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1. Van a leer un artículo de la revista Semana cuyo título es Los genios no existen. Es
un texto expositivo porque transmite información y conocimientos.
2. Aunque no aparece el nombre del escritor, podemos deducir que fue escrito por
un grupo de periodistas de la revista, que suele publicar informes y artículos sin los
nombres explícitos de los autores. ¿Han leído artículos o informes de la revista
Semana? ¿Qué opinión tienen de Semana?
3. ¿Qué pueden encontrar en un artículo cuyo título es Los genios no existen?, ¿cuál
puede ser el propósito de un texto con este título?, ¿qué intención tendrán los
autores en este artículo?, ¿qué se imaginan que contendrá, de qué tratará?,
¿están de acuerdo con que los genios no existen?
4. ¿Qué otros textos conocen sobre este tema?, ¿han oído hablar de Mozart, Picasso,
Los Beatles, Steve Jobs, Bill Gates, Venus y Serena Williams, Roger Federer, Tiger
Woods, Sigmund Freud, Einstein, Marx, García Márquez?
10. Lean el primer párrafo. ¿Qué hacen aquí los escritores, de qué nos hablan, qué nos
queda claro?, ¿a qué tipo de audiencia va dirigido el texto?, ¿cuál será el objetivo
del texto?, ¿cuáles son el tema y los subtemas?, ¿el autor ubica el texto en un
contexto?, ¿el autor destaca la importancia del tema?
11. Lean el segundo párrafo. ¿Cuál es la idea central?, ¿de qué más nos hablan los
autores en este párrafo?
12. Lean el tercer párrafo. ¿Qué nos dice el texto aquí?, ¿a qué otro libro se refiere?
13. Lean el cuarto y el quinto párrafos. ¿Qué nos aclaran los autores?, ¿en qué
consistió el experimento de Ericsson? ¿Qué pasó cuando terminó la investigación?
14. Lean el sexto párrafo. ¿Por qué se considera a Mozart una excepción?, ¿por qué
fue genio antes que los demás?
16. Lean el octavo párrafo. ¿Por qué Los Beatles se convirtieron en la banda más
conocida en el mundo?
18. Lean el décimo párrafo. ¿Cuáles son las historias de Tiger Woods, las hermanas
Williams y las hermanas Polgar?
19. Lean el undécimo párrafo. ¿En qué consiste la 'práctica decidida' según Syde?
20. Lean el último párrafo. ¿Cuál es la conclusión de los autores y en qué autoridades
se basan?
21. Diga lo mismo que dice cada una de las siguientes afirmaciones con otras palabras:
c. El primero era el de los más destacados, es decir, de los que iban camino de
volverse concertistas de renombre mundial.
El último eran los que más adelante podrían volverse formadores del violín.
El propósito fundamental del texto es darnos a entender que tienen razón con lo
que nos informan; ya que con todos los argumentos que están basados en hechos
reales nos dan a conocer que el talento no es tan importante como se cree y que la
práctica es la clave del éxito.
23. ¿Cuál es el punto de vista de los autores con respecto al asunto tratado?
El punto de vista de los autores es a favor; ya que ellos están de acuerdo con los
estudios e investigaciones que nos presentan.
Las fuentes en las que se fundamentan los autores son: El libro Bounce de
Matthew Syed, Outliers - The story of Success (Fuera de serie - La historia del éxito)
de Malcolm Gladwell y el estudio de Anders Ericsson.
Las conclusiones que podemos sacar de este texto es que un genio se hace con la
dedicación, con la disciplina y entrega que le coloque a su actividad; puede que
haya nacido inteligente pero si no practica a diario no se superará.
33. ¿Están de acuerdo con lo que los autores dicen?, ¿por qué?
La intención del autor es convencer a toda costa, acabando con cualquier punto de
vista.
