C00 (R) es un espacio normado no completo,
subespacio denso del espacio de Banach C0 (R) .
Análogos comentarios se pueden hacer para funciones de varias variables reales, es decir,
en el caso Ω = R N con N ∈ N arbitrario. En vez del valor absoluto en R , usaremos la norma
euclídea en R N . Dada una función continua f : R N → K se tiene claramente que f ∈ C0 RN


si, y sólo si, para cada ε > 0 existe M ∈ R+ tal que | f (t)| < ε para todo t ∈ R N con kt k > M .
Esta equivalencia puede abreviarse escribiendo
f ∈ C0 R N

⇐⇒ lı́m f (t) = 0
kt k → +∞

Por último, definiendo f (t) = e −kt k para todo t ∈ R N , comprobamos que C00 R N =6 C0 R N .
 

La situación de los espacios de funciones continuas se clarifica cuando trabajamos con un


espacio compacto. Concretamente, si K es un espacio topológico compacto y de Hausdorff,
toda función continua en K tiene soporte compacto, luego Cb (K) = C0 (K) = C00 (K) es el
espacio de todas las funciones continuas, definidas en K y con valores escalares, que se suele
denotar simplemente por C(K) . Resaltamos este caso particular de los resultados anteriores:
Si K es un espacio topológico compacto y de Hausdorff, el espacio C(K) , de todas las
funciones reales o complejas continuas en K , es un espacio de Banach con la norma

k f k∞ = máx | f (t) | : t ∈ K ∀ f ∈ C(K)
2. Ejemplos de espacios normados 25

Es claro que aquí tenemos una amplia gama de espacios de Banach, entre los que cabe
destacar por ejemplo el espacio C[0, 1] de las funciones continuas en el intervalo [0, 1] con
valores, reales o complejos. Por un conocido teorema de Weierstrass, para cada f ∈ C[0, 1]
existe una sucesión de funciones polinómicas que converge a f uniformemente en [0, 1] . Por
tanto, C[0, 1] tiene un subespacio denso de dimensión numerable, es decir, es un espacio de
Banach separable.
En Análisis de Fourier tiene interés el espacio C(T) de todas las funciones continuas en
la circunferencia unidad, T = {z ∈ C : |z| = 1} , con valores complejos, pero este espacio se
describe de una forma alternativa que conviene comentar. A cada g ∈ C(T) , podemos asociar la
función g ∗ : R → C definida por g ∗ (t) = g e it para todo t ∈ R , que claramente es continua


y 2 π-periódica. Pero recíprocamente, si f : R → C es continua y 2 π-periódica, existe una única


función g ∈ C(T) tal que f = g ∗ . De hecho, para cada z ∈ T basta definir g(z) = f θ(z) ,


donde θ(z) es cualquier argumento de z . La periodicidad de f hace que g esté bien definida
y, de la continuidad de f se deduce fácilmente la de g , mientras que la unicidad de g es obvia.
Esto permite identificar cada función g ∈ C(T) con la correspondiente g ∗ , para ver C(T) como

 ∗ La norma de cada g ∈ C(T) , se calcula usando g , puesto
un espacio de funciones periódicas.
que se tiene k g k∞ = máx | g (t) | : t ∈ R . Destacamos esta forma de entender el espacio
de Banach C(T) , que será muy útil a la hora de obtener aplicaciones del Análisis Funcional al
estudio de las series de Fourier.

El espacio C(T) de todas las funciones continuas y 2 π-periódicas de R en C es un


espacio de Banach cuya norma viene dada por


k f k∞ = máx | f (t) | : t ∈ R ∀ f ∈ C(T)

Observemos por último que la convergencia en el espacio de Banach C(T) , entendido en la


forma que acabamos de explicar, es la convergencia uniforme en R .

2.7. Los espacios de Lebesgue

Para presentar una nueva gama de espacios de Banach, fijado N ∈ N , usaremos la medida
y la integral de Lebesgue en R N , que suponemos conocidas. Las propiedades fundamentales
de la integral de Lebesgue, recogidas en los teoremas de convergencia, son las que permiten
obtener la complitud de los espacios que vamos a presentar.
En lo que sigue, fijamos un abierto no vacío Ω ⊂ R N y trabajamos con funciones medibles
de Ω en K , pero identificando funciones que coincidan casi por doquier (abreviado c.p.d.),
esto es, que coincidan salvo en un conjunto de medida nula. Denotamos por L(Ω) al espacio
vectorial formado por tales funciones. En rigor, los elementos de este espacio son clases de
equivalencia, pero casi siempre es más cómodo e intuitivo manejarlos como si fuesen funciones,
con las debidas precauciones.
2. Ejemplos de espacios normados 26

2.7.1. Los espacios L p (Ω) para 1 6 p < ∞

Si ϕ ∈ L(Ω) y ϕ(t) ∈ R+ 0 para casi todo (abreviado p.c.t.) t ∈ Ω , tiene sentido la integral
de ϕ sobre Ω , o sobre cualquier subconjunto medible de Ω , aunque puede ser ∞ . Fijado p
con 1 6 p < ∞ , para f ∈ L(Ω) se tiene | f | p ∈ L(Ω) , luego podemos definir
 Z 
p
L p (Ω) = f ∈ L(Ω) : | f (t) | dt < ∞ (16)

y comprobaremos enseguida que L p (Ω) es un subespacio de L(Ω) .


