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Rafael Roncagliolo La crisis de

la modernidad

R. Roncagliolo
y la
cultura de paz

Sociólogo, profesor en la Pontificia Universidad Católica del


Perú y en la Universidad de Lima. Secretario Ejecutivo de la
Asociación Civil Transparencia en el Perú.
E-mail: rafo@amauta.rcp.net.pe

diálogos de la comunicación

8 9
I. ¿QUÉ ES LA MODERNI- uno político, el otro económi-

Modernidad y cultura de paz


Rafael Roncagliolo
DAD? co. Ambos fueron parte de
una pauta de cambio más am-
Cuando éramos escolares se plia, que, desde el Renaci-
clasificaba la historia de la miento y la Reforma, había
humanidad en cuatro perío- establecido en Occidente un
dos, cada uno de los cuales sendero de desarrollo distin-
se estudiaba en un año dife- to al resto del mundo. Esta
rente y sucesivo de la secun- pauta incluyó el individualis-
daria. Estos cuatro períodos mo y, en última instancia, el
eran la edad antigua, la edad secularismo, que fue la heren-
media, la edad moderna y la cia protestante. Incluyó tam-
edad contemporánea. La bién el crecimiento de la cien-
edad moderna empezaba en cia, como método y como
1492, con el descubrimiento práctica. Lo primero provocó
de América, y terminaba en revoluciones políticas en
1789, con la Revolución Fran- América y Francia. Lo segun-
cesa. do, al crear una atmósfera
conducente a la innovación
La simplificación escolar re- tecnológica, fue uno de los
sulta superada, claro está, elementos claves en la emer-
por numerosos autores cono- gencia de la Revolución In-
cidos. Entre los comunicado- dustrial en Gran Bretaña”
res, Tehranian y Kia propo- (Encyclopædia Britannica,
nen que estos tres siglos de modernization).
edad moderna deben dividir-
Los organizadores de este
se en dos, pues en el medio Cualesquiera que fueren los
Encuentro han querido yux-
de ellos, a mediados del siglo límites cronológicos que se
taponer crisis de modernidad
XVII, más simbólicamente prefieran (desde finales del
con cultura de paz. Sugieren,
con la Paz de Westfalia en siglo XV, desde mediados del
con este título, que la crisis
1648, se despliegan el Estado XVII o desde el XVIII), lo cier-
de la modernidad podría
–nación y los nacionalismos, to es que la noción de moder-
alumbrar una cultura de paz.
fundados ambos fenómenos nidad evoca siempre un re-
Recuerdan, por contraste, la
sobre (a) la “nacionalización” molino de fenómenos coetá-
asociación umbilical entre la
de las Iglesias por obra de la neos e inter-relacionados. Se-
modernidad y la guerra.
Reforma, (b) la consolidación gún Marshall Berman (1982),
y el auge de las lenguas nacio- este remolino se compone de:
Con lo cual convocan a varias
nales y (c) la expansión del
preguntas cruciales:
“espíritu del capitalismo” y su 1. Grandes descubrimientos
racionalidad (Tehranian y Kia, en las ciencias físicas.
1. ¿Qué es la modernidad?;
p. 135)1. 2. Industrialización de la pro-
2. ¿en qué consiste la crisis
ducción.
de la modernidad?;
Para la Enciclopedia Británi- 3. Trastornos demográficos,
3. ¿hay lugar para la democra-
ca, la sociedad moderna se que incluyen tanto el creci-
cia después de la moderni-
refiere a un espacio aún más miento de la población como
dad?
recortado y más reciente en los grandes movimientos
4. ¿es posible una cultura de
el tiempo. “La sociedad mo- migratorios.
paz?; y
derna -dice la Enciclopedia- 4. Urbanización.
5. ¿de qué depende la cultura
debe su origen a dos grandes 5. Aparición de los medios
de paz?
trastornos en el siglo XVIII, masivos de comunicación.