Si alguien pusiera en duda que Mozart fue un genio, le dirían que está loco. Lo mismo si
pusiera en entredicho la genialidad de Picasso. En otras disciplinas la cosa funcionaría de
forma semejante. ¿A quién se le ocurriría decir que los Beatles no fueron un grupo
musical superdotado? ¿Quién creería que Bill Gates no es un tipo con un cerebro
superior? ¿O que Roger Federer y Venus y Serena Williams no son tenistas de antología,
como Tiger Woods en el golf? En fin. ¿No es lógico que personajes como ellos, que han
nacido con tanto talento, hayan alcanzado la excelencia?
Pues parece que no. El tema es que el talento no basta y que quienes piensan que la
genialidad es asunto del nacimiento se están metiendo un cañazo porque el secreto para
llegar a los primeros lugares reside en las horas de práctica. Así lo afirma un libro
publicado este año en Estados Unidos, que se ha convertido en un fenómeno de ventas.
Se titula Bounce - Mozart, Federer, Picasso, Beckham and the Science of Success
(Rebotar - Mozart, Federer, Picasso, Beckham y la ciencia del éxito) y su autor es el
británico Matthew Syed, un ex campeón olímpico de tenis de mesa, graduado de la
Universidad de Oxford y columnista de la BBC y del diario londinense The Times.
Lo que hace Syed a lo largo de las 312 páginas de Bounce es corroborar la tesis que
expone al principio del libro: "Es la práctica, y no el talento, lo que verdaderamente
importa". Semejante teoría viene a confirmar la de otro best seller hace cerca de dos
años: Outliers - The Story of Success (Fuera de serie - La historia del éxito), de Malcolm
Gladwell, un célebre periodista de The New Yorker y antiguo reportero de ciencia de The
Washington Post.
Syed y Gladwell basan sus libros en un experimento dirigido en 1991 por Anders
Ericsson, un sicólogo de Florida State University. El estudio tomó como muestra a tres
grupos de jóvenes violinistas de la Academia de Música de Berlín Oriental (hacía poco
había caído el Muro). El primero era el de los más destacados, es decir, de los que iban
camino de volverse concertistas de renombre mundial. El segundo, de los que pintaban
para violinistas de sinfónica. Y el tercero, de los que tenían su futuro como profesores de
violín. Todos habían empezado a tocar a la misma edad.
Terminada la investigación, lo que distinguía a los primeros es que con 20 años de edad
ensayaban más de 30 horas a la semana, con lo cual ya habían acumulado en total unas
10.000 horas de práctica. Cada uno de los segundos, en cambio, había ensayado 8.000
horas, y los terceros apenas superaban las 4.000. Hasta ahí, todo bien. Lo curioso es que,
tal y como anota Syed, "un aspecto increíble del estudio de Ericsson es que no había una
sola excepción". Eso significa que ninguno de los violinistas del nivel más alto había
pasado menos de 10.000 horas ensayando. Punto.
Pero ¿y Mozart? ¿No es esa la imbatible excepción a la regla planteada por Ericsson? Al
fin y al cabo, con menos de 10.000 horas de vida, el pequeño Wolfgang no solo tocaba el
piano sino que había compuesto piezas musicales de categoría. Pero hay datos que
matizan el asunto. En primer lugar, Mozart, antes de haber cumplido seis años, ya había
ensayado más de 3.500 horas de piano, aunque no de cualquier manera, pues su padre,
Leopold, era un músico prominente en Salzburgo y uno de los mejores maestros de violín
de Austria. En segundo término, de acuerdo con los expertos, según advierte Syed,
"Wolfgang compuso sus obras magistrales a partir de los 21 años y no antes", momento
en el cual ya había acumulado mucho más de 10.000 horas de práctica.
Con Los Beatles sucedió un fenómeno similar. Es cierto que, unidos, John Lennon, Paul
McCartney, George Harrison y Ringo Starr tenían enorme talento y que en 1964, cuando
aterrizaron en Nueva York, eran cuatro jóvenes que enloquecieron a América. Pero
también es verdad que los tres primeros habían comenzado a tocar siete años antes y
que en 1960, sin un peso en el bolsillo, viajaron a Hamburgo contratados para el club de
striptease Indra, donde, como recuerda Lennon, "dejamos atrás las presentaciones de
una hora de Liverpool a dar conciertos de ocho horas". No había descanso. Tocaban los
siete días a la semana. Más tiempo de práctica, imposible.
