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SÍNTESIS: “CUEPOCOSA”

Patricia Andrea Pereyra nos muestra desde su trabajo como psicomotricista, la


interrogación por el cuerpo, el manejo de este concepto innovador el cuerpocosa.
Este libro habla de cuerpos, cuerpos que se vuelan cuerpos que se desparraman
por la superficie, cuerpos como hilacha o solidos como una roca. Son los cuerpos
que vemos en la clínica del niño adolescente con perturbaciones graves.

Para poder realizar este libro la autora observo a los niños en los distintos
espacios de los CET tiene una población de niños y adolescentes con autismos
y psicosis con o sin componentes orgánicos, en terapias individuales o grupales
eso le fue dando elementos que le permitieron armar un concepto a cerca del
cuerpo.

Para pensar en cuerpo cosa Pereyra se ha servido de algunas categorías de la


física-biológica que resultan representativas para referirse a distintos estados de
la materia y que se pueden asociar a las presentaciones del cuerpo, a como
distintos cuerpos se disponen en el espacio y como se relacionan con otros
cuerpos y objetos (la clasificación de los cuerpocosa sólidos, líquidos, gaseosos
y plasmas)

Es una constitución subjetiva para aquellas disciplinas que se ocupan de aliviar


el sufrimiento. Las distintas viñetas clínicas dieron cuenta de los diferentes
modos en el que el cuerpocosa se fue manifestando y de cómo se fue
interviniendo a partir del análisis corporal del terapeuta, el cual con la calidad de
los encuentros con el otro a través del vínculo le dio origen configurando este
armado (su mirada, su capacidad de escucha, su coordinación, su cuerpo)

El cuerpocosa se manifiesta a otro nivel en la neurosis, pero al igual que en la


psicosis lo que se observa es una defunción corporal y desencuentro vincular.

Por lo tanto, en lo que Pereyra hace mucho mas hincapié es en crear un vínculo
terapeuta-paciente para poder abordar una terapia de calidad trabajando desde
lo que el niño nos quiere comunicar a través de su cuerpo, movimiento,
comportamientos.
INSTITUCION SUPERIOR
TRASCENDER

SINTESIS FINAL
DEL TRABAJO DE
EXPOSICION
GRUPAL
PRACTICA PSICOMOTRIZ

Grupo: 6
Integrantes:
 Cruz Candela
 Sofia Arandia
 Estrada Agustina
Tema: “El cuerpocosa”
Bibliografía: “El cuerpocosa” Autora Patricia A.
Pereyra
Cuerpocosa

El cuerpocosa, no llega a ser un objeto, es una instancia previa.

Es cuerpo materia, según la química la materia es todo lo que tiene masa y ocupa
un lugar en el espacio. Para pensar en cuerpocosa Pereyra se ha servido de
algunas categorías de la Física-biológica, que resultan representativas para
referirse a distintos estados de la materia y que se pueden asociar a las
presentaciones del cuerpo; a como distintos cuerpos se disponen en el espacio
y como se relacionan con otros cuerpos y objetos.

La clasificación de los cuerpocosa (sólidos, líquidos, gaseosos, y plasma)

Los cuerpocosa sólidos: son cuerpos duros, inmóviles, pasivos, que observan y
se quedan ahí. No buscan, no exploran, no van, solo se queda. Tienen un tono
muscular elevado y son rígidos.

Los cuerpocosa gaseosos: son huidizos, se escapan, se vuela, se van por las
aberturas, se trepan, se expanden, buscan las alturas. No tienen consistencia
tónica.

Los cuerpocosa líquidos: se desparraman, se filtran, se vuelvan, se mueven


constantemente, se deforman o más bien no tienen forma. Tienen peso pero no
demasiada consistencia.

Los cuerpocosa plasma: se mueven constantemente, son livianos, buscan el


espacio aéreo, saltan, se trepan, se quedan pegados, adheridos y parecen que
tienen electricidad.

Cuerpo Objeto

El cuerpocosa se constituye después del trauma del nacimiento, luego se arma


el cuerpo objeto, pero siempre el cuerpocosa, como el cuerpo objeto, se va
manifestar, según el vínculo establecido con el cuerpocosa y el cuerpo objeto del
otro. La calidad y la cualidad del encuentro con el otro a nivel del cuerpo es lo
que va a determinar que esa configuración del comienzo se vaya modificando o
se vaya perpetuando en ese armado.