diálogos
de la comunicación
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6. Consolidación de Estados dustrial en el Reino Unido. Y crisis que no es un fenómeno
Nacionales. el Estado-nación se anuncia, de los últimos años sino de
7. Desarrollo de movimientos desde fines del siglo XV, con prolongado arraigo.
sociales y políticos masivos. la unificación estatal produci-
8. Constitución de un solo da en España por los Reyes Tal crisis puede representar-
mercado mundial capitalista. Católicos, pero corresponde, se en términos de obsoles-
sobre todo, a los Estados de- cencia y caducidad de los tres
Todos estos procesos que mocráticos (Estados Unidos núcleos de significación re-

R. Roncagliolo
conforman la modernidad, y Francia) que vienen a ser cién enunciados:
pueden ser agrupados en tres los Estados modernos para-
núcleos principales de signi- digmáticos por excelencia. 1. En el núcleo de significa-
ficación: ción cultural, cognitiva y éti-
América Latina fue una región ca, se registra el agotamien-
1. Un núcleo de significación necesaria para la moderniza- to de todas las grandes narra-
cultural, cognitiva y ética: el ción del mundo capitalista, tivas del siglo XIX, agotamien-
racionalismo, el iluminismo, pero ella misma no se moder- to que constituye el corazón
la certeza del progreso, desa- nizó cabalmente. Aunque la del posmodernismo, a partir
rrollo de las ciencias y de las revolución de la independen- de Lyotard2. Se instalan, en su
grandes narrativas (el evolu- cia fue, en todos nuestros reemplazo, una cultura rela-
cionismo de Darwin, el posi- países, un fervoroso llamado tivista y todos los miedos de
tivismo de Comte, la democra- a la modernización, lo cierto hoy, tan bien presentados por
tización según Tocqueville, el es que sólo se modernizaron José Joaquín Brunner.
marxismo de Marx, etc.) los sectores y regiones domi-
nantes, produciendo la ima- 2. En el núcleo de significa-
2. Un núcleo de significación gen del dualismo estructural. ción económica y social, lo
económica y social: indus- Parafraseando a la teoría de que se cancela es la sociedad
trialización y urbanización la dependencia, podemos su- industrial. El posmodernismo
dentro de un solo mercado gerir que el proceso de mo- ha nacido precisamente
mundial capitalista. dernización de los países cen- como matriz y correlato cul-
trales acarreó, como sub-pro- tural de la idea de sociedad
3. Un núcleo de significación ducto histórico, nuestra in- posindustrial, presentada por
política: surgimiento de los corporación parcial, superfi- primera vez por Daniel Bell,
Estados nacionales, exten- cial y dependiente al mundo en los Estados Unidos, y por
sión de la democracia como moderno. Alain Touraine, en Francia
“tipo ideal” de gobierno y de- (Anderson, p.38). El sector in-
sarrollo de movimientos de dustrial no es ya el sector
masas. II. ¿EN QUÉ CONSISTE LA principal ni el motor de la
CRISIS DE LA MODERNI- economía. La fuerza principal
La cultura y la racionalidad DAD? de la producción ha pasado
modernas se remontan, como a ser el conocimiento. En la
señalaba Weber, hasta la éti- Es obvio que la modernidad agonía de la sociedad indus-
ca protestante, pero encuen- está en crisis. Alain Touraine trial, agonizan también el
tran su apogeo en el Iluminis- (1992) ha descrito magistral- movimiento sindical, la pro-
mo. La industrialización fue mente esta crisis, sus etapas ducción masiva, la cultura de
permitida por la acumulación y sus laberintos, precisando masas y los medios masivos.
de capital, favorecida por la que si el siglo XIX fue el de la
colonización iniciada a fines “modernidad triunfante” (p. 3. En el núcleo de significa-
del mismo siglo XV, pero se 121, por ejemplo), el siglo XX ción política, por último, lo
despliega sobre todo a partir ha albergado el agotamiento que está en crisis es el Esta- 11
de la primera revolución in- y la crisis de la modernidad, do nacional, y con él la viabi-

10 11
lidad de la democracia y de gunda paradoja tiene que ver mente ligadas a ellos, ya que

