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Comunicación

Instituto Tecnológico de Costa Rica


recom@itcr.ac.cr
ISSN (Versión impresa): 0379-74
COSTA RICA

2004
Javier Rodríguez Sancho
MENTIRA Y VERDAD EN TRES NOVELAS DE SERGIO RAMÍREZ: ALGUNOS
PROCEDIMIENTOS DE VEROSIMILITUD
Comunicación, Enero-Julio, año/vol. 13, número 001
Instituto Tecnológico de Costa Rica
Cartago, Costa Rica
pp. 50-64
50 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

Mentira y Verdad en tres


Novelas de Sergio Ramírez:
Algunos Procedimientos de Verosimilitud
Javier Rodríguez Sancho*

RESUMEN 1. A MODO hombres y mujeres, en


DE PREÁMBULO mundos particulares y ¿por
qué no? tangibles. De esta
Con base en la narrativa del ni- Entre el conjunto de ele- salen y hacia ella conver-
caragüense Sergio Ramírez, se mentos que se pueden se- gen las historias narradas:
efectúa un análisis sobre algunos leccionar en la narrativa de entre lo ficcional y lo veri-
procedimientos de verosimilitud Sergio Ramírez, hay uno ficable que se entrecruzan
utilizados por el escritor en tres de en particular que llama la en el camino literario. En
sus novelas: Tiempo de fulgor atención, a saber: los pro- ocasiones se visualizan al-
(1970); ¿Te dio miedo la sangre?
cedimientos de verosimili- gunas experiencias de la
(1977) y Un baile de máscaras
tud. Es aquí donde vamos vida personal, familiar y
(1995).
a encontrar—descoser—e- desde luego social del no-
La evaluación de los textos bus- sas mentiras que a la pos- velista, puede ser en su na-
ca comprender los niveles en que el tre, terminan siendo verda- tal Nicaragua o cualquier
escritor hace uso de ciertos procedi- deras y desde luego, asu- otro país de Latinoamérica
mientos de verosimilitud para con- midas por el lector. Es el y más allá. La imaginación
tarnos algunas mentiras verdade- arte dentro de las posibili- no tiene fronteras, salvo
ras como él mismo lo ha llamado, dades que nos ofrece la aquéllas que quieran adju-
en su ensayo: Mentiras verdaderas lectura de textos o la rela- dicarle los interlocutores.
(2001). ción establecida entre el
El escritor no puede -ni
Para profundizar en el conoci- autor y el lector, “un con-
quiere- desligarse de sus
miento de su producción narrativa, trato” de por sí innegable.
recuerdos, costumbres y
se hace el análisis respectivo, bajo
La tríada de novelas del tradiciones, experiencias
la guía de algunos aspectos sobre-
salientes: imágenes de lo cotidiano, escritor nicaragüense, es- personales que han marca-
papel del narrador, testigo presen- tán dominadas por ele- do su vida y en las últimas
cial y búsqueda de una identidad. mentos de la cotidianidad, décadas han sellado su
cuestiones comunes para obra. A modo de ejemplo,
* Historiador e investigador de la Sección de Historia y Geografía de la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica en San Ramón. Egresado de la
Maestría en Literatura Latinoamericana. javierrs@cariari.ucr.ac.cr
Revista Comunicación. Volumen 13, año 25, No. 1, enero-julio 2004 (pp. 50-64) 51

en la novela: Un baile de máscaras verbales del mundo. Y aunque siem-


(1995) evoca parte de su vida e histo- pre refleja el espíritu del tiempo, no es
ria personal, además del escenario fa- idéntica a él (...) la novela se ofrece
miliar en su natal Masatepe en 1942. como hecho perpetuamente poten-
cial, inconcluso (...)” (1993: 18 y 19).
Pero ¿cómo nos narra Ramírez
Mercado sus historias?, para ello
recurrimos a su ensayo: “Menti- 2. LAS MENTIRAS VERDADERAS
ras Verdaderas” (2001) para DE SERGIO RAMÍREZ
reconocer su evolución como
escritor y algunos de sus A continuación se ofrecen algunos
“trucos” literarios en la ela- elementos sobresalientes con el pro-
boración de las mentiras. pósito de trabajar las tres novelas su-
Uno de los procedimientos pracitadas y evaluar su narrativa a
empleados son los de vero- partir de la guía de lectura que se
similitud1, por aquí despun- muestra de seguido.
tará la presente propuesta.
2.1 Las imágenes: importancia y
Asimismo, para lograr nuestro
presencia en la narrativa de Sergio
objetivo, recurrimos a lo que el
Ramírez
escritor mexicano, Carlos Fuen-
tes, confirma sobre lo que es la De acuerdo con el ensayo asumido
novela y su esencia: como articulador teórico: Mentiras
verdaderas (2001) Sergio Ramírez ex-
“La novela ni muestra ni
presa un dilema existente en el “oficio
demuestra al mundo, sino
de las letras”, por lo que
que añade algo al mun-
formula algunas
do. Crea comple-
mentos
52 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