Para f , g ∈ L p (Ω) podemos escribir Ω = A ∪ B donde A y B son conjuntos medibles y
disjuntos, tales que | g | 6 | f | c.p.d. en A mientras que | f | < | g | c.p.d. en B , con lo que
también tenemos | f + g | p 6 2 p | f | p c.p.d. en A y | f + g | p 6 2 p | g | p c.p.d. en B . Usando
propiedades elementales de la integral, obtenemos
Z Z Z
p p
| f (t) + g(t) | dt = | f (t) + g(t) | dt + | f (t) + g(t) | p dt
Ω AZ ZB
6 2p | f (t) | p dt + 2 p | g(t) | p dt < ∞
A B

y esto prueba que f + g ∈ L p (Ω) . Por otra parte, es evidente que λ f ∈ L p (Ω) para todo λ ∈ K .
Por tanto, L p (Ω) es un espacio vectorial, subespacio de L(Ω) .
Con el fin de convertir a L p (Ω) en un espacio normado, definimos:
Z 1/p
p

f =
p
| f (t) | dt ∀ f ∈ L p (Ω) (17)

y se trata de probar que k · k p es una norma en L p (Ω) . Para λ ∈ K y f ∈ L p (Ω) , se tiene


evidentemente k λ f k p = |λ| k f k p . Además, si f ∈ L p (Ω) verifica que k f k p = 0 , se ha de
tener f = 0 c.p.d., pero esto significa que f es el vector cero en L p (Ω) . Por supuesto, esta era la
razón para identificar funciones que coinciden c.p.d. y trabajar con clases de equivalencia. Por
tanto, sólo queda comprobar que k · k p verifica la desigualdad triangular. Ello requiere nuevas
versiones de las desigualdades de Hölder y Minkowski.

Desigualdad integral de Hölder. Si 1 < p < ∞ , f ∈ L p (Ω) y g ∈ L p∗ (Ω) , se tiene:



f g ∈ L1 (Ω) con f g 6 f g ∗
1 p p
(18)

Demostración. Si k f k p = 0 , tenemos f = 0 c.p.d., luego f g = 0 c.p.d. y no hay nada que


demostrar. Por tanto, suponemos que k f k p = α ∈ R+ , y análogamente, que k g k p∗ = β ∈ R+ .
La desigualdad de Young nos permite entonces escribir

1 | f (t) | p | g(t) | p
| f (t) g(t) | 6 + ∗ p.c.t. t ∈ Ω
αβ pαp p∗ β p
de donde deducimos claramente la desigualdad buscada:
1 1 1 1 1
Z Z Z

| f (t) g(t) | dt 6 | f (t) | p dt + ∗ | g(t) | p dt = + ∗ =1 
αβ Ω pαp Ω p∗ β p Ω p p
2. Ejemplos de espacios normados 27

El siguiente razonamiento también nos recordará al usado para obtener la desigualdad de


Minkowski en su primera versión.

Desigualdad integral de Minkowski. Para cualesquiera f , g ∈ L p (Ω) , se tiene:



f +g 6 f + kg
p p p

Demostración. Suponemos que p > 1 pues en otro caso el resultado es evidente. Usaremos
la desigualdad obvia

| f + g | p 6 | f | | f + g | p−1 + | g | | f + g | p−1

y aplicaremos la desigualdad integral de Hölder a los dos sumandos del segundo miembro.
Observamos que | f + g | p−1 ∈ L p∗ (Ω) , ya que
Z  ∗ Z
p−1 p
p
| f (t) + g(t) | dt = | f (t) + g(t) | p dt = k f + g k p <∞
Ω Ω

con lo que al aplicar la mencionada desigualdad obtenemos:


p  p/p∗
k f + g k p = k | f + g| p k1 6 k f k p + k g k p k f + g k p


Si k f + gk p = 0 no hay nada que demostrar y, en otro caso, dividimos ambos miembros de la


 p/p∗
última desigualdad por k f + g k p > 0 . Como p − (p/p∗ ) = 1 , obtenemos exactamente
el resultado deseado. 

Comprobado que k · k p es una norma en L p (Ω) , nuestro próximo objetivo es probar su


complitud. Ese es el contenido del siguiente teorema, que se puede considerar como parte de la
pre-historia del Análisis Funcional.

Teorema de Riesz-Fisher. El espacio L p (Ω) definido en (16) es un espacio de Banach con


la norma k · k p dada por (17) .

Demostración. Usando el criterio de complitud obtenido en el tema anterior, probaremos


que, en L p (Ω) , toda serie absolutamente convergente es convergente. Sea pues Fn ∈ L p (Ω)

para todo n ∈ N , verificando que ∑ k Fn k p = M ∈ R+.
n=1
Para mayor claridad distinguiremos entre funciones y clases de equivalencia, de modo que,
para cada n ∈ N , elegimos una función medible gn : Ω → K en la clase de equivalencia Fn .
Consideramos entonces la sucesión de funciones {ϕn } definida por
n
ϕn (t) = ∑ | gn(t) | ∀t ∈ Ω , ∀ n ∈ N
k=1
p
Vemos que {ϕn } es una sucesión creciente de funciones medibles positivas que verifica:
Z 1/p n n n
p

