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HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

CUADERNO DE MORFOLOGÍA

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EDICIONES DE LA ASOCIACIÓN ANDALUZA
DEPROFESORES DE ESPAÑOL
«ELIO ANTONIO DE NEBRIJA»

MONOGRAFÍAS

EDITA:
Asociación Andaluza de Profesores de Español «Elio Antonio de Nebrija»
Apartado de Correos 89
41940 TOMARES (SEVILLA)
Teléfono 649 695233

IMPRIME.
Imprenta Sand S.L.
C/ La Industria, 8 • 41900 CAMAS (SEVILLA)

DEPÓSITO LEGAL: SE-5476-07


ISBN: 84-88842-17-1
INDICE

Prólogo ..................................................................................... 9

Clases de palabras o paradigmas .................................................................. 11

El sustantivo ................................................................................ 13
1. Conceptos. ................................................................................... 13
2. Concordancia. .............................................................................. 14
3. Flexión del nombre. ....................................................................... 15
4. Clasificación semántica de los sustantivos. ....................................... 17
5. Semántica del texto. ¿Qué aporta el nombre? .................................. 18

El adjetivo calificativo .................................................................... 19


1. Conceptos. ................................................................................... 19
2. Género y número del adjetivo. ........................................................ 21
3. Grados de significación del adjetivo. ................................................. 21
4. Apócope del adjetivo. .................................................................... 22
5. Semántica del texto. Importancia de la posición, abundancia y clase
de los adjetivos ............................................................................. 23
6. ¿Cómo podemos calificar y determinar el nombre? ........................... 24

Los determinantes ........................................................................ 25


1. Conceptos. ................................................................................... 25
2. Clases:
- Determinantes artículos. ........................................................ 26
- Determinantes posesivos. ...................................................... 27
- Determinantes demostrativos. ................................................ 27
- Determinantes indefinidos. ..................................................... 28
- Determinantes numerales. ..................................................... 28
- Determinantes interrogativos y exclamativos. ........................... 29
- Determinantes relativos. ........................................................ 29
3. Semántica del texto. ¿Qué aportan los determinantes? ..................... 31

Los pronombres ....................................................................................... 33


1. Conceptos. ................................................................................... 33
2. Clases:
- Pronombres personales. ......................................................... 34
- Pronombres posesivos. .......................................................... 36
- Pronombres demostrativos. .................................................... 37
- Pronombres indefinidos.......................................................... 38
- Pronombres numerales. ......................................................... 38
- Pronombres interrogativos y exclamativos. ............................... 39
- Pronombres relativos. ............................................................ 39
3. Semántica del texto. ¿Qué aportan los pronombres? .......................... 41


El verbo ..................................................................................... 43
1. Conceptos. ................................................................................... 43
2. Nombre de los modos, de los tiempos simples y de sus compuestos. .... 44
3. Clases de morfemas o desinencias verbales y significados que aportan. 46
4. La conjugación verbal. ................................................................... 51
5. Clasificación morfológica de los verbos. ........................................... 51
6. Significados y usos de los tiempos y formas verbales. ......................... 55
- Del modo indicativo. .............................................................. 55
- Del modo condicionado.......................................................... 57
- Del modo subjuntivo. ............................................................. 57
- De las formas no personales. ................................................... 59
- Errores más frecuentes en el uso de las formas verbales. ............ 62
7. Perífrasis verbales. ........................................................................ 62
8. El sintagma verbal. Su estructura. ................................................... 65
9. Semántica del texto. ¿Qué aporta el verbo? ..................................... 65

El adverbio................................................................................... 69
1. Conceptos. ................................................................................... 69
2. Clasificación semántica.................................................................. 71
3. Semántica del texto. ¿Qué aporta el adverbio? ................................ 72

La preposición .............................................................................. 75
1. Conceptos. ................................................................................... 75
2. Locuciones preposicionales. ........................................................... 77
3. Clases de preposiciones. ................................................................ 78
4. Análisis de otras posibles preposiciones. ........................................... 78
5. Análisis de los valores semánticos más frecuentes que comportan
las preposiciones propias. ............................................................... 80
6. Semántica del texto. ¿Qué aportan las preposiciones? ....................... 85

La conjunción ............................................................................... 87
1. Consideraciones previas. ................................................................ 87
2. Conceptos. .................................................................................. 87
3. Clases de conjunciones. ................................................................. 90
4. Semántica del texto. ¿Qué aportan las conjunciones? ....................... 93

La interjección .............................................................................. 95
1. Conceptos. ................................................................................... 95
2. Clases de interjecciones. ................................................................ 97
3. Semántica del texto. ¿Qué aportan las interjecciones? ....................... 98


PRÓLOGO

Mi trabajo en la enseñanza como profesor de Lengua Española y Literatura me ha hecho


ver que sin unos conocimientos mínimos de Morfología es imposible el estudio y la perfecta
comprensión de la Sintaxis.
También es evidente que sin estos conocimientos se dificulta el aprendizaje de otros idio-
mas.
Además, en algunos/as alumnos/as que acceden a primero de Bachillerato se detectan fa-
llos en la conjugación verbal, confusión entre adjetivos y adverbios, desconocimiento de nexos
conjuntivos fundamentales...
Estas circunstancias me han animado a confeccionar este Cuaderno de Morfología como
instrumento complementario de trabajo; con él pretendo facilitar a los alumnos/as el cono-
cimiento de las categorías gramaticales y la comprensión de la formación y estructura de las
unidades funcionales sintácticas, los sintagmas.
Presento en este cuaderno las clases de palabras agrupadas en un bloque y propongo que los
alumnos/as las estudien así, para conseguir una visión unitaria de esta rama de la Gramática.
En el cuaderno se analizan ocho categorías gramaticales (nombre, adjetivo, determinante,
pronombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción) y la interjección.
Propongo como método de trabajo el deductivo. Los alumnos, en primer lugar, estudian y
aprenden el contenido de una categoría y después, realizan ejercicios, prácticos y teóricos. No
incluyo ejercicios. El análisis de las categorías gramaticales, en fragmentos literarios y en textos
creados por los mismos alumnos, resulta eficaz para la comprensión y fijación de esta materia.
Cada profesor seleccionará la cantidad de contenidos que sus alumnos deberán estudiar en
cada nivel educativo.
A modo de orientación:
- En los niveles primero y segundo de E. S. O. se estudiarían sólo los conceptos semán-
ticos y las clases de cada categoría. También las conjugaciones de los verbos modelo
y del auxiliar haber.
- En los niveles tercero y cuarto de E. S. O estudiarían la misma materia y añadirían el
estudio de las perífrasis verbales, del verbo ser y estar (este deberá añadirse) y de los
conceptos morfológico y sintáctico de cada categoría gramatical.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- En primero y segundo de Bachillerato, se amplía el estudio del verbo.


Entiendo que lo ideal sería lograr un aprendizaje significativo; pero la experiencia me enseña
que la repetición en cada nivel de unos pocos contenidos fundamentales y su memorización son
necesarios como base de estudios posteriores más complejos y abstractos. El aprendizaje sig-
nificativo consiste en adquirir nuevos conocimientos enganchándolos con otros anteriores; pero
primero hay que crear un núcleo, unos conocimientos memorizados, asimilados y básicos con
los que relacionar los sucesivos. Y este núcleo básico, este punto de partida en la asignatura de
Lengua Española, creo que debe consistir en el dominio de las categorías gramaticales o clases
de palabras.
No me he limitado a una mera repetición de los contenidos expuestos en otros tratados.
Propongo algunas, sólo algunas, perspectivas nuevas y razonadas basadas en la experiencia del
aula y en la consulta de los textos que se citan al final de este prefacio; añado un comentario
del valor semántico que cada categoría gramatical aporta al discurso. He procurado mantener
la terminología tradicional.
Cito algunas modificaciones:
- Eliminación del modo verbal imperativo. Proponemos los modos: indicativo, condicio-
nado y subjuntivo.
- Consideración de las pasivas directas como copulativas de pasiva.
- Inclusión de las conjunciones adversativas entre las conjunciones subordinantes.
He tenido en cuenta los siguientes textos:
- Real Academia Española, Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, Edito-
rial Espasa-Calpe.
- Emilio alarcos Llorach, Gramática de la lengua española, Editorial Espasa.
- Antonio Alonso Marcos, Glosario de terminología gramatical (Unificada por el Ministe-
rio de Educación y Ciencia), Editorial Magisterio.
- Manuales de estudio de diversas editoriales.

La Carolina, enero de 2004.


CLASES DE PALABRAS O PARADIGMAS
(CATEGORÍAS GRAMATICALES,
PARTES DE LA ORACIÓN, PARTES DEL DISCURSO)
Las palabras se pueden estudiar principalmente desde cuatro puntos de vista diferentes:
fónico, morfológico, sintáctico y semántico.
1. El estudio fónico permite explicar los fonemas, sonidos y sílabas que componen una
palabra, el acento y la pronunciación. Las partes de la Gramática que lo realizan son
la Fonética y la Fonología.
2. El estudio morfológico se ocupa de la forma de las palabras y de los cambios que ex-
perimentan (flexión, composición y derivación). De él se ocupa la Morfología.
3. El estudio sintáctico nos indica las funciones que desempeñan las palabras en la ora-
ción y cómo se unen formando oraciones simples y complejas. La Sintaxis es la parte
de la gramática que lo realiza.
4. El estudio semántico nos dice lo que significan las palabras y explica sus cambios de
significado. Lo realiza la Semántica.
El Glosario de terminología gramatical unificada, publicado por el Ministerio de Educación y
Ciencia en 1986, cita las siguientes partes de la oración: 1. Nombre o sustantivo. 2. Adjetivo (ca-
lificativo). 3. Determinante. 4. Pronombre. 5. Verbo. 6. Adverbio. 7. Preposición. 8. Conjunción.
Veremos, también, la interjección, aunque su lugar de estudio podría ser la Sintaxis por su
equivalencia oracional.
Definiremos cada una de las partes de la oración desde los puntos de vista: morfológico,
sintáctico y semántico.
Dejaremos el estudio detenido y extenso de la Sintaxis para un trabajo posterior. No obs-
tante, considerando que los límites entre Morfología y Sintaxis no son tajantes, incluimos en
este cuaderno un concepto sintáctico de cada paradigma, las estructuras de los sintagmas,
y el estudio sintáctico de algunas partículas (determinantes relativos, pronombres relativos,
adverbios relativos...), porque lo consideramos conveniente para la mejor comprensión de la
materia que nos ocupa.


EL NOMBRE O SUSTANTIVO
Nombra seres y conceptos: mesa, libro, mano, tierra, silla, día, mente, dolor, simpatía…

1. CONCEPTOS
Concepto morfológico.
Es un lexema (monema con significado propio) variable que admite morfemas flexivos de
género y número (niñ-o/-a/-s) y derivativos (caball-o/-ería). Concuerda con los determinantes
y adjetivos que lo acompañan en género y número y, en la oración, con el núcleo del predicado
(verbo) en número y persona cuando actúa de sujeto.

Concepto sintáctico.
Constituye el núcleo del sintagma nominal. Destaca su capacidad para actuar como núcleo
del sujeto. La niña canta.
Aunque el estudio de los sintagmas (unidad funcional dentro de la oración) pertenece a la
sintaxis, consideramos oportuno indicar sus estructuras en este estudio de Morfología.
Estructura del sintagma nominal:
(C.N.) + N. + (C.N.)
(Complemento/s del nombre) + Núcleo + (Complemento/s del nombre)
El único elemento imprescindible es el núcleo sustantivo.
El núcleo puede ser: nombre (la casa está allí), elemento sustantivado (el rojo me gusta),
pronombre (todos cantaban) o infinitivo (fumar es nocivo).
Los complementos del nombre pueden ser: un determinante (artículo, posesivo, demostrati-
vo, indefinido, numeral, interrogativo, exclamativo, relativo): mi casa, la casa mía; un sintagma
adjetivo, antepuesto o pospuesto (el viejo árbol, la casa nueva); una proposición subordinada ad-
jetiva (la casa que compré es aquella); un sintagma nominal en aposición (mi tía Pepa llega hoy);
un sintagma preposicional nominal (la casa de mi abuela se vende).
Ejemplo de la expansión de un sintagma nominal:
Río (sintagma nominal núcleo).
N.
El río (recibe un complemento –determinante artículo–antepuesto).
C.N.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

El río aquel (recibe dos complementos –determinantes–: antepuesto y pospuesto).


C.N. C.N.
Caudaloso río (el núcleo recibe un complemento –adjetivo antepuesto–).
C.N.
Río caudaloso (recibe un complemento –adjetivo pospuesto–).
C.N.
Río que atravesamos ayer (recibe un complemento –subordinada adjetiva–).
C.N.
Río de Andalucía (recibe un complemento –sintagma preposicional nominal–).
C.N.
Río Guadalquivir (recibe un complemento –sintagma nominal en aposición–).
C.N.
El núcleo puede recibir varios complementos a la vez:
Ese caudaloso río que vimos ayer
C.N. C.N. N. C.N.
S.N.

Concepto semántico.
El sustantivo o nombre sirve para nombrar personas, animales, cosas y conceptos: Pedro,
vaca, piedra, salud.
Una palabra o un conjunto de palabras pueden desempeñar funciones propias del sustantivo
si se nominalizan o sustantivan al llevar un determinante presentador transpositor (artículo
normalmente) delante: El rojo es mío; lo que has dicho me preocupa...

2. CONCORDANCIA DEL NOMBRE


Primera. El sustantivo, dentro del sintagma nominal que forma, coincide en género y nú-
mero con los adjetivos calificativos y determinantes que lo acompañan: Est-a blanc-a palom-a;
est-o-s blanc-o-s palom-o-s.
Segunda. El nombre sujeto, dentro de la oración, presenta el mismo número y persona que
el núcleo del predicado: La niña canta (ella: singular, tercera persona); los niños cantan (ellos:
plural, tercera persona).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

3. FLEXIÓN DEL NOMBRE (VARIACIÓN DE FORMA PARA EXPRESAR EL GÉNERO Y EL


NÚMERO).

3.1. El género.
Divide los nombres en masculinos y femeninos. A veces, aporta información sobre el sexo
en nombres de personas y animales; pero, generalmente, el género es arbitrario y de carácter
gramatical.

Morfos de género. No hay un morfo fijo para el género. Los más frecuentes son:
- Masculino. Alomorfos: o, e, y vacío (mon-o, nen-e, león-).
- Femenino. Morfo: a (mon-a).
Sin embargo, podemos comprobar su arbitrariedad en: man-o (femenino); map-a (mascu-
lino).
Truco para distinguir el género de los nombres. Añadimos un adjetivo calificativo o un
determinante artículo que posea flexión genérica (blanc/o/a/os/as; el,la,los,las) y según sea el
género del adjetivo o del determinante, así será el del sustantivo: piedra blanca (femenino); la
torre (femenino).
Cacofonía. Los determinantes el, un, algún se colocan ante nombres femeninos de número
singular cuando estos comienzan por a, ha tónicas para evitar una mala pronunciación: el alma
y no *la alma.

Algunos casos particulares de nombres según el género.


1. Algunos femeninos admiten los morfos femeninos –esa, -isa, -ina, -iz (princ-esa, poet-isa,
hero-ína, actr-iz).
2. Los nombres heterónimos distinguen el género con palabras distintas (proceden de éti-
mos o raíces diferentes): toro/vaca; caballo/yegua; hombre/mujer.
3. Los nombres de persona comunes en cuanto al género diferencian su género mediante
el determinante: el mártir / la mártir…
4. Los epicenos son nombres de animales comunes en cuanto al género, que se sirven del
mismo determinante; es necesario, por tanto, que añadamos los adjetivos macho/hembra
para diferenciar ambos géneros: el búho macho, el búho hembra.
5. Los nombres ambiguos se usan en los dos géneros: el mar/la mar, el calor/la calor…
6. Algunos nombres invariables no presentan variación genérica: el árbol, el jardín, el sol…
7. A veces, los morfos de género cambian el significado del nombre: el manzano/la man-
zana…


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

8. Otras veces, el determinante presentador es el que modifica el significado del nombre:


el cólera/la cólera...

3.2. El número en los nombres.


Nos informa sobre la cantidad de objetos o seres nombrados: singular (un objeto), plural
(varios objetos): el cesto-los cestos.

Morfos de número:
- Singular. Morfo vacío -
- Plural. Alomorfos: -s, -es, y vacío.
El singular no lleva morfo. Puede indicar un elemento (álamo) o un conjunto de elementos
(alameda) en los nombres colectivos.
El plural utiliza tres alomorfos para indicar: varios elementos (álamo-s), varios conjuntos
(robledal-es) o, en los nombres no contables, cantidad enorme o énfasis (agua-s).

Reglas más comunes de formación del plural:


Primera, reciben el morfo -es:
1. Los nombres acabados en consonante: león-leones, tambor-tambores, ley-leyes...
2. Los nombres terminados en -á, -í, -ú tónicas: alhelí-alhelíes... Aunque algunos admiten
-s (mamá-mamás, champú-champús...).
Excepción: los nombres que no sean palabra aguda y terminen en -s, -x, no varían (alomorfo
vacío): el lunes-los lunes, el tórax-los tórax...
Segunda, reciben el morfo -s:
1. Los nombres terminados en vocal átona: casa-casas...
2. Los nombres terminados en -é, -ó tónicas: café-cafés...

Algunos casos particulares del nombre según el número:


1. Hay sustantivos que sólo se emplean en singular (singularia tantum): sur, salud, sed…
2. Otros, sólo se utilizan en plural (pluralia tantum): víveres, ambages, esponsales…
3. Los nombres de objetos que poseen dos componentes suelen ir en plural, aunque se
tiende a usar, también, el singular: gafas, tijera/s, pantalón/es, tenaza/s, pinza/s…


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

4. Al formar el plural sólo tres nombres cambian la localización del acento: carácter-carac-
teres, régimen-regímenes, espécimen-especímenes.
5. Los nombres propios de persona cuando se refieren a varias personas y los apellidos de
personas ilustres que nombran una familia o estirpe admiten plural: los Rodrigos, los Aus-
trias; pero permanecen invariables los apellidos extranjeros (los Bécquer), los terminados
en -s, -z (los López, los Salas) y los de escritores y artistas famosos (los Machado).
6. En los nombres no contables el plural denota énfasis o ponderación: los humos, las
aguas…
7. Las palabras latinas que acaban en consonante permanecen invariables en plural ex-
cepto álbum (álbumes): los referéndum, los déficit…

4. CLASIFICACIÓN SEMÁNTICA DE LOS SUSTANTIVOS


A) Abstractos. Designan conceptos, ideas, sentimientos, objetos inmateriales que no pode-
mos percibir con los sentidos: dolor, ternura, odio…
B) Concretos. Nombran personas, animales, cosas, objetos materiales que podemos perci-
bir con nuestros sentidos: mesa, pan, agua…
Los concretos se dividen en propios y comunes.
B.1) Propios. Nombran seres particulares individualizándolos; pero sin dar sus caracte-
rísticas: Pedro, Ebro…
B.1.1) Propios antropónimos. Nombran personas: Miguel…
B.1.2) Propios patronímicos. Nombran estirpes, apellidos: López, García…
B.1.3) Propios topónimos. Nombran lugares, ciudades, regiones: Jaén, Ávila…
B.2) Comunes. Nombran personas, animales u objetos de la misma clase, señalando ca-
racterísticas comunes en ellos: casa, perro, coche…
B.2.1) Comunes incontables. Designan objetos que se miden o se pesan; pero no se
cuentan: harina, leche, vino, aceite…
B.2.2) Comunes contables. Designan personas, animales, objetos que se pueden con-
tar: dos gallinas, cinco vasos…
B.2.2.1) Comunes contables individuales. Denotan en singular un solo referente: silla,
casa…
B.2.2.2) Comunes contables colectivos. Designan en singular un conjunto de personas,
animales o cosas: familia, rebaño, arboleda, colmena...


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Todos se pueden clasificar, además, como animados (humanos o no) dotados de vida (áni-
ma) y movimiento voluntario: hombre, caballo... E inanimados, carentes de vida: calle, Gua-
diana, amor…

5. SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTA EL SUSTANTIVO?


El emisor, según su situación comunicativa (espacio, tiempo, circunstancias sociales y cul-
turales) y su intención (finalidad discursiva), selecciona determinadas categorías gramaticales
(nombre, determinante, adjetivo, pronombre, verbo...), las utiliza en mayor o menor medida y
las distribuye en el texto de acuerdo con un plan.
Estas decisiones originan, en cada acto creativo, un texto dotado de una particular cohe-
rencia y cohesión.
Será, por tanto, importante establecer en cada texto concreto qué categoría gramatical
predomina sobre las demás y el valor semántico que este aspecto aporta al discurso. Por ello, des-
pués del estudio de cada categoría daremos una orientación sobre su influencia en la semántica
textual.
El sustantivo nombra seres: personas, animales, ideas, sentimientos, cosas... Si predomina,
se reduce la acción verbal y aumenta la quietud, la estabilidad, la permanencia, el estatismo.
Según su clase, el referente será abstracto (conceptual), concreto (real), inanimado, anima-
do, humano, no humano, contable, no contable...
La abundancia de nombres abstractos (nombran referentes que sólo se perciben mediante
imagen mental) vuelve al texto conceptual y abstracto: amaban la caridad, la humildad...
Si predomina el nombre concreto (nombran referentes que se perciben mediante los senti-
dos), el discurso se hace real y concreto: llevaban las piedras en el carro.
El uso de nombres animados aporta vitalidad y posibilidad de dinamismo: el jinete espoleó
el caballo.
El predominio de nombres incontables indica dificultad en la precisión numérica, aporta va-
guedad, indeterminación; si se utilizan en plural, énfasis, intensidad, ponderación: “Su cuerpo
era humo, aire, brisa. Las aguas lo borraron”.
En fin, los sustantivos se agrupan para formar campos léxico-semánticos que dotan al texto
de cohesión y coherencia; analizándolos, descubriremos el/los tema/s esencial/es que consti-
tuye/n el eje del discurso.


EL ADJETIVO CALIFICATIVO

Acompaña al nombre y lo califica: coche rojo, alta torre, problema fácil…

1. CONCEPTOS.
Concepto morfológico.
Es un lexema variable que admite, generalmente, morfemas flexivos de género y número
(blanco/a/os/as, pequeño/a/os/as), morfemas derivativos —prefijos y sufijos— (in-útil, gord-it-o,
pequeñ-ín); admite variación de grado (positivo, comparativo y superlativo); algunos adjetivos
admiten apócope (santo-san, bueno-buen, malo-mal…). Concuerda con el nombre que acom-
paña en género y número (perros furiosos: masculino, plural).

Concepto sintáctico.
Es el núcleo del sintagma adjetivo. En posición adyacente al sustantivo, su función es la de
complemento del nombre (C.N.) (el perro blanco ladra mucho); en posición adyacente a otro
adjetivo, su función es la de complemento del adjetivo (C.Adj.) (el jersey verde oscuro me
gusta). También puede actuar colocado en posición predicativa —separado del nombre por un
verbo— como atributo (At.) (el perro es blanco) y como complemento predicativo (C.Pvo.)
(el agua sale sucia).
Estructura del sintagma adjetivo:

Sintagma adjetivo: (C. Adj.) + N. + (C. Adj.)


(Complemento) + Núcleo adjetivo + (Complemento)
Núcleo. Es un adjetivo: blanco, triste, rápido…
Complementos:
El adverbio complemento cuantificador del adjetivo (C.Adj.): cuantifica la cualidad del
adjetivo (poco, bastante, muy...): Bastante rápido.
Otro adjetivo complemento modificador del adjetivo (C.Adj.): Rojo oscuro.
Un sintagma preposicional nominal (C.Adj.): Rojo de rabia.
Un sintagma nominal —adjetivado— (C.Adj.): Verde botella; el sustantivo botella actúa
como un adjetivo; en este caso, también podríamos considerar que se ha elidido una
preposición y el ejemplo procedería, pues, de un sintagma preposicional nominal (verde
[de] botella).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Ejemplos de la expansión de un sintagma adjetivo:


Rápido (Núcleo del sintagma adjetivo).
N.
Bastante rápido (recibe un complemento –adverbio cuantificador–).
C.Adj.
Verde oscuro (recibe un complemento –adjetivo modificador–).
C.Adj.
Rojo de vergüenza (recibe un complemento –sintagma preposicional nominal–).
C.Adj.
Verde limón (recibe un sintagma nominal adjetivado–sustantivo–).
C. Adj.
El núcleo adjetivo puede recibir varios complementos:
Bastante enfadado con su hermana
C.Adj. N. C.Adj.
S.Adj.