La creación del cuerpo objeto

Se necesita de una madre-adulto que puede alojar dentro de si y de su cuerpo


al bebe. Berges la definió como cuerpo receptáculo. A partir de esto la madre
puede distinguir un llanto de hambre y un llanto de dolor, hay una escucha tónica.
Un registro del propio tono-emocional, la madre va a intervenir desde su propio
tono-afectivo, o actuar influenciada por su medio, historia, su ECRO (Esquema
conceptual, referencial y operativo, Pichon-Riviere.)
La madre tiene un papel activo ella acciona sobre las necesidades del niño,
Winnicott habla de madre suficientemente buena.

La madre que deja que el niño llore por tiempos prolongados, que no atiende sus
necesidades, hace que entre ella y el niño se produzca un desencuentro y es
difícil que vuelvan a reencontrarse, no se forma el vínculo de apego, no mira, no
se encuentra con el otro. Estos niños se auto alojan en sensaciones, se aferran
a estas y se encierran para auto conservarse.

Cuerpocosa en el terapeuta

 El terapeuta se encuentra funcionando como cosa.


 Necesita mirar al niño sin recorte (de manera absoluta).
 Mirada entre sujeto y objeto, esa mirada es cosificada.
 No se produjo un encuentro.
 La mirada es mirada si con ella armamos al otro, ubicamos al otro,
pensamos al otro.

Cuerpocosa

El cuerpocosa, no llega a ser un objeto, es una instancia previa.

Es cuerpo materia, según la química la materia es todo lo que tiene masa y


ocupa un lugar en el espacio. Para pensar en cuerpocosa Pereyra se ha
servido de algunas categorías de la Física-biológica, que resultan
representativas para referirse a distintos estados de la materia y que se pueden
asociar a las presentaciones del cuerpo; a como distintos cuerpos se disponen
en el espacio y como se relacionan con otros cuerpos y objetos.

La clasificación de los cuerpocosa (sólidos, líquidos, gaseosos, y plasma)

Los cuerpocosa sólidos: son cuerpos duros, inmóviles, pasivos, que observan y
se quedan ahí. No buscan, no exploran, no van, solo se queda. Tienen un tono
muscular elevado y son rígidos.

Los cuerpocosa gaseosos: son huidizos, se escapan, se vuela, se van por las
aberturas, se trepan, se expanden, buscan las alturas. No tienen consistencia
tónica.

Los cuerpocosa líquidos: se desparraman, se filtran, se vuelvan, se mueven


constantemente, se deforman o más bien no tienen forma. Tienen peso pero no
demasiada consistencia.

Los cuerpocosa plasma: se mueven constantemente, son livianos, buscan el


espacio aéreo, saltan, se trepan, se quedan pegados, adheridos y parecen que
tienen electricidad.
Cuerpo Objeto

El cuerpocosa se constituye después del trauma del nacimiento, luego se arma


el cuerpo objeto, pero siempre el cuerpocosa, como el cuerpo objeto, se va
manifestar, según el vínculo establecido con el cuerpocosa y el cuerpo objeto
del otro. La calidad y la cualidad del encuentro con el otro a nivel del cuerpo es
lo que va a determinar que esa configuración del comienzo se vaya
modificando o se vaya perpetuando en ese armado.

La creación del cuerpo objeto

Se necesita de una madre-adulto que puede alojar dentro de si y de su cuerpo


al bebe. Berges la definió como cuerpo receptáculo. A partir de esto la madre
puede distinguir un llanto de hambre y un llanto de dolor, hay una escucha
tónica. Un registro del propio tono-emocional, la madre va a intervenir desde su
propio tono-afectivo, o actuar influenciada por su medio, historia, su ECRO
(Esquema conceptual, referencial y operativo, Pichon-Riviere.)

La madre tiene un papel activo ella acciona sobre las necesidades del niño,
Winnicott habla de madre suficientemente buena.

La madre que deja que el niño llore por tiempos prolongados, que no atiende
sus necesidades, hace que entre ella y el niño se produzca un desencuentro y
es difícil que vuelvan a reencontrarse, no se forma el vínculo de apego, no
mira, no se encuentra con el otro. Estos niños se auto alojan en sensaciones,
se aferran a estas y se encierran para auto conservarse.

Cuerpocosa en el terapeuta

 El terapeuta se encuentra funcionando como cosa.