ϕn (t) dt = ∑ | Fk | 6 ∑ | Fk | = ∑ Fk 6 M
p p
∀n ∈ N
Ω k=1 p k=1 k=1
2. Ejemplos de espacios normados 28

Consideremos ahora la función medible ϕ : Ω → [ 0 , ∞ ] definida por



ϕ(t) = lı́m ϕn (t) =
n→∞
∑ | gn(t) | ∈ [ 0 , ∞ ] ∀t ∈ Ω
n=1
 p p
Como ϕn converge a ϕ puntualmente en Ω , el teorema de la convergencia monótona
nos dice que Z Z
ϕ(t) p dt = lı́m ϕn (t) p dt 6 M p < ∞ (19)
Ω n→∞ Ω
Se tiene por tanto ϕ(t) p < ∞ , o lo que es lo mismo, ϕ(t) < ∞ para casi todo t ∈ Ω , es decir,
existe un conjunto medible E ⊂ Ω tal que ϕ(t) < ∞ para todo t ∈ E y Ω \ E tiene medida nula.
Para cada n ∈ N , modificamos ahora la función gn elegida para representar a la clase de
equivalencia Fn . Concretamente, si χE es la función característica de E , definimos fn = χE gn ,
con lo que se tiene fn = gn c.p.d., luego fn también representa a la clase de equivalencia Fn .
La ventaja es que ahora tenemos:
∞ ∞
∑ | fn(t) | = ϕ(t) < ∞ ∀t ∈ E y ∑ | fn(t) | = 0 ∀t ∈ Ω \ E
n=1 n=1
Esto nos permite claramente definir una función medible f : Ω → K , escribiendo

f (t) = ∑ fn(t) ∀t ∈ Ω
n=1

Observamos que | f (t) | 6 ϕ(t) para todo t ∈ Ω , de donde


Z Z
p
| f (t) | dt 6 ϕ(t) p dt < ∞
Ω Ω
luego f representa a una clase de equivalencia F ∈ L p (Ω) , y la demostración se concluirá
probando que la serie ∑ Fn converge en L p (Ω) , siendo F su suma. Para ello usaremos el
n>1
teorema de la convergencia dominada, empezando por observar que
p
n
lı́m f (t) − ∑ fk (t) = 0 ∀t ∈ Ω

n→∞
k=1

Tenemos pues una sucesión de funciones medibles que converge puntualmente a cero en Ω .
Para comprobar que dicha sucesión está dominada por una función integrable, basta observar
que, para cualesquiera n ∈ N y t ∈ Ω , se tiene
p !p !p
n ∞ ∞
f (t) − ∑ fk (t) 6 ∑ | fk (t) | 6 ∑ | fk (t) | = χE (t)ϕ(t) p

k=1 k=n+1 k=1

En vista de (19) , la función χE ϕ p es integrable, lo que nos permite usar el teorema de la


convergencia dominada para concluir la demostración:
p !1/p
Z n n
0 = lı́m f (t) − ∑ fk (t) dt = lı́m F − ∑ Fk 

n→∞ Ω n→∞
k=1 k=1

p
2. Ejemplos de espacios normados 29

Conviene resaltar una información importante, contenida en la demostración anterior. Con


la notación usada, la serie ∑ fn converge puntualmente a f en Ω . En términos de clases de
n>1
equivalencia, la serie ∑ Fn , que por hipótesis era absolutamente convergente, no sólo converge
n>1
en L p (Ω) con suma F , sino que también converge a F c.p.d. en Ω . Recordemos además una
idea clave usada al probar el criterio de complitud: toda sucesión de Cauchy en un espacio
normado, admite una sucesión parcial que es una serie absolutamente convergente. Uniendo
ambas ideas, y olvidando ya la notación del teorema anterior, tenemos la siguiente información:

Si fn ∈ L p (Ω) para todo n ∈ N , y { fn } → f en L p (Ω) , entonces existe una sucesión


parcial { fσ(n) } que converge a f c.p.d. en Ω .

Los espacios de Banach L p (Ω) se conocen como espacios de Lebesgue. Su complitud tiene
útiles consecuencias, que convirtieron la integral de Lebesgue en herramienta indispensable del
Análisis Matemático, pero también mostraron la utilidad del estudio abstracto de los espacios
de funciones. Es por ello que la integral de Lebesgue y el teorema de Riesz-Fisher se consideran
como dos de las claves que dieron lugar al nacimiento del Análisis Funcional.

Para comprender mejor el espacio L p Ω , a semejanza de lo que hicimos con los espacios
de sucesiones, vamos a encontrar un subespacio denso, que no depende de p y está formado
por funciones especialmente sencillas. Omitimos o indicamos brevemente las demostraciones,
que se basan siempre en propiedades conocidas de la medida y la integral de Lebesgue.
Dado un conjunto medible E ⊂ Ω , entendemos su función carácterística χE como clase de
equivalencia, es decir, χE ∈ L(Ω) . Es claro que χE ∈ L p (Ω) si, y sólo si, E tiene medida finita.
Las combinaciones lineales de funciones de la forma χE donde E es un subconjunto medible
de Ω con medida finita, se conocen como funciones simples integrables en Ω . Del teorema de
aproximación de Lebesgue, usando también el de la convergencia dominada, se deduce que las
funciones simples integrables en Ω forman un subespacio denso en L p Ω) . Este resultado no es
del todo satisfactorio, pues un conjunto medible E puede ser muy complicado, luego no puede
asegurarse que χE sea una función sencilla. Sin embargo, usando propiedades elementales de
la medida de Lebesgue podemos limitarnos a considerar conjuntos bien sencillos.