Concepto semántico.
Nos dice alguna característica del nombre. Podemos dividir los adjetivos en:
1.- Determinativos. Determinan, concretan al nombre que acompañan sin aportar cuali-
dades (este niño). Forman la categoría de los determinantes que estudiaremos aparte
(posesivos, demostrativos...).
2.- Calificativos. Indican cualidades del nombre (bici roja, alta torre). Se subdividen en:
2.1.- Especificativos. Concretan, diferencian un nombre de los demás del grupo, lo espe-
cifican mediante sus cualidades: el coche rojo es mío (hay otros coches y distingo
mediante el adjetivo rojo el mío). Son necesarios para la perfecta comprensión del
mensaje; su uso denota objetividad; se posponen al nombre.
2.2.- Explicativos. Explican, enfatizan una cualidad del nombre; no pretendemos dife-
renciarlo. Pueden ir colocados delante y detrás del sustantivo, aunque suelen ir an-
tepuestos. Denotan subjetividad. No son necesarios para la perfecta comprensión
del mensaje: los peludos y saltarines gatitos juegan en la acera (todos los gatitos que
vemos jugar son peludos y saltarines).
2.2.1.- Explicativos epítetos: resaltan, enfatizan una cualidad que es inherente al
nombre: la blanca nieve. Su uso es estético, embellecedor.
Nota. Muchos adjetivos se sustantivan o nominalizan al llevar antepuesto un determinante
transpositor: el azul (un pañuelo) me gusta.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

2. GÉNERO Y NÚMERO DEL ADJETIVO.


El adjetivo concuerda con el nombre que acompaña en género y número.
Flexión de género. Morfo masculino: -o y vacío. Morfo femenino: -a y vacío.
Ejemplos: blanc-o, blanc-a; cómod-o, cómod-a...
Hay adjetivos sin flexión de género (morfo vacío): verde (manta y mantel), feliz (hombre y
mujer)…
Flexión de número. Morfos de plural: -s, -es, y vacío.
Los acabados en vocal admiten -s (verde-s), los terminados en consonante reciben -es (útil-
es).
Hay adjetivos sin flexión de número (morfo vacío): chico frescales, cachazas...

3. GRADOS DE SIGNIFICACIÓN DEL ADJETIVO.


Con este concepto “grados de significación” indicamos que el adjetivo puede graduar la
cualidad del nombre haciéndola más o menos intensa. La gramática estudia tres grados:
Grado positivo. Denota una cualidad normal: hombre feliz, guapo, gordo…

Grado comparativo. Compara la cualidad para cuantificarla con un referente que sirve
de unidad de medida.
- Comparativo de superioridad. Utiliza el nexo discontinuo más…que (Pepa es más
amable que Ana —el referente es Ana—); y los adjetivos sintéticos cultos: mejor
(más bueno), peor (más malo), mayor (más grande), menor (más pequeño), superior
(más alto), inferior (más bajo): Luis es menor que Pedro (Luis es más pequeño que
Pedro).
- Comparativo de igualdad. Utiliza los nexos discontinuos igual de…que y tan…como
(Pepa es tan amable como Ana).
- Comparativo de inferioridad. Se sirve del nexo discontinuo menos…que (Pepa es
menos amable que Ana).

Grado superlativo. Denota una cualidad extrema o máxima.


Puede ser absoluto (niña guapísima) o relativo a un grupo (Adela es la más guapa de la clase).
El superlativo absoluto se forma:
- Con adverbios cuantificadores o modificadores de grado: muy, extremadamente...
(chica muy lista).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- Con locuciones adverbiales: en extremo, en grado sumo, harto bien (chica guapa en
extremo).
- Con sufijos apreciativos: regulares -ísimo/a/os/as (chica guapísima) y cultos -érri-
mo/a/os/as (hombre paupérrimo).
- Con prefijos apreciativos: hiper-, super-, extra-,re-, requete- (chica superguapa).
- Con proposiciones subordinadas consecutivas intensivas: es tan guapa que asombra.
- Con adjetivos sintéticos cultos: óptimo (bonísimo), pésimo (malísimo), máximo
(grandísimo), mínimo (pequeñísimo), supremo (altísimo), ínfimo (bajísimo). Ejemplo:
calidad suprema.
El superlativo relativo se forma con la estructura discontinua: el/la/los/las más...de: son los
alumnos más estudiosos de la clase.
Otras gradaciones. Se pueden conseguir utilizando adverbios de cantidad nada, algo, poco,
bastante…: Chica nada guapa, algo guapa, poco guapa, bastante guapa…
Particularidades del superlativo.
- El superlativo formado con el sufijo –ísimo puede reducir los diptongos del lexema
ie en (e) y ue en (o): tierno-ternísimo, bueno-bonísimo.
- Algunos adjetivos forman un superlativo culto con el sufijo –érrimo: acérrimo, libé-
rrimo; bueno, pobre y pulcro mantienen, además de la forma regular, otra culta:
buenísimo-bonísimo, pobrísimo-paupérrimo, pulcrísimo-pulquérrimo.
- Otros forman el superlativo culto colocando el lexema de su forma latina antes del
sufijo superlativo: bonísimo, fidelísimo, amabilísimo.
- Hay adjetivos que no admiten superlativo: común, jubilado, político, asesinado…

4. APÓCOPE DEL ADJETIVO


Consiste en la supresión de uno o varios sonidos al final del adjetivo. Sufren apócope los
siguientes:
- Ante nombres masculinos en singular santo (san), bueno (buen), malo (mal): San Pedro,
buen partido, mal discurso. Santo no se apocopa ante los nombres: Domingo, Tomás,
Tomé y Toribio.
- Ante nombres masculinos y femeninos en singular grande(gran): gran ciudad, gran hazaña.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

5. SEMÁNTICA DEL TEXTO. IMPORTANCIA DE LA POSICIÓN, ABUNDANCIA Y CLASE DE


LOS ADJETIVOS.

La posición.
- El adjetivo calificativo antepuesto (explicativo) tiene valor subjetivo, enfático (ante-
pone, resalta la cualidad del nombre), sintético, afectivo y poético: sus negros ojos, la
verde hierba, la fuerte encina, la dulce boca...
- El adjetivo calificativo pospuesto (especificativo) aporta valor objetivo, no emotivo,
imparcial, analítico, descriptivo, preciso y concreto: la casa blanca, el día gris, la niña
rubia…
Un mismo adjetivo, a veces, puede actuar como especificativo o explicativo según su colo-
cación:
- Los alumnos estudiosos aprobaron (sólo los que estudiaban mucho: especificativo).
- Los estudiosos alumnos aprobaron (todos eran estudiosos: explicativo).
A veces, la posición del adjetivo cambia su significado: pobre (da pena) hombre, hombre
pobre (sin dinero); viejos (de hace tiempo) amigos, amigos viejos (de edad avanzada)…

Su abundancia o escasez.
- La abundancia de adjetivos tiene valor descriptivo (detalla y resalta las cualidades
del sustantivo); aporta minuciosidad, detallismo, precisión, concreción, sensoriali-
dad, belleza y da lentitud expresiva a la oración: los altos, rectos, oscuros y silenciosos
cipreses vigilaban el jardín callado y sombrío.
El paralelismo de adjetivos sinónimos crea un ritmo lento, pausado y enfático: el niño era
tranquilo, manso; limpio, impecable; amable, cordial…
- La escasez de adjetivos supone concentración, esencialidad (si los sustantivos apa-
recen sin adjetivar interesa el concepto más que la cualidad), sencillez, abstracción.
La falta de adjetivación da ligereza y rapidez a la oración: los cipreses vigilaban el
jardín.

La clase de adjetivos.
Los adjetivos sensoriales (blanco, rojo, claro, suave, chillón…) denotan gusto por lo externo
y sensitivo, percibido por los sentidos: las flores amarillas de pétalos tersos y suaves... El uso de
formas compuestas (verdinegro, agridulce…) señala mezcla de sensaciones indiferenciadas.
Los adjetivos afectivos (cariñoso, manso, tierno, amable, amoroso, ardiente…) indican estados
emocionales que se pueden intensificar o reducir mediante el uso de sufijos aumentativos, di-
minutivos y despectivos: la niña, cariñosa y tierna, se acercó al burrito manso…


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Los adjetivos cultos (ardiente, ágil, imprevista, intrépida…) suponen un estilo culto, retórico
(cuidado) o metafórico (lengua poética): la ágil llama de su pupila intrépida…
La utilización de adjetivos coloquiales (culón, mamón, chulo…) denota pobreza expresiva o
imitación del discurso coloquial-vulgar: ese tío es un chulo y un mamón...

6. ¿CÓMO PODEMOS CALIFICAR Y DETERMINAR EL NOMBRE?


- Con adjetivos calificativos adyacentes: agua clara.
- Con participios adyacentes adjetivados que admiten variación de género y número: niña
cansada.
- Con determinantes adyacentes: moto mía.
- Con proposiciones subordinadas adjetivas: coche que vendí.
- Con sintagmas preposicionales nominales: casa de mi padre.
- Con sintagmas nominales en aposición: Ana, la vecina, te llama; el río Ebro es caudalo-
so.
- Con el atributo en la oración copulativa: Luis es alto; Pepe es carpintero; la niña está
enferma.
- Con un complemento predicativo en oraciones semipredicativas: el agua sale sucia.
- Con proposiciones subordinadas comparativas que determinan un nombre: Bebió más
cerveza que tú.
- Con proposiciones subordinadas consecutivas intensivas que determinan un nombre:
bebió tanto vino que vomitó.


LOS DETERMINANTES

Acompañan y determinan el nombre —a diferencia del adjetivo calificativo no nos aportan


cualidades de él— : el perro, mi bici, esa casa, dos libros…

1. CONCEPTOS
Concepto morfológico.
Son morfemas relativamente independientes (acompañan al nombre); en su mayoría, ad-
miten flexión de género y número; y concuerdan con el nombre que determinan en género y
número: el niño, la niña, esos niños, esas niñas... Indican el género y número del nombre o lo
confirman.
A veces podemos encontrar más de un determinante junto al nombre (todos los niños
reían).
Unos determinantes pueden ir delante o detrás del nombre: esta mesa-la mesa esta, vues-
tro piso-el piso vuestro... Otros van siempre delante: las formas posesivas apocopadas mi, tu,
su (mi mesa); algunos numerales ambos, cada, sendos (cada semana); todos los interrogativos
y exclamativos (¡Qué casa!) y los determinantes relativos cuyo/a/os/as y cuanto/a/os/as (es el
amigo cuya visita te anuncié).

Concepto sintáctico.
Funcionan como complemento del nombre (C.N.).
Los determinantes pertenecen al sintagma nominal y funcionan como elementos adyacentes
que acompañan, complementan y actualizan el nombre, núcleo del sintagma: este caballo ganó.
C.N.

Concepto semántico.
Los determinantes acompañan siempre al nombre. Determinan y concretan al nombre que
acompañan, lo limitan y precisan; es decir, lo actualizan (trasladan a la realidad el concepto
presentado por el nombre y le aportan matices de posesión, distancia, número…). Ejemplo: ju-
guete (concepto), mi juguete (juguete actualizado, poseído por mí); faro (concepto), aquel faro
(faro actualizado, situado lejos del hablante)… Los determinantes sustantivan o transpositan
cualquier clase de palabra. El determinante sustantivador más frecuente es el artículo: el rojo.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

2. CLASES: ARTÍCULOS, POSESIVOS, DEMOSTRATIVOS, INDEFINIDOS, NUMERALES, IN-


TERROGATIVOS, EXCLAMATIVOS Y RELATIVOS.

¡Si no acompañan al nombre, se convierten en pronombres!: ese (determinante) coche me


gusta; aquel (pronombre), no.

2.1. Los determinantes artículos.


Son morfemas átonos y proclíticos. Presentan el nombre y sustantivan palabras y oraciones.
La Real Academia distingue:
Artículos determinados (el, la, los las) presentan un sustantivo conocido, concreto o con-
siderado de forma general: dame la goma; los libros son buenos amigos.
Artículos indeterminados (un, una, unos, unas) presentan un nombre desconocido, incon-
creto o indiferente: dame una goma. Ver nota inferior.
Artículo neutro (lo) presenta palabras o proposiciones sustantivadas: lo malo del asun-
to…, lo que dice…
Artículos contractos (al, del). Resultan de la unión de una preposición (a, de) y un artículo
(el):
Voy al (a + el) cine; vengo del (de + el) cine. Cuando el artículo forma parte del
nombre propio (artículo gramaticalizado) no se utilizan los contractos: voy a El Cai-
ro.- Voy a La Carolina.

Particularidades:
- Algunos autores, como Amado Alonso, niegan el carácter de artículos a los indeter-
minados y los consideran determinantes indefinidos o numerales. Idea que nos parece
razonable.
- Para evitar cacofonías, se rompe la concordancia usando las formas el, un ante nombre
femenino singular que comience por a o ha tónicas: el hacha, un águila… en lugar de *la
hacha, *la águila. Se aconseja el mismo uso con los determinantes indefinidos algún y
ningún.
- Se considera vulgarismo el uso de artículos con el nombre propio de persona: *La Pepa,
*El Tomás; sí se admite el artículo plural con apellidos (los Austrias, los López...). Ver
sustantivo (pág. 17)
- El artículo es el traspositor o sustantivador más frecuente; transforma en sustantivo
cualquier clase de palabra: el rojo me gusta; lo dulce me desagrada; lo que cantas suena
bien...


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

2.2. Los determinantes posesivos.


Acompañan al nombre e indican posesión o pertenencia, matizando:
1º) Si existe uno o varios poseedores. 2º) Si lo poseído pertenece a la primera, segunda o
tercera persona (deixis). 3º) Si hay un objeto poseído o varios. Poseen deixis personal
(indican quién posee el nombre).

Clases:
Un poseedor (singular, masculino/femenino; plural, masculino/femenino; y formas apoco-
padas):
- Primera persona: mío/a/os/as; mi/s (apocopados): la bici mía, mi bici.
- Segunda persona: tuyo/a/os/as; tu/s (apocopados): las motos tuyas, tus motos.
- Tercera persona: suyo/a/os/as; su/s (apocopados): el patín suyo, su patín.
Varios poseedores (idem):
- Primera persona: nuestro/a/os/as: la casa nuestra, nuestra casa.
- Segunda persona: vuestro/a/os/as: los coches vuestros, vuestros coches.
- Tercera persona: suyo/a/os/as, su/s: los cuadernos suyos, sus cuadernos.

Particularidades:
- Las formas apocopadas mi/s, tu/s, su/s, son átonas y se colocan siempre delante del nom-
bre: mi madre; las demás formas son tónicas y van pospuestas: madre mía. Las formas
de tercera persona suyo/a/os/as, su/s son ambiguas pues pueden indicar uno o varios
poseedores de tercera persona: la casa suya (de él/ella/ellos/ellas).
- Es incorrecto el uso de los pronombres personales precedidos de la preposición de, en
sustitución de los determinantes posesivos, cuando estos deben acompañar a un nom-
bre indicando posesión: un pensamiento de *él (incorrecto) / un pensamiento suyo-; un
beso de *ti (incorrecto) / un beso tuyo; unas palabras de *mí / unas palabras mías.

2.3. Los determinantes demostrativos.


Acompañan al nombre e indican su posición espacial, temporal o textual en relación con el
hablante o el punto de lectura del discurso; poseen deixis espacial (señalan dónde se
encuentra el nombre).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Clases:
De cercanía (cerca de la primera persona, del momento actual o de la última palabra del
discurso): este/a/os/as (esta casa, este mes).
De distancia media (de la primera persona, del momento actual o de la última palabra del
discurso): ese/a/os/as (esa casa, esos días).
De lejanía (lejos de la primera persona, del momento actual o de la última palabra del dis-
curso): aquel/aquella/os/as (aquella casa, aquellos años).

2.4. Los determinantes indefinidos.


Acompañan al nombre y aluden a su naturaleza o cantidad; pero sin precisarla, porque no
importa, no conviene o no es posible. La mayoría admite flexión de género y número, aunque
hay excepciones.

Clases:
Indefinidos de cantidad: algún/a/os/as, poco/a/os/as, menos (invariable), bastante/es, varios/
as, mucho/a/os/as, demasiado/a/os/as, más (invariable), harto/a/os/as, todo/a/os/as, tanto/a/os/
as, ningún/a/os/as… (menos café, ningún dinero).
Indefinidos de naturaleza o cualidad: mismo/a/os/as, idéntico/a/os/as, igual/es, semejante/es,
parecido/a/os/as, diferente/es, distinto/a/os/as, cierto/a/os/as, otro/a/os/as, diverso/a/os/as, cual-
quier/a, cualesquier/a… (igual cartera, diferente sabor...).

Particularidades:
Las formas alguno, ninguno se apocopan al ir antepuestas al nombre: algún cartón; ningún
papel.

2.5. Los determinantes numerales.


Acompañan al nombre y precisan de forma exacta su cantidad.

Clases:
- Numerales cardinales. Indican el número exacto de objetos nombrados; son los números
naturales que usamos para contar (cero, un/a, dos, tres...) se escriben con una sola pa-
labra hasta el número treinta: dos libros, doce huevos, treinta y un cajones. También se
incluyen las formas ambos/as (los/las dos) y entrambos/as (ambos, entre los dos): ambos
niños ayudaron.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

- Numerales distributivos. Las formas: cada (uno/a o más a uno/a de la serie) y sendos/as
(sólo uno/a para cada uno/a de la serie) poseen un matiz significativo numeral cardinal;
pero además establecen correspondencia distributiva entre los miembros numerales de
una serie y los de otra; entregué dos euros a cada niña; di sendos bocadillos a los chicos.
- Numerales ordinales. Expresan el número de orden, el lugar ocupado dentro de una se-
rie: primer/o/a/os/as, segundo/a/os/as, tercer/o/a/os/as…y último/a/os/as. Se permite su
sustitución por cardinales a partir del decimotercero: tercer piso, novena estantería, deci-
mocuarto alumno o alumno catorce.
- Numerales fraccionarios. Señalan partes iguales de una unidad: medio/a/os/as, tercera
parte, cuarta parte… A partir de once partes se añade el sufijo -avo/a (onceava parte).
No se deben confundir con los ordinales (*onceavo puesto: incorrecto, indica fracción;
sería: onceno puesto o undécimo puesto). Ejemplo: media naranja.
- Numerales multiplicativos. Indican un producto; usan los sufijos -ble y -ple (doble —por
dos—, triple —por tres—, cuádruple —por cuatro—...): doble ración, triple intento.

Particularidades:
El determinante numeral cardinal uno se apocopa: un bolígrafo.
El determinante numeral ordinal primero se apocopa cuando se antepone al sustantivo:
primer borrador

2.6. Determinantes interrogativos y exclamativos.


Interrogativos. Acompañan al nombre y preguntan por él.
Exclamativos. Acompañan al nombre y enfatizan la emoción que produce.
Denotan un enfoque subjetivo y, respectivamente, las funciones conativa y emotiva. Llevan
acento y tilde siempre y, normalmente, signos de puntuación interrogativos o exclamativos.

Clases:
Interrogativos: ¿qué?, ¿cuál/es? (en desuso), ¿cuánto/a/os/as? (¿Qué piso? ¿Cuántos cuader-
nos?)
Exclamativos: ¡qué!, ¡cuánto/a/os/as! (¡Qué casa! ¡Cuánta gente!)

2.7. Determinantes relativos.


Clases: cuyo/a/os/as y cuanto/a/os/as. Ambas formas son sincréticas; son determinantes y
pronombres relativos.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

A) Analicemos cuyo/a/os/as en el ejemplo: «Salen los niños cuyo apellido empieza por g».
Esta forma cuyo es sincrética:
1. Es determinante posesivo, pues acompaña a un nombre consecuente poseído (cuyo
apellido = su apellido).
2. Es pronombre relativo anafórico, ya que sustituye a un sustantivo antecedente (cuyo
= de los niños).
Es una partícula bifuncional; actúa de nexo de una proposición subordinada adjetiva de rela-
tivo y de complemento del nombre consecuente que determina. Veamos el ejemplo inicial:
«Salen los niños cuyo apellido empieza por g». Esta oración compuesta se puede dividir
en dos proposiciones:
1.- Una principal: «Salen los niños» + Una proposición subordinada adjetiva de relativo
(1.1).
1.1- La proposición subordinada adjetiva: «Cuyo (de los niños) apellido empieza por g».
Nx y C.N.
El nexo cuyo sirve de unión entre ambas proposiciones, desempeña la función de comple-
mento del sustantivo en la proposición subordinada y es determinante actualizador del sustan-
tivo apellido. En conclusión:
Cuyo posee valor de pronombre relativo y equivale a de los niños = «cuyo (de los niños) ape-
llido empieza por g».
Cuyo es determinante posesivo del sustantivo apellido, lo acompaña y lo determina, indican-
do posesión; «cuyo (su) apellido empieza por g».
B) Analicemos cuanto/a/os/as en el ejemplo: «Préstame cuantos euros lleves». Este deter-
minante equivale a la locución «todo/a/os/as el/lo/la/los/las... que», que está formada
por:
Un determinante indefinido: todo/a/os/as.
Un determinante artículo: el/lo/la/los/las.
(Estos dos determinantes se antepondrían al sustantivo que se determina).
Un pronombre relativo: que (cuyo referente es el sustantivo que determina la forma cuan-
to/a/os/as).
Si hacemos la sustitución pertinente, podemos comprobarlo: «Préstame cuantos euros lle-
ves = préstame todos los euros que lleves».
También esta forma es sincrética, como cuyo, y engloba dos categorías:
1. Es determinante indefinido ponderativo, pues acompaña y determina a un nombre
consecuente (cuantos euros = todos los euros).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

2. Es pronombre relativo en la estructura oracional semántica profunda, ya que contiene


un valor pronominal relativo (que) que sustituye al sustantivo euros (antecedente) en
su locución equivalente: que lleves = euros lleves.
Este determinante (cuanto/a/os/as) es trifuncional.
Su análisis sintáctico exige su sustitución por la locución equivalente:
«Préstame cuantos euros llevas = préstame todos los euros que llevas».
1. Proposición principal: «Préstame todos los euros» + (una proposición subordi-
nada adjetiva de relativo) (1.1) C.N. C.N.
1.1. Proposición subordinada adjetiva de relativo: «Que (euros) llevas».
Nx y C.D.
Cuantos actúa, pues:
1º) De complemento actualizador indefinido y presentador del nombre: todos los
euros.
2º) De nexo. Elemento de enlace de una proposición subordinada adjetiva de relativo (que
llevas).
3º) Y, dentro de la subordinada, desempeña la función que le corresponda al sustantivo
antecedente colocado en lugar del relativo que (euros); en este ejemplo funcionaría de com-
plemento directo: «Préstame cuantos euros llevas» = «Préstame todos los euros que llevas»
C.D.

3. SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTAN LOS DETERMINANTES?


En general, aportan al nombre precisión, concreción, determinación; lo presentan y lo ac-
tualizan. El uso de una clase concreta de determinantes, su abundancia, aportará matices es-
pecíficos al nombre y al texto:
3.1. El artículo determinado (el/la/lo/los/las) presenta un nombre conocido, reduce la
extensión semántica del sustantivo, lo concreta: el coche es mío. El predominio del
indeterminado o indefinido (un/una/unos/unas) aporta indefinición, presenta nom-
bres no conocidos: viene un coche.
La ausencia de artículo generaliza, esencializa, universaliza el nombre: come carne
(cualquier carne).
3.2. Los determinantes deícticos —demostrativos y posesivos—, si abundan, señalan y
sitúan el sustantivo en el espacio, en el tiempo o en el texto; lo actualizan y lo con-
cretan aportándole referencias de posición y posesión respectivamente: este chico
(presente, cercano, visualizado). En el texto poético, se usa abundantemente el


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

determinante posesivo para señalar emocionalmente elementos pertenecientes al


yo poético y al tú poético (mi pecho herido por tu mirada fría).
3.3. Los indefinidos permiten al emisor construir el texto sin precisar exactamente el
número o la cualidad del nombre, aportan imprecisión, vaguedad: algún día iré (no
se precisa cuándo).
3.4. El determinante numeral precisa, concreta, la cantidad del sustantivo. Su uso de-
nota un interés por fijar este aspecto del nombre (llegaron tres chicos; tenía dos
hermanas).
3.5. La presencia de determinantes interrogativos y exclamativos proporciona al texto
subjetividad. Las formas interrogativas exigen, del receptor, una respuesta; tienen
una función conativa o apelativa. Las exclamativas son expresivas, muestran emo-
ciones; tienen función expresiva o emotiva. Ejemplos:
¿Qué coche prefieres? (el emisor obliga a elegir al receptor).
¡Qué coche tiene! (el emisor muestra su emoción-admiración por un coche).
3.6. Los determinantes relativos cuyo/a/os/as y cuanto/a/os/as actúan como enlace o
nexo y agilizan el texto introduciendo una proposición subordinada; además, el
primero aporta un significado posesivo al nombre que determina; el segundo es un
cuantificador indefinido-total del sustantivo determinado.
Ejemplo: «La casa cuyo jardín visitaremos pertenece a Ramón».
El uso del nexo relativo cuyo reduce, mediante la subordinación, la extensión que tendría
el mensaje si usáramos la coordinación (agiliza y economiza el discurso): «La casa pertenece
a Ramón y visitaremos el jardín de la casa». También, nos señala que el jardín —que se visita-
rá— pertenece a la casa.


LOS PRONOMBRES

Sustituyen al nombre, no lo acompañan: yo, tú, mío, aquel, dos...

1. CONCEPTOS
Concepto morfológico.
No presentan una morfología uniforme. Desde este punto de vista, podemos clasificar los
pronombres en:
Flexivos. Admiten declinación (pronombres personales) y varían según su función sintác-
tica: yo, mí, me, conmigo…tú, ti, te, contigo…
No flexivos. No admiten declinación. Forman el resto de los pronombres; admiten, en su
mayoría, morfemas flexivos de género y número. Ejemplos: est-e/a/os/as y neutro est-o;
nuestr-o/a/os/as; mío/a/os/as. Otros son variables sólo en número (pronombre interroga-
tivo ¿quién/es?). Algunos pronombres son invariables (pronombre relativo que, interro-
gativo ¿qué?..).

Concepto sintáctico.
El pronombre no existe como parte de la oración en el análisis sintáctico; no hay ningu-
na función que sea específica y privativa del pronombre: es un comodín; desempeña tantas
funciones como puede realizar el sustantivo al que sustituye: sujeto, complemento directo,
atributo….

Concepto semántico.
Tradicionalmente, se ha dicho que el pronombre es el sustituto del nombre; pero, esto no
siempre es cierto; Lázaro Carreter llama a tres pronombres personales yo, tú y usted, “Nom-
bres personales”, pues no admiten la sustitución; así, es correcta la sustitución: mi hermana va
al cine / ella va al cine. Pero son incorrectas las sustituciones: tú vas al cine / *Pedro vas al cine;
yo voy al cine / *Luis voy al cine.
Semánticamente, los pronombres no tienen significado propio, su significado es ocasional;
anafórica o catafóricamente adquieren el significado de la palabra del contexto a la que susti-
tuyen y que les sirve de referente.
- Anafóricamente sustituye a un nombre antecedente: Juan te llamó. Él (Juan) quiere
verte.
- Catafóricamente anticipa un nombre consecuente: Él llegará tarde. Pepe (él) es un
desastre.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Ejemplo: Tú (Pedro) y tú (Antonia) os quedáis aquí; tú (Carlos) te vienes conmigo.


Un mismo pronombre, como vemos, puede tener distintos significados. Es un como-
dín semántico que evita repeticiones, simplifica la expresión del discurso y le aporta
coherencia.

2. CLASES DE PRONOMBRES: PERSONALES, POSESIVOS, DEMOSTRATIVOS, INDEFINIDOS,


NUMERALES, INTERROGATIVOS, EXCLAMATIVOS Y RELATIVOS.

NOTA. Los determinantes que hemos estudiado, si no acompañan (ni determinan) un


nombre, se convierten en pronombres; algunos se sustantivan mediante el artículo. Ejemplos:
Este (determinante) chico ganó; ese (pronombre), quedó segundo; nuestro (determinante) co-
che es negro; el vuestro (determinante sustantivado que equivale a un pronombre) es azul.
Clave para reconocer a los pronombres: No acompañan al nombre, lo sustituyen.

2.1. Pronombres personales.


¡No acompañan al nombre!
Los pronombres personales indican la persona gramatical que interviene en el discurso
(deixis personal): la primera habla (yo, nosotros…), la segunda escucha (tú, vosotros…) y la ter-
cera es aquella de la que se habla, o mejor, ninguna de las anteriores (él, ella, ellos, ellas…). Sus
formas varían según la persona y la función sintáctica; pueden ser tónicas o átonas. Clases:
Pronombres personales de primera persona: Yo, me, mí, conmigo, nosotros/as, nos.
Pronombres personales de segunda persona: Tú, te, ti, contigo, vosotros/as, vos, os, us-
ted/es.
Pronombres personales de tercera persona: Él, ella, ello, ellos/as, le/s, la/s, lo/s, sí, se,
consigo.

Clasificación según las funciones sintácticas que pueden desempeñar.


- Pueden actuar como sujeto: yo, nosotros/as; tú, usted/es, vosotros/as; él, ello/a/os/as.
- Pueden actuar como complemento directo: me, nos; te, os; lo, la, los, las, le/s (leísmo per-
mitido cuando el referente es una persona) y se.
- Pueden actuar como complemento indirecto: me, nos; te, os; le, les, se.
- Pueden actuar como complementos preposicionales: mí, conmigo, nosotros/as; ti, contigo,
usted/es, vosotros/as; él, ello, ella, ellos, ellas, sí, consigo.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Particularidades de los pronombres personales:


- Uso reflexivo. Las formas me, te, se, nos, os, con un verbo transitivo, indican (en uso re-
flexivo) que la acción del sujeto la recibe él mismo y realizan la función de complemento
directo o indirecto en oraciones de acción reflexiva directa o indirecta (respectivamen-
te): me lavo (refl. dir), me lavo la cara (refl. ind). Truco de reconocimiento: Admiten a
mí/ti/sí mismo. Ejemplo: Me lavo la cara (a mí mismo).
- Uso recíproco. Las formas nos, os, se, con un verbo transitivo, indican (en uso recíproco)
que las acciones del sujeto múltiple se intercambian. Forman oraciones de acción recí-
proca directa e indirecta (como las reflexivas): nos besamos (rec. dir.); os dais las manos
(rec.ind.). Truco de reconocimiento: Admiten mutuamente, recíprocamente, entre sí, uno
a otro… Ejemplo: Se abrazaron (mutuamente).
- Pluralidad funcional del pronombre se. Este pronombre puede desempeñar las siguientes
funciones:
1. Morfema impersonal: se duerme poco aquí (indica que no hay sujeto)
2. Morfema de pasiva refleja: se recogió la carta (indica que el sujeto es paciente)
3. Complemento directo (en oraciones transitivas de acción reflexiva y recíproca): Se
lava, se besan.
4. Complemento indirecto (en oraciones transitivas de acción reflexiva y recíproca):
Se lava la cara, se dan besos.
5. Complemento indirecto alomorfo de le: Se (le) lo entregué.
6. Morfema medio de verbos pronominales (ella se suicidó):
6.1. Con sujetos sede de la acción: la tabla se hunde.
6.2. Con sujetos causativos: se hizo un traje en mi sastrería.
6.3. Como dativo ético o de interés: (se) bebió cinco vasos.
- Tratamiento de cortesía. Usted y ustedes, formas de segunda persona, se construyen con
el verbo en tercera persona en el tratamiento de cortesía (¿llamó usted?).
- Las formas tú y vosotros denotan familiaridad. En Andalucía occidental ustedes equivale
a vosotros (familiaridad) —¿Ustedes vais al cine? En el español americano existe la pecu-
liaridad denominada voseo: vos se utiliza en lugar de tú para tratamiento de familiaridad
(vos —tú— sabes) y como en Andalucía occidental ustedes (tratamiento de familiaridad)
se utiliza en lugar de vosotros.
- Las formas yo y tú siempre funcionan como sujeto. Se denominan nombres personales,
ya que no admiten su sustitución por un nombre: yo estudio y no *Pedro estudio.
- La forma neutra ello no sustituye a un nombre, sino que hace referencia a toda una ora-
ción: nos insultaron y ello nos enfadó.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- Plural mayestático. Nos (yo) y vos (tú) se utilizan en documentos reales y papales como
tratamiento de majestad: Nos, El Rey, acordamos…
- Plural de modestia. Nosotros (yo) es utilizado por escritores y oradores para implicar al
lector u oyente en el discurso: Nosotros pensamos (yo pienso).
- Pronombres proclíticos y enclíticos. Los primeros preceden al verbo y se pronuncian for-
mando con él un solo grupo de intensidad: me llama. Los enclíticos siguen al verbo y se
unen a él en la escritura y la pronunciación: dime, póntelo.
- Leísmo, laísmo y loísmo.
Leísmo. Vicio que consiste en usar el pronombre personal átono le como comple-
mento directo en lugar de lo y la: tengo abrigo; pero nunca *le llevo, en lugar de lo
llevo. La Real Academia admite el leísmo para el masculino singular de persona: ahí
vive Luis; voy a verle / verlo (leísmo permitido).
Laísmo. Vicio que consiste en utilizar los pronombres personales átonos la/s como
complemento indirecto en lugar de le/s: a tu madre *la llevé un pastel (incorrecto),
en lugar de le llevé un pastel.
Loísmo. Vicio que consiste en el empleo del pronombre personal átono lo como com-
plemento indirecto masculino en lugar de le: *lo di un puñetazo, en lugar de le di un
puñetazo.
- Anteposición de me / te a se. Vulgarismo. * Me se olvidó. * Te se perdió.

2.2. Pronombres posesivos (y determinantes posesivos sustantivados).


¡No acompañan al nombre!
Designan posesión. Señalan las personas gramaticales que poseen (deixis personal), si hay un
poseedor o varios y si lo poseído es singular o plural. Presentan las formas de los determinantes
(excepto las apocopadas) y además seis neutras. Pueden ir introducidas por el determinante
artículo.

Clases:
Un poseedor:
- Primera persona: mío/a/os/as. Esa bici es mía.
- Segunda persona: tuyo/a/os/as. Mi bici está aquí. La tuya, allí.
- Tercera persona: suyo/a/os/as. Mi coche es este. El suyo, aquel.
- Formas neutras (denotan un conjunto de cosas): lo mío, lo tuyo, lo suyo. Eso es lo mío.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Varios poseedores:
- Primera persona: nuestro/a/os/as. Tu casa es pequeña. La nuestra es mayor.
- Segunda persona: vuestro/a/os/as. La casa es vuestra.
- Tercera persona: suyo/a/os/as. Estas camisetas son nuestras. Las suyas (de ellos/as)
están ahí.
Formas neutras: lo nuestro, lo vuestro, lo suyo (denotan un conjunto). Lo vuestro es
peor.

Particularidades.
- Ambigüedad en las formas de tercera persona suyo/a/os/as. Como coinciden para uno y
varios poseedores deberemos distinguir su referente por contexto.
- Adjunción errónea de pronombres posesivos a adverbios. No debemos confundir los
pronombres personales mí, ti, sí…(no indican posesión) con los pronombres posesivos
que indican posesión y no poseen formas apocopadas. Así, tras adverbios de lugar: de-
lante, detrás, encima... debemos usar pronombres personales y no, posesivos; ya que no
hay relación de posesión. Ejemplos: detrás de mí, encima de ti y no detrás *mío, encima
*tuyo…
- Y al revés, confusión entre determinantes posesivos y pronombres personales precedi-
dos de preposición (ahora sí habría posesión): La raqueta mía, y no *La raqueta de mí. La
novela tuya, y no *la novela de ti.

2.3. Pronombres demostrativos.


¡No acompañan al nombre!
Indican situación espacial (proximidad o lejanía respecto de las personas gramaticales —
deixis espacial—), situación temporal (presente o pasado) y situación textual. Admiten tilde
para diferenciarlos de los determinantes demostrativos. Añaden tres formas neutras a las de
los determinantes.

Clases:
Cerca de la primera persona, del momento actual o de las últimas palabras del texto: este/a/
os/as. Mi pantalón está nuevo; este, no.
Distancia media de la primera persona, del momento actual o de las últimas palabras del
texto: ese/a/os/as. —¿Qué helado deseas? —Ese.
Lejanía de la primera persona, del momento actual o de las últimas palabras del texto: aquel/
aquella/os/as. —No, ese libro no; dame aquel.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Formas neutras (denotan: conjunto abstracto e indefinición): esto (cercanía), eso (distancia
media), aquello (lejanía). Eso me molesta.

2.4. Pronombres indefinidos.


¡No acompañan al nombre!
Expresan imprecisión en la cantidad o naturaleza de las personas, animales y cosas, porque
este dato no importa, no conviene darlo o se desconoce. Mantienen las formas de los determi-
nantes indefinidos y añaden cinco más exclusivas de los pronombres.
- Pronombres indefinidos de cantidad: poco/a/os/as, menos (invariable), más (invariable),
bastante/s, demasiado/a/os/as, varios/as, alguno/a/os/as, ninguno/a/os/as... Ejemplos:
Ponme más; tengo poca; son varias.
- Pronombres indefinidos de naturaleza o cualidad: igual/es, semejante/s, parecido/a/os/as,
distinto/a/os/as, diferente/s… Ejemplo: —¿Tu coche es de esa marca? —No, de distinta.
- Formas pronominales exclusivas: alguien, nadie, quienquiera (para personas), y algo, nada
(para cosas): —¿Llevas dinero? —No llevo nada.

Particularidades:
Los determinantes alguno y ninguno no se apocopan cuando actúan como pronombres.
Ejemplo: —¿Tienes algún (determinante apocopado) problema? —No tengo ninguno (pro-
nombre).
- Debemos evitar la confusión entre determinantes indefinidos (acompañan al nombre) y
pronombres indefinidos (sustituyen al nombre): —¿Llevas bastante dinero (determinan-
te)? Sí, llevo bastante (pronombre).
También, entre estos y los adverbios de cantidad (estos no admiten variación o flexión de gé-
nero ni de número): llueve bastante (adverbio); no admite plural: llueve *bastantes (incorrecto).
- El artículo neutro lo: forma pronombres indefinidos neutros abstractos (sustantivando
los determinantes): lo mucho, lo diferente, lo poco...

2.5.Pronombres numerales (y determinantes sustantivados).


¡No acompañan al nombre!
Aportan una información numérica. Algunos se pueden considerar determinantes sustanti-
vados, pues van precedidos por determinante artículo. Poseen las mismas clases y formas que
sus homólogos, los determinantes numerales, con algunas particularidades (ver los determi-
nantes).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Clases:
Pronombres numerales cardinales. Indican un número natural exacto (cero, uno/a, dos, tres...
y ambos/as, entrambos/as): tengo cinco; ambas entraron.
Pronombres numerales distributivos: Cada, sendos/as. Se usan poco como pronombres:
- ¿Cuántos pasteles desea?
- Póngame dos de cada (bandeja).
Pronombres numerales ordinales. Señalan un puesto en una serie (el/la/los/las primero/a/os/
as, el/la/los/las segundo/a/os/as…): Llegó el segundo.
Pronombres numerales fraccionarios. Expresan partes iguales de una unidad (medio/a, un
tercio, un cuarto...): Toma media; ponme un cuarto.
Pronombres numerales multiplicativos. Hacen referencia a un producto (el doble, el triple, el
cuádruple...): Eso es el triple.

2.6 y 2.7. Pronombres interrogativos y exclamativos.


¡No acompañan al nombre!
Ambas clases llevan tilde diacrítica en la escritura, una entonación distintiva y carecen de
antecedente expreso. Los interrogativos preguntan para precisar la identidad o cantidad; en
ellos predomina la función conativa o apelativa. Los exclamativos muestran emotividad ante la
naturaleza y/o la cantidad; en estos predomina la función emotiva.

Clases:
Pronombres interrogativos: ¿qué? (su referente es una cosa). ¿cuál/es? ¿quién/es? (su referen-
te es una persona) ¿cuánto/a/os/as? Ejemplos: ¿Cuánto debes? ¿Qué deseas?
Pronombres exclamativos: ¡qué! ¡quién/es! ¡cuánto/a/os/as! Ejemplos: ¡Mira quién llega!
¡Cuántos tiene!

2.8. Pronombres relativos.


¡Ojo! ¡No acompañan al nombre; pero llevan un sustantivo antepuesto al que sustituyen
(antecedente)!
Los pronombres relativos poseen valor anafórico, su referente es el sustantivo antepuesto;
es decir, equivalen al sustantivo antecedente: Es la casa que compré = Es la casa + que (la casa)
compré.
Evitan la repetición innecesaria del nombre, aportan economía y rapidez al discurso.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Desempeñan doble función sintáctica:


1. Sirven de nexo de una proposición subordinada adjetiva.
2. Y, dentro de esta, reproducen el antecedente sustantivo y desempeñan la función que
le corresponda.

Formas:
- Que. Forma invariable; su antecedente puede ser un nombre de persona, animal o cosa:
la chica que (la chica) me llamó es guapa.
- Quien/es. Su antecedente es nombre de persona; concuerda con él en número: hay
hombres a quienes (a los hombres) nadie quiere (se usa poco).
- El/la/los/las cual/es. Su antecedente es nombre de persona, animal o cosa; el pronombre
relativo concuerda con él, en género y número, mediante el determinante artículo: mi
prima, la cual (mi prima) es cordobesa, ha venido (se usa poco; se prefiere el relativo
que).
- Cuanto/a/os/as. Es un pronombre relativo peculiar; procede de la sustantivación de un
determinante relativo que pierde su consecuente y se sustantiva. Para analizarlo hay
que sustituirlo por una locución equivalente: cuanto/a/os/as equivale a «todo/a/os/as el/
lo/la/los/las que».
Con su uso, se pretende enfatizar un deseo, una petición, una autorización... expresados
de forma enfática y general; el emisor engloba la totalidad absoluta del referente con este pro-
nombre: trae cuantos tengas (todos los que tengas).

Particularidades.
- Admiten artículo y preposición: es la piscina de la que (de la piscina) te hablé.
- La dislocación (el distanciamiento o separación) entre el pronombre relativo y su ante-
cedente puede producir ambigüedad y debe evitarse: es la carta de mi abuela *que llegó
ayer. ¿Quién llegó ayer?
- Debemos usar comas en las subordinadas adjetivas explicativas para diferenciarlas de las
especificativas: los niños, que tenían hambre, pidieron bocadillos (todos los niños tenían
hambre: explica y no especifica).
- Si elidimos el sustantivo antecedente, la proposición subordinada adjetiva o de relativo
se transforma en subordinada sustantiva (a veces, adverbial). Si en el ejemplo «los niños
que tenían hambre pidieron bocadillos» suprimimos el sustantivo antecedente («los (-)
que tenían hambre pidieron bocadillos»), los que tenían hambre, ahora, sin el nombre


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

antecedente, se convierte en una proposición subordinada sustantiva de sujeto. Vive en


la casa donde nací se adverbializa en: Vive (-) donde nací.

Análisis del pronombre relativo cuanto/a/os/as:


La partícula cuanto/a/os/as que admite flexión de género y número, circunstancia de la que
carecen los adverbios, puede ser determinante relativo (dame cuantas monedas tengas = dame
todas las monedas que tengas); si no acompaña al sustantivo, se convierte en pronombre rela-
tivo (dame cuantas tengas = dame todas las que tengas); equivale, como vemos, a la locución:
«todo/a/os/as el/lo/la/los/las que», compuesta por:
- Un pronombre o determinante indefinido: todo, toda, todos, todas.
- Un artículo determinado sutantivador: el, lo, la, los, las.
- Un pronombre relativo: que.
En este caso; es decir, cuando actúa como pronombre, realiza dos funciones:
1. Nexo de una proposición subordinada sustantiva. Ejemplo: Dame cuantas tengas.
Cuantas tengas es una proposición subordinada sustantiva de complemento directo
del núcleo del predicado da.
2. Además, dentro de la proposición subordinada que enlaza, actúa como pronombre
relativo y desempeña, por tanto, la función que le corresponda como sustantivo. Para
averiguar esta función, sustituimos el pronombre cuanto/a/os/as por la locución equi-
valente y adaptamos, si es necesario, el núcleo de su predicado antes de analizar.
Veamos: «Cuantas tengas = todas las que tengas»:
- Sujeto elidido: tú.
- Núcleo del predicado: tengas
- Complemento u objeto directo: todas las que = cuantas.
Como hemos comprobado, el pronombre relativo cuanto/a/os/as es bifuncional. Debemos
considerarlo pronombre relativo procedente de un determinante relativo, que se sustantiva al
perder su nombre consecuente.

3. SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTAN LOS PRONOMBRES?


De forma general, puesto que sustituyen al nombre anafórica o catafóricamente, su uso
hace que el texto se haga más difícil; el receptor debe ser activo e interpretar el discurso bus-
cando el referente implícito de cada pronombre. Por otra parte, la utilización del pronombre
agiliza el texto evitando repeticiones de sustantivos.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Semántica del pronombre personal.


- Los pronombres de primera persona (yo, me, mí, conmigo, nosotros/as, nos), sobre todo
la forma yo aportan subjetividad al texto, enfatizan la participación del emisor. Las desi-
nencias verbales y el contexto hacen innecesaria la utilización del pronombre (comeré
[yo] en el bar); si lo usamos, duplicamos —enfatizamos— la noción de persona (yo co-
meré en el bar).
- Los pronombres personales de segunda persona (tú, te, vosotros/as...) caracterizan al
texto dialogado, implican una oscilación alterna entre el yo y el tú. Pueden referirse a un
tú poético en los textos líricos, a un alter ego del emisor o, sencillamente, al receptor del
texto dialogado narrativo o dramático.
- Los de tercera persona (él, ella, ellos, ellas, le, la, lo, se...) alejan el discurso del emisor y
aportan objetividad. El uso del pronombre se en sus funciones de morfema impersonal
(se dormía mal allí) y de morfema de pasiva refleja (se recogió la carta) despersonaliza el
texto, la acción verbal queda sin agente.

Semántica del resto de otros pronombres


Con la matización de que son sustitutos del sustantivo, cada clase aporta las mismas carac-
terísticas que sus determinantes homólogos.


EL VERBO

Indica acciones: cantar, bailar, correr, beber, dormir, vivir...

1. CONCEPTOS.
Concepto morfológico.
Es una palabra variable compuesta de un lexema o raíz, que aporta el significado léxico
(cant-), y unos morfemas dependientes flexivos, llamados desinencias o accidentes gramatica-
les del verbo (-o), que añaden información gramatical sobre: vocal temática, persona, número,
tiempo, aspecto y modo. Estas desinencias forman las terminaciones de las formas simples y del
verbo auxiliar en las compuestas.
Conjugación o flexión verbal es el conjunto de variaciones o formas que experimenta el ver-
bo cuando añadimos los morfemas flexivos a la raíz.
En castellano o español hay tres conjugaciones que distinguimos por la vocal temática de su
infinitivo. Primera: modelo cant-a-r; vocal temática a. Segunda: modelo tem-e-r; vocal temáti-
ca e. Tercera: modelo part-i-r; vocal temática i.
Veremos, más adelante, cómo desde un enfoque morfológico, se clasifican los verbos en:
regulares, irregulares, defectivos y pronominales.
El verbo puede aparecer en el discurso en forma: simple personal (canto…), simple no per-
sonal (cantar…), en forma compuesta activa (he cantado…), en forma compuesta pasiva re-
fleja (se almacenó…), en perífrasis (voy a ir…) y en locuciones (hacer saber, echar en falta...).
Nota. Entendemos que las formas llamadas “De pasiva directa”(el trigo fue almacenado,
la cebada fue almacenada, los sacos fueron almacenados, las bolsas fueron almacenadas) son en
realidad construcciones copulativas de sujeto paciente con un atributo —participio adjetivado—
que concuerda con el sujeto (si se tratase de un participio no podría recibir flexión de género y
número): trigo-almacenado, cebada-almacenada, sacos-almacenados, bolsas-almacenadas.