 Necesita mirar al niño sin recorte (de manera absoluta).
 Mirada entre sujeto y objeto, esa mirada es cosificada.
 No se produjo un encuentro.
 La mirada es mirada si con ella armamos al otro, ubicamos al otro,
pensamos al otro.

Cuando, por el contrario, la mirada cosificada se produce del niño al


profesional, esta vivencia una sensación de aplastamiento, cansancio,
frustración, peso, como si le sacaran todo, como si tantas miradas lo vaciaran,
lo aniquilaran.

En los dos casos donde la mirada es interrumpida y no hay distancia se


produce un pegoteo, una adhesión, una simbiosis. Se empieza a sentir que ya
tiene un apéndice del cuerpo propio, algo que hay soportar, que tener, que
padecer, que llevar como cosa.
Un niño pegoteado está pegado a algo del otro y en esta relación no se puede
armar una diferenciación, una discriminación. Ubicar esto es fundamental para
poder pensar en la intervención.

Un cuerpo pegote se pega porque se aferra de alguna manera a algo para no


desaparecer, para no perderse, pero si continúa pegado no se recorta, no se
delimita y permanece en el tiempo en ese pegoteo.

Cuerpo cosa en la clínica

Cuando los profesionales se refieren a los niños cuerpos cosas suelen hacerlo
mediante imágenes de objetos inanimados. Objetos tales como agua, globos,
papales, tubos, muebles, hilachas, sogas, etc., siempre teniendo en cuenta la
categorización que se propuso anteriormente sobre la física de los cuerpos,
sólidos, líquidos, o gaseosos.

Las siguientes viñetas clínicas son extraídas de varios CET (Centros


Educativos terapéuticos), estas instituciones tienen poblaciones de niños y
adolescentes con autismo y psicosis con o sin componente orgánico, en terapia
individuales o grupales.

Los diferentes casos

Cuerpo solido: Silla, Analía es una adolescente que tiene el cuerpo duro,
tenso, pesado, casi no levanta los pies del suelo para caminar, no salta, no
corre, no explora, no se mueve solo mira.

Cuerpo gaseoso: Globo, Pilar no se deja agarrar, se escapa con rapidez para
irse por las puertas y ventanas, si no podía se quedaba mirando hacia afuera,
hacia espacios abiertos.

Cuerpo manguera: Maricel, tiene un cuerpo que no puede parar, no es el


movimiento que no para si no la demanda, llora, patea, se hace pis, o vomita,
no puede parar de comer. Lo que no puede parar es el ingreso y egreso de
contenido a su cuerpo, como si dentro no hubiese algo que metabolizar los
alimentos y bebidas, entran y salen, como si fuera un tubo.

Cuerpo líquido: Catalina es un adolescente que no puede parar su cuerpo se


va para abajo con su peso, vuelca, vacía y derrama todo lo que puede.

Cuerpos líquidos, gaseos, solidos: Samuel, tiene un cuerpo que se agita,


que entra o sale de los lugares como si una fuerza lo empujara hasta dar con
algo que lo frena, no puede estar caminando sin que tenga un objeto que lo
sostenga.

Cuerpo de madera: Antonia tiene un cuerpo que no se sostiene, se cae en


bloque, se desploma, se desarma, se queda quieta o si se mueve es para no
perder el equilibrio, parece que caminara por inercia y no porque quiere ir algún
lado, es hipertónica, tiene un rostro inexpresivo.

Cuerpo estallado: Joaquín, entra al consultorio como si el espacio fuera una


gran aspiradora y él una pequeña partícula de algo que se mueve
constantemente por todos lados. Se sube, se trepa, se tira y da vuelta todo, es
muy liviano y delgado.

Cuerpo hilacha: Fermín es infinito, le cuesta comer, escupe, rasguña, se


cubre la cabeza, es frágil, y parece que en cualquier momento se esta por
romper como si fuera una hilacha, ni siquiera un hilo, porque un hilo no es tan
sencillo de cortar.

Conclusión

Se arma un apaciguamiento y el alivio es mutuo, una experiencia de placer. Se


construye el cuerpo objeto, el profesional empieza a darle su borde hasta que
el niño arme el de el, presta su cuerpo y no solamente su cuerpocosa.

Lo que sirve como intervención es que el adulto puede dejar de ser cosa y
empezar a ser objeto para ese niño, ahí toma consistencia su posición, debe
lograr un encuentro. El terapeuta debe saber jugar en esa escenificación; es a
treves del juego donde se va poder armar algo con el niño, a veces el terapeuta
convirtiéndose en piso, en pared, en tela, en estos casos juega a ser aquello
que el niño necesita a nivel del material para poder propiciar un cuerpo
funcional, una piel.