Si J es un intervalo acotado en RN , es decir, un producto cartesiano de intervalos acotados


N

en R , es obvio que J tiene medida finita, luego χJ ∈ L p R y, cuando J ⊂ Ω , también
tendremos χJ ∈ L p (Ω) . Las combinaciones lineales de funciones características de intervalos
acotados contenidos en Ω , que son funciones simples integrables en Ω , pero muy sencillas,
se conocen como funciones escalonadas en Ω y forman un subespacio Y ⊂ L p (Ω) . Si E
es un subconjunto medible de Ω , con medida finita, las propiedades básicas de la medida de
Lebesgue permiten aproximar E por una unión finita de intervalos acotados contenidos en Ω ,
con lo que χE se aproxima en L p (Ω) por funciones escalonadas, es decir χE ∈ Y . Como Y
es un subespacio de L p (Ω) , deducimos que contiene a todas las funciones simples integrables,
luego Y = L p (Ω) . Tenemos ya un útil subespacio denso en los espacios de Lebesgue.

Para 1 6 p < ∞ , las funciones escalonadas en Ω forman un subespacio denso en L p (Ω) .


2. Ejemplos de espacios normados 30

El espacio vectorial de todas las funciones escalonadas en Ω no tiene dimensión numerable,


pero es fácil adivinar la forma de conseguir un subespacio de dimensión numerable, que sigue
siendo denso en L p (Ω) .
Consideramos el conjunto H de todos los intervalos acotados contenidos en Ω , que sean
productos cartesianos de intervalos en R con extremos racionales. Como H es numerable, el
subespacio Z = Lin χH : H ∈ H tiene dimensión numerable. Aproximando cada intervalo
acotado J ⊂ Ω por elementos de H , se prueba que χJ ∈ Z , el cierre de Z en L p (Ω) . Puesto
que Z es un subespacio de L p (Ω) , vemos que contiene a todas las funciones escalonadas, y
concluimos que Z = L p (Ω) . En particular, tenemos el siguiente resultado:

Para 1 6 p < ∞ , el espacio de Banach L p (Ω) es separable.

Hay otro tipo de funciones, que también forman un subespacio denso de L p (Ω) , y tienen
más utilidad que las funciones escalonadas. Como Ω es un espacio topológico de Hausdorff,
localmente compacto, conocemos ya el espacio vectorial C00 (Ω) de las funciones continuas
de soporte compacto, de Ω en K . Si f ∈ C00 (Ω) , desde luego f es medible, pero además, la
función |Zf | p está acotada y se anula fuera del soporte de f , que tiene medida finita. Vemos
así que | f (t) | p dt < ∞ , luego f representa a una clase de equivalencia fb ∈ L p (Ω) . La

aplicación f 7→ fb es claramente lineal e inyectiva, luego permite identificar C00 (Ω) con su
imagen. De esta forma podemos ver C00 (Ω) como un subespacio de L p (Ω) , el formado por las
clases de equivalencia que contienen una (única) función continua de soporte compacto.
Dado un intervalo acotado J ⊂ Ω , y un ε > 0 , es claro que podemos tomar un conjunto
abierto U y un conjunto compacto K , con K ⊂ J ⊂ U ⊂ Ω , de forma que la medida del
conjunto U \K sea tan pequeña como se quiera, concretamente, menor que ε p . Por un resultado
ya comentado anteriormente, existe entonces una función f ∈ C00 (Ω) , con f (t) ∈ [0, 1] para
todo t ∈ Ω , tal que f (t) = 1 para todo t ∈ K y sop f ⊂ U . Viendo a χJ y f como clases de
equivalencia, es fácil comprobar que kχJ − f k p < ε . Esto prueba que χJ ∈ C00 (Ω) , el cierre
de C00 (Ω) en L p (Ω) , lo cual es válido para todo intervalo acotado J ⊂ Ω . Como C00 (Ω) es
un subespacio de L p (Ω) , deducimos que contiene a todas las funciones escalonadas en Ω , de
donde C00 (Ω) = L p (Ω) . Destacamos el resultado así obtenido:

Para 1 6 p < ∞ , se tiene que C00 (Ω) es denso en L p (Ω) .

2.7.2. Funciones esencialmente acotadas


Seguimos trabajando en un abierto no vacío Ω ⊂ R N , para estudiar el espacio de Lebesgue
que corresponde al caso p = ∞ . Es fácil modificar la noción de función acotada, de forma que
tenga sentido para clases de equivalencia de funciones medibles en Ω . Para f ∈ L(Ω) , no tiene
sentido decir que f está acotada, pues ello depende claramente de la función que elijamos como
representante de la clase de equivalencia f . Pero sí tiene perfecto sentido preguntarse si f está
acotada c.p.d., y esta es la propiedad con la que vamos a trabajar.
2. Ejemplos de espacios normados 31