diferencias medulares. Por un lado, el nos hablaba acerca de lo fantástico de Una de ellas es la que nos ofrece Ro-
escritor con un cúmulo de percepcio- la siguiente manera: “La noción de man Jakobson (1972:71-72) para
nes, gustos, trucos, sensaciones, obse- fantástico comprende pues, multitud quien el término, como corriente ar-
siones, etcétera, en contraposición de escalones diferentes: lo mágico, lo tística, buscaba reproducir fielmente
con las percepciones del lector quien milagroso, lo legendario, lo mítico, la realidad de tal manera que la obra
parte de las “realidades” de su propio etc”. (1997: 89). La exageración es si- producida fuera verosímil, fiel a la
cosmos, no obstante: nónimo de mentira que el lector no realidad.
aceptaría; de esta forma: La imagina-
“existe también el universo de cada Por otra parte, Italo Calvino afirma-
ción es seria, la fantasía no, nos dice
lector con su propia percepción de las ba que las imágenes que un televiden-
Ramírez Mercado quien argumenta
imágenes y mensajes que le transmi- te recibe en el presente, cambian ne-
con propiedad: “Queremos mentiras
ten los signos y los enigmas de la pa- cesariamente la percepción del mun-
verdaderas (...) [y] Las mentiras verda-
labra impresa. En esta difícil relación do y de la lectura, frente a lo que se
deras tienen que ser creíbles” (Ramí-
de complicidad entre escritor y lector, disponía en épocas pasadas, sustitui-
rez, 2001: 20).
engañador y engañado, seductor y se- das por la “habilidad” del escritor.
ducido, hay mucho que esperar” 2.1.1 Las imágenes de lo cotidiano
(Ramírez, 2001: 15). Para ilustrar el proceso de la escritu-
En el siglo XIX, las imágenes visua- ra, Ramírez Mercado, emplea un
Es así como se establece un contra- les no tuvieron mayor asidero salvo ejemplo: una prenda de vestir y la re-
to de lectura (Pons, 1996) entre am- por la fotografía, la daguerrotipia o el lación que se establece entre el lector
bos. De esta forma, se crean las bases incipiente cine. Todo lo contrario su- y el escritor. Se refiere a los procedi-
para aceptar y creer paulatinamente cedió en el XX, donde la tecnología mientos ocultos, esos que nunca de-
lo que la escritura plantea. Análogo daría con una revolución sin paran- ben develarse al lector como las cos-
sería aquel que va al teatro y paga por gón en la historia de la imagen visual: turas de una blusa vuelta al revés. Si
ver sobre un escenario aquello que lo “una imagen vale más que mil pala- se hace, conspira contra la credibili-
va a “embrujar” ¿Por qué no decir, a bras”. dad del artificio utilizado y puede lle-
dejarse engañar? (Ramírez, 2001: 16).
Uno de los mejores exponentes del gar a desencantar al lector (Ramí-
Es necesario señalar que la fantasía Realismo, Honoré de Balzac (1799- rez,2001: 91). Uno de los textos de la
es deformadora de la realidad, mien- 1850) consideraba que para generarse Literatura Universal que ilustra las
tras que la imaginación, a pesar de ser verosimilitud en los textos literarios, bondades de la imaginación es la obra
compleja, propicia múltiples elemen- los mismos debían guardar relación árabe: Las mil y una noches.
tos para la construcción de esos espa- con las descripciones de los escena-
cios particulares apetecidos por el na- 2.1.2 El papel del narrador en Las mil
rios y el entorno donde debían mover- y una noches
rrador. La imaginación es un impor- se los personajes de una obra. Sin em-
tante vehículo generador de las men- bargo, esta concepción tiene que ver Según lo indica Ramírez “Al lector
tiras verdaderas, lo fantástico se aleja no le importa que los argumentos
con la escasez de instrumentos de re-
de ello, se contrapone a lo cotidiano y sean viejos. Solo quiere que se los
producción de imágenes disponibles
lo desvirtúa. No en vano el escritor cuente alguien que sepa el oficio”
para la época en que vivió. En el pre-
peruano-español, Mario Vargas Llosa, (2001: 18).
sente, los medios electrónicos de co-
municación masiva, tales como: la te-
De autores desconocidos—anóni-
levisión, redes de Internet, el cable,
mo— Las mil y una noches sería un
entre otros, difunden miles de imáge-
ejemplo para argumentar lo anterior.
nes, impensables para el escritor fran-
En este cosmos narrado, ajeno al Oc-
cés que pretendió reproducir el uni-
cidental, rico por sus matices y con
verso desde su microcosmos.
características particulares, encontra-
No debemos obviar que el término: mos un universo lleno de aventureros,
realismo contiene varias significacio- personajes pícaros y diestros mentiro-
nes y se presta a particulares interpre- sos. El narrador, encarnado ocasional-
taciones, de ahí sus ambigüedades. mente en Scheherazada o anónimo en
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otros momentos, “deambula” por las peñarse con propiedad en su oficio y bió: Historia verdadera de la conquis-
plazas públicas y mercados—zocos— cuando una historia no es buena, la ti- ta de Nueva España, publicada en
contando historias, las mismas, ema- ramos al olvido. Es una sentencia sin 1632, contra Francisco López de Gó-
nan de diversas fuentes de la inagota- remedio. Un buen narrador sobrevive, mara, autor de Historia de las indias y
ble cultura popular o sabiduría calle- al igual que la princesa Scheherazada, conquista de México, salida al merca-
jera, transmitida de generación en ge- una noche más en la fantasía del lec- do en 1552, al sentirse Díaz burlado
neración. Esas historias son las que tor—su sultán—que en última instan- por el segundo; la razón, López de
conforman el corpus de invenciones cia desea ser encantado y aquí radica Gómara nunca estuvo en las “Indias
con que aquélla divierte al obstinado la magia del oficio, su arte. Occidentales”; lo cual hizo actuar a
sultán Sahriyar durante cada noche, Bernal Díaz como legítimo testigo y
de lo contrario es asesinada. Es por Las mentiras sobredimensio-
auténtico cronista para escribir lo que
ello que tanto el cuentista de la calle nadas o fantasías, al igual que en al-
vivió en América.
como Scheherazada, se ganan la vida gunas novelas de Caballería, dieron al
contando sus historietas (Vargas Llosa, traste con este género tan difundido Es pertinente subrayar que López
1997: 118 y 119). Para éstos es de su- en la Edad Media. Posiblemente uno de Gómara había escrito acerca de
prema importancia inventar mentiras de los méritos de Miguel de Cervantes “Las Indias” desde sus residencias
inéditas pero creídas. (1547-1616) fue demostrar lo invero- temporales en Venecia y Valladolid; a
símil de los textos de la época y mo- éste le contaron o describieron situa-
En sociedades milenarias como en farse con elegancia de sus excesos. ciones del Virreinato de Nueva Espa-
China, India u otras regiones, las tradi- Italo Calvino consideraba que: tal vez ña, para luego plasmarlas en su ma-
ciones orales son fuente de supervi- la caballería nunca existió antes de los nuscrito. Por tanto, Díaz del Castillo
vencia, garantizan la prolongación de libros de caballería, o que directamen- justificó su proyecto narrativo a partir
la comunidad; su riqueza cultural y te sólo existió en los mismos libros de la supuesta veracidad de los he-
social se preserva y cohesiona a partir (Calvino, 1992). Estos relatos del me- chos, una forma de verdad acerca de
de estas prácticas; muchas de ellas in- dioevo en Europa Occidental, se des- lo que vio, algo complejo con impli-
memoriales. En África o el Medio gastaron con el paso del tiempo, arti- caciones diversas, pero que en última
Oriente, estas vivencias han perpetua- culando “falsas mentiras” o perdiendo instancia representa su versión:
do historias increíbles de larga data, toda posibilidad de verosimilitud, to-
contadas en lugares públicos por ex- “El sólo puede contar lo que vio;
do lo contrario con Don Quijote
pertos en el oficio entre: derviches, hay otros que también estuvieron jun-
(1605) y (1615) una novela de imagi-
zahoríes, arrieros y beduinos, viejos to a él y vieron de manera distinta,
nación, no de fantasía, creíble ante
sabios de las calles y plazas. contradictoria (...) Cada uno tiene su
sus lectores, que prevalece cuatro si-
propia versión de los hechos, y cada
Acerca de Scheherazada se cuenta glos después.
versión es la real” (Ramírez, 2001:
que era una mujer muy versada en es- 2.1.3 La función del testigo presencial 44 y 45).
critos de la época; conocía con pro- dentro del texto
fundidad las historias que luego le Otro de los elementos que utilizó
contaba al sultán Sahriyar. En sus plá- Por medio de la utilización de la Díaz del Castillo para desprestigiar a
ticas: era muy elocuente y daba gusto imagen de un testigo presencial, se Gómara fue evitar en sus escritos todo
oírla 2 Ella sabía lo que hacía, de lo nos ilustra la novela. Ejemplo de este aquello que pudiera parecer exagera-
contrario nunca hubiera sido acredita- procedimiento es la función de ama- ción, leyenda o mentira, aspectos que
da por la corte del sultán, lugar donde nuenses de algunos cronistas de la en el acto le restarían credibilidad a
no tenían cabida los malos mentiro- Colonia (siglos XVI hasta principios su Historia verdadera ante el lector.
sos; la sentencia para éstos no era na- del XIX). Ellos escribieron experien- Por eso critica a Gómara y lo increpa
da venturosa, ahí se pagaba con la cias de los conquistadores que llega- sobre algunas afirmaciones despro-
muerte por decapitación. ron de la Península Ibérica a las dis- porcionadas en su obra.
tintas regiones del continente ameri-
Lo anterior sería aplicado al escri- “que he visto que el cronista Góma-
cano.
tor que no sabe narrar; afirma Sergio ra no escribe en su historia, ni hace
Ramírez que los lectores “decapita- Una amplia polémica se dio entre mención si nos matábamos o estába-
mos” a aquellos que no saben desem- Bernal Díaz del Castillo, quien escri- mos heridos, ni pasábamos trabajo, ni
54 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

