Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
F E R N A N D O C R U Z
el planeta. Bogotá, su capital, está rodeada de montañas, en ellas hay una amplia
nica, aunque ésta ultima sea mucho más reconocida como pulmón del planeta. En
De forma cada vez más sostenida se han venido implementando en Colombia, don-
con la protección de los páramos. La más reciente tiene que ver con el lanzamiento
del programa Páramos: agua y biodiversidad en los Andes del norte, financiado
Rabanal (Boyacá), Los Nevados (Eje Cafetero) y Las Hermosas ( Valle del Cauca y
www.paramos.org
Del mismo modo con este proyecto podemos generar un espacio de reflexión sobre
tos lugares han sido históricamente utilizados por las comunidades indígenas para
vivir y sobre todo como lugares sagrados donde se realizan rituales, las comunida-
des a través de la historia han sabido darle el valor que merecen por la importancia
que tienen en nuestra existencia. Los paramos son pues nuestro sostén, además
silencioso e imprescindible.
El territorio del arte es un lugar desde el cual es posible generar diálogos, reflexio-
nes, cambios, desde donde se puede cuestionar y replantear las cosas, segura-
mente desde la poética del arte podemos sembrar y cultivar resultados positivos
que nos permitan aportar a la conservación de un ecosistema vital tan poco co-
nocido.
mantes estadísticas que nos relatan los daños que sufre la naturaleza a causa de
El sonido crepitante del fuego a 1000 grados centígrados libera los gases milena-
rios y la energía concentrada del carbón mineral para dar nacimiento al coque, un
La escena de ese ritual artesanal se lleva a cabo en canteras a cielo abierto, cru-
15 metros de altura que expulsan columnas de humo que se elevan sobre los
de los territorios de Cundinamarca que albergan más de 1.400 minas con una alta
cielo abierto, paisajes en conflicto y parajes sombríos transformados por las ex-
plotación de arcillas.
bre sobre el paisaje e impresas a color, las fotografías de Fernando Cruz, expuestas
las cuales crean en el espectador ecos resonantes de los zigurats o templos religio-
sos de la antigua Mesopotamia, los anfiteatros romanos, las antiguas ruinas nórdi-
cas de la isla de Arpatsivik, las navetas funerarias Des Tudons en los inicios de la
líneas imaginarias del pasado más remoto con los escombros de la modernidad, los
realidad: por un lado la memoria humana de los viejos oficios del suelo encarnada
en los condenados de la tierra para sobrevivir en el tiempo, y del otro las amenazas
que nos impone la civilización de la minería con su aluvión de destrucción ambien-
que obtuvo para ese año el Primer premio en el concurso de fotografía ‘Bogotá,
árboles, muestra los efectos del fuego industrial sobre la naturaleza, la distorsión
del aire, los cambios que las altas temperaturas producen en el paisaje y la mane-
trabajo que tiene un inicio pero siento que no tienen un fin y todo está sometido a
un cambio permanente. Además, soy bastante cuidadoso con los encuadres, el rit-
mo, la selección del lente, el momento de la toma, la luz y los contrastes”, expresa
Fernando Cruz.
Los paisajes mineros del Coque captados por Fernando Cruz no incluyen los per-
sonajes y los habitantes de las canteras de carbón. Por contraste, la omisión iróni-
“Creo que el hecho que no veamos las personas le aporta más fuerza a los lugares
y a las situaciones. Permite también una reflexión de lo que sucede, así cada perso-
na que observa las fotografías se imagina lo que se vive en esos entornos y con ella
crea a esos personajes que se han hecho invisibles con la extracción de los mi-
Todos –o creo que todos en algún momento de la infancia– hemos tenido la misma
una iglesia sin terminar; sus rejas de hierro oxidado y el ladrillo a la vista me lle-
o que sacuden los ojos de un fotógrafo. Fernando Cruz encontró sus castillos en la
y por encima de las copas de los árboles, Cruz vio la punta de torres imposibles.