Concepto sintáctico.
El verbo desempeña las funciones de núcleo del predicado verbal (en oraciones predicativas
y semipredicativas) y de cópula (en oraciones copulativas). Concuerda con el sujeto en número
y persona (los niños [tercera persona, plural] juegan [tercera persona, plural]); comprobando
esta concordancia, podremos diferenciar el sujeto del complemento directo (que no concuer-
da) en los casos dudosos: llegó la noticia, ¿quién llegó?, ¿qué llegó? colocamos el verbo en plural,
llegaron... las noticias; concuerdan predicado y sintagma, luego la noticia es sujeto.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Concepto semántico.
Según este criterio, los verbos se dividen en: predicativos, semipredicativos, copulativos y
auxiliares.
- Los verbos predicativos expresan proceso, acción: 1º) Que padece o sufre el sujeto paciente
(la cosecha se recogió: voz pasiva refleja); 2º) Que ocurre en el sujeto sede de la acción (la barca
se hunde); 3º) Que hace el sujeto agente (tu padre canta: voz activa). Los verbos de voz activa
se dividen en: transitivos (la acción pasa o transita a un objeto o complemento directo que
completa su significado: como pan); los verbos transitivos pueden usarse, también, en forma
reflexiva (la acción recae sobre el mismo sujeto: me lavo) y recíproca (la acción se intercambia:
nos abrazamos) y en intransitivos (no necesitan un complemento directo; tienen significado
completo: venimos del cine).
- Los verbos semipredicativos pierden parte de su significación, quedan convertidos en se-
micópula y necesitan un complemento predicativo que es bifuncional (atributo del sujeto y
complemento circunstancial modal del verbo): el agua sale sucia; la niña llegó agotada. Los
verbos resultar y parecer son semipredicativos, pues conservan su significado y necesitan un
complemento predicativo: el coche parece feo (pero no lo es); la fiesta resultó aburrida (evaluada
tras su finalización).
- Los verbos copulativos (ser y estar) pierden su significación, quedan reducidos a la función
de cópula de esencia (verbo copulativo ser) o cópula de estado (verbo copulativo estar) y ne-
cesitan un atributo del sujeto sede de la cualidad: mi padre es listo; mi abuela está enferma. No
obstante, pueden actuar como predicativos con significado pleno: el acto es (se celebrará)
aquí; el libro está (se halla) en mi casa.
- Los verbos auxiliares pierden en la práctica su significación: se convierten en instrumentos
gramaticales, se gramaticalizan. Sirven para formar los tiempos compuestos en voz activa (ha-
ber: he comido) y las perífrasis verbales (debe venir).

2. NOMBRE DE LOS MODOS, DE LOS TIEMPOS SIMPLES Y DE SUS TIEMPOS COMPUESTOS.


Modo indicativo:
- Presente (amo). Su compuesto es el pretérito perfecto compuesto (he amado).
- Pretérito imperfecto (amaba). Su compuesto es el pretérito pluscuamperfecto (había
amado).
- Pretérito perfecto simple (amé). Su compuesto es el pretérito anterior (hube amado).
Nota. Emilio Alarcos Llorach en su Gramática de la Lengua Española propone que el futuro
y el condicional se agrupen y formen un nuevo modo especial intermedio entre el indicativo y el
subjuntivo, el modo condicionado (para aquellas acciones cuya realidad es factible siempre que
se cumplan ciertas condiciones). Propone los siguientes ejemplos:


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Aunque ganarás, ese negocio no es (será) bueno.


Aunque ganarías, ese negocio no es (será) bueno.
La ganancia que se comenta se estima posible y futura, pero no es real y la acción no puede
incluirse, por tanto, en el ámbito del modo indicativo; tampoco se considera irreal y, así, no
pertenence al modo subjuntivo. Luego como propone el señor Alarcos debemos incluir estas
formas (futuro y condicional) en un modo especial intermedio el modo condicionado. Además,
ambas formas pertenecen al mismo grupo de irregularidad y la irregularidad del futuro afecta,
también, al condicional.

Modo condicionado:
- Futuro (amaré). Su compuesto es el futuro compuesto o perfecto (habré amado).
- Condicional (amaría). Condicional compuesto o perfecto (habría amado).
Nota. Consideramos, apoyándonos en la opinión de Alarcos Llorach («Se ha pensado que
el imperativo no es más que una variante del subjuntivo en ciertos casos...»), que el modo im-
perativo se debe eliminar como tal, ya que, el presente de imperativo, compuesto solamente
por dos formas, la segunda persona del singular (canta tú) y la segunda del plural (cantad voso-
tros/as), es una variante del presente del subjuntivo. Así, el imperativo actual se utiliza sólo si
se dan las siguientes condiciones:
1. Que las oraciones sean apelativas afirmativas.
2. Que tengan sujeto gramatical de segunda persona.
3. Y que el enfoque temporal sea de presente. Cuando falta alguna de estas condiciones,
las formas del imperativo son sustituidas por las del presente de subjuntivo; así: ¡Que
venga él! ¡Vayamos nosotros! ¡No vayas tú!
La escasez de sus formas (dos personas), la carencia de forma compuesta y su uso, en ca-
sos tan concretos, supliendo huecos significativos del presente del subjuntivo en la apelación
afirmativa de segunda persona, nos hace proponer su inclusión como variante del presente de
subjuntivo.
Se dan circunstancias parecidas en otros tiempos verbales: existe una variante de la tercera
persona del singular del presente de indicativo del verbo haber (él/ella ha) —la forma hay—
para oraciones unimembres unipersonales: hay pañuelos en el cajón; y no por ello, se defiende
la creación de un nuevo modo verbal que incluya esta forma.

Modo subjuntivo:
- Presente (ame, ames, ame, amemos améis, amen) con sus variantes imperativas (ama tú,
amad vosotros/as). Su forma compuesta es el pretérito perfecto compuesto (haya amado).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- Pretérito imperfecto (amara/se). Su compuesto es el pretérito pluscuamperfecto (hubie-


ra/se amado).
- Futuro (amare). Su compuesto es el futuro perfecto o compuesto (hubiere amado).

3. ACCIDENTES GRAMATICALES DEL VERBO. CLASES DE MORFEMAS O DESINENCIAS


VERBALES Y SIGNIFICADO QUE APORTAN

Clases: Vocal temática, persona, número, tiempo, modo y aspecto.


La vocal temática: anuncia que el lexema al que se añade es un verbo. Como hemos indica-
do, ayuda a diferenciar las tres conjugaciones verbales del español atendiendo a su aparición
en los infinitivos:
1ª: am-a-r; 2ª: tem-e-r; 3ª: part-i-r.
Varía en cada conjugación y, también, según los grupos verbales de regularidad (agrupa-
ciones de tiempos verbales que manifiestan la misma irregularidad —si la hay— en su conju-
gación):

1. Grupo verbal de regularidad de presente (de indicativo y subjuntivo):


 Vocal temática: 1ª conjugación: - / a. 2ª conjugación: - / e. 3ª conjugación: - / e / i
Ejemplos: 1ª: am-o, am-a-s; 2ª: tem-a-mos, tem-e-s; 3ª: part-o, part-e-s, part-i-mos.

2. Grupo verbal de regularidad de pretérito (pretérito perfecto simple, pretérito imperfecto y


futuro de subjuntivo); afecta, también, al imperfecto de indicativo, al participio y al gerundio:
Vocal temática: 1ª conjugación: a / -. 2ª conjugación: i / ie / -. 3ª conjugación: i / ie / -
Ejemplos: 1ª: am-a-ba, am-é; 2ª: tem-í-a, tem-ie-ra, tem-í; 3ª: part-í-a,part-ie-se, part-í.

3. Grupo verbal de regularidad de futuro (futuro de indicativo, condicional e infinitivo):


Vocal temática: 1ª conjugación: a. 2ª conjugación: e. 3ª conjugación: i
Ejemplos: 1ª: am-a-ré, am-a-r; 2ª: Tem-e-ré, tem -e -r; 3ª: part-i-ré, part -i -r.

Número.
Nos indica que el sujeto es singular (uno) o plural (más de uno)).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Persona.
Designa los tres posibles actores de la acción. La primera persona es la que habla (emi-
sor/es: yo, nosotros/as), la segunda la que escucha (receptor/es: tú, vosotros/as) y la tercera (no
está/n presente/s: él/ella, ellos/as).
Las personas, como vemos, pueden ir en número singular (yo, tú, él/ella) o en plural (no-
sotros/as, vosotros/as, ellos/as). Los morfos de número y persona son sincréticos (el morfo -n
denota, a la vez, plural y tercera persona).

Morfos de número y persona (sincretismo): Ejemplos


Singular
Primera persona: ( -) am-a-ba (-)
Segunda persona: (-s), (-) am-a-ba (-s), sal-i-ste (-)
Tercera persona: (-) am-a-ba (-)
Plural
Primera persona: (-mos) am-a (-mos), part-i (-mos)
Segunda persona: (-is) am-a (-is), part (-ís)
Tercera persona: (-n) am-a (-n)
Ejemplo: tem-e-n. Respectivamente: raíz, vocal temática y morfo de tercera persona y de plu-
ral.


Morfos de las formas no personales del verbo: Ejemplos
- Infinitivo. Morfo: (-r) cant-a (-r), tem-e (-r), part-i (-r)
- Gerundio: Morfo: (-ndo) cant-a (-ndo), tem-ie (-ndo)
- Participio: Morfo: (-do) cant-a (-do), tem –i (-do), part-i (-do)

Las formas no personales no indican: persona, número, tiempo, modo. Sus morfos sólo
aportan noción de aspecto: infinitivo (acción en potencia), gerundio (acción en curso) y partici-
pio (acción acabada).

Tiempo:
Hay tres tiempos verbales explícitos. Presente, pasado y futuro. El tiempo va relacionado con
el aspecto y el modo, hay sincretismo entre ellos.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- Presente: la acción verbal transcurre ahora (leo).


- Pasado o pretérito: la acción verbal se realizó en el pasado (comí).
- Futuro: la acción verbal no ha empezado aún, se hará (leeré).

Morfos del grupo de tiempo presente: Ejemplos


Presente de indicativo: las tres conjugaciones 1ª Pers: (-o). Resto (-). cant (-o), cant-a-s
Presente de subjuntivo: 1ª conj. (-e): am -e. 2ª y 3ª conj. (-a): tem -a. (imperativo: - / -d)

Morfos del grupo de tiempo pretérito (pasado):


Pretérito perfecto simple (indefinido) 1ª conj. 2ª y 3ª conj. Ejemplos
- Primera persona del singular: (-é) (-í) am (-é), tem (-í)
- Segunda persona del singular: (-ste) (-ste) part-i (-ste)
- Tercera persona del singular: (-ó) (-ió) cant (-ó), tem (-ió)
- Primera persona del plural: (-) (-) am-a (-) -mos
- Segunda persona del plural: (-ste (-ste) cant-a (-ste) -is
-Tercera persona del plural: (-ro) (-ro) am-a (-ro) -n
Pretérito imperfecto de indicativo: 1ª conj. (-ba): ama -ba. 2ª y 3ª conj. (-a): part-í (-a)
Pretérito imperfecto de subjuntivo: (-ra), (-se): am-a (-ra) o am-a (-se)
Futuro imperfecto de subjuntivo: (-re): am -a -re

Morfos del grupo de tiempo futuro: Ejemplos


Futuro imperfecto de indicativo: 1ª, 2ª y 3ª conj. (-re) y (ra): am -a -re -mos, tem -e -rá -s.
Condicional o potencial simple: (-ría): am -a -ría.

Aspecto. Denota si la acción está terminada o no. Clases:


Aspecto perfecto. Indica que la acción está terminada: he comido, comí.
Aspecto imperfecto. Señala que la acción verbal aún no ha concluido: leo, partiré.
Las formas de aspecto perfecto son: el pretérito perfecto simple, el participio y todas las
compuestas.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Las formas de aspecto imperfecto (inacabadas o durativas) son: las demás formas simples
y el gerundio. Entre el tiempo, el aspecto y el modo hay sincretismo, es decir, un mismo morfo
sirve a los tres. Ejemplo: Ella mir-ó (modo indicativo, aspecto perfecto, tiempo pretérito).

Modo. Expresa la actitud mental del hablante ante la acción verbal. Clases:
Indicativo. Indica acciones reales. Denota, normalmente, una actitud objetiva (función re-
ferencial del lenguaje) ante una acción real: Tengo hambre
Subjuntivo. Designa acciones irreales. Denota una actitud subjetiva (función emotiva del
lenguaje) ante una acción irreal, dudosa, deseada...: ¡Ojalá llueva!
Condicionado. Designa acciones posibles. Está formado por los tiempos: futuro simple de
indicativo, condicional simple y los compuestos de ambos: Iré el sábado.
Nota. Emilio Alarcos Llorach establece, como ya hemos indicado, tres modos:
1. El indicativo (designa la no ficción, lo real).
2. El subjuntivo (designa lo ficticio, lo no real).
3. El condicionado, formado por el futuro (cantarás) y el condicional (cantarías), que designa
hechos posibles.
A las dos personas del llamado imperativo no les conferimos entidad suficiente para formar
un modo verbal independiente.
Ya hemos indicado los morfos de los presentes de indicativo y subjuntivo-imperativo.

Voz o diatesis. Relaciona el significado de la raíz verbal (acción) con el sujeto gramatical
que la realiza (actor) indicando si el sujeto es agente, paciente o sede de la acción.
Voz activa. Indica que el sujeto realiza la acción verbal: He escrito cartas.
Voz pasiva. Expresa que el sujeto padece o recibe la acción verbal: El sobre fue entregado.
Hay dos clases de pasiva, según la doctrina actual:
Pasiva directa, que usa el verbo auxiliar ser y el participio del verbo que se conjuga: Ellas fue-
ron expulsadas, ellos fueron expulsados, ella fue expulsada, él fue expulsado. Pero si observamos el
llamado participio, comprobamos que admite flexión de género y número (una forma verbal no
puede admitir nunca flexión de género). Por tanto, las palabras expulsado, expulsada, expulsa-
dos, expulsadas, son participios adjetivados y funcionan como atributos del sujeto; se trataría de
una proposición copulativa de sujeto paciente (con atributo y, a veces, complemento agente),
que llamaremos pasiva copulativa.
Pasiva refleja (utiliza un verbo en forma personal acompañado del morfo de pasiva refleja
se): Se inauguró el local.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- A veces, el sujeto es sede de la acción: en las copulativas (Pedro es pintor; Luisa está con-
tenta) y en construcciones especiales en las que el verbo se construye en forma reflexiva; pero
el sujeto no hace la acción, ni la recibe de forma explícita: la canoa se balancea. Normalmente,
en estos casos, se usa un verbo pronominal junto con el pronombre se como morfema medio.
Ejemplos: La pluma se eleva, el poste se mueve.

- Transformación de una oración activa transitiva en otra pasiva.


La oración activa transitiva (mi padre recogió a mi tía) se puede convertir en pasiva copula-
tiva del siguiente modo:
1. El sujeto (mi padre) pasa a funcionar como complemento agente (por mi padre).
2. El complemento directo (a mi tía) se convierte en sujeto paciente (mi tía).
3. El verbo ser se utiliza como nexo-cópula (fue).
4. Y el participio del verbo conjugado (recogido) funciona como adjetivo atributo (que con-
cuerda con el sujeto en género y número: recogida).
Y al revés, una oración pasiva se puede transformar en activa transitiva.
Ejemplo: Mi padre recogió a mi tía = Mi tía fue recogida por mi padre. Esta transformación
nos permite diferenciar en casos dudosos el sintagma complemento directo (que admite su
transformación en sujeto paciente) del complemento indirecto (que no la admite).
Las pasivas reflejas se suelen utilizar sin complemento agente (omitiendo la alusión al actor
de la acción) y debemos tenerlo en cuenta al transformarlas en activas y al convertir las activas
en pasivas.
La oración activa transitiva (entregó la carta) se puede convertir en pasiva refleja del si-
guiente modo:
1. El complemento directo (la carta) se convierte en sujeto paciente.
2. Se antepone el morfema de pasiva refleja (se) al verbo que se conjuga en tercera persona:
se entregó.
3. El sujeto omitido (él/ella) desaparece de la oración, quedando incierto el complemento
agente.
Ejemplo: Entregó la carta = se entregó la carta.
Comentario de otros ejemplos de pasivas copulativas:
- La carta fue entregada ayer.
- Los regalos fueron recogidos por tu hermana.
- Las notas eran enviadas por Isabel.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

En ellas, los supuestos participios (entregada, recogidos y enviadas) concuerdan en género


y número con el sujeto paciente; por consiguiente no se trata de participios verbales, puesto
que todos los verbos carecen de género y los participios, como formas no personales, también
carecen de persona y número. Las formas entregada, recogidos y enviadas serían participios ad-
jetivados, verdaderos adjetivos, que funcionan sintácticamente como atributos de sus sujetos
pacientes. El verbo ser serviría de cópula y las oraciones deberían denominarse pasivas copula-
tivas. Proponemos, por consiguiente, que la voz pasiva quede dividida en dos clases:
1ª) Pasivas copulativas (construidas con el verbo ser y un participio adjetivado que actúa de
atributo; admiten complemento agente: La trampa fue descubierta).
2ª) Pasivas reflejas (construidas con el morfo se y un verbo conjugado en tercera persona;
no admiten complemento agente: Se descubrió la trampa).
En español no hay morfos de voz; la expresión de los contenidos activo y pasivo sólo afecta
a la construcción del enunciado. La voz activa se construye con un verbo en forma personal y
sus formas compuestas se construyen con el verbo auxiliar haber; la voz pasiva copulativa se
construye con el verbo copulativo ser y un participio adjetivado (como acabamos de explicar)
y la voz pasiva refleja utiliza el morfo se.

4. CONJUGACIÓN.
Es el conjunto ordenado de todas las formas de un verbo. Hay tres conjugaciones:
La primera compuesta por verbos acabados en -a-r (vocal temática -a, más morfo de infi-
nitivo -r).
La segunda, por los verbos terminados en -e-r (vocal temática -e, más morfo de infinitivo -r).
La tercera, por los verbos acabados en -i-r (vocal temática -i, más morfo de infinitivo -r).
A continuación exponemos en esquema la conjugación de los verbos modelo. Para econo-
mizar espacio sólo consignaremos la primera persona del singular de los verbos (cantar, temer,
partir), del auxiliar de activa (haber) y del verbo utilizado en la pasiva copulativa (ser):


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Conjugación de los verbos modelo cantar, temer, partir, del auxiliar haber y del copu-
lativo ser:

Formas no personales (voz activa):


Infinitivo simple: cantar, temer, partir, haber, ser.
Infinitivo compuesto: haber cantado, haber temido, haber partido, haber habido, haber sido.
Gerundio: cantando, temiendo, partiendo, habiendo, siendo.
Gerundio compuesto: habiendo cantado, habiendo temido, habiendo partido, habiendo habi-
do, habiendo sido.
Participio: cantado, temido, partido, habido, sido.
El participio carece de formas compuestas.

Modo indicativo (voz activa). Conjugamos sólo la primera persona del singular (yo):
Presente de indicativo: canto, temo, parto, he, soy.
Pretérito perfecto compuesto: he cantado, he temido, he partido, he habido, he sido.
Pretérito imperfecto: cantaba, temía, partía, había, era.
Pretérito pluscuamperfecto: había cantado, había temido, había partido, había habido, había
sido.
Pretérito perfecto simple (indefinido): canté, temí, partí, hube, fui.
Pretérito anterior: hube cantado, hube temido, hube partido, hube habido, hube sido.

Modo condicionado (voz activa). Sólo conjugamos la primera persona.


Futuro simple o imperfecto: cantaré, temeré, partiré, habré, seré.
Futuro compuesto o perfecto: habré cantado, habré temido, habré partido, habré habido, ha-
bré sido.
Condicional simple o imperfecto: cantaría, temería, partiría, habría, sería.
Condicional compuesto o perfecto: habría cantado, habría temido, habría partido, habría
habido, habría sido.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Modo subjuntivo (voz activa). Conjugamos completos los presentes de subjunti-


vo con sus variantes imperativas de segunda persona de singular y plural.
Presente de subjuntivo (verbo cantar): cante, cantes (canta tú), cante, cantemos, cantéis
(cantad vosotros/as), canten.
Presente de subjuntivo (verbo temer): tema, temas (teme tú), tema, temamos, temáis (temed
vosotros/as), teman.
Presente de subjuntivo (verbo partir): parta, partas (parte tú), parta, partamos, partáis
(partid vosotros/as), partan.
Presente de subjuntivo (verbo haber): haya, hayas (he tú), haya, hayamos, hayáis (habed
vosotros/as), hayan.
Presente de subjuntivo (verbo ser): sea, seas (sé tú), sea, seamos, seáis (sed vosotros/as),
sean.

Continuamos, modo subjuntivo (voz activa). Conjugamos la primera persona del


singular (yo).
Presente de subjuntivo (ya visto): cante, tema, parta, haya, sea.
Pretérito perfecto compuesto: haya cantado, haya temido, haya partido, haya habido, haya
sido.
Pretérito imperfecto: cantara/se, temiera/se, partiera/se, hubiera/se, fuera/se.
Pretérito pluscuamperfecto: hubiera/se cantado, hubiera/se temido, hubiera/se partido, hu-
biera/se habido, hubiera/se sido.
Futuro simple o imperfecto: cantare, temiere, partiere, hubiere, fuere.
Futuro compuesto o perfecto: hubiere cantado, hubiere temido, hubiere partido, hubiere
habido, hubiere sido.

5. CLASIFICACIÓN MORFOLÓGICA DE LOS VERBOS.


Verbos regulares. Son verbos que al conjugarse no modifican el lexema de su infinitivo y uti-
lizan los morfos o desinencias de los verbos modelo (cantar, temer y partir): amar, beber, vivir...
Verbos irregulares. Son los que en alguna forma de su conjugación sufren modificación en:
A) El lexema de su infinitivo: yo h-e, y no * yo hab-o (verbo hab-e-r).
B) En las desinencias de su verbo modelo: yo est-oy, y no *yo est-o (verbo est-a-r).
C) En lexema y desinencias: yo cup-e, y no *yo cab-í (verbo cab-e-r).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Los verbos que cambian su grafía, pero mantienen sus fonemas se consideran regulares: yo
cojo, tú coges; yo toco, yo toqué; yo llego, yo llegué.

Grupos de irregularidad.
Son agrupaciones de tiempos verbales que guardan relación de dependencia, de forma que
si un tiempo sufre irregularidad los demás también la sufren. Su estudio nos permite dictaminar
fácilmente la irregularidad de un verbo. Grupos:
Grupo A. Si hay irregularidad en el presente de indicativo, la habrá, también, en el presente
de subjuntivo: teng-o, teng-a en lugar de *ten-o, *ten-a (verbo ten-e-r).
Grupo B. Si hay irregularidad en el pretérito perfecto simple, esta se repetirá en el pretérito
imperfecto y en el futuro imperfecto de subjuntivo: est-uve, est-uviera/se, est-uviere en lugar de
*est-é, *est-are/se, *est-are (verbo est-a-r).
Grupo C. Si la regularidad afecta al futuro simple o imperfecto del modo condicionado, tam-
bién afectará al condicional: pond-ré, pond-ría en lugar de *pon-eré, *pon-ería (verbo pon-e-r).
Bastará, pues, con conjugar el presente de indicativo, el pretérito perfecto simple y el futuro
simple o imperfecto del condicionado para saber si un verbo es irregular o no. A veces, también
es irregular el participio; por tanto deberemos comprobarlo comparándolo con su modelo.

