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Corballis
LAMENTE
RECURSIVA
La mente recursiva
Los orígenes del lenguaje humano,
el pensamiento
y la civilización
Michael C. Corballis
LA MENTE
RECURSIVA
Los orígenes del lenguaje humano,
el pensamiento y la civilización
BIBLIOTECA BURIDÁN
BIBLIOTECA BURIDÁN
está dirigida por Josep Sarret Grau
Prefacio 9
Capítulo 1 ¿Qué es la recursión? 15
Notas 267
Referencias 309
Índice 339
Prefacio
A
los humanos nos encanta pensar que tenemos capacidades que
nos hacen no solo diferentes de las demás criaturas que pueblan
el planeta, sino también superiores a ellas. ¿Qué otra especie,
podríamos preguntamos, ha sido capaz de medir la velocidad de la luz,
concebir cómo empezó el universo, inventar el ordenador portátil o pintar
un retrato? Nuestra especie ha conseguido incluso escapar completamente
del planeta, si bien solo fugazmente. Supongo que también podríamos pre
guntarnos por qué a las demás especies tendría que preocuparles cual
quiera de estas cosas. Deberíamos recelar de esta tendencia a creer que
estamos en la cima de la jerarquía terrenal, ya que nos proporciona una
justificación demasiado fácil de la brutalidad con que tratamos a otros ani
males. Asumámoslo: nos los comemos, los matamos por deporte, nos bebe
mos su leche, nos vestimos con su piel, cabalgamos a lomos de ellos, los
ridiculizamos, los encerramos en parques zoológicos y los criamos de
acuerdo con nuestras propias especificaciones.
Pero sea como sea es innegable que nuestra especie ha dominado la
tierra como ninguna otra. No solo sojuzgamos a otras criaturas en función
de nuestras necesidades y caprichos, sino que también hemos moldeado
el entorno físico de acuerdo con nuestras especificaciones, hasta el punto
de que nuestro éxito puede acabar siendo nuestra perdición. A menos que
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Prefacio
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Prefacio
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1
¿Qué es la recursión?
E
n 1637 el filósofo francés René Descartes escribió la frase inmortal
"Je pense, done je suis." Curiosamente, esto se traduce habitual
mente al latín como Cogito, ergo sum, y al castellano como "Pienso,
luego existo." Al hacer esta afirmación Descartes no estaba simplemente
pensando, estaba pensando que pensaba, y eso le llevó a la conclusión de
que existía. La naturaleza recursiva de la intuición de Descartes la traduce
mejor la versión de ella que ofrece Ambrose Bierce en El diccionario del dia
blo: Cogito cogito ergo cogito sum -"Pienso que pienso y por consiguiente
pienso que existo." El propio Descartes, empero, era más propenso a dudar
y amplió su dictamen del siguiente modo: "Je doute, done je pense, done
je suis" -"Dudo, por lo tanto pienso, y por lo tanto existo. " Concluyó de
este modo que incluso en la duda tenía que haber alguien o algo que du
dase, por lo que el hecho mismo de dudar probaba su existencia. Esto se
guramente fue un alivio para sus amigos.
En este libro examino el papel más general de la recursión en nuestras
vidas mentales, y sostengo que es la característica fundamental que dis
tingue a la mente humana de la de otros animales. La recursión es la base
de nuestra capacidad no solo para reflexionar sobre nuestras propias men
tes, sino también para estimular las mentes de otros. Es lo que nos permite
viajar mentalmente en el tiempo, insertar la conciencia del pasado o del
futuro en la conciencia presente. La recursión es también el ingrediente
principal que distingue al lenguaje humano de todas las demás formas de
comunicación animal.
La recursión, sin embargo, es un concepto bastante escurridizo, que a
menudo se utiliza de formas ligeramente distintas. 1 Pero antes de sumer-
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¿Qué es la recursión ?
Tale [Cuento marco], que puede reproducirse del siguiente modo: escriba
la frase ÉRASE UNA VEZ en uno de los lados de una hoja de papel, y UNA HIS
TORIA QUE EMPEZABA Así en el otro lado. Luego tuerza uno de los extremos
de la hoja y fíjelo al otro extremo formando una banda de Moebius. Le
yendo el texto sobre la banda, la historia prosigue eternamente.
Un ejemplo parecido es la parodia anónima de la primera frase de
Paul Clifford, la novela tristemente célebre de Bulwer-Lytton:
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1 es un elemento de N
Si n es un elemento de N, (n+l) es un elemento de N
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¿Qué es la recursión?
Figura 2. Dos figuras con intersecciones recursivas de círculos (izquierda) y triángulos (de
recha). El conjunto de círculos de Apolonio se conoce así por Apolonio de Pérgamo, un
geómetra griego del siglo III aC que estudió el problema de cómo dibujar un círculo que
sea tangente a otros tres círculos dados. Partiendo de tres círculos tangenciales entre sí,
podemos continuar el proceso de construir círculos tangenciales a todos los tripletes ad
infinitum. La figura resultante sirve de modelo matemático a la espuma (véase Mackenzie
2009 para más información) (El conjunto bidimensional de círculos de Apolonio con cuatro
círculos iniciales, cortesía de Guillaume Jacquenot).
5! =5 *4 *3 *2 * 1 =120
8! =8 *7 *6 *5 *4 *3 *2 * 1=40.320
O!= 1
n! =n * (n-1)! [donde n >O]
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fibonacci (O) = 1
fibonacci ( 1) = 1
fibonacci (n) = fibonacci (n -1) + fibonacci (n 2)
-
[donde n > 1]
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¿Qué es la recursión?
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Proceso y estructura
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¿Qué es la recursión?
P P P P V V V V P P P P V V V V
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¿Qué es la recursión?
Lo que no es la recursión
La repetición
La simple repetición puede producir secuencias de longitud potencial
mente infinita, pero no puede catalogarse como una forma auténtica de
recursión. Por ejemplo, la frase que abre la obra de A. A. Milne Winnie the
Pooh dice: Llovía y llovía y llovía. Y podría haber seguido así indefinida
mente -o al menos hasta que Piglet muriese ahogado-, pero la repetición
simplemente transmite la información de que llovía mucho, lo que inco
modaba mucho a Piglet. La frase no es recursiva, porque cada adición
de y llovía no deriva de la anterior; se añade simplemente a criterio del
autor.
En todo caso, la repetición no distingue la actividad humana de la de
los animales no humanos. El canto de los pájaros, por ejemplo, es impla
cablemente repetitivo, pero cada tema repetido no adorna ni matiza al an
terior. Como mucho, la repetición podría indicar apremio, o simplemente
señalar una presencia continua, del mismo modo que uno toca una y otra
vez con los nudillos una puerta con la espera�a de despertar a alguien
que está al otro lado. La repetición es ubicua en la vida humana y animal,
en actividades que van desde los repetitivos movimientos de las mandí
bulas al masticar, hasta la naturaleza curiosamente repetitiva de la activi
dad sexual. La araña, nada menos, es capaz de repetición, como en estos
versos de Hojas de hierba de Walt W hitman:15
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La iteración
Una variante levemente más sutil sobre la repetición y la agregación es la
iteración, en la que también se repite un proceso, pero en este caso el input
es una aplicación previa del proceso. En este sentido la iteración es como
la recursión, y de hecho los matemáticos consideran que pertenece a la
clase de las "funciones recursivas generales." A efectos del propósito ge
neral de este libro, sin embargo, no podemos clasificarla como una autén-
26
¿Qué es la recursión?
tica recursión porque cada output es descartado una vez utilizado en la si
guiente aplicación. La definición de diccionario de la recursión que he
dado antes en este mismo capítulo era realmente un ejemplo de iteración
más que de recursión, porque en ella no se hace más que dar vueltas al
bucle, sin añadido alguno de estructura. La iteración, por tanto, no lleva a
una mayor complejidad.18
Los procedimientos iterativos se utilizan en computación matemática
para obtener soluciones cada vez más exactas a un problema. La idea bá
sica es empezar con una solución preliminar -tal vez una conjetura- y uti
lizar el procedimiento para computar una nueva solución. Esta solución
se utiliza luego como punto de partida para la siguiente computación, y
la nueva solución es el punto de partida de la siguiente ronda. El ciclo se
repite hasta que las soluciones se estabilizan de acuerdo con un criterio
aceptable.19 Los sistemas retroactivos operan de modo muy parecido, nor
malmente como forma de mantener la homeostasis. Un termostato, por
ejemplo, puede incluir un sistema para subir o bajar la temperatura, y el
objetivo es alcanzar una temperatura determinada. La temperatura actual
se introduce en el sistema, que la hace subir o bajar hasta alcanzar el nivel
deseado. El cuerpo está lleno de sistemas retroactivos para mantener la ho
meostasis de temperatura, hierro, energía, composición de la sangre, etc.
El principal regulador es el hipotálamo, en el sistema límbico del cerebro.
Tampoco estos sistemas distinguen a los humanos de otros animales.
A veces, la distinción entre recursión e iteración puede ser una cues
tión de interpretación. En el bucle infinito creado por la parodia de Paul
Clifford, podría decirse que cada comienzo de la historia es iniciado por el
anterior, que es luego olvidado. La parodia se aprecia mejor, no obstante,
si la historia es vista como una especie de remolino cada vez más pro
fundo, con cada segmento permaneciendo como parte del mismo. Me di
cen que la historia funciona mejor si cada segmento se pronuncia con un
acento diferente.
Considérese también esta línea de un conocido verso infantil:
Este es el perro que molestó al gato que mató al ratón que se comió
el queso que había en la casa que Jack había construido.
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Para entender esta frase como realmente recursiva, hay que darse cuenta
de que describe una situación como un todo complejo y que se refiere a
los casos particulares de un perro, un gato, un ratón, un queso, una casa y
un tipo llamado Jack. No se trata simplemente de la coordinación de un
perro que molestó a un gato, un gato que mató a un ratón, etcétera. Pero
un niño podría procesarlo de esta forma poco sistemática, como una suce
sión de hechos no relacionados entre sí.
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¿ Qué es la recursión?
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PRIMERA PARTE
EL LENGUAJE
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El lenguaje y la recursión
E
n 1871 Charles Darwin publicó El origen del hombre en relación con
el sexo, donde tuvo el coraje de declarar que los humanos descien
den de unos simios africanos. Solo dos años más tarde, Friedrich
Max Müller, que ocupaba la cátedra de Filología en la Universidad de Ox
ford, expresaba ofendido su desacuerdo:
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Pero la evidencia sugiere que esto es demasiado generoso con los monos
y poco amable con los humanos, si bien no está muy alejado de la verdad
si pensamos en los críticos literarios, incluso antes del postmodernismo.
¿Qué es, pues, lo que distingue al lenguaje humano de todas las demás
formas de comunicación animal?
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El lenguaje y la recursión
Este es el ratón que se comió el queso que estaba en la casa que Jack
construyó.
Este es el gato que mató al ratón que se comió el queso que estaba
en la casa que /ack construyó.
El queso que se comió la rata que mató el gato estaba en la casa que
construyó Jack.
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1 . S � NP VP
2. NP � artículo nombre PP
3. VP � verbo PP
4. PP � preposición NP
Aquí vemos que los mismos sintagmas pueden aparecer en ambos lados
de las reglas que los generan. Por ejemplo, un sintagma nominal (NP) in
cluye una frase preposicional (PP) opcional, que a su vez incluye un sin
tagma nominal (NP). En principio, pues, es posible recorrer cíclicamente
las reglas 2, 3 y 4. Si el editor del ejemplo no hubiese estado tan alarmado,
podría haber dicho, por ejemplo, Ribena is trickling down the chandeliers onto
the carpet beside my desk [Está cayendo ribena por las arañas del techo sobre
la alfombra junto a mi escritorio] . Por cierto, en el piso de arriba de la edi
torial había una guardería infantil.
La estructura de la oración se muestra también esquemáticamente en
la figura 4, que pone de manifiesto de un modo muy claro su carácter je
rárquico.
Una vez establecidas las estructuras lingüísticas podemos utilizar el
lenguaje para referimos al lenguaje a otro nivel de recursión. Considere
mos la siguiente oración:
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El lenguaje y la recursión
� s�
NP VP
/ \ / \
(art) nombre verbo PP
/ \
l���
preposición NP
bre
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El lenguaje y la recursión
Tiene que haber surgido, en cambio, en un solo paso, tal vez por una mu
tación, y probablemente en algún momento dentro de los últimos 100.000
años. Escribe Chomsky:
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Los piraha
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Diversidad lingüística
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M írl1arl C. Corhalli.c;/ 1 ,a 1m•11fr l'í'rnrsím
La gramaticalización
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El lenguaje y la recursión
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el dinero] y My uncle helped my sister out [Mi tío ayudó a mi hermana] pue
den concatenarse incrustando la primera en la segunda: My uncle, who hel
ped my sister out, is generous with money.
También puede mejorarse la eficiencia descomponiendo los conceptos
en sus partes componentes, que pueden luego recombinarse para formar
nuevos conceptos. Un ejemplo interesante es el del lenguaje de los signos.
En Nicaragua, las personas sordas vivían aisladas unas de otras hasta que
el gobierno sandinista subió al poder en 1979 y creó las primeras escuelas
para sordos. Desde entonces, los niños de esas escuelas inventaron su.pro
pio lenguaje de signos, que se ha consolidado en el sistema de signos que
hoy se conoce como Lenguaje de Signos Nicaragüense (LSN). Con el
tiempo, el LSN ha ido cambiando y ha pasado de ser un sistema de signos
holísticos a tener un formato más combinatorio. Por ejemplo, a una gene
ración de niños se les contó la historia de un gato que se tragaba una pelota
y que luego bajaba rodando por una calle con pendiente "de una forma
ondulante y bamboleante." Luego se pidió a los niños que expresaran con
signos el movimiento del gato. Algunos indicaron el movimiento holísti
camente, moviendo la mano hacia abajo formando una onda. Pero otros
segmentaron el movimiento en dos signos, uno que representaba el movi
miento hacia abajo y otro que representaba la ondulación, y esta versión
aumentó cuando la primera cohorte de niños hubo pasado por todos los
niveles de la escuela.32 Estos dos signos pudieron ser individualmente
combinados con otros signos para crear nuevos significados.
No es necesario apelar a una gramática universal para explicar cómo
tiene lugar esta segmentación. Mediante simulaciones por ordenador se
ha puesto de manifiesto que la transmisión cultural puede convertir un
lenguaje que empieza con unidades holísticas en uno que combina secuen
cias de formas para producir significados previamente expresados holís
ticamente.33
Según el lingüista Mark Aronoff, incluso las palabras pueden haber ad
quirido estructura combinatoria con el tiempo. Generalmente se considera
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U ln1g1w¡,. t/ lo rr·1 1 1 1 ,;irí11
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3
H
abiéndome criado en una granja, sospecho que la cita anterior
es una difamación injustificada de las delicadas mariposas,
pero la vocalización es ubicua entre los animales, incluidos los
insectos -y por supuesto, nosotros. Parecía por tanto natural suponer que
el lenguaje humano había evolucionado a partir de las llamadas de los
animales. Pero solo en la ficción hablan y mantienen conversaciones los ani
males. La mayor parte de los ejemplos, desde Winnie the Pooh hasta los libros
de Beatrix Potter, están escritos para los niños, pero mi ejemplo favorito
se encuentra en un relato breve titulado Tobermory, escrito por Saki, que
ya ha hecho una breve aparición en el capítulo anterior. Tobermory es un
gato que ha aprendido a hablar, para consternación de los asistentes a una
cena familiar. Esto es lo que le dice Tobermoy a una mujer que tiene la im
prudencia de preguntarle si la considera inteligente.
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tar el habla humana. En su libro de 1997 The Symbolic Species [La especie
simbólica], Terrence Deacon deja constancia del asombro que le produjo
oír, mientras paseaba por el Acuario de Boston, una voz que decía: "¡Eh!
¡Lárgate de aquí!"25 La voz era de Hoover, la legendaria foca parlante que,
lamentablemente, murió en 1986. Recientemente se ha registrado que un
elefante del South Korean Zoo llamado Kosik profirió diversas palabras y
frases en coreano. El registro vocal de los elefantes es normalmente de
masiado bajo para que puedan oírlo los humanos, pero Kosik encontró la
forma de meterse la trompa en la boca y soplar, creando de este modo fre
cuencias lo suficientemente altas como para producir unos sonidos recono
cibles como habla.26 Pero la simple imitación no es lo mismo que el habla
producida mediante el uso de reglas gramaticales. Se acerca más al blanco
Alex, un loro gris africano que también ha muerto hace poco. La voz del
loro Alex ha sido descrita como la grabación de un viejo gramófono.27 No
se limitaba a remedar voces, sino que era capaz de contestar preguntas
sencillas sobre los colores o las formas de los objetos, o acerca del número
de objetos, hasta seis. Se decía que tenía la capacidad de habla de un niño
de dos años.28 Esto sí es progreso, pero del mismo modo que un niño de
dos años todavía no ha desarrollado una forma de hablar auténticamente
gramatical, tampoco Alex lo consiguió.
Por lo que respecta a las aves, tengo que mencionar a otro loro gris
africano llamado N'kisi, que apareció en un reportaje de la BBC el 26 de
enero del 2004. N'kisi pertenece a Aimee Morgana (o Aimee pertenece a
N'Kisi}, y dicen que tiene un vocabulario de 950 palabras y que es capaz
de generar expresiones nuevas. Al parecer tiene un sentido del humor ma
licioso. En cierta ocasión, fue presentado a la Dra. Jane Goodall, famosa
por haber estudiado a los chimpancés en libertad y por haber vivido entre
ellos y haberse hecho amiga de ellos. Habiendo visto previamente una fo
tografía de ella con unos chimpancés, N'kisi le preguntó: "Got a chimp?"
[¿Tienes un chimpancé?] . Aparentemente tiene algunas nociones de
gramática, y se dice que en cierta ocasión dijo 'flied' en vez de 'flew' -el
tipo de error que suelen cometer los niños pequeños que ya han empezado
a aprender las reglas de la morfología pero que todavía no conocen las ex
cepciones. De un modo aún más espectacular, se dice que N'kisi tiene el
don de la telepatía, y Aimee Morgana se ha asociado con el Dr. Rupert
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Sheldrake, cuya obra más reciente se titula Perros que saben que sus dueños
están volviendo a casa, para demostrar ese poder. Dicen que N'kisi puede
navegar telepáticamente por la conciencia de Aimee.
No explico esto para sostener que los loros poseen la capacidad del
lenguaje ni para convencer al lector de que existe la telepatía, al menos en
el caso de loros y perros. La verdad es que este tipo de afirmaciones son
muy frecuentes, pero casi siempre se ha podido demostrar que carecen de
un fundamento sólido. Que yo sepa, las habilidades de N'kisi todavía no
han sido sometidas a unas pruebas científicas rigurosas, ni publicadas en
una revista científica de prestigio.29 De todos modos, tener ideas precon
cebidas sobre este tema -igual que sobre cualquier otro tema- no es reco
mendable, y puede tener la consecuencia de impedir la posibilidad de que
aprendan a hacer surf nuestros loros y perros.
Hemos de ser especialmente cuidadosos a la hora de sacar conclu
siones acerca de las capacidades mentales de los animales no humanos,
especialmente a la luz del famoso caso del caballo Clever Hans, que se dio
a conocer en 1904. Según su adiestrador, Clever Hans podía contestar pre
guntas complejas dando golpes en el suelo con la pezuña de una de sus
patas delanteras, y representando cada letra del alfabeto con un número
diferente de golpes. Al ser preguntado '¿Cuánto son dos quintos más un
medio?' golpeó el suelo con la pezuña nueve veces, hizo una pausa y luego
dio otros diez golpes, aparentemente indicando que la respuesta a la pre
gunta era 'Nueve décimos'. Incluso un destacado psicólogo de la época,
el profesor Stumpf de la Universidad de Berlín, estaba convencido de que
Clever Hans era un genio, hasta que uno de sus estudiantes, Oskar
Pfungst, demostró que en realidad el caballo reaccionaba a sutiles señales
emitidas por su adiestrador. Aparentemente, este no se daba cuenta de que
era él, y no Clever Hans, el que producía las respuestas.
¿Qué hay, pues, de nuestros parientes más cercanos, los chimpancés
y los bonobos?30 Incluso a un nivel acústico, sin considerar el significado,
los intercambios vocales entre chimpancés difieren notablemente de los
intercambios que se dan en la conversación humana. Cuando las personas
conversan, generalmente eligen palabras, y por lo tanto sonidos, diferentes
de los que acaban de oír -la respuesta a una pregunta, por ejemplo, no es
la misma que la propia pregunta, a menos que uno de los interlocutores
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comunica tocando las teclas de un teclado con 256 símbolos que denotan
objetos y acciones, y los complementa con varios gestos manuales de su
propia invención. Los símbolos, llamados lexigramas, han sido deliberada
mente seleccionados para que no tengan ningún parecido físico con los
objetos o acciones que representan. Kanzi también puede producir nuevas
secuencias señalando combinaciones de lexigramas del teclado, aunque
sean unas combinaciones un tanto pobres comparadas con la riqueza del
lenguaje humano. Sus 'frases' son combinaciones de dos o tres palabras,
como hide peanut [esconder cacahuete], chase you [perseguir tú], hot water
there [agua caliente allí] o child-side food surprise [lugar-niño comida sor
presa].47
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ción del lenguaje celebrado en París, se sugirió que el propio Kanzi podría
acudir al siguiente congreso, dos años más tarde, y dar una conferencia.
Una meticulosa inspección de los ponentes de aquella conferencia me per
suadió de que Kanzi no era ninguno de ellos.49
Aunque Kanzi es probablemente la estrella entre todos los animales
no humanos por sus proezas lingüísticas, otros no le van mucho a la zaga.