Encerrarse con un paciente (en una sala o consultorio) no es encerrar a un


paciente y quedarse del otro lado dejándolo solo, es animarse a soportar
aquello que es difícil de tolerar, pero apostando a que produzca un encuentro
constitutivo.

El cuerpo cosa y la imagen

Cuando uno se encuentra en la clínica con el cuerpocosa se queda pegado,


anulado, sin poder salir de la “mirada”. Nos encontramos mirándolos y siendo
mirados.

El cuerpocosa del que trabaja se topó con el cuerpocosa del que se intenta
abordar, el terapeuta no puede crear imágenes, representaciones, porque no
se pudo registrar. Va interviniendo como puede, se hace preguntas, empieza a
pensar y esta situación para que se desarma para dar lugar a otra donde si se
puede ubicar.

Para que haya mirada tiene que haber corte, de lo contrario es una imantación,
una atracción (Ajuriaguerra), no hay encuentro de miradas, no hay miradas. Se
mantiene un intercambio, pero no se arma ningún cuerpo con aquel.
La mirada y escucha tónica tienen que ver con la capacidad de registrar, de
detectar, de captar, son posibilidad de auto registro, de permeabilidad, estar
abierto al otro desde el tono, ponerme a pensar y escuchar para poder operar.

La transferencia y el cuerpo cosa

Cuando la imantación se convierte en mirada es porque se estableció el vínculo


terapéutico, el contacto es el otro, y los efectos son otros porque las
intervenciones lo marcan.

Los chicos gravemente afectados en su subjetividad proponen que seamos


cosas. El problema aparece cuando el profesional no pude serlo. El objeto es
una parte viviente de algo que está dentro de un cuerpo un cacho de carne vivo
no es lo igual que un pedazo de carne muerta. La de uno es objeto muerto
porque es cuerpo. En cambio un tampón, una puerta, una percha, un árbol, etc.
son materia.

Un organismo viviente tiene partes vivas que viven dentro de un cuerpo, en


cambio una cosa esta muerta por fuera y fuera del cuerpo.

Por la imantación (la atracción magnética de los cuerpos) a medida que se


vaya ubicando algo de la cosa se va a poder al objeto porque se convertirá en
mirada.

Por medio de la transferencia el niño va a tomar las donaciones del analista,


empezara a estar disponible y comenzara a producirse los encuentros.

El cuerpocosa del analista tendrá que ser registrado, nombrado: “este pibe me
arrasa, me pasa por encima, se me escapa, me aplasta.” El registro de la
vivencia corporal va a permitir ubicar algo del cuerpocosa del chico, el
inconsciente se empieza a leer. Cuando un cuerpocosa genera rechazo, no
permite la atracción. Se quiere mantener lejos a eso que se rechaza. El analista
deberá ubicar esta sensación de displacer para poder “dar vuelta los campos
magnéticos”, esta será la primera operación.

El cuerpocosa, la identificación y la palabra.

El cuerpocosa es previo a ser el objeto de la madre. El objeto tiene que ver con
alguna parte viva de alguien, es el pecho, la mirada, la boca. La cosa es lo no
vivo lo que tiene materia ocupa un lugar, se usa para algo, pero no es una
parte de alguien.

Lo real es la vivencia de perdida de la sustancia, lo real es lo que no se puede


resolver, lo imposible y un cuerpocosa no puede resolverse más que con otro.

Un sujeto no puede cambiar eso real. Lo real es lo fijo, lo que no se movió ni


resolvió.
Cuando se puede tener registro de si se va a poder hablar de ello, pensar en
ello. La cosa se empieza a transformar en objeto porque es representada. Es lo
que permite decir «estoy hecho bolsa, voy a explotar, me desparrame en la
silla, se me filtran las cosas, soy un aparato» etc.

En todos hay un cuerpocosa, pero no en todos hay un registro de ello.

La palabra como cuerpo continente organiza un tiempo y un espacio en la


vivencia caótica de un bebe pequeño.

En la clínica se observa que las palabras no tienen efecto, porque si un niño no


tiene suficiente envoltura y contención, las palabras se escapan por ahí. Las
palabras se escapan por las envolturas, por sus fallas; por eso hay
intervenciones que no funcionan solo con palabras.