Si ϕ ∈ L(Ω) y ϕ(t) ∈ R+ 0 p.c.t. t ∈ Ω , es bien fácil comprobar que existe una mínima
constante M ∈ R+
0 ∪ {∞} , verificando que ϕ(t) 6 M p.c.t. t ∈ Ω . Dicha constante recibe el
nombre de supremo esencial de ϕ y se denota por ess sup ϕ . Así pues,

ess sup ϕ = mı́n M ∈ R+



0 ∪ {∞} : ϕ(t) 6 M p.c.t. t ∈ Ω

Decimos que f ∈ L(Ω) es una función esencialmente acotada, cuando ess sup | f | < ∞ ,
o si se quiere, cuando existe M ∈ R+0 tal que | f (t) | 6 M p.c.t. t ∈ Ω . Denotamos por L∞ (Ω)
al conjunto de todas las funciones esencialmente acotadas,

L∞ (Ω) = f ∈ L(Ω) : ess sup | f | < ∞

que es claramente un subespacio de L(Ω) . De nuevo se trata de clases de equivalencia que


manejamos como funciones. Para convertir a L∞ (Ω) en un espacio normado, definimos

k f k∞ = ess sup | f | ∀ f ∈ L∞ (Ω)

y se comprueba sin ninguna dificultad que k · k∞ es una norma en L∞ (Ω) . La complitud es una
vez más nuestro objetivo, para obtener:

L∞ (Ω) es un espacio de Banach con la norma k · k∞ .

De nuevo, para razonar con claridad, distinguimos entre funciones y clases de equivalencia.
Sea {Fn } una sucesión de Cauchy en L∞ (Ω) y, como {Fn } está acotada, fijemos α ∈ R+ tal
que k Fn k∞ 6 α para todo n ∈ N . Para cada n ∈ N podemos claramente elegir una función fn
que represente a la clase de equivalencia Fn , verificando todas las desigualdades siguientes:

| fn (t) | 6 kFn k∞ 6 α y | fn (t) − fm (t) | 6 kFn − Fm k∞ ∀t ∈ Ω , ∀ n, m ∈ N

De esta forma { fn } es una sucesión de funciones acotadas en Ω , es decir, fn ∈ l∞ (Ω) para


todo n ∈ N , pero de hecho vemos también que { fn } es una sucesión de Cauchy en el espacio
de Banach l∞ (Ω) . Por tanto { fn } converge en l∞ (Ω) , es decir, uniformemente en Ω , a una
función acotada f . Como f es medible, da lugar a una clase de equivalencia F ∈ L∞ (Ω) .
Finalmente, para todo n ∈ N se tiene evidentemente

k Fn − F k∞ = ess sup | Fn − F | 6 sup | fn (t) − f (t)| : t ∈ Ω

luego de { fn } → f en l∞ (Ω) , deducimos que {Fn } → F en L∞ (Ω) . 

Como subespacios de L∞ (Ω) , encontramos de nuevo espacios de funciones continuas, pero


con grandes ventajas sobre lo que ocurría para p < ∞ . Observemos primero que, para una
función continua f : Ω → K , la acotación esencial y el supremo esencial no aportan nada nuevo
respecto a las nociones tradicionales de acotación y supremo. Como f es medible, pertenece a
una clase deequivalencia fb ∈ L(Ω)
, que de momento conviene distinguir de f . Si fb ∈ L∞ (Ω) ,
el conjunto t ∈ Ω : | f (t) | > fb ∞ tiene medida nula, pero es abierto porque f es continua,

luego es vacío, es decir, f está acotada, con sup | f (t) | : t ∈ Ω 6 fb ∞ .
2. Ejemplos de espacios normados 32

Recíprocamente, suponiendo que f ∈ Cb (Ω) , se obtiene claramente que fb ∈ L∞ (Ω) y la


desigualdad opuesta. En resumen, fb ∈ L∞ (Ω) si, y sólo si f ∈ Cb (Ω) , en cuyo caso

ess sup | f | = fb ∞ = sup | f (t) | : t ∈ Ω

El último supremo es la norma de f en el espacio de Banach Cb (Ω) , así que la aplicación


lineal f 7→ fb, es un isomorfismo isométrico de Cb (Ω) sobre el subespacio de L∞ (Ω) formado
por las clases de equivalencia que contienen una función continua. La ventaja con respecto al
caso p < ∞ es doble: como subespacio de L∞ (Ω) , no sólo tenemos a C00 (Ω) , sino a Cb (Ω) , y
por tanto a C0 (Ω) ; por otra parte, la norma inducida por L∞ (Ω) en dichos espacios de funciones
continuas coincide con la norma natural k · k∞ que ya habíamos considerado en ellos.

2.7.3. Relaciones entre los espacios de Lebesgue


Vamos a ver que el espacio L p (Ω) depende del parámetro p de manera muy diferente,
según cual sea la medida del abierto Ω . Cuando Ω tiene medida finita, la relación entre los
espacios L p (Ω) es la opuesta de la que teníamos para espacios de sucesiones:

Si Ω es un abierto de R N con medida K ∈ R+ , para 1 6 p < q 6 ∞ , se tiene:

f ∈ Lq (Ω) =⇒ f ∈ L p (Ω) , k f k p 6 K (q−p)/pq k f kq (20)

donde se entiende que (q − p)/pq = 1/p cuando q = ∞.