Entre estos se cuentan otros grandes simios (gorilas y orangutanes),so del
fines,s1 leones marinos, y Alex, el loro gris africano. s2 El lingüista Derek
Bickerton acuñó el término 'protolenguaje' para referirse a la habilidad de
formar o entender combinaciones simples de símbolos pero sin gramá
tica.s3 Se ha dicho que este es el nivel lingüístico alcanzado no solo por las
especies más arriba mencionadas, sino también por los niños de dos años,
los parlantes de las lenguas pidgin, las personas con una determinada le
sión cerebral que les impide hablar con fluidez, y los adolescentes borra
chos.54 En el niño, la gramática se desarrolla aproximadamente entre los
dos y los cuatro años de edad. Esta fase es una parte de la infancia que
probablemente sea exclusiva de los humanos y que es fundamental para
el desarrollo de otros aspectos del pensamiento propios de los humanos
-un punto que elaboramos en el capítulo 11. Bickerton ha propuesto que
el protolenguaje es la plataforma sobre la que se construyó un lenguaje
plenamente gramatical en el curso de la evolución, un punto de vista reite
rado por Ray Jackendoff en un libro reciente que marca un hito.ss
Otro punto de vista sobre el protolenguaje, al menos tal como se ma
nifiesta en los animales no humanos, es que se trata simplemente de una
forma de resolver problemas. Efectivamente, las proezas lingüísticas de
Kanzi y otros simios parecen comparables en muchos sentidos a las acti
vidades de los chimpancés para la resolución de problemas descritas en
los famosos experimentos llevados a cabo por el psicólogo alemán Wolf
gang Kohler. Kohler descubrió que, cuando les presentaba un problema a
los chimpancés para que lo resolvieran, a menudo la solución parecía ocu
rrí.�seles de pronto, como por una súbita intuición, y muchas veces consis
tía en la combinación de dos objetos, o de dos ideas, de una manera
novedosa. Por ejemplo, Sultán, el más 'inteligente' de los chimpancés, tuvo
en cierta ocasión la idea de recoger comida que estaba fuera de su alcance
uniendo dos cañas de bambú para hacer un rastrillo lo suficientemente
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largo como para llegar a la comida. 56 Estos actos no parecen muy diferentes
en principio de la combinación de gestos comunicativos, y muchas de las
'peticiones' generadas por los denominados simios lingüísticos también
se producen con la finalidad de obtener comida.57
Más recientemente, Michael Tomasello ha demostrado la existencia
de unas habilidades semejantes para la resolución de problemas en los
chimpancés, y hace la interesante observación de que estos no parecen
aprender imitando a otros chimpancés. Cuando había dos formas de al
canzar el alimento, los chimpancés preferían encontrar su propio modo de
hacerlo y no se veían influidos por el hecho de haber visto a otro chim
pancé hacerlo de otro modo. En el caso de los niños, en cambio, es mucho
más probable que copien lo que han visto.58 Esta falta aparente de habili
dad imitativa en el chimpancé explica en parte por qué no han alcanzado
las habilidades oratorias de un Churchill o por qué no son capaces de pi
lotar un jumbo. Daniel Povinelli también ha explorado las habilidades de
los chimpancés para resolver problemas mecánicos, y parece más impre
sionado por su obtusa falta de comprensión del mundo físico que por sus
éxitos ocasionales.59 En el oscilante mundo de la primatología, sin em
bargo, parecen surgir ahora pruebas de que los chimpancés pueden no
solo aprender diferentes formas de resolver problemas mecánicos, sino
que también pueden transmitirlas a otros miembros del grupo, lo que su
giere que existe una base rudimentaria para el establecimiento de una cul
tura. 60 Puede que sea la incómoda semejanza de los chimpancés con
nuestra propia especie lo que hace que sus habilidades mentales sean una
cuestión tan polémica.
Un aspecto curioso del protolenguaje puesto de manifiesto por Kanzi
y por los otros 'simios lingüísticos' es que hay pocas pruebas de que exista
una forma de comunicación comparable entre los chimpancés que viven
en libertad o en un ambiente naturalista. Lo que sí hacen es comunicarse
gestualmente. Joanne Tanner y Richard Byrne han registrado hasta 30 ges
tos diferentes hechos por los gorilas del zoo de San Francisco, en el que
estos animales, primos hermanos de los fuertes y silenciosos gorilas de
montaña que hemos conocido en el capítulo anterior, están encerrados en
un gran marco de tipo naturalista. Estos gestos, sin embargo, están más
cerca de la pantomima que del lenguaje, y son fácilmente comprendidos
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¿Tienen lenguaje los animales ?
tanto por los otros gorilas como por los observadores humanos.61 Igual
mente, Michael Tomasello y sus colegas identificaron 30 gestos hechos por
unos chimpancés que podían moverse con relativa libertad por una amplia
zona del zoo de Leipzig.62 Estos gestos no agotan en absoluto el repertorio
de estos animales, pero fueron escogidos porque fueron fácilmente obser
vados y tabulados por los experimentadores. Estos gestos simiescos, aun
que unitarios, tienen sin embargo un aspecto en cierto modo lingüístico
en cuanto que están normalmente dirigidos a otro individuo, mientras que
las llamadas animales tienden a dirigirse a la comunidad en general.
Los gestos manuales de chimpancés y bonobos también difieren de
sus movimientos faciales y vocalizaciones en el sentido de que están
menos relacionados con contextos típicos como el juego, el acicalamiento
o el sexo. También manifiestan una mayor variabilidad entre las dos espe
cies y entre subgrupos dentro de cada especie.63 Esto implica que los gestos
manuales se utilizan de un modo más libre y flexible que las vocalizacio
nes, lo que de nuevo sugiere que se despliegan intencionalmente, mientras
que las vocalizaciones están en gran parte bajo control emocional -con el
piloto automático, si se quiere.
Michael Tomasello y sus colegas también han estudiado los gestos cor
porales comunicativos hechos por los grandes simios que viven en liber
tad, y han mostrado que estos gestos están sujetos a aprendizaje social y
que son sensibles al estado atencional del receptor.64 Ambas cosas son pre
rrequisitos necesarios para el lenguaje, aunque no son suficientes, como
veremos en el capítulo 9. En estos estudios los gestos se definen como mo
vimientos comunicativos de la cabeza, las extremidades o el cuerpo, exclu
yendo las vocalizaciones. Algunos gestos, sin embargo, parecen diseñados
para producir sonido, como batir palmas o golpearse el pecho. El gorila
parece tener un repertorio mayor que el chimpancé o el bonobo, probable
mente porque es el más terrestre de los tres y por tanto el que menos ocu
pados tiene los brazos trepando y aferrándose a las ramas.
Pero aunque los gestos de los simios sean claramente comunicativos
e intencionales, y sujetos a aprendizaje, no tienen la generatividad combi
natoria del lenguaje humano. No generan frases. Lo que les falta a estos
gestos para convertirse en un lenguaje se explora más a fondo en el capí
tulo 9.
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4
E
1 edicto promulgado en 1866 por la Sociedad Lingüística de París
prohibiendo toda discusión sobre la evolución del lenguaje parece
haber tenido un efecto prolongado. La principal dificultad, al pa
recer, era (y en cierto modo todavía es) la extendida creencia de que el len
guaje es una facultad exclusivamente humana, de modo que no puede
obtenerse ninguna prueba del estudio de animales no humanos. Esto sig
nificaba que el lenguaje tuvo que haber surgido por evolución después de
que los homininos se separasen del grupo de los grandes simios. En el
siglo XIX al menos, poco podía deducirse del registro fósil, y las teorías
sobre cómo podía haber evolucionado el lenguaje eran en gran parte es
peculativas, y por supuesto muy polémicas. La propia idea de la evolución
era polémica, por supuesto, y era vigorosamente atacada por la Iglesia. En
el caso del lenguaje, el conflicto entre ciencia y religión se veía exacerbado
por el punto de vista tradicional según el cual el lenguaje era un regalo
que había hecho Dios a la humanidad.
El punto de vista de Noam Chomsky sobre el lenguaje, resumido en
el capítulo 2, también llevó a un punto de vista más bien milagroso sobre
cómo había evolucionado el lenguaje. La base de todo lenguaje, según
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¿Cómo evolucionó el lenguaje de la mano a la boca?
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Área de Broca
Figura 7. Localización del área de Broca y del córtex motor en el cerebro humano (iz
quierda), y de las neuronas espejo y el córtex motor en el cerebro de un macaco (derecha).
Copyright © 2010 W. Tecumseh Fitch. Reimpreso con permiso de Cambridge University
Press.
bién han sido llamadas neuronas "monkey see, monkey do" [el mono hace
lo que ve hacer].
La idea de que las neuronas espejo pueden haber sentado las bases
para la eventual evolución del lenguaje la propusieron por vez primera
Michael Arbib y Giacomo Rizzolatti.18 El núcleo de la idea dice así:
Primero, el área FS es homóloga a una región del cerebro humano co
nocida como el área de Broca, que desempeña un papel fundamental en
el habla y el lenguaje. Más concretamente, el área de Broca puede dividirse
en dos áreas, conocidas como áreas de Brodman 44 y 45, y el área 44 es
considerada como el verdadero análogo del área FS. En los humanos, sa
bemos ahora con certeza que el área 44 está implicada no solo en el habla,
sino también en funciones motoras no relacionadas con el habla, como los
movimientos complejos de la mano y la integración y el aprendizaje sen
soriomotor.19 Parece, pues, que en el curso de la evolución humana la vo
calización tiene que haber sido incorporada al sistema, lo que explica que
el lenguaje pueda ser vocal, como en el habla, o manual, como en el len
guaje de signos.20
Segundo, actualmente creemos que las neuronas espejo forman parte
de una red más amplia llamada el sistema espejo. En el mono dicho sistema
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incluye, además del área FS, áreas posteriores, como el sulco temporal su
perior y el lóbulo parietal inferior. 21 Este sistema se solapa en gran parte
con las regiones correspondientes del cerebro humano que tienen que ver
con las funciones más generales del lenguaje. Además del área de Broca,
estas regiones incluyen otra área muy conocida, la de Wernicke, en la parte
posterior del sulco temporal superior, aunque las áreas del lenguaje están
probablemente distribuidas de un modo más amplio y no se limitan a estas
dos áreas clásicas.22 Este solapamiento ha llevado a la noción de que el len
guaje surgió a partir del propio sistema espejo, una idea que ha desarro
llado bastante detalladamente Michael Arbib.23
Tercero, Rizzolatti y sus colegas propusieron que el sistema espejo del
mono es en esencia un sistema para entender acciones, es decir, el mono
entiende las acciones de otros en términos de cómo realizaría él mismo
tales acciones. Esta es la idea básica subyacente en lo que se ha denomi
nado teoría motora de la percepción del habla, según la cual percibimos el habla
no en función de los patrones acústicos que crea, sino en términos de cómo
la articularíamos nosotros mismos. Esta teoría surgió del trabajo de Alvin
Liberman y otros en los Laboratorios Haskins, en Estados Unidos, que bus
caban los principios acústicos subyacentes a las unidades básicas de sonido
que constituyen el habla en nuestra especie.24 Por ejemplo, el sonido b que
aparece en palabras como battle, bottle, bug, rabbit, Beelzebub o flibbertigibbet
probablemente le suena igual a usted, pero las corrientes acústicas reales
creadas por estas b suenan de forma muy distinta, hasta el punto de que
no tienen prácticamente nada en común.25 Lo mismo puede decirse de
otros sonidos del habla, especialmente de los sonidos oclusivos d, g, p, t y
k; las señales acústicas varían mucho en función del contexto en el que
están incrustadas. Liberman y sus colegas llegaron a la conclusión de que
oímos cada sonido como el mismo en cada caso porque lo 'oímos' en tér
minos de cómo lo producimos.
Cuarto, vimos en el capítulo anterior que la vocalización en los pri
mates parece ser en gran parte involuntaria y, en su mayor parte al menos,
impermeable al aprendizaje. El sistema espejo, en contraste con el sistema
de vocalización de los primates, tiene que ver con la acción intencional, y
es claramente modificable por la experiencia. Por ejemplo, las neuronas
espejo del cerebro del mono responden a los sonidos de ciertas acciones,
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Un escenario evolutivo
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Figura 8. Signos que significan árbol en tres lenguajes de signos diferentes. Aunque los
tres son fundamentalmente icónicos, difieren notablemente. Las representaciones icónicas
no son siempre transparentes para un observador no versado en el lenguaje en cuestión
(dibujos del autor).
tas recién acuñadas en inglés: oink, tinkle, barf conk, woofer y tweeter.37 Tal
vez podríamos añadir twitter. El habla también puede imitar propiedades
visuales de forma sutil; por ejemplo, se ha demostrado que los parlantes
tienden a elevar el tono de voz cuando describen un objeto que se mueve
hacia arriba, y a rebajarlo cuando describen un movimiento descendente.38
La arbitrariedad de las palabras (o de los morfemas) no es tanto una pro
piedad necesaria del lenguaje, sin embargo, como una cuestión de conve
niencia y de las limitaciones impuestas por un determinado medio
lingüístico en particular.
El habla, por ejemplo, requiere que la información sea linealizada, me
tida en una secuencia de sonidos que están necesariamente limitados en
cuanto a su capacidad para capturar la naturaleza espacial y física de aque
llo que representan. El lingüista Charles Hockett lo expresa de este modo:
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Los lenguajes de signos no están tan limitados. Las manos y los brazos
pueden imitar las formas de los objetos y acciones del mundo real, y hasta
cierto punto las informaciones léxicas pueden procesarse en paralelo en
vez de verse forzadas a someterse a una rígida secuencia temporal. Con
las manos, es casi con certeza posible distinguir a un elefante de una leñera
en términos puramente visuales. Incluso así, la convencionalización per
mite simplificar y acelerar los signos, hasta el punto de que muchos de
ellos pierden todo o casi todo su aspecto icónico. En el Lenguaje de Signos
Americano, por ejemplo, el signo para hogar era una combinación del signo
para comer, que es una mano cerrada tocando la boca, y del signo para dor
mir, que es una mano plana apoyada en la mejilla. Ahora consiste en dos
rápidos toques en la mejilla, ambos con la mano cerrada, de modo que los
componente icónicos originales se han efectivamente perdido.40
Aunque el uso de signos para comunicarse se remonta a fecha tan
temprana como el año 360 antes de Cristo,41 los lenguajes de signos moder
nos tienen poco pedigrí y han surgido independientemente en diferentes
comunidades de sordos. Esto contamina de algún modo la comparación
entre los lenguajes de signos y los lenguajes hablados, porque estos últimos
han evolucionado, si bien con modificaciones y divergencias, durante de
cenas de miles de años. Una excepción interesante es el Lenguaje Turco de
Signos, que tiene una morfología muy esquematizada y una proporción
excepcionalmente grande de signos arbitrarios no icónicos.42 El Lenguaje
Turco de Signos tiene unos 500 años de edad. Los visitantes de la corte oto
mana en el siglo XVI observaron que los sirvientes mudos, muchos de ellos
además sordos, eran los favoritos de los cortesanos, probablemente porque
no era posible sobornarlos para que contasen los secretos de la corte. Aque
llos sirvientes desarrollaron un lenguaje de signos, que luego aprendieron
también algunos de los cortesanos. En una fotografía publicada en 1917
se ve todavía a dos sirvientes utilizando el lenguaje de signos. No se sabe
con certeza si el moderno Lenguaje Turco de Signos está relacionado con
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el de la corte otomana, pero si lo está sería una prueba a favor del punto
de vista según el cual el paso del tiempo es el elemento crítico en la pérdida
de representación icónica.43
El lenguaje, por tanto, puede haber evolucionado a partir de la mí
mica, con la naturaleza arbitraria de algunas palabras o signos derivada
de la tendencia a una mayor economía y debida a las limitaciones del
medio a través del cual se expresan. La convencionalización, por supuesto,
depende del poder del cerebro para formar asociaciones, dado que el com
ponente icónico u onomatopéyico, que podría servir para indicar el signi
ficado, se pierde. Sabemos, por los estudios realizados con Kenzi y los
demás 'simios lingüísticos', que la habilidad para formar tales asociaciones
no es exclusiva de los humanos, aunque la capacidad humana para hacerlo
supera de lejos la de los simios. Kanzi ha aprendido unos cuantos cente
nares de símbolos, pero el humano alfabetizado medio posee un vocabula
rio de unas 50.000 palabras, la mayor parte de las cuales no son ni icónicas
ni onomatopéyicas.44 Es posible que esta sea la razón de que el cerebro hu
mano sea tres veces mayor en proporción al tamaño corporal que en los
grandes simios.45 Nosotros simplemente necesitamos un diccionario
mucho más grande.
Una vez establecida la convencionalización, no hay motivos para que
el lenguaje quede restringido al dominio visual. Las palabras habladas
serán tan efectivas como las señales utilizadas para expresarse. Pero esto
naturalmente plantea la cuestión de por qué el lenguaje cambió, al menos
en la mayor parte de humanos, para pasar del gesto manual al habla.
El cambio
La teoría gestual tiene un fallo casi fatal. Su punto más débil ha sido
siempre el cambio que habría sido necesario para pasar de un len
guaje visual a uno audible.46
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FOXP2
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Cambios anatómicos
Sea como sea, hay otras evidencias de que los toques finales que hicieron
posible el habla autónoma no estaban completos en el neandertal. Un re
quisito del habla articulada era el descenso de la laringe que ha creado el
tracto vocal en ángulo recto que nos permite producir la amplia serie de
vocales que caracterizan el habla. Philip Lieberman ha argumentado que
esta modificación había sido incompleta incluso en los neandertales, una
especie de Horno con un cerebro tan grande como el del Horno sapiens75 -al
go mayor, de hecho, pero dejémoslo aquí. Compartimos un ancestro
común con los neandertales desde hace 700.000 años, pero nos separamos
de ellos hace 370.000 años antes de compartir territorio en Europa hace
aproximadamente 50.000 años.76 Los neandertales se vieron llevados a la
extinción hace unos 30.000 años, sugiriendo que los humanos les disuadi
mos verbalmente de existir -una idea tal vez más aceptable que la de sim
plemente haberlos masacrado.
Los puntos de vista de Lieberman en este sentido son muy polémi
cos. 77 En directa contradicción con él, Tattersall escribe que "un tracto vocal
se había ya [ . . ] desarrollado en los humanos más de medio millón de años
.
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gitud.80 Esta fue la modificación que nos permitió emitir la serie completa
de sonidos vocales, desde la a hasta la u. Otra adaptación única del Horno
sapiens es la globularidad neurocraneal, definida como la redondez de la
bóveda craneal en los planos sagital, coronal y transversal,81 que proba
blemente es la responsable del mayor tamaño relativo de los lóbulos tem
poral y frontal respecto a otras partes del cerebro.
Otros datos anatómicos sugieren que los requisitos anatómicos de un
habla plenamente articulada probablemente no estuvieron completos
hasta un momento tardío en la evolución de Horno. Por ejemplo, el canal
hipoglosa! es mucho mayor en los humanos que en los grandes simios,
sugiriendo que el nervio hipogloso, que inerva la lengua, también es
mucho mayor en los humanos, lo que probablemente refleja la importan
cia que tienen en el habla los movimientos de la lengua. La evidencia
sugiere que el tamaño del canal hipoglosa! en los primeros australopite
cinos, y tal vez en Horno habilis, estaba dentro de los márgenes de los gran
des simios modernos, mientras que el tamaño del cráneo de los nean
dertales y de los primeros H. sapiens estaba dentro de los márgenes del
humano modemo,82 aunque esto es motivo de disputa.83 0tra pista es el
descubrimiento de que la región torácica de la médula espinal es relati
vamente mayor en los humanos que en los primates no humanos, proba
blemente debido a que el hecho de respirar mientras hablamos comporta
unos músculos extra en el tórax y el abdomen. La evidencia fósil indica
que esta ampliación no estaba presente en los primeros homininos o si
quiera en el Horno ergaster, que vivió hace 1,6 millones de años, pero sí en
diversos fósiles de neandertal. 84
Envalentonado por estas evidencias y sin duda alentado por el apoyo
recibido de su hijo, Philip Lieberman ha hecho recientemente la afirmación
radical de que "los requisitos anatómicos completos del habla aparecen
por vez primera en el registro fósil del Paleolítico Superior (hace unos
50.000 años) y están ausentes tanto en los neandertales como en los pri
meros humanos."85 Esta provocadora afirmación sugiere que el habla arti
culada emergió incluso después de la llegada del Horno sapiens hace unos
150.000 o 200.000 años. Si bien esta puede ser una conclusión extrema, el
grueso de la evidencia sugiere que el habla autónoma emergió muy tarde
en el repertorio humano. Tal vez la pregunta fundamental es si la capad-
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Se ha hecho cada vez más obvio que los lenguajes de signos de los sordos
tienen toda la sofisticación lingüística de los lenguajes hablados. En la Ga
llaudet University, de Washington DC, la enseñanza se imparte exclusiva
mente en el Lenguaje Americano de Signos e incluye todas las disciplinas
académicas habituales, incluida la poesía. En determinados aspectos, los
lenguajes de signos pueden representar una ventaja, dado que su mayor
componente icónico puede aportar nuevas pistas semánticas.
Dicho esto, por tanto, las ventajas del habla sobre el lenguaje manual
son probablemente más prácticas que lingüísticas. Consideremos cuáles
pueden ser estas ventajas.
Alcance espacial
El sonido llega a zonas inaccesibles a la vista. Podemos hablar con una
persona a la que no vemos mientras que el lenguaje de signos requiere el
contacto visual. Esto tiene la importante ventaja de permitir la comuni
cación de noche, especialmente en una época en que no existía la luz arti
ficial, descontando tal vez la hoguera del campamento. Los san, una
sociedad moderna de cazadores-recolectores, son famosos porque les gusta
hablar hasta altas horas de la noche, a veces toda la noche, para resolver
conflictos y compartir conocimientos. 86 Mary Kingsley, la conocida explo
radora británica de finales del siglo XIX, hizo la siguiente observación
sobre las tribus que encontró en África:
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entre sí a menos de que haya luz suficiente para que puedan ver los
gestos que acompañan a cualquier conversación.87
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Y todavía gesticulamos
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SEGUNDA PARTE
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5
Reviviendo el p asado
E
n Hidden Lives [Vidas ocultas], una biografía novelada de su fa
milia, la escritora británica Margaret Foster se describe ella misma
en tercera persona durante sus cinco primeros años de vida. Pero
a partir de los cinco años cambia a la primera persona. Explica este cambio
del siguiente modo:
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Hasta este momento del libro describe la vida de una niña algo difícil lla
mada Margaret como si fuera un miembro más de la familia, y a partir de
este momento todo lo ve a través de los lentes de la experiencia personal.
La transición de la biografía a la autobiografía, puede incluso presagiar la
llegada del concepto del yo. Es el comienzo de la memoria como fenómeno
recursivo, con la experiencia previa incrustada en la conciencia presente.
