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MITRE PARTIDO: UNION CIVICA (1890- 1891) U.C.

N 1891- 1906

En 1890, creó la Unión Cívica en posición a la administración corrupta de Juárez Celman. El grupo
opositor protagonizó la "Revolución del Parque", durante esta etapa Mitre decidió ausentarse del
país, dejando el movimiento a cargo de Leandro N. Alem, quien fue derrotado. La ausencia de Mitre
aunada a las posteriores negociaciones que conllevaron a la renuncia de Juárez y la toma del poder
por parte de Carlos Pellegrini, fueron consideradas por Alem como una traición, lo cual condujo a la
división de la Unión Cívica en dos partidos: la Unión Cívica Nacional, encabezada por Mitre, y la
Unión Cívica Radical, dirigida por Alem.

ALEM PARTIDO AUTONOMISTA, UC, UCR


Hacia el año 1889 la Argentina se encontraba gobernada por Miguel Juárez Celman bajo el poder hegemónico del Partido Autonomista Nacional.
La oposición comenzaba a ser cada vez más fuerte debido a la aguda crisis económica que vivía el país por ese entonces.

El 20 de agosto de 1889, Francisco Barroetaveña, un joven abogado entrerriano, escribió en el diario La Nación un artículo titulado Tu quoque
juventud (en tropel al éxito) que tuvo un enorme éxito, donde cuestionaba a la juventud que acompañaba a Juárez Celman.

Diversos grupos de jóvenes y estudiantes que se venían reuniendo para expresar su descontento con el gobierno de Juárez Celman acudieron a
felicitar a Berroetaveña por su artículo y dieron origen a un núcleo con intereses similares que comenzó a reunirse en asambleas.

En una de esas asambleas decidieron convocar a un gran mitin para provocar el despertamiento de la vida cívica nacional.

Meeting en el Jardín Florida el 1 de septiembre de 1889. La concurrida reunión ayudó a popularizar a Leandro N. Alem, y fue el lugar en donde se llegó a idear

la Revolución del Parque.

Este mitín sucedería el 1 de septiembre de 1889 en el meeting del Jardín Florida de Buenos Aires. En esta reunión también se ideó la Revolución
del Parque.11 Alvear se encargó de la organización del evento, el cual tuvo gran concurrencia. Inmediatamente después de la reunión en el Jardín
Florida Alvear, comenzó a trabajar como secretario de Alem, y lo acompañó también tras la fundación en 1890 de la Unión Cívica.1

Además del propio Alem, y de los jóvenes de la Unión Cívica de la Juventud (entre los que se destacaban Emilio Gouchón, Juan B. Justo, Lisandro
de la Torre, Marcelo T. de Alvear, Tomás Le Breton y Manuel A. Montes de Oca), la oposición más adulta al régimen estaba formada, entre otros,
por Aristóbulo del Valle, Pedro Goyena, Vicente Fidel López, Bernardo de Irigoyen y sobre todo Bartolomé Mitre, que había sido el principal
opositor al roquismo en la década y media anterior.

La UCJ mantuvo una estrecha relación con estos personajes, en vistas a buscar un frente de unidad para combatir al gobierno. Al poco tiempo
sancionó un programa político que recordaba al del viejo Partido Republicano fundado de Alem y del Valle en 1877 y se organizó en clubes cívicos
parroquiales.

El 13 de abril de 1890 sucedió lo inevitable: en un masivo acto en el Frontón Buenos Aires los opositores adultos y la juventud se unificaron en un
nuevo partido llamado Unión Cívica del cual Alem fue nombrado presidente y que contaba también con el liderazgo de Bartolomé Mitre.

Se decide organizar un levantamiento armado para deponer al gobierno y llamar a elecciones libres.

Si bien la revolución no logró su cometido original, que era deponer al Partido Autonomista Nacional, proclamar a Alem como presidente
provisional y llamar a elecciones, si fue un gran triunfo político para la Unión Cívica, ya que el presidente Miguel Juárez Celman se vio obligado a
renunciar y en su lugar asumió el vicepresidente Carlos Pellegrini, mucho más moderado que el primero.

Además dio el puntapié inicial del declive del poder político del PAN, un proceso que de aquí en adelanta irá creciendo cada vez más. Finalmente,
la Revolución del Parque consolidó de forma muy considerable a la Unión Cívica, que aumentó su influencia y sus miembros muy rápidamente.