Ejemplos de irregularidad:
1. Diptongación o incremento vocálico en el lexema (freg-ar, frieg-o).
2. Cambio vocálico en el lexema (ped-ir, pid-o).
3. Cambio de consonante en el lexema (hac-er, hag-o).
4. Incremento de consonante en el lexema (pon-er, pong-o).
5. Cambio de vocal y consonante en el lexema (dec-ir, dig-o)
6. Incremento vocálico y consonántico en el lexema (ca-er, caig-o).
7. Alteración en lexema y desinencia (de pon-er, pus-e; en lugar de *pon-í).
8. Alteración en la desinencia (de est-ar, est-oy; en vez de *est-o), etc.
Algunos verbos poseen participios irregulares: abrir (abierto), cubrir (cubierto), escribir (es-
crito), hacer (hecho), morir (muerto), poner (puesto), resolver (resuelto), romper (roto), ver (visto),
volver (vuelto)...
Hay verbos que poseen dos participios, uno regular (verbo) y otro irregular (adjetivo): abs-
traer (abstraído, abstracto), atender (atendido, atento), bendecir (bendecido, bendito), concluir
(concluido, concluso), confesar (confesado, confeso), confundir (confundido, confuso), convertir
(convertido, converso), despertar (despertado, despierto), elegir (elegido, electo), eximir (eximi-
do, exento), freír (freído, frito), imprimir (imprimido, impreso), incluir (incluido, incluso), maldecir


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

(maldecido, maldito), manifestar (manifestado, manifiesto), proveer (proveído, provisto), soltar


(soltado, suelto), suspender (suspendido, suspenso), torcer (torcido, tuerto)...
En la conjugación de estos verbos se usa el participio regular: yo he soltado, y no *yo he suel-
to. Hay tres excepciones a esta regla. Los verbos proveer (proveído, provisto), freír (freído, frito)
e imprimir (imprimido,impreso) se pueden conjugar con ambos participios: he freído y he frito...
Pero es preferible seguir la regla: utilizar la forma regular como participio.

Verbos defectivos o incompletos.


Presentan incompleta su conjugación; carecen de algunos tiempos o de algunas personas
verbales. Ejemplos:
A) Verbos unipersonales meteorológicos. Sólo se emplean en infinitivo y en tercera per-
sona del singular (no tienen sujeto): llover, nevar, tronar…; llueve, nieva…
B) Otros verbos unipersonales (acaecer, acontecer, atañer…) sólo se emplean los infinitivos
y terceras personas pues no admiten los sujetos personales yo y tú: atañe, atañen…
C) Abolir, agredir, transgredir…, sólo se emplean las formas cuya desinencia empieza por
(-i): abolieron, agredí…
D) Balbucir evita las formas que contienen el grupo -zc (*balbuzco…). Y otros…
Verbos pronominales. Se construyen obligatoriamente con un pronombre; los hay ex-
clusivos (arrepentirse, fugarse...) y otros que, al convertirse en pronominales, adoptan determi-
nados matices expresivos (caer/caerse, morir/morirse, lavar/lavarse...).
El verbo auxiliar haber. Se gramaticaliza y pierde su significado; se añade al participio
del verbo que se conjuga originando las perífrasis que denominamos formas compuestas de la
voz activa (había comido ya, he dormido mucho).
En la voz pasiva copulativa el verbo ser no sería auxiliar, sino copulativo y el participio ac-
tuaría como adjetivo atributo —con flexión de género y número— del sujeto paciente (ella fue
salvada por su vecina). Otros verbos, también se gramaticalizan, perdiendo total o parcialmen-
te su significado, para formar el resto de las perífrasis verbales (tiene que estar ahí, debe llegar
hoy; voy a ver a mi tía).

6. SIGNIFICADOS Y USOS DE LOS TIEMPOS Y FORMAS VERBALES:


6.1. De modo indicativo (la acción es objetiva y real).
Presente de indicativo (yo canto). Usos:
- Presente actual: viene conmigo.
- Presente habitual: los lunes hago deporte.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- Presente intemporal o gnómico: La naturaleza es sabia.


- Presente histórico o de pasado: Picasso nace en Málaga.
- Presente durativo: Estudio bachillerato.
- Presente de futuro (valor prospectivo): Mañana voy a Jaén.
- Presente de mandato: Tú te comes las lentejas.
- Presente de cortesía: ¿Puede decirme la hora? ¿Me dice la hora?

Pretérito perfecto compuesto (yo he cantado). Usos:


(Se relaciona semánticamente con el pretérito perfecto simple: yo canté).
- Acción pasada (pretérita) y acabada (perfecta); su unidad de tiempo no ha finalizado
(hoy he ido al cine): la acción de ir al cine ha concluido; pero el día no ha terminado.
- Acción intemporal o gnómica: el transistor ha revolucionado la electrónica.

Pretérito imperfecto (yo cantaba). Usos:


- Acción pasada imperfecta: Antes jugaba bien.
- Acción futura e hipotética: Si pudiera, participaba mañana.
- Tratamiento de cortesía: ¿Deseaba algo, usted?
- De conato: Me iba cuando llegó.

Pretérito pluscuamperfecto (yo había cantado). Usos:


- Acción pasada y acabada anterior a otra acción, también, pasada y acabada: Cuando
llegó, ya había comido. Se relaciona semánticamente con el pretérito anterior (yo hube
cantado).

Pretérito perfecto simple (yo canté). Usos:


- Acción pasada (pretérita) y terminada (perfecta), considerada en una unidad de tiem-
po que ya terminó: Ayer fui al cine (la unidad de tiempo, ayer, ya terminó). Se relaciona
semánticamente con el pretérito perfecto compuesto (yo he cantado).

Pretérito anterior (yo hube cantado). Usos:


- Acción pasada, terminada, e inmediatamente anterior a otra acción, también pasada y
concluida: En cuanto hubo terminado de comer, se marchó. Se relaciona semánticamen-
te con el pretérito pluscuamperfecto (yo había cantado).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

6.2. De modo condicionado (la acción es posible).


Futuro simple o imperfecto (yo cantaré). Usos:
- Acción futura e imperfecta: Mañana iré al gimnasio.
- Mandato: No saldrás.
- Probabilidad o posibilidad: Probablemente, estará en casa.
- Sorpresa: ¡Será tonto!

Futuro compuesto o perfecto (yo habré cantado). Usos:


- Acción futura y acabada, anterior a otra acción también venidera: Cuando vuelvas,
habré terminado la redacción.
- Probabilidad: Posiblemente, habrá llegado.
- Sorpresa: ¡Habrase visto!

Condicional simple (yo cantaría). Usos:


- Futuro hipotético imperfecto respecto de una acción pasada; va ligado, con frecuen-
cia, al cumplimiento de una condición: Dijo que vendría; si viniera, se lo diría.
- Deseo: Desearía verla.
- Posibilidad: Serían las ocho.
- Cortesía: ¿Podría indicarme el camino?

Condicional compuesto (yo habría cantado). Usos:


- Futuro hipotético perfecto respecto de una acción o momento pasados, con frecuen-
cia, va ligado a la realización de una condición: Si lo hubiese sabido, habría ido.
- Probabilidad: Habrían entrado a las doce.

6.3. De modo subjuntivo (presenta una acción irreal, incierta)


Presente de subjuntivo (yo cante). Usos:
- Presente incierto respecto de una acción presente: Temo que llegue ahora.
- Futuro incierto respecto de una acción presente: Espero que venga mañana.
- Mandato negativo y afirmativo: ¡No vengas! ¡Que te calles! ¡Salgamos! Ven tú. ¡Venid!
- Deseo: ¡Descanse en paz! ¡Que duermas bien!


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Pretérito perfecto compuesto (yo haya cantado). Usos:


- Pasado perfecto incierto respecto de una acción presente: Espero que haya terminado.
- Futuro perfecto incierto anterior a una acción futura: Saldré cuando hayas comido.

Pretérito imperfecto de subjuntivo (yo cantara/se). Usos:


- Propone acciones inciertas e imperfectas (pasadas, presentes o futuras) relacionadas
con una acción pasada: Deseaba que vinieras o vinieses ayer/hoy/mañana.

Pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo (yo hubiera/se cantado). Usos:


- Acción pasada perfecta, irreal o incierta, anterior a otra, también pasada: Esperaba que
hubiera llegado ya.
- Sorpresa en el pasado: ¡Quién lo hubiera dicho!

Futuro simple o imperfecto (yo cantare). Usos:


- Acción futura imperfecta hipotética (poco usado, excepto en textos jurídico-adminis-
trativos): Quien agrediere a una persona…

Futuro compuesto o perfecto (yo hubiere cantado). Usos:


- Acción pasada perfecta hipotética (poco usado, excepto en textos jurídico-administra-
tivos): Quienes no hubieren presentado la instancia dentro del plazo...

Relación de formas de mandato más usuales (denotan subjetividad y función


apelativa o conativa):
1. Presente de indicativo (¡Te lo comes!).
2. Futuro simple de indicativo (¡Vendrás a las once!).
3. Presente de subjuntivo: ¡Que vengas! ¡Que no salgas! (la conjunción completiva que es
un conector retórico-enfático). Con sus variantes imperativas de segunda persona:
¡Entra tú! ¡Salid vosotras!.
4. Preposición a + infinitivo (¡A callar!).
5. Infinitivo, utilizado como recomendación general exhortativa (Cerrar al salir) o prohi-
bitiva si va precedido de adverbio de negación (No pisar el césped).
6. Perífrasis modales de mandato (debes estudiar más; tienes que ir; hay que comprarlo...).
7. Locución a ver si + presente de indicativo (¡A ver si te callas!).
8. Pronombre personal proclítico te, se, os ante el verbo querer conjugado y un infinitivo,
con entonación exclamativa (¡Os queréis dormir!).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Las dos formas últimas (7 y 8) proponen órdenes; pero moderadas por las construcciones
que utilizan. En la número 7, el mandato si te callas es una proposición subordinada sustantiva
de complemento directo que se propone como duda y posibilidad. En la número 8, la amor-
tiguación del mandato (también, una proposición subordinada sustantiva de complemento
directo en infinitivo: dormir) se consigue con el uso del verbo querer, que cortésmente hace
depender, en apariencia, de la voluntad de los mandados, la ejecución de la orden.
Ambas modalidades son variaciones, respectivamente, de los casos 1 y 4. Y presuponen uso
de órdenes anteriores desatendidas; aportan, pues, un valor reiterativo y enfático.

6.4. De formas no personales del verbo (verboides).


- Infinitivo (cant-a-r).
- Gerundio (cant-a-ndo)
- Participio (cant-a-do).
Estas formas no personales son especiales; no admiten los morfemas verbales; carecen,
pues, del morfo de persona y número. Son: infinitivo, gerundio y participio. Poseen doble na-
turaleza: el infinitivo puede ser verbo y nombre, el gerundio, verbo y adverbio y el participio verbo
y adjetivo; son considerados formas nominales del verbo.
Cuando actúan como verbos expresan impersonalidad, generalidad, esencialidad, abstrac-
ción, concisión. No poseen sujeto gramatical explícito, ya que no hay concordancia posible;
sino implícito y semántico: ¡A dormir ya (vosotros/as)!
Los podremos considerar verbos si llevan complementos propios; si no los llevan, podemos
optar por considerar sustantivos (a los infinitivos), adverbios (a los gerundios) y adjetivos (a los
participios).
Las formas no personales se presentan:
A) En oraciones simples independientes (poco frecuentes): Los novios saliendo de la iglesia
(pie de foto). ¿Mentir yo?
B) Formando oraciones compuestas:
B.1. En construcción conjunta (es una proposición subordinada, sin pausas ni entona-
ción independiente): Vengo para estudiar contigo.
B.2. En construcción disjunta (entre comas, formando una subordinada de entonación
independiente):
B.2.1. Disjunta concertada (su sujeto es un nombre de la proposición principal): La
gente, al salir del cine, protestó.
B.2.2. Disjunta en cláusula absoluta (tiene sujeto propio): Esa chica, viendo su ca-
rácter, triunfará.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

En la estructura oracional profunda de muchas de estas construcciones podemos hallar


elipsis verbal. Ejemplo: La gente, cansada de esperar, protestó (= la gente [que estaba] cansada
de esperar, protestó). Encontrarla nos facilitará el análisis sintáctico.

INFINITIVO (cantar, haber cantado). Como verbo, denota la esencia de la acción verbal
en toda su amplitud, equivale a un sustantivo verbal; por ello, puede actuar como sustantivo
sujeto (sudar me desagrada) y sustantivarse (sus andares provocan). No admite los morfemas
propios del verbo: persona, número, tiempo, modo; podemos encontrar en él un aspecto im-
perfecto potencial (la acción está en potencia). Puede recibir pronombres enclíticos (amarte) y
preposiciones antepuestas (al llegar, sin comer…). Su forma compuesta indica acción pasada y
perfecta (por haber protestado, lo despidió). Puede formar:
1. Oraciones simples independientes de infinitivo:
1.1. Imperativas con la preposición a: ¡A callar ya!
1.2. Interrogativas-dubitativas: ¿Qué hacer ahora?
1.3. Interrogativas-exclamativas, de protesta: ¡¿Mentir yo?!
1.4. Exhortativas-prohibitivas de recomendación general: No fumar. No pisar el césped.
Guardar silencio.
2. Subordinadas en construcción conjunta:
2.1. Ejemplo de sustantiva yuxtapuesta: Quiero llegar pronto.
2.2. Ejemplos de adverbiales: Volvieron después de comer en su casa (temporal); Vengo
a pedirte perdón (final)…

GERUNDIO (cantando, habiendo cantado). Como verbo, posee distensión temporal,


denota una acción simultánea o anterior (nunca posterior) a la del núcleo de la proposición
principal con un aspecto durativo imperfecto. Admite pronombres enclíticos (saltándoselos) y
una preposición antepuesta en (en llegando la veré). Su forma compuesta denota, como la del
infinitivo, una acción pasada y perfecta: habiendo planchado, se marchó. Puede actuar como
adverbio (e incluso como adjetivo: utilizó agua hirviendo) y admite sufijos diminutivos: llegó
gritando (adverbio); lo hizo callandito (adverbio).
Como verbo, puede formar:
1. Oraciones simples independientes de gerundio (a pie de foto): La pareja tomando el sol.
2. Proposiciones subordinadas:
2.1. En construcción conjunta yuxtapuesta:
- Ejemplo de subordinada adverbial modal: Hablaba mirando el techo.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

2.2. Subordinadas disjuntas concertadas yuxtapuestas:


- Ejemplo de subordinada adjetiva o adverbial temporal o de causa: El presidente,
sintiéndose criticado, dimitió.
- Ejemplo de adjetiva o adverbial temporal o modal: Encontramos un gato, durmien-
do en el coche.
En la estructura oracional profunda podríamos encontrar nexo y verbo elididos: hablaba
mirando el techo = hablaba (mientras estaba) mirando el techo...

PARTICIPIO (cantado). Solamente se emplea como verbo en las formas compuestas


(auxiliar).
Sólo denota aspecto (una acción pasada y acabada). No tiene forma compuesta. Se emplea
en las formas de los tiempos compuestos como verbo auxiliar (he cantado, había cantado...).
Cuando, aparentemente, actúa como forma no personal en construcción conjunta o disjun-
ta, la construcción oracional posee en su estructura profunda un verbo copulativo (que se ha
elidido), ya que el participio admite variación de género y número (es adjetivo): El aviso (que ha
sido) recibido hoy lo anuncia. La noticia (que ha sido) recibida hoy lo anuncia.
El participio actúa, pues, como adjetivo en estos casos y, por tanto, concuerda con el
nombre al que califica admitiendo morfemas de género y número (chico/a/os/as aplicado/a/os/
as) y admite gradación (la chica es más aplicada que su hermano: comparativo de superioridad;
la chica es muy aplicada: superlativo...). Un ejemplo de esto lo vemos en las oraciones conside-
radas pasivas directas (que hemos denominado pasivas copulativas); aquí actuaría de adjetivo,
ya que admite morfemas de género y número y funcionaría como atributo del sustantivo suje-
to: La niña fue recogida por sus tíos.
Nota. Como verbo aparente, el participio puede formar las oraciones y proposiciones que
veremos a continuación; pero en realidad se trata de construcciones de verbo copulativo elidi-
do, con un participio adjetivo que admite variación de género y número:
Oraciones simples independientes (a pie de foto, en la prensa): El actor (está) asomado al bal-
cón. Ya que, si fuera femenino el sujeto, sería: La actriz (está) asomada...
Proposiciones subordinadas en construcción conjunta yuxtapuesta:
- Adjetivas yuxtapuestas: El periódico (que ha sido) recibido hoy trae la noticia. Si el sujeto
fuese femenino: La noticia [que ha sido] recibida hoy...
Proposiciones subordinadas disjuntas yuxtapuestas:
- Concertadas. Adjetivas: El rumor, (que ha sido) divulgado hoy, me preocupa. Con sujeto
femenino: La murmuración, (que ha sido) divulgada...


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- En cláusula absoluta: adverbial temporal, causal o condicional: (Porque está) terminado el


plazo, no se admiten reclamaciones. (Porque están) terminadas las alegaciones, continuó el
juicio.
En la estructura oracional profunda siempre podremos encontrar un verbo copulativo y un
nexo elididos: El periódico recibido hoy [= el periódico (que ha sido) recibido hoy] trae la noticia.
El rumor, divulgado hoy (que ha sido divulgado hoy), me preocupa.

6.5. Errores más frecuentes en el uso de las formas verbales


6.5.1. Añadir una -s innecesaria a la segunda persona del singular del pretérito perfecto
simple. Ejemplo: Tú *llegastes (error), en lugar de Tú llegaste.
6.5.2. Emplear el infinitivo con valor imperativo sin la preposición a: *Callar (error), en
lugar de ¡A callar!
6.5.3. El imperativo, callad, pierde la -d final —se apocopa— cuando recibe el pronombre
enclítico -os (¡Callaos!), excepto el verbo ir (idos); en su lugar se usa, erróneamen-
te, el infinitivo (¡*Callaros!)
6.5.4. El gerundio denota anterioridad o simultaneidad con la acción principal; por lo tan-
to, no se puede utilizar con valor de posterioridad: Me caí *rompiéndome la pierna
(error). Sería: Me caí y me rompí la pierna.
6.5.5. El gerundio, por su valor durativo, no debe complementar a un complemento direc-
to inanimado (encontré una bolsa* conteniendo fotos) ni a un complemento directo
animado que posee una cualidad adquirida de forma definitiva (se necesita aprendiz
*sabiendo inglés). Este uso se opone al matiz imperfecto y durativo que denota el
gerundio; respectivamente, lo correcto sería: encontré una bolsa que contenía fotos
y se necesita aprendiz que sepa inglés.
6.5.6. Debe evitarse la ambigüedad que puede producir el gerundio: Encontré un niño
*corriendo por el parque. ¿Quién corría? ¿Yo o el niño? Lo correcto sería: Encontré
un niño que (el niño) corría por el parque.

7. PERÍFRASIS VERBALES (VOY A COMER, TENGO QUE COMPRAR...)


Concepto. Son formas verbales compuestas que permiten matizar con precisión el signifi-
cado modal o aspectual de la acción verbal.
Estructura. Analicemos un ejemplo: Tengo que comprar. Constan de:
Primero. Verbo auxiliar (tengo) en forma personal que aporta los accidentes verbales de:
persona, número, tiempo, modo y aspecto. Este verbo auxiliar se ha gramaticalizado; es decir,
ha perdido total o parcialmente su significado (contenido léxico) y podría suprimirse.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Segundo. A veces, un nexo preposicional (a, de) o conjuntivo (que): tengo que comprar.
Tercero. Un verbo en forma no personal (infinitivo, gerundio o participio) que aporta el con-
tenido léxico-semántico (tengo que comprar).

Trucos para reconocerlas.


1) Comprobamos su estructura.
2) Eliminamos el verbo auxiliar (vacío de contenido semántico) y el nexo, si lo hubiera, y
conjugamos el verbo en forma no personal. Si se mantiene la coherencia significativa, estare-
mos ante una perífrasis. Ejemplo: Comprobamos que tenemos que comprar es una perífrasis;
eliminamos la forma auxiliar tenemos (vacía de significado; no poseemos nada) y el nexo con-
juntivo que; conjugamos el verbo en infinitivo comprar (= compraremos, compremos) y se man-
tiene el matiz modal imperativo: por consiguiente, es una perífrasis.
Al concretar las clases de perífrasis verbales, debemos considerar que hay locuciones ver-
bales que funcionan como núcleo del predicado y no se pueden considerar perífrasis: hacer
saber, hacer llegar, dar a entender, dar que hacer, dar que pensar, echar de menos... No podemos
conjugar el verbo en forma no personal y sustituirlo por la perífrasis: Dio que pensar no es igual
que pensó.

Clases de perífrasis verbales


Aspectuales. Indican el grado de terminación de la acción verbal.
Ingresivas. Señalan que la acción se realizará. Ejemplos de estructuras: ir a + infinitivo (voy
a cantar), estar a punto de + infinitivo (estoy a punto de salir) …
Incoativas. Anuncian que la acción comienza en ese momento. Ejemplos de estructuras:
echarse a + infinitivo (se echó a llorar), ponerse a + infinitivo (se puso a reír), comenzar a +
infinitivo (comenzó a llover), romper a + infinitivo...
Durativas. Comunican que la acción continúa. Ejemplos de estructuras: andar + gerundio
(anda preguntando), llevar + gerundio (lleva cantando), estar + gerundio (está comiendo: se
puede considerar oración copulativa; el gerundio sería atributo)...
Resultativas. Presentan la acción terminada. Ejemplos de estructuras: llevar + participio
(lleva contestadas tres cartas), tener + participio (tiene guardados los sellos), dejar + participio
(dejó manchada la sábana). No son perífrasis. En estos ejemplos, los aparentes participios
(contestadas, guardados, manchada) concuerdan con el sustantivo que actúa de objeto directo
en número y persona, luego su categoría no es verbal, sino adjetiva, y funcionarían como com-
plementos predicativos del objeto directo, o mejor, como complementos de nombre.
Resultativas inmediatas. Indican que la acción verbal acaba de concluir. Ejemplos de esta
estructura: acabar de + infinitivo (acaba de llegar), terminar de + infinitivo (terminó de comer).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Reiterativas, iterativas o repetitivas. Muestran que la acción verbal se repite. Ejemplo de es-
tructura: volver a + infinitivo (volvió a leer el libro), tornar a + infinitivo (tornó a salir de la casa).
Son perífrasis dudosas, pues el verbo auxiliar conserva su significado pleno y si lo suprimimos
el sema de repetición se pierde: Leyó el libro; salió de casa.
Reiterativas habituales o frecuentativas. Muestran que la acción se repite periódicamente.
Ejemplo de estructura: soler + infinitivo (suele llegar a las cinco). Son perífrasis dudosas, por-
que el verbo auxiliar soler conserva su significado pleno (ser habitual o frecuente).

Modales. Informan sobre la actitud y subjetividad del emisor.