adolecíamos, sino todo lo que escribe Remontándonos al pasado y valo- nidad identitaria. Ella procura profun-
es como quien va a bodas, y hallába- rando el pesado lastre legado por las dizar en lo que somos y de dónde ve-
mos todo hecho (...) y aquí dice el experiencias del período colonial, nimos (Ramírez, 2000: 123). Es por
cronista Gómara en su historia que, América quedó inmersa en modelos eso que la novela: Pedro Páramo
por venir el río tinto en sangre, los tanto político-militares como econó- (1955) de Juan Rulfo, identifica clara-
nuestros pasaron sed, por culpa de la micos que calaron profundamente las mente el mundo rural y atrasado de
sangre” (Díaz del Castillo, 1632**)3 conciencias de millones de personas. cualquier país americano; Hombres
La idea del orden y el progreso, con- de maíz (1949) del Nóbel guatemalte-
Con similar intención que Díaz del cebidas por fracciones liberales en el co Miguel Ángel Asturias, cumple fun-
Castillo, Sergio Ramírez pretende siglo XIX; el desarrollo de las fuerzas ción parecida con las poblaciones
contarnos algunas mentiras literarias productivas y de los medios de pro- aborígenes, donde la pobreza y el
por medio de artificios retóricos que ducción llevaron a los emergentes Es- abandono fueron su referente. De es-
simulan verdad, para ello, hace uso tados latinoamericanas hacia un vi- ta forma, las posibilidades que brinda
de algunos procedimientos de verosi- sión de mundo diferente, con Europa el lenguaje como vehículo para crear
militud en las novelas que serían for- a la cabeza (Mahoney, 2001). Por otro y re-crear identidades, escenarios,
mas para “engatusar” al lector. Así lado, la América indígena, cargaba personajes, son ilimitados. También
aceptaríamos su “historia verdadera”. entonces con el fardo del retroceso, la contamos con el mundo rural de Ma-
pobreza y la dependencia hacia las condo, sin edad y sin tiempo donde
Antes de pasar al siguiente suba-
metrópolis, pero ¿cuál fue la identi- todo es asombro (Ramírez, 2001:
partado, es necesario ponernos de
dad de América? o ¿existe una idea 124).
acuerdo con lo que debemos enten-
clara sobre la “americanidad” de los
der por procedimiento y lo correcto es
americanos?.
preguntárselo al mismo autor de Men- 3. ANÁLISIS COMPLEMENTARIO
tiras verdaderas, quien lo define así: Ante este panorama se confabula
DE LAS TRES NOVELAS
todo un mundo imaginario sin prece-
“Los procedimientos son el conjun-
dentes, una intensa naturaleza, abun- Con el propósito de acicalar lo
to de herramientas que el escritor de- dante y verde, montañas donde se planteado, se efectuará un análisis de
be saber usar en cada momento de emplazan fértiles valles, más allá, el las novelas en cuestión. Se evaluará
manera adecuada. Son instrumentos litoral, bañado por dos masas azules. cada texto por separado, con sus co-
particulares a cada empresa narrativa, Eso es el Caribe, la imagen es amplísi- rrespondientes características, a la luz
porque no hay llaves inglesas en la es- ma y abre un abanico de posibilida- de lo argumentado en el referente teó-
critura (...) los procedimientos deben des en la búsqueda de una identidad rico al inicio de este artículo. Se ini-
usarse con oportunidad y propiedad, americana, al menos de una porción ciará con Un baile de máscaras, lue-
para crear una sólida sensación de de la América múltiple. Parafraseando go abordaremos Tiempo de fulgor pa-
convicción en la mente del que lee...” a Pablo Neruda en su Canto General: ra finalizar con ¿Te dio miedo la san-
(Ramírez, 2001: 59). América, no invoco tu nombre en va- gre?
2.1.4 La búsqueda de una identidad: no. En esta ambivalente relación en-
contramos: 3. 1 Un baile de máscaras: entre la
¿existe una identidad latinoamerica-
fiesta pueblerina y la fanfarria social
na? “La naturaleza enfrentándonos, ci-
vilización y barbarie. La literatura, al Es oportuno destacar un intertexto,
La literatura—además de entrete-
hacerse cargo de esa lectura, estable- que aparece en la contraportada de la
ner—persigue el propósito de acercar-
ció una filosofía cultural, y definió la novela que corresponde al comenta-
se a una identidad común que logre
identidad y la naturaleza de América, rio del editorialista responsable de la
amalgamar un conjunto de ideas en
según la vieja propuesta de Sarmiento Empresa Alfaguara:
concreto. ¿Podría ser parte de un idea-
en Facundo (...) el empuje de la em-
rio específico buscar una identidad “Un niño va a nacer el 5 de agosto
presa civilizadora y domesticadora”
americana? Esto ha sido un anhelo de de 1942 en Masatepe, un pueblo co-
(Ramírez, 2001: 119 y 120).
un considerable número de escritores mo cualquier otro de Latinoamérica, y
latinoamericanos tanto como de polí- La literatura nos acerca a una iden- todos los acontecimientos imagina-
ticos, generales, aventureros. tidad común que aglutina una comu- bles parecen conjugarse sin descanso
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alrededor de aquel hecho, como en recer real, verdad, aquello que se “y quien por forastero no sepa que
las pistas múltiples de un circo. Ocul- cuenta. Es la re-construcción de la co- tu abuelo Teófilo es evangélico porfia-
to detrás de la celebración de un bai- tidianidad para que aparente una do que no cree en imágenes de bulto
le de máscaras provinciano, el arribo “realidad” verosímil. “El procedimien- y de estampa sino solo en Jehová
de este pequeño al mundo es casi un to de construir la realidad no admite creador de los cielos y la tierra, funda-
asunto de suerte” (Ramírez, 1995) de exageraciones gratuitas o de impo- dor él mismo de la Primera Iglesia
siciones mentirosas. Para parecer real, Bautista de Masatepe” (Ramírez,
Lo anterior remite a los contenidos la realidad tiene que copiarse a sí mis- 1995: 14).
textuales e historias de la vida cotidia- ma” (Ramírez, 2001: 47).
na rural en un poblado nicaragüense Los acontecimientos se van arman-
o de cualquier país, por lo que va más En consecuencia, la relación que se do a partir de la voz del narrador co-
allá de la ficción; las páginas vinculan establece entre las primeras páginas mo habíamos dicho y quien no des-
algunos de sus eventos con la misma donde aparecen transcritas las notas cuida detalles; los va citando para
vida del escritor; dicho de otra forma, del diario pinolero y la posterior apa- atrapar al lector con sus observacio-
está marcado por lo autobiográfico, rición de Teófilo—abuelo de Sergio— nes minuciosas e imágenes sugestivas.
aunque sus pretensiones sean más leyéndolo, no es casual. Esto induce Un hecho importante en la trama, es
complejas (Vargas Vargas, 2001). al lector a creer que la composición el nacimiento de un niño: Sergio, pre-
literaria y su posterior desarrollo, en cisamente con quien habla repetidas
La novela arranca en sus primeras ese singular 5 de agosto, día en que se veces. El telegrama que lee ya tu
líneas con la publicación literal de va a celebrar un baile de disfraces es abuelo Teófilo (...) feliz parto queridí-
una serie de notas que un periódico cierta: viene tu abuelo Teófilo leyen- sima hermana Luisa coma dígale espe-
nicaragüense, La Noticia, publicó el do La Noticia por la mediacalle (Ra- ro sea varón (...) Teófilo Mercado hijo
día 5 de agosto de 1942. Lo publica- mírez,1995:12). (Ramírez, 1995: 20).
do contiene situaciones tanto del
acontecer nacional como internacio- En otro momento aparece Teófilo Más adelante, el narrador, cuestio-
nal, y por la variedad de los conteni- leyendo un telegrama de Telégrafos na e invita a uno de los personajes, El
dos—propio de un diario—se transcri- Nacionales de Nicaragua con fecha beduino del desierto, en razón del
ben al pie de la letra. Al final del cuar- del 4 de agosto, víspera del nacimien-
parto que está por suceder para que
to folio se consigna la fuente: La Noti- to de Sergio. Se desprende que una de
no haga caso omiso de su situación
cia Diario de la vida nacional Direc- las finalidades del artificio es “meter”
familiar: A tu casa, beduino, que un
tor: Juan Ramón Aviles Vale 15 ctvs., al lector dentro de ese mundo ficticio
alumbramiento te espera (Ramírez,
año XVII Núm. 4762, Managua, Nic, y donde va a nacer un niño (Ramí-
1995: 192). Sin embargo, será al final
miércoles 5 de agosto de 1942 (Ramí- rez,1995: 20). Todo ello está marcado
del relato que se produce el esperado
rez, 1995: 12). por la impronta de lo verosímil, pues
alumbramiento y por ende se llega a
Telégrafos Nacionales es parte de una
Es por lo anterior que un procedi- conocer el nombre de la criatura.
institución tangible bajo lo cual se es-
miento está construido para que se cuda el escritor e induce al lector den- Reconocemos que los planteamien-
emplee dependiendo de la necesidad tro de la ficción ¿será parte del truco? tos del escritor galo, Honoré Balzac
de la empresa narrativa a la que se en el siglo XIX, son pertinentes para el
destina. En Un baile de máscaras, co- Posterior al recuento periodístico,
mo lo hemos venido destacando, el principian los eventos de la novela,
procedimiento se asocia con el artifi- como acto ficcional, entre éstos, teji-
cio de anteponer un intertexto al de- dos por el narrador—quien habla en
sarrollo del texto. segunda persona—en un porcentaje
considerable de veces a lo largo del
El autor inserta textos periodísticos texto. De esta forma, el narrador va
que remiten a situaciones del diario describiendo—hablandocon Sergio,
vivir en las que interactúan las perso- diferentes situaciones de su entorno
nas y son protagonistas; las imágenes familiar y comunitario; recién co-
del día a día que contribuyen a refor- mienza cuando ratifica la filiación re-
zar la idea de verosimilitud: hacer pa- ligiosa del abuelo:
56 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