Mi propia memoria consciente empieza a los cinco años; me veo cami
nando con dificultad por un camino rural en dirección a mi primera escue
la, acompañado por unos niños mayores de mi calle a los que mi madre
había encomendado que se cuidaran de mí, pero que de hecho me marti
rizaban porque llevaba gafas. Hay unos cuantos episodios anteriores que
creo recordar, pero que pueden muy bien ser invenciones a partir de cosas
que me han contado. A menudo pido a mis alumnos universitarios que
me expliquen sus recuerdos más antiguos. Siempre hay alguien que pre
tende tener recuerdos que se remontan a la primera infancia, e incluso al
nacimiento, pero la mayor parte de los recuerdos son de cuando tenían
cuatro y cinco años. Esta pauta la corroboran las investigaciones realizadas
con adultos sobre los recuerdos anteriores a los ocho años de edad. Prác
ticamente nadie tenía recuerdos de los tres primeros años de vida, y el nú
mero de recuerdos iba aumentando progresivamente hasta el punto que
todos los adultos tenían recuerdos de un período anterior a los ocho años.2
En la nomenclatura de la psicología cognitiva moderna, la distinción
de Margaret Foster entre recuerdos reales y recuerdos inducidos está fuera
de lugar. La expresión 'acordarse de' se utiliza normalmente para referirse
al recuerdo de acontecimientos reales, localizados en el tiempo y en el es
pacio. Esto se conoce también como memoria episódica. Implica la proyec
ción consciente de uno hacia atrás en el tiempo, tal como hizo Margaret
Forster. La expresión 'saber que' se refiere a otro tipo de memoria, también
conocido como memoria semántica, que es el caudal de conocimientos que
uno posee pero que no implica la sensación de un recuerdo consciente.3
Sé que París está en Francia pero no tengo ningún recuerdo consciente de
cuándo lo aprendí. Por otro lado, puedo recordar vívidamente estar en
clase a los once años el día en que descubrí que (2n + 1), donde n es un nú
mero entero, era la forma general de expresar un número impar. Mi recuer
do está teñido de una sensación de triunfo, porque el profesor nos había
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Reviviendo el pasado
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Amnesias
Las imágenes funcionales del cerebro sugieren que puede haber mucho
solapamiento en las áreas activadas cuando las personas recuperan recuer
dos episódicos y semánticos, pero cada tipo de recuperación activa tam
bién regiones únicas.7 En casos de amnesia, que es la pérdida de memoria
causada por un daño cerebral, es la memoria episódica la que normal
mente soporta el grueso de la pérdida. La memoria semántica no se ve
prácticamente afectada. Un caso muy conocido es el del músico Clive Wea
ring, cuyo problema ha sido explicado en diversos documentales de tele
visión y en un libro escrito por su esposa Deborah.8 Wearing era un
prestigioso experto en música antigua y había hecho carrera en la BBC
cuando, a la edad de 46 años, contrajo un virus, el herpes simplex, que le
destrozó el hipocampo, una estructura en el lóbulo temporal inferior que
es fundamental para la memoria. La situación de Wearing la describe muy
bien el título de un documental de la ITV del año 2005, El hombre con una
memoria de siete segundos. Es decir, tiene memoria a corto plazo suficiente
para contestar preguntas, e incluso para conversar, aunque olvida rápida
mente los temas de los que ha hablado un momento antes.9 Recuerda al
gunos aspectos de su vida de antes de contraer la enfermedad. Por
ejemplo, reconoce a sus hijos pero no puede recordar sus nombres. Sin em
bargo, su memoria semántica permanece intacta. Su vocabulario tampoco
se ha visto muy afectado, y todavía sabe tocar el piano y cómo dirigir un
coro.
El caso más ampliamente estudiado de amnesia para los aconteci
mientos es el de H. M., que fue operado de una epilepsia grave a los 27
años.10 La operación destruyó la mayor parte de su hipocampo y de las re
giones circundantes, y le dejó en el mismo estado que Clive Wearing. Re
cordaba algunos de los episodios de su vida anteriores a la enfermedad,
pero tenía pérdidas de memoria que se remontaban a la operación y re
cordaba mejor episodios anteriores que posteriores. Esto llevó a la sugeren
cia de que el hipocampo es el responsable de fijar los recuerdos y retenerlos
de algún modo mientras tiene lugar la consolidación de los mismos en
otro lugar del cerebro. La pérdida de la función hipocampal, por consi
guiente, no solo impide que se formen nuevos recuerdos, sino que también
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La memoria inconsciente
Hay otro tipo de memoria que parece quedar intacta en casos de amnesia
profunda. Esto lo puso de manifiesto el descubrimiento de que H. M.
podía aprender nuevas habilidades, como la de dibujar especularmente,
que consiste en dibujar o siluetear un objeto viendo este y la mano sola
mente en el reflejo de un espejo. Esta es una tarea difícil, porque los movi
mientos de la mano vistos en un espejo están invertidos respecto a los
movimientos reales. H. M. mejoró con la práctica, igual que las personas
con déficits de memoria, pero nunca recordó haberlo hecho antes. Mostró
incluso una mejora consistente en tareas que requieren determinadas ope
raciones mentales, como el aprendizaje de movimientos. Un ejemplo es el
de la torre de Hanoi, una tarea en la que se amontonan unas anillas por
orden de tamaño sobre una de tres estacas o varillas, con la anilla más
grande en la parte de abajo. La tarea consiste en pasar todas las anillas a
otra estaca, de una en una, utilizando las tres estacas, pero sin colocar
nunca un anillo más grande sobre uno más pequeño. También en este caso
H. M. mostró una mejora sistemática, aunque nunca llegó a recordar cons
cientemente ver la solución del problema en intentos anteriores.
La memoria inconsciente subyacente a estas habilidades se denomina
memoria implícita, y es la que nos permite aprender algo sin que tengamos
conciencia de que lo estamos haciendo. Presumiblemente es un tipo de
memoria más primitiva en un sentido evolutivo que la memoria explícita,
que está hecha de memoria semántica y de memoria episódica. La memo
ria explícita se conoce a veces como memoria declarativa, porque es el tipo
de memoria de la que podemos hablar. La memoria implícita no depende
del hipocampo, por lo que la amnesia resultante de una lesión en el hipo
campo no impide totalmente la adaptación a nuevos entornos o condicio
nes, aunque dicha adaptación no entra en la conciencia. Yo no soy muy
bueno escribiendo a máquina o con el ordenador y conscientemente no
puedo decir muy bien dónde está cada tecla, excepto en lo tocante (sic) al
Reviviendo el pasado
hecho de que la U y la I están una al lado de otra, pero mis dedos encuen
tran rápidamente el camino hacia la tecla apropiada. Esto es memoria im
plícita. Debo añadir que solo utilizo dos dedos; los otros no saben nada.
La memoria implícita se mide a veces mediante una técnica llamada
priming [imprimación] . Por ejemplo, si se pide a alguien que recuerde una
serie de palabras que se le muestran en un laboratorio de psicología expe
rimental, su recuerdo de una palabra concreta puede mejorar si se la pre
cede con otra palabra relacionada con ella. Por ejemplo, la palabra animal
puede facilitar el recuerdo de la palabra pangolín. La imprimación es nota
blemente resistente. En un estudio, por ejemplo, se utilizaron fragmentos
de fotografías para imprimar el reconocimiento de fotografías u objetos
completos. Cuan40, 17 años más tarde, se mostró los mismos fragmentos
a personas que habían participado en el experimento original, pudieron
escribir el nombre del objeto asociado con cada fragmento con una preci
sión mucho mayor que el grupo de control que no había visto previamente
los fragmentos. Algunas de las personas implicadas no tenían recuerdos
conscientes del experimento realizado 17 años antes, y estas personas ob
tuvieron unos resultados ligeramente mejores que las que sí recordaban
la ocasión anterior.15
La fragilidad de la memoria
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giere que los fallos de memoria no se deben solo a los fallos de recupera
ción, que por supuesto ocurren, sino que también refleja fallos en el pro
ceso de almacenamiento.16 Por este motivo, una reunión de antiguos
alumnos es una experiencia aleccionadora.17 En una de dichas reuniones,
mis antiguos compañeros de escuela comentaron un acontecimiento apa
rentemente destacado que yo fui incapaz de recordar, pese a que supues
tamente había estado presente en el momento en que ocurrió. La simetría
se restableció cuando yo comenté algo que otros de mis compañeros pare
cían haber olvidado. Y por supuesto, algunas de las cosas que se contaron
estaban tan enriquecidas por la imaginación que de todos modos era im
posible recordarlas. Algunos de mis antiguos compañeros de escuela, eso
sí lo recuerdo bien, eran unos embusteros compulsivos ..
Sabemos ahora que nuestra memoria es como un colador; de hecho,
es tal la longitud y la complejidad de nuestras vidas conscientes que pro
bablemente solo retenemos una pequeña fracción de ellas. El escritor checo
Milan Kundera lo expresa de este modo en su novela Ignorancia:
Bueno, tal vez esto sea una exageración: una cienmillonésima de la vi
da vivida equivaldría a unos quince minutos. Pero de todos modos, la ma
yor parte de nuestras vidas conscientes pasan sin dejar rastro.
Es posible, sin embargo, que la pobreza de nuestra memoria para los
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acontecimientos sea adaptativa, dado que recordar todo lo que nos sucede
nos debilitaría, bloquearía nuestras mentes y las llenaría de cosas indesea
das, como restos de ropa vieja. Algunas personas, de hecho, parecen sufrir
por el hecho de que su memoria es demasiado buena.
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las cuales está conectada a otras neuronas -de hecho, algunas neuronas
tienen hasta 30.000 conexiones. Resulta difícil meterse en la cabeza tantos
números, aunque de hecho están dentro de la cabeza. Dado que los recuer
dos están almacenados probablemente en forma de interconexiones entre
neuronas, podemos sentirnos tentados a pensar que el cerebro tiene una
capacidad infinita. Pero el cerebro tiene otras muchas cosas que hacer
aparte de almacenar recuerdos. Sospecho, por tanto, que hay una especie
de equilibrio dinámico entre diferentes tareas mentales, y la obsesión con
algunas de estas tareas puede dificultar o impedir el desarrollo de otras.
A veces, como en el caso de las personas con el síndrome del sabio, el mo
tivo del desequilibrio puede ser patológico -un defecto del crecimiento o
en las hormonas que hace que algunas facultades se desarrollen a expensas
de otras. En otros casos, tal vez, puede que las obsesiones surjan en res
puesta a acontecimientos vitales catastróficos. E indudablemente se da
también la variación normal. Si no fuera así, la vida sería muy aburrida.
Falsos recuerdos
Aunque nuestros recuerdos del pasado pueden ser muy vívidos, hasta el
punto de que nos parece que podemos re-experimentarlos, puede muy
bien ser que no se correspondan exactamente con la experiencia original.
El recuerdo que tenemos de pasadas proezas está a menudo enriquecido
o distorsionado, y a menudo es completamente falso -"recordamos" cosas
que nunca han sucedido. Elizabeth Loftus, la pionera de la investigación
en este campo, narra un falso recuerdo relativo a la muerte de su propia
madre:
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En otra tristemente famosa cita del libro, Bass y Davis escriben: "Si
piensas que sufriste abusos y tu vida muestra síntomas de haberlos su-
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parte depende de unas reglas implícitas - los lingüistas ni siquiera las han
formulado todas explícitamente. En general, la memoria semántica perte
nece al ámbito de la educación, y está siendo continuamente actualizada
y ampliada mediante los procesos de la ciencia y la invención tecnológica.
La memoria episódica se encuentra en la cima de una pirámide evo
lutiva y proporciona la puesta a punto final en nuestras vidas personales.
Registrando acontecimientos concretos podemos reaccionar de un modo
más preciso a los acontecimientos similares que se produzcan en el futuro
y planear con detalle nuestras actividades futuras. También podemos
pasar por el cedazo diferentes episodios de nuestras vidas y extraer infor
mación relevante -tal vez de un modo análogo a la incrustación de frases
dentro de oraciones y de oraciones dentro de un relato. Conociendo lo que
salió mal en ocasiones anteriores podemos evitar una catástrofe similar en
el futuro. Según este punto de vista, por consiguiente, la memoria episó
dica no es tanto un registro permanente de acontecimientos pasados como
una serie de secuencias -algo así como videos de YouTube-, a veces enri
quecidas o distorsionadas, que nos proporcionan una reserva de situacio
nes que podemos utilizar para construir futuros viables y detallados.
Obviamente sería un despilfarro de espacio de almacenamiento registrar
todos los acontecimientos que experimentamos, dado que nuestras vidas
diarias están llenas de repeticiones. Los acontecimientos repetitivos pue
den contribuir a la memoria semántica, las generalidades del mundo, pero
la memoria episódica se ocupa de particularidades destacadas. Dicho esto,
la investigación todavía no ha determinado claramente qué episodios es
probable que sean recordados y cuáles no. La memoria episódica es algo
voluble al respecto.
Pero hay más cosas en juego que el examen del pasado. Como vere
mos en el próximo capítulo, la memoria episódica puede también propor
cionamos un sentido del tiempo, proyectándonos hacia el futuro o hacia
el pasado.
123
6
"Es un tipo de memoria muy pobre, esa que solo funciona hacia atrás",
observó la Reina.
Lewis Carroll, Alicia a través del espejo
U
n aspecto importante de la memoria episódica es que sitúa los
acontecimientos en el tiempo. Aunque a menudo no tenemos
una idea muy precisa de cuándo sucedió aquello que recorda
mos, normalmente tenemos al menos una idea aproximada, y esto es su
ficiente para dar lugar a una comprensión general del propio tiempo. La
memoria episódica nos permite viajar hacia atrás en el tiempo y revivir
conscientemente experiencias pasadas. Thomas Suddendorf califica esto
de viaje mental temporal y sugiere que esto, además de recordar aconteci
mientos pasados, nos permite imaginar acontecimientos futuros.1 Esto
también amplía las posibilidades recursivas; yo podría recordar, por ejem
plo, que ayer hice planes para ir a la playa mañana. El verdadero signifi
cado de la memoria episódica, por tanto, es que nos proporciona un
vocabulario con el que construir acontecimientos futuros y de este modo
ajustar mejor nuestras vidas. La selección natural no puede operar sobre
la base de recuerdos pasados per se, sino solo a partir de aquello que con
tribuye a la supervivencia en el presente y en el futuro.
Esta es una idea que tiene un respaldo creciente. Lo que se ha califi
cado de pensamiento episódico futuro,2 o sea, la capacidad de imaginar acon-
125
Michael C. Carba/lis/ La mente recursiva
tecimientos futuros, surge en los nifios hacia los tres o cuatro años.3 Los
126
Acerca del tiempo
Y dijo él: " ¿Qué es el tiempo? ¡Es algo para perros y monos!
¡El hombre tiene la eternidad! "
Robert Browning, E l faneral de u n gramático
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Michael C. Corballis/ La mente recursiva
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Acerca del tiempo
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Michael C. Corballis/ La mente recursiva
130
Acerca del tiempo
Pero aquí nos encontramos en terreno poco firme, ya que los concep
tos psicológicos son escurridizos, y a menudo resulta fácil explicar una
serie de resultados de diferentes maneras hasta encontrar una que se ade
cúe a las predilecciones teóricas de cada investigador. Aunque pueda de
cirse que los arrendajos o los ratones de campo sean hasta cierto punto
capaces de un cierto grado de viaje mental temporal, el contexto en el que
esto opera es muy limitado. Los arrendajos son especialistas en esconder
y recuperar alijos de comida, y su conducta en este contexto ha producido
sutilezas que tal vez no son generalizables a otras actividades. Y todos los
animales son especialistas en el acto del apareamiento. Y dudo que sean
capaces de tenderse a rememorar el pasado o a pensar en el futuro como
hacemos los humanos.
Una teoría que permite hacer una prueba potencial de viaje mental
temporal hacia el futuro es la llamada hipótesis de Bischof-Kohler, según
la cual solo los humanos pueden anticipar de un modo flexible sus propios
estados mentales futuros de necesidad y actuar en el presente para satisfa
cerlos.18 Vamos al supermercado a comprar comida aunque en ese momen
to no tengamos hambre, o asistimos a unos largos y a menudo aburridos
cursos universitarios con la pretensión de hacer más adelante una carrera
lucrativa. Ha habido varios intentos de refutar la hipótesis de que tales
conductas son exclusivas de nuestra especie. En un estudio, por ejemplo,
unos arrendajos a los que había dado la opción de dos alimentos diferentes
para esconder, dejaron de esconder uno de ellos si estaba a su disposición
más tarde, cuando tenían hambre. 19 Sin embargo, esta conducta podía estar
basada en el aprendizaje y no en la anticipación de qué tipo de comida es
taría disponible cuando les apretase el hambre20 -no hay motivos para pen
sar que los arrendajos sean capaces de viajar mentalmente en el tiempo
hasta una futura ocasión en la que estarán hambrientos. En todos los casos
descritos hasta ahora, procesos más simples que el viaje mental temporal
pueden dar cuenta de los resultados de los experimentos.
La fabricación de herramientas con una finalidad específica se cita a
veces como evidencia a favor de la existencia del viaje mental temporal
hacia el futuro. Me temo que, una vez más, hemos de dirigimos a las aves,
ya que los cuervos de Nueva Caledonia (Corvus moneduloides) son capaces
de fabricar herramientas con ramitas y trocitos de cable para resolver pro-
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Acerca del tiempo
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Michael C. Corballis/ La mente recursiva
1 AM !
I W l t.. L 'R E
Figura 10. Descartes descubre que existe en el tiempo (dibujo del autor).
se incrusta en otro mayor -como las pulgas más pequeñas del poema de
Augustus de Morgan en el dorso de otras más grandes. El tiempo también
puede entenderse de forma cíclica y no lineal. 28 Segundos dentro de minu
tos, minutos dentro de horas, horas dentro de días, días dentro de sema
nas, semanas dentro de meses, meses dentro de años, y así sucesivamente,
todos girando en un torbellino de ruedas dentro de otras ruedas. Unas eti
quetas explícitas, como las horas del reloj, los días de la semana o los meses
del año pueden ayudarnos a localizar acontecimientos concretos en el
tiempo, independientemente de los ritmos corporales o de las fluctuacio
nes estacionales.
Como he sugerido en el capítulo 1, es tal vez mediante la iteración y
no mediante la auténtica recursión como entendemos la naturaleza del
tiempo. Del mismo modo que los mañanas se extienden indefinidamente
hacia el futuro, los ayeres se extienden indefinidamente hacia el pasado.
Esta noción generalizada del tiempo tiene sus costes, como una persistente
sensación de culpabilidad derivada del recuerdo de determinadas indis
creciones, o la ansiedad derivada de la anticipación de determinados acon
tecimientos que podrían ser una repetición de otros anteriores nada
agradables. Pero la consecuencia más fatídica del viaje mental temporal
puede que sea la conciencia de que todos hemos de morir. Los versos del
himno de Isaac Watts "Oh God our Help in Ages Past" [Oh, Dios, nuestra
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Acerca del tiempo
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Acerca del tiempo
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7
H
ace poco le preguntaron a Jane Goodall, que conoce a los chim
pancés mejor que nadie, en qué se distinguen estos de los hu
manos. Y esto fue lo que contestó:
¿Qué es lo más obvio que hacen los humanos y ellos no? Los chim
pancés pueden aprender el lenguaje de signos, pero en estado sal
vaje, que sepamos, no son capaces de comunicarse acerca de cosas
que nu c;:;tán pn::.sentes. No pueden explicar lo que sucedió cien años
atrás, eÁcepto mostrando que tienen miedo en determinados luga
res. No pueden obviamente hacer planes con cinco años de antela
ción. Si pudiesen hacerlo, podrían comunicarse entre ellos y explicar
qué es lo que los lleva a hacer estos alardes tan espectaculares. A mi
modo de ver, lo que compartimos con ellos es esa sensación de asom
bro y de temor reverencial. Cuando tuvimos estos sentimientos y
desarrollamos por evolución la facultad de hablar acerca de ellos,
pudimos empezar a crear las primeras religiones.1
Hasta ahora hay pocas pruebas convincentes de que algún animal aparte
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Michael C. Corballis/ La mente recursiva
140
La gramática del tiempo
golf que han jugado. De modo parecido, nuestros amigos están siempre
dispuestos a revelar sus planes sobre alguna empresa futura que piensan
montar o sobre una conquista romántica que están seguros de poder llevar
a cabo. En la evolución de nuestra especie, pues, el lenguaje y el viaje men
tal temporal parecen estar relacionados. El lenguaje pudo haber evolu
cionado precisamente para que pudiéramos compartir nuestros viajes
mentales en el tiempo, y la ausencia de lenguaje en otras especies puede
que sea una prueba de la ausencia de viaje mental temporal.
Pese a lo tedioso que resulta tener que escuchar con detalle qué hizo
alguien el último fin de semana, el hecho de compartir con los demás nues
tro pasado y nuestro futuro es ciertamente adaptativo. Incluso los jugado
res de golf pueden sacar provecho de los alardes verbales de otros
jugadores -los únicos a los que no les sirve de nada son los jugadores más
torpes. Si la memoria episódica surgió en el curso de la evolución para per
mitimos planear nuestro futuro y elegir entre diferentes alternativas, es
obviamente beneficioso que podamos añadir las experiencias de otros a
las propias. Los humanos parecemos tener un interés exagerado en la vida
de los demás, ya sea mediante el chismorreo con nuestros amigos o con la
lectura de la prensa sensacionalista. Para ser valiosos, además, los episo
dios no tienen por qué basarse en hechos, y la mayoría de nosotros tam
bién somos adictos a los culebrones televisivos, a las películas y a las
novelas -incluso a las just-so stories o explicaciones imaginarias.3 Los na
rradores más hábiles pueden crear episodios ficticios muy reveladores de
la condición humana. La predilección universal por las historias de asesi
natos o de misterio, por ejemplo, puede ayudamos a entender los capri
chos, y probablemente los aspectos más arteros y retorcidos de la conducta
humana. Volveremos sobre este punto más adelante. Cuando estudiaba
un curso de postgrado en psicología en la McGill University de Montreal,
tuve que matricularme obligatoriamente en un seminario impartido por
el legendario Donald O. Hebb, el psicólogo más famoso de Canadá, que
solía decimos que se aprende más sobre relaciones humanas leyendo no
velas que asistiendo a clases de psicología.4 (Debo decir que yo no dejé de
asistir a sus clases.)