industria desconocida para él: el coque. Se trata de carbón común y corriente que
pasa por hornos que elevan su temperatura por encima de los 1.000 grados centí-
grados; el proceso dura 72 horas y el resultado es una piedra liviana, gris, carbón
nar a las personas y dejó de lado la “denuncia social”. Y el resultado es una serie
pasear por un universo desconocido y perturbador. Hay fotos que presentan lo que
podrían ser unas ruinas gloriosas, y otras que dejan ver trozos de tierra erosionada;
otras muestran el poder de la industria y la magia del fuego. Hay un par de videos
Y, paso a paso, la muestra genera una serie de preguntas sin respuesta: ¿quié-
nes hicieron esas torres?, ¿qué clase de hombres trabajan ahí?, ¿qué hacen?, ¿el
humo que sale de las chimeneas qué tanto daño les hace al medio ambiente y a
los pulmones de sus trabajadores? Y… ¿los dueños de las torres merecen el título
Fernando Gómez
El Tiempo
S u r o r i e n t e 1 9 8 5 - 2 0 1 1
humana y al mismo tiempo se intuyen los personajes que los habitan como si
realmente estuvieran retratados. Son imágenes logradas con una técnica admi-
hijos-constructores.
Carla Rojo
cultural.
Los chircales son producto del trabajo de campesinos que, debido a la Violencia
Muchos que no optaron por vivir en los límites sur y norte de la ciudad, se fueron
a vivir a las faldas de las montañas orientales, donde a falta de tierras cultivables
casas, y en el uso del material extraído del mismo lugar de habitación para producir
ladrillos que servían para la construcción de sus propias casas e, incluso, de los
hornos.
pecialmente en las décadas de los sesenta en la que se vivió una fuerte expansión
extendió la ciudad, se extendieron también los chircales. Los chircales son claro
el Sur Oriente de la ciudad, son los últimos que quedan dentro del área urbana,
Caminando por la ciudad en 1990 Cruz encontró los chircales del sur-oriente, ladri-
razón por la cual son relictos singulares y excepcionales. Ellos son testimonios
lleras primitivas y producto del trabajo de campesinos que en los años cincuenta y
importantes para una mirada rigurosa de la realidad del presente y del pasado de
sesenta llegaron a Bogotá huyendo de la violencia. La gran mayoría de esos
la ciudad, y nos recuerdan la necesidad no sólo de controlar el uso indiscriminado
campesinos se vieron forzados a ofrecerse como mano de obra barata para traba-
del carbón y de la horadación de las montañas, sino también desarrollar el recono-
jos domésticos o en fábricas, o se ubicaron a las afueras de la ciudad en los pocos
cimiento de las políticas sociales y económicas que posibilitaron esos lugares que
terrenos propicios para agricultura que no pertenecían a hacendados. Algunos se
antes y ahora siguen siendo marginales. Pensar estos chircales como un paisaje
fueron a vivir en las faldas de las montañas orientales, donde a falta de tierras cul-
cultural evolutivo y patrimonial implica, en la memoria ciudadana, una legitimación
tivables desplegaron sus conocimientos artesanales, entre ellos la fabricación de
simbólica de los desplazados e inmigrantes campesinos, de sus actividades y tra-
ladrillos y tejas. Es así como los chircales emergieron debido al desplazamiento, las
diciones determinantes para la conformación y construcción de la ciudad, e implica
diferencias económicas y sociales y las necesidades económicas de los campesi-
activar dichos lugares tanto para el turismo local (ocio y el tiempo libre especial-
nos, y se convirtieron en lugares de trabajo y habitación campesina en la urbe. En
mente de los habitantes de la zona, que carece de esos espacios) como para la
ellos se desarrolló un vínculo entre el campesino y la tierra que se hace patente en
construcción de la identidad de esa zona y de la ciudad en general.
la adaptación de rocas del lugar como elementos constructivos de hornos y ca-
sas, y en el uso del material extraído del mismo lugar de habitación para producir
Juan Carlos Guerrero
ladrillos que servían para la construcción de sus propias casas e, incluso, de los
hornos.