análisis actual; su tesis gira en torno a na al texto credibilidad, es parte del perados, fue el suicidio del hermano
elementos tales como reproducir el “truco” en la medida que puede pare- de quien ofrece la celebración; Maca-
“mundo real” dentro del universo de cer verídico lo que se está contando. beo Regidor, hermano de Saulo se
la ficción. Esa es una de las funciones En una homilía, el cura Lorenzano co- quita la vida. Al respecto el narrador
del novelista y de la novela como tal: mentó sobre un aterrizaje que tuvo increpa al lector de la siguiente mane-
espejo seductor e implacable de la una aeronave en el campo de béisbol ra:
realidad. El velo de la imaginación en del pueblo en horas de la noche, él
el rostro de la verdad. Balzac se opo- “Pero ahora, veamos a ver si es cier-
fue testigo presencial, por lo que afir-
ne, por lo que no está de acuerdo con to que muerto Macabeo Regidor el
ma :
sustituir imágenes, planteando la ne- suicida (...) Saulo Regidor el teñidor
cesidad de reproducir el universo real, “ y fui yo a averiguar qué avión se- de trapos, se decidirá a suspender el
desde el microcosmos—la casa, sus ría aquél y quién su piloto (...) quien baile de disfraces que esta noche del
habitantes—(Ramírez, 2001: 79). Al- otro vendría adentro de piloto que ese 5 de agosto de 1942, como cada año,
go ya esgrimido que es oportuno re- lépero indómito de Quevedo que, ofrece en ocasión del cumpleaños de
cordar es que: La imaginación es el muy ufano y burlón, como toda su vi- su esposa, la gorda más gorda Adelina
nombre del conocimiento en literatu- da, se bajaba (...) para advertirme que Mantilla” (Ramírez,1995: 161).
ra (Fuentes, 1993: 18). esa misma noche debía yo abrirle la
Macabeo Regidor, el suicida, indu-
iglesia porque tenía pactado un match
Es evidente que más allá de encon- dable su destino, había amenazado
de boxeo a quince rounds, entre él y
trar, o contener la realidad, la narrati- con quitarse la vida para ese 5 de
nuestro señor Jesucristo; pelea a cele-
va en Sergio Ramírez, se ocupa por agosto, lo que daría al traste con la ce-
brarse en el propio altar mayor (...)
resaltar elementos vitales de la condi- lebración la cual, tendría que suspen-
grande fue mi sorpresa al oírle su blas-
ción humana, ese es su desvelo litera- derse por duelo y no mintió. Aquí se
femia, que es Quevedo maestro de
rio. Hay una especie de hilo conduc- describe con detalle tal situación, as-
blasfemias” (Ramírez, 1995: 123).
tor entre la construcción de lo cotidia- pecto que contribuye a reforzar lo
no y su consonancia con la poética El cura Lorenzano tuvo que actuar sostenido en páginas anteriores sobre
balzaciana. como second [entrenador] por parte los ya mencionados procedimientos
de Jesucristo en el combate, mientras de verosimilitud y el principio balza-
A pesar de que Un baile de másca- que del bando de Quevedo, Lucas Ve- ciano de reproducir el universo real,
ras está dividido en siete capítulos, el lero el amanuense, Trompa de hule. desde el microcosmos. Al respecto el
cuarto cuenta con un subapartado es- Este último había hecho de Satanás en narrador comenta:
pecial, intitulado: “Sermón del Padre la obra La Judea algún parentesco ten-
Misael Lorenzano acerca del match de “Ahora mismo está terminado Saulo
drán se comenta. Luego se trasladan
boxeo entre Quevedo y Jesucristo”, Regidor de ponerse frente al espejo la
del campo de aterrizaje al templo y el
dos personajes históricos y antagóni- gorgera (...) y nada sabe aún de la fa-
cura dice: “me fui a la esquina de Je-
cos; uno representa el bien y el otro es talidad ocurrida. No está pensando,
sucristo, a quien encontré triste y aba-
su antítesis. Este es sugestivo y emble- por supuesto, en aquel su hermano
tido por los pecados del mundo” (Ra-
mático dentro de la novela, por sus Macabeo Regidor que ha quedado
mírez, 1995: 125).
particularidades; sin embargo, la figu- doblado dentro de la caseta, el torso
ra del testigo presencial le proporcio- Por supuesto que el ganador del contra el tabique, la cabeza abatida
combate fue Jesucristo y para regoci- sobre el pecho, el revólver entre sus
jo de la cristiandad tan solo propi- dedos desgajados. No lo esperaban
ciándole un golpe a Quevedo, quien en la fiesta, sencillamente porque no
no pudo despertar pues fue en verdad está invitado” (Ramírez, 1995: 158).
“soberano el pijazo (...) y aún marea-
Otro componente digno de resca-
do por el sopapo, fue a montarse en
tar es la presencia de la Orquesta Ra-
su avión” (Ramírez,1995:127).
mírez que abrió el programa musical
Por otra parte, debe quedar claro de la noche con el preludio de Un Ba-
que para el día del baile de disfraces llo in Maschera de Guiseppe Verdi, el
sucedió uno de los eventos más ines- cual, no se baila, sólo se olle (Ramírez,
Revista Comunicación. Volumen 13, año 25, No. 1, enero-julio 2004 (pp. 50-64) 57

1995: 162). La Orquesta es una amal- acorde de campanas va poblando mi- una discusión casual termine en una
gama de miembros de la familia, en- nuciosamente el aire, infinito golpe de seria pelea; no obstante, lo peor suce-
tre tíos de Sergio, quienes recibían los piedra en Catedral” (Ramírez, 1975: derá. El origen de todo, unos clientes
nombres de acuerdo con el instru- 9) se mofaron de don Glauco y a pesar
mento que tocaban, excepto El bedui- de querer el dueño calmar los ánimos,
En referencia con los contenidos de
no del desierto: el único que no fue la riña se desató sin control. Don
la cita, se nombran otros templos em-
músico en aquella familia de músicos Glauco, hombre tomador y mujerie-
plazados en el casco urbano leonés,
(Ramírez, 1995: 67). Asimismo, los go, entró en combate con un joven
rico en edificaciones y así surge una
parientes de Sergio recibían apelati- que tocaba la mandolina. Lo demás
de las protagonistas: Manuela a quien
vos tan singulares como: Edelmiro el ya verán:
su amante, don Glauco, le cambia el
cellista, Eulalio el clarinetista, Alejan-
nombre llamándola Florilegia. En este “Sangre_ gritó espantado, sacudien-
dro el flautista, Eulogio el violinista,
episodio encontramos uno de los pro- do la mano. Entonces el cuerpo cayó
entre otros (Ramírez,1995:65). De es-
cedimientos tratados en el referente sobre don Glauco como un muñeco
te modo, se combina el sujeto prota-
teórico, según lo habíamos esbozado; de trapo (...) quítenmelo _ y lo apartó
gónico con el histórico, un recurso
se trata de la tesis de Balzac según la de un envión dejándolo boca arriba
más para atraer la atención del lector
cual es imprescindible la descripción en el piso. De los labios entreabiertos
¿atrapado en la ficción? pero que asu-
de los escenarios y sus personajes, ya le manaba una sangre negra, y un
me como verdadero, pues el dato au-
visualizado en Un baile de máscaras. lamparón al rojo vivo se le iba exten-
tobiográfico recorre los escenarios
Florilegia concluye con su ritual co- diendo sobre el vientre” (Ramírez,
del relato dándole consistencia.
mo asidua feligrés, pero sin olvidar 1975: 23).
3.2 Tiempo de fulgor 4 : tiempo de que su amado, don Glauco, se enrum-
ba hacia el sitio donde paradójica- El artificio que emplea el novelista
amores y fotos familiares
mente ella trabaja; eso le depara emo- para contarnos los entretelones del
Como dato curioso y a pesar de que ción y suspenso. A pesar de que exis- asesinato y la situación en que quedó
la novela fue escrita en Costa Rica en- ta una disociación entre ambas face- el occiso y la forma como describe la
tre los años 1967 y 1968, aparece pu- tas descritas por su condición social: escena corresponden a los preceptos
blicada dos años después en ciudad esbozados por Balzac:
de Guatemala, por la Editorial Univer- “Al terminar el rezo se levantan, sa-
cudiendo por las rodillas sus ásperas “Don Glauco estaba de nuevo bajo
sitaria 5.
medias de hilo negro y la Florilegia va la lámpara, con los brazos caídos y la
Parte de la trama se contextualiza hasta el trozo de espejo colocado en mirada suplicante; cuando reparó que
en la ciudad de León en Nicaragua, la repisa de las estampas, a ver su ca- tenía la navaja en la mano, la botó con
símbolo del poder de la Iglesia Católi- ra pintada de un colorete desvaído y a asco, como si hubiera estado soste-
ca desde el período colonial hispa- secar el sudor que ha removido el ne- niendo un gusano. Se veía menos alto,
noamericano, más aún, se inicia con grumo de sus ojos. Florilegia se divisa menos grueso” (Ramírez, 1975: 23).
una descripción de ese espacio colo- Glauco en su caballo_ le gritaron des-
Para el narrador testigo—don Glau-
nial y católico, matizado por el rezo de el solar_ Alabado sea Dios_ mur-
co—después de la riña tenía otra apa-
del Ángelus. La imagen gráfica que muró y alisó la sobrecama almidona-
riencia física y así lo hace saber. El
presenta la página es un dibujo al car- da (...) En una esquina del paisaje es-
primer capítulo concluye con este trá-
bón de una vieja catedral. Algunos ca- tá el retrato de don Glauco” (Ramírez,
gico incidente de odio. No obstante,
pítulos están ilustrados con bocetos 1975: 10)
hubo algunos eventos de amor, don
sobre fachadas de templos y casas,
Algunos personajes de Tiempo de Glauco le propuso a Florilegia que se
excepto el último, donde aparece una
fulgor se encuentran cohabitando en la iba a llevar a la casa del mar, pro-
dama en un balcón. Amén de lo pre-
una taberna, lugar donde trabaja la puesta que ella aceptó. Recordemos
cedente, el texto describe ceremonial-
mujer que reza; no es una taberna que esta casa de playa es importante
mente lo siguiente:
cualquiera ya que funciona como dentro de las historias contadas y
“La seis de la tarde y un Ángel de prostíbulo frecuentado por forasteros. guarda relación directa con los conte-
luto anuncia a María sobre los techos Don Pacífico, el propietario del bur- nidos de un epígrafe o poema que
de barro de la ciudad adormecida. Un del, procurará evitar a toda costa que aparece antes de dar inicio a la trama;
58 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