Suponiendo primero que q < ∞ , usaremos la desigualdad integral de Hölder, pero con el
exponente r = q / p > 1 , con lo que 1/r ∗ = (q − p) / q . Observamos claramente que
Z Z
p r
q
| f (t) | q dt = k f kq

| f (t) | dt = <∞
Ω Ω
 q/r p
luego | f | p ∈ Lr (Ω) con | f | p r = f q = f
q
.
Por otra parte, tomamos g(t) = 1 p.c.t. t ∈ Ω , con lo que evidentemente tenemos
Z
∗ ∗
| g(t) | r dt = K < ∞ , luego g ∈ Lr∗ (Ω) , k g kr∗ = K 1/r = K (q−p)/q

La desigualdad integral de Hölder nos dice que | f | p g ∈ L1 (Ω) , es decir, f ∈ L p (Ω) , con
p p
= | f | q g 1 6 | f | p r k g kr∗ = f kq K (q−p)/q

k f kp

de donde se deduce claramente la desigualdad que aparece en (20) .


El caso q = ∞ es mucho más sencillo, pues para f ∈ L∞ (Ω) se tiene claramente
Z Z
p
| f (t) | dt 6 k f k∞ dt = K k f k∞ < ∞
Ω Ω

luego f ∈ L p (Ω) y se verifica la desigualdad que aparece en (20) para q = ∞ . 


2. Ejemplos de espacios normados 33

La desigualdad (20) se simplifica obviamente cuando K = 1 , lo que se consigue con una


simple normalización, o cambio de escala, siempre que Ω tenga medida finita.
A partir de ahora, simplificamos la exposición, trabajando en el caso N = 1 con Ω = ] 0, 1 [ .
Es del todo irrelevante que el intervalo sea abierto, tanto da usar el intervalo compacto [0, 1] ,
pues la diferencia entre ambos intervalos tiene medida nula, luego las clases de equivalencia de
funciones medibles son exactamente las mismas para ambos intervalos. Es por ello que se suele
hacer referencia a [0, 1] y, para 1 6 p 6 ∞ se escribe L p [0, 1] en vez de L p ]0, 1[ .
La distinción entre los dos intervalos sí es obligada para trabajar con funciones continuas,
siendo preferible usar el intervalo compacto [0, 1] , lo que requiere comentario.
 Si f ∈ C[0, 1]
y llamamos f a la restricción de f a ]0, 1[ , es claro que f ∈ Cb ]0, 1[ con k fbk∞ = k f k∞ .
b b
Por tanto, C[0, 1] es isométricamente isomorfo a un subespacio de Cb ]0, 1[ , que a su vez lo
es a un subespacio de L∞ [0, 1] . Por otra parte, para una función continua g :]0, 1[→ K es fácil
comprobar que g se anula en el infinito si, y sólo si, lı́m g(t) = lı́m g(t) = 0 . Podemos por
t →0 t →1
tanto extender g para obtener una función ge ∈ C[0, 1] , sin más que tomar ge(0) = ge(1) = 0 . La
aplicación g 7→ ge es claramente lineal y preserva la norma, luego es un isomorfismo isométrico
de C0 (Ω) sobre un subespacio cerrado de C[0, 1] . De forma intuitiva, podemos considerar las
siguientes tres inclusiones
 
C0 ]0, 1[ ⊂ C[0, 1] ⊂ Cb ]0, 1[ ⊂ L∞ [0, 1]

aunque en rigor lo que ocurre es que cada uno de estos espacios es isométricamente isomorfo a
un subespacio cerrado del que le sigue. Para 1 6 p < ∞ , sabemos que L∞ [0, 1] ⊂ L p [0, 1] , luego
podemos pensar que C[0, 1] ⊂ L p [0, 1] , pero ahora sólo como espacios vectoriales. De hecho,
vemos que C[0, 1] es denso en L p [0, 1] , puesto que C00 ]0, 1[ ya lo era.
Para 1 6 p < q 6 ∞ hemos visto que Lq [0, 1] ⊂ L p [0, 1] , y es fácil probar que dicha inclusión
es estricta. Con un poco más de esfuerzo, vamos a obtener un resultado bastante mejor.

Si 1 6 p < ∞ , existe f ∈ L p [0, 1] tal que f ∈


/ Lq [0, 1] para p < q 6 ∞

Empezamos considerando la función g : ] 0 , 1 [ → R definida por


1
g(t) = 2 ∀t ∈ ] 0 , 1/2 ] y g(t) = 0 ∀t ∈ ] 1/2 , 1 [
t log t

que claramente es medible con g(t) > 0 para todo t ∈ ] 0 , 1 [ . Fijado n ∈ N con n > 3 , el cambio
de variable t = 1/s nos permite escribir
Z 1 Z 1/2 Z n n−1 Z k+1
dt ds ds
g(t) dt = 2 = 2 = ∑ 2
1/n 1/n t log t 2 s log s k=2 k s log s
2 2
Para k ∈ N con 2 6 k 6 n − 1 y s ∈ [ k , k + 1 ] se tiene s log s > k log k , de donde
Z 1 n−1 Z k+1 n−1
ds 1
g(t) dt = ∑ 2 6 ∑ 2
1/n k=2 k s log s k=2 k log k
2. Ejemplos de espacios normados 34

El teorema de la convergencia monótona nos permite ahora concluir que


Z 1 Z 1 n−1 ∞
1 1
g(t) dt = lı́m g(t) dt 6 lı́m ∑ 2 = ∑ 2 < ∞
0 n → ∞ 1/n n→∞ k log k k log k
k=2 k=2