Yo creo que el lenguaje gramatical evolucionó fundamentalmente para
permitimos compartir episodios, ampliando mucho de este modo el vo-
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Michael C. Corballis/ La mente recursiva
La representación simbólica
142
La gramática del tiempo
porta realmente cómo sean los símbolos, siempre que sean lo suficiente
mente distintos unos de otros para evitar confusiones.
En el capítulo 4 me he referido al punto de vista de Ferdinand de Saus
sure según el cual el lenguaje está por definición compuesto de signos que
son arbitrarios, más que icónicos u onomatopéyicos. Sostenía yo allí, a di
ferencia de Saussure, que el uso de símbolos arbitrarios deriva de preocu
paciones prácticas más que de necesidades lingüísticas. Los lenguajes de
signos permiten, respecto al habla, un mayor uso de símbolos cuya forma
da una pista física de aquello a lo que se refieren, dado que dichos lengua
jes operan en un medio visual, y que la mayor parte de las cosas de las que
hablamos, ya sean objetos o acciones, pueden ser descritas visualmente
más que acústicamente. Pero incluso en los lenguajes de signos los símbo
los tienden a ser convencionalizados y a perder su aspecto gráfico. Y aun
que una imagen puede valer más que mil palabras, las imágenes tardan
demasiado tiempo en construirse para ser eficientes en la comunicación,
especialmente dado lo limitado de nuestros recursos corporales. Las aso
ciaciones que formamos entre símbolos y conceptos son también lo sufi
cientemente ricas como para que los propios símbolos sean una especie de
taquigrafía. Cuando queremos referimos a diferentes razas de perros, por
ejemplo, bastan unas etiquetas para evocar las imágenes apropiadas; la
mente, no el símbolo, es la que hace el trabajo. De este modo, palabras
como 'galgo', 'sabueso' o 'pastor escocés' no tienen ninguna relación con
esas variedades de perro, o siquiera entre sí, pero gracias a ellas podemos
imaginamos qué aspecto tiene cada una, y si somos amantes de los perros,
también podemos evocar sus otras características distintivas.
En interés de la velocidad y la eficiencia, además, las palabras más
frecuentes tienden a ser más cortas. Esto lo expresa la Ley de Zipf, que
afirma que la longitud de una palabra es inversamente proporcional a la
posición que ocupa en la lista de frecuencias. La razón de ello se deduce
fácilmente del título del libro de Zipf, publicado en 1949, Human Behavior
and the Principie of Least Effort [La conducta humana y el principio del mí
nimo esfuerzo]. El lenguaje se calibra a sí mismo de modo que requiera el
menor esfuerzo posible, y las palabras tienden a hacerse cada vez más cor
tas a medida que se vuelven más comunes. De ahí que pasemos, por ejem
plo, de 'televisión' a 'tele', y de 'universidad' a 'uni'.
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La gramática del tiempo
Marcando el tiempo
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La gramática del tiempo
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Benjamin Lee Whorf sostenía que ejemplos como este reflejaban la influen
cia del lenguaje sobre el pensamiento, una idea que impresionó al lingüista
Edward Sapir y que se conoce como la hipótesis Sapir-Whorf. Whorf es
taba especialmente interesado en los lenguajes nativos americanos y obser
vó que el lenguaje hopi "parece no contener palabras, formas gramaticales,
construcciones o expresiones que se refieran directamente a lo que noso
tros llamamos 'tiempo', o al pasado, presente y futuro."18 Resulta que
Whorf se equivocaba en esto, pues el trabajo posterior de Ekkehart Malotki
148
La gramática del tiempo
puso de manifiesto que los hopi tienen múltiples formas de hablar del
tiempo, incluido el uso de flexiones verbales.19 De todos modos está más
en consonancia con este capítulo suponer que el lenguaje refleja el pensa
miento que no al revés. Es decir, los piraha tienen limitaciones en su forma
de hablar del tiempo porque viven básicamente en el presente.20
Como vimos en el capítulo 2, hay otras limitaciones en el lenguaje de
los piraha. No tiene números ni sistemas para contar, ni términos para los
colores, y puede incluso decirse que no tiene verbos, en el sentido de
verbo como categoría lingüística; los piraha aprenden verbos de uno en
uno como entidades individuales. Como vimos en el capítulo 4, los piraha
también se las arreglan con menos fonemas que cualquier otro grupo lin
güístico.
El ejemplo de los piraha refuerza la idea de que el lenguaje gramatical
es efectivamente una consecuencia de la conciencia del tiempo y de la ha
bilidad para viajar mentalmente en el tiempo. Sin la carga del tiempo,
puede que el lenguaje tenga la libertad para desarrollarse en otras direc
ciones. Por ejemplo, Everett nota que los piraha se comunican casi tanto
hablando como cantando, silbando y tarareando, y poseen una prosodia
muy rica, con una distinción quíntuple entre tipos silábicos. Y también
pueden mentir y contar chistes, dos atributos indispensables de los huma
nos. Tienen muchas más cosas interesantes que comunicarse que las
aburridas incidencias de un partido de golf.
Generatividad
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La gramática del tiempo
estas convenciones tiene que ver con el orden en el que las palabras se co
locan al ser proferidas o expresadas con gestos. Los episodios más básicos
son los que tienen que ver con objetos o con acciones, por lo que las pri
meras ¿palabras' fueron probablemente sustantivos y verbos, una idea de
fendida por el filólogo inglés del siglo XVIII John Home Tooke, que
consideraba los nombres y los verbos como ¿palabras necesarias.'25 El epi
sodio prototípico de alguien haciendo algo a alguien o a algo, por lo tanto,
requiere un sustantivo que haga de sujeto, un verbo que describa la acción,
y otro sustantivo que sea el objeto de la acción. Cómo se ordenan estos ele
mentos es simplemente una cuestión de convención. En inglés, la conven
ción es colocarlos en este orden: sujeto verbo objeto (SVO). Para utilizar un
ejemplo un tanto manido, la frase ºDog bites man" [Perro muerde a hom
bre] significa algo muy diferente de ºMan bites dog" [Hombre muerde a
perro]; esta segunda frase es una noticia, la primera es simplemente un
caso muy habitual de mala suerte personal, o tal vez un triunfo, desde el
punto de vista del perro. Entre los lenguajes del mundo, el orden de pala
bras más común es SOV, con el verbo al final. Los lenguajes SOV van desde
el ainu al yukaghir. De hecho, en el conjunto de lenguajes del mundo se
dan al parecer todas las combinaciones posibles, aunque me dicen que solo
existen cuatro lenguajes OSV. 26
Ya que solo podemos pronunciar las palabras de una en una, en el
habla el orden de las palabras tiene una importancia fundamental. Algu
nos lenguajes, sin embargo, marcan los roles que desempeñan las dife
rentes palabras introduciendo cambios en ellas. En latín, por ejemplo, el
sujeto y el objeto de una frase se señalan con diferentes inflexiones -cambios
al final de la palabra- y las palabras pueden reordenarse sin que cambie
su significado. Así, canis virum mordet significa Perro muerde a hombre,
mientras que canem vir mordet significa Hombre muerde a perro, aunque lo
más normal era colocar también el sujeto primero. El lenguaje aborigen
australiano walpiri es un ejemplo más extremo de un lenguaje flexivo en
el que el orden de las palabras no comporta prácticamente ninguna dife
rencia. Estos lenguajes se conocen a veces como lenguajes desordenantes. El
chino, en cambio, es un ejemplo de lenguaje aislante en el que las palabras
no se declinan y en el que se crean diferentes significados añadiendo pa
labras o alterando el orden de estas. El inglés está más cerca de ser un
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1 52
La gramática del tiempo
Los recuerdos episódicos, junto con las reglas combinatorias, nos permiten
no solo crear y comunicar posibles episodios en el futuro, sino también
episodios imaginarios. Como especie somos únicos contando historias. De
hecho, la línea divisoria entre la memoria y la ficción es borrosa; cada his
toria ficticia contiene elementos de memoria, y muchos recuerdos contie
nen elementos de ficción. Las historias pueden estar situadas en el pasado,
como en la ficción histórica, o en el futuro, como en los libros proféticos
como 1 984 de George Orwell (una fecha que hoy pertenece ya al pasado,
gracias a Dios), o pueden estarlo en algún momento no especificado del
tiempo. Por supuesto, las historias también llevan su propia marca de
tiempo. Respecto a un determinado momento de la novela, hay un pasado
y un futuro, aunque el autor tenga la potestad de moverse caprichosa
mente hacia adelante y hacia atrás entre uno y otro.
Las historias son adaptativas porque nos permiten ir más allá de la
experiencia personal hasta lo que podríamos haber sido o lo que podría
mos ser en el futuro. Proporcionan una forma de ensanchar y compartir
experiencias para que podamos adaptarnos mejor a los futuros posibles.
Además, las historias tienden a institucionalizarse, garantizando que la
información compartida se extiende a importantes secciones de la comu
nidad, creando conformidad y cohesión social. Ejemplos de ello son las
historias de la Biblia, el Corán, el Harry Potter de J. K. Rowling, o los cule
brones populares de la televisión. Incluso la predilección casi universal
por las historias de asesinatos puede que tenga una importancia adaptati
va. Nos ponen sobre aviso respecto a acontecimientos que podrían suceder
(y esperamos que no lo hagan) y de este modo nos proporcionan esce
narios que podríamos seguir si lo hiciesen y ello hace que estemos mejor
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La gramática del tiempo
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TERCERA PARTE
TEORÍA DE LA MENTE
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158
8
Hay tres clases de intelectos: uno que comprende por sí mismo; otro que
aprecia lo que otros comprenden; y un tercero que ni comprende por sí
mismo ni por la demostración de otros; el primero es el más excelente, el
segundo es bueno, y el tercero es inútil.
Nicolás Maquiavelo, El príncipe
M
uchas personas creen que los pensamientos pueden transfe
rirse de una persona a otra por medios extrasensoriales. Esto
se conoce como telepatía. En 1882 se fundó en Londres la So
ciety for Psychical Research para investigar la telepatía y otros fenómenos
paranormales, como espíritus, trances, levitaciones, médiums y comuni
cación con los muertos. Su primer presidente fue Henry Sidgwick, que
después sería profesor de filosofía moral en el Trinity College de Cam
bridge, y otros distinguidos miembros de la Sociedad fueron el físico ex
perimental Lord Raleigh, el filósofo Arthur Balfour, que sería primer
ministro de Inglaterra desde 1902 a 1905, y Sir Arthur Conan Doyle, autor
de las historias protagonizadas por Sherlock Holmes. La Sociedad atrajo
el interés de psicólogos famosos, como Sigmund Freud y Carl Jung, y el
pionero de la psicología en América William James quedó tan impresio
nado que poco después fundó la American Society for Psychical Research.
Estas sociedades, y otras muchas dedicadas al estudio de lo paranor
mal, permanecen en activo hoy. En diversas universidades se crearon la
boratorios para el estudio de los fenómenos paranormales, con la Univer
sidad de Stanford abriendo el camino en 1911 . Bajo la dirección del famoso
159
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La lectura del pensamiento
Teoría de la mente
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La lectura del pensamiento
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Arme. Sally tiene una cesta y Arme una caja. Sally pone una canica en su
cesta y abandona la escena. Mientras Sally está fuera, Arme saca la canica
de la cesta y la guarda en su caja. Cuando Sally regresa, le preguntan al niño
dónde buscará Sally la canica. Niños de menos de cuatro años contestan
normalmente que mirará si está en la caja, que es donde está realmente la
canica. Los niños mayores de cuatro años entienden que Sally no ha visto
cómo Arme cambiaba de sitio la canica y contestan correctamente que Sally
la buscará en la cesta. Entienden que Sally tiene una creencia falsa.
El test de Sally y Anne es un clásico en la psicología del desarrollo,
pero es posible que sobreestime la edad a la que los niños desarrollan una
teoría de la mente. El test requiere no solo que el niño recuerde una serie
de hechos, sino también que entienda bien la pregunta que le hacen. Un
estudio reciente sugiere que es posible que los niños entiendan falsas
creencias a partir de los dos años. Unos niños de 25 meses de edad con
templaron una filmación en la que un actor colocaba una pelota en una
caja. Luego el actor miraba hacia otro lado y alguien sacaba la pelota de la
caja. Cuando el actor regresaba, 1 7 de cada 20 niños miraban en la caja
donde había estado la pelota, evidentemente esperando que el actor la bus
case erróneamente allí. Aquellos niños parecían entender que el actor ten
dría una falsa creencia.7
La teoría de la mente surgió por evolución debido a que nuestra vida
social es muy compleja, y a que nos relacionamos tanto con personas como
con objetos, o por lo menos lo hacíamos hasta que se inventaron los orde
nadores. Sobrevivir en el Pleistoceno, cuando nuestros antepasados tenían
que competir con unos carnívoros peligrosos en la sabana africana, re
quería cooperación e inteligencia social. La importancia de la vida en el
Pleistoceno para la formación de la mente humana la explicaremos de
talladamente en el capítulo 11, pero baste decir que el éxito reproductivo
en los humanos está más relacionado con el éxito social que con los atri
butos físicos. 8
Puede, sin embargo, que haya un lado oscuro en la inteligencia social,
porque algunos individuos poco escrupulosos pueden aprovecharse de
los esfuerzos cooperativos de otros sin echar una mano ellos mismos. Estos
individuos se conocen como gorrones. Para contrarrestar su forma de ser
la evolución ha producido formas de detectarlos. La psicología evolucio-
164
La. lectura del pensamiento
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La lectura del pensamiento
mismo del concepto del yo. Esto nos devuelve al párrafo inicial de este
libro y al famoso silogismo de Descartes "Pienso, luego existo". Dado que
Descartes estaba apelando a su propio pensamiento sobre el pensar, esto
es intencionalidad de segundo orden. Por supuesto, también entendemos
que el yo continúa a través del tiempo, lo que requiere la comprensión (re
cursiva) de que nuestra conciencia también trasciende el presente.
Personas y cosas
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Este tipo de autismo compatible con una inteligencia notable, algo obvio
en personas como Temple Grandin, se conoce como el síndrome de Asper
ger. Las personas que sufren este trastorno a menudo pueden pasar pruebas
de falsas creencias, como el test de Sally y Anne, pero aparentemente lo
hacen mediante el razonamiento verbal y si reciben instrucciones explícitas
acerca de la tarea en cuestión. Como he señalado antes, los niños normales
parecen dar muestras instintivamente de comprender lo que es una falsa
creencia mucho antes de poderlo explicar verbalmente. Las personas con el
síndrome de Asperger no lo hacen, lo que da a entender que carecen de la
comprensión espontánea de lo que significa una falsa creencia. 21
Se ha sugerido que en el otro extremo del espectro del autismo se en
cuentra la psicosis. 22 Al menos algunos aspectos de la psicosis parecen
reflejar un hipermentalismo. Entre los síntomas más floridos de la esqui
zofrenia, por ejemplo, están las alucinaciones, las falsas ilusiones y la para
noia. Es como si los esquizofrénicos leyeran demasiadas cosas en la mente
de otros, hasta el punto de creer ser objeto de un complot para asesinarles
o que sus propias mentes están controladas por un agente externo mal
vado. El psiquiatra escocés R. D. Laing23 era especialmente hábil expre
sando la mentalidad recursiva que puede hacer descarrilar las relaciones
sociales y favorecer el desarrollo de la psicosis. Estos son tres fragmentos
de uno de sus libros, que lleva el acertado título de Nudos:
Jack: Perdóname.
Jill: No.
Jack: Nunca te perdonaré que no me perdones.
168
La lectura del pensamiento
El sexo y el cerebro
Hasta cierto punto al menos, el espectro autista-psicótico parece tener al
guna incidencia en la diferencia entre hombres y mujeres. Simon Baron
Cohen ha descrito el autismo como una conducta masculina extrema, y
los hombres en general parecen más interesados en las cosas que en las
personas25 -y de hecho tienden a tratar a las mujeres más como cosas que
169
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
como personas. Pese a los esfuerzos de las feministas, los niños pequeños
parecen preferir los coches y los aviones de juguete, mientras que las niñas
se inclinan más por las muñecas y el estuche del maquillaje de sus madres.
Los síntomas positivos de la esquizofrenia son más comunes en las mujeres
que en los hombres, aunque los síntomas negativos y la esquizofrenia en
general son algo más comunes entre los hombres. Las mujeres tienden a
ser más religiosas que los hombres, como hemos visto. Esto puede conside
rarse como una manifestación más bien compleja de la teoría de la mente.
Los estudiantes de psicología, la ciencia de la mente, son predominante
mente mujeres -al menos en los departamentos de psicología con los que
yo estoy familiarizado, aunque en los viejos tiempos del conductismo ha
bía bastantes más hombres en ellos. Los hombres se sienten más atraídos
por las ciencias del mundo físico.
La base biológica del espectro autista-psicótico puede que dependa
más de los genes matemos y paternos que del sexo biológico de los hijos.
La guerra de los sexos empieza en el útero con el fenómeno de la impronta
[imprinting]. Los cromosomas vienen a pares, uno procedente de la madre
y otro del padre, y la impronta significa que uno u otro pueden ser domi
nantes. Los padres tienen diferentes intereses en el destino de su prole, y es
to puede manifestarse en la relativa influencia de los genes matemos y
paternos. En los mamíferos, la única contribución obligatoria del macho a
su descendencia es el semen, y el padre confía principalmente en sus genes
para influir en sus hijos y hacer que se comporten de una forma que re
fuerce sus intereses biológicos. Los genes paternos deberían, por consi
guiente, favorecer el comportamiento egoísta de los hijos, utilizando
recursos de la madre e impidiéndole utilizarlos en hijos que podrían haber
sido engendrados por otros padres. La madre, por otro lado, ha seguido
invirtiendo en sus hijos tanto antes del nacimiento, en forma de nutrientes
sacados de su propio cuerpo, como después, en forma de lactancia y de
cuidados maternales. Los genes maternales, por consiguiente, deberían
operar para conservar sus recursos favoreciendo la sociabilidad y la edu
cabilidad26 -niños bien educados que van a la escuela y hacen lo que se les
dice.
Los genes matemos se expresan sobre todo en la corteza cerebral, re
presentando la teoría de la mente, el lenguaje y la competencia social,
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La lectura del pensamiento
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Su caso [el de Lamb] pone tal vez de manifiesto que la locura es com
patible con una considerable genialidad y que no pocas veces coexis
te con ella.31
1 72
La lectura del pensamiento
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La lectura del pensamiento
manos. Solo cuando una de las personas estaba realmente mirando hacia
otro lado, los chimpancés elegían al que les estaba mirando directamente
a ellos. Los niños pequeños, por otra parte, entienden enseguida que tienen
que abordar a la persona que puede verles y saben que esto tiene que ver
con los ojos. El fallo del chimpancé para apreciar esto no surge porque no
pueda observar los ojos de la persona, ya que pueden seguir fácilmente la
dirección de la mirada de la persona que tienen delante. Los chimpancés
pueden eventualmente elegir a la persona que puede verlos, pero su com
portamiento se explica más fácilmente sobre la base del aprendizaje aso
ciativo y no desde la comprensión de que los ojos sirven para ver.
Otro experimento depende de la aparente comprensión que tienen los
chimpancés de lo que significa señalar con el dedo. Si una persona se en
cuentra frente a un chimpancé y señala con el dedo a una de dos cajas si
tuadas a su derecha y a su izquierda, el chimpancé comprende bastante
fácilmente que si quiere comida tiene que abrir la caja que está señalando
la persona. Pero la elección no es necesariamente esta si la persona señala
a una de las cajas desde cierta distancia, y es sistemáticamente invertida
si la persona se encuentra cerca de la caja que no contiene la comida y seña
la la otra caja. Parece que el chimpancé responde sobre la base de lo cerca
que está la caja con la comida de la mano que la señala, y no en función de
hacia dónde señala realmente la mano.
Pero los chimpancés sigue� efectivamente la mirada,39 igual que hace
mos los humanos, y esto sugiere que puede que tengan alguna compren
sión de lo que están viendo los otros. Povinelli sostiene, sin embargo, que
comportamientos como el de seguir la mirada tienen la misma base instin
tiva en los humanos que en otros primates, pero que nosotros 'reinterpre
tamos' estos comportamientos como más sofisticados de lo que realmente
son.40 Por ejemplo, nosotros podemos seguir espontáneamente la mirada
de alguien que parezca estar mirando algo en el cielo sin hacer un ejercicio
intelectual (y presumiblemente consciente) del tipo: Este individuo parece
estar viendo algo interesante allá arriba. El hecho de seguir la mirada puede
simplemente ser una respuesta adaptativa que alerta a otros animales de
un peligro o una recompensa, pero nosotros los humanos lo hemos inte
lectualizado, a menudo a posteriori. Recuérdese también que incluso los
niños dirigen la mirada anticipadamente al lugar en el que un actor cree
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¿Dónde estamos?
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9
El lenguaje y la mente
El lenguaje político -y con algunos matices esto vale para todos los partidos
políticos, desde los conservadores hasta los anarquistas- está pensado para
hacer que las mentiras parezcan verdades y los asesinatos respetables, y
para dar una apariencia de solidez a lo que solo es humo.
George Orwell, Politics and the English Language (1946)
E
n su novela 1 984, Orwell hace un retrato muy desalentador de un
futuro en el que la tecnología definitiva para el control del pensa
miento es la neolengua, un lenguaje capaz de hacer imposibles
todos los modos de pensamiento excepto aquellos que necesita el Ingsoc
['English socialism']. Hemos dejado penosamente atrás el año 1984, pero
la vida política, al menos, sigue estando repleta de eufemismos concebidos
para hacernos pensar de manera diferente. De este modo, daños colaterales
es una forma de referirse al asesinato de personas inocentes durante la
guerra; desfavorecido significa 'pobre'; especial significa 'minusválido', y li
quidar significa 'asesinar'. En 1933, el conde Alfred Kozybski, un ingeniero,
fundó el movimiento extremista Semántica General, que popularizaron
Stuart Chase en un libro titulado Tyranny of Words [La tiranía de las pala
bras] y Samuel khiye Hayakawa en el superventas Language in Thought
and Action. Hayakawa fue más tarde presidente del San Francisco State
College y obtuvo notoriedad por su celo en reprimir la protesta estudiantil.
Según la Semántica General, la locura humana la produce el daño semán
tico creado por la estructura del lenguaje.