su autoría es del sacerdote y político Subsecuentemente se menciona acer- capítulo, el tercero muestra la imagen
nicaragüense Ernesto Cardenal. Este ca de una vieja fotografía, en voz del de una monja, la madre superiora: Sor
último contenido lo retomaremos de narrador y en segunda persona, quien Ma Tsa. Laotoing. Una anciana ex-
seguido. expresa: tranjera que había asumido la direc-
ción del Hospital San Juan de Dios.
3.2.1 Entre fotos viejas y recuerdos “Fíjate. Levanta la suave hoja de pa-
Ella nos verifica sobre eventos impor-
pel de telarañas y sobre la rugosa su-
A partir del epígrafe mencionado, tantes del lugar y de las personas que
perficie de cartulina negra, allí está,
el mismo constituye parte de un im- de una u otra forma entraron en con-
pura e intocada la fotografía. Tú sabes
portante intertexto: la fotografía, pre- tacto con la suscrita. Sor es según el
bien que todas sonrisas en los rostros
sente a lo largo de la novela. El poe- texto, en una especie de interlocuto-
de los muertos son sonrisas ausentes y
ma se intitula: “La peña de los novios: ra—memoria colectiva—Mas aún, ce-
extienden sobre el papel amarillento
Los rostros que aquí ríen en esta foto rrará el relato de la novela con el uso
ese lejano aire con que miran desde
amarilla con un fondo de olas borro- de notas donde fue comentando situa-
los retratos (...) instante sagrado en
sas y una roca borrosa. ¿Adónde es- ciones del diario vivir, algunas de es-
que fue hecha esta fotografía (...) Sa-
tarán riendo ahora si todavía ríen?” tas aparecen entre paréntesis; ella
bes que todo se inicia a partir del mo-
(Ramírez,1975: 7). operó como narrador testigo y en oca-
mento en que la cámara regresa del
siones como omnisciente, lo que le
Los elementos: fotógrafo, la cáma- viaje fugaz hacia los rostros (...) de
confiere protagonismo y presencia al
ra y la fotografía, van armando a lo aquella tarde, que estuvieron allí en la
recurso empleado por Ramírez Mer-
largo de la novela una especie de se- playa. (Ramírez, 1975: 35).
cado: “(Pocas personas han quedado
cuencia narrativa. Estos recursos favo- Debemos recordar los contenidos para suministrar datos .Con gusto em-
recen para comprender algunos pro- del poema de Ernesto Cardenal y su prendo ahora ese trabajo (...) no du-
cedimientos traídos a colación por vinculación explícita con la cita ante- dando que mi esfuerzo será acogido
Sergio Ramírez al brindarnos una rior. La mentira se hace creíble, al re- con indulgencia)” (Ramírez, 1975:
mentira verdadera. El simbolismo de lacionar ambos párrafos se encuentra 66).
la foto, es parte de ese procedimiento en ellos una juntura o asociación co-
e intertexto, a la vez que el escritor Permítasenos advertir que el narra-
herente; ese es otro de los trucos de
emplea para convencer. Sin embargo, dor, juega una papel preponderante
Sergio Ramírez en Tiempo de fulgor.
dentro del texto, gracias a éste (a), ad-
ambos interlocutores aceptan entrar
Otro asunto por resaltar es que el quiere forma y expresa con fuerza lo
en un convenio de reciprocidad y sin
pueblo donde se desarrollan los even- que pretende transmitir, es decir, su
cuestionamientos. El epígrafe es la
tos, con el paso del tiempo y las vici- intencionalidad. En virtud de ello,
puerta de entrada que luego se esgri-
situdes, quedó en ruinas y echado al Mario Vargas Llosa había resaltado un
mirá a placer por las líneas de la no-
olvido, por lo que las fotos son un me- asunto importante acerca del narra-
vela de principio a fin.
dio clave o las evidencias que solo la dor:
Sobre la base de lo dicho en el pá- memoria podría contener vagamente;
“el personaje más importante de to-
rrafo anterior, el capítulo segundo in- el narrador testigo expresa lo siguien-
das las novelas (sin ninguna excep-
troduce por primera vez el elemento te: “este pedazo de cartón cuyas imá-
ción) y del que, en cierta forma, de-
mencionado: una foto. Andrés Rosa- genes han estado ocultas en el tiem-
penden todos los demás (...) /aun-
les tenía enferma a su madre en un po, y extraer de él un poco de la per-
que/ es un ser hecho de palabras, no
hospital, ella había sufrido una com- dida existencia que se ha escapado en
de carne y hueso como suelen ser los
pleja operación; él guardaba con de- la lumbre de aquel verano” (Ramírez,
autores; aquél solo vive en función de
voción, algo valioso: “una foto de su 1975: 37). Como observamos, el pue-
la novela” (1997: 52).
madre vestida de novia” (Ramírez, blo estaba en soledad y con el paso
1975: 35). del tiempo fue convirtiéndose en fan- 3.2.2 ¿Familias excepcionales?:
tasma de: “pensiones olvidadas, pros- Sepúlveda, Contreras y Mendiola
A partir de este momento, el proce-
tíbulos en ruinas” (Ramírez,1975: 43).
dimiento descrito será clave al contar- En el capítulo cuarto, se plantea un
nos e introducirnos dentro de algunos Aunque no pretendemos efectuar recuento de las vicisitudes de la gene-
sucesos familiares y de otra índole. un análisis de la novela capítulo por ración femenina de los Sepúlveda, fa-
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milia con gran arraigo en la ciudad, que se va construyendo según el dis- zo el honor correspondiente, sepul-
dado que sus descendientes fueron curso narrativo donde la comprensión tándolo en la catedral y en la lápida se
personas con repercusiones socio-his- y valoración de la condición humana leía la contundente inscripción: “Beli-
tóricas. Sin embargo, una de las muje- atraviesa cada capítulo de Tiempo de sario Contreras Mariño Díaz de Vivar”
res de esta vasta familia, aunque: fulgor. (Ramírez, 1975: 155 y 156).
“no se guarda memoria de la prime- También, el nacimiento de uno de Este intrépido gachupín, venido a
ra fue una de las doce sobrevivientes los personajes principales está sellado tierras americanas allende del “Mar
de un naufragio en la ensenada del por los avatares de esta singular fami- océano” con sus ínfulas señoriales,
Realejo, cuando un barco repleto de lia, los descendientes: nunca dejaron contrajo nupcias con una distinguida
mujeres de la vida deportadas de Li- de contener sus cuerpos que eran ar- dama de la comarca, llamada Regina-
ma, iba con rumbo desconocido” dientes por herencia de sangre; no —Reina— Mendiola descendiente
(Ramírez, 1975: 81 y 82). era para menos, conociendo con de- por línea colateral de la Santísima Vir-
talle la herencia de los Sepúlveda. gen María (Ramírez,1975: 156) y su
Se pensaba que a partir de la prime-
Don Basilio Villalta fue el progenitor consanguinidad era por parte de los
ra Sepúlveda, en el recuerdo de su fa-
de Adoración—“otra más de la prole- Mendiola. Esta familia albergó doce
milia, ella fue una dama importante
—quien fue la última mujer entre las generaciones en total, desde el prime-
de la localidad, al punto que su nom-
mujeres” (Ramírez, 1975: 85) con el ro don Belisario hasta José Rosendo
bre se encontraba inscrito en una “lá-
alumbramiento de Glauco: “el primer Mendiola. Se afirmaba que: habían vi-
pida bajo el Cristo de la Agonía y la
varón después de siglos de mujeres”. vido en un solo barrio, oían misa en la
inscripción dice: Adoración Sepúlve-
De esta forma, fueron once genera- iglesia que ellos mismos habían levan-
da, ayuntada con un pirata holandés
ciones en total, e incluso se sospecha- tado y a la hora del ángelus se junta-
que diseñó los planos de la primera
ba de su consanguinidad con la Vir- ban para recitar Dios te salve María
catedral” (Ramírez, 1975: 82).
gen María. Luego nos referiremos a Madre de Dios y prima nuestra (Ra-
En el párrafo inicial del texto, arran- ello. mírez, 1975: 161).
ca con una visión panorámica acerca
La familia Contreras de acuerdo A pesar de su prestigio en la
de una ciudad colonial con iglesias,
con unos documentos traídos en un sociedad de la época, los Contreras,
mas aún, los dibujos que ilustran el
viejo cajón, fueron una especie de al final de la novela tendrán muchos
texto son fachadas de templos como
prosapia inédita. Con tales folios, ar- tropiezos y se verán envueltos en un
ya se había observado. De esta forma,
maron de forma convincente la ge- empobrecimiento genético progresi-
podemos asociar la relación entre la
nealogía de los suscritos, ¿serán títu- vo. A lo largo de las doce generacio-
familia Sepúlveda, mujeres alegres ve-
los nobiliarios?... al fallo de las Cor- nes: la familia conoció tiempos de se-
nidas del mar, con la ciudad colonial
tes nos remitimos. Estos atestados quía en los vientres (Ramírez, 1975:
¿será la ciudad de León? El recurso le
acompañaron hasta el continente 163). La vida les otorgó penurias eco-
posibilita al autor dar credibilidad al
americano al andariego Belisario nómicas devastadoras como ya se
relato y asentarlo sobre la base de he-
Contreras Mariño, quien fue una per- apuntó, en lo genético fue toda una
chos verificables,
sona de abolengo. Para ello, se esta- tragedia sin remedio. Las bodas entre
sin desvincu-
blece un vínculo con un personaje le- primos, posiblemente fue la razón por
larlo con ese
gendario de los reinos de la Península la que luego llegaron esas desventuras
entorno des-
Ibérica del siglo XII, nada menos que biológicas. Peor aún, el último Con-
crito al princi-
con el Cid Campeador, hombre de treras varón murió ahogado, situación
pio. Hay una
grandes hazañas. Don Belisario se simbólica debido a que estas gentes
congruencia
instaló en la ciudad de León, desde provenían del mar ¿fue parte de un
donde había iniciado un jui- designio supremo o azar del destino?
cio ante las Cortes espa- El muchacho murió: no pudiera hallar
ñolas para que se le reco- sepultura en tierra (Ramírez, 1975:
nociera su linaje, lo cual, 215).
fue concedido por Su Ma-
jestad. Ante su muerte se hi- Posterior a este trágico desenlace,
el narrador nos brinda una imagen
60 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