Este vínculo fue desarrollado mediante la producción artesanal trasmitida por mu-
co que toma el polvo de la tierra, lo mezcla con agua y genera una masa a la cual se
más de treinta días. Se trata de un lento proceso de cocción que, como en el caso
de los alquimistas, no sólo exigía paciencia y dedicación, sino que además, a partir
centro sobre el que giraba y versaba constantemente, una y otra vez, el trabajo y la
vida en busca de ese ‘oro’. De allí el tono dorado que Cruz da a algunos ladrillos en
Este trabajo alquimista no se detiene allí según Cruz. Y para entender porque,
analogía entre la ciudad y un texto, y afirma que el texto está compuesto de letras
que a su vez son los elementos que componen el texto. Esta idea de composición
es importante para la tradición alquímica toda vez desde ella se afirman unidades
básicas de composición de las cosas (aire, agua, fuego, tierra, éter) y se plantea
que el conocimiento y manejo de esos elementos permite comprender cómo las co-
significativo para Cruz que estas ladrilleras artesanales hayan sido las que produje-
ron los ladrillos con los cuales se construyó Bogotá, que es una de las ciudades de
la ciudad tuvo lugar en las décadas de los sesenta, que fue precisamente la época
de mayor producción artesanal de ladrillos en los chircales. Es por ello que en esta
serie, Cruz fotografía los chircales para descubrirlos no sólo como lugares de una
producción del ladrillo en búsqueda del ‘oro’, sino también como producción de los
do, los chircales, que en efecto están también compuestos por ladrillos hechos en
el lugar, son como pequeñas ciudades Bogotá, como pequeños textos que develan
Esto significa, para una mirada algo inmediata, que en su estado de abandono
en el que paulatinamente han caído, los chircales parecen ruinas de una tradición
cultural cada vez más ausente en la ciudad. En este sentido, esa mirada inmediata
las fotos de esta serie. Sin embargo, es importante subrayar que esta tonalidad
sepia es efecto del uso de dorados, negros, grises y blancos. En este sentido,
un pasado ido, sino ante todo le interesa mostrar los chircales y evocar la ciudad
No en vano, Cruz se interesa por las formas de los hornos, que semejan ser árabes
1
a veces, y románicas, otras, formas que en definitiva son formas del deseo que
genes que parecieran ser no sólo de nuestra ciudad sino también de ciudades y
mundos lejanos, quizá propios del Levante (el Medio oriente), zona en la que, para
los alquimistas, se levantaba el sol. Huelga indicar que el Levante es la zona hacia
emergencia del oro para la cual es necesaria paciencia y dedicación. Y esa mirada
estas fotos por más de veinte años, y quien desea ofrecernos la fotografía como
un trabajo alquímico y una mirada que devela y captura las formas como velos que
1
R e d e s
La serie fotográfica que Fernando Cruz nos presenta bajo el título de Redes busca
ser una lección de fotografía que muestra la luz que hace visible las cosas y que
muestra la visibilidad de las cosas, su devenir visibles. Pero esta serie lo logra no a
como en algunas fotos de Edward Weston, sino por el contrario, lo logra afirman-
do ese paisaje como paisaje íntimo, acentuándolo como inland. Cruz despliega la
mirada del voyerista que experimenta una distante intimación con lo visto; mirada
Pero por esto mismo esta visión tangente, a diferencia del tacto, se mantiene a
distancia de lo visto para dejar que éste se muestre como intocado, virginal. Aquí la
tografía. Siguiendo a Goethe, esta serie nos plantea que la fotografía ha de mostrar
nuestra intimación con lo visto para desde allí “construir el mundo visible con luz y
tinieblas”. Cruz nos empuja a configurar ese pliegue y formas con que la visión toca
las cosas no de otro modo que atendiendo a cómo ellas se insinúan descubriéndo-
Es así como el título de esta serie de fotos afirma el encaje que oculta fragmentan-
do. Pero también y ante todo afirma la red como vínculo entre lo vidente tangente
y lo visible tangible. Afirma el vínculo en que tiene lugar la experiencia de esa dis-
tancia íntima en que se explora el límite de la existencia táctil: allí donde el tacto
paisajes locales de una “vida en miniatura”, como lo dijera Baudelaire acerca de los
juguetes, paisaje en los que aquello vidente y tangente y aquello visible y tangible
clave central de este trabajo, toda vez que permite no sólo la transición del paisaje
a la lolita que se insinúa y a su vez se esconde tras el encaje, sino también permite
y vuelta entre ilusión y desilusión. En este sentido, cabe repetir una bella pregunta
que hizo una amiga frente a estas fotos: “what could hold more memories than the
adorations of a doll?”