La relación entre el lenguaje y el pensamiento es uno de los temas más
183
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
184
El lenguaje y la mente
de ser algo irónico que fuese en la Alemania nazi donde se prohibió por
primera vez la caza del zorro con perros, en virtud de un decreto de Her
mann Güring de 1934. En Gran Bretaña, la Ley sobre la Caza del año 2004
dice que "un cazador comete un delito si caza a un mamífero salvaje sir
viéndose de un perro, a menos que él haya sido expresamente autorizado
a hacerlo. "4
Pensándolo solo un poco, sin embargo, llegaríamos a la convicción de
que otros animales también piensan un poco. La relación amistosa entre
un perro y un gato depende de unos comportamientos que no son mera
mente reflejos. Los conductistas incluso daban por supuesto que las leyes
que rigen la conducta humana podían entenderse haciendo experimentos
con ratones y con palomas. Naturalmente, los conductistas preferían no
hablar de conciencia o de eventos mentales, de modo que incluso la acti
vidad humana era descrita en términos de conducta, no de pensamientos,
aunque la idea de que existe una continuidad entre animales y humanos
tenía una importancia primordial. Como decía John B. Watson, el fundador
del conductismo: "El conductismo no reconoce la existencia de una línea
divisoria entre los hombres y los animales. "5 En el capítulo 3 expliqué que
los estorninos eran capaces de resolver problemas analizando secuencias
que sus experimentadores creían que precisaban del procesamiento recur
sivo. Podríamos decir que, adoptando una estrategia más simple y tam
bién más inteligente, los estorninos habían superado a sus cuidadores
humanos. También en el capítulo 3 describí los experimentos clásicos de
Wolfgang Kohler sobre la intuición en los chimpancés.
Tal vez el defensor más elocuente del reconocimiento de la conciencia
y el pensamiento animal fue el difunto Donald R. Griffin, cuyo libro de
1976 The Question of Animal Awareness decía que la comunicación animal
ofrecía "una posible vía de acceso a la mente animal. " Griffin siguió escri
biendo sobre este tema, y su libro más reciente, Animal Minds: Beyond Cog
nition to Consciousness (2001) se abre con la siguiente anécdota:
185
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
con las manos y con los dientes, y si bien sabe utilizar un palo o una
roca relativamente blanda para abrir las nueces, mucho más abun
dantes, de la especie Coula edulis, las nueces de panda son tan duras
que solo es posible abrirlas golpeándolas con una roca mucho más
dura. En el bosque tropical hay muy pocas piedras, pero el chim
pancé camina unos 80 metros y se dirige directamente a otro árbol
bajo el cual unos días antes ha abierto una nuez de panda con un
trozo grande de granito. Arrastra este trozo de granito hasta el lugar
donde ha encontrado la nuez, la coloca de forma que se sostenga
entre dos raíces y con unos cuantos golpes certeros consigue cascar
la nuez.6
1 86
El lenguaje y la mente
187
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
tnilar al mío, de modo que espero que los diversos ejemplos que utilizo
tengan un sentido para usted. De todos modos, trato de explicar Inis ar
gumentos mejor y con más detalle de lo que lo haría si me estuviera co
municando con alguno de los colegas que trabajan en Ini Inismo campo
-de todos modos estos colegas no me leerían, ya que me conocen muy bien
a mí y las cosas que escribo. Del trabajo mental implícito en las cosas que
decimos, ya sea en una conversación informal o cuando pronunciamos
una conferencia, se ocupa una disciplina que lleva el nombre de lingüística
cognitiva. Uno de sus más destacados practicantes, Gilles Fauconnier, es
cribe que "cuando iniciamos una actividad lingüística cualquiera, nos ba
samos inconscientemente en un enorme caudal de recursos cognitivos y
culturales, apelamos a modelos y marcos, establecemos múltiples cone
xiones, coordinamos un gran caudal de información y procedemos a esta
blecer multitud de relaciones, transferencias y elaboraciones creativas."9
El descubritniento del papel esencial que desempeña la teoría de la
mente en el lenguaje puede atribuirse en buena medida al filósofo Paul
Grice, que decía que el verdadero lenguaje requiere que el que habla tenga
la intención de cambiar las creencias que hay en la mente del que escucha
mediante el reconocimiento de dicha intención. (¿Qué le parece esto, como
ejemplo de oración recursiva?) Grice estaba mucho más interesado en el
complejo razonatniento que tiene lugar al descifrar cuál es el significado
de una frase determinada. Él mismo pone un ejemplo de lo que puede
haber debajo de una proposición, P, en relación con determinada idea o
pensamiento no formulado, Q:
188
El lenguaje y la mente
189
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
190
El lenguaje y la mente
glimpse -
seem to glimpse -
need to seem to glimpse -
afaint afar away over there what -
folly for the need to seem to glimpse afaint afar away over there what -
what -
what is the word -
what is the word**
*. Hablo a los árboles pero no me escuchan / Hablo a las estrellas pero nunca me oyen /
La brisa no tiene tiempo de pararse a escucharme/ Hablo a todos ellos en vano.
**. Vislumbre - / parece que vislumbre - / necesito que parezca que vislumbre - /desvaído
lejos fuera allí cuál - / absurda la necesidad de que parezca que vislumbre desvaído lejos
fuera allí cuál - / cuál es la palabra - / cuál es la palabra.
191
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
La ironía y la metáfora
Del mismo modo que los filósofos afirman que ninguna verdadera
filosofía es posible sin la duda, nosotros podemos afirmar que ninguna
vida auténticamente humana es posible sin ironía.
S0ren Kierkegaard, El concepto de ironía (1841)
192
El lenguaje y la mente
fortuna desea encontrar una esposa. " En realidad está diciendo lo contra
rio: son las mujeres, o mejor dicho sus madres, las que desean desespera
damente encontrar un buen partido para sus hijas. Jonathan Swift también
estaba siendo irónico cuando publicó Una modesta proposición para resolver
el problema del hambre y la superpoblación en Irlanda comiendo niños.
En El rescate de Jefe Rojo, el narrador O. Henry se refiere a una ciudad "tan
plana como una crepe y que responde al nombre de Summit ['Cumbre'],
por supuesto. " Una forma algo rudimentaria de ironía es el sarcasmo, que
se indica con un tono de voz socarrón. Dostoyevski lo calificaba de "el úl
timo refugio de las personas modestas y sencillas cuando la privacidad de
su alma se ve tosca e intrusivamente invadida."18
La ironía depende de la teoría de la mente, concretamente de la cer
teza de que el que escucha entenderá la verdadera intención del que
habla. Se usa habitualmente entre amigos que comparten actitudes y for
mas de pensar; se ha incluso calculado que la ironía se utiliza en un 8 por
ciento de los intercambios conversacionales entre amigos. 19 La ironía
puede volverse peligrosa si uno la usa fuera del círculo de sus amigos y
conocidos -como neozelandés, a veces me he sentido incomprendido,
normalmente debido a diferencias culturales. Estoy seguro de que los ja
poneses o los italianos tendrán un sentido del humor propio y muy
agudo, pero tengo la sensación de haber dejado en estos países un rastro
de indignación.
La ironía parece plantear dificultades especiales a los autistas. Szilvia
Papp se refiere a un chico de 16 años aquejado de autismo pero por lo
demás muy inteligente que se matriculó para hacer cinco exámenes GCSE
en Gran Bretaña y se quedó muy preocupado cuando su padre le dijo en
broma: "Si no apruebas, tendrás que intentarlo de nuevo."2º Estas dificul
tades se dan también en otro tipo de afirmaciones no literales, como en el
uso de metáforas. Papp comenta que si a un niño autista le dicen it's raining
cats and dogs ['llueve a cántaros'; literalmente: 'están lloviendo gatos y pe
rros'], el niño mirará hacia el cielo para ver de dónde salen estos animales.
Francesca Happé señala que una discusión con un niño autista inteligente
pone de manifiesto el amplio uso que hacemos de las metáforas en una
conversación normal.21 Por ejemplo, si uno le dice a uno de estos niños
give me a hand ['échame una mano'] puede encontrarse con una respuesta
193
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
como "No puedo echártela porque necesito las dos manos y no puedo cor
tarme una." Y si le dice que su hermana está crying her eyes out ['llorando
a lágrima viva'; literalmente 'le han caído los ojos de tanto llorar'] puede
que se ponga ansiosamente a gatear buscando dónde han ido a parar los
ojos de su hermana. Debido a la ubicuidad de la metáfora en el lenguaje
que utilizamos diariamente, los autistas tienen dificultades para entender
un culebrón de la tele y prefieren leer listas de horarios de trenes que obras
de ficción.
La teoría de la mente también permite que los individuos normales
utilicen el lenguaje de una forma imprecisa que hace que a los autistas les
resulte difícil de entender. La mayoría de nosotros, si alguien nos pregunta
"¿Te importa decirme la hora que es?", contestaremos normalmente di
ciendo la hora que es, pero un autista tendrá tendencia a contestar de una
forma más literal: "No, no me importa", sin más. O si le preguntamos a
alguien: "¿Puedes alcanzar este libro?", seguramente esperaremos que lo
alcance y que nos lo dé, pero un autista podría simplemente responder
"Sí" o "No" y no hacer nada más. Esto me recuerda que en cierta ocasión
cometí el error de preguntarle a un filósofo: "¿Está lloviendo o nevando
fuera?" porque quería saber si tenía que coger un paraguas o un abrigo, y
el filósofo se limitó a contestarme: "Sí." La teoría de la mente nos permite
utilizar el lenguaje de un modo flexible precisamente porque compartimos
unos pensamientos no expresados, que sirven para clarificar o ampliar el
mensaje efectivamente expresado con palabras.22
Los déficits lingüísticos de los autistas se aplican básicamente a la
pragmática -la adaptación del lenguaje a un contexto social o del mundo
real. En otros sentidos, el lenguaje autista puede ser relativamente normal,
especialmente en aquellos individuos con esa forma de autismo com
patible con una inteligencia elevada que es el síndrome de Asperger. Los
libros que ha escrito Temple Grandin son gramáticamente correctos y po
nen de manifiesto que posee un vocabulario seguramente superior a lo
normal. Sus déficits en el uso del lenguaje son básicamente sociales, aun
que ha aprendido a compensarlos prestando una atención obstinada al
comportamiento de la gente. Puede que haya incluso aspectos en el len
guaje de las personas con el síndrome de Asperger en el que estas sean
mejores que una persona normal, por ejemplo en el uso del lenguaje téc-
194
El lenguaje y la mente
nico. Un estudio muestra que los niños autistas más inteligentes son me
jores que los niños normales nombrando fotografías de objetos. 23 Pero es
la función social del lenguaje, su papel en la narración de historias o cuen
tos, en el chismorreo y en la cohesión grupal la que fue probablemente
fundamental en su evolución inicial. Los autistas parecen utilizar el len
guaje básicamente para adquirir información más que para compartirla.
La conciencia de que el auténtico lenguaje comporta una teoría de la
mente y un compartir la información nos permite ahora observar con más
detalle la comunicación gestual en los chimpancés y ver qué más se nece
sita para transformar esto en un lenguaje.
Orígenes gestuales
195
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
196
El lenguaje y la mente
197
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
/
G.1 intencional
·;- Período bimodal
j� �-- -- - -- - - -� \
Componentes manual
-
-
..- - - - - - - -
(gestos)
Componentes vocales
(palabras)
Meses
198
CUARTA PARTE
LA EVOLUCIÓN HUMANA
199
Micfzael C. Corballis/ La mente recursiva
200
10
La cuestión recurrente
¡Qué obra maestra es el hombre! ¡Cuán noble por su razón! ¡Cuán infinito
en facultades! En su forma y movimientos, ¡cuán expresivo y maravilloso!
En sus acciones, ¡qué parecido a un ángel! En su inteligencia, ¡qué semejante
a un Dios! ¡La maravilla del mundo! ¡El arquetipo de los seres!
Shakespeare, Hamlet 11.2
A
sí hablaba Hamlet. La admiración que despierta nuestra propia
especie es ciertamente una de sus características, aunque no
todos los autores han sido tan efusivos como Shakespeare.
Blaise Pascal, el matemático francés del siglo XVII, tenía una opinión algo
más cínica.
201
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
202
La cuestión recurrente
El legado de Descartes
203
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
204
La cuestión recurrente
ocho de cada diez australianos creían que algunas personas tienen poderes
paranormales, y que siete de cada diez creían en la vida después de la
muerte. Una mayoría de personas también creen que es posible comuni
carse con los muertos y que los extraterrestres han visitado nuestro plane
ta. Aquella misma semana, los americanos votaban que Australia era el
país con la mejor imagen del planeta.4
Pero no tenemos por qué señalar a los australianos porque podrían
compilarse estadísticas similares de otras muchas sociedades. Una en
cuesta reciente pone de manifiesto que aproximadamente un 90 por ciento
de los estadounidenses creen en Dios, un 70 por ciento en el cielo y en la
vida después de la muerte, y un 58 por ciento en el infiemo.5 De hecho,
un prominente científico cognitivo de la Universidad de Yale, Paul Bloom,
sostiene en su reciente libro Descartes' Baby que el propio dualismo es in
nato.6 Dicho de otro modo, tenemos una predisposición natural a creer
que mente y cuerpo son entidades distintas. Por supuesto, esto no signi
fica que sean distintas, sino simplemente que hemos nacido con el instinto
de creer que lo son. Si el dualismo está instalado en nuestros cerebros, no
es nada extraño que nos cueste tanto aceptar una visión mecanicista de
nosotros mismos. No deja de ser curioso, sin embargo, que el funciona
miento mecánico del cerebro sea lo que nos hace creer que él no es me
cánico.
Tampoco debemos juzgar con demasiada severidad a la religión, ya
que hay buenos motivos para creer que la creencia religiosa puede ser ella
misma un producto de la selección natural -no directamente, tal vez, sino
como una consecuencia de la selección para la supervivencia de los gru
pos. Nosotros los humanos somos criaturas fundamentalmente sociales,
y la religión nos proporcionó un mecanismo para garantizar la cohesión
grupal. La religión plantea problemas a la teoría de la evolución, como
veremos más abajo, y la ironía definitiva puede ser que la explicación de
la religión se encuentre en la propia evolución.
La herejía de Darwin
205
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206
La cuestión recurrente
207
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
208
La cuestión recurrente
Puede que piense que hay otras diferencias más importantes entre
usted y un mono, como el hecho de que usted sea capaz de hablar,
de construir máquinas, de distinguir el bien del mal, de rezar y de
otras cosas de este tipo; pero esto es un puro capricho infantil, que
rido. NO hay que fiarse de nada más que del gran test del hipopó
tamo.
209
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
anatomista del siglo 11, que creía que las facultades de la mente residen no
en la propia materia del cerebro, sino más bien en los ventrículos, unas ca
vidades llenas de fluido. En cualquier caso, tras la discusión entre Owen
y Huxley, el término 'hipocampo menor' desapareció y fue sustituido por
su nombre original, 'calcar avis', que significa 'espuela de gallo'. Ahora se
encuentra solo en los rincones más oscuros de los textos de anatomía, pero
de todos modos no es probable que haga mucho por nosotros.17
Naturalmente, si descubriésemos un órgano complejo que existiese
en los humanos y que no estuviese presente en otros simios, esto plantearía
problemas a la teoría darwiniana. Dicho descubrimiento parece improba
ble. Ya no cabe ninguna duda de que compartimos nuestro antepasado
común más reciente con chimpancés y bonobos, y un antepasado algo
anterior con otros grandes simios. Retrocediendo algo más en el tiempo
compartimos ancestros, cada vez más remotos, con todos los monos, los
mamíferos y en última instancia con todas las criaturas vivas. Efectiva
mente, los análisis moleculares nos dicen que estamos más cerca del chim
pancé que este del gorila, pese a las apariencias. Cualquier singularidad
que podamos reclamar se ha producido no por medio de la mágica inser
ción de un nuevo órgano, ni por intervención divina, sino más bien me
diante una serie de pequeños retoques evolutivos. Esto comportó sin duda
la modificación de las pautas de crecimiento y el truco práctico de utilizar
órganos que han evolucionado con un propósito para conseguir otro pro
pósito muy diferente. Del mismo modo que la nariz se modificó para con
vertirse en la trompa del elefante, y las extremidades anteriores para
convertirse en las alas de las aves, también la naturaleza cogió el cuerpo y
el cerebro de un simio y los convirtió en los de un humano. Que sigue
siendo un simio, en realidad, pero un simio con unas cuantas característi
cas interesantes.
Muchas de estas características tienen que ver con aquello que nos en
canta llamar mente. Se dice a veces que solo los humanos tienen mente, o
conciencia, pero esto es seguramente falso. Otros primates pueden clara
mente pensar. Y también seguramente otros mamíferos, cetáceos y aves.
Pero es probablemente cierto que nosotros los humanos hemos desa
rrollado por evolución formas de pensar que son únicas, aunque derivan
de estructuras mentales que ya estaban presentes en nuestros antepasados.
210
La cuestión recurrente
211
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
212
La cuestión recurrente
tar fuera del agua; incluso los humanos somos capaces de poner uno o dos
metros de distancia entre nosotros y el suelo, aunque hemos mejorado
mucho en este sentido desde que sabemos construir máquinas voladoras,
por poco elegantes que sean. Pero la evolución de las alas creó una pro
funda discontinuidad a partir de una serie de cambios graduales experi
mentados en unas extremidades inicialmente adaptadas al movimiento
terrestre. Un pequeño salto para unos animales se convirtió en un salto gi
gantesco para las aves.19
Desde Descartes a Chomsky, los argumentos a favor de una disconti
nuidad entre nosotros los humanos no voladores y otras especies se han
basado principalmente en la supuesta singularidad del lenguaje. Aunque
el propio Chomsky no ha dicho nada del alma humana, es en otros senti
dos un cartesiano confeso,20 y ha argumentado con fuerza que el lenguaje
es algo exclusivamente humano, básicamente debido a sus propiedades
recursivas. Vimos en el capítulo 2, sin embargo, que algunos lenguajes,
como el de los piraha, pueden no hacer uso de la recursión. La trascen
dencia previa de la recursión puede que resida, por tanto, no en el propio
lenguaje, sino en la naturaleza del pensamiento humano que guía al len
guaje y que le proporciona buena parte de sus contenidos. He dicho en el
capítulo 5 que el acto de revivir mentalmente acontecimientos pasados es
un proceso recursivo, análogo al de invocar una subrutina dentro de una
rutina de nivel superior. Podemos hacer esto más allá del nivel de la re
cursión de primer orden cuando imaginamos, por ejemplo, que ayer ima
ginamos lo que habíamos planeado hacer hoy. En el capítulo 6 he ampliado
esta noción incluyendo en ella la imaginación de acontecimientos futuros
o la construcción de historias, y en el capítulo 7 he argumentado que estas
propiedades están implícitas en por lo menos algunas de las características
del lenguaje. La maraña recursiva de las relaciones humanas también pro
porciona material para el chismorreo, uno de nuestros pasatiempos favo
ritos. La estructura recursiva de algunos lenguajes, por consiguiente, debe
algo a la forma recursiva como construimos guiones episódicos.
En el capítulo 8 he discutido otra función recursiva que es fundamen
tal para la condición humana. La capacidad de saber qué están pensando
los otros es recursiva en la medida en que los procesos mentales de los
otros son incorporados en nuestro propio pensamiento y guían de algún
213
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
214
11
S
omos simios, aceptémoslo, y compartimos nuestro antepasado
más reciente con bonobos y chimpancés. Los otros grandes simios
son el gorila y el orangután. Emprendimos el camino hacia la hu
manidad hace unos seis o siete millones de años, cuando los denominados
homininos1 se separaron de la línea que lleva a los modernos bonobos y
chimpancés. No fue una empresa totalmente exitosa, puesto que hemos
identificado unas veinte especies de homininos en el registro fósil, y solo
una especie de homininos sigue viva en el planeta -véase la figura 12. Esta
especie es Horno sapiens. Tuvimos suerte.
En este libro he argumentado que la mente del Horno sapiens posee una
propiedad recursiva única entre las criaturas existentes que le proporciona
el potencial creativo para realizar actividades tan diversas como recons
truir episodios del pasado o imaginar episodios futuros, contar historias,
crear música o arte y erigir edificios y construir máquinas complicadas.
Puede que los otros grandes simios posean cierto grado de flexibilidad en
la comunicación, especialmente mediante gestos manuales y corporales,
pero sus comunicaciones no tienen ni un ápice de la generatividad del len
guaje humano. No cuentan historias. Es muy discutible que tengan recuer-
215
Devenir modernos
o
A. garhi
-
o A. heidelbergensis
A. afarensis H. habilis
Ardipithecus
-
ramidus
-
A. africanus
Neandertal -
A. sediba H. sapiens
Orrorin
tugensis
P. robustus
�
P. aethiopicus c=J
c:J P. boisei
6 s 4 3 2 o
Figura 12. Especies identificadas surgidas desde la separación de la línea de los chimpan
cés e identificadas como hominínos bípedos. A = A11strnlopitheC11s, P = Parnntliropus, H =
Horno.
dos episódicos o que sean capaces de hacer planes para el futuro. Sea como
sea, no hay indicios de que los simios tengan realmente un sentido de sus
vidas mentales pasadas o que sean capaces de construir futuros episódicos,
como encontrarse con un amante después de una pelea e imaginar qué va
a suceder.
¿Pueden los grandes simios entender lo que pasa en las mentes de
otros? Seguramente pueden evaluar el estado emocional de otro individuo
y posiblemente adoptar la perspectiva visual del mismo. Algunas eviden
cias sugieren, como hemos visto en el capítulo 8, que puede que los chim
pancés tengan cierta comprensión de lo que otro individuo sabe o cree,
aunque este punto es muy polémico. No hay pruebas de que la compren
sión de un mono vaya más allá de una recursión de primer orden, ¡como
la comprensión de que un individuo que observa entienda que el indivi
duo observado entienda esta comprensión! Naturalmente estas afirmacio
nes están abiertas a revisión.
216
Devenir humanos
Podemos suponer, por tanto, que las capacidades de los grandes si
mios actuales no subestiman las capacidades de los antepasados comunes
de todos los grandes simios, incluidos nosotros mismos. En todo caso los
sobrevaloran, por cuanto los chimpancés también han evolucionado du
rante los últimos seis o siete millones de años y no me imagino que una
vez tuvieran, para luego perderlos, poderes como el lenguaje, la memoria
o una teoría recursiva de la mente como las que hemos desarrollado los
humanos en el curso de nuestra evolución. Se sigue de ello que estas ca
pacidades tienen que haber surgido durante este período. En este capítulo
y en el siguiente, por tanto, detallaré las etapas de la evolución hominina
que pueden habemos llevado a la posesión de nuestras capacidades men
tales características.