Si bien la palabra es cuerpo, es sonora y lo sonoro es difícil de cerrar, uno no


puede cerrar el oído, pero si puede no prestar atención a lo dicho.

La palabra sale de la boca pero para que tenga efecto te tiene que tocar, si no
es palabra que no llega. Para que pueda tocarte la palabra, tiene que haberse
primero armado la piel.

La piel es un corporal armado y nos recubre, con la piel sentimos, con la piel
captamos, con la piel tocamos. Pero si una piel no está suficientemente
construida, no hay registro de dolor, no hay registro de límite, de temperatura,
la palabra no toca o si toca no se siente.

En el cuerpocosa hay una mimetización ligada a la sustancia, a la materia, se


actúa como tal, porque se tomó las características de la materia y se muestran
y se presentan como eso.

Las características de objetos son tomadas por ellos y en cierta manera los
representan.

Lo tónico postural y el cuerpocosa.

Cuando se observa un cuerpocosa solido el tono es elevado y hay un cuerpo


rígido, pasivo y pesado; cuando lo que se ve es un cuerpocosa liquido hay un
tono muscular disminuido, excesivo movimiento y un cuerpo pesado; y cuando
es gaseoso también hay movimiento consistente, bajo tono muscular pero el
cuerpo es liviano y en la práctica clínica el terapeuta esta en tención para poder
atajar y contener eso que se pierde, se cae, se derrama.

Con los cuerpos solidos se siente pesadez y no es necesario moverse para


estar en contacto con ellos, se instalan, se quedan apoyados en un lugar, el
terapeuta está quieto y suele aburrirse.
Tener un cuerpo consistente tiene que ver con poder mantener la postura,
sostenerla, sin deformarse o romperse. Un cuerpo sólido, si bien tiene
consistencia, porque tiene solidez y estabilidad, tiene que poder ablandarse
también para que no sea una roca.

Alguien gaseoso se pierde en os espacios amplios, se dispersa, se distrae y va


a buscar los lugares cerrados o sostenerse con algunos objetos para poder
estar en el espacio exterior sin perderse.

El hacer en el cuerpocosa.

Un niño busca constantemente algo para cortar, otro busca algo para hacer
rebotar, otro busca algo para sacudir. Rn todas estas búsquedas hay chicos
que hablan de su cuerpocosa, buscan aquello que sienten.

Un niño que salta y a la vez hace saltar a un objeto sobre sus manos
realizando todo un equilibrio corporal, reproduce en esta compleja acción
estereotipada el mismo movimiento sobre si y sobre el objeto.

Podríamos pensar que es toda una demostración de que eso que él hace es él.

Este niño tiene un cuerpo gaseoso que intenta sentir en el salto y que también
en eso que él hace con el objeto que hace rebotar intenta reasegurarse, el
objeto es el, es ese «cosito» que rebota, que casi no pesa, que es chiquito,
como es el. El equilibrio y lo aéreo están en juego en esta conducta, no se le
cae nunca eso que hace rebotar, tiene un dominio impresionante porque toda
su energía esta puesta en esto, esto es su cuerpocosa, lo que hace que él no
pueda parar, es la sensación angustiante de perderse en el espacio.

En la observación pueden aparecer varios cuerpocosa en un mismo chico y


esto es según quien observe y que se observe.

Los niños que desbordan.

En el desarrollo normal es a la edad de dos años donde se podrían ubicar


situaciones de desborde, cuando frente al «no» los chicos se ponen a llorar y a
gritar tirándose al suelo, gritando fuerte que perforan al otro con la voz. En esas
situaciones los chicos pierden consistencia tónica, uno siente que no los puede
agarrar, se convierten en flanes.

Cuando al redor de los dos años los niños hacen esto podríamos decir que
están buscando el límite.

El límite es hasta a donde se puede llegar con la acción. El «no» es un


organizador psíquico según Spitz y empieza a armar el borde del sujeto, la
legalidad, la separación, etc.
En la clínica suelen aparecer escenas de desborde: ¿Qué pasa con la angustia
cuando ocurre esto?

La situación de desborde implica que algo se salió del borde, el desborde


puede ser cuando el niño llora, grita su cuerpo se arquea, se tira al piso, es
imposible de agarrarlo porque se escurre, se deshace. Otras veces el desborde
no es tan masivo y el chico se desparrama, vacía y se mueve al contacto con el
suelo. Hay muchas maneras de ver el desborde de un niño con problemas.