En las elecciones legislativas del 15 de marzo de 1891, Alem es electo senador nacional junto a Aristóbulo del Valle.
Sentados (izq a der) Marcelo T. de Alvear, Leandro N. Alem, Francisco A. Barroetaveña y Juan Posse, año 1891.

Para las elecciones presidenciales de 1892 la Unión Cívica proclamó la fórmula Bartolomé Mitre - Bernardo de Irigoyen. Sin embargo, Julio
Argentino Roca (líder indiscutido del PAN), en una de las actitudes que le motivaron el apodo de el zorro arregló con Mitre una fórmula de unidad
nacional encabezada por este último y desplazando a Irigoyen.

Al enterarse del acuerdo, Alem se opone fuertemente al mismo, y le dice a Mitre una frase que quedará en la historia:

Yo no acepto el acuerdo, soy radical en contra del acuerdo, soy radical intransigente...

(los mitristas acusaban a Alem, despectivamente, de ser radical e intransigente)

Este pacto realizado por Mitre lleva a la división de la Unión Cívica el 26 de junio de 1891:

 Los anti-acuerdistas, liderados por Alem, forman la Unión Cívica Radical.


 Los acuerdistas, liderados por Mitre, forman la Unión Cívica Nacional.

La mayoría de los dirigentes se van con Alem a la UCR, entre ellos Aristobulo del Valle, el propio Bernardo de Irigoyen, Hipólito Yrigoyen, Juan M.
Garro, Francisco Barroetaveña, Leopoldo Melo, Marcelo T de Alvear, Elpidio González, Lisandro de la Torre, entre muchos otros.

Con Mitre se va Guillermo Udaondo, quien resultaría electo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en las fraudulentas elecciones de 1894.
Fueron tan pocos los dirigentes que se fueron con él que su pacto con Roca y su candidatura quedaron truncas.

Mientras tanto, la Unión Cívica Radical proclama la fórmula Bernardo de Irigoyen – Juan M. Garro el 2 de julio de ese mismo año.

A su vez, el PAN proclamó la fórmula Luis Sáenz Peña - José Evaristo Uriburu pensada para un gobierno de transición. Vale señalar que Sáenz
Peña era cercano a Mitre, mientras que Uriburu lo era a Roca.

Finalmente, a mediados de 1892 se realizan las elecciones presidenciales en medio de un fraude descomunal:

Partido Candidato Resultado

Partido Autonomista Nacional Luis Saenz Peña 95,02%

Unión Cívica Radical Bernardo de Irigoyen 2,26%

Unión Cívica Nacional Bartolomé Mitre 2,26%

Tras este escandaloso fraude, la UCR toma la decisión de organizar un nuevo levantamiento armado. Alem comenzará a hacer hincapié en
la intransigencia radical hasta constituirla en un principio de su acción política.

Una vez liberados los líderes radicales, y ante la evidencia de que el gobierno nacional volvería a impedir por todos los medios su acceso al poder
mediante elecciones, la Unión Cívica Radical comenzó a reorganizarse y a preparar un nuevo levantamiento armado.

Alem se caracterizaría entonces por elevar la idea de intransigencia radical hasta constituirla en un principio de su acción política. Es en este
momento donde comienzan a surgir las primeras diferencias con su sobrino y discípulo, Hipólito Yrigoyen, quien se muestra más pragmático.

Hacia 1893 el gobierno entra en crisis y Sáenz Peña se ve obligado a encabezar cierta apertura política. Desmantela las milicias provinciales que
respondían a caudillos-terratenientes provinciales y convoca a Aristóbulo del Valle al gobierno, quien acepta.

También se le ofrecen ministerios a Alem y a Yrigoyen, quienes lo rechazan enfáticamente.

