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Albeiro Echeverry tuvo un accidente laboral. Dice que ni la empresa operadora, Suma
S.A.S., ni Transmilenio S. A. responden.
El 18 de febrero del 2013 Albeiro Echeverry, un conductor de un bus del Sistema Integrado
de Transporte Público (SITP), tuvo un accidente que le cambió la vida.
Eran las 7:00 p. m. cuando, según cuenta, el vehículo de placas VDD491 que iba
manejando de la empresa Suma S.A.S –operadora de Transmilenio- quedó sin frenos y, por
no generar un choque con unos estudiantes, se estrelló contra una pared del colegio Santa
Bárbara en Ciudad Bolívar.
Después de ese accidente Albeiro quedó con hernia y fractura en la columna, y con otra
hernia pélvica. Ahora debe andar con bastón. Según él, también está perdiendo la movilidad
de la pierna derecha, no puede conducir y no puede estar mucho tiempo de pie.
Sin embargo, esas no son las únicas consecuencias de su accidente. Albeiro Echeverry se
encuentra en una pelea con la empresa Suma S. A. S., pues, según él, esta entidad no quiere
reconocer su accidente como laboral.
El lío creció a pasos agigantados. Albeiro recurrió a Transmilenio, pero afirma que
tampoco obtuvo respuesta. El 9 de diciembre del 2014, Luis Bejarano Moreno, director
técnico de buses, le contestó en un documento que “Transmilenio no es la entidad
competente para llevar a cabo investigaciones relacionadas con los aspectos de seguridad y
salud en el trabajo, lo cual es de competencia del Ministerio de Trabajo”.
Aun así, según Albeiro, Suma S.A.S no quiere responderle. “La abogada me dijo que no le
tenían miedo ni a demandas, ni a sindicatos, ni a los medios. Lo único que hicieron fue
ofrecerme una indemnización de dos millones, luego de cinco, como si mi vida valiera tan
poco”, dijo.
Y es que a Albeiro no le cabe en la cabeza que la empresa quiera subsanar con esa suma de
dinero todos sus daños y perjuicios. Según él, las enfermedades no son lo único. También
perdió su hogar y está endeudado, pues ya no recibe un sueldo. Y, tras de eso, a sus 37 años
ya no puede volver a trabajar porque, según él, nadie lo contrata.
“Les he pedido ayuda, una respuesta, pero no quieren dármela. Me dijeron que Suma S. A.
S. no era una empresa de beneficencia”, dijo Albeiro. Semana.com intentó hablar con algún
representante de la firma operadora, pero no obtuvo respuesta.
Albeiro espera que con el fallo de la Junta se pueda resolver algo. Tiene tres hijos por los
que, según él, se irá hasta las últimas consecuencias.
Preguntas:
Claro que sí, más que importante es vital ya que con este se satisfacen la mayoría de
necesidades básicas que presenta el hombre como tal (alimentación, educación,
movilización, etc.) Y aún con más obligación para su supervivencia.
Las acciones a tomar para minimizar el impacto de este tipo de eventos en los trabajadores
de esta compañía es crear canales de comunicación óptimos, la confianza y recompensas;
cultura y ambiente de la organización, sistema de trabajo y las políticas de los recursos
humanos, darles a conocer sus deberes y derechos como empleados, Dar cumplimiento a las
normas que dentro de la empresa rigen a que todo trabajador debe estar afiliado al Sistema
General de riesgos Laborales (ARL).
Es indignante que estas tipo de eventos ocurran y que la empresa no reconozca la situación
que presenta el señor tanto a nivel económico como el de su salud y que exista negligencia
por parte del transporte público de Transmilenio donde no llevan un control de que los
carros se encuentren en buen estado para hacer entrega a los operarios, los buses no
cumplen los protocolos y no realizan el respectivo mantenimiento.