El desborde ocupa la escena porque cuando se está desbordado se está


nervioso, sin tranquilidad, irritable y a veces se recurre a mecanismos para
compensar esa sensación de malestar, para intentar calmarse.

Los niños que no tienen límites y consiguen todo lo que quieren, arrasando al
otro, producen enojo por haber sido gozados por ellos. Estos chicos se sienten
poderoso omnipotentes y capaces de hacer todo con los otros como si fueran
cosas. Pero son chicos que viven en la angustia de no tener os limites porque
no pudieron elaborarla jugando a contenerse dentro para armarse una
suficiente piel que los aloje.

El recipiente contenedor.

Los límites delimitan un contorno, dan forma a aquello que está en el interior.
Lo interior es lo impulsivo que en algunas personas se manifiesta más que en
otras.

Hay niños que son mucho más impulsivo que otros porque tienen distintas
características, pero tarde o temprano siempre es necesario decir y sostener el
«no» para que pueda delimitarse el espacio propio.

Por las diferencias de los estados de la materia según se trate de cuerpocosa


sólido, liquido, gaseoso o plasma, los recipientes contenedores van a ser en
primer momento necesarios para poder alojar aquello que tiende a salirse por
el movimiento mismo.

Si hay un niño líquido que tiene su envoltura agujereada va a ser muy difícil
poder contenerlo en un espacio, se va a filtrar. Los cuerpos gaseosos en los
lugares abiertos se expanden hacia arriba, trepándose y perdiéndose, por eso
va a ser necesario abordarlos dentro de un espacio cerrado. Si los cuerpocosa
líquidos o gaseosos no tienen suficientemente armado el recipiente se van a
querer salir de cuerpo y la vivencia que se tiene es la de angustia de pérdida de
materia. En el caso de los sólidos, donde las partículas tienen menor
movimiento, no necesitan un envase contenedor porque se autocontienen.

En la experiencia clínica con niños con conductas autoagresivas, por ejemplo,


los cuerpos flan pueden reaccionar a un cambio de postura, aumentando
abruptamente su tono muscular; una hipotonía se convierte en hipertonía, pero
ese cuerpocosa, aunque se solidifique no cambia su consistencia, sigue siendo
blando, aunque a veces se ponga duro.

Las manifestaciones de la autoagresión pueden ser de distintas índoles;


algunos niños se golpean fuertemente contra el piso, contra sus puños, contra
cualquier objeto duro que encuentren, también otro tipo de autoagresión puede
ser arrancarse la piel, rasguñarse, arrancarse el pelo, etc. en la autoagresión el
cuerpocosa acapara la escena por la angustia caótica de desaparición de
cuerpo.

El cuerpo en la neurosis

Si bien todos tenemos un cuerpocosa no todos los manifestamos de la misma


manera. Hay personas que pueden actuarlos según las distintas situaciones y
las otras lo actúan en su cotidianeidad.

Retomamos la cuestión de desencuentro con el otro que puede producirse


durante el útero, luego del nacimiento o en ambas situaciones. El encuentro
con el otro permite que el tónico-emocional-afectivo se desarrolle, se exprese
en cambio si esto se detuvo el cuerpo objeto no se armó suficientemente y el
cuerpocosa empezó a ocupar el centro de la escena. Por ejemplo no es lo
mismo un niño que estalla en llanto y que llora media hora que un bebe que
estalla en llanto y es calmado a los pocos minutos, porque la angustia no es la
misma tono-emocional tampoco.

En la cotidianeidad se necesita cierto sostén, organizaciones que ordenan, dan


seguridad, marcan el comienzo y el fin de algo nos sitúan en un tiempo
determinado del día. Por ejemplo al irse a dormir puede ser una siesta o
durante la noche hay una cama, sabana, un pijama una ropa distinta a la que
usamos para salir de la casa. Las rutinas y rituales dan seguridad, ordenan un
tiempo y espacio. En todas estas situaciones de la vida cotidiana intervienen
distintos objetos y en nuestro hacer son herramientas, ayudan a un trabajo, una
acción, es una manera de conectarnos con el mundo los objetos.

Si una persona está en relación constante con un objeto hay una simbiosis y la
simbiosis es una relación que permite la inmovilización y el control del objeto
aglutinado y la aglutinación es la previa confusión.