De obligación. Presentan la acción verbal como un mandato. Ejemplos de estas estructuras:
haber de + infinitivo (has de comprar), haber que + infinitivo (hay que escapar), tener que +
infinitivo (tienes que ir), deber + infinitivo (debes estudiar)...
De duda. La acción no es segura. Ejemplos de estas estructuras: deber de + infinitivo (debe
de estar), venir a + infinitivo (vendrá a costar).
De posibilidad. Plantean una posibilidad. Ejemplo de estructura: poder (que) + infinitivo
(puede que venga). Son perífrasis dudosas, ya que el verbo auxiliar conserva su significado
pleno (ser posible que suceda algo).
De intensidad o exageración. Ponderan, exageran la acción verbal. Ejemplos de estructuras:
inflarse de + infinitivo (se infló de leer), hartarse de + infinitivo (se hartó de correr), hincharse de
+ infinitivo (se hinchó de dormir). Si eliminamos el verbo auxiliar, se pierde la ponderación.
De dedicación u oficio. Muestra el empleo u oficio del sujeto. Ejemplo de estructuras: dedi-
carse a + infinitivo (se dedica a viajar), encargarse de + infinitivo (se encarga de recoger). Son
perífrasis dudosas, puesto que el verbo auxiliar conserva su significación plena (dedicarse:
tener cierta ocupación o profesión).
Causativas transformadas. Indican que el sujeto de la oración emite una orden y es causa
de la acción verbal. Sólo existen en la estructura semántica profunda de la oración; han sufrido
una transformación: se ha suprimido el verbo auxiliar y se ha conjugado la forma no personal.
Ejemplo de estructura: hacerse + infinitivo (me hice cortar el pelo en la peluquería; Me hice
arreglar el coche en el taller). Después de la transformación quedan así: Me corté el pelo en
la peluquería; Arreglé el coche en el taller (observemos que el sujeto no realiza las acciones de
cortar ni de arreglar).
Aparentes. Perífrasis de deseo. Muestran un anhelo del sujeto. No son perífrasis; el verbo
auxiliar conserva significación plena. Ejemplos de estructuras: querer + infinitivo (quiero co-
mer), desear + infinitivo (deseo llegar), anhelar + infinitivo (anhelo verla).
En resumen, podemos considerar seguras las siguientes perífrasis:
Aspectuales: ingresivas, incoativas, durativas y resultativas inmediatas.
Modales: De obligación, de duda, de intensidad y causativas transformadas.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Perífrasis mixtas. Mezclan las anteriores. Presentan tres formas verbales o más. Ejem-
plos:
1. Ingresiva y de obligación: Va a tener que estudiar.
2. Incoativa y de intensidad: Se puso a inflarse de beber.
3. De duda y durativa: Debe de andar tomando copas.
4. De obligación e incoativa: Tienes que ponerte a estudiar.
5. Otras…

8. EL SINTAGMA VERBAL. SU ESTRUCTURA.


Está formado por el conjunto de palabras que acompaña al verbo. Es una unidad gramatical
y funcional. Su núcleo es un verbo y realiza la función sintáctica de «Grupo del Predicado».
Estructura:
S.V. = NÚCLEO DEL PREDICADO (N.P.) + (COMPLEMENTOS)
1. Núcleo del predicado. Puede ser: un verbo en forma personal, un verbo en forma no
personal, una perífrasis verbal y una locución verbal. Es el elemento imprescindible de
la oración.
2. Complementos. Pueden ser:
- Un sintagma nominal (S.N): Comí queso.
- Un sintagma adjetivo (S.Adj): La fruta llegó madura.
- Un sintagma adverbial (S.Adv.): Ella vive cerca.
- Un sintagma preposicional nominal (S.P.N.): He visto a mi padre.
- Un sintagma preposicional adjetivo (S.P.Adj.): Suspendió por perezoso.
- Un sintagma preposicional adverbial (S.P.Adv.): Se esconde por aquí.
Los complementos pueden faltar; un verbo intransitivo no necesita complementos para
constituir una oración: Ella ríe. El núcleo del predicado admite, a menudo, varios complemen-
tos para precisar el mensaje. Ejemplo: He visto a tu madre hoy (dos complementos).
N.P. S.P.N S.Adv.

9. SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTA EL VERBO?


Los verbos influyen en el contenido semántico textual dependiendo de su clase. Veamos:
Los verbos copulativos (ser, estar). Aportan al discurso esencialidad, estatismo; ayudan a
calificar, explicar, definir, describir... el sintagma nominal sujeto: Mi madre está enferma.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Los semipredicativos llevan siempre incorporado un complemento predicativo; describen el


sujeto y añaden una circunstancia modal al verbo: El jinete llegó cansado.
Los verbos predicativos intransitivos de movimiento (salir, andar, caminar, circular, volver, en-
trar...). Indican cambios de posición y/o de lugar y aportan dinamismo y cambio de lugar: Salió
al campo, caminó tres horas, volvió de noche.
Los verbos predicativos intransitivos de acción (gritar, chillar, llorar, gimotear, ladrar, relinchar...)
Señalan actividades de personas y animales sin cambio de posición; aportan dinamismo, pero
sin que la acción cambie de lugar: Chilló, palmoteó y gesticuló con la boca, luego se calló.

Según el tipo de acción, los verbos transitivos y los intransitivos aportarán:


- Incoación, inicio de la acción: amanecer, dormirse... (amanece a las siete).
- Momentaneidad, acción puntual: chocar, caer... (cayó al pozo).
- Permanencia, duración: querer, saber, dormir... (ahora duerme).
- Terminación, perfección, final: acabar, terminar, concluir... (terminó la fiesta).
- Reiteración: saltar, besuquear, lamer... (lo besuqueó).
En general, podemos considerar que la abundancia de verbos predicativos aporta al texto
dinamismo, ya que predomina la acción sobre el concepto. Y la de verbos copulativos, esen-
cialidad-estado.
Además, habrá que tener en cuenta los morfemas o desinencias verbales, ya que añaden
información, como hemos expuesto, sobre:
- El número de los agentes (uno —singular— o varios —plural—).
- La persona que realiza la acción (primera —yo, nosotros/as—, segunda —tú, vosotros/
as—, tercera —él/ella, ellos/as—).
- El tiempo. Sitúan la acción en el pasado, en el presente o en el futuro, tomando como
referencia el momento en el que se encuentra el emisor (presente).
- El aspecto. Nos explica el grado de terminación de la acción verbal: acabada (perfecta)
o inacabada (imperfecta).
- El modo. Indica la actitud del hablante ante la acción: indicativo (el emisor se mantiene
objetivo ante una acción real: como patatas fritas); subjuntivo (el emisor se muestra sub-
jetivo ante una acción que se presenta como irreal: ¡si comiéramos patatas fritas!); con-
dicionado (la acción es potencial, porque se realizará en el futuro —emisor objetivo—:
comeremos patatas fritas; o porque se presenta como hipotética —emisor subjetivo—: si
me invitasen, iría al banquete).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Las formas no personales (infinitivo, gerundio, participio).


No informan sobre la persona, el número, el tiempo ni el modo. Por tanto, se utilizan para
despersonalizar, destemporalizar y universalizar las acciones verbales.
Sí indican aspecto y matizan el contenido semántico de la acción de distinta manera:
- El infinitivo. Aporta potencialidad, progresión lenta, prolongación: Caminar, correr, sal-
tar, aprender, olvidar... para morir.
- El gerundio. Añade duración; la acción continúa: Unos comiendo, otros bebiendo y gri-
tando: aquello era un caos.
- El participio. Presenta la acción finalizada, perfecta: comido, bebido, tumbado, dormía en
el sofá.

Las perífrasis verbales.


Aportarán significado al discurso según su clase. Remitimos al apartado donde las hemos
comentado: Tienes que avisar a tu padre (modal de obligación); al escucharme, se puso a reír
(aspectual incoativa)...

Las formas verbales personales.


Para el estudio de su uso y de su aportación significativa concreta, remitimos, como en las
perífrasis, al apartado donde las hemos explicado.
Deberemos precisar si el uso de cada forma verbal es normal o especial.
Comentamos, a modo de ejemplo, tres formas verbales que se usan abundantemente en la
narración:
- El perfecto simple, para indicar sucesión, terminación y rapidez: Terminó la cena, re-
cogieron los platos y salieron al jardín (son acciones acabadas en una unidad temporal
también finalizada).
- El imperfecto de indicativo es útil en la descripción porque aporta quietud, estatismo:
Tenía cuarenta años, era alta, trabajaba en la fábrica. La acción se considera no acabada
y se sitúa en el pasado.
- El futuro simple de indicativo señala una acción segura, real; pero potencial, ya que se
realizará en el futuro: Iremos a la piscina y después, al cine.


EL ADVERBIO

Matiza la acción verbal: gritaba mucho, quizá venga, entró allí, hazlo ahora…)

1. CONCEPTOS
Concepto morfológico.
Es un lexema invariable: no admite flexión de género ni de número (él come mucho, ella
come mucho, ellos comen mucho, ellas comen mucho).
- Algunos adverbios admiten morfemas derivativos diminutivos (-ito, -ita, -illo): Cerquita,
tempranito, prontito, prontillo…
- Unos pocos se apocopan ante adjetivos y adverbios: mucho (muy), cuanto (cuan), tanto
(tan)...
- Muchos —no todos— admiten gradación como los adjetivos: grado positivo, grado com-
parativo (de superioridad, de igualdad y de inferioridad), grado superlativo y superlativo
relativo o de relación. Ejemplos:
Grado positivo (intensidad normal): cerca, lejos, temprano, despacio, cierto...
Grado comparativo:
- De superioridad (más... que): Vive más cerca que tú; llegó más temprano que él.
- De igualdad (igual de... que; tan... como): Vive igual de cerca que tú; llegó tan temprano
como él.
- De inferioridad (menos... que): Vive menos cerca que tú; llegó menos temprano que él.
Grado superlativo absoluto. Se forma con muy o con adverbios equivalentes (sumamente,
terriblemente...), añadiendo los prefijos extra-, super-…, el sufijo -ísimo: Vive muy cerca, vive
sumamente cerca, vive superbién, comió muchísimo…
Grado superlativo de relación (se forma con el artículo neutro lo, el adverbio cuantificador
de cantidad más y la conjunción que): Llegaré lo más temprano que pueda.
- Adverbialización. Se produce cuando una categoría gramatical que no es adverbio des-
empeña una función propia de él (ella viste lindo). Muchos adjetivos, en femenino y
singular, se convierten en adverbios al recibir el sufijo -mente: rápidamente, ágilmente,
dulcemente, tontamente...
- Locuciones adverbiales. Son grupos invariables de palabras que equivalen a un adverbio:
a sabiendas, a oscuras, en verdad, a cada paso, de repente, de memoria, ni por esas...


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Concepto sintáctico.
El adverbio es el núcleo de un sintagma adverbial que puede desempeñar las siguientes
funciones sintácticas:
1. Función principal. Complemento circunstancial del verbo (C.C.): Vive allí, anda deprisa,
come poco...
2. Complemento cuantificador de un adjetivo (C.Adj.): Es bastante fuerte, es muy joven…
3. Complemento cuantificador de otro adverbio (C.Adv.): Lo encontré muy lejos, estaba más
abajo...
4. Atributo (At.): Eso es mucho, el asunto está así...
5. Morfema modificador oracional (Mod.): No quiero ese café (delimitador); quizá venga
hoy (modalizador); finalmente, se alejó (ordenador); afortunadamente, me queda uno
(valorador)...
6. Nexo (Nx.) de proposiciones subordinadas: Dime cómo te va. Sigue donde lo dejaron...

Sintagma adverbial. Estructura.


Lo forman las palabras que acompañan al adverbio.
Es una unidad gramatical y funcional. Su núcleo es un adverbio. Estructura:
(C.Adv.) + N. + (C.Adv.)
Complemento + Núcleo adverbial + Complemento
Núcleo: es un adverbio (cerca, ahora, allí...): Lejos. (Núcleo del sintagma adverbial).
N.
Los complementos pueden faltar.

Complementos:
- Complemento cuantificador del adverbio (C.Adv.). Sólo algunos adverbios lo admiten;
es un adverbio de cantidad, antepuesto, que indica el grado de intensidad del adverbio
núcleo (poco, bastante, mucho, muy...): Bastante lejos. (recibe un complemento –adver-
vio cuantificador–). C.Adv.
- Complemento del adverbio (C.Adv.). Un sintagma preposicional nominal lo completa y
precisa: Lejos de mi casa (recibe un complemento –sintagma preposicional nominal–).
C. Adv.
- Complemento del adverbio (C.Adv.). Un sintagma preposicional adverbial lo completa y
lo precisa: Lejos de aquí (recibe un complemento –sintagma preposicional adverbial–).
C. Adv.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

El núcleo del sintagma puede recibir varios complementos:


Bastante lejos de mi casa
C.Adv. N. C.Adv.
S.Adv.

Concepto semántico.
La palabra adverbio significa «junto al verbo». El adverbio expresa circunstancias de la acción
verbal (lugar, tiempo, modo, cantidad...). Algunos adverbios (adverbios pronominales: aquí, hoy,
donde...) tienen un significado ocasional que depende del lugar, tiempo y situación en que se
emplean: Aquí (mi casa) veremos el partido. Aquí (bar) me lo dijo. Aquí (calzada) ocurrió...

2. CLASIFICACIÓN SEMÁNTICA DE LOS ADVERBIOS Y DE LAS LOCUCIONES ADVERBIALES


De lugar. Poseen deixis espacial, señalan dónde se realiza la acción (aquí, ahí, allí, acá,
encima, detrás, al final, dondequiera...): Ponlo ahí.
De tiempo. Poseen deixis temporal, indican cuándo se produce la acción (hoy, ayer, maña-
na, antes, mientras, después, de vez en cuando...): Vino ayer.
De modo. Indican cómo se hace la acción (bien, mal, regular, adrede, deprisa, rápidamente,
a tontas y a locas…): Lee bien.
De cantidad (cuantificadores): más y menos (en correspondencia con la conjunción que,
denotan grado comparativo de superioridad e inferioridad respectivamente: más alto que yo),
poco, mucho (muy forma el grado superlativo: muy alto), tanto (tan, en correspondencia con
como, denota grado comparativo de igualdad: tan guapa como tú), bastante, demasiado... Ejem-
plos: Sale poco; es muy alto; es tan verde como la hierba...
De afirmación. Afirman la acción (sí, cierto, ciertamente, también, claro, desde luego...):
También pinta.
De negación. Niegan la acción (no, nunca, jamás, tampoco, ni por esas...): Nunca lo dijo.
De duda. Aportan duda a la acción (acaso, quizá/quizás, tal vez, posiblemente...): Tal vez
entre.
Ordenadores del discurso. Ordenan el discurso, las acciones (primeramente, sucesiva-
mente, finalmente, por último...): Finalmente, se durmió.
Relativos. Se refieren al nombre antecedente. Son bifuncionales: primero, realizan la fun-
ción de nexo e introducen una proposición subordinada adjetiva; segundo, desempeñan la fun-
ción de complemento circunstancial dentro de la subordinada (donde, do [uso poético, apoco-
pado], como, cuando): Es la casa donde nací.
Interrogativos (¿dónde? ¿cómo? ¿cuándo? ¿cuánto?): Dime cómo cantó.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Exclamativos (¡dónde! ¡cómo! ¡cuándo! ¡cuánto! ¡cuán! [cuantificador apocopado excla-


mativo en desuso]): ¡Mira cómo viene! ¡Cuán alto era!

Particularidades.
A) Cuando posean formas comunes, no debemos confundir determinantes indefinidos (de-
terminan el nombre y concuerdan con él), pronombres indefinidos (sustituyen al nombre y sue-
len admitir variación de género y número) y adverbios de cantidad (son invariables en género y
número y matizan el verbo). Ejemplos:
- ¿Gasta mucho dinero? (determinante)
- Sí, gasta mucho (pronombre), porque viaja mucho (adverbio).
B) La forma cuanto/a/os/as, que admite, como vemos, flexión de género y número particu-
laridad de la que carecen los adverbios, pertenece a la categoría de los determinantes relativos,
si determina al nombre (come cuantas galletas desees = come todas las galletas que desees) o a
la de los pronombres relativos si no acompaña al nombre (toma cuanto desees o cuantas desees
= toma todo lo que desees o todas las que desees). La forma invariable cuanto es adverbio.
C) Los adverbios relativos pronominales donde, do, como y cuando poseen doble función
sintáctica, ya que actúan como adverbio y como pronombre:
- Sirven de nexo a una proposición subordinada adjetiva o de relativo, tras un sustantivo
antecedente:
Esa es la casa donde (en la cual) nací.
Nx.
- Dentro de la proposición que subordinan desempeñan la función (complemento circuns-
tancial) que haría el sustantivo antecedente al que equivalen anafóricamente (valor pro-
nominal); también, portan un matiz circunstancial (valor adverbial): Esa es la casa donde
nací.
Donde (en la casa) nací. (Donde posee deixis espacial).
C.C. de lugar
Si pierden el sustantivo antecedente la proposicición adjetiva que subordinan se sustantiva
o se adverbializa: Es (la casa) donde nací (sustantiva de atributo). Vive en (la casa) donde nací
(subordinada adverbial de lugar).

3. SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTA EL ADVERBIO?


El adverbio es un lexema que, fundamentalmente, indica circunstancias del verbo (de la
acción verbal): lugar, tiempo, modo, cantidad...


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

La aparición de adverbios de todas las clases, sin predominio destacable de una de ellas,
aporta a la acción verbal concreción, precisión circunstancial (colocó bien las cajas encima del
remolque sin mirarme...; después habló poco). El adverbio nos describe los aspectos circunstan-
cias de la acción verbal.
La abundancia de una sola clase de adverbios nos manifiesta el interés del emisor por resal-
tar, por concretar esa única circunstancia verbal, el autor se detiene en ese aspecto para crear
un marco circunstancial descriptivo a un objeto, a un lugar, a un momento...: Cerca quedaba
el arroyo, lejos unas montañas, encima el cielo azul... (predomina el interés por la ubicación de
los elementos del paisaje).
La ausencia de adverbios generaliza, universaliza las acciones verbales, puesto que elimina
las circunstancias que las diferenciarían. Se vuelven imprecisos el lugar, el tiempo, el modo...
No sabemos dónde, cómo, cuándo... se realiza la acción. Interesa la acción en sí, no sus cir-
cunstancias. Cualesquier lugar, tiempo, modo... pueden servir de marco a la acción. El texto se
agiliza, las acciones se suceden con rapidez, sin dilaciones: Comió; se levantó de la mesa y pasó
al salón.
La presencia de adverbios o locuciones adverbiales ordenadores del discurso muestra el
interés del emisor por la perfección y el orden. Se intenta exponer, argumentar, describir, narrar
con precisión y claridad.
Los adverbios interrogativos y exclamativos denotan subjetividad. Los primeros pretenden
una respuesta del receptor función apelativa (dime dónde está); los segundos muestran la emo-
tividad del emisor ante una acción función expresiva o emotiva (¡Cómo vas!).


LA PREPOSICIÓN

Enlaza y subordina: viene en bici, casa de mi padre, llegó con ella...

1. CONCEPTOS.
Concepto morfológico.
Las preposiciones son morfemas relativamente independientes (no pueden prescindir de su
término), invariables y, generalmente, átonos que forman parte de una estructura o sintagma
preposicional; no gozan de autonomía total (no pueden aparecer aisladas) dentro del discurso.
Veamos un ejemplo:
En la oración «Cogió la caja de galletas», de galletas es un sintagma preposicional que com-
plementa a un elemento nuclear inicial, la caja. Podemos distinguir en el ejemplo:
1º) Un elemento inicial nuclear complementado: nombre, adjetivo, adverbio o verbo (en el
ejemplo, la caja). Es elemento rector imprescindible del sintagma preposicional; sin él desapa-
rece la coherencia significativa del sintagma y de la oración: *cogió (...) de galletas.
2º) Un sintagma preposicional complemento: de galletas. Que consta de:
A.1) Enlace o nexo (E). En el ejemplo: la preposición de.
A.2) Término (T). En el ejemplo: el sustantivo galletas.
La caja (elemento nuclear inicial) + de (preposición) + galletas
Enlace Término .
Sintagma preposicional nominal (S.P.N.)
La preposición (enlace) forma con su término (nombre, adjetivo, adverbio) una unidad fo-
nética, morfológica y sintáctica inseparable (sintagma preposicional) que complementa a un
elemento nuclear inicial antepuesto (nombre, adjetivo, verbo, adverbio). Ejemplos: Pon café
con leche; está roja de vergüenza; iré a tu casa; lo encontré lejos de la carretera.
Sin el término, la preposición, el sintagma y la oración pierden coherencia significativa: *pon
café con; *está roja de; *iré a; *lo encontré lejos de. En cambio, sin el sintagma preposicional,
la coherencia oracional puede persistir: pon café; está roja; iré; lo encontré lejos. Según sea el
término (sustantivo, adjetivo, adverbio), podemos distinguir, respectivamente, tres clases de
sintagmas preposicionales:
- Sintagma preposicional nominal (S.P.N.): Caja con tapa.
- Sintagma preposicional adjetival (S.P.Adj.): vestía de rojo. Esta clase de sintagmas podrían
considerarse preposicionales nominales de sustantivo elidido: Vestía de (color) rojo.
- Sintagma preposicional adverbial (S.P.Adv.): Gritaba desde lejos.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Agrupaciones preposicionales. A veces, aparecen varias preposiciones juntas que unen


sus significados respectivos: de entre (salió de entre las ramas), desde por (está triste desde por la
mañana), de por (tiene pensión de por vida), por entre (se escapó por entre las mujeres)...
Hay que excluir de estas agrupaciones las formaciones en las que entra la partícula hasta
(hasta con, hasta de, hasta por, hasta para...), pues en ellas, la partícula hasta actúa como ad-
verbio ponderativo; se puede colocar de forma independiente y ser sustituida por el adverbio
incluso. Ejemplo: Lo golpeó hasta con los pies = hasta (incluso) lo golpeó con los pies. También,
en subió para desde allí vigilarnos, las preposiciones no forman agrupación; se trata de un inciso:
subió para, desde allí, vigilarnos: subió para vigilarnos desde allí. Deberemos, para reconocerlas,
comprobar si se pueden separar.
También se debe excluir la agrupación a por (*ve a por pan); la considera incorrecta la R.A.E.
Debe eliminarse la a por innecesaria (ve por pan: correcta).

Concepto sintáctico.
Funciones: 1ª) Enlace (E) subordinante de un término y 2ª) Nexo (Nx.) de una proposición
subordinada.
La función principal de las preposiciones es la de enlace subordinante (E). Ejemplos:
Fui a la piscina; llegué en tren; hablé con tu madre…. Las preposiciones no pueden actuar
como núcleo sintagmático, ya que carecen de autonomía sintáctica y semántica. Sin el término
(nombre, adjetivo, adverbio) que subordinan, producen incoherencia (*fui a; *llegué en; *hablé
con...); por ello, el sintagma preposicional es exocéntrico (su núcleo queda fuera del sintag-
ma). Análisis de las funciones:
A) Función principal: Enlace subordinante de un sintagma preposicional (E). Como
hemos explicado, sirven de enlace dentro del sintagma preposicional que generan: subordinan
el elemento término al elemento inicial nuclear antepuesto. El sintagma preposicional que ori-
ginan funciona siempre como complemento del núcleo rector inicial. En la oración «compró
una cartera de cuero», el sintagma preposicional de cuero desempeña la función sintáctica de
complemento del núcleo inicial cartera.
B) También, nexo de una proposición subordinada (Nx.). A veces, adquieren valor
conjuntivo y enlazan proposiciones subordinadas con el verbo en forma no personal (normal-
mente infinitivo; el gerundio sólo admite la preposición en). Ejemplos: Al llegar a casa, me
llamas (temporal); de saberlo, hubiera ido (condicional); en tomando el postre, voy (temporal);
para llegar pronto, toma el avión (final); sin dormir más, no aguantará (condicional); vengo a
estudiar contigo (final)...
Particularidad. La preposición hasta puede aparecer en la oración con valor adverbial
de ponderación o énfasis; funcionaría, en este caso, de morfema modificador proposicional
(Mod.) ponderativo. La reconocemos porque podemos aislarla, colocarla en posición inicial y


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

sustituirla por incluso. Ejemplo: Cantaba hasta de noche; hasta (incluso) cantaba de noche. En
este caso hasta sería un adverbio, y no una preposición agrupada.

Concepto semántico.
Las preposiciones carecen de autonomía sintáctica y semántica, no poseen un referente se-
mántico concreto; pero contienen un matiz circunstancial abstracto que aportan al sintagma
que subordinan: sin (exclusión), con (compañía, cooperación), hacia (lugar, dirección)... Ya he-
mos comentado que, separadas de su término, producen incoherencia (*vengo en, *está entre,
*come con...), pues lo necesitan.
Normalmente, comportan un valor léxico-semántico circunstancial, que alcanza contenido
significativo pleno dentro del contexto, y que distinguimos por sustitución: fueron al coche
(dirección-lugar), fueron en el coche (vehículo-lugar de transporte), fueron hasta el coche (di-
rección-límite), fueron hacia el coche (dirección del movimiento), fueron con el coche (ins-
trumento-modo), fueron sin el coche (modo-exclusión)... Vemos cómo el cambio de preposi-
ción modifica el significado de la oración, aportándole matices circunstanciales distintos. Hay
preposiciones que comportan un valor circunstancial único (iba sin zapatos: exclusión); otras
poseen varias acepciones: ropa de lana (materia), lápiz de Luis (propiedad), viene de Jaén (lugar
de procedencia)...
Las preposiciones pueden comportar valores circunstanciales variados: de lugar, de procedencia,
de destino, de tiempo, de modo, de causa, de finalidad, de instrumento, de materia, de precio…
Este contenido semántico circunstancial las aproxima a los adverbios y explica que, a veces,
algunos adverbios se utilicen (añadiéndoles un sintagma preposicional) en lugar de una prepo-
sición, sin que varíe el significado del mensaje, y al revés: Ponlo sobre la mesa = ponlo encima
de la mesa.
También, pueden ser meros índices obligatorios (sin valor circunstancial) de la función sintác-
tica que desempeña su término en la oración o proposición: Pedro vio a tu hermana, el agua
sigue a la primavera (C.D., con preposición obligatoria ante un nombre de persona y para dife-
renciar sujeto y complemento directo referidos a cosa). Lleva flores a su madre (C.I.). Habló
de su niñez (Sup.).