En realidad, todo formaba parte de una estrategia radical

ARISTOBULO DEL VALLE U.C.R


El 30 de Julio de 1880 del Valle e Hipólito Yrigoyen firman
la convocatoria llamando a la reorganización del partido
Autonomista en un partido nacional. Se funda el P.A.N.
Pero no se trata en realidad de un partido nacional
centralizado, sino de la unión de partidos provinciales.
En 1886, Aristóbulo del Valle es nuevamente
electo senador nacional. Se diferencia netamente del
oficialismo, y muestra abierta oposición a la política que
imprime el Presidente Juárez Celman. Con su amigo
Leandro N. Alem y el joven Francisco Barroetaveña, inicia
la organización de la juventud culta de la ciudad, para
proyectarla luego en un movimiento popular armado
para derrocar al presidente. De esta iniciativa nacería la
Unión Cívica de la Juventud, luego unión Cívica y de allí se
gestaría la Revolución del Parque. Su casa y su estudio
fueron las sedes en las que se celebraban las reuniones
preparatorias de la conspiración civil y militar que estalló
el 26 de julio de 1890. Fue el máximo responsable de la
planificación y coordinación de las diversas tendencias
revolucionarias. Derrotada la revolución en 1890 presenta
su renuncia al Senado. "Desde el día en que alcé las armas
contra el gobierno actual de la República, por los motivos
expresados en el manifiesto de la Junta Revolucionaria, de
la que he formado parte, quedé separado de hecho e
irrevocablemente del Senado." La renuncia es aceptada.
Al año siguiente volvería a ser electo al Senado.
Se lanzó de lleno a la organización de la Unión
Cívica a la que consideraba que debía dotarse de una
estructura orgánica y principios doctrinarios claros. Más
tarde, La Convención de la Unión Cívica proclamó la
fórmula Bartolomé Mitre-Bernardo de Irigoyen el 17 de
enero de 1891. Pero Mitre fue tentado por el General
Roca, quien le propuso el acuerdo para suprimir la lucha
electoral. La política del acuerdo fue rechazada por los
sectores que respondían a Alem y Del Valle, esta división
generará el nacimiento de la Unión Cívica Nacional
(Mitrismo) y aquellos dirigentes anti acuerdistas, darán
nacimiento el 26 de Junio de 1891 a la Unión Cívica
Radical y el 1° de Julio proclamó la fórmula Bernardo de
Irigoyen - Juan Garro.
Aristóbulo, siguió a Leandro Alem para fundar la
Unión Cívica Radical. La situación nacional era
comprometida, a la crisis política hubo de sumársele el
agravamiento de la situación económico-financiera; razón
por la que el Presidente Pellegrini decidió convocar a una
"junta de notables" para encontrar una solución acordada
a los comicios presidenciales que se avecinaban.
Convocado Aristóbulo, manifestó: "Ni ese propósito, ni las
deliberaciones ulteriores tendrán resultados si en ellas no
se da participación a la Unión Cívica Radical". Durante la
presidencia de Luis Sáenz Peña en 1892 fue convocado a
desempeñar el Ministerio de Guerra con funciones
extraordinarias cercanas a un Primer Ministro, con el fin
de dar sustento a un gobierno débil, una vez asumido el
cargo, ofrece todos los otros ministerios a la Unión Cívica
Radical. Pero tanto Alem como Yrigoyen y Bernardo de
Irigoyen no aceptan por cuestiones de intransigencia,
pero avalan la posición de Aristóbulo.
En esas circunstancias Aristóbulo del Valle
organizó con Hipólito Yrigoyen la Revolución de 1893 en
la que, debido a su cargo de Ministro de Guerra, le tocó
desempeñar un papel crucial. El primer acto de gobierno
consistió en imponer el desarme de las milicias
provinciales. La decisión no pasó inadvertida para sus
enemigos políticos que adivinaron las intenciones reales.
Estas milicias constituían una guardia privada de las
oligarquías que habían transformado a las provincias en
feudos. El estallido de una revolución organizada por el
Radicalismo bonaerense se produjo en 82 pueblos de la
provincia simultáneamente. Estallaron también
movimientos revolucionarios organizados por el
Radicalismo en las provincias de San Luis y Santa Fe.
El plan de Aristóbulo del Valle era, ante el
levantamiento en armas de la Unión Cívica Radical,
decretar la intervención de la Provincia de Buenos Aires
para garantizar elecciones libres, condiciones en las que
era por demás conocido que triunfaría la UCR. El plan
falló debido a la resistencia del Congreso a aprobar la
intervención. Aristóbulo del Valle pudo entonces, debido
a su posición en el gobierno, dar un golpe de estado y
definir favorablemente el curso de la revolución, como le
pedía Leandro Alem. Pero sus fuertes convicciones legales
lo llevaron a rechazar esa opción, aún a costa de un
nuevo fracaso de la revolución, su respuesta fue
clara: “No doy golpes de Estado porque soy un hombre de
Estado”.
Renunció a su cargo el 12 de agosto de 1893,
finalizando así un agitado período de 36 días en los que
procuró llevar a la práctica desde el poder lo que había
predicado desde la oposición e intentado por la vía
revolucionaria. Un programa de reparación nacional,
basado en la Constitución Nacional, desplazando a los
gobiernos ilegítimos para posibilitar la reforma electoral
que abriera los canales a la participación popular en la
dirección de la cosa pública.