Modernidad y cultura de paz la noción misma de ciudada-


no, piedra angular del ideal
democrático.
con el mantenimiento de la
lógica de la defensa y la gue-
rra, más allá del mismo apo-
geo de los Estados naciona-
aluden a realidades coetá-
neas e intersecantes con la
globalización y la posmoder-
nidad:
El Estado-nación ha sido, en les, que habían constituido la
rigor, un fenómeno cuasi-ex- palanca y la razón de ser del 1. el concepto de sociedad de
clusivo de la modernidad, desarrollo de la industria mi- la información, que, a partir
época en la cual se constru- litar. de los neologismos, ya en des-
yen simultáneamente (o ad- uso, de las compunications y
quieren envergadura nacio- De manera que esta crisis la telematique, fue hasta ayer
nal) mercados y Estados. Es- amenaza la forma del Estado, la moneda de mayor circula-
tos Estados, constructores de aunque no sus contenidos ción para denominar a los
mercados nacionales, consti- históricos hechos de la com- cambios en curso4; y
tuyeron desde sus inicios, binación entre vigilancia y
por cierto, sociedades de la belicismo. Contenidos que 2. la imagen de la global
información. En efecto, los parecen permanecer, aún village5 que se retoma más
Estados nacionales se carac- cuando no sabemos a ciencia elaborada en esquemas re-
terizan, según Anthony cierta qué viene después del cientes, abocados al actual
Giddens (1985) por dos rasgos Estado nacional: ¿el Estado reemplazo de la cultura de la
principales: supra nacional? ¿la fragmen- escritura por la cultura del
tación? ¿ambos a la vez? audiovisual. Lo que había
(a) el desarrollo de una inten- empezado a vislumbrar el “in-
sa vigilancia sobre sus ciuda- Se trata de preguntas absolu- tegrado” Mac Luhan 6, hoy
danos, que es la base de su tamente pertinentes en Amé- fundamenta una crítica mul-
compleja organización, pues- rica Latina, donde las dicta- tiforme, y a veces “apocalíp-
to que la eficiencia del mer- duras militares han sido po- tica” a la televisión, en la que
cado requiere vigilancia, lo sibles gracias al poder de fue- participan entre muchos
que hace de organización y go alimentado por la necesi- otros, Jürgen Habermas, Karl
observación hermanas sia- dad de presentar a los veci- Popper, Pierre Bourdieu,
mesas; y nos una defensa creíble. ¿Se Giovanni Sartori y Régis
acaban el militarismo y la re- Debray.
(b) el hecho de que tales Es- presión interna con la paz
tados han sido creados por la duradera en América Central, Para ilustrar someramente
guerra y se mantienen por la entre Argentina y Chile o en- algunos elementos de esta
posesión de una defensa creí- tre Ecuador y Perú? ¿se ter- crítica: el desmontaje de la
ble, es decir que son intrín- minan nuestros Estados con televisión de servicio públi-
secamente dependientes de el MERCOSUR o con el TLC? co (modelo BBC) constituye
la defensa, de la industria mi- un hecho mayor dentro de
litar, y de la cultura bélica. los procesos de decadencia
III. ¿HAY LUGAR PARA LA de la “esfera pública burgue-
La crisis de la modernidad, DEMOCRACIA DESPUÉS DE sa” y de “refeudalización”,
sin embargo, alimenta dos LA MODERNIDAD? 3 analizados por Habermas
paradojas. Una primera para- (1989). Considerado el filóso-
doja consiste en que, a pesar Entre nosotros, globalización fo de la libertad, “por exce-
de la crisis del Estado, se y posmodernidad son térmi- lencia”, Karl Popper, ha di-
mantienen, prolongan y exa- nos que han tendido a despla- cho por su parte, que “la te-
cerban la organización y la zar, pasmar o interrumpir la levisión corrompe a la huma-
vigilancia que dieron origen reflexión en torno a otras dos nidad, es como la guerra”
al Estado nacional. Una se- nociones, que están íntima- (1992, p. 93). Y, cuestionan-

diálogos
de la comunicación

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do el papel de la televisión lecomunicaciones (laser, sa- necesario e imprescindible.
en la vida democrática, el télites, internet); y sin la La democracia ha existido
sociólogo Pierre Bourdieu ha transformación radical de la sobre la base de los espacios
llamado a “combatir para cultura y de la política que públicos, la discusión racio-
que la comunicación audio- estos vehículos portan. nal de propuestas y la bús-
visual, que habría podido queda de negociaciones y
volverse un extraordinario La crisis de la modernidad consensos. Es esta la base
instrumento de democracia puede entenderse en el terre- que resulta erosionada y que

