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22 Con
esto, Nigeria es el país más poblado de África y el séptimo país más poblado
del mundo, cuenta con aproximadamente un sexto de la población del
continente africano. Aunque menos del 50 % de los nigerianos viven en
asentamientos urbanos, existen más de 80 ciudades con una población mayor
a 100 000 habitantes. La variedad de costumbres, idiomas y tradiciones dadas
por los 250 grupos étnicos que coexisten en Nigeria le dan al país una gran
diversidad. El grupo étnico dominante de la región norte es el hausa-fulani, de
los cuales una gran mayoría son musulmanes. Otros de los grupos étnicos
importantes de esa zona son los nupe, tiv, y kanuri.
Las comunidades efik, ibibio, annang, e ijaw (los cuatro grupos étnicos más
grandes del país) también conforman un segmento sustancial de la población
en el área. Personas con diferentes idiomas, generalmente se comunican
en inglés, aunque el conocimiento de dos o más idiomas nigerianos es común.
Los idiomas más difundidos son el hausa, yoruba e igbo. En los últimos años
hubo esporádicos choques entre grupos cristianos y musulmanes,
particularmente en el norte del país, en donde hubo presión para introducir la
ley islámica o Sharia.
Aunque Nigeria cuenta con una cifra de emigrantes relativamente baja, miles
de personas dejan el país cada año, teniendo como destino principal la Unión
Europea, sobre todo el Reino Unido, aunque en los últimos años ha crecido el
número de nigerianos que se han instalado en Irlanda. Estados Unidos es otro
destino habitual de la inmigración nigeriana.
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“La gente piensa que todos los que trabajan en Banana Island ganan mucho
dinero, pero no es así”, afirma David Obi, que ha trabajado desde 2006 para
los millonarios y multimillonarios de esta isla artificial (que se construyó en
forma de banana).
“Los ricos pagan mal, pero te hacen trabajar sin parar”, señala Obi. “Una vez
trabajé para un hombre rico de allí y cuando había terminado mi trabajo, la
familia me llamaba a la 1 o 2 de la madrugada para que fuera a servir al jefe.
Pero cuando llegaba fin de mes, no me pagaban. Me tuve que ir porque me
debía varios meses de salario”, añade.
Obi reside en una parte de esta comunidad cerrada donde los trabajadores no
pueden vivir con sus familias. “Mientras los ricos viven en sus mansiones, los
que trabajamos para ellos dormimos en espacios muy pequeños. A veces dos o
tres trabajadores compartimos una pequeña habitación”, cuenta.
“Los ricos no quieren que los pobres salgamos adelante”, concluye. “Si eres
un pobre trabajando para los ricos, prefieren que seas pobre el resto de tu vida.
Piensan que si mejoras tu vida y te vuelves rico, no trabajarás más para ellos.
Lo único que les importa es que ellos y sus familias sean ricos para siempre.”
Un “nivel de riqueza apabullante”
Noel Anago es un cocinero de 32 años que trabaja para los ricos en eventos
sociales en Lagos. “A menudo me sorprende cómo exhiben su riqueza”, dice.
“Veo empresarios multimillonarios, expresidentes, políticos de primera línea y
gobernadores, muchos con custodia policial y agentes del servicio secreto
estatal. Me sorprende la ropa carísima que llevan, los zapatos y los bolsos de
primera calidad de las esposas. Todo vale miles de dólares.”
Nigeria está ahora pasando por su recesión más larga en más de 25 años y
sufre una de las crisis humanitarias más graves del mundo, empeorada por la
violencia del grupo insurgente Boko Haram. Más de 4,7 millones de personas
sufren inseguridad alimenticia en la región, según la ONU, mientras que el
49% de los jóvenes están subempleados en trabajos insuficientes y de media
jornada o directamente desempleados.
“Ahora hay recesión, así que el país está concentrado en volver a crecer”,
explica el economista. “El Gobierno actual ha mejorado la situación en
términos de corrupción, pero los cambios no han sido sistémicos, y eso es un
problema.”
Según Anago, “la corrupción es el factor número uno que explica la brecha
entre ricos y pobres en Nigeria. Muchos de los ricos hicieron su dinero gracias
a la corrupción”. Anago ofrece un crudo ejemplo de la diferencia entre un rico
y un pobre en este país. “Si eres pobre en Nigeria, nunca tendrás acceso a la
justicia. Por ejemplo, cuando un policía arresta a un pobre, le pide dinero para
salir de la cárcel. Si no tienes dinero, vas preso”.
