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Acercamiento a “La Cuestión del Negro en Tres Momentos del Nacionalismo

Cubano”

El texto “La cuestión del negro en tres momentos del nacionalismo cubano” es un
ensayo en el que el autor hace un recorrido histórico y literario que refleja la manera
como el sujeto negro a tratado de incorporare en el discurso nacional cubano.

El autor organiza el texto, estableciendo tres periodos históricos en los que el


discurso negro fue abordado, no obstante, dichos periodos son precedidos por una
especie de antesala histórica que podría considerarse a su vez como un etapa del
desarrollo de este, así que aunque el autor habla explícitamente de tres, no estaría
mal pensar en ellas como cuatro.
En la etapa preliminar o de organización (1792-1812) como lo llama Antonio
Benítez Rojo, este identifica dos discursos, uno de poder y otro de resistencia, el
primero de ellos relacionado directamente con la idea del desarrollo de las
plantaciones azucareras, de hecho es muy notable como el autor, durante todo el
texto de manera paralela va equiparando el discurso esclavista con el desarrollo de
la manufactura azucarera, por razones profundamente arraigadas en una postura
deshumanizadora del discurso hegemónico que no reconocía al esclavo como su
igual. De igual manera el segundo discurso, el de resistencia, está conformado por
voces no solo negras, sino también por voces de criollos.

La que el autor denomina primera etapa (1813-1844) esta descrita por este de tal
manera que se “reconoce “ por primera vez al negro como cubano, claro está como
una cubano de segunda, de la relectura e interpretación de este texto se podría
colegir que Benítez Rojo empieza a delimitar desde este momento histórico los
periodos del nacionalismo cubano, en primera instancia porque como lo mencione
anteriormente, es cuando se le hace este primer reconocimiento al negro como
cubano, pero al mismo tiempo es cuando se hace más visible una contienda
ideológica entre negros y blancos.

Dicho en otras palabras, es cuando se pasa de una opresión que invisibilizaba por
completo al negro a una donde a pesar de estar por debajo del discurso nacional
blanco se hace presente como primera primera luz de esperanza.
Sin embargo este discurso no se presenta en el aire o solamente instituido en un
marco histórico, el autor de hecho explica su argumento a través de la mención de
obras literarias en las que el personaje adquiere dichas características, autores
como Heredia y Avellaneda se presentan como el corpus principal.
Sin embargo, a partir del segundo momento (1880-1894), dicha esperanza se
difumina, se puede precisar como el autor empieza a darle un tinte aún más crítico

María Patricia Vengoechea Arias


al proceso revolucionario Cubano, puesto que aunque gracias a este, el negro ya
es un hombre libre, esa libertad no es más que un espejismo, el negro que es ahora
un instrumento de guerra, se sume en la pobreza, sigue estando relegado
socialmente, lo cual se hace presente en las obras de carácter nacional.

Cabe resaltar que dentro de este periodo, el autor menciona la obra Cecilia Valdés
y la toma como referente para el que posteriormente se convertiría en su propio
mensaje y es el de la imposibilidad de una verdadera construcción de la
nacionalidad cubana si no se hace posible la inclusión del negro en ella, ya que sin
ella no es posible la reconciliación nacional.

Con respecto al tercer momento Benítez Rojo, lo describe en primera instancia


como el que inicia en 1959, pero no establece en él una fecha de culminación, de lo
cual se interpreta que el autor ve el proceso de construcción y reconciliación
nacional entre negros y blancos, como un proceso inacabado, como si fuera
necesario seguir gestionando el reconocimiento de los derechos de la población
negra.

Dentro de este periodo, expresa el autor se regresa al estancamiento social del


negro, de hecho es evidente que en esta última parte del texto es una descripción
del ambiente de la época en la que surgió el texto de Benítez, en el que las
dinámicas de discriminación y relegación del negro se cuelan en diversos sectores
cubanos.

No obstante el ensayo termina con una sentencia en la que denota lo que para él
es una necesidad urgente de reconocimiento del negro cubano para el
afianzamiento de su construcción como individuo parte de esa nación, hilvanado
con un componente literario, encargado de ser puente para la construcción de estos
discursos.
De esta forma el texto de Benítez Rojo, presenta la clara postura del autor como un
llamado a la reivindicación de los derechos de la población negra cubana,
apoyándose en su interpretación de los hechos históricos y su reflejo en el ambiente
literario.

María Patricia Vengoechea Arias

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