R. Roncagliolo
directa no se convierta en no de la política como el ad- se sustituye por ejercicios
instrumento de opresión venimiento de la globaliza- mercantiles de seducción a
simbólica” (1996, p. 8). ción/videoesfera en la que se los electores y de venta de los
desvanecen los cimientos candidatos como productos
Giovanni Sartori, quizás el mismos de la vida democrá- cuyos valor en el mercado y
más conocido analista de la tica. La video-política acom- propuestas se fijan por las
democracia y los sistemas paña una nueva conversión encuestas de opinión (según
políticos contemporáneos, se de los sujetos individuales, el modelo de democracia
ha detenido a escribir un li- que ahora dejan de ser ciuda- cuya factura inicial se expidió
bro sugerentemente titulado danos (a los cuales hay que en los Estados Unidos, a par-
“Homo videns”, en el cual pro- convencer) para convertirse tir de la década de los años
pone que “el vídeo está trans- en consumidores (a los cua- treinta).
formando al homo sapiens, les hay que seducir) (Debray,
producto de la cultura escri- 1991). Lo que hace elocuen- Dentro de este nuevo paisa-
ta, en un homo videns para el temente Sartori es explorar y je crítico de la política uni-
cual la palabra está destrona- explicar las consecuencias de versal y de la democracia,
da por la imagen” (p. 11); con este vaciamiento de la vida existe una forma específica
lo cual el pensamiento con- política y del ejercicio demo- de manejo estatal que con-
ceptual y abstracto (que ca- crático. siste en la constitución de un
racteriza al homo sapiens) tipo de Estado que llamare-
queda reemplazado por la Todo lo cual nos sitúa ante la mos liberal-autoritario, a tí-
percepción, sensible y con- crisis de la política, de los tulo provisional y a falta, por
creta. En la misma perspecti- partidos y de la democracia, ahora, de una denominación
va, Régis Debray (1991, 1995) que es una crisis universal y más precisa. Este tipo de Es-
ha hablado del fin de la logos- que desborda ampliamente la tado es liberal en la econo-
fera (predominio de la im- explicación a partir del ago- mía y formalmente democrá-
prenta) y su reemplazo por la tamiento de los paradigmas tico en la política. Pero esta
videoesfera (cultura del ideológicos, para arraigar en formalidad democrática
audiovisual). esta transformación de largas oculta un ejercicio del poder
data y aliento, que es la trans- profundamente autoritario y
Subyace a esta unanimidad formación en los paisajes y en sofisticadamente represivo
multidisciplinaria de críticas, el consumo culturales y, so- en sus efectos. Este Estado
la idea de que más que un bre todo, la transformación parece existir en diversas
cambio técnico lo que tene- de las mediaciones entre los partes del mundo, pero ha
mos en frente es un cambio seres humanos y entre éstos emergido también en Améri-
cultural que afecta a la natu- y la técnica. ca Latina, en el caso del
raleza misma de la democra- Perú7.
cia, de la vida política y del De esta manera, la crisis de
Estado. La globalizacion sería la modernidad es una profun- Es por este carácter, poten-
imposible e ininteligible sin da crisis de la democracia y cialmente paradigmático (y
sus vehículos culturales: la de la noción del ciudadano no sólo por el obvio interés 13
TV, la computadora y las te- que es su sustento y su actor particular del autor de esta

12 13
ponencia), que parece perti- te en la televisión de señal El control monopólico de la

Modernidad y cultura de paz nente traer a colación el caso


del actual Estado peruano,
expuesto con evidencia ante
el mundo entero, en las últi-
abierta.