Bill Gates, el fundador de Microsoft y uno de los tres hombres más ricos del mundo, vivió
una historia comparable. Según Gladwell, sus padres lo matricularon en Lakeside, un
colegio privado en Seattle (California), donde en 1968 el Club de las Madres se gastó los
ahorros en un armatroste extrañísimo llamado computador. Luego, consiguieron que los
estudiantes tuvieran acceso a otro aparato en la Universidad de Washington. "Era mi
obsesión —dice Gates—. Yo capaba clase de Gimnasia y estaba allá siempre. Era rara la
semana en que no estuviéramos 30 horas a la semana. Hubo días en que llegué a las tres
de la mañana y salí por la noche".
En Bounce, Matthew Syed comprueba además cómo Tiger Woods empezó a ver palos de
golf desde que era bebé, algo que le ocurrió a Roger Federer con el tenis, y cómo antes
del nacimiento de Venus Williams en 1980 y de su hermana Serena en 1981, su padre
decidió volverlas tenistas de primer nivel. No obstante, la más clara demostración de que
la teoría de Ericsson es cierta es la de un húngaro, Laszlo Polgar, que tras contraer
matrimonio en 1967 con su novia Klara anunció que iba a trabajar sin tregua para que sus
hijos fueran campeones de ajedrez. La gente creyó que estaba loco, pero nada de eso. La
consecuencia deja a cualquiera con la boca abierta: sus tres hijas, Susan, Sofía y Judit,
han sido las tres mejores ajedrecistas de la historia.
Pese a todo, la práctica a la que se refiere Syed no es una cualquiera. Según él, la
excelencia solo se consigue cuando el entrenamiento sale de la llamada 'zona de confort'
y la persona busca superar su mejor marca. Es lo que el autor denomina 'purposeful
practice' ('práctica decidida') en la que no teme cometer errores. Se trata de algo que
anticipó el Nobel de Literatura irlandés Samuel Beckett cuando dijo: "Sigue cometiendo
errores. La próxima vez te equivocarás mejor. Ser artista es atreverse a fracasar".
Como quiera que sea, con sus libros Matthew Syed y Malcolm Gladwell han puesto a
pensar nuevamente a medio mundo en dos frases célebres y muy ciertas. La primera se
les atribuye a Beethoven y a Edison: "El genio es 10 por ciento de inspiración y 90 por
ciento de transpiración". La segunda es del propio Picasso, que no hacía más que pintar,
y pintar y pintar: "Más te vale que, cuando te llegue la inspiración, te pille trabajando".
LA CLAVE ES LA PRÁCTICA
Junto con Syed compartimos la idea de que es la práctica lo que verdaderamente importa
para triunfar en esta vida, desde hace mucho se ha demostrado que la efectividad
aumenta a medida del tiempo de entrenamiento, que entre más entrenas y te ejercitas
adquieres mayor habilidad.
Podemos ver un claro ejemplo con los jugadores de futbol, voleibol, baloncesto, etc. Que
a medida que entrenan obtienen más destrezas en el campo del deporte y esto les da la
ventaja para ir creciendo en lo que hacen. En si es un principio o ley clara, corta y sencilla:
si quieres ser grande en esta vida solo debes esmerarte y practicar con pasión para ir
afianzando tu actividad.
Algo que también influye mucho es la disposición de la persona, esa ambición que hace
que se supere cada día más; claro que ser un genio es un proceso largo pero si hay
disposición, empeño y entrega en aprender cada día un poco más, muchas cosas nuevas y
tienes fe en ti mismo todo te será posible.
Creo que algunas veces todos hemos escuchado un refrán muy popular y anónimo que
dice que “la practica hace al maestro” y es en eso justamente en lo que hemos basado
nuestras creencias; te puedes equivocar infinitas veces pero debes aprender realmente de
cada una de esas veces para poder salir adelante y no volver a equivocarte de la misma
manera.
JORGE CALDERON L.
ANGELICA GUERRERO V.