“Hace poco le sucedió a uno de mis primos: la policía lo arrestó y le pidió 120
euros. Tuvimos que juntar el dinero entre todos e incluso rogarle a los policías
que acepten menos dinero. El dinero es muy importante en el sistema judicial,
porque el dinero hace girar todos los engranajes cuando se trata de obtener
justicia en Nigeria”, lamenta.
El año pasado, Nigeria quedó en el puesto 118 del ránking de 144 paísesque
integran el Informe Mundial sobre la Brecha de Género. Los desafíos
económicos y educativos que aquejan a los nigerianos pobres son mucho
peores para las mujeres: en el estrato más pobre de la sociedad, el 75% de las
mujeres no van a la escuela y en áreas urbanas el 51% no recibe educación,
una cifra que duplica la de los hombres.
Sin embargo, en Banana Island, Obi se pone filosófico sobre la brecha entre
ricos y pobres que ve tan claramente cada día. “Este sitio está lleno de
multimillonarios, pero algunos no quieren que nadie sepa que están aquí”,
afirma.
El “rescate”, por parte del ejército nigeriano, de casi 300 mujeres y niñas en poder
de Boko Haram es un acontecimiento alentador, pero sólo un pequeño paso para
garantizar la seguridad de las miles de mujeres y niñas secuestradas por el grupo armado
desde 2014. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
“Este acontecimiento es motivo de celebración y, sin duda, un inmenso alivio para las
mujeres, las niñas y sus familias. Pero esta es sólo la punta del iceberg: hay miles de
mujeres y niñas más y también hombres y niños que han sido secuestrados por
Boko Haram”, ha manifestado Netsanet Belay, director del Programa para África,
Investigación y Trabajo de Incidencia.
El ejército ha dicho que “rescató” a las mujeres y niñas en una ofensiva contra el grupo
armado en la zona del bosque de Sambisa, en el nordeste del país.
En casos anteriores de mujeres y niñas que han escapado de Boko Haram, a esas
mujeres y niñas se las ha mantenido detenidas durante semanas para realizar un control
de seguridad. Amnistía Internacional pide a las autoridades que garanticen que el
bienestar físico y psicológico de estas mujeres y niñas es la consideración
primordial.
“El trauma sufrido por la mujeres y niñas es realmente espantoso. Algunas han sido
violadas repetidamente, vendidas como esclavas sexuales o adoctrinadas e incluso
obligadas a luchar para Boko Haram”, ha manifestado Netsanet Belay.
“Lo que necesitan ahora es atención médica y psicológica, apoyo e intimidad. El gobierno
debe asegurarse de que no agrava aún más su sufrimiento sometiéndolas a un largo
control de seguridad bajo custodia que sólo empeorará su padecimiento y su terrible
situación”, ha declarado Netsanet Belay.
Información complementaria
Boko Haram, que traducido significa “la educación occidental es pecado”, quiere crear un
Estado islámico y ha jurado lealtad al grupo armado autodenominado Estado Islámico, con
base en Oriente Medio. Desde 2009 ha emprendido una violenta campaña contra la
población civil en el nordeste de Nigeria.
Desde febrero de 2015, las fuerzas armadas nigerianas, con la ayuda de Camerún, Chad y
Níger, han obligado a Boko Haram a retirarse de las grandes ciudades que controlaba.
Tras esos ataques, cientos de civiles pudieron regresar a las zonas controladas por el
gobierno.
Sin embargo, el conflicto no ha terminado, y Boko Haram sigue teniendo capacidad para
atacar y matar a civiles. El ejército nigeriano también ha cometido durante el conflicto
delitos de derecho internacional y violaciones de derechos humanos tales como
ejecuciones extrajudiciales, muertes bajo custodia, tortura, reclusión ilegítima y detención
arbitraria. Amnistía Internacional ha pedido reiteradamente al gobierno de Nigeria que
investigue de manera independiente a ambas partes del conflicto por delitos de derecho
internacional.
El gobierno nigeriano debe asimismo elaborar un plan para ayudar a los niños
nacidos a consecuencia de violación, con el fin de garantizarles a ellos y a sus
madres servicios adecuados y protección. Nigeria debe proporcionar programas de
formación profesional y programas de sustento para ayudar a las mujeres a reintegrarse a
la vida cotidiana. También debe asegurarse de que a las supervivientes de delitos de
violencia sexual y de género contemplados por el derecho internacional se les garantizan
sus derechos sexuales y reproductivos, y de que estas mujeres pueden acceder a toda la
gama de servicios de salud e información sexual y reproductiva si lo necesitan.