Este conjunto de caracterís-


ticas no se ha presentado, al
televisión permite, ante todo,
según el viejo concepto de la
agenda setting, determinar
qué alternativas políticas
mas elecciones generales rea- menos no en una magnitud existen socialmente y cuáles
lizadas en este país. siquiera remotamente com- no. Como, entre muchos
parable, en ninguna de las úl- otros, lo ha señalado Castells:
Estas elecciones recién pasa- timas elecciones hispano- “Aunque sus efectos sobre las
das, se caracterizaron por un americanas (en orden regre- opciones políticas es muy di-
conjunto de características sivo Venezuela, México, Repú- verso, en las sociedades
absolutamente inaceptables blica Dominicana, Guatemala, avanzadas, la política y los
desde el punto de vista de los Chile, Uruguay, Argentina) y, políticos que no aparecen en
estándares democráticos en general, hace mucho que televisión no tienen ninguna
internacionalmente acepta- estaban ausentes de los pai- posibilidad de obtener el apo-
dos. Tales características se sajes electorales de la región yo público, ya que las mentes
pueden resumir en cuatro ele- y de otras partes del mundo. de la gente se informan sobre
mentos8: Como lo señalara la experta todo por los medios de comu-
electoral británica Rebecca nicación, y el más importan-
1. Adaptación forzada del mar- Cox, al encabezar su informe te de ellos es la televisión. Su
co constitucional, legal e de una temprana observa- impacto social funciona en el
institucional a fin de permitir ción del proceso electoral modo binario: ser o no ser”
un tercer período de gobier- peruano, “el Perú en el 2,000 (368).
no para el Presidente Fujimori posee las instituciones y la
y neutralizar toda iniciativa de apariencia de una democra- En el régimen peruano, cuan-
impugnación al mismo. cia, pero no las normas ni la do, a pesar del control de la
esencia” (Cox, p. 1). televisión, un actor social lo-
2. Establecimiento de autori- gra despegar del pantano de
dades electorales manifiesta- La piedra angular de esta for- la ignorancia colectiva (es
mente parcializadas y, consi- ma nueva de autoritarismo no decir, del no ser), como ha
guientemente, de un conjun- reside en el control simultá- ocurrido en el último proce-
to inagotable de actos fraudu- neo de todo el aparato del Es- so electoral, la televisión se
lentos, desde la falsificación tado (Ejecutivo, Legislativo, utiliza para vilipendiar y en-
de firmas para inscribir a un Judicial y, en particular, el ejér- vilecer. Este vilipendio, que
movimiento político hasta la cito), que es lo ya conocido. ha logrado tumbar candida-
compra de parlamentarios Lo nuevo es la manera en que to tras candidato, es el com-
electos. se establece el control sobre plemento de la desinforma-
la televisión de señal abierta. ción9.
3. Intensa participación de to- En la medida en que el set de
das las instancias estatales (y, televisión ha reemplazado a la Lo nuevo y extraordinario, y
en particular, de las Fuerzas plaza pública como terreno lo que diferencia a este tipo
Armadas) en la campaña elec- principal de la acción política de régimen de las antiguas
toral del candidato-presiden- (que ya no es convencimien- dictaduras militares, es que
te y en la contracampaña de to sino seducción), el control todo esto puede operar a par-
hostigamiento y represión de la televisión permite cons- tir y en nombre de la libertad
contra todos los otros candi- truir y mantener un tipo de de prensa (= libertad de em-
datos. dictadura que, por supuesto, presa). En el Perú, la censura
se asemeja menos a las dicta- política opera revestida de
4. Inexistencia de competen- duras militares de ayer que al censura comercial10. Legal y
cia electoral, particularmen- “1984” de Orwell. formalmente el Estado no in-

diálogos
de la comunicación
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terfiere en nada. Más aún, el IV. ¿ES POSIBLE UNA CULTU- una causal de expulsión. Ello
Estado ha llegado a recono- RA DE PAZ? explica también que sea la
cer el desequilibrio de la si- OEA la que pone la mesa para
tuación, pero reclama no po- Para hablar de la paz, hace las negociaciones entre el
der hacer nada, justamente falta partir de los consensos gobierno y la oposición pe-
en nombre del sagrado prin- sobre los que se funda el nue- ruanas, destinadas a organi-
cipio de la libertad de expre- vo orden internacional real- zar la transición a la democra-
sión. mente existente. A menudo se cia.