La oxidación, la obstrucción y la disfunción

Es una alteración química donde átomos o moléculas cede electrones siempre


que ocurre hay liberación de energía. Hay varios tipos de oxidación por ejemplo
la combustión de nafta, un papel quemándose.

La obstrucción se escucha él no me sale, no me entra, allí suelen aparecer


problemas de aprendizaje no circula el pensamiento y se tiene dificultades para
prestar atención porque el cuerpo no está disponible para la escucha. Lo que
causa la obstrucción es la emoción.

Tanto en la oxidación como la obstrucción lo que hay es un disfuncionamiento


del cuerpo.

El materialismo dialectico y el movimiento

Marx sostiene que el mundo es material y que las ideas tienen origen físico.
Wallon afirma que el psiquismo es la forma más elaborada del desarrollo de
materia. Un cuerpo líquido puede llegar a entrar en conflicto si se encuentra
con otro sujeto que puede ofrecerle algo que haga que se produzca un
movimiento y un cambio en su materialidad corporal. La resistencia al cambio
tiene que ver con no querer dejar de ser eso que siempre fue.

Cuerpocosa cuerpo objeto

Este armado (su mirada, su capacidad de escucha, su consistencia, su cuerpo)


se produce por la maduración de su sistema nervioso y el encuentro con el
otro, la madre o la persona que porta la función le da cuerpo-psiquismo a ese
bebe para que se convierta en niño. Los chicos pequeños al comienzo tienen
sensaciones de displacer, sienten angustia porque tienen un esbozo de cuerpo
que todavía no se armó lo suficiente, son comunes por eso algunos bebes
lloran cuando se les saca la ropa, reaccionan frente al reflejo de moro.

Estas angustias son transitadas por los bebes en los primeros momentos de
vida y es por la disponibilidad y deseo de la madre que van a ir apaciguándose
en la medida que el niño valla formando su cuerpo. Se va a sentir sostenido,
contenido y reunido. El cuerpo y el psiquismo se conforman paralelamente y no
es uno sin el otro, por eso para que él bebe se convierta en un ser humano que
pueda pensar, hablar, aprender, desarrollarse es necesario que se lo
humanice.

Cuando, por el contrario, la mirada cosificada se produce del niño al profesional,


esta vivencia una sensación de aplastamiento, cansancio, frustración, peso,
como si le sacaran todo, como si tantas miradas lo vaciaran, lo aniquilaran.

En los dos casos donde la mirada es interrumpida y no hay distancia se produce


un pegoteo, una adhesión, una simbiosis. Se empieza a sentir que ya tiene un
apéndice del cuerpo propio, algo que hay soportar, que tener, que padecer, que
llevar como cosa.

Un niño pegoteado está pegado a algo del otro y en esta relación no se puede
armar una diferenciación, una discriminación. Ubicar esto es fundamental para
poder pensar en la intervención.
Un cuerpo pegote se pega porque se aferra de alguna manera a algo para no
desaparecer, para no perderse, pero si continúa pegado no se recorta, no se
delimita y permanece en el tiempo en ese pegoteo.

Cuerpo cosa en la clínica

Cuando los profesionales se refieren a los niños cuerpos cosas suelen hacerlo
mediante imágenes de objetos inanimados. Objetos tales como agua, globos,
papales, tubos, muebles, hilachas, sogas, etc., siempre teniendo en cuenta la
categorización que se propuso anteriormente sobre la física de los cuerpos,
sólidos, líquidos, o gaseosos.

Las siguientes viñetas clínicas son extraídas de varios CET (Centros Educativos
terapéuticos), estas instituciones tienen poblaciones de niños y adolescentes con
autismo y psicosis con o sin componente orgánico, en terapia individuales o
grupales.

Los diferentes casos

Cuerpo solido: Silla, Analía es una adolescente que tiene el cuerpo duro, tenso,
pesado, casi no levanta los pies del suelo para caminar, no salta, no corre, no
explora, no se mueve solo mira.

Cuerpo gaseoso: Globo, Pilar no se deja agarrar, se escapa con rapidez para
irse por las puertas y ventanas, si no podía se quedaba mirando hacia afuera,
hacia espacios abiertos.

Cuerpo manguera: Maricel, tiene un cuerpo que no puede parar, no es el


movimiento que no para si no la demanda, llora, patea, se hace pis, o vomita, no
puede parar de comer. Lo que no puede parar es el ingreso y egreso de
contenido a su cuerpo, como si dentro no hubiese algo que metabolizar los
alimentos y bebidas, entran y salen, como si fuera un tubo.