ROCA P.A.N

El 13 de junio de 1880 el colegio electoral le dio el triunfo a Roca quien asumió la presidencia en octubre bajo el sugestivo lema de "Paz
y Administración".

Roca se rodeó de figuras de gran prestigio intelectual y político a las que luego se las conocería como miembros de la "generación del
80". En ella se destacan personalidades de distinta edad y formación como Paul Groussac, Miguel Cané, Eduardo Wilde, Carlos
Pellegrini, Luis Sáenz Peña y Joaquín V. González.

La idea de progreso en el campo social y la fe en los avances del capitalismo industrial generaban una visión optimista del futuro
humano.

Esta visión, propia del positivismo, requería la eliminación de los obstáculos que, para los hombres del '80, eran principalmente la
tradición tanto indígena como hispánica y la falta de educación al estilo europeo. Bajo el impulso de los hombres del ’80, Roca impulsará
la sanción de las llamadas "Leyes Laicas", que transformarán en estatales una serie de funciones vitales que, hasta entonces, estaban
en manos de la Iglesia.

Se creó el Registro Civil que llevó por primera vez un control estatal de nacimientos, casamientos y defunciones, y le permitió al Estado
manejar sus propios padrones electorales y dejar de depender de la Iglesia para la realización de los comicios.

Por iniciativa de Sarmiento, en su función de director general del Consejo Nacional de Educación, el gobierno sancionó en 1884 la Ley
1420, que establecía la enseñanza primaria gratuita, obligatoria y laica para todos los habitantes del país.

Se multiplicaron entonces las escuelas estatales ocupando en la mayoría de los casos el lugar de las escuelas parroquiales y de
órdenes religiosas. Esto desató una dura polémica que llevó a que la puja con la Iglesia se tensara de tal manera que se llegó en 1884 a
la ruptura de relaciones con el Vaticano.

La Argentina se integró al mercado mundial como compradora de manufacturas y proveedora de materias primas.

El grupo dirigente del '80 adhirió al liberalismo económico, pero practicó un claro conservadurismo político, reservándose el manejo de
los mecanismos del poder al considerarse los únicos aptos para detentarlo. El uso del fraude electoral fue moneda corriente y se vio
facilitado por el sistema de voto cantado, la inexistencia de padrones oficiales y el ejercicio de la intimidación y la violencia.

Esto alejaba a la gente común de la política, que era vista como una farsa, donde no cabía la representación de sus intereses ni la
posibilidad de libre expresión de sus opiniones.

Todas estas prácticas antidemocráticas y excluyentes eran comunes a las diversas vertientes políticas que se alternaron en el poder.

A la elite no le interesaba invertir en la industria. No se preocupó siquiera en instalar lavaderos de lana o frigoríficos. "Que lo hagan los
ingleses", dirán con dudoso orgullo.

Se sentían muy cómodos cobrando sus exportaciones en oro y pagando a sus empleados en pesos devaluados. Haciendo gala de un
irresponsable egoísmo, suponían que todo lo que necesitaban lo podían importar. ¿Para qué producirlo aquí?

Ante la falta de inversores locales, todas las tareas de infraestructura debían ser encaradas por el Estado. Así lo anuncia el presidente
Roca en un discurso ante el Congreso: "Mi opinión es que el comercio sabe mejor que el gobierno lo que a él le conviene; la
verdadera política consiste, pues en dejarle la más amplia libertad. El estado debe limitarse a establecer las vías de
comunicación y a levantar bien alto el crédito público en el exterior."