R. Roncagliolo
piensa que el único consen-
Sus mecanismos de férreo so de la globalización es el Como señala López Pintor,
control sobre la televisión neoliberalismo. Sin embargo, “en la última década del siglo
son todos “legales”: la depen- la globalización parece estar- XX se han librado alrededor
dencia financiera de la publi- se realizando con otros dos de cincuenta conflictos arma-
cidad estatal (en época de consensos adicionales: el de dos entre guerras civiles y
recesión, cuando el resto de la democracia como forma de territoriales, la mayor parte
la publicidad declina), la gobierno y el de la universal relacionadas con la tensión
tributación, los juicios comer- adhesión a los derechos hu- entre las superpotencias de la
ciales manejados por un po- manos. O sea que son tres los guerra fría y el colapso del
der judicial enteramente su- términos sobre los cuales se orden soviético. Simultánea-
bordinado al Ejecutivo, y los construye la sociedad global: mente se producía una olea-
chantajes a cargo del servicio el mercado, la democracia y da democratizadora sin pre-
de inteligencia. los derechos humanos. En los cedentes históricos. Contán-
tres se vive la cesión de so- dose el siglo entre los más
Así, cuando la política es beranías nacionales en bene- cruentos de la era moderna,
videopolítica, un Estado auto- ficio de instancias suprana- llega a su fin bajo el impulso
ritario (directamente susten- cionales. de la fortuna con más de dos
tado en la Fuerza Armada tercios de los gobiernos na-
como su “partido”) puede En materia de derechos hu- cionales basados en eleccio-
afirmarse y pretender título de manos, lo acontecido con el nes libres. Hace veinte años,
legitimidad, recurriendo pre- general Pinochet demuestra cuando la transición en Espa-
cisamente a las ideas neoli- el cambio de los tiempos y ña, había poco más de 30 de-
berales que circulan como autoriza a exonerarse de cual- mocracias en todo el mundo.
bandera y emblema de la quier comentario adicional. Al escribir estas líneas, el nú-
globalización. ¿Será ésta una Lo que, en cambio, vale la mero de regímenes democrá-
excepción anacrónica, un mo- pena subrayar, es que a pesar ticos en distintas fases de
delo o una de las variantes de de la crisis de la democracia consolidación rondaba los
organización del Estado en la vivimos una innegable expan- ciento cincuenta. La contra-
crisis de la modernidad? sión y consolidación de los dicción entre violencia y ne-
regímenes formalmente de- gociación se salda a favor del
Sea como fuere, la crisis de la mocráticos, así como la emer- pacto”. (López Pintor, p. 15).
modernidad es crisis de la gencia de instancias interna- De manera que vivimos tiem-
democracia y de los partidos cionales fundadas sobre la pos en los que la democracia
políticos, en todas partes del adhesión a la democracia. No parece crecer en extensión
mundo y en todos los países es casualidad que tanto la geográfica, a pesar de dismi-
latinoamericanos, aún cuan- OEA como el MERCOSUR se nuir en intensidad y calidad.
do no en todos ellos se haya definan como clubes demo-
llegado al grado de pulveriza- cráticos, que hacen de la exis- Este auge en el número de
ción de las organizaciones tencia de regímenes demo- regímenes formalmente de-
políticas que han experimen- cráticos una condición de mocráticos alimenta la espe- 15
tado Perú y Venezuela. membresía; y de su ausencia, ranza de la paz. Sin embargo,

14 15
los Estados nacionales y las medida en que esta pérdida el desarrollo de movimientos

Modernidad y cultura de paz democracias modernas, como


ya se ha dicho, se fundaron
sobre la guerra. Una de las crí-
ticas posmodernas a las ilu-
de necesidad se traduzca en
hechos, dejarán de tener ra-
zón de ser la industria bélica
y, ojalá, la cultura bélica. Di-
de comunicación comunitaria
y de vigilancia ciudadana.