Empecemos con lo que algunos consideran como la característica de
finitoria de los homininos: el bipedalismo.
217
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
fue muy cerca del momento en que los chimpancés y los homininos se se
pararon, estimado entre hace 6,3 y 7,7 millones de años mediante una téc
nica conocida como la hibridación del ADN.4 Indicios tempranos del
ascenso del cráneo sobre la columna vertebral apuntan a que esta criatura
era capaz de caminar sobre dos patas. Otro fósil temprano, Orrorin tuge
nensis, fechado hace entre 5,2 y 5,8 millones de años,5 es tal vez identificado
con mayor seguridad como un bípedo facultativo, igual que el Ardipithecus
ramidus, fechado hace entre 5,4 y 4,4 millones de años. Los homininos
posteriores, incluidos los conocidos como australopitecinos, también eran
bípedos, como ponen de manifiesto las famosas huellas de pisadas atri
buibles al Australopithecus afarensis popularmente conocido como Lucy y
fechado hace aproximadamente 3,5 millones de años.6
Los chimpancés, los bonobos y los algo más distantes gorilas caminan
apoyándose en los nudillos, lo que significa que son básicamente cuadrú
pedos que utilizan los antebrazos como piernas, apoyando los nudillos,
más que las palmas de la mano, en el suelo. Dado que los chimpancés y
los bonobos son nuestros parientes vivos más cercanos, generalmente se
ha dado por supuesto que el ancestro que compartimos con ellos, y tam
bién el ancestro anterior que compartimos con el gorila, caminaban apo
yándose en los nudillos. Es decir, los primeros homininos progresaron
desde la locomoción sobre los nudillos al bipedalismo.
Esta idea ha sido recientemente cuestionada. Para entender cómo sur
gieron las diferentes posturas de los grandes simios, hemos de volver a los
árboles de los que venimos. El más arborícola de los grandes simios es el
orangután, menos relacionado con nosotros que el chimpancé o el gorila.
De todos modos su morfología corporal está más cerca de la de los huma
nos que las del chimpancé o el gorila. En el dosel forestal de Indonesia y
Malasia, los orangutanes adoptan normalmente una postura conocida
como bipedalismo con ayuda manual y se yerguen y avanzan agarrándose a
las ramas horizontales de los árboles, normalmente por encima de la cabe
za. Se mantienen erguidos y trepan por las ramas de los árboles con las
patas extendidas, a diferencia de chimpancés y gorilas, que se desplazan
con las patas flexionadas. Es posible que chimpancés y gorilas se adapta
sen a trepar por las ramas más verticalmente inclinadas, lo que implicaba
flexionar las rodillas y agacharse más, lo que, a medida que el entorno fo-
218
Devenir humanos
restal daba paso a un terreno más abierto, les llevaría finalmente a caminar
bípeda derivaría del bipedalismo con ayuda manual surgido hace unos 20
Figura 13. Reconstrucciones de Ardipithecus ramidus (Science, 2009, 326, p. 36), reimpresas
con permiso del ilustrador, Jay Mattemes.
219
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
220
Devenir humanos
Lanzar
Una posibilidad es que la postura erecta nos permitió lanzar cosas y de
este modo desarrollar unas habilidades defensivas y cazadoras superiores.
Charles Darwin sugería esto al escribir: "Mientras lanza una piedra o una
lanza, un hombre puede permanecer firmemente sobre sus pies."15 En
nuestras modernas vidas sedentarias podemos haber perdido en parte esta
habilidad, aunque basta contemplar a unos cuantos jugadores profesiona
les de baloncesto, de críquet o de fútbol americano para comprobar que
por Jo menos algunos de nosotros somos capaces de efectuar unos lanza-
221
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
222
Devenir humanos
223
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
que estos dos tipos de agarre evolucionaron para lanzar y para aporrear,
respectivamente.25 No solo vemos a hombres jóvenes lanzando cosas en
canchas y campos de deporte, sino también agarrando bates y palos en de
portes como el béisbol, el críquet, el hockey o el curling. En varios deportes
en los que se usa una raqueta parecen combinarse las habilidades de lanzar
y aporrear.
Las comparaciones entre la mano del chimpancé y la de los primeros
homininos sugieren una adaptación cada vez mayor de los homininos para
lanzar cosas, aunque, como hemos visto, la mano del chimpancé puede
ser una comparación engañosa, ya que probablemente se adaptó a la lo
comoción apoyándose en los nudillos después de separarse del ancestro
común con los humanos. No obstante, el esqueleto sorprendentemente
completo de 3,3 millones de años de antigüedad de un Australopithecus afa
rensis recientemente encontrado en Dikika, Etiopía, tiene los dedos curva
dos como los de un chimpancé, aparentemente adaptados para agarrarse
a las ramas. La parte inferior del cuerpo de esta joven australopitecina está
adaptada para la locomoción bípeda, pero la parte superior es en muchos
aspectos todavía simiesca.26 No sabemos si lanzaba cosas.
No es que la capacidad de lanzar empezase desde cero, ya que los pri
mates actuales también pueden lanzar cosas, aunque no con la precisión
y la potencia con que podemos hacerlo los humanos modernos. Los monos
capuchinos de América Central y del Sur pueden lanzar piedras tanto a
objetos en movimiento como estacionarios y tienen algo parecido tanto al
agarre de precisión como al de potencia para lanzarlos. En un estudio que
se hizo de su habilidad, demostraron tener bastante precisión lanzando
piedras a un cubo que contenía mantequilla de cacahuete o almíbar, y la
recompensa a la precisión del lanzamiento era la oportunidad que tenían
de lamer la piedra después de lanzarla. Casi siempre lanzaban por encima
del hombro y aproximadamente la mitad de las veces adoptando una pos
tura erecta. Las hembras eran igual de precisas que los machos, aunque
ambos eran menos competentes que los humanos que participaron en el
estudio.27
Los chimpancés también arrojan objetos, por ejemplo ramas, como
forma de autodefensa. Compórtense correctamente al visitar un zoo; co
mo escribió Charles Darwin: "He comprobado reiteradamente que un
224
Devenir h u manos
chimpancé arrojará cualquier objeto que tenga a mano a cualq uier pcrson.1
que le falte al respeto."28 Tengan también cuidado si visitan el Cabo de
Buena Esperanza, porque como también menciona Darwin, había un ba
buino allí que no solo arrojaba proyectiles a la gente, sino que también pre
paraba unas bolas hechas de barro para tenerlas a mano en todo momento.
Ese babuino ya habrá muerto, con toda probabilidad, pero puede que haya
dejado esta costumbre como legado a sus descendientes. Cuando se mos
tró al bonobo Kanzi, nuestro invitado del capítulo 3, la forma de fabricar
lascas de piedra, no adoptó el estilo utilizado por los homininos de hace
dos millones de años de golpear una piedra con otra, sino que lanzaba las
piedras contra una superficie dura para que las lascas se formasen al im
pactar con ella. 29 Estos grandes simios no lanzan con la precisión y la
potencia de un jugador de béisbol o de críquet, pero su habilidad y su pro
pensión a arrojar cosas sugieren que la posterior emergencia del lanza
miento en los homininos tuvo una plataforma en la que apoyarse.
Paul Bingham ha sostenido que una de las características que han re
forzado la cohesión social en los humanos ha sido la capacidad de matar
a distancia.30 Las sociedades humanas pueden, por tanto, librarse de los
disidentes internos, o de las amenazas procedentes del exterior, con una
amenaza de daño relativamente pequeña para el asesino. Sin embargo, los
disidentes o la banda rival pueden a su vez recurrir a tácticas similares, y
de este modo comienza una carrera armamentista que ha seguido hasta
hoy. Esta carrera empezó, probablemente, con el lanzamiento de rocas, y
siguió con las hachas, las lanzas, los boomerangs, los arcos y las flechas,
las pistolas, los cohetes, las bombas y los misiles nucleares, por no men
cionar los insultos. Estos son los hitos del progreso humano. La gente está
siempre dispuesta a volver a lanzar cosas para expresar su agresividad, y
así las multitudes airadas en los lugares problemáticos del mundo lanzan
piedras, rocas o botellas a aquellos a quienes odian. El hecho de tirar pie
dras parece incluso haberse infiltrado en el establishment literario. George
Bemard Shaw expresó su desagrado por William Shakespeare del siguien
te modo:
225
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
226
Devenir humanos
El Pleistoceno
Hacia el final del Plioceno, que se inició hace 5,3 millones de años, la tierra
experimentó un enfriamiento global y después, durante el Pleistoceno, se
sucedieron una serie de catastróficas edades de hielo. El Pleistoceno se fe
chó en su momento hace 1,81 millones de años, pero según una votación
más reciente se sitúa desde hace 2.588.000 años hasta hace 12.000 años.32
El Pleistoceno también marca un cambio desde un entorno en gran parte
boscoso hasta una sabana más abierta, forzando nuevas adaptaciones
hacia una existencia más terrestre que arbórea. La adaptación al Pleisto
ceno dio origen a un nuevo género, llamado Homo, con características bas
tante diferentes de las de los anteriores australopitecinos.
Los primeros miembros del género fueron Homo habilis y Homo rudol
fensis, aunque se ha sugerido que estas especies no llegaron realmente a
227
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
228
Devenir humanos
Sara Blaffer Hrdy ha dicho que los lazos sociales surgieron primero en el
contexto de la cría de los hijos. 40 Subraya que los grandes simios detestan
permitir que otros toquen a sus crías durante los primeros meses de vida,
mientras que las madres humanas son más confiadas y permiten que otros
cojan y alimenten a sus hijos. Esto es evidente no solo en las guarderías,
sino también en las familias extensas propias de muchas culturas del
mundo. Entre los maoríes de Nueva Zelanda, por ejemplo, la enseñanza y
la socialización iniciales se basan en una gran unidad conocida como wha
nau, el clan familiar formado por hijos, padres, abuelos, primos, tíos, tías
y a menudo otros parientes. El conocimiento del whanau es recursivo y se
remonta a varias generaciones.
El estrecho contacto entre los niños pequeños y otros individuos ade
más de la madre no solo habría mejorado la supervivencia, sino que tam
bién habría alentado el espíritu cooperativo que más tarde habría permitido
a estos antepasados de los humanos confiar a otros sus propios hijos. Una
229
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
230
Devenir humanos
El cerebro
231
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
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Devenir humanos
233
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
234
Devenir humanos
170.000 años, sino con los neandertales, cuyos restos fósiles se han encon
trado básicamente en Europa occidental, y tan al este como Uzbekistán.
Los análisis realizados del ADN de los neandertales sugieren que compar
timos un antepasado común con ellos que vivió hace unos 700.000 años, y
nuestras poblaciones ancestrales se separaron una de otra hace unos
370.000 años,54 por lo que el incremento del tamaño del cerebro puede
haber seguido diferentes trayectorias. En algunos neandertales, la capaci
dad cerebral parece haber sido tan alta como de 1 .800 ce, con un promedio
de unos 1 .450 ce. El tamaño cerebral en nuestra propia especie, Horno sa
piens, es algo inferior, con un promedio actual de unos 1 .350 ce, pero así y
todo unas tres veces mayor que el tamaño esperado de un simio igual de
grande. Esto es algo sorprendente, ya que normalmente nos congratula
mos por ser más inteligentes que los neandertales, a los que probablemente
empujamos a la extinción hace alrededor de 30.000 años (como si esto fuese
algo inteligente). No obstante, se cree que los neandertales tenían un cuer
po mayor que el de los humanos actuales y cuando se calibra el tamaño
cerebral respecto al corporal, los humanos podríamos estar ligeramente
por delante. Como veremos más abajo, este incremento final de tamaño
cerebral -la carrera hacia la cima, como si dijéramos- parece haber coinci
dido con un avance en la invención tecnológica sobre la que había prevale
cido anteriormente durante un millón y medio de años.
Estamos empezando a aprender algunas cosas de los cambios genéti
cos que nos dieron esas cabezas hinchadas. Un gen del que se conoce que
es un regulador específico del tamaño cerebral es el ASPM, el gen asociado
a la microcefalia de tipo huso anormal, y la evidencia sugiere la existencia de
una fuerte selección positiva de este gen en el linaje que llevó al Horno sa
piens.55 Efectivamente, hace unos 5.800 años parece haberse producido un
barrido selectivo que sugiere que el cerebro humano todavía está experi
mentando una rápida evolución. 56 Se sabe que otro gen conocido como mi
crocefalina (MCPH6) regula también el tamaño cerebral, y una variante de
este gen surgió en los humanos modernos hace, se calcula, unos 37.000
años.57 También se han identificado otros genes implicados en el control
del tamaño cerebral que han experimentado unos índices acelerados de
evolución de las proteínas en determinados puntos del linaje humano.58
Mis favoritos, de todos modos, son dos genes que parecen haber
235
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
236
Devenir humanos
237
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
La niñez parece ser el vínculo lingüístico que falta en los grandes simios y
en los primeros homininos, y esto puede explicar el hecho de que, al menos
hasta ahora, los grandes simios no hayan adquirido una gramática recur
siva. Pero también es durante esta etapa de la niñez cuando surgen la
teoría de la mente, la memoria episódica y la comprensión del futuro.71 La
niñez es seguramente el crisol de la mente recursiva.
Durante la preadolescencia, desde los 7 a los 10 años aproximada
mente, los niños empiezan a apreciar el uso más pragmático del lenguaje
y a saber cómo utilizarlo para conseguir fines sociales. La etapa final es la
adolescencia, que, según sugieren Locke y Bogin, es única de nuestra es
pecie, y que representa el pleno florecimiento de la función pragmática y
social en actividades como la narración de historias, el chismorreo y las
estrategias sexuales. La adolescencia también tiene un efecto característico
en el habla de los chicos, dado que el aumento de la testosterona incre
menta la longitud y la masa de los pliegues vocales, y rebaja la frecuencia
de vibración. Es el momento en que, como suele decirse, 'cambia la voz'.
Para los chimpancés que tienen hijos es seguramente una suerte que esta
etapa del desarrollo no se dé en su especie.
238
Devenir h u manos
- Infancia � Preadolescencia
- Niñez c:::::J Adolescencia c:::::J Adulto
20
18
16
14
12
10
Especies
Figura 14. Etapas del desarrollo en los chimpancés y en varias especies de homininos. Nó
tese que la niñez emerge solamente en el género Hamo (según Locke y Bogin 2006).
239
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
Migraciones
240
Devenir h u manos
Figura 15. Ubicación conocida o inferida del género Ho1110 hace unos 1,7 millones de años.
Los círculos representan radios de unos 1.500 kilómetros. Los círculos oscuros representan
poblaciones conocidas y los círculos claros lugares en los que elaboraban herramientas de
piedra (según Dennell y Roebroeks 2005).
Herramientas
241
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
242
Devenir humanos
243
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
Humanos al fin
244
12
Devenir modernos
Una de las pocas cosas buenas que tienen los tiempos modernos es que si
mueres de forma horrible en la televisión, tu muerte no habrá sido en vano.
Nos habrás entretenido.
Kurt Vonnegut, Cold Turkey (2004)
H
orno sapiens emergió en África hacia la mitad del período co
nocido como la Edad de Piedra Media, que empezó hace apro
ximadamente 300.000 años y que terminó hace 50.000. Puede
que los primeros sapiens fuesen anatómicamente modernos, pero en tér
minos de cultura y tecnología no eran probablemente muy distinguibles
de otros miembros de cerebro grande del género Horno. Entre estos desta
can los neandertales, que se extinguieron en Europa hace unos 30.000 años,
aparentemente eclipsados por la llegada, unos 20.000 años antes, de nues
tra propia y depredadora especie.1 No sabemos, naturalmente, qué hubie
ran podido llegar a hacer los neandertales de haber sobrevivido, pero el
Horno sapiens alcanzó una sofisticación tecnológica y cultural aparente
mente inigualada por nuestros desventurados primos hermanos neander
tales. Para ver los orígenes de este florecimiento que nos gusta calificar de
modernidad, hemos de dirigir la mirada a África, la cuna de nuestra es
pecie.
El conocimiento de los diferentes linajes de Horno sapiens se ha conse
guido con estudios del ADN mitocondrial, una forma de ADN que pasa
de generación en generación por línea femenina, es decir, de madres a
245
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
LO
- L1
- L2
-
L3
Figura 16. Ramificación de los primeros linajes (haplogrupos) de Hamo sapiens (según At
kinson, Gray y Drummond 2009).
246
Devenir h u manos
o o
o
80,000-60,000 B.P.
Figura 17. Movimientos de linajes humanos en África hace entre 80.000 y 60.000 años
(según Mellars 2006b).
Memorias de África
247
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
248
Devenir modernos
249
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
250
Devenir modernos
cambio al habla vocal puede haber sido una invención cultural adoptada
debido a sus ventajas prácticas sobre las formas manuales de comuni
cación.18 Y por supuesto, todavía gesticulamos cuando hablamos,19 y los
niños aprenden fácilmente lenguajes de signos en los que se impide el
habla.
Pero no tenemos que mover los brazos de un lado a otro para comu
nicamos eficazmente, como demuestran la existencia de la radio y la
ubicuidad de los teléfonos móviles. La emergencia del habla, por consi
guiente, puede haber liberado a las manos del uso obligatorio de gestos
manuales para comunicarse. Tal vez esta recién descubierta libertad
mejoró el transporte, de modo que la mano pudo utilizarse más fácilm:ente
para acarrear pertenencias en las migraciones desde África, o en buscar
regiones más acogedoras en África. Las manos también podrían haberse
liberado para un uso y una manufactura de instrumentos más eficaces. Al
mismo tiempo, el habla pudo haberse utilizado para explicar técnicas de
fabricación, como ilustran por ejemplo los programas de cocina que dan
por televisión. En resumen, mi sugerencia es que la emergencia de la mo
dernidad y el florecimiento de la manufactura y de los otros aderezos de
los humanos modernos, se originaron no con el lenguaje sino con la emer
gencia del habla.2º
El registro africano anterior al éxodo sugiere ciertamente los comien
zos de la modernidad, aunque el desarrollo de la tecnología y de la com
plejidad cultural parece relativamente escaso comparado con lo que iba a
llegar con el Paleolítico Superior o la Edad de Piedra tardía, que normal
mente se sitúa en el período comprendido entre hace 40.000 y hace 12.000
años.
El Paleolítico Superior
251
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
252
Devenir modernos
Figura 18. Estatuilla femenina hallada en la cueva de Hohle Fels, en el sudoeste de Ale
mania. (Reimpreso con permiso de Macmillan Publishers Ltd: Nature, Conard 2009.)
253
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
¡Hum!
Pero el Paleolítico superior no mejoró solo la capacidad de matar. Para
algunos, fue el Paleolítico Superior, y no la Edad de Piedra media, la que
marcó la transición a la modernidad, con sus aspectos tanto positivos como
negativos. Los desarrollos ocurridos en esta época han sido considerados
como una 'revolución humana,'28 una auténtica discontinuidad en la evolu
ción de la humanidad. El antropólogo Richard G. Klein, por ejemplo, opina
que la disparidad entre los artefactos del Paleolítico Superior y anteriores
desarrollos en África, como los de la cueva de Blombos más arriba descritos,
son tantos que por fuerza tuvo que haberse producido alguna mutación
genética. 29 Solo en el Paleolítico Superior, opina Klein, emergimos como
auténticos humanos modernos, tanto biológica como culturalmente.
De nuevo, por tanto, estamos ante una apelación súbita y fortuita
como clave de la singularidad humana -una segunda llegada de Prometeo,
tal vez. Pero la aparente disparidad entre los desarrollos de la Edad de
Piedra media y los del Paleolítico Superior probablemente dependieron
más de la demografía que de un cambio genético. Un factor importante
puede haber sido el incremento geográficamente local en los tamaños de
las subpoblaciones, lo que habría intensificado la competición por los re
cursos y habría impulsado una organización social más compleja. Hemos
visto más arriba que el haplogrupo L3 experimentó una expansión desde
hace 60.000 años a hace 80.000 años aproximadamente que incrementó la
complejidad tecnológica y cultural y dio lugar a la emigración desde
África. Las migraciones a nuevos territorios habrían incrementado por
ellas mismas la presión a favor de la invención de nuevas tecnologías, in
cluidas las necesarias para adaptarse a los cambios climáticos y en la dis
posición de recursos. La migración puede producir en sí misma un rápido
cambio en el tamaño de una población cuando los emigrantes se instalan
254
Devenir modernos
255
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
256
Devenir modernos
257
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
Newton escribió: "Si he logrado ver más lejos que otros, ha sido porque
he subido a hombros de gigantes. "34 La mayoría de nosotros no tenemos
ni idea de cómo construir un jumbo o un televisor. Estas cosas han surgido
gracias a los avances de trinquete de la cultura.35 Nos hemos adaptado a
ellas, pero esto no es probablemente más sofisticado que la forma en que
los aborígenes australianos se adaptaron a las sutiles pistas que les per
mitían localizar animales o encontrar e identificar plantas comestibles.
La diversidad no excluye el reconocimiento mutuo de la humanidad
subyacente. Daniel Everett, en el tiempo que pasó entre los piraha en Bra
sil, conoció una cultura tan remota de la propia como era posible encontrar.
Su lenguaje, religión y modo de vida eran absolutamente diferentes de
cualquier cosa que hubiese experimentado previamente en Estados
Unidos, y sin embargo, finalmente aprendió su lenguaje, aunque no llegó
a adoptar su religión. También entabló amistades duraderas. Jared Dia
mond, que es americano, estableció unos vínculos similares con nativos
de Nueva Guinea, donde trabajó durante un tiempo. Él mismo explica la
amistad que entabló con Yali, un político local. Aunque los colonialistas
blancos de Nueva Guinea consideraban a los nativos como unos seres
'primitivos', a Diamond le resultaba evidente que eran al menos tan inte
ligentes como los europeos, y en Yali en particular Diamond reconoció a
un intelecto que él consideraba superior al suyo. Yali le hizo una pregunta
a Diamond: "¿Por qué vosotros, los blancos, habéis desarrollado tanta
carga y la habéis traído a Nueva Guinea, mientras que nosotros, las per
sonas de raza negra, tenemos tan pocas cargas propias?"36
Las enormes diferencias existentes entre las personas de Nueva Gui
nea y las de las sociedades modernas de Europa, América del Norte y
Australasia no pueden sino reforzar mi creencia en que la esencia de la
humanidad no está en las cosas que hacemos, sino en la forma en que pen
samos. La comprensión recursiva que tenemos unos de otros, y nuestra
habilidad recursiva para contar historias, ya sean ficticias o autobiográfi
cas, es lo que realmente nos distingue de otras especies y lo que nos alinea
con nuestros congéneres humanos, sea cual sea su raza o su cultura.