A pesar de su declamada actitud liberal, Roca y su gente no ven al estado como un simple árbitro o guardián del orden público. Le
asignan un papel central en la formación de empresas privadas nacionales y en la instalación de compañías extranjeras.
El estado nacional se constituyó en un verdadero desarrollador de la economía argentina porque, entre otras cosas, creó un sector de
contratistas del estado. La mayoría de las obras públicas se hicieron con contratistas privados pero financiadas por el estado nacional.

Durante el gobierno de Roca, aumentaron notablemente las inversiones británicas en ferrocarriles, frigoríficos, bancos y tierras.
Consecuentemente, a cuatro años de asumir la presidencia, la Argentina destinaba casi la mitad de sus ingresos al pago de las deudas
contraídas con los bancos extranjeros.

En poco tiempo una verdadera telaraña de vías cubría la Pampa húmeda llevando los productos agropecuarios a los puertos.

El país se transformaba con la llegada de cientos de miles de inmigrantes atraídos por "el granero del mundo". El 90 por ciento se
instaló en el litoral y de ellos sólo una cuarta parte, en el campo. Esto desbordó la población de las ciudades, que adquirió una nueva
fisonomía.

Al concluir su mandato, Roca apoyaba la candidatura de Miguel Juárez Celman, por entonces gobernador de Córdoba, quien gracias a
este impulso y al uso de la maquinaria estatal de fraude y coacción, accederá a la presidencia de la Nación.

En su discurso de despedida decía Roca: "Os transmito el poder, con la República más rica, más fuerte, más vasta, con más
crédito y con más amor a la estabilidad y más serenos y halagüeños horizontes que cuando la recibí yo".

A poco de asumir Juárez Celman, se advirtió su alejamiento de Roca. Celman parecía tener su propio plan y pretendió controlar al país
y al partido con su grupo de socios y amigos, excluyendo de los negocios públicos y privados a los tradicionales beneficiarios del
sistema.

La corrupción, las privatizaciones fraudulentas y los negociados llevados adelante por Celman y su grupo, empujaron al país a fines de
1889 a la cesación de pagos de sus obligaciones externas y a una crisis sin precedentes. En este contexto estalló la Revolución del ’90,
dirigida por Leandro N. Alem y Bartolomé Mitre, líderes de la Unión Cívica. Roca no participó del movimiento pero lo vio con buenos
ojos. La Revolución fracasó, pero Celman debió renunciar. Asumió la presidencia el vicepresidente, Carlos Pellegrini, quien nombró a
Roca en un puesto clave, ministro del Interior.

Tras la Revolución del ’90 surgió la primera oposición orgánica al régimen: la Unión Cívica Radical.

Durante la década de 1890 se produjo el ascenso revolucionario del radicalismo y el despertar de las luchas obreras, producto directo
de la inmigración. Esto llevó a las clases dirigentes a pensar que el hombre indicado para ocupar el poder era Julio Argentino Roca. Así
en 1898, volvía Roca al gobierno. Frente al movimiento obrero, Roca adoptará una política enérgica, que consistió en el ataque a las
concentraciones obreras y el dictado de leyes represivas, como la Ley 4144, conocida comúnmente como la Ley de Residencia, que
permitía la expulsión del país de los activistas gremiales.

Como contrapartida, su ministro Joaquín V. González impulsó un moderno código nacional de trabajo que fue rechazado tanto por los
sindicatos socialistas y anarquistas, que se oponían a la intervención estatal, como por las patronales, que lo veían como demasiado
favorable a los trabajadores.

En 1901, por iniciativa del ministro de Guerra, Pablo Riccheri, se sanciona la ley de servicio militar obligatorio para todos los ciudadanos
de 20 años. Así, los jóvenes comenzaron a correr, limpiar y barrer”, lo que derivaría en el nombre "colimba".

En el orden internacional, Roca debió enfrentar graves problemas limítrofes con Chile, que estuvieron a punto en transformarse en un
conflicto armado.

Un sector del grupo gobernante comenzó a considerar que la prosperidad alcanzada podía peligrar de no atenderse los reclamos de la
oposición. De este modo, se mostraron dispuestos a considerar la introducción de reformas graduales en el sistema electoral con el fin
de evitar conflictos sociales.