La trama del tejido envuelve al ojo, lo centra en el horizonte óptico del lente y da
paso a la mirada subjetiva del artista atrapando la del público lector, cuando al
abrir el libro, se descubre cómplice y nómada en los claros oscuros que dibuja la
El decir común “sólo vemos lo que queremos ver” puede citarse en una primera
colofon
aproximación a este trabajo. Al adentrarnos en él, nos damos cuenta del proceso
del ojo el que las halla. Y, la mirada de Fernando Cruz va mucho más allá: con dos
que las visten para desenhebrarse luego con un hilo conductor de sensualidad que
nos jalona y nos sorprende, sin permitir detenernos ante la desnudez de la crudeza.
Lo que en un momento para Fernando Cruz fue un regalo de una amiga, para el
y escuchar a los objetos y a las cosas. Tal vez su amiga lo sabía. Fernando le de-
vuelve la vida que en últimas, como ocurre en la vida misma, adquiere sentido sólo
cuando nos percatamos de un otro u otra que nos mira y nos inventa. En este Libro
““La mirada del pintor, el ojo del fotógrafo”” como medio plástico para indagar la realidad. La fotografía dirige la mirada y pone
mados lugares con no-sentido, sitios sin importancia aparente pero que están ahí,
Bajo los puentes hay fotografías de piedras y trincheras, y otras que conmueven,
esa mole gigantesca de cemento, las curvas, las formas, son fotografías de la gran
LOS ARTISTAS
Raúl Cristancho y Fernando Cruz inician una relación de trabajo artístico con el
y su “carrito”, utilizado como galería. Luego vino el proyecto colectivo Ciudad Ken-
nedy: Memoria y Realidad, que realizaron junto a otros ocho artistas, y que ganó
cional y fue invitado a la VIII Bienal de Bogotá. Su intención era recoger la memoria
...están los de arriba, están los de abajo, que es fallecido. Las flores, el agua, las imágenes religiosas y la placa de identificación,
menos que arriba y luego está el puente que es se mantienen en su mejor estado y no han sido tocadas ni por las obras viales que
menos que abajo. Pedro Guerra. se adelantan en el lugar. La motivación de no franquear el altar, muy seguramente
A un paso de la Carrera 30 y justo bajo el puente de la 63, las plantas de Miguel Al mirar estas fotografías es claro que los espacios construidos con una finalidad
Moreno se enfilan en medio de materas traídas de Ráquira y flamingos coloridos. concreta pueden ver sus funciones cambiadas o adaptadas. En principio, el es-
Miguel y tres vendedores más, ocupan los pequeños locales que el Distrito les pacio bajo el puente tiene una función de ingeniería: da acceso, y comunica a la
adjudicó, luego de una espera de años y el empujón de un Edil de la zona. Sintién- ciudad. De ahí su negación como lugar, tal y a como es entendido por los antropó-
dose en casa, Miguel se empeña en limpiar, decorar y ha sembrado un jardín frente logos: espacio en donde se pueden leer la identidad, la relación y la historia. Pero la
al puente. Está reforestando y quienes transitan por allí, se sienten atraídos por la realidad que se nos presenta es otra. A manera de zoom, involucran al espectador
particular “instalación” que los vendedores han creado para exhibir sus plantas. con un lugar de máximos contrastes, de doble identidad, donde el anonimato, la
Por el contrario, a unos cuantos metros, en el siguiente puente hacia el norte, se noción se refugio y para muchos, la posibilidad de trabajo, convergen en interven-
reúnen diariamente hasta treinta indigentes, que también, sintiéndose en casa, ciones que inevitablemente se constituyen en huellas tangibles.
duermen y orinan. Por miedo al robo el lugar se ha vuelto intransitable, un no-lugar La muestra Bajo los puentes no se ciñe al uso del espacio. Hay fotografías que
como lo llama el etnólogo Marc Augé, “que apenas permite un furtivo cruce son el espacio mismo, esa mole gigantesca de cemento, las curvas, las formas, la
de miradas entre personas condenadas a no reencontrarse, mudas”. gran construcción que bajo la mirada pictórica se alza como una macro escultura,
Claro u oscuro, el espacio bajo los puentes vehiculares es un lugar público, que señalan una doble significación: “hablamos de la historia del espacio y de la huella
produce sensaciones ambiguas, pero no por eso carece de identidad. En el caso del ser humano”
Raúl Cristancho, este espacio se ha convertido en un lugar particularmente inter- Por Elizabeth Reyes Le Paliscot
es bello, “pero es una belleza irónica”. Ni qué pensar de los costales de arena que
Norte.