Pienso, sobre todo, en dos


siones de la modernidad gamos, entonces, que la paz ejemplos: el primero es el de
apunta precisamente al he- es más posible y viable aho- las radios comunitarias que,
cho de que nunca la guerra ra que en plena modernidad. a pesar de las políticas ten-
mató tantos hombres como dientes a expulsarlas del es-
en la época moderna, a pesar pacio electromagnético, se
de las promesas iluministas V. ¿DE QUÉ DEPENDE LA consolidan en América Latina
(Lyotard, p. 37 y ss., Webster, CULTURA DE PAZ? y en todo el mundo, sirvien-
p. 167). do de vehículo a las más di-
No es un dato secundario el versas expresiones culturales
La búsqueda de la paz puede que los comunicadores haya- que buscan crear un clima de
entenderse como una reivin- mos transitado de las comu- tolerancia y convivencia, ta-
dicación característica de nicaciones a la cultura; de las rima tanto para la paz como
esta época, al lado de las rei- políticas nacionales de comu- para la democracia.
vindicaciones de género y nicación a las políticas cultu-
ambientalistas. La noción rales; de la comunicación Mi segundo ejemplo se refie-
marxista de la violencia como para la paz a la cultura de paz. re a los movimientos de vigi-
partera de la historia cede Este tránsito forma parte de lancia ciudadana, que han
lugar, en todas partes, a una nuestro desplazamiento des- emergido como un nuevo tipo
cierta sana obsesión por la de los medios hacia las me- de movimientos sociales, al
democracia y la paz. diaciones (tema emblemático lado del feminismo, y de los
de Jesús Martín Barbero) y grupos de defensa del medio
Lo importante es que la idea desde los instrumentos y es- ambiente y de consumidores.
y el ideal de la paz no se re- tructuras de producción ha- Entre estos nuevos movi-
ducen a la ausencia de gue- cia los procesos de consumo mientos de vigilancia ciuda-
rras. Como lo anuncian todos (en el camino recorrido por dana destacan, en América
los movimientos pacifistas Nestor García Canclini). Latina, los grupos de obser-
contemporáneos, “la paz es vación electoral, que ya exis-
un concepto que para que Ciertamente no estamos so- ten en México, Guatemala,
pueda ser real, requiere de la los en esta ampliación de mi- Nicaragua, Panamá, Repúbli-
realización de otros valores ras y de focos de preocupa- ca Dominicana, Venezuela,
con un alto grado de anterio- ción. También la UNESCO, Colombia, Perú, Paraguay,
ridad: justicia social, igual- bajo la conducción de Fede- Argentina y Chile; los mismos
dad, democracia, libertad, rico Mayor, y con inspiración, que se han agrupado en el
solidaridad, tolerancia y con- entre otros, del peruano Feli- “Acuerdo de Lima” y que ob-
ciliación” (CEAPAZ, p. 7). pe Mac Gregor S.J., se ha com- servaron juntos las eleccio-
prometido en la búsqueda y nes municipales del domingo
Lo importante es que la sali- construcción de una cultura 5 de noviembre en Nicaragua.
da de la modernidad supone de paz.
una pérdida de peso de los Para estos grupos, “la demo-
Estados nacionales, en bene- Quisiera terminar señalando cracia es demasiado impor-
ficio de organismos supraes- que la posibilidad de desarro- tante para dejarla sólo en
tatales. Esta doble condición llar una cultura de paz (en las manos de los políticos”. Su
abona la conciencia de que antípodas de la cultura de reivindicación del derecho de
los ejércitos son cada vez guerra, característica de la los ciudadanos a vigilar la
menos necesarios; y en la modernidad) descansa sobre vida política, anuncia que los

diálogos
de la comunicación
ciudadanos, supervigilados no ‘posmodernismo’ emergió prime- 6. No es de extrañar que Marshall Mc
en la modernidad, al decir de ro y muy tempranamente en el mun- Luhan fuera un fuerte inspirador de
Giddens, intentan ahora vigi- do hispánico de los años treinta, con John Cage, quien, junto con Robert
lar a los vigilantes. Federico de Onís; y que, a su vez, “el Rauschenberg y Buckminster Fuller
término ‘modernismo’ como denomi- son autores principales en la clásica
Concluyamos, entonces, que nación de un movimiento estético fue y fundacional bibliografía posmoder-
la democracia y la cultura de acuñado por un poeta nicaragüense nista publicada en 1971 por Ihab
paz dependen de nuevas or- que escribía en un periódico guate- Hassan (véase Anderson, ps. 27 y ss.).