Esto condujo a una ruptura entre Carlos Pellegrini, representante de estos sectores, y el presidente Roca, que mantenía su postura
ultraconservadora y fraudulenta. Sólo aceptó una reforma en el sistema de elección de diputados, llamada "uninominal" por
circunscripciones. Esto permitió que en 1904 fuera electo por el barrio de La Boca, el primer diputado socialista de toda América, el Dr.
Alfredo Palacios.

Al concluir su mandato, en 1904 Roca apoyó la candidatura de Manuel Quintana a la presidencia.

Luego se retiró de la vida pública y, en 1905, partía en viaje hacia Europa en compañía de sus hijas. Allí recibirá grandes honores y será
recibido por reyes y primeros ministros. Durante casi dos años, se radicará con su familia en París.

Regresó a Buenos Aires en 1907, durante la presidencia de José Figueroa Alcorta, pero al encontrar un clima hostil y al notar que su
figura política ya no encontraba el lugar de árbitro al que estaba acostumbrado, partió nuevamente hacia Europa en 1910.

En 1913, el presidente Roque Sáenz Peña le encomendó una misión diplomática en Brasil. Allí permanecerá por algunos meses
firmando acuerdos de limitación de armamentos navales.

ROQUE SAENZ PEÑA P.A.N

en 1880 y se incorporó al gabinete del general Roca como subsecretario en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, que ejercía
Bernardo de Irigoyen. Un año después renunció al cargo y viajó a Europa donde permaneció por dos años.
De regreso a Buenos Aires, volvió a incorporarse lentamente a la vida política. En 1884 fundó junto a Carlos Pellegrini el periódico Sud
América, en el que expresará sus ideas políticas. En 1886 apoyó la candidatura presidencial de Miguel Juárez Celman. Tras el triunfo
juarista, fue designado embajador plenipotenciario en el Uruguay.

En octubre de 1889, junto a Manuel Quintana, representó a la Argentina en el Congreso Panamericano en Washington en el que
defendió el principio de no intervención de las potencias extranjeras en los asuntos internos de los estados latinoamericanos y combatió
el proyecto estadounidense de crear una unión aduanera y una moneda única para toda América. En esa ocasión, Sáenz Peña
contrapuso a la tristemente célebre doctrina Monroe, que proponía "América para los americanos", la frase "América para la
humanidad".

En junio de 1890, el presidente Celman, en plena crisis lo nombró ministro de Relaciones Exteriores, pero a fines de julio de ese año
estalló la llamada Revolución del Parque, que puso fin a la presidencia de Juárez Celman. Sáenz Peña renunció a su cargo.

La crisis política desatada tras la revolución trajo un aire de purificación de la política y la impecable trayectoria de Sáenz Peña lo
colocaron en una inmejorable posición para acceder a la presidencia. Su candidatura fue proclamada en La Plata a mediados de 1891
por el grupo llamado "modernista", en el que se destacaban Carlos Pellegrini y José Figueroa Alcorta, y todo parecía indicar que llegaría
a la Casa Rosada. Pero la astucia y los manejos de Roca y Mitre pudieron más. Encontraron la única manera de frenar el ascenso de
Roque Sáenz Peña: proponer la candidatura de su padre, don Luis Sáenz Peña.

Roque se negó a enfrentar a su padre y renunció a la candidatura en estos términos: "lamento que circunstancias ajenas a mi voluntad,
pero no extrañas a mi corazón me impidan aceptar el alto honor que se me ha discernido".

Por su parte, don Luis le agradecía el gesto en una carta pública: "Creo que nos abraza una aureola de honor para el hijo y para el
padre. El abnegado retiro de tu candidatura me deja amplia libertad de proceder. Tú eres todavía muy joven, y en tu corta vida pública
has dejado ya rastros indelebles de tu inteligencia y de tu carácter".

Tras la asunción de la presidencia por parte de su padre, abandonó la banca de senador que ocupaba en representación de la provincia
de Buenos Aires. No podía, por sus convicciones, ser oficialista pero, por respeto filial, tampoco podía ser opositor. Decidió retirarse
momentáneamente de la política y se dedicó a administrar una estancia en Entre Ríos por unos dos años.