descriptiva de quien fuera el último de De acuerdo con su estructura bási- muchachas a Nicaragua” (Ramírez,
esta prolífica familia, por tanto, en bo- ca, la novela está dividida en dos par- 1977: 19).
ca de Casilda Contreras—tía de José tes; la primera comprende cinco capí-
Asimismo se menciona a una figura
Rosendo—se construye un recuento tulos y la segunda aunque es de cua-
política controversial de la historia re-
de la familia y el destino adverso que tro, concluye con el capítulo diez que
les marcó. ¿Podríamos reconsiderar ciente de Centro América, en particu-
es su epílogo. Según el crítico Ar-
que la tía Casilda es la dama que apa- lar de Guatemala, al general Carlos
turo Arias, el texto fue considerado
rece en el último boceto que ilustra la Castillo Armas (1914-1957) quien fue
como: “el punto más alto de la nove-
novela? Acerca del sobrino ahogado mandatario del país entre 1954 y
lística centroamericana de los años se-
se narra lo siguiente: 1957. Su administración puso fin a
tenta” (1998: 132).
una década de transición democrática
“ordenó que el retrato de José Ro- 3.3.1 El origen del conflicto ¿o de la abortada con la venia de Washington
sendo fuera puesto en la sala y retira- ficción? y los intereses privados mezquinos
dos todos los otros cuadros y adornos que socavó la paz nacional. En la no-
de las paredes, hizo con el sentido de Con base en la trama, un grupo pa-
vela se evocan las honras fúnebres y
cumplir una última ceremonia (...) ramilitar está instalado en Guatemala,
la posterior tradición de los nueve
ella había vivido en mínima parte pe- entrenándose bajo los cánones de
días acostumbrados por las católicos;
ro que en sus registros y sus álbumes adaptación y sobrevivencia a la selva
a este asistió el personaje que salió re-
había aprendido con orgullo que le para trasladarse luego a su destino fi-
tratado: “Y doblan las campanas de la
sirvió mientras vivió para compensar nal: Nicaragua. Entre las filas rebeldes
Catedral, llamando al novenario de di-
su soledad y su virginidad” (Ramírez, están: Taleno el padre, el Jilguero, el
funtos por Castillo Armas” (Ramírez,
1975:216). turco, el indio, Pastorita, Catalino, el
1977: 79).
coronel, Raúl, Bolívar, entre otros. Su
3.3 ¿Te dio miedo la sangre? o objetivo esencial es derrocar al régi- En relación con el elemento foto-
¿la guerra? men inconstitucional y sanguinario gráfico, recurso ampliamente usado
que azota al país ¿será alguno de los en la novela: Tiempo de fulgor, en la
“¿Mató chancho tu mama?
Somoza? (Arias, 1998:147-157). presente, funciona como vehículo
¿Te dio miedo la sangre?” que conduce a la verosimilitud de los
La intencionalidad es que esta men-
hechos descritos. En otro momento,
[/Juego infantil nicaragüense/] tira se mute en verdad por lo que Ser-
los guerrilleros son buscados por los
gio Ramírez hace uso de algunos ele-
La tercera novela, escrita en Berlín militares y los aviones que sobrevue-
mentos históricos, tal es el caso de la
entre 1973 y 1975, está matizada por lan Managua para luego desplazarse
guerra política y sus implicaciones so-
el componente político 6 y algunos de hacia el sur del país, en la frontera
ciales; esto proporciona credibilidad
los personajes fluyen por los sinsabo- con Costa Rica. Sobre la explanada se
al texto a sabiendas de que es ficción.
res de la guerra, la subversión y el lanzan, desde los aviones de comba-
Desde el primer capítulo, articula este
desplazamiento geográfico. Las difi- te, panfletos que contienen fotos de
elemento de veredicción, una de esas
cultades histórico-políticas de una so- los muchachos buscados por el go-
situaciones es cuando los insurgentes
ciedad rasgada por la dictadura, se bierno y que presentan la siguiente in-
comparten con algunas prostitutas
traslucen en la trama. Podría ubicarse formación:
momentos de esparcimiento. Encon-
en Nicaragua con la dinastía Somoza, tramos al Jilguero, que pretende per- “Vivos o muertos se buscan, y fotos
Trujillo “El chivo” en República Do- suadir a su amigo el coronel del inte- y fotos pequeñas arrimadas unas a
minicana, Paraguay bajo la bota de rés por él de una de las jóvenes, Tania. otras, toda la papeleta cubierta de fo-
Strossner, el radical de Pinochet en El primero le reiteraba al segundo que tos de personas militares y civiles (...)
Chile o la sombría Junta militar en Ar- ella lo conocía debido a que: ¿pues no es este el Jilguero? Era él, la
gentina; historias en común, represión misma foto, aquella de su bachillera-
y guerra, violación al derecho de ser “lo había visto retratado en el perió-
to” (Ramírez, 1977: 62).
diferente, sofocar otras alternativas dico en traje militar de gala entre la
políticas en el continente americano, concurrencia del entierro (...) acuér- El recurso fotográfico es utilizado
pero válido para cualquier región del dese de mí cuando esté gozando de como medio estratégico para “ama-
mundo. Tania, coronel, si se lleva la partida de rrar” al lector dentro de la ficción. Los
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capítulos ocho, nueve y diez también en una región geográfica e histórica nificado social. Se preguntaban si la
lo emplean; son parte en la construc- descrita. A pesar de ello, el texto es novela había muerto, carecía de sen-
ción del verosímil y de las imágenes ficción. La seducción debe efectuarse tido o pertenencia ante el avasalla-
que el lector asiente. desde imágenes creíbles, de lo contra- miento perpetrado por los medios de
rio se desvirtúan en sí mismas. Con- comunicación masiva, los cuales, le
Los guerrilleros entrenados en tie- habían robado protagonismo y pro-
templemos otro ejemplo para valorar
rras chapinas, mantenían una cohe- yección. No obstante, una atinada
lo planteado, donde el narrador afir-
sión ideológica como una de las for-
ma: pregunta, resolvió en parte esa duda
ma más sólidas para llevar a buen tér-
inicial y la reorientó . Se preguntaban:
mino sus propósitos políticos; corea- “Y abandonaron un día San Juan ¿qué puede decir la novela que no
ban con vehemencia arengas a uno del Norte para irse a Puerto Cabezas a pueda decirse de ninguna otra mane-
de sus inspiradores de la lucha, moti- bordo de un remolcador, y con ellos ra? (Fuentes, 1993: 12). Por supuesto,
vo histórico para su victoria final: Viva se van también los demás pobladores este fue uno de los referentes claves
el general Sandino (Ramírez, 1977: (...) buscan un lugar llamado La Mise- de las bondades que ofrece el texto li-
70), el indomable campesino de las ricordia junto al río Macuelizo (...) y terario: decir lo que no se puede de
Segovias quien luchó contra la tiranía Taleno el padre les señala entonces otra manera, ya sea por sus limitacio-
e intervención militar estadounidense, que todo aquello azul en la lejanía es nes o excesos. La novela expresa as-
presente desde 1912 en el país. Los en verdad lo mismo: Nicaragua...” pectos que no pueden decirse de otra
insurgentes mantenían continuas in- (Ramírez, 1977: 24 y 25).
cursiones en diversas localidades; su forma. Por tanto, su vigencia actual en
lucha era implacable de acuerdo con Estos aventureros se marchan en la sociedad posmoderna es indiscuti-
los planes trazados desde el exilio: ha- busca de oro que supuestamente ble e incuestionable y esto aplica pa-
ce dos noches los sandinistas entraron abundaba en las márgenes del río Ma- ra cualquier sociedad (Garrido Do-
secretamente al poblado (Ramí- cuelizo donde está La Misericordia y mínguez, 1996).
rez,1977: 73). se afirma que las arenas de las márge- 3.3.2 El lector presencia la actividad
nes del río se divisan amarillear de le- de la guerrilla y de la imaginación
Habíamos subrayado con antela-
jos (Ramírez, 1977: 25). Pero en ese
ción que Sergio Ramírez, bajo el com- Continuando con la trama turbulen-
trashumar entre la espesa selva tropi-
ponente histórico, engarza ciertas si- ta, propiamente en uno de los suba-
cal y el navegar por ríos caudalosos,
tuaciones en su narración para que se partados en que se divide el capítulo
abundantes en la zona—no así el
valore como verosímil. Asociado con primero, visualizamos por primera
lo histórico, tenemos su complemen- oro— la indigencia de las personas
será evidente y quienes luchan por un vez, las prácticas guerrilleras. Pero
to, el elemento geográfico, así son asociado con ello, la lucha político-
conjuntados en su invención escritu- futuro mejor para su país. Sin embar-
go, la desolación sería el común de- electoral aparece como la otra cara de
ral. Para emplear un ejemplo de lo an-
nominador. Algunos hablan a la dis- la misma moneda, pues se efectuó:
terior, Taleno el padre, personaje im-
tancia: Una convención de partidos oposito-
portante, se desplaza con sus hijos a
res al régimen en el local de un cine,
San Juan del Norte y de ahí se trasla- “gritan extraviados en la espesura vigilado por tropas militares acarrea-
da a Puerto Cabezas. Son pequeños ¡Por ahí pasó el general Sandino¡ y la das desde Managua, había proclama-
grupos humanos que migran por las respuesta más lejos ¡que le parece do a su abuelo anciano candidato
llanuras del sur nicaragüense:
amigo¡ (...) y ellos se alejan, y después (Ramírez, 1977:39).
“ llevados por Taleno el padre ese todo les llueve, lluvia y lluvia, cerra-
zón” (Ramírez, 1977: 27). De seguido, a esta explícita alusión
día a San Juan del Norte (...) Porque
política de un sector de la disidencia
nació a lo mejor en San Carlos (...) en-
Por otra parte y abriendo un parén- con respecto al gobierno dictatorial
trando ya en aguas del lago o acaso
tesis, no debemos omitir que durante imperante, Ramírez Mercado devela,
en el Castillo, o en Sábalo, en cual-
años, algunos escritores de renombre y sin reticencias, que la novela está
quier orilla del río San Juan” (Ramí-
en el ámbito latinoamericano, entre impregnada por su otro oficio perso-
rez, 1977: 22 y 23).
ellos, Carlos Fuentes, albergaron un nal: la política. En la década de los
En virtud de los ejemplos utiliza- cuestionamiento directo hacia los fi- años setenta, Nicaragua entró en la
dos, el lector se ubica con precisión nes y propósitos de la novela y su sig- recta final contra la dictadura que se
62 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