R. Roncagliolo
ganizaciones ciudadanas, en malteco sobre un encuentro literario
las que los comunicadores que había tenido lugar en el Perú” 7. Los casos similares más citados
podemos encontrar un her- (Anderson, p. 9, citando al escritor son los de Malasia, en Asia, y
moso desafío y una excelen- peruano Ricardo Palma). Zimbawe, en Africa. En América Lati-
te manera de desplegar nues- na, el Perú actual ha sido comparado
tras competencias profesio- 3. Se retoman aquí algunas ideas ex- a menudo con los inicios del régimen
nales. puestas en el Seminario “Cultura, co- uruguayo de Bordaberry. Sin embar-
municación y Estado en América La- go, lo que sostenemos en estas líneas,
tina, los desafíos de la globalización”, es que el régimen de Fujimori com-
organizado por el Centro de Estudios parte con el de Bordaberry su origen
Avanzados de la Universidad Nacio- civil junto con su sustento principal-
nal de Córdoba (Argentina) y la World mente militar, pero difiere en lo sus-

1. Como se sabe, Tehranian Association for Christian Commu- tantivo por sus mecanismos de ejer-
NOTAS

y Kia describen la historia nication, que tuvo lugar en Córdoba, cicio del control y la represión.

de la humanidad como la su- Argentina, entre el 6 y el 8 de julio del

cesión de siete tsunamis de 2,000. La ponencia del autor, que aquí 8. El desarrollo y documentación de

democratización. El primer se retoma se tituló Estado y globali- estos cuatro elementos se encuentra

tsunami viene dado por la aparición zación: reflexión desde el Perú (en en la página Web y en las publicacio-

de la escritura y de la historia, 8,000 prensa). nes de TRANSPARENCIA, en particu-

años antes de Cristo. El segundo por lar en el documento citado en la bi-

la expulsión de los moros de España, 4. Prescindimos aquí de la discusión bliografía.

el descubrimiento de América (1492) sobre la pertinencia de cada término

y la imprenta; el tercero, que fijan sim- y sobre los efectos específicos de la 9. En esta genuina construcción de

bólicamente en la Paz de Westfalia informatización, que hemos tratado chivos expiatorios, el régimen perua-

(1648), por el desarrollo de las Nacio- en el artículo que se registra en la no se asemeja al fascismo. Sólo que

nes Estado, que va a dar origen a las bibliografía (1997). Además, después no es capaz de movilizar masas. Así,

revoluciones liberales de Inglaterra de más de medio siglo de televisión, los mítines del gobierno reúnen poca

(1688), Estados Unidos (1776) y Fran- los efectos de la “videoesfera” sobre gente (en general, pagada para asis-

cia (1789). El cuarto tsunami corres- la política y el Estado resultan más tir) y concitan escaso entusiasmo.

ponde a la expansión de las revolu- asibles que los de la informatización,

ciones democráticas y tiene como que apenas ha cumplido veinte años 10. Como lo recuerda Debray (1991),

año emblemático 1848. El quinto se (edad de la PC) desde su ingreso a en la historia ha habido tres censu-

inicia con la segunda post-guerra los bienes de consumo directo y a la ras sucesivas: la eclesiática, la políti-

mundial (1945), el sexto con el fin de vida cotidiana. Parece, pues, ser aún ca y la comercial. El modelo peruano

la guerra fría (1989) y el sétimo per- temprano para analizar la “cultura de permite combinar, por lo menos, las

tenece al territorio de la futurología. la virtualidad real” de que habla dos últimas (con manotazos de la
Castells (1996, volúmen I, ps. 359 y ss.) primera desde el Arzobipado de

2. Prescindimos en este texto de una Lima).

discusión específica sobre los conte- 5. El IX Encuentro de FELAFACS, rea-

nidos y alcances del posmodernismo lizado en Lima en 1997, se tituló jus-

y la posmodernidad. Pero no pode- tamente “Desafíos de la comunica- 17


mos dejar de recordar que el térmi- ción globalizada”.

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diálogos de la comunicación

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