1
pues sabemos que la serie de Riemann ∑ 2 es convergente.
k>2 k log k
Por otra parte, fijemos r ∈ R con 1 < r < 2 y sea de nuevo n ∈ N con n > 3 . El mismo
cambio de variable usado antes nos permite ahora escribir
Z 1 Z 1/2 Z n n−1 Z k+1
r dt ds ds
g(t) dt = 2r = 2r = ∑ 2r
1/n 1/n t r log t 2 s 2−r log s k=2 k s 2−r log s
2r  2r
Para s ∈ [ k , k +1 ] con k = 2, . . . , n−1 , usamos que s 2−r log s 6 (k +1) 2−r log(k +1) ,
con lo cual obtenemos ahora
Z 1 n−1 n
1 1
g(t)r dt > ∑ 2r = ∑  2r
1/n k=2 (k + 1) 2−r log(k + 1) k=3 k 2−r log k

1
Esta vez la serie de Riemann ∑  2r diverge, ya que 2 − r < 1 , y el teorema de la
k>3 k 2−r log k
convergencia monótona nos da
Z 1 Z 1 ∞
r r 1
g(t) dt = lı́m g(t) dt > ∑  2r = ∞
0 n → ∞ 1/n 2−r log k
k=3 k

En resumen viendo ya a g como una clase de equivalencia, hemos probado que g ∈ L1 [0, 1]
pero g ∈
/ Lr [0, 1] para 1 < r < 2 . Deducimos que de hecho g ∈
/ Lr [0, 1] para 1 < r 6 ∞ . Ahora,
1/p
para 1 6 p < ∞ basta tomar f = g , con lo que se tiene evidentemente f ∈ L p [0, 1] , mientras
que f ∈/ Lq [0, 1] para p < q 6 ∞ . 

Vemos pues que, para 1 6 p < q 6 ∞ , la relación entre los espacios L p [0, 1] y Lq [0, 1] es
la misma que había entre los espacios de sucesiones l p y lq , pero con la inclusión opuesta.
Concretamente, Lq [0, 1] es un subespacio denso de L p [0, 1] , porque contiene a C[0, 1] pero no
es cerrado. Por tanto, Lq [0, 1] con la norma inducida por L p [0, 1] es un espacio normado no
completo, cuya topología está contenida estrictamente en la de la norma k · kq .
Los resultados anteriores, probados en el caso N = 1 con Ω =]0, 1[ , son ciertos para N ∈ N
arbitrario y cualquier abierto Ω ⊂ R N con medida finita. La situación cambia drásticamente
cuando Ω tiene medida infinita, pues entonces, para 1 6 p < q 6 ∞ , no hay ninguna inclusión
entre los espacios L p (Ω) y Lq (Ω) . Para simplificar la exposición, lo probamos sólo para N = 1
y Ω = R , obteniendo de hecho lo siguiente:

Para 1 6 p 6 ∞ , existe f ∈ L p (R) tal que, si 1 6 q 6 ∞ y q 6= p , entonces f ∈


/ Lq (R) .
2. Ejemplos de espacios normados 35

Suponiendo primero que p < ∞ , el resultado anterior nos da ϕ ∈ L p [0, 1] tal que ϕ ∈
/ Lq [0, 1]
para p < q 6 ∞ . Si g ∈ L(R) verifica que g = ϕ c.p.d. en ] 0 , 1 [ y g = 0 c.p.d. en R\ ] 0 , 1 [ ,
es evidente que g ∈ L p (R) y g ∈
/ Lq (R) para p < q 6 ∞ . En el caso p = 1 no hay nada más
que demostrar, pues basta tomar f = g .
Si 1 < p < ∞ , de ϕ ∈ L p [0, 1] deducimos ϕ ∈ Lq [0, 1] , luego g ∈ Lq (R) , para 1 6 q < p .
Así pues, ahora g no resuelve aún nuestro problema. Para cada n ∈ N , denotemos por χn a la
función característica del intervalo ] n , n + 1 [ , y sea h : R → R+
0 la función definida por


χn (x)
h(x) = ∑ 2/p ∀x ∈ R
n=1 n1/p log n

Es obvio que la serie anterior converge puntualmente en R , pues fijado x ∈ R , hay a lo sumo un
sumando que no se anula en el punto x . Por tanto h está bien definida, es una función medible
y, para 1 6 q < ∞ , el teorema de la convergencia monótona nos da

1
Z
h(t) q dt = ∑ 2 q/p
R n=1 n q/p log n

De nuevo tenemos una serie de Riemann, que converge cuando q > p y diverge para q < p .
Viendo ahora h como clase de equivalencia, tenemos que h ∈ / Lq (R) para 1 6 q < p , mientras
que h ∈ Lq (R) si p 6 q < ∞ . Nuestro problema se resuelve ahora sin más que tomar f = g + h .
Por una parte, como g, h ∈ L p (R) , tenemos f ∈ L p (R) . Por otra, para 1 6 q 6 ∞ con q 6= p ,
se pueden dar dos casos. Si q < p , se tiene g ∈ Lq (R) y h ∈/ Lq (R) , luego f ∈ / Lq (R) . Si, por
el contrario, q > p , tenemos g ∈
/ Lq (R) y h ∈ Lq (R) , luego de nuevo f ∈ / Lq (R) .
Sólo queda el caso p = ∞ , que es el más sencillo. Basta tomar f (t) = 1 p.c.t. t ∈ R , para
tener f ∈ L∞ (R) mientras que f ∈/ Lq (R) para 1 6 q < ∞ . 