Los artistas proponen con su serie Bajo los Puentes, que reúne 40 fotografías a
color, es asignar este espacio como lugar con validez por su uso humano. La oque-
dad, ese espacio interior que deja el puente, adquiere, con la intervención, ya sea
positiva o negativa, una especie de fuerza física que es vista de cerca por la mirada
del pintor, en este caso Cristancho, y los ojos del fotógrafo, Cruz.
El proyecto se basa en usar la fotografía digital como medio plástico para indagar
tiene presente ese vientre del puente que se vuelve espacio. Para la construcción
den como un hecho plástico: hay estructura pictórica y memoria humana”, afirma
Cristancho.
barrio Venecia, al sur de la ciudad, que a falta de parques, los jóvenes han con-
vertido los vientres de los puentes del sector, en verdaderas pistas para hacer
C I U D A D K E N N E D Y : M E M O R I A Y R E A L I D A D
El proyecto fue ideado y dirigido por el maestro Raúl Cristancho, quien con-
la de Bellas Artes. Ellos son: Catalina Rincón, Luis Carlos Beltrán, Ricardo
León, Camilo Martínez, Miller Lagos, Michael López, Jaime Barragán y Máximo
Fernando Cruz.
investigaciones.
A través de esta oficina pudimos hacer contacto con muchos entes vivos del
G R I S G O H O M E
GRIS GO HOME de Fernando Cruz. A2G -Libro tamaño carta (40 fotos). pués de unos meses de verificar sin desmayo las relaciones de complicidad inhe-
Textos: Mauricio Cruz. Exp. Planetario, julio de 2007 / 15 fotos de 1 x 1.50 y 40 de rente entre mezcla, nivel y plomada, ocho o más agujeros perforan con ángulos de
50 x 70 - Premio Luis Caballero (invitado, mención de honor) sombra la totalidad de la fachada. Una vez terminada, una serie de habitaciones o
Artes de la brocha gorda espacios cuadrados se ofrecen en equivalencia de “interioridad” o recinto privado;
La zarza en llamas (o arbustos que tapan) compensación confortable poblada de muebles o ayudas ergonómicas a posibili-
PICT0364 dades calculadas de acciones diversas, más bien sedentarias, en donde interac-
Como a eso de las tres de la tarde, después del amuerzo, llegó con un tarro des- túan -entre treguas de tinto caliente- señoritas, corbatas y cables.
tapado, aparentemente sin nada por dentro. Levantándolo con la mano izquierda, PICT1632
se asomó a su interior para oir el sonido amplificado del palo con que hurgaba la No es necesario recordar los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 en la montaña
barriga de lata mientras que un retazo de nube flotaba en el espejo de caucho de del Príncipe Pío en Madrid, una pintura de 2,68 x 3,47 metros realizada por Goya
la pintura del fondo. Al levantar la cabeza se encontró de repente en el cristal de “con gruesas pinceladas de tonalidades oscuras matizadas por refinados toques
la ventana de enfrente: ninguna mirada distinta a la suya ocupaba el reflejo que lo de amarillo, ocre y carmín.” El ejercicio de manos que en cambio ahora vemos, nos
retrataba. Y el muro allí, luminoso, alzándose desde un paisaje en miniatura perfec- pone en memoria un conjunto de trazos verticales y oblícuos; un entramado huma-
tamente a la altura del pié. noide y doliente en retroceso de quien lo mira pasando como si se tratara de otra y
PICT1685 total situación. Hay uno, muy alto, que con gran ingeniería se inclina o agacha so-
También hay situaciones que sólo se dejan sondear a la manera judicial, interroga- bre un círculo curioso de estatuas alrededor de una figura indiscernible de palo, en
toria: Que quiénes eran los que estaban, y qué hicieron con todas esas personas contradicción horizontal a las otras. Dos mujeres, a la izquierda, parece que cu-
u objetos; que si en el momento preciso de tener que proceder se encontraban brieran sus cabezas con mantos mientras otro se encarga de cuidar o velar por tres
adentro o afuera... Recopilación de detalles aislados que tarde o temprano termi- niños curiosos e incrédulos. Hay también dos de rodillas y uno a la derecha que se
nan ajustando las reglas del juego. vá persiguiendo a una jóven en pena mientras argumenta a su oido razones que a
PICT0413 ella -tan sóla- en nada le van (mientras se aplica en un gesto relámpago una crema
Las mujeres, en grupo, dijeron que ya volvían, que tenían que ocuparse de cosas de labios muy roja). La situación general es corriente y secreta. Incluso hay algunos
urgentes. En las terrazas del patio las banderas de la ropa tendida se agitaban al que fuman y esperan cruzando la pierna, mientras miran de vez en cuando el reloj.