había enquistado durante más de cua-


tro décadas y bajo la égida de los Ma-
rines estadounidenses. Esta articula-
ción entre lo histórico-político, los de-
safueros de la dictadura somocista y
las posibilidades que brinda la ficción
en ¿Te dio miedo la sangre? recrean
situaciones verosímiles de la cotidia-
nidad nicaragüense, sin precedentes,
pero verificables:
“Frustrada por dictaduras y cuarte-
lazos, intervenciones armadas de la
marina norteamericana, fraudes y es-
camoteos, esa candidatura se había
mantenido pendiente por décadas en
espera de su día” (Ramírez, 1977:
42).
También visualizamos una búsque-
da de identidad al plasmar una co-
yuntura histórica que marcó a una so-
ciedad entera, impregnándole la hue-
lla de la lucha y del desplazamiento.
En el capítulo intitulado: La máquina mismos, al irse, le dejaron a el hombre pedirle al gobierno garantía de los
del tiempo de Mentiras verdaderas, se comisión de arreglarles el asunto” (Ra- acuerdos de paz firmados al retirarse
reflexiona en torno a la novela y có-
mírez, 1977: 224). los yankis” (Ramírez, 1977: 224).
mo esta posibilita, al retratar diferen-
tes momentos desde el universo que Más aún, el testigo presencial nos Como se apuntó al comienzo del
nos ofrece la literatura. Es decir, la no- cuenta cómo le correspondió ejecutar punto 3.3, la novela está dividida en
vela, suma otra virtud más a su ya ge- órdenes emanadas por el hombre, dos partes; la segunda es de cuatro ca-
neroso abanico de posibilidades. Ella personaje encarnado en una especie
pítulos y el décimo supone el epílogo.
es una máquina del tiempo del ayer de semidios que fluye por la obra eje-
lejano o del presente. Se inserta como preámbulo a los capí-
cutando planes en el ejercicio del po-
tulos que preceden esta segunda sec-
Pero partiendo del principio básico der político: un Somoza literario que
poco se aleja de la figura del hombre ción, un poema de Willian Blake de-
de que algunos de los hechos relata- nominado: The voice of the ancient
dos provienen de la década de los histórico, ¿será un “Tacho” imagina-
rio? Nos comenta el narrador que par- bard 7 ya en su primera línea afirma:
años cuarenta y cincuenta del siglo
te de la comisión en la que se vio in- ¡Cuántos han caído ahí¡ pues se ob-
XX, como se puede corroborar en el
capítulo octavo, encontramos un seg- volucrado sin remedio, tuvo su res- serva en las páginas siguientes que la
mento que se remonta a la década del ponsabilidad: captura y la derrota son las imágenes
treinta, período cuando fue asesinado palpables de los capítulos sexto, séti-
“Nosotros, como buenos subalter-
César Augusto Sandino que según el mo, octavo y noveno dentro del con-
nos, supimos cumplirle al hombre. A
narrador: junto narrativo. Lo que se evoca en el
mí, que dándome nuevo rango me ha-
bía puesto en la jefatura de policía de texto es muerte y por ende fracaso de
“porque levantaron campo las fuer-
zas de ocupación, al ver que no había Managua, me tocó agarrárselo preso los guerrilleros. No cabe duda que la
manera de ganar la guerra en las Se- la noche de febrero que bajaba de la suerte corrida por estos aguerridos
govias; cuando nos tocó ejecutar el casa presidencial de unas pláticas, hombres fue nefasta y un tácito desca-
plan de matar a Sandino. Los yankis pues había venido de las Segovias a labro político.
Revista Comunicación. Volumen 13, año 25, No. 1, enero-julio 2004 (pp. 50-64) 63