258
13
A
sí empezó Orwell su famosa novela. Trece es un número her
mosamente armonioso. Es posible encajar doce esferas de igual
tamaño alrededor de una esfera central, lo que da trece esferas
en total, y ahora es el momento de volver a esta esfera central. Pero mi
mente recursiva piensa saber lo que el lector está probablemente pen
sando: el capítulo 13 del libro de Darwin The Descent of Man trata de las
aves,1 y la treceava carta del Tarot es la Muerte.
Charles Darwin escribe:
259
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
260
Pensamientos a modo de conclusión
261
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
262
Pensamientos a modo de conclusión
263
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
Coda
264
Pensamientos a modo de conclusión
265
Notas
CAPÍTULO 1
¿ Qué es la recursión ?
l. Para una discusión útil de este tema, véase Fitch (2010b) , que identifica tres
significados diferentes de la palabra "recursión."
4. Esto es en realidad una parodia de un poema anterior del escritor del siglo
XVII Jonathan Swift:
Como dicen los naturalistas, una pulga
tiene pulgas más pequeñas que se alimentan de ella,
y estas a su vez tienen otras aún más pequeñas que las muerden,
y así ad infinitum.
5. Por si el lector no está muy al día, constato que utilizo el signo * en vez de
x para significar 'multiplicado por.'
267
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
8. Fitch 2010a.
10. Un ejemplo de ello es la afirmación según la cual los estorninos pueden ana
lizar secuencias recursivas de sonidos (Gentner et al. 2006), lo que motivó
un reportaje en el New York Times del 2 de mayo de 2006 titulado: "Los es
torninos podrían arrojar luz sobre el origen del lenguaje." En realidad hay
una explicación más sencilla de lo que son capaces de hacer los estorninos
en este sentido. Lo discutimos más a fondo en el capítulo 3.
13. Chomsky (1988, 256) ha escrito que "el lenguaje humano tiene la propiedad
sumamente extraordinaria y posiblemente única de la infinitud discreta."
18. En algunos casos, los procesos iterativos pueden conseguir el mismo efecto
que los recursivos. Antes he mostrado que la recursión podía utilizarse para
generar series matemáticas infinitas, como la serie de los números naturales
o la sucesión de Fibonacci, pero las mismas series pueden generarse iterati
vamente. Para generar los números naturales, por ejemplo, podemos sim
plemente programar una instrucción como la siguiente:
268
Notas
20. El enfoque debe mucho al libro de Jerry Fodor de 1983 The Modularity of
Mind, aunque el propio Fodor, en respuesta al libro de Pinker Cómofunciona
la mente, escribió otro titulado La mente no funciona así. Una parte de su ob
jeción parece ser lo que califica de "la hipótesis de la modularidad masiva",
la idea de que la mente es absolutamente modular, y otra parte se debe a la
incorporación de los módulos a un punto de vista darwiniano de la evolu
ción mental. Utilizo el término 'psicología evolucionaria' [evolutionary
psychology] para referirme al grupo de psicólogos que adoptó los principios
básicos establecidos por Barkow, Cosmides y Tooby en 1992. Otros psicólo
gos, como yo mismo, estamos interesados en la evolución, pero no compar
timos necesariamente todos los principios ideológicos de dicho grupo.
23. Uno de los principales proponentes de esta idea fue William McDougall
(1908).
269
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
32. Read 2008. No está claro si esta limitación se debe a la simple ausencia de
una capacidad o si los chimpancés carecen de la habilidad concreta para al
macenar incrustaciones.
33. En todo el libro utilizo el término 'hominino' para referirme a los humanos
y a las especies bípedas ya extinguidas de nuestros ancestros, pero sin in
cluir a los chimpancés y a otros grandes simios. Esto concuerda con el uso
más habitual (por ej., Wood & Collard 1999), aunque algunos autores con
servan el término 'homínido' para los humanos y su ascendencia, y otros
incluyen a los grandes simios entre los homininos. ·
PRIMERA PARTE
Lenguaje
CAPÍTULO 2
El lenguaje y la recursión
1. Müller 1873.
3. Chomsky 1957.
270
Notas
6. La ribena es una bebida refrescante a base de grosella con una alta concen
tración de vitamina C. Durante la Segunda Guerra Mundial se fomentó su
consumo debido a que las fuentes existentes de vitamina C eran escasas.
14. La vida entre los piraha ha demostrado ser físicamente peligrosa y lingüís
ticamente impenetrable para un occidental. Véase el libro de Everett Don't
Sleep, There are Snakes [No te duermas, que hay serpientes, 2008] .
271
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
23. Pueden verse en acción estos mismos procesos en el inglés moderno, aun
que sin duda están limitados por la influencia unificadora de los medios de
comunicación -radio, televisión, periódicos, Internet. Los jóvenes buscan
formas de expresarse que los distingan de sus mayores, las bandas desarro
llan jergas especiales y los grupos raciales desarrollan formas de hablar que
no pueden atribuirse exclusivameftte al hecho de tener una lengua materna
diferente. El inglés afroamericano, por ejemplo� no puede atribuirse a un
lenguaje indígena africano. Las mujeres desarrollan formas de hablar que
se diferencian de la entonación más bronca del habla de los varones.
31 . Para una exposición más detallada, véase Hopper & Traugott 2003, y Heine
& Kuteva 2007.
272
Notas
39. Naturalmente, la realidad es algo más compleja que esto, ya que el inglés
ha evolucionado de muchas maneras y ha tomado muchos elementos pres
tados. El sufijo -ed, por ejemplo, deriva del protogermánico.
41 . Pinker 1994.
42. Esta frase la acuñó �arler (1991) para explicar la adquisición del canto de
las aves canoras, pero Locke y Bogin (2006) la usan para explicar la adqui
sición humana del lenguaje.
CAPÍTULO 3
¿ Tienen lenguaje los animales?
273
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
Clovis en 1911 .
2. Jürgens 2002.
3. Provine 2000.
6. Schaller 1963.
11. Aunque, de manera confusa, se ha dicho que los gorilas poseen la vocaliza
ción más compleja y frecuente entre los grandes simios (Harcourt y Stewart
2007).
12. Curiosamente, hay una novela escita por el escritor neozelandés Nigel Cox,
ya fallecido, titulada Tarzán Presley, en la que Elvis es criado por unos gorilas
en un parque de Wairarapa, en Nueva Zelanda, antes de trasladarse a los
Estados Unidos y convertirse en un cantante y en una estrella del rock. Que
yo sepa, no hay gorilas fuera de los zoos en Nueva Zelanda, aunque es po
sible que uno o dos de ellos se hayan escapado y hayan invadido algún
campo de rugby.
274
Notas
20. O quién sabe, ¡Dios nos ampare!, el sonido de un tapón de rosca al ser desen
roscado, ya que los tapones de corcho parecen estar desapareciendo de las
botellas de vino de Australia (y de Nueva Zelanda). Creo que, en general,
eso no deja de ser un progreso, pues todavía no he oído a nadie quejándose
de que el vino de una botella de rosca esté picado.
22. Esto parece un poco difícil de cuadrar con la idea de Jarvis según la cual las
llamadas aprendidas tienen más probabilidades de atraer a los depredado
res que las llamadas innatas.
24. Mithen 2005. Yo no estoy muy convencido. Con muy pocas excepciones,
todas las personas saben hablar, pero son muy pocas las que saben cantar.
26. Tocando su propia trompeta, por así decir; véase http:/ / www.reuters.com/
news / video/ videoStory?videold= 1231 .
29. Esto puede parecer un poco injusto. Sheldrake y Morgana (2003) han pro
porcionado una explicación más detallada en una revista llamada fournal of
Scientific Exploration. El lector juzgará.
30. Los chimpancés y los bonobos comparten un antepasado común con los hu
manos hasta hace seis o siete millones de años. Los chimpancés y los bono
bos se dividen en especies separadas hace aproximadamente dos millones
de años.
31. Arcadi (2000), que en su análisis posiblemente pasa por alto los intercambios
vocales entre políticos.
33. Ladygina-Kohts fue probablemente la auténtica pionera del estudio del len
guaje en los chimpancés. Empezó su trabajo en Moscú en 1913 y lo prosiguió
después de la Revolución Rusa, publicando su obra principal en ruso en
1935. La traducción inglesa no apareció hasta 2002.
275
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
34. Esto parece contradecir la idea de que las vocalizaciones de los chimpancés
no pueden ser aprendidas. Pero en realidad los chimpancés emiten una va
riedad de sonidos parecidos a los ladridos de un perro, incluidas ciertas for
mas de jadeo, de modo que Ladygina-Kohts pudo haber confundido el
sonido natural de un chimpancé con una imitación.
40. Si uno repite la palabra rest sin hacer pausa entre repeticiones, acaba com
probando que parece estar repitiendo la palabra stress. Puede incluso trans
mutarse aún más y convertirse en repeticiones de la palabra ester.
41. Los niños, sin embargo, pueden aprender a segregar palabras a una edad
muy temprana. Hacia los doce meses de edad pueden distinguir palabras
funcionales (como a, the, that, etc.) de palabras con contenido (Shi, Werker
& Cutler 2006).
42. Sería interesante insertar estas tres palabras en una frase sin sentido para
comprobar cómo reaccionaría Kanzi.
44. En su novela The Thirteen-Gun Salute [Tre�e salvas de honor], Patrick O'Brian
supone que se trataba de un orangután.
276
Notas
49. Desde entonces Kanzi ha escrito un artículo junto con sus parientes Panba
nisha y Nyota (Savage-Rumbaugh et al. 2007). El verdadero autor, sin em
bargo, es Sue Savage-Rumbaugh.
57. Sostener que los gestos comunicativos son una forma de resolución de pro
blemas no equivale a negarles un papel en la evolución del lenguaje. La re
solución de problemas puede haber efectivamente plantado las semillas
para la posterior emergencia de la sintaxis.
64. Por lo que respecta a los gorilas, véase Pika, Liebal y Tomasello 2003; para
los chimpancés, Liebal, Call y Tomasello 2004, y para los bonobos, Pika, Lie
bal y Tomasello 2005. Véase también Arbib, Liebal y Pika 2008 para una dis
cusión de estas cuestiones, especialmente en relación con el origen del
lenguaje.
277
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
69. ¿Por qué los estorninos? Probablemente los autores de este estudio se ins
piraron en Enrique IV donde Shakespeare hace decir a Hotspur: "Sí, tendré
un estornino al que enseñaré a hablar y decir nada más que 'Mortimer', y
se lo daré para seguir alimentando su cólera."
70. Gentner et al. 2006. Este artículo fue publicado en la prestigiosa revista Na
ture y pronto atrajo la atención de los medios de comunicación. El experi
mento se basaba en un experimento anterior realizado por Fitch y Hauser
(2004) en el que unos tamarinos habían demostrado no ser capaces de dis
criminar secuencias incrustadas. Los autores no decían que la prueba tu
viese nada que ver con la recursión como tal, sino que comparaban la
habilidad de los animales para distinguir una gramática de estado finito
(pares repetidos) de una gramática con estructura de frase (pares incrusta
dos), pero parecen aceptar que la gramática con estructura de frase podía
analizarse comparando series de elementos sucesivos. En mi opinión, esto
banaliza de algún modo su estudio, aunque destacan un aspecto técnico.
278
Notas
CAPÍTUL0 4
¿ Cómo evolucionó el lenguaje de la mano a la boca ?
l. Chomsky 2010, 58
8. Condillac 1971.
279
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
20. Como nota al margen, por así decir, vale la pena mencionar aquí que en los
humanos el sistema está generalmente sesgado hacia la parte izquierda del
cerebro. El lector puede ver algunas especulaciones al respecto en Corballis
2004a.
23. Arbib 2005; 2010. Grodzinsky (2006) ha exporesado reservas acerca del rol
que tienen las neuronas espejo en el lenguaje.
24. Liberman et al. 1967. Debemos decir, sin embargo, que la teoría motora de
la percepción del habla sigue siendo polémica a los 40 años de su introduc
ción, lo mismo que el rol de las neuronas espejo -véase Hickok 2009 y Lotto,
Hickok y Holt 2009.
280
Notas
33. Emmorey 2002. Aunque algunos signos son icónicos, quienes los utilizan
distinguen perfectamente el signo de la pantomima, y la afasia en el lenguaje
de signos no afecta a la pantomima (véase, por ejemplo, Marshall et al. 2004).
Los usuarios del lenguaje de signos no parecen distinguir que algunos sig
nos son icónicos y otros no.
38. Shintel, Nusbaum y Okrent 2006. Shintel y Nusbaum 2007 también aportan
pruebas de que la gente responde con mayor rapidez a una fotografía si la
frase hablada que la describe concuerda con el movimiento descrito en la fo
tografía. Relacionan mejor un objeto en movimiento, por ejemplo un caballo
al galope, con la frase, si esta es pronunciada rápidamente, y un objeto es
tacionario con ella si es pronunciada de un modo relativamente lento.
47. MacNeilage 2008. Es compatriota mío, pero estoy seguro de que puedo ha
cerle recapacitar.
281
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
50. Gentilucci et al. 2001. Es aconsejable mantener la boca cerrada cuando uno
trata de alcanzar un objeto grande como una piña.
53. McGurk & MacDonald 1976. En el momento de escribir este libro, y espero
que todavía, es posible experimentar el efecto McGurk en http: / /www.
youtube.com/ watch?v=aFPtc8BV dJk.
54. Calvert & Campbell 2003; Watkins, Strafella & Paus 2003.
66. Enard et al. 2009. La enorme congregación de autores sugiere que el efecto
puede deberse a alteraciones en los circuitos que unen el córtex con los gan
glios basales. Esto puede tener alguna relación con el modo en que la voca
lización pasó a estar bajo el control cortical en los humanos.
68. Ya difunto.
282
Notas
74. Véase Fisher & Scharff 2009 para una reseña reciente.
77. Véase, por ejemplo, Boe et al. (2002; 2007), que sostienen, contrariamente a
Lieberman, que el aparato vocal de los neandertales les habría permitido
efectivamente un habla articulada, aunque sus argumentos han sido cues
tionados a su vez por De Boer & Fitch (2010). Boe et al. (2007) también su
gieren que las posibles limitaciones a la articulación, tanto en niños
humanos como en neandertales, pueden haber sido debidas a un control
motor poco preciso de los articuladores más que a la forma del tracto vocal.
81. Dicho de otro modo, nuestras frentes son más bien protuberantes.
283
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
humano. Pero véase Boe et al. 2002 para una opinión contraria.
88. Los elocuentes italianos, por ejemplo, gesticulan mucho más que nosotros,
los introvertidos neozelandeses.
95. Decirlo al revés probablemente les ayudaría. [La palabra llareggub leída al
revés da buggerall, un término de argot americano, que podría traducirse
como 'pelmazo' o 'gilipollas'. (N. del T.)]
96. La idea comúnmente expresada de que los niños pueden discriminar fone
mas de todos los idiomas del mundo ("Teoría Universal") ha sido cuestio
nada por Nittrouer (2001) y defendida por Aslin, Werker y Morgan (2002).
98. Nos referimos a los programas en los que se enseña a cocinar comida, y no
otras cosas, aunque teniendo en cuenta el lenguaje explosivo que utilizan
algunos de los chefs más populares, a veces lo pongo en duda.
284
Notas
SEGUNDA PARTE
El viaje mental en el tiempo
l. Hockett 1960.
CAPÍTULO 5
Reviviendo el pasado
4. Así es tal como lo recuerdo yo, por supuesto. Es posible que otros de la clase
no lo recuerden igual.
6. Tulving 2002.
8. Wearing 2005.
10. Este caso lo describieron por vez primera Scoville y Milner (1957). Para una
descripción más reciente, véase Corkin 2002.
285
Michael C. Corballis/ La, mente recursiva
11. Esta teoría la desarrollaron Larry Squire y sus colegas (Squire 1992), aunque
también se han sugerido otros modelos de función hipocampal (por ej .,
Moscovitch et al. 2006).
22. Pinkewr 2007 basa esta estimación en el número de palabras que contiene
un diccionario no abreviado.
27. En ediciones posteriores del libro (por ej., la de 1994), Bass y Davis matiza
ban su afirmación, indicando que los síntomas de angustia no tenían por
qué implicar abuso. La histeria sobre abusos sexuales ha remitido bastante
desde los años 1990, aunque sigue habiendo sin duda muchos individuos
inocentes cuyas vidas se echaron a perder debido a falsas acusaciones deri
vadas de la falsa recuperación de supuestos recuerdos.
286
Notas
nente ataque cardíaco. Cuando una señal es débil son dos los errores que se
pueden cometer: puede que no se detecte una señal que está realmente
presente, o que se detecte falsamente una señal que en realidad no está pre
sente. Si aplicamos esta teoría a la cuestión del recuerdo de un abuso sexual,
podemos suponer que el abuso no tuvo lugar cuando en realidad sí lo hizo,
o podemos suponer que sí tuvo lugar cuando en realidad no lo hizo. Ambos
errores tienen un coste. El fallo en detectar un abuso realmente cometido
puede llevar a su autor a seguir cometiendo abusos, y una falsa detección
puede llevar al castigo de una persona inocente. Gran parte de la discusión
política en tomo a este tema se reduce a la cuestión de cuál de estos dos
errores es el más costoso. Muchas feministas parecen creer que es preferible
que algún inocente vaya a la cárcel antes que permitir que haya abusadores
que queden en libertad, mientras que el principio legal básico de que uno
es inocente hasta que se demuestre lo contrario protege a las personas ino
centes a expensas de no poder detectar a los abusadores. El veredicto puede
decantarse hacia la primera opción debido al uso de terapias que llevan a
la implantación de falsos recuerdos.
32. Pavlov 1927. El tema del condicionamiento clásico es uno de los temas cen
trales en la novela de Aldous Huxley Un mundo feliz.
36. Skinner 1962. El título deriva de la obra Walden de Henry David Thoreau.
37. Era una palabra que había aprendido poco antes y cuyo sonido me gustaba,
aunque no sabía qué significaba realmente.
287
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
CAPÍTULO 6
Acerca del tiempo
5. Ingvar 1979, 21 .
7. Addis, Wong & Schacter 2007; Okuda et al. 2003; Szpunar, Watson & Mc
Dermott 2007.
8. Botzung, Denkova & Manning 2008; D'Argembeau et al. 2008; Hassabis, Ku
maran & Maguire 2007.
20. Véase Suddendorf, Corballis & Collier-Baker 2009 para una crítica de este
punto y otros estudios que pretenden refutar la hipótesis de Bischof-Kohler.
288
Notas
23. Este es el consenso de Whiten y ocho coautores (1999). Véase también Whi
ten, Homer & De Waal 2005.
25. Mulcahy & Call 2006. Pero, curiosamente, en estado salvaje, los bonobos,
como los gorilas, muestran pocas evidencias de uso de herramientas.
(McGrew 2010).
26. Para una crítica de este punto de vista véase Suddendorf 2006.
28. Se ha sugerido que el concepto lineal del tiempo no surgió hasta finales de
la Antigüedad, y que anteriormente el concepto que se tenía del tiempo era
cíclico (Butterfield 1981).
CAPITuLO 7
La gramática del tiempo
3. Sí, ya lo sé, también este libro es una especie de just-so story [historia hipo
tética].
289
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
6. Tulving 2002.
8. Deacon 1997.
15. Everett 2005. Hay que decir que el análisis de Everett es polémico, como re
sulta evidente en los comentarios a su artículo, pero él y su familia son los
únicos outsiders que conocen el lenguaje de los piraha, y están bien prepa
rados para pronunciarse sobre sus características, al menos respecto a quie
nes no hablan este idioma.
290
Notas
19. Maloki 1983. Puede muy bien ser que Everett también subestimase la con
ciencia del tiempo de los piraha.
22. Westen 1997, 530. De todos modos, Skinner estaba interesado en el psicoa
nálisis e incluso quiso ser psicoanalizado, pero ¡fue rechazado! (Overskeid
2007).
23. Este fue el tema principal de la famosa reseña que hizo Chomsky en 1959
del libro de Skinner, publicado en 1957, Verbal Behavior.
24. Frege 1980, 79. Para la mayor parte de lingüistas, sin embargo, las palabras
son solo una etapa en la jerarquía que va desde los fonemas y los morfemas
hasta las palabras. Pero como vimos en el capítulo 2, las palabras pueden
ser los auténticos primitivos en un sentido evolutivo, con la fonología y la
morfología emergiendo como resultado de la presión para crear distinciones
(Aronoff 2007).
25. Home Toopke 1857. Los objetos son representados por nombres y las accio
nes por verbos. Pero técnicamente la distinción objeto/ acción no es idéntica
a la distinción nombre/verbo. Muchos nombres (como amor o coherencia) no
representan objetos, y muchos verbos (como enjoy [disfrutar] o wonder [pre
guntarse]) no representan acciones. La idea según la cual las primeras pa
labras fueron sustantivos y verbos se remonta a Platón.
26. Por si tiene intención de viajar próximamente, estos cuatro lenguajes son el
warao de Venezuela, el nadeb de Brasil, el wik ngathana del nordeste de
Australia y el tobati de Papúa Nueva Guinea.
29. También puede suceder al revés. La película de 1994 Criaturas celestiales, di
rigida por Peter Jackson, se basa en una historia verdadera, la de dos esco
lares neozelandesas que asesinaron a la madre de una de ellas. Fueron por
supuesto atrapadas, y una de ellas es hoy una autora de novela negra inter
nacionalmente conocida.
30. Tal vez tendríamos que incluir también a los quarks, leptones, bosones y a
291
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
CAPÍTULO 8
La lectura del pensamiento
3. Sheldrake 1999. Una vez más, el intrépido David Marks ha vuelto al ataque,
esta vez en la nueva edición del libro escrito en colaboración con Kamman
(Marks 2000). Me pregunto si Sheldrake lo habrá visto venir.
4. Darwin 1872, 357. Es una cita un poco larga, lo reconozco, pero la imagen de
Darwin haciendo muecas y tratando de parecer un salvaje era irresistible.
5. Piaget 1928.
6. Borke 1975. Yo diría, de todos modos, que las montañas tenían que ser ob
jetos bastante familiares para un niño suizo.