viento como fantasmas coloridos bailando sobre una alfombra de césped. Doce
impares de medias, tres delantales rosados, tres toallas muy pálidas y catorce
calzones pellizcados (como verónicas) desde los extremos por los ganchos. Todos
se habían ido. Sobre cada prenda un nombre, una palabra, un rostro borrado en
azules, y el cepillo de nailon con sus pelos torcidos presidiendo una hilera inclinada
PICT0912
por Zonas no Iluminadas”, Galería Sextante, Bogotá, Marzo de 1993 efectuada con
venidas.
NO transite por Zonas No iluminadas, fue iniciado hace unos 60 años en la Catedral
de Sal de Nemocon.
amigos con nuestros hijos, hice varias fotos en la oscuridad, había algo que me
recordaba el sitio pero no podía decir que era, estuvimos todo el día recorriendo
los túneles y regresamos a bogota, luego de unos años regrese con Marybel, su
que pusimos en la carrilera, el tren paso por encima de los objetos metálicos y se
los rieles y al señor le dio mucha risa, en algún lugar deben estar algunas de las
monedas y las puntilla alargadas por el paso del tren, pienso ahora en una forma
de anamorfosis hecha por el tiempo en forma de rueda de tren que alarga los re-
Ese día jugamos en los socavones de la mina y volví a sentir que me recordaban
Cuando hice este libro me interesaba el tema de la Luz y los lugares no Iluminados
los cuales deberíamos evitar, pensaba en los años que vivimos en Bogotá donde
las noches a charlar en la oscuridad o con una vela, eso creaba un espacio especial
A esta obra me gusta mas llamarla “Transite por espacios iluminados” pero el titulo
Hace unos años viendo este trabajo vino a mi memoria que estuve en ese lugar
de niño con mi papa y que el sitio tenia muy poca luz, había unos huecos en los
al describir con rigor todos los detalles de lo local, paradójicamente nos permiten
reconocer las similitudes que tenemos con otros lugares y legados. Derivado de
la escalera. Polvo eres, parecía un tejido de ladrillos sin cocer, que nos recuerda
todo el proceso. Era una obra con un evidente orden abstracto pero cargada de
grafía y el paisaje. Nunca se me ocurrió que tan cerca de Bogotá pudiera existir un
impresionaron los ladrillos. Desde que era niño tomaba fotos de semillas tratando
de mostrar sus formas geométricas, para que los demás se dieren cuenta de que
como los ladrillos, son el origen de casas y ciudades. En el convento y en los alta-
res de Tunja son evidentes estas disposiciones de los ladrillos y de la piedra que
F o t o g r a f í a E s t e n o p e i c a
C i a n o t i p o
G o m a B i c r o m a t a d a
P l a t i n o P a l a d i o
C o l o d i ó n H u m e d o
C á m a r a O s c u r a
Desde el 2012 dimos inicio al taller de los Procesos Alternativos, durante este tiempo hemos tenido el
apoyo del Taller Ar te Dos Gráfico y la Galería Sextante, también hemos tenido el apor te de personas
que han colaborado en la investigación, gracias a ellos es posible llevar a cabo estos talleres que
Luego de estos años de investigación hemos encontrado que alguna información se repite de libro en
libro sin estar confirmada por la práctica. Hay varios mitos e información parcial o errada que hacen
En el laboratorio hemos hecho las pruebas y tenemos resultados confirmados. En nuestros talleres
compar timos la información completa con materiales que se pueden comprar en Bogotá aunque hay
algunos como el platino paladio y el colodión que no se consiguen aquí. De estos dos procesos hemos
hecho los talleres con Alexandra McNichols (http://alexandramcnichols.com/ ) y con Barr y van Leewen
con nosotros, también hemos hecho talleres en la Especialización de fotografía de la Universidad Na-
F O T O G R A F Í A E S T E N O P E I C A / A B R I L 2 0 1 5
de la ciudad
Para este taller se inscribieron por internet 52 personas y llegaron unas 150 personas, 20 alumnos de
la Universidad Jorge Tadeo y la U nal como asistentes que armaron los laboratorios en dos furgones,
ayudaron a hacer las camaras estenopeicas, en los laboratorios asistieron a los par ticipantes y ademas
F O T O G R A F Í A E S T E N O P E I C A / A B R I L 2 0 1 5
Del Tiempo a la Fotografía se realizo el 3 de abril de 2015 en en Flora Ars Natura, bajo la dirección del
C I A N O T I P O / J U L I O 2 0 1 5
Recordando a Anna Atkins se realizo el 4 de Julio de 2015 en en El Umbral Cultural Horizontes, bajo
F O T O G R A F Í A E S T E N O P E I C A / J U N I O 2 0 1 5
rca
Recordando a Anna Atkins se realizo el 4 de Julio de 2015 en en El Club La Aguadora, bajo la dirección
ara
del Maestro Fernando Cruz.