En 1898, se produjo la guerra entre Estados Unidos y España por la posesión de Cuba. Sáenz Peña tomó partido por España y los
cubanos y pronunció un vibrante discurso en el Teatro Victoria contra la intervención norteamericana: "Tengo el sentimiento y el amor de
mi raza; quiero y respeto como propias sus glorias en la guerra y sus nobles conquistas en la paz".

En febrero de 1905, estalló una revolución radical en distintos puntos del país. La revuelta fue derrotada pero las demandas radicales de
limpieza electoral y de un marco jurídico claro y justo seguían vigentes.

En 1906, tras la muerte del presidente Manuel Quintana, asumió el vicepresidente José Figueroa Alcorta quien envió a Sáenz Peña a
Madrid en representación de la Argentina a las bodas reales de Alfonso XIII. En la capital española recibió un nuevo nombramiento:
Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante España, Portugal, Italia y Suiza. Estando en Italia, en 1907, recibió instrucciones
para representar a la Argentina, junto al embajador Luis María Drago en la Segunda Conferencia Internacional de la Paz en La Haya.

Sáenz Peña regresó al país en agosto de 1909, en un clima de gran agitación social y política. Todavía sonaban las repercusiones de la
matanza perpetrada por el coronel Ramón Falcón el 1º de mayo en la Plaza Lorea y los partidos tradicionales preparaban sus
candidaturas para las elecciones de 1910. Su nombre fue propuesto por los partidarios de terminar con el fraude, incorporar a la
oposición menos revolucionaria al sistema político y descomprimir el clima de presión social que se vivía. En Europa, Sáenz Peña había
observado las ventajas que había traído a las sociedades modernas la ampliación del sufragio y la modernización de las leyes
electorales.

El 12 de junio de 1910, el colegio electoral consagró la fórmula Roque Sáenz Peña-Victorino de la Plaza. El presidente electo se
encontraba nuevamente en Europa y emprendió el viaje de regreso a su país.

A poco de llegar, concertó dos entrevistas clave: una, con el presidente Figueroa Alcorta y, la otra, con el jefe de la oposición, Hipólito
Yrigoyen. La entrevista con el caudillo radical, concertada en la casa del doctor Manuel Paz, despejó los temores de ambos lados.
Yrigoyen se comprometía a abandonar la vía revolucionaria y Sáenz Peña, a la sanción de la tan anhelada Ley Electoral.

El 12 de octubre, asumió el nuevo gobierno y Sáenz Peña cumplió con su palabra enviando al parlamento el proyecto de Ley de
Sufragio, elaborado con la estrecha colaboración de su ministro del Interior, Indalecio Gómez, que establecía la confección de un nuevo
padrón, basado en los listados de enrolamiento militar, y el voto secreto y obligatorio para todos los ciudadanos varones mayores de 18
años.

El presidente presentó el proyecto con estas palabras: "He dicho a mi país todo mi pensamiento, mis convicciones y mis esperanzas.
Quiera mi país escuchar la palabra y el consejo de su primer mandatario, quiera el pueblo votar". Poco después, ambas cámaras
aprobaban la que empezó a conocerse como la Ley Sáenz Peña.

El fin del fraude significaba un notable avance hacia la democracia en Argentina y la posibilidad de expresión de las fuerzas políticas
opositoras que habían sido marginadas del sistema por los gobiernos conservadores. En las primeras elecciones libres llevadas
adelante en la Argentina, en el mismo año 1912, la bancada socialista crece notablemente y se suceden los triunfos radicales en Entre
Ríos y Santa Fe.

La salud del presidente comenzó a deteriorarse a comienzos de 1913. Una y otra vez debió solicitar licencia y debió finalmente delegar
el mando a Victorino de la Plaza en octubre de ese año. Falleció en Buenos Aires en la madrugada del 9 de agosto de 1914, mientras
en Europa estallaba la Primera Guerra Mundial.
FIGUEROA ALCORTA PATIRTIDO POLITICO PAN

TORCUATO DE ALVEAR PARTIDO UNION CIVICA Y UNION CIVICA RADICAL

MANUEL QUINTANA PARTIDO PAN

PELLEGRINI PARTIDO PAN

LUIS SAENZ PEÑA P.A.N

URIBURU JOSE EVARISTO P.A.N

B. IRIGOYEN P.A.N Y U.C.R

H. IRIGOYEN PARTIDO AUTONOMISTA, UNION CIVICA, U.C.R

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