2. LOCUCIONES PREPOSICIONALES.
Son agrupaciones de palabras que funcionan como preposiciones. Para reconocerlas debe-
mos comprobar que cumplen con los requisitos propios de una preposición:
- Funcionan como enlace o nexo subordinante invariable de un sintagma preposicional indivi-
sible (y como nexo de proposiciones subordinadas con predicado en forma no personal).
- Comportan un valor léxico-semántico circunstancial.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- Carecen de autonomía sintáctica y semántica; si eliminamos su término, el discurso re-


sulta incoherente.
Siguiendo este criterio debemos distinguir entre:
Locuciones preposicionales aparentes. Constan de un adverbio y de un sintagma preposicio-
nal nominal. Ejemplo: Ponlo detrás de la puerta. Realmente, son un sintagma adverbial expan-
dido: un núcleo detrás (adverbio) recibe un complemento de la puerta (sintagma preposicional).
Si suprimimos el sintagma-complemento, notamos que el adverbio goza de autonomía: ponlo
detrás; la estructura detrás de es separable, no forma una unidad indivisible: no estamos ante
una locución preposicional. Otras locuciones aparentes: súbete encima (de la silla), colócate
delante (de la lumbre)...
Locuciones preposicionales reales. En ellas la estructura es invariable e indivisible, si supri-
mimos alguno de sus elementos, el discurso resulta incoherente; las partes separadas carecen
de autonomía. Ejemplo: Vino en lugar de mi hermano. «*Vino en lugar» resulta incoherente
y «*Vino en lugar de», también. La estructura en lugar de actúa de enlace y resulta en este
contexto invariable y no divisible, comporta un valor circunstancial y no goza de autonomía
sintáctica ni semántica: es locución preposicional. Otras locuciones son: a favor de, a fuerza de,
en vez de, junto a…

3. CLASES DE PREPOSICIONES.
3.1. Preposiciones propias (aparecen como morfemas independientes): a, ante, bajo, cabe (=
‘junto a’; en desuso), con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante,
para, por, sin, so (= ‘bajo’; en desuso), sobre, tras.
3.2. Preposiciones impropias (forman parte de una palabra; derivan del latín): ad-juntar, so-
bre-llevar, contra-decir, entre-meter/se... Se las considera prefijos derivativos.

4. ANÁLISIS DE OTRAS POSIBLES PREPOSICIONES.


Para comprobar que pertenecen a la categoría de las preposiciones veremos si cumplen los
tres requisitos que cumplen éstas:
- Que funcionen como nexos subordinantes invariables de un sintagma preposicional (y, a
veces, de proposiciones subordinadas con predicado (verbo) en forma no personal).
- Que comporten un valor léxico-semántico circunstancial.
- Que no gocen de autonomía sintáctica ni semántica (si eliminamos su término, el discur-
so resulta incoherente).
4.1. Las partículas equivalentes excepto, a excepción de, fuera de, salvo, menos son conjuncio-
nes, pues actúan como nexos adversativos restrictivos introduciendo una proposición


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

con el núcleo del predicado elidido; corrigen la proposición inicial, proponen una excep-
ción a una afirmación o negación totales. Son sustituibles por los nexos adversativos
pero no, pero sí acompañados del verbo de la proposición inicial; su valor, por tanto,
sería conjuntivo, ya que relacionan proposiciones. Ejemplos: Los conoce a todos, ex-
cepto (pero no conoce) a Rafa; me gusta toda la fruta, menos (pero no me gusta) el
melocotón; nunca salen, salvo (pero sí salen) en Navidad.
4.2. Los nexos incluso, hasta, aun (cuando son equivalentes) no son preposiciones. Expre-
san una ponderación o exageración y pueden actuar de dos formas:
- Como morfema adverbial modificador oracional (Mod.) dotado de autonomía. Ejem-
plo: Es difícil incluso (hasta, aun) para un experto. Observamos que estas partículas
se pueden anteponer a la cópula independizándose del sintagma preposicional (luego
no forman con él una locución preposicional, ni se trata de una agrupación oracio-
nal). Ejemplo: Hasta (incluso, aun) es difícil para un experto.
- Como conjunción subordinante consecutiva intensiva (Nx.), sustituible por la lo-
cución conjuntiva tanto que. Ejemplo: Nos recibió contenta, hasta —incluso, aun—
(tanto que) nos besó. Como el predicado de la proposición subordinada es una forma
personal, los nexos que nos ocupan no son preposiciones.
* No debemos olvidar que la partícula hasta puede actuar, también, con categoría pre-
posicional, enlazando sintagmas preposicionales (llegó hasta la pared) y proposicio-
nes subordinadas de infinitivo (trabajó hasta quedar rendida).
4.3. El cultismo pro (a/en favor de) posee valor preposicional: subordina un sintagma pre-
posicional, comporta valor circunstancial y no goza de autonomía sintáctica ni semán-
tica. Ejemplo: Sorteo pro (a/en favor de) huérfanos.
4.4. Las partículas poco usuales aquende (a este lado de, a esta parte de) y allende (a aquel
lado, a aquella parte) proceden de la unión de los adverbios antiguos aquén, allén con la
preposición de. Tienen categoría preposicional; subordinan sintagmas preposicionales,
comportan significado circunstancial y carecen de autonomía. Ejemplo: Viajó allende
(a aquel lado de) el Atlántico.
4.5. La palabra vía adquiere apariencia preposicional en textos usados en transportes y
comunicaciones. Es sustantivo, no preposición; en su utilización se elide el verbo sale/
llega para dar rapidez al discurso (economía discursiva). Ejemplo: Tren con destino
Madrid, (sale por) vía cinco. Aquí vía significa ‘camino, ruta, estructura de carriles por
donde circula el tren’.
4.6. La partícula según no es preposición (seguimos la opinión de Emilio Alarcos Llorach)
pues:


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

1º) Es tónica y posee autonomía sintáctica y semántica; puede aparecer aislada en el


discurso:
- ¿Vienes?
- No sé... según (depende).
2º) Se coloca directamente entre verbos en forma personal: los empujaba según entra-
ban.
3º) En el sintagma preposicional, que aparentemente forma, podemos entender elidido
(economía discursiva) un verbo de dicción (dijo, indicó…): Salió a las ocho, según
(dijo) la vecina.
4º) Los pronombres personales de primera y segunda persona (yo y tú) modifican su sig-
nificante ante una preposición. Ejemplo: Lo puso ante mí/ti. Esto no ocurre cuando
aparecen precedidos por según. Ejemplo: Según (dices) tú, no fue así.
4.7. Los adverbios relativos donde, como, cuando parecen actuar como preposiciones si se
elide por economía discursiva el verbo que les sigue: Ocurrió donde (están) los pozos;
cuando (vivía) mi abuela, había más respeto; tu madre es como (es) la mía. Pero no son
preposiciones, ya que subordinan una proposición dotada de predicado en forma per-
sonal y en la estructura oracional profunda enlazan un verbo elidido y no un término
preposicional.

5. ANÁLISIS DE LOS VALORES SEMÁNTICOS CIRCUNSTANCIALES MÁS FRECUENTES QUE


COMPORTAN LAS PREPOSICIONES PROPIAS

A:
1. Índice obligatorio de funciones sintácticas: Vi a tu hermana (C. Directo, con nombres
personales y para diferenciar el sujeto del complemento directo); di la bolsa a Luis
(C. Indirecto).
2. Lugar: Se paró a la puerta (concreto); con el agua al cuello (límite); a la izquierda del
puente (situación); va en dirección al parque (dirección); va a Cádiz (término).
3. Se utiliza en oposición a la preposición de: De lado a lado (distancia); de mes a mes
(tiempo, frecuencia); pasó de llorar a reír (diferencia acciones).
4. Tiempo: Llegó a las seis.
5. Modo: Lo hizo a la fuerza.
6. Causa: Subió a petición de ella.
7. Instrumento: Le desafió a pistola.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

8. Precio: Todo a un euro.


9. Tradición, costumbre, modalidad: Tortilla a la española.
10. Conformidad: Se hizo conforme a ley.
11. Proporción: Lo vendió al cincuenta por ciento.
12. Nexos subordinantes: Condicional (si) con predicado (verbo) en infinitivo: A saberlo,
no vengo (si lo sé, no vengo). Temporal: Al llegar, llamas (cuando llegues, llamas).
13. Interviene en la formación de locuciones: A través de…
Ante:
1. Lugar (delante de, a/en presencia de): Lo colocó ante la mesa; firmó ante él.
2. Preferencia: Le quiero ante todo.
Bajo:
1. Lugar (debajo de): Ponlo bajo la cama.
2. Dependencia: Está bajo su mando.
Cabe (en desuso):
1. Lugar (junto a): Colócalo cabe los sacos.
Con:
1. Modo: Come con ansia.
2. Instrumento: Se cortó con la lata.
3. Compañía, concurso, unión: Va con su madre; café con leche.
4. Nexo subordinante condicional (si) con predicado en infinitivo: Con saberlo yo, basta
(si lo sé yo, basta).
5. Nexo subordinante concesivo (aunque) con predicado en infinitivo: Con pedir per-
dón, no evitarás el castigo (aunque pidas perdón, no evitarás el castigo).
6. Nexo subordinante de una proposición sustantiva de complemento de un adjetivo,
con el predicado en forma no personal (infinitivo): No estoy conforme con salir tan
temprano.
Contra:
1. Enfrentamiento, oposición: Ponte contra el viento (opone dirección); se golpeó contra
la mesa (opone un objeto); todos están contra él (opone sentimientos, opiniones).
De:
1. Lugar (origen): Viene de Sevilla. A veces equivale a desde (origen y continuidad): De
Sevilla a Cádiz se mostró nervioso.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

2. Tiempo: Jugaron de noche.


3. Modo: Saltó de espaldas; habló de mala gana.
4. Posesión: Es de mi padre.
5. Materia, naturaleza, contenido (del discurso o del objeto): Era de piedra; habló de
toros.
6. Objeto que se usa: Bebió del vaso.
7. Nexo subordinante de una proposición adverbial condicional con predicado en forma
no personal (verbo en infinitivo): De haberlo sabido, no vengo (si lo hubiera sabido,
no vengo).
8. Nexo subordinante de una proposición sustantiva de complemento del nombre, de
complemento del adjetivo o de complemento del adverbio, con el predicado en for-
ma no personal: Tengo ganas de comer tortilla; esto es difícil de reparar sin herra-
mientas; estuvo lejos de conseguir el premio.
9. Interviene en la formación de locuciones interjectivas (de lástima, queja o amenaza):
¡Ay de ti! ¡Ay de mí!
Desde:
1. Lugar (origen y/o continuidad): Salió desde Jaén; dormía desde Toledo.
2. Tiempo (origen y/o continuidad ): Se lanzó desde la ventana; estará abierto desde
mañana.
Durante.
1. Tiempo (comporta origen de la acción y/o continuidad, pero impreciso): Ocurrió du-
rante el verano.
En:
1. Lugar: Está en la cocina.
2. Tiempo (origen de la acción impreciso): Ocurrió en (durante) la cena.
3. Modo: Salió en calzoncillos.
4. Cualidad sobresaliente, ocupación: Doctor en Historia.
5. Interviene en locuciones adverbiales: En general (generalmente), en consecuencia
(consecuentemente).
6. Nexo subordinante de una proposición adverbial temporal con predicado en forma
no personal (verbo en gerundio): En comiendo el postre, salgo (cuando —en cuan-
to— coma el postre, salgo).
7. Nexo subordinante de una proposición sustantiva de complemento de un nombre,
con el predicado en forma no personal (verbo en infinitivo): No tengo inconveniente
en repartir las ganancias..


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Entre:
1. Lugar (en medio de): Venía entre los libros.
2. Modo (cooperación): Se compró entre todos.
Hacia:
1. Lugar (dirección): ¡Vaya hacia allí!
Hasta:
1. Lugar (término): Llegó hasta aquí.
2. Tiempo (término): Durmió hasta las nueve.
3. Modo (indica cómo termina la acción, posee valor ponderativo): Corrió hasta morir.
Podría considerarse nexo subordinante de una proposición adverbial consecutiva in-
tensiva con el predicado en forma no personal: Corrió hasta morir (corrió tanto que
—hasta tal punto que— murió).
4. Cantidad (término): Pujaré hasta trescientos euros.
5. No debemos olvidar que la partícula hasta puede actuar como adverbio ponderativo:
Hasta (incluso) se fumó un puro = se fumó hasta (incluso) un puro.
Mediante:
1. Modo (con ayuda de): Lo logró mediante influencias.
2. Instrumento (por medio de): Hazlo mediante la palanca.
Para:
1. Lugar (dirección): Salgo para Jaén.
2. Tiempo (plazo): Déjalo para mañana.
3. Finalidad-uso: Botas para la lluvia.
4. Nexo subordinante de una proposición sustantiva de atributo con el predicado en
forma no personal: El pastel está para chuparse los dedos (el pastel está bueno).
5. Nexo subordinante de una proposición adverbial final con el predicado en forma no
personal: Vengo para estudiar contigo (vengo con el fin de estudiar contigo)
6. Nexo subordinante de una proposición adverbial concesiva con el predicado en forma
no personal: Para ser novato, lo hace bien (aunque es novato, lo hace bien).
Por:
1. Lugar: Viene por la acera.
2. Tiempo: Sería por mayo (fecha aproximada); vengo por un mes (plazo).
3. Modo: Lo tomó por la fuerza.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

4. Causa: Cerrado por vacaciones.


5. Cantidad: Salían por decenas (valor ponderativo).
6. Precio: Lo vende por doscientos euros.
7. Instrumento-medio: Lo llamó por teléfono; llegó por correo.
8. Intercambio: Cambio bici por monopatín.
9. Nexo subordinante de una proposición sustantiva de atributo con el predicado en for-
ma no personal: Los platos están por fregar (los platos están sucios —sin fregar—).
10. Nexo subordinante de una proposición adverbial final con el predicado en forma no
personal: Salgo por divertirme (salgo con el fin de divertirme).
11. Nexo subordinante de una proposición adverbial causal con el predicado en forma no
personal: Por gritar en clase, fue castigado.
12. Índice de función sintáctica (complemento agente de la acción): El coche fue reco-
gido por tu primo.
13. Interviene en la formación de locuciones: Por mucho que llores, no te lo compraré
(conjuntiva concesiva: aunque); dime por qué no vienes (conjuntiva completiva)...
Sin:
1. Modo (carencia): Comí sin hambre.
2. Nexo subordinante de una proposición sustantiva circunstancial modal con el predi-
cado en forma no personal: Se presentó sin lavarse las manos.
So:
1. Lugar y modo (bajo, debajo de); arcaísmo, se usa con los sustantivos pena, capa, color,
pretexto. Ejemplo: So pretexto de hablarnos, se acercó.
Sobre:
1. Lugar: Ponlo sobre la mesa (relativo a otro objeto: encima de); la amistad debe primar
sobre el interés (relativo a un concepto o valor: por encima de); estamos sobre ellos
(proximidad espacial: junto a).
2. Tiempo (probable, aproximado): Llegará sobre las ocho.
3. Modo: Está sobre aviso.
4. Materia o asunto: Escribe sobre los mamíferos.
Tras:
1. Lugar: Se esconde tras la cortina (espacial: detrás de); voy tras el quinto (en una serie:
detrás/después de).


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

2. Nexo subordinante de una proposición adverbial de tiempo con el predicado en forma no


personal: Tras cerrar la puerta, se marchó (después de cerrar la puerta, se marchó).

6. SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTAN LAS PREPOSICIONES?


Las preposiciones ejercen funciones sintácticas nexivas subordinantes (enlace de un sintag-
ma preposicional y, a veces, nexo de una proposición subordinada); por tanto, son elementos
fundamentales en la cohesión textual: complementan y precisan a un elemento nuclear ini-
cial.
Además, comportan valores circunstanciales de lugar, tiempo, modo, causa, finalidad, mate-
ria, instrumento..., que proporcionan al texto coherencia: lo matizan, lo precisan, lo comple-
mentan. El discurso gana, gracias a las preposiciones y sintagmas preposicionales, precisión y
detalle.
La abundancia de una determinada preposición aportará al discurso el matiz concreto que
esta conlleve dentro del contexto.
Recordemos unos ejemplos y comprobemos que, mediante el cambio o sustitución de la
preposición de enlace, el significado del discurso varía y se matiza:
- Fueron en el coche. La preposición aporta un matiz significativo (lugar-modo de trans-
porte).
- Fueron al coche (lugar-meta).
- Fueron hasta el coche (movimiento-lugar-límite).
- Fueron con el coche (instrumento-modo).
- Fueron sin el coche (modo-exclusión).
- Fueron por el coche (lugar-finalidad).
- Fueron sobre el coche (lugar-encima).


LA CONJUNCIÓN

Enlaza proposiciones: Come y calla; vino porque lo llamé; vas o vienes...

1. CONSIDERACIONES PREVIAS.
Dado que, a veces, las conjunciones se eliden, debemos tener en cuenta para su mejor com-
prensión los siguientes conceptos:
- Concepto de aceptabilidad oracional. Decimos que una oración es aceptable cuando goza
de corrección gramatical, es perfectamente interpretable (posee cohesión y coherencia)
y su uso es adecuado a la situación comunicativa.
- Concepto de economía lingüística. A veces, se eliden palabras que se sobreentienden para
abreviar y agilizar el discurso; a este intento de abreviar y agilizar el discurso lo llamamos
economía lingüística. Ejemplo: Ayer comí allí, hoy [como] aquí (se elide el verbo); vienen
mis padres, los [padres] tuyos, no [vienen] (se eliden nombre y verbo); dame un pastel,
[porque] tengo hambre (se elide una conjunción). En este último caso, la unión de pro-
posiciones, sin nexo (asindética), se denomina unión por yuxtaposición.
- Concepto de estructura oracional profunda. Toda oración posee una estructura formada
por un conjunto de unidades (sintagmas) que se relacionan entre sí y que poseen un
valor por la posición que ocupan dentro del conjunto. Por ello, en la oración, los sin-
tagmas (unidades) no se estudiarán aisladamente, sino como partes integrantes de una
totalidad.
Esta estructura oracional es perfecta cuando goza de aceptabilidad y no ha sufrido elipsis;
a esta estructura ideal, correcta y perfectamente interpretable la llamamos profunda. Esta
estructura profunda perfecta e ideal nos servirá de referente para buscar la correcta interpre-
tación de aquellas oraciones que hayan sufrido elipsis de alguno de sus componentes; en con-
creto, en el enlace de proposiciones por yuxtaposición, es decir, el enlace en el que se ha elidido
la conjunción que actuaba de nexo.

2. CONCEPTOS.
Concepto morfológico.
Es un morfema gramatical (gramema) relativamente independiente e invariable que for-
ma parte de una estructura sintagmática exocéntrica cuyos elementos son proposiciones. Por
actuar de nexo, no goza de autonomía total; es decir, no puede aparecer aislada en el discurso;
si eliminamos su elemento terminal, el sintagma se vuelve incoherente: *Iremos porque (¿?);*
llegó y. Se coloca tras un elemento nuclear anterior (una proposición) e introduce un elemento
terminal que coordina o subordina al primero (otra proposición).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

ESTRUCTURA SINTAGMÁTICA CONJUNTIVA (S.C.):


Sintagma conjuntivo (S.C.) = Nexo conjuntivo + Proposición que coordina o su-
bordina (elemento terminal).
Ejemplo de coordinación: Recogeré a José y daremos un paseo. Elementos de la estructura:
Proposición inicial (elemento nuclear anterior o inicial): Recogeré a José.
A) Sintagma conjuntivo coordinante:
A.1) Nexo conjuntivo coordinante: y.
A.2) Proposición coordinada (elemento terminal que coordina la conjunción): da-
remos un paseo.
Ejemplo de subordinación: Nos llamó porque estaba preocupada. Elementos de la estruc-
tura:
Proposición principal inicial (elemento nuclear anterior): Nos llamó.
A) Sintagma conjuntivo subordinante:
A.1) Nexo conjuntivo subordinante: porque.
A.2) Proposición subordinada (elemento terminal que subordina la conjunción): es-
taba preocupada.
Locuciones conjuntivas. Son grupos de palabras inseparables e invariables que actúan como
conjunciones; es decir, unen proposiciones. Ejemplos: o sea, puesto que, con el fin de que, por
consiguiente, aun cuando, tal que...

Concepto sintáctico.
Las funciones de las conjunciones son tres: 1. Nexo de proposiciones (Nx.), que es su fun-
ción principal. 2. Nexo de sintagmas idénticos (sólo las coordinantes). 3. Modificador proposicio-
nal (Mod.).
1. Función principal: nexo de proposiciones (Nx.). Las conjunciones unen proposiciones inte-
grándolas en un mismo enunciado, es decir, formando una oración compuesta o compleja.
(Las proposiciones son estructuras oracionales, no independientes, dotadas de grupo de
sujeto y grupo de predicado que se unen para formar las oraciones compuestas o complejas).
Las conjunciones y locuciones conjuntivas (nexos proposicionales conjuntivos) pueden ac-
tuar como:
Nexos coordinantes. Unen (enlazan proposiciones coordinadas). Actúan como meros
conectores, no intervienen en la estructura de las proposiciones que unen. Ejemplo: Bailan y


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

cantan desde ayer. Las dos proposiciones bailan, cantan desde ayer poseen igual importancia o
jerarquía sintáctica, podrían ir separadas, no se subordinan entre sí.
Nexos subordinantes. Unen y, además, subordinan, degradan, transpositan una propo-
sición (que denominamos subordinada), haciendo que funcione dentro de otra (que llamamos
principal) como sustantivo, adjetivo o adverbio. Forman parte de la estructura de la proposi-
ción que subordinan, no se agotan con la mera función de nexo. Ejemplo: Se enfadó porque lo
insultó. La proposición porque lo insultó (subordinada) actúa sintácticamente dentro de la pro-
posición principal como complemento circunstancial de causa. La conjunción porque la degrada
a una jerarquía inferior.
2. Las conjunciones coordinantes unen sintagmas idénticos: He visto a Luis y a Pedro. Esta
propiedad caracteriza y diferencia las conjunciones coordinantes de las subordinantes; pero, se-
gún Noam Chomsky, en realidad en estos casos se habría producido una elipsis por economía
lingüística y en la estructura oracional profunda la conjunción uniría proposiciones; según esto, el
ejemplo anterior, en su estructura profunda, quedaría así: He visto a Luis y he visto a Pedro.
3. Morfema modificador oracional (Mod.) de inicio retórico-enfático. A veces, aparece una
conjunción (y, pero, si, que...) al comienzo del discurso actuando como enlace extraoracional
con algo dicho o pensado. Ejemplos: ¡Y dice que no tiene dinero! Pero, ¡serás tonto! ¡Si lo sabía
yo! ¡Que no, que no vendrá!... Estas conjunciones pueden comportar valores variados: énfasis,
sorpresa, extrañeza, restricción, continuación, cierre del discurso...