lizó
stro
otá.
ora,
yan
F L O R A A R S N A T U R A / T A L L E R D E C I A N O T I P O / J U L I O 2 0 1 4
La cianotipia es un antiguo procedimiento fotográfico monócromo, que conseguía una copia en color
Tuvo un gran uso en la copia de planos arquitectónicos, aplicación en la que se llamó ferroprusiato.
Dirige: Fernando Cruz, director del taller de medios fotográficos alternativos de Ar te Dos Gráfico.
C O L O D I Ó N H U M E D O / T A L L E R A R T E D O S G R A F I C O / J U N I O 2 0 1 3
B A R R Y / F E R N A N D O C R U Z
Un taller de 5 días que incluye un poco de historia, química, producción de placas húmedas, selección
La fotografía no trata exclusivamente de tomar fotos sino también en presentarla al público. Con pro-
cesos históricos especialmente la gente será más crítica y hará más preguntas. Por lo tanto es muy
F E B R E R O / 2 0 1 3
EL PRESENTE HIBRIDO
Siguiendo el ciclo hibrido entre lo digital y las técnicas antiguas de la Fotografía se dictará un curso
para enseñar el proceso de paladio platino. Este proceso fotográfico fue muy famoso a finales del siglo
XIX y principios del siglo X X. El método se basa en la química por oxidación reducción entre el oxalato
el revelado se reduce con las sales de platino para formar platino metálico. En este proceso el papel
es preparado con Platino Paladio. Luego usando la técnica de contacto se coloca el negativo sobre le
papel y se expone a la luz ultravioleta. Por lo que es un proceso de contacto, el tamaño de la imagen
esta determinada al tamaño del negativo. Actualmente, gracias a la tecnología podemos tener negati-
vos del tamaño deseado para imprimir en platino-paladio. La combinación de químicos para negativos
En 1907 el platino se volvió más costoso que la plata. Todo el platino se destino para el uso de la Pri-
mera Guerra Mundial. El proceso de platino-paladio se descontinuo por un tiempo y en 1930 dejo de
hacerse por ser uno de los mas costosos. Hoy en día, dado el refinamiento de su acabado y aspecto
final, es considerado uno de los métodos preferidos por los coleccionistas y cier tos fotógrafos.
con el ejercicio hibrido que nos permite trabajar simultáneamente con las técnicas alternativas y las
más recientes de la fotografía. El taller se realizará mediante fotografías capturadas en cámara digital o
L A E S C U E L A T A L L E R D E B O G O T Á / C A M A R A O S C U R A
En la Escuela Taller de Bogota, hicimos una camara oscura de 8 x 8 metros, en la cámara se puede
ver 180 grados de lo que hay en el exterior de la escuela, vemos la cancha de futbol, los arboles, la
Avenida Jimenez, las montañas de Bogota, ademas hicimos durante tres días talleres de cianotipos,
redes
Coque
Sandra Miranda
Guillermo Vanegas
textos curadores
"monumentos" el Maria Elvira
cementerio Ardila
ciudad kennedy
premios y
reconocimientos
Residencia en la Tierra
Escuela Taller de
Bogotá
Club La Aguadora
Max Grossman
Roberto Lombana
Ximena Velasquez
Natalia Buitrago
Sergio Trujillo
Eugenia Cárdenas
galería Sextante
galeria MU
Exposiciones de los
Talleres
Colombo Americano
Club la Aguadora
Alexandra Mcnichols
talleres gestionados
Barry Vanleewen