7. Southgate, Senju & Csibra 2007. Los autores incluyeron una fase de familia
rización para asegurarse de que los niños mirasen el lugar en el que el actor
buscaba la pelota cuando estaba realmente presente, así como otras variantes
para descartar otras posibilidades, como la de que los niños mirasen simple
mente en el lugar en el que había estado más recientemente la pelota.
292
Notas
8. Supongo que viendo un desfile de moda uno podría poner en duda esta
afirmación, pero el hecho es que las jóvenes mujeres que pasan por la pasa
rela no parecen estar muy bien equipadas para la reproducción.
12. Esta expresión la inspiró Franz B. M. de Waal, cuyo libro Chimpanzee Politics
[La política de los chimpancés], publicado en 1982, destacaba que algunas
de las estrategias sociales utilizadas por los chimpancés tenían un aspecto
maquiavélico. Se ha escrito mucho sobre si los chimpancés y otros primates
son realmente maquiavélicos y sobre si poseen lo que se ha calificado de
una 'teoría de la mente' -la capacidad de adoptar el punto de vista mental
de otros (por ej., Byme & Whiten 1990; Premack & Woodruff 1978; Tomase
llo & Call 1997; Whiten & Byme 1988). Sea cual sea el caso respecto a otros
primates, parece que los humanos somos los mejores mintiendo, engañando
y estafando, mientras mantenemos externamente una imagen de respetabi
lidad.
16. Puede que la recursión de quinto orden sea necesaria para la creencia reli
giosa, pero seguramente no es suficiente. Yo creo que soy capaz de mane
jarme en este orden de recursión y no soy una persona religiosa. El caso es
que no puedo responder por Robin Dunbar.
18. Grandin 1996; Grandin & Barron 2005; Grandin & Scariano 1986. Grandin
sería clasificado ahora como un ejemplo del síndrome de Asperger, que es
una forma de autismo con las funciones intelectuales elevadas.
293
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
26. Véase Crespi & Badcock 2008 para un relato más detallado.
27. Véase Crespi & Badcock 2008, 248, para una lista más extensa. Estas aso
ciaciones, sin embargo, no dejan de ser polémicas, ya que algunos psiquia
tras consideran que la esquizofrenia y el autismo están relacionados, más
que constituir polos opuestos de un continuo. Ambos muestran unas pau
tas muy similares de activación cerebral (Pinkham et al. 2008). Una posi
bilidad es que los síntomas negativos de la esquizofrenia unan al autismo,
en uno de los extremos del espectro, con los síntomas positivos de la es
quizofrenia en el otro extremo (Van Rijn, Swaab & Aleman 2008). Eviden
cias recientes apuntan a influencias genéticas tanto en el autismo (en el
número del 29 de mayo de 2009 de la revista Nature se publicaron nada
menos que tres artículos sobre este tema) como en la esquizofrenia (por
ej., Esslinger et al. 2009), sin indicios de que la impronta desempeñe algún
papel en ello. Incluso teniendo en cuenta esto, Crespi y Badcock presentan
un interesante escenario cuyas implicaciones van más allá del autismo y
de la esquizofrenia.
33. Horrobin 2003. Véase Richmond 2003 para un punto de vista sobre David ·
Horrobin.
34. Farmelo 2009. En Bristol, UK, la fama de Dirac se vio eclipsada por la de su
compañero de escuela Archie Leach, más tarde conocido como Cary Grant.
294
Notas
38. Véase Povinelli, Bering & Giambrone 2000 para un resumen del tema.
41. Hare et al. 2000. Los monos tití también eligen comida que un tití dominante
que les observa no puede ver (Burkart & Heschl 2007).
46. Para una crítica detallada de los estudios de Hare y de otros estudios que
sostienen la existencia de una teoría de la mente en los córvidos, véase Penn,
Holyoak & Povinelli 2008.
53. Sin duda pensando, como quien dice, en el predominio que tuvo en su mo
mento la empresa que fabricaba los automóviles Rolls-Royce.
295
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
CAPÍTULO 9
El lenguaje y la mente
l. Fodor 1975.
6. Griffin 2001, l.
10. Grice 1989, 30-31 . Si usted no está acostumbrado a este tipo de argumen
taciones filosóficas con Ps y Qs, esta podrían ser una interpretación: P =
"Hola, John, qué sorpresa. ¿Cómo estás?" y Q = "Este es mi amigo John
que seguramente acaba de regresar de Australia, donde había ido a visitar
296
Notas
13. El término 'minimalismo' se utiliza más a menudo con respecto a una es
cuela musical en la que la pieza se reduce a sus elementos básicos.
15. Los déficits lingüísticos pueden identificarse en niños de solo dos años y se
ponen de manifiesto mediante una pobre imitación y comunicación gestual
(Luyster et al. 2008).
17. Tal vez el único ejemplo de una doble afirmación que puede traducirse
como una negación. [Sí, sí.]
21 . Happé 1995.
22. Como aficionado que soy a los crucigramas crípticos, a menudo necesito
adoptar la mentalidad algo autista del compilador. Uno normalmente
asume que las palabras tienen un significado claro, pero en los crucigramas
a menudo tienen otro. No se deje engañar por la palabra flower, que puede
ser sinónimo de river, ni por la palabra layer, que puede referirse a una ga
llina ponedora.
297
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
26. Cabe preguntarse, sin embargo, por qué saben señalar, ya que durante la
mayor parte de su existencia evolutiva no han tenido oportunidad de rela
cionarse con humanos.
30. Yo estoy compartiendo esta información con usted, amigo lector, y no espero
ninguna recompensa. Pero no estaría mal que considerase usted comprar
el libro si todavía no lo ha hecho.
CAPÍTULO 10
La cuestión recurrente
l. De Pensées 1670.
3. Johnson 2000.
4. Australia es un gran bloque de tierra al oeste y algo más al norte que Nueva
Zelanda.
5. Sosis 2004.
7. Dennett 1995.
298
Notas
10. Esto no significa que todas las religiones respalden esta idea. En un artículo
publicado el 18 de enero de 2005 en L 'Osservatore Romano, el periódico oficial
del Vaticano, Fiorenzo Facchini sostenía que el diseño inteligente pertenece
a los reinos de la filosofía y de la religión, pero no al de la ciencia. Facchini
escribe que "no es correcto, desde un punto de vista metodológico, apartarse
del campo de la ciencia y pretender al mismo tiempo que se está haciendo
ciencia." Durante muchos años el Vaticano ha tolerado la enseñanza de las
teorías evolucionistas, y en 1950 una encíclica papal permitió oficialmente
a los católicos discutir la teoría de la evolución de Darwin. Por otro lado, el
20 de diciembre de 2005, el juez federal John Jones III ordenó a todas las es
cuelas de Denver, Pensilvania, eliminar las referencias al diseño inteligente
del currículo científico por considerar que no era una teoría científica.
13. Me dicen que el ojo del pulpo está mejor diseñado, con el nervio óptico lo
calizado en la parte posterior de la retina.
14. No todo el mundo cree esto, pero pocos de los que no están de acuerdo están
dispuestos a atribuir las obras a un mono. Los poemas tal vez, pero no las
obras de teatro.
19. Y para los insectos, por supuesto. O para decirlo de otro modo: se aprove
charon de la idea para levantar el vuelo.
299
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
CAPÍTULO 11
Devenir humanos
l. Hasta hace poco se utilizaba e l término homínido, pero los grandes simios
fueron invitados a unirse al dado de los homínidos cuando se descubrió lo
cerca que estaba su composición genética de la nuestra. Véase también la
nota 33 del capítulo 1 .
4. Sibbley y Ahlquist 1984. Sin embargo, existen todavía algunas dudas y al
gunas pruebas conflictivas acerca de la separación simio-hominino. Una
teoría reciente, basada en el análisis de la diversidad de diferencias en el ge
noma, es que las líneas de los homininos y de los chimpancés se separaron
hace unos siete millones de años, pero luego se hibridizaron, separándose
de nuevo finalmente hace unos 6,3 millones de años (Patterson et al. 2006).
6. Leakey 1979.
10. Estos desarrollos contribuyen a refutar la idea de que los chimpancés fraca
saron de algún modo en su intento de avanzar junto con los humanos en su
camino desde el ancestro común de ambos hace unos seis millones de años,
y que por tanto son una especie de humanos fracasados. La evolución de
los chimpancés simplemente siguió un camino diferente.
14. En este punto estoy en deuda con la interesante discusión del capítulo 12
300
Notas
del libro de Michael Sims, publicado el año 2003, Adam 's Navel [El ombligo
de Adán].
17. En el momento de escribir este libro, sin embargo, parece que los jugadores
de críquet de Australia pueden perder de nuevo la "Ashes series" frente a
Inglaterra. Nota añadida posteriormente: la perdieron. Nota añadida aún más
tarde (2006/2007): la han vuelto a perder. Ahora (a finales de 2010) tiene toda
la pinta de que volverán a perderla.
20. En este juego no parece que lancen realmente la pelota, sino que parecen
golpearla como si la palma de la mano fuese una especie de pala. Pero el
hecho es que patean mucho la pelota, y ello requiere, igual que en el rugby,
una postura bípeda. Como neozelandés me siento tentado a pensar que la
presión para golpear bien una pelota de rugby fue un factor importante en
la evolución del bipedalismo, pero que yo sepa no hay pruebas de que hu
biera campos de rugby hace seis millones de años, y en cualquier caso tuvi
mos que esperar a que apareciesen los neandertales para poder organizar
una buena melé.
21. Los lanzadores en críquet, por alguna oscura razón, no están autorizados a
flexionar el codo, y lo compensan corriendo por la línea del campo, acumu
lando de este modo energía cinética antes de soltar la pelota.
301
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
32. La votación a la que me refiero se celebró en mayo del 2009 en una reunión
de la ICS (Comisión Internacional de Estratigrafía) -véase Kerr 2009.
35. Se han identificado otros miembros del género, pero depende un poco de
dónde se traza la línea de demarcación. De momento, basta con este pe
queño grupo de especies.
39. Darwin
41 . Otra posibilidad habría sido el vuelo, pero esto era para los pájaros.
42. Tooby & De Vore 1987. Un punto de vista alternativo es que la tercera vía
no llegó hasta que Tony Blair fue elegido primer ministro de Gran Bretaña.
47. O eso dicen. Tal vez esto se aplica especialmente a los mamíferos, ya que
los cocodrilos tienen un cerebro muy pequeño, y lo mismo puede decirse
de los dinosaurios.
302
Notas
49. Jerison 1973. La fórmula es: EQ = (peso del cerebro) / 0,12 x peso corporal66).
Es una fórmula calibrada de modo que el EQ medio de un mamífero sea de
1,0, y el exponente de 0,66 compensa la tendencia que tiene el tamaño cere
bral a aumentar a un ritmo más lento que el peso corporal.
52. Sus restos fueron descubiertos en 1976 por Donald Johanson y colaborado
res en Etiopía, y el nombre que le pusieron lo inspiró la canción de los Bea
tles "Lucy in the Sky with Diamonds". No sabemos si Lucy consumió
alguna vez LSD. Véase Johanson & Edey 1981.
62. Me duele constatar que actualmente existen dudas acerca del papel de
MYH16 en el aumento del tamaño cerebral; véase McCollom et al. 2006.
63. Pinker 1994.
64. En realidad no creo que sea una buena idea eliminar los impuestos, ya que
me han ayudado mucho en mi carrera académica.
303
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
66. Semendeferi, Damasio y Frank (1997) han puesto de manifiesto que el ratio
de los lóbulos frontales respecto al resto del cerebro es constante en los si
mios y en los humanos, mientras que Uylings (1990) sugiere que el ratio ha
cambiado poco de los simios a los humanos. Deacon (1997, 476) critica estos
estudios, en parte sobre la base de que no miden el córtex prefrontal inde
pendientemente de las áreas motora y premotora. Un estudio más reciente
sugiere que el volumen de materia blanca en el córtex prefrontal es despro
porcionadamente grande en los humanos respecto a otros primates, pero el
de materia gris no lo es (Schoenemann, Sheeban y Glotzer 2005). Tal vez lo
importante es la materia blanca.
72. Esto no significa que los humanos no emigren estacionalmente. Los cana
dienses acaudalados emigran a Florida o a Hawái en invierno, y los neoze
landeses se van a Queensland, Australia.
304
Notas
77. Boesch, Head y Robbins 2009. Estas herramientas son: mazas, ampliadores,
colectores, perforadores y torundas, y recuerdan algunos de los instrumen
tos que utilizan modernamente los cirujanos.
83. Hunt 2000. Estas aves también dan forma a las ramas para usarlas como
ganchos (Weir, Campbell y Kacelnik 2002).
87. Nadie parece haber sugerido que eran los caballos los que elaboraban las
lanzas.
CAPÍTULO 12
Devenir modernos
305
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
3. Cann, Stoneking y Wilson 1987. El hecho de que sea posible rastrear el ADN
mitocondrial hasta una mujer concreta no significa que esta Eva Mitocon
drial fuese la única mujer viva en su época.
5. Mellars 2006a.
6. Brown et al. 2009. Estos autores sugieren que el uso tecnológico del fuego
en Pinnacle Point, en Sudáfrica, puede que se remonte hasta 164.000 años
atrás.
9. Mellars 2006b.
18. Yo sugería esto en mi libro del año 2002 De la mano a la boca, pero esto era
antes de que tuviese conocimiento de la existencia del gen FOXP2.
306
Notas
25. Mellars 2009, 177. No dice cuál era el sexo del o la estudiante.
29. Klein 2008. Una vez más, por supuesto, es un candidato a esta mutación el
gen FOXP2. Como vimos en el capítulo 4, una estimación reciente sitúa esta
mutación en un momento más próximo a hace 50.000 años que a 100.000
años (Coop et al. 2008). De todos modos, esto sigue siendo discutible, espe
cialmente después de la aparición de evidencias que apuntan que la muta
ción pudo estar ya presente en el antepasado común de los humanos y los
neandertales (Krause et al. 2007).
30. Powell, Shennan y Thomas 2009. La fecha estimada de hace 45.000 años co
loca esta fecha en un momento muy temprano de la fecha estimada de la
emigración hacia Europa, pero todavía hay incertidumbres en la datación
de estos acontecimientos.
31 . Ambrose 1998.
32. Las islas de Nueva Zelanda son calificadas a veces de "las islas tembloro
sas", especialmente en Australia, y una erupción que se produjo en el lago
Taupo el año 280 de nuestra era hizo que el cielo se tiñera de rojo en lugares
tan lejanos como Rusia y China. Se dice que el volcán cuya primera erup
ción, ocurrida hace unos 26.500 años, creó el lago Taupo, ha sufrido otras
28 erupciones y que podría estallar de nuevo en cualquier momento.
36. Diamond 1997, 14. Por 'carga' podemos entender 'basura', cosas absoluta
mente innecesarias.
307
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
CAPÍTULO 13
Pensamientos a modo de conclusión
2. Darwin 1896, 126. Es interesante que este pasaje arranque con una referencia
a los animales superiores y termine con otra a los inferiores.
3. Arnold 1992.
5. Puede haber, sin embargo, variación cultural. Los piraha, discutidos en los
capítulos 6 y 7, parecen tener un lenguaje y una conciencia del tiempo rela
tivamente reducidos, pero puede que lo compensen de otras formas. Es in
cuestionable, además, que todos los humanos poseen una capacidad de
expresión ilimitada, pero las culturas varían en la forma de explotar dicha
capacidad.
6. Arthur 2007.
7. Dunbar 2004.
9. Wiles 1995; Taylor & Wiles 1995. Quede en pie la remota posibilidad de que
Fermat hubiese encontrado una prueba mucho más simple.
12. Mi madre lo intentó. Me llevó a esquiar a los 16 años (mis 16 años, no los
suyos), pero las condiciones eran algo precarias y tras esforzarme mucho
para subir unos metros por la montaña, se me escapó uno de los esquís, que
fue cayendo hasta llegar al punto en el que habíamos iniciado el ascenso.
Supongo que si hubiera perseverado con el esquí restante podría haber in
ventado el snowboard.
308
Referencias
309
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
310
Referencias
Barkow, J. H., Cosmides, L. & Tooby, J. (eds.) 1992. The adapted mind: Evolutionary
psychology and the generation of culture. Oxford: Oxford University Press.
Baron-Cohen, S. 1995. Mindblindness: An essay on autism and theory of mind. Cam
bridge: A Bradford Book / MIT Press.
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Referencias
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Indice
�
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Michael C. Corballis/ La mente recursiva
340
Índice
Cosmides, Leda 29; The Adaptive Mind cíes por medio de la selección natural
(con Barkow y Tooby) 27 205
creatividad y psicosis 171-3 Davis, Laura The Courage to Heal (con
Creciente Fértil 256 Bass) 118
creencia, inferencia de la 163-4 de Morgan, Augustus 17
creencias falsas 163-4 De Waal, Franz B. M. 173
Critchley, Macdonald The Language of Deacon, Terrence 144; La especie simbó-
Gesture 79 lica 60, 211
criterio www 139 Dennett, Daniel 164-5, 190
críticos literarios antes del postmoder- desarrollo de la forma periódica 45-6
nismo 36 Descartes, René 25, 134, 160, 203-5, 208
Crow, Timothy 76, 249 desplazamiento: los niños humanos y el
cuervos 131-2 145; uso del término 103
cueva de Chauvet 251 Diamond, Jared 258; Guns, Germs and
cueva de Hohle Fels 253 Steel 256
cueva de Qafzeh (Isreal) 136 Dirac, Paul 172-3
cultura chimpancé 69-70 diseño inteligente 206-8
Chamberlain, Lindy 221 diversidad cultural 256
Chase, Stuart Tyranny of Words 183 Dobzhansky, Theodosius 206
Chater, Nick 51 Donald, Merlín Origen de la mente hu
chimpancés l86, 209, 215, 220; como mana 83
cuadrúpedos 217-8; llamadas de los Dostoyevsky, Fiódor 192
56-7; mano de los 223-4; supervi dualidad de patrones y ABSL 49; y Hoc-
vencia de los 202; y el engaño tác kett 49
tico 178; y el gesto 70-2, 195-8; y el dualismo innato 203-5
habla 63-4; y el lenguaje de signos dualismo mente-cuerpo 203-5
67; y la imitación 69; y la referencia Dunbar, Robín 165, 233, 262
desplazada 145; y la representación
simbólica 144; y la resolución de ecolocación en murciélagos 186
problemas 69-70; y la teoría de la Edad de Piedra media 245, 249
mente 174-6, 180; y las herramientas elefantes 58, 60, 232
132, 240-2 emoción 161-2; y autismo 166-8
Chomsky, Noam 22-3, 36, 51-2, 72, 149, empatizadores vs. sistematizadores 171
183, 213, 249, 263-4; visión del len engaño táctico 176-8
guaje de 39-42, 75; y la diversidad erupción del Monte Toba 255
lingüística 46; y Prometeo 76 espectro autista-psicótico 169-73
Christiansen, Morten 51 esquizofrenia 168, 170, 172
estorninos 72-4, 73
Darwin, Charles 78, 99, 173, 221-2, 224, Eubúlides de Mileto 39
253, 259; El origen del hombre en rela Eva mitocondrial 246
ción con el sexo 35, 205; La expresión de Evans, Nicholas 43-5, 98
las emociones en el hombre y en los ani Everett, Daniel L. 42-3, 50-2, 136, 258
males 161-2; Sobre el origen de las espe- evolución darwiniana 205-11
341
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
342
Índice
343
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
344
Índice
106, 108-9, 115, 121, 125, 128, 137, Nietzsche, Friedrich Humano, demasi
139-40, 153, 155, 232; fragilidad de ado humano 90- l
la 110-3; implícita 109-12, 121; in niños: adaptabilidad de los 244; y el
consciente 109-10; recursiva 238; se contacto con los demás 229; y el se
mántica 106, 108-9, 121-3, 155; www ñalar 197-8; y la comunicación ges
128; y el tiempo 125 tual vs la vocal 198, 238; y la
mente: humana y de otros animales conexión mano-boca 89; y la falsa
15; modelo de la navaja suiza 27-9 creencia 164, 168, 175; y la función
Mesoamérica 256 declarativa 197; y la referencia des
metáfora y teoría de la mente 192-4 plazada 144-5; y los fonemas 99
migraciones 239-40, 247 Nueva Guinea 43-4, 258
Milne, A. A. Winnie the Pooh 24-5, 55 números naturales 18
Milton, John Paraíso perdido 202 Nurius, Paula 137
mimesis 83-5
minimalismo 191 ocre 248
Mithen, Steven 30; SingingNeanderthals ojo, el (como ejemplo de diseño) 206
60 operación Fusión 39-41
módulo para la detección de trampo- oración 38-9; periódica 45-6
sos 164 orangután 215, 218; y engaño táctico
módulo teoría-de-la-mente 188 178
monos capuchinos 224 orden de las palabras 150
monos Rhesus y el test del espejo 179 órdenes de intencionalidad 165
monos tití 57 ornamentación personal 251
monos. Véase nombres de especies; pri- Orrorin tugenensis 217
mates Orwell, George 1 984 183
morfemas 48-9 Owen, Richard 208-9
morfología 49-50
Morgana, Aimée 60-1 pájaro lira 60, 176-8
Morris, Robert 160 palabras con contenido 46-7
movimiento en pro de los derechos de palabras funcionales 46-7
los animales 184 palabras: almacenadas en la memoria
Mozart, Wolfgang Amadeus Concierto semántica 155; estructura combina
para piano en sol mayor 74 toria! de las 48-50; "necesarias" 150
Müller, Friedrich Max 35 Paleolítico Superior 251-5
murciélagos 186 Papp, Szilvia 193
Parque Nacional de Laongo 242
Namibia 98 Pascal, Blaise 201
neandertales 92-4, 243; extinción de los Patterson, Francine 67
252; y entierro de los muertos 136 Pavlov, Iván P. 119-21
Neissr, Ulric 137 Peek, Kim 113-4
neocórtex, tamaño del 233 Penn, Dereck C. 179-80, 211
neuronas espejo 80-2, 81 pensamiento 16
Newton, Sir Isaac 257 pensamiento episódico futuro 125
nicho cognitivo 229 Pepperberg, Irene 261
345
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
346
Índice
347
Michael C. Corballis/ La mente recursiva
348
BIBLIOTECA BURIDÁN
Los orígenes del lenguaje humano,
el pensamiento y la civil ización