Concepto semántico.
Algunas conjunciones o locuciones conjuntivas carecen totalmente de contenido semánti-
co —agotan su función en el enlace—, como las completivas que, si: Dijo que vendría. Otras,
además de enlazar, aportan un matiz circunstancial y abstracto a la relación que establecen,
como las conjunciones y locuciones que sirven de nexo a algunas proposiciones subordinadas
adverbiales: porque (causa), para que (finalidad), a pesar de que (concesión), por consiguiente
(consecuencia)... Estas son fundamentales para la cohesión y coherencia textual; actúan como
semáforos indicadores de la relación que existe entre las proposiciones que relacionan. Hacen
que el discurso sea preciso, concreto, matizado...
Podemos, pues, sintetizar las características de las conjunciones:
1. Son morfemas relacionantes invariables que no gozan de independencia total en el dis-
curso.
2. Desempeñan la función de nexo relacionante que coordina o subordina una proposi-
ción.
3. Algunas, como las completivas (que, si), carecen totalmente de contenido semántico;
otras, la mayoría, aportan un matiz a la proposición que coordinan (suma, opción, expli-
cación) o subordinan (causa, finalidad, condición, concesión…).


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

3. CLASES DE CONJUNCIONES:
1. Conjunciones coordinantes.
Relacionan proposiciones del mismo nivel. Son meros índices de relación. Su contenido
semántico se reduce a marcar una relación sintáctica entre las proposiciones coordinadas que
relacionan, sin establecer relaciones de dependencia entre ellas. Son:
1.1. Copulativas (comportan una relación de unión): y (e), ni, que. Ejemplo: Encontré a
Luis y lo invité. La e es una variante de la y que se emplea, para evitar cacofonía, ante
palabras que comienzan por i, hi: Tengo aguja e hilo (se exceptúan las palabras que
comienzan por hie-).
1.1.1. Copulativas enfáticas (unen y enfatizan): Son las formas correlativas: no solo...
sino, tanto... como. Ejemplos: No solo fumó él, sino sus hijos (fumó él y fumaron
sus hijos); tanto la madre como el padre son perezosos (la madre es perezosa y el
padre es perezoso).
1.1.2. Copulativas distributivas yuxtapuestas (unen acciones distintas que no se
excluyen: sucesivas —del mismo sujeto— o simultáneas —de distintos sujetos—,
enfatizando su alternancia). Utilizan los nexos correlativos: unos... otros...; estos...
aquellos...; ya.. .ya...; ora... ora...; bien... bien... Se pueden considerar copulativas
yuxtapuestas (elidirían el nexo y por economía lingüística), porque todas estas
partículas nexivas no señalan una relación sintáctica especial, admiten la con-
junción copulativa entre ellas y son integrables en la estructura profunda con las
partículas discontínuas: unas veces...y otras.../ unos... y otros... Ejemplos: Ya canta,
ya baila (unas veces canta y otras veces baila); ora ríe, ora llora (unas veces ríe y
otras veces llora); unos estudian, otros duermen (unos estudian y otros duermen).
La conjunción y se habría elidido por economía lingüística.
Al considerarlas yuxtapuestas, seguimos las orientaciones de Emilio Alarcos Llora-
ch, que en su Gramática de la Lengua dice textualmente: «Hay que incluir entre los
grupos oracionales yuxtapuestos los enunciados constituidos por las llamadas ora-
ciones distributivas. Carecen de índices explícitos de coordinación. Son oraciones
yuxtapuestas...». Y de la Real Academia Española, que, en su Esbozo, establece:
«No se enlazan entre sí por medio de conjunciones, sino por yuxtaposición».
1.2. Disyuntivas (comportan una relación de opción excluyente). Son: o (u), o bien; la u es
una variante de la o que se usa para evitar la cacofonía. Estas conjunciones proponen
una opción, enfrentan dos acciones, de forma que la realización de una impide o exclu-
ye la otra. Ejemplo: ¿Vienes o te quedas?
1.3. Explicativas (comportan repetición y explicación de lo dicho anteriormente). Son las
locuciones conjuntivas: es decir, esto es, o sea. Ejemplo: Julia es mi prima, es decir, la hija
de mi tía Ana.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Nota: Las conjunciones adversativas (mas, pero...) se podrían considerar subordinan-


tes. Razones:

1ª. La proposición que encabezan introduce una restricción total o parcial en la refe-
rencia efectuada por la primera proposición; por consiguiente, la segunda propo-
sición es un modificador oracional de la primera. El emisor la utiliza con la inten-
ción de modificar el significado de la proposición inicial. Ejemplo: Estudió mucho,
pero no aprobó. La segunda proposición, no aprobó, se opone a la primera y la
necesita para su correcta interpretación. Los alumnos suspenden por no estudiar
y no estudiando mucho. Luego forma parte de la proposición primera (principal);
equivale a una formación adverbial con valor modificador.

2ª. Las conjunciones adversativas no pueden relacionar sintagmas idénticos, caracte-


rística propia de las conjunciones coordinantes: *Sonia pero Luisa son mis amigas;
al intentarlo, la oración resulta incoherente; en cambio: Sonia y Luisa son mis ami-
gas. Sonia o Luisa serán mis amigas. No serían, pues, conjunciones coordinantes.

3ª. La relación adversativa es equivalente a la relación subordinante concesiva. Lue-


go ella debería ser subordinante también: Estudió mucho, pero no aprobó (relación
adversativa) = Aunque estudió mucho, no aprobó (relación subordinante concesi-
va).

En su Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, La Real Academia de la Len-


gua reconoce que «el período concesivo opone dos juicios contrarios, como las coordinadas
adversativas. Lo que se expresa mediante coordinación adversativa: Me ha ofendido profunda-
mente, pero sabré perdonarle, puede formularse también por medio de subordinación concesi-
va: Aunque me ha ofendido profundamente, sabré perdonarle. Este parentesco lógico, explica el
parentesco histórico entre la coordinación adversativa y la subordinación concesiva...». Al leer
este fragmento, nos deberíamos preguntar: ¿Cómo el simple hecho de alterar el orden de un
enunciado transforma la relación sintáctica de coordinada en subordinada? Si se admite una
relación semántica tan fuerte, ¿por qué se consideran las conjunciones adversativas coordinan-
tes, y subordinantes las concesivas?

Se hace necesario, por consiguiente, delimitar con más precisión los conceptos de adver-
satividad y concesividad: la proposición concesiva parte de una dificultad inicial, una acción
problemática que debería impedir la acción principal y se antepone a ella; en cambio, la pro-
posición inicial en la relación adversativa no debe presentar ningún problema o dificultad; por
consiguiente, el ejemplo propuesto sólo sería viable en una relación concesiva, puesto que
establece un dificultad inicial al perdón. De todos modos, la relación entre ambos conceptos
existe y si las conjunciones y locuciones concesivas (aunque, si bien, aun cuando...) se consi-
deran subordinantes, las adversativas (mas, pero...) deberían ser consideradas, también, del
mismo modo.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

2. Conjunciones subordinantes.
Relacionan proposiciones de distinto nivel. Son nexos transpositores; enlazan y subordinan
una proposición (subordinada) a otra proposición (principal). Establecen una relación de de-
pendencia; la proposición subordinada forma parte de la principal, actúa en ella como si fuese
un sustantivo, un adjetivo o un adverbio. Estas conjunciones son difíciles de clasificar, ya que
el valor que comportan depende , a veces, del contexto; así, la conjunción que puede com-
portar diferentes valores de relación: sustantivo completivo (dile que iré mañana), adverbial
causal (abre la ventana, que hace calor), adverbial condicional enfático (¡Que no quieres, no
vamos!)...
El valor nexivo y subordinante que comportan origina distintas clases de proposiciones su-
bordinadas y oraciones compuestas. Pero no debemos olvidar que las conjunciones comparten
su función de enlace subordinante con otras partículas: determinantes (cuanto/a/os/as, cuyo/a/
os/as), pronombres (qué, quién, que...), adverbios (donde, cuando, como...) y preposiciones que
introducen un predicado en forma no personal (al salir, la llamas; en llegando, lo verás; vengo
a verte, etc).
La variedad de conjunciones y locuciones conjuntivas, su función de enlace subordinante
compartida con otras partículas y su importancia a la hora de clasificar las proposiciones subor-
dinadas y las oraciones compuestas obligan a un estudio más detenido y detallado dentro del
análisis sintáctico.
Daremos una somera relación de las principales conjunciones subordinantes y, como hemos
indicado, remitimos al estudio sintáctico de proposiciones y oraciones para un conocimiento
más exhaustivo.

Clases.
2.1. Conjunciones que subordinan proposiciones sustantivas. Hacen que la proposición
subordinada funcione como un sustantivo dentro de la principal. Son las completivas
que, si. Ejemplos: Dile que no venga. No sé si vendrá.
2.2. Conjunciones que subordinan proposiciones adverbiales. La proposición que subordi-
nan actúa dentro de la principal como un adverbio:
- Conjunciones y locuciones conjuntivas que subordinan proposiciones adverbiales
causales (enlazan una proposición que es motivo o razón de la acción principal): no
intensivas (porque, pues, puesto que, ya que...), intensivas (de tanto que...). Ejemplo:
Me voy a la cama porque tengo sueño; de tanto que corrió, cayó agotado al suelo.
- Locuciones conjuntivas que subordinan proposiciones adverbiales finales (subordi-
nan una proposición que es objetivo o meta de la acción principal): para que, a que, a
fin de que, con el fin de que... Ejemplo: He venido para que me lo expliques.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

- Locuciones conjuntivas que subordinan proposiciones adverbiales comparativas


(enlazan una proposición que cuantifica la acción principal mediante una compara-
ción): igual que, más que, menos que... Ejemplo: Bebe igual que su padre (bebe).
- Conjunciones y locuciones conjuntivas que subordinan proposiciones adverbiales
concesivas (introducen una proposición que reconoce una dificultad o problema ini-
cial que dificulta, pero que no impide la acción principal): aunque, si bien, aun cuando,
a pesar de que... Ejemplo: Aunque es ciego, vive solo.
- Conjunciones y locuciones conjuntivas que subordinan proposiciones adverbiales ad-
versativas (subordinan una proposición que se opone de forma parcial o total a la
acción principal inicial): restrictivas (más, pero, sin embargo, no obstante...), exclusivas
(sino, sino que...). Ejemplo: Estudia mucho, pero no aprueba; no es tu padre, sino (que
es) tu tío.
Se diferencian de las concesivas en que estas reconocen una acción conflictiva inicial, mien-
tras que las adversativas no. En el apartado de las conjunciones coordinantes hemos aportado
las razones que nos inclinan a considerarlas conjunciones subordinantes.
- Conjunciones y locuciones conjuntivas que subordinan proposiciones adverbiales
condicionales (enlazan una proposición que pone una condición o exige un requisi-
to para que se cumpla la acción principal): si, siempre que, con tal de que, a condición
de que... Ejemplo: Si no estudias, suspenderás.
- Conjunciones y locuciones conjuntivas que subordinan proposiciones adverbiales
consecutivas (subordinan una proposición que es consecuencia o efecto de la ac-
ción principal): no intensivas (luego, conque, por tanto, por consiguiente, así que...) e
intensivas (tanto que, de tal modo que, hasta tal punto que...). Ejemplo: Perdió el auto-
bús, luego llegó tarde; comió de tal modo que enfermó. Son inversas a las causales.

4. SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTAN LAS CONJUNCIONES?


Las conjunciones sirven de nexo entre las proposiciones; por tanto, son elementos funda-
mentales de cohesión oracional y discursiva.
También, explicitan y denotan la relación semántica que existe entre las proposiciones de
la oración compuesta; gracias a las conjunciones, modulamos el significado del mensaje y ma-
tizamos nuestra intención comunicativa: hacemos coherente el discurso. Por ello, un texto que
utilice correctamente las conjunciones gozará de aceptabilidad oracional (será cohesivo, cohe-
rente y adecuado a la situación comunicativa).
En los ejemplos:
- Voy al cine si me invitas.
- Voy al cine porque me invitas.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Comprobamos que las partículas conjuntivas —si, porque— nos señalan la relación semán-
tica entre las proposiciones; en el primer ejemplo, la conjunción si establece una condición; en
el segundo, porque indica una causa. Las conjunciones explicitan la intención comunicativa del
emisor.
Su abundancia y su escasez se utilizan como recursos de estilo. En el asíndeton, la falta de
conjunciones es utilizada como marca expresiva —las proposiciones y sintagmas se yuxtapo-
nen sin nexo explícito—. Este recurso se usa para agilizar el discurso; le da rapidez y falta de
contención; se usa en las enumeraciones y acumulaciones (llegué, abrí, entré, subí...).
La utilización de conjunciones variadas aporta al discurso lentitud, precisión, matización,
eficacia comunicativa: permite concretar la relación entre el pensamiento y su expresión.
El polisíndeton, repetición de conjunciones con intención expresiva, aporta al texto lentitud
y ritmo; además, enfatiza la relación semántica que conlleva la conjunción repetida. Veamos
unos ejemplos:
- Se lo dije porque era injusto, porque me dolían sus actos, porque amo la verdad, porque
es mi amigo... (el emisor enfatiza las causas que justifican su acto).
- Aparece en mis sueños y me mira y sonríe y susurra y me toca... (aquí enfatiza y une la
serie de actos que realiza el ser soñado).
El uso de las conjunciones sirve para diferenciar los niveles diastráticos del lenguaje:
Nivel culto. Utiliza conjunciones variadas y adecuadas a cada situación comunicativa.
Abundan en él las proposiciones compuestas subordinadas.
Nivel común o estándar. Presenta poca variedad conjuntiva. El uso de las oraciones
compuestas es limitado y los nexos utilizados son pocos.
Nivel vulgar. Muestra problemas en la construcción de oraciones: se desconocen los
nexos conjuntivos adecuados y se produce incoherencia y falta de cohesión.


LA INTERJECCIÓN

Las interjecciones, en la doctrina actual, no se consideran una categoría gramatical. Reco-


nocemos que son muy especiales; pero este planteamiento debería reconsiderarse, puesto que,
como otras categorías:
1. Constituyen palabras autónomas e invariables (¡Hola! ¡Eh! ¡Zas!...).
2. Desempeñan funciones sintácticas dentro de la oración (Me dijo ¡adiós! y se marchó: la
interjección desempeña la función de complemento directo). También, y es señal distin-
tiva, equivalen a una oración completa. Además, algunas admiten complementos (¡Vaya
con la nena!), por tanto, son núcleo de un sintagma interjectivo.
3. Portan contenido semántico: saludo, sorpresa, desprecio, dolor…
Por ello, las incluimos dentro de las categorías gramaticales.

1. CONCEPTOS.
Concepto morfológico.
Las interjecciones son palabras autónomas e invariables; se suelen escribir entre signos de
exclamación, pues poseen entonación exclamativa independiente y, a veces, una estructura
fonológica poco usual e imprecisa (no hay un criterio uniforme al escribirla ni al pronunciarla):
¡ps! = ¡pss! = ¡pst!
Locuciones interjectivas. En ocasiones, grupos de palabras actúan como una interjección.
Ejemplos: ¡Toma ya! ¡Maldita sea! ¡Vaya por Dios!...

Concepto sintáctico.
La interjección, normalmente, equivale a una oración o a una proposición; mas también
desempeña otras funciones.
Forma un sintagma interjectivo (difícil, siempre, de interpretar por el valor oracional del nú-
cleo —interjección— y la frecuente elisión de elementos oracionales).
ESTRUCTURA DEL SINTAGMA INTERJECTIVO (S.INT.):
Sintagma Interjectivo (S.Int.) = Núcleo (N.) + Complementos interjectivos (C. Int.)
Núcleo (N.): Es una interjección.
Complementos del núcleo C. Int.). Clases:
El núcleo forma sintagmas interjectivos con:


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

- Un sintagma preposicional nominal (C. Int.): ¡Leñe con el tambor! (= ¡Me molestas con
el tambor!). Otro ejemplo: ¡Caramba con la niña! (= ¡Me asombro con [el comporta-
miento de] la niña!).
- Un sintagma preposicional adjetivo. Se puede entender un sintagma preposicional nomi-
nal con el núcleo elidido por economía lingüística (C. Int.): ¡Bien por el (piloto del coche)
amarillo! (= ¡Estoy entusiasmado por el [piloto del coche] amarillo!).
- Una proposición subordinada sustantiva que se le subordina (C. Int.). Ejemplos:
¡Claro que me doy cuenta! (= ¡Está claro que me doy cuenta!)
¡Vaya si subes! (= ¡Estoy seguro de que subes!)
¡Ojalá que llegue pronto! (= ¡Deseo que llegue pronto!)

Funciones sintácticas del sintagma interjectivo.


1. Valor de oración simple independiente en enunciado completo: ¡Jesús! ¡Bah! ¡Zape!
¡Ay!...
2. Modificador oracional y proposicional (Mod.). Precede a otro enunciado indepen-
diente aportando diferentes modificaciones: Valor exclamativo ponderativo (¡Uf, qué
calor!); asertivo de satisfacción (¡Vaya, ya llega!); imperativo de ánimo (¡Venga, dale
fuerte!); de negación enfática (¡Ca, ella no viene!)...
3. Vocativo (Voc.). Solo o precediendo a otro vocativo independiente enfático (sustantivo
o pronombre apelativo): ¡Chiss, ven aquí! ¡Eh, tú, ven aquí! ¡Oye, Pedro, vámonos ya!
4. Complemento del nombre (C.N.), dentro del sintagma nominal. Función exclusiva
de la interjección ¡Vaya! (equivale al determinante exclamativo ¡Qué!: ¡Qué cara!): ¡Vaya
manos! ¡Vaya juventud! ¡Vaya cara que tienes esta mañana!
5. Complemento directo (C.D.) dentro de una oración simple o una proposición: Gritó:
¡Ay, ay, ay! Exclamó: ¡Ah!, y se puso a llorar.

Concepto semántico.
La interjección denota un contenido significativo emotivo. Su interpretación, unas veces
será clara; otras, dependerá de varios factores: contexto, situación, intención del emisor, sus
gestos... Las interjecciones se usan preferentemente en el discurso oral y sirven para llamar la
atención (apelativas), para manifestar sentimientos y emociones intensas (admiración, afirma-
ción, alegría, ánimo, deseo, duda...), para imitar sonidos...
Hay interjecciones que pueden tener distintos significados: ¡Ay! (dolor, tristeza, sorpresa,
enojo...); en estos casos, factores extralingúísticos, como el contexto situacional y los gestos,
nos ayudarán a colegir su contenido semántico.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

2. CLASES DE INTERJECCIONES Y LOCUCIONES INTERJECTIVAS.


1. Interjecciones propias o primarias. Funcionan siempre como interjecciones:
Apelativas (vocativos que llaman la atención): 1) A personas (¡Eh! ¡chist! ¡pss!...). 2) A
animales (¡Miz! ¡Ox! ¡Pitas! ¡Tube! ¡Mini!...).
De saludo-despedida: 1) A personas (¡Hola! ¡Adiós! ¡Abur!...). 2) Despedida de animales
(¡Tube! ¡Lhlh! —al perro—; ¡Zape! ¡Ffff! —al gato—...).
Imperativas (dan órdenes): 1) A personas (¡Ar! ¡March!...). 2) A animales (¡Arre! ¡So!...).
Onomatopeyas (imitan sonidos; algunas se estereotipan y llegan a convertirse en sustan-
tivos: El gluglú del agua sonaba; el tic-tac del reloj dormía el tiempo. 1) Imitan sonidos animales:
¡Bee!, ¡Guau!, ¡Miau!, ¡Pío!, ¡Cuá!... 2) Otras imitan sonidos de elementos inanimados naturales
o artificiales: Golpes y caídas (¡Pum!, ¡Zas!, ¡Plaf!, ¡Cras! ¡Catapum! ¡Catacras!...); sonidos de
aparatos (¡Tic-tac!, ¡Tilín-tilán!, ¡Riinnng!...).
Emotivas o expresivas. Expresan emociones del hablante; su sentido depende del con-
texto:
- Afirmación: ¡Ajá!, ¡Ajajá!...
- Aplauso, ánimo, conformidad: ¡Ea! ¡Olé!...
- Comprensión, caer en la cuenta: ¡Ah!...
- Desagrado: ¡Puaf! ¡Puf!, ¡Aj!...
- Deseo: ¡Ojalá!...
- Disconformidad: ¡Ta, ta, ta! ¡Tate! ¡Quia!...
- Dolor, sobresalto, lamentación, protesta: ¡Ay! ¡Huy! ¡Ah! ¡Oh!...
- Encarecimiento, ponderación: ¡Oh! ¡Uf!...
- Indecisión, indiferencia: ¡Ps! ¡Psh!...
- Menosprecio, rechazo: ¡Bah!...
- Negación, incredulidad: ¡Quiá! ¡Ca!...
- Sorpresa: ¡Caramba! ¡Caray! ¡Hola! ¡Ah! ¡Oh! ¡Huy! ¡Tate!...
- Otras… (la lista queda abierta)

2. Interjecciones impropias o secundarias.


Son palabras (sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios y grupos nominales) que ocasio-
nalmente funcionan como interjecciones. Han sufrido una transposición de categoría y han
modificado su significado. Frecuentemente forman locuciones.


HIPÓLITO GARCÍA ALGABA

Algunas se utilizan en expresiones malsonantes: tacos que hacen referencia al cuerpo (¡Na-
rices!), al sexo (¡Joder!), a lo escatológico (¡Mierda!), a animales (¡Cerdo!), a la religión (¡La
Virgen!)...

Clases de interjecciones impropias o secundarias:


Apelativas (vocativos que llaman la atención): ¡Oye! ¡Mira! ¡Escucha! ¡Atiende!..
De saludo y despedida: ¡Buenos días! ¡Buenas tardes! ¡Hasta luego! ¡Hasta pronto!...
Imperativas (dan una orden): ¡Arriba! ¡Fuera! ¡Alto! ¡Adelante! ¡Quieto! ¡Dale!...
Emotivas (pueden indicar, como las emotivas propias, aplauso, ánimo, desánimo, dolor,
ponderación, recurso fático, sorpresa...): ¡Hombre!, ¡Vaya! ¡Bueno! Bravo! ¡Ánimo! ¡Madre mía!
¡Claro! ¡Sigue!... Dentro de las emotivas, debemos incluir los tacos que se emplean, para ex-
presar un estado emotivo de ira, rabia, odio, dolor, sorpresa… y para insultar, agredir verbal-
mente, al oyente.
Los tacos se extraen preferentemente de determinados campos semánticos: del religioso
(Dios, La Virgen, Los Santos, La Forma Consagrada, el cáliz…), del sexual (aparato genital
masculino y femenino, el acto sexual…), de la prostitución, de la homosexualidad, de lo esca-
tológico (excrementos, muertos…)...
No obstante, la creatividad en el mundo de los tacos e insultos es enorme y la lista queda
abierta. Algunos ejemplos: ¡Joder! ¡Coño! ¡Hostias! ¡Dios! ¡La Virgen! ¡Mierda!... Su uso abusivo
puede denotar pobreza de vocabulario, falta de educación, argot juvenil de grupo...

3.SEMÁNTICA DEL TEXTO. ¿QUÉ APORTAN LAS INTERJECCIONES?


La interjección equivale a una oración; por consiguiente, su uso implica un ahorro, una eco-
nomía de medios lingüístisticos. Su brevedad, su contenido emotivo y su pluralidad significativa
hacen depender su significado del contexto situacional y discursivo; así que, usadas con mode-
ración, enriquecen el discurso con su matiz emocional-expresivo-conativo.
Pero, si se utilizan abundantemente empobrecen el discurso, reducen su precisión signi-
ficativa y su concreción. Las interjecciones, en este caso, se convierten en un comodín, en
respuesta estándar y constante que se aplica en situaciones comunicativas distintas.
Su abuso denota pobreza léxica, sobre todo cuando las interjecciones empleadas son ta-
cos.
Debido a su ambigüedad, muchas emotivas necesitan el contexto —textual y situacio-
nal— y los lenguajes paralingüísticos (mímico, kinésico y proxémico) para ser interpretadas
correctamente.


CUADERNO DE MORFOLOGÍA

Aparecen, preferentemente, en el discurso oral —coloquial y familiar—. Denotan un uso


subjetivo del lenguaje.
La aparición de interjecciones en el texto nos sirve de pista para descubrir la función del
acto comunicativo que predomina. Así, podemos encontrar tres funciones:
- Función conativa o apelativa (influye en el oyente): ¡Anda! ¡Sigue! ¡Alto!...
- Función emotiva o expresiva (expresa emociones): ¡Vaya! ¡Madre mía! ¡Ay!...
- Función fática (mantiene abierto el canal comunicativo y su dominio): ¡Eh! ¡Bueno! ¡No
sé! ¡O sea!...



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