En la actualidad es común escuchar temas como el cambio climático, lo cual no es gratuito,

aspectos como la globalización impulsada por el modelo capitalista, ante los grandes
avances tecnológicos y el desmedido desarrollo industrial, y el mal manejo de los residuos
que está produce, han provoca que vastas extensiones de territorio se hayan contaminado
sufriendo un deterioro medio ambiental en la que ríos, mares, mantos acuíferos, las talas de
bosques y selvas, resulten contaminados. Como lo manifieste Moacir Gadotti estamos
entrando a la era de la exterminación y ante tal descontrol de la producción industrial,
transitamos de una forma de producción a una de destrucción. “la posibilidad de
autodestrucción nunca más desaparecerá ya de la historia de la humanidad. De aquí en
adelante todas las generaciones se verán confrontadas con la tarea de resolver este
problema” (Gadotti, M. p. 27).

Como también es común escuchar términos como desarrollos sustentables, es decir se

crearon campañas de sensibilización y concientización, los llamados de alerta están ahí y
esto no quise decir que nos quedemos en el inmovilismo. Para poder combatir este flageló
es necesario la búsqueda de modelos educativos alternos, la educación ambiental debe estar
asociada a una pedagogía de la posibilidad, democratica que signifique una restauración de
relaciones entre sociedad y ambiente. Como afirma Elmar Altvater (1995) “Hoy la cuestión
social solo puede elaborarse de manera adecuada como cuestión ecológica”.

Por tal razón la pedagogía se tiene que ecologizarse en la búsqueda de una nueva realidad,
la sustentabilidad. La educación es un elemento de transformación y a partir de este los
sistemas escolares pueden conseguir un cambio en la sociedad, pero demanda de una
innovación de los sistemas en su conjunto para lograr su integración; lo que se pretende
aquí es la sostenibilidad y la equidad, ante este paradigma el dialogo puede lograr el
reconocimiento de las discrepancias de cada uno y la oportunidad de conseguir niveles altos
de cultura y civilización y en la magnitud que se logren esos niveles; es posible una
coexistencia sana con el medio ambiente y en la proporción que nos entendamos mejor,
mejor comprenderemos a la naturaleza.

Bibliografía:

Gadotti, M. (2002). Educación del futuro. En Pedagogía de la Tierra (27-50).

México: Siglo XXI. Pp. 27-50.