En el razonamiento anterior hemos aprovechado dos ideas que merece la pena resaltar, a
plena generalidad, por lo que volvemos a fijar N ∈ N y un abierto no vacío Ω ⊂ R N . Por una
parte, para 1 6 p 6 ∞ , hay una forma bien sencilla de identificar L p (Ω) con un subespacio
cerrado de L p R N . En efecto, si g ∈ L p (Ω) podemos definir gb ∈ L R N de forma que  se
tenga gb = g c.p.d. en Ω y gb = 0 c.p.d. en R N \ Ω . Es claro que entonces gb ∈ L p R N , así
como que la aplicación f 7→ fb es lineal e isométrica. Obtenemos así el siguiente resultado:

Para 1 6 p 6 ∞ , el espacio L p (Ω) es isométricamente isomorfo


a un subespacio cerrado
de L p R N , dado por f ∈ L p (RN ) : f = 0 c.p.d. en RN \ Ω ,


Por otra parte, hemos usado en R una sucesión de funciones características de conjuntos
dos a dos disjuntos, los intervalos ] n , n + 1 [ con n ∈ N , que a poco que se piense, se ha
comportado de forma muy similar a como lo hace la sucesión de vectores unidad en los espacios
de sucesiones. Pasamos ahora a resaltar una situación análoga, también a plena generalidad. Es
claro que siempre existe una sucesión {En } de subconjuntos dos a dos disjuntos de Ω , todos
ellos con medida positiva y finita. Para cada n ∈ N , denotemos por χn a la función característica
de En y sea ρn ∈ R+ la medida de En .
2. Ejemplos de espacios normados 36

Fijado el exponente p , con 1 6 p < ∞ y x ∈ l p , consideramos la función fx : Ω → R+ 0


definida por

x(n)
fx (t) = ∑ 1/p χn (t) ∀t ∈ Ω
n=1 ρn
La serie converge puntualmente en Ω , pues fijado t ∈ Ω , hay a lo sumo un sumando que no se
anula en el punto t . Por tanto fx es una función medible en Ω y el teorema de la convergencia
monótona nos permite escribir

|x(n)| p ∞
Z Z
p

| f (t) | dt = ∑ ρn Ω
χn (t) dt = ∑ |x(n)| p < ∞
n=1 n=1

Viendo a fx como una clase de equivalencia, tenemos por tanto fx ∈ L p (Ω) , lo cual es válido
para toda sucesión x ∈ l p . Pero vemos de hecho que k fx k p = k x k p para todo x ∈ l p , donde
estamos denotando de la misma forma a las normas de los espacios de Banach L p (Ω) y l p .
Como la aplicación x 7→ fx es evidentemente lineal, hemos probado lo siguiente:

Para 1 6 p < ∞ , existe un isomorfismo isométrico de l p sobre un subespacio de L p (Ω) .

Es fácil retocar el razonamiento anterior para obtener el mismo resultado en el caso p = ∞ .


Concretamente, para x ∈ l∞ se define

fx (t) = ∑ x(n) χn(t) ∀t ∈ Ω
n=1

Como antes, la serie converge puntualmente en Ω , y ahora es claro que | fx (t) | 6 kxk∞ para
todo t ∈ Ω . Viendo fx como clase de equivalencia, tenemos fx ∈ L∞ (Ω) , con k fx k∞ 6 k x k∞ ,
donde denotamos de la misma forma las normas de los espacios de Banach L∞ (Ω) y l∞ . Por
otra parte, fijado n ∈ N , vemos que fx = x(n) c.p.d. en En , luego | x(n) | 6 k fx k∞ . Como
esto es válido para todo n ∈ N , concluimos que k fx k∞ = k x k∞ , lo cual es válido para toda
sucesión x ∈ l∞ . De nuevo la aplicación x 7→ fx , de l∞ en L∞ (Ω) es lineal e isométrica, con lo
que tenemos el siguiente resultado:

Existe un isomorfismo isométrico de l∞ sobre un subespacio cerrado de L∞ (Ω) . Como


consecuencia, L∞ (Ω) no es separable.

Aprovechando los últimos resultados, podemos explicar finalmente la notación que se usa
en los ejemplos de espacios de Banach que hemos presentado. Por supuesto, la ele mayúscula
se usa para los espacios L p (Ω) en honor de Lebesgue, cuya integral es la responsable de la
complitud de tales espacios. En cierto modo, los espacios de sucesiones l p se consideran como
los “hermanos menores” de los espacios de Lebesgue, y de ahí que se denoten con la misma
letra, pero minúscula. Podemos pensar que los espacios l p están formados por funciones de una
variable discreta, cuyas análogas de una o varias variables reales forman los espacios L p (Ω) .
De manera similar, el espacio c0 cuya notación alude claramente al tipo de sucesiones que lo
forman, es el modelo discreto, cuyos análogos continuos podrían ser los espacios C0 R N .
La notación con mayúscula resulta ahora muy apropiada, gracias a una feliz coincidencia: las
palabras “convergente” y “continua” tienen la misma inicial.

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