4. VALORACIONES GENERALES contrar algunos elementos en común. También estimamos el simbólico


SOBRE LAS TRES NOVELAS El papel del narrador presente en la uso de la variable histórico-geográfica
tríada y bajo formas similares a la fun- ¿nicaragüense? empleada en las tres
Como primer elemento, encontra- ción que cumple Scheherazada den- novelas; se articulan adecuadamente
mos un filón importante en la obra del tro del relato de Las mil y una noches según el verosímil balzaciano realista
escritor nicaragüense, es decir, “su quien va tejiendo las historias con do- en la medida en que pueden relacio-
gracia”, la que corresponde a la incan- sis de suspenso, intriga y emociona; narse con situaciones espacio-tempo-
sable búsqueda de la condición hu- de esta forma “encanta” a quien la es- rales. Por tanto, ¿podríamos hablar de
mana que sobrepasa cualquier princi- cucha. El lector se transforma en una un cronotopo político centroamerica-
pio en su quehacer literario. La narra- “víctima voluntaria”, por supuesto, no propuesto por Sergio Ramírez?
tiva de Ramírez Mercado no está diso- del buen contador de relatos. El Sul-
tán Sahriyar quedó seducido en todo Además, la inserción de recursos
ciada de las vicisitudes de su Nicara-
momento y le daba a la joven la posi- como periódicos o fotos constituyen
gua natal—u otro país americano—y
bilidad de quedarse en su palacio. un vehículo para engarzar las historias
representa esa incansable búsqueda
con la pretendida veredicción del tex-
de una pretendida identidad latinoa- Sergio Ramírez procura mantener to; en especial, la fotografía, le da cre-
mericana. El recurso de lo cotidiano, similar suspenso con el lector de sus dibilidad a las aventuras y el lector
permite divisar esas relaciones socia- novelas. En Un baile de máscaras, la queda convencido con quien le con-
les en construcción y permeadas por realización del baile de disfraces está tó las mentiras, sutilmente armadas a
el entorno. Son identidades en proce- condicionado por ciertos eventos so- partir de un elemento cotidiano como
so de formación en relación con un ciales y lleno de vicisitudes extrava- una foto.
grupo de pertenencia como su refe- gantes, tal fue el suicidio del hermano
rente. mayor de quien era el anfitrión. Con Por último, podemos afirmar sin te-
Tiempo de fulgor, vamos adentrándo- mor a equivocarnos con base en la
El verosímil balzaciano es piedra
nos en episodios familiares y amoro- dosis de imaginación que emplea Ser-
angular en la narrativa de nuestro es-
sos paulatinamente y en ¿Te dio mie- gio Ramírez que su producción pre-
critor, el empleo y permanencia a tra-
do la sangre? los distintos tipos de na- senta un conjunto de mentiras articu-
vés de las tres novelas valoradas, así
rrador, ya sea testigo u omnisciente, ladas de tal forma que el lector las
lo confirman. Este nos permitió en- tejen los hechos, matizados por el ar- acepta sin mayores cuestionamientos.
contrar elementos que traslucen los dor de la guerra, la política, el despla- Somos “timados” adrede y las mis-
procedimientos utilizados; dicho de zamiento geográfico y emocional de mas se convierten en mentiras verda-
otra forma, sirven para ver la costura los protagonistas. deras. Entonces, Ramírez debe ser re-
del traje del que nos comentó Sergio conocido como un “elegante mentiro-
Ramírez en su ensayo. Esta situación El comprender algunos de los pro-
so” y el lector se convierte en un sa-
le da al novelista, la posibilidad de un cedimientos, que se hacen con parci-
tisfecho lector de sus novelas.
alejamiento pausado en referencia monia y se hilvanan a través de imá-
con una de las corrientes de mayor genes, sutilmente elaborados, es grati-
arraigo en América Latina y el Caribe, ficante; en ningún momento se cae NOTAS
nos referimos al denominado: Realis- en mentiras torpes, aspecto que daría
al traste con las historias, dejando al 1 Se recomienda la tesis doctoral de José
mo mágico. Su narrativa está orienta- Ángel Vargas Vargas. 2001. Novela cen-
da hacia un distanciamiento del géne- lector decepcionado de lo que leyó.
troamericana contemporánea. La obra
ro citado en el continente. Él está con- Otro procedimiento en particular, con
de Sergio Ramírez Mercado. Salaman-
siderado como parte de los nuevos la imagen de lo cotidiano, comproba-
ca, Universidad de Salamanca, p. 173 y
narradores de la región, quienes han mos lo ilimitado que es el recurso de siguientes, sobre: la construcción del
cuestionado a los novelistas del la imaginación. Para ilustrar lo dicho, sentido verosímil.
nos remitimos a esa cotidianidad que
“Boom” de décadas pasadas. 2 Tomado de: Anónimo.1963. Las mil y
puede entenderse desde: las conflicti-
Con el uso de algunos procedi- vas relaciones familiares, el intrincado una noches. Barcelona, Editorial Ahr.
(traducción de Vicente Blasco Ibáñez).
mientos de verosimilitud se fraguaron amor erótico, el poder político torpe,
las historias convirtiéndolas en “vera- las fiestas de pueblo, entre otros dile- 3 Díaz del Castillo, Bernal. 1984. Historia
ces” y a partir de ello, se pueden en- mas humanos. verdadera de la conquista de Nueva Es-
64 “Mentira y Verdad en tres Novelas de Sergio Ramírez: Algunos Procedimientos de Verosimilitud”

paña. La Habana, Casa de las América. Díaz del Castillo, Bernal. 1984. Historia ven novelista. Barcelona., Editorial Pla-
Colección Nuestros Países. ** De for- verdadera de la conquista de Nueva Es- neta.
ma simbólica citamos el original de paña. La Habana, Casa de las América.
1632. Colección Nuestros Países. Vargas Vargas, José Ángel.2001. Novela
centroamericana contemporáneo. La
4 Consultar la nota 38 de la tesis doctoral Fuentes, Carlos. 1993. Geografía de la no- obra de Sergio Ramírez Mercado. Sala-
de José Ángel Vargas Vargas ( 2001: vela. México D.F, Fondo de Cultura manca, Universidad de Salamanca.
155) Económica.

5 La edición usada en el presente análisis Garrido Domínguez, Antonio. 1996. El


es de 1975, aunque la obra aparece por texto narrativo. Madrid, Editorial Sínte-
primera vez en 1970. Ver: Ramón L. sis S.A
Acevedo. “Orígenes de la nueva novela
centroamericana: 1968-1980” En : La Jakobson Roman y otros.1972. Teoría de
Torre, San Juan, Universidad de Puerto la literatura de los formalistas rusos. 2°
Rico. 1994 edición. Buenos Aires, Siglo XXI Edito-
res.
6 Se recomienda: Javier Rodríguez San-
cho. 2004. “El poder como discurso en Mahoney, James. 2001.The legacies of li-
Sombras nada más de Sergio Ramírez” beralism: path dependence and politi-
En: InterSedes. San José, N° 7, volumen cal regimes in Central America. Balti-
VI. Universidad de Costa Rica. EUCR. more/ London . The Johns Hopkins Uni-
En el subapartado: Reinvención de la versity Press.
ficción en Centro América: la transi- Pons, Ana Cristina 1996. Memorias del ol-
ción. [próximo en salir]. vido: Del Paso, García Márquez, Saer y
7 ¡How many have fallen there¡ la nueva novela histórica de finales del
siglo XX. Madrid, Siglo XXI Editores.
They stumble all night over bones of the
dead. Ramírez Mercado, Sergio. 2000. Mentiras
verdaderas. México D.F, Editorial Alfa-
And feel they know what but care, guara.

and wish to lead others, when they ____________________. 1995. Un baile


should be led. de máscaras. México D.F, Editorial Alfa-
guara.

BIBLIOGRAFÍA ____________________. 1977. ¿Te dio


miedo la sangre? Caracas, Monte Ávila
Acevedo, Ramón Luis. 1994. Orígenes de Editores.
la nueva novela centroamericana:
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Serpiente.
Anónimo. 1963. Las mil y una noches.
Rodríguez Sancho, Javier. 2004. “El poder
Barcelona, Editorial Ahr.(trad. Vicente
como discurso en Sombras nada más
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_____________________. 2003. La inter-
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Calvino, Italo,1994. Seis propuestas para de la madrastra de Mario Vargas Llosa”
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___________. 1992. ¿Por qué leer los clá-
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