Cuerpo líquido: Catalina es un adolescente que no puede parar su cuerpo se


va para abajo con su peso, vuelca, vacía y derrama todo lo que puede.

Cuerpos líquidos, gaseos, solidos: Samuel, tiene un cuerpo que se agita, que
entra o sale de los lugares como si una fuerza lo empujara hasta dar con algo
que lo frena, no puede estar caminando sin que tenga un objeto que lo sostenga.

Cuerpo de madera: Antonia tiene un cuerpo que no se sostiene, se cae en


bloque, se desploma, se desarma, se queda quieta o si se mueve es para no
perder el equilibrio, parece que caminara por inercia y no porque quiere ir algún
lado, es hipertónica, tiene un rostro inexpresivo.

Cuerpo estallado: Joaquín, entra al consultorio como si el espacio fuera una


gran aspiradora y él una pequeña partícula de algo que se mueve
constantemente por todos lados. Se sube, se trepa, se tira y da vuelta todo, es
muy liviano y delgado.

Cuerpo hilacha: Fermín es infinito, le cuesta comer, escupe, rasguña, se cubre


la cabeza, es frágil, y parece que en cualquier momento se esta por romper como
si fuera una hilacha, ni siquiera un hilo, porque un hilo no es tan sencillo de cortar.

Conclusión

Se arma un apaciguamiento y el alivio es mutuo, una experiencia de placer. Se


construye el cuerpo objeto, el profesional empieza a darle su borde hasta que el
niño arme el de el, presta su cuerpo y no solamente su cuerpocosa.

Lo que sirve como intervención es que el adulto puede dejar de ser cosa y
empezar a ser objeto para ese niño, ahí toma consistencia su posición, debe
lograr un encuentro. El terapeuta debe saber jugar en esa escenificación; es a
treves del juego donde se va poder armar algo con el niño, a veces el terapeuta
convirtiéndose en piso, en pared, en tela, en estos casos juega a ser aquello que
el niño necesita a nivel del material para poder propiciar un cuerpo funcional, una
piel.

Encerrarse con un paciente (en una sala o consultorio) no es encerrar a un


paciente y quedarse del otro lado dejándolo solo, es animarse a soportar aquello
que es difícil de tolerar, pero apostando a que produzca un encuentro
constitutivo.

El cuerpo cosa y la imagen

Cuando uno se encuentra en la clínica con el cuerpocosa se queda pegado,


anulado, sin poder salir de la “mirada”. Nos encontramos mirándolos y siendo
mirados.

El cuerpocosa del que trabaja se topó con el cuerpocosa del que se intenta
abordar, el terapeuta no puede crear imágenes, representaciones, porque no se
pudo registrar. Va interviniendo como puede, se hace preguntas, empieza a
pensar y esta situación para que se desarma para dar lugar a otra donde si se
puede ubicar.

Para que haya mirada tiene que haber corte, de lo contrario es una imantación,
una atracción (Ajuriaguerra), no hay encuentro de miradas, no hay miradas. Se
mantiene un intercambio, pero no se arma ningún cuerpo con aquel.

La mirada y escucha tónica tienen que ver con la capacidad de registrar, de


detectar, de captar, son posibilidad de auto registro, de permeabilidad, estar
abierto al otro desde el tono, ponerme a pensar y escuchar para poder operar.
La transferencia y el cuerpo cosa

Cuando la imantación se convierte en mirada es porque se estableció el vínculo


terapéutico, el contacto es el otro, y los efectos son otros porque las
intervenciones lo marcan.

Los chicos gravemente afectados en su subjetividad proponen que seamos


cosas. El problema aparece cuando el profesional no pude serlo. El objeto es
una parte viviente de algo que está dentro de un cuerpo un cacho de carne vivo
no es lo igual que un pedazo de carne muerta. La de uno es objeto muerto porque
es cuerpo. En cambio, un tampón, una puerta, una percha, un árbol, etc. son
materia.

Un organismo viviente tiene partes vivas que viven dentro de un cuerpo, en


cambio una cosa esta muerta por fuera y fuera del cuerpo.

Por la imantación (la atracción magnética de los cuerpos) a medida que se vaya
ubicando algo de la cosa se va a poder al objeto porque se convertirá en mirada.

Por medio de la transferencia el niño va a tomar las donaciones del analista,


empezara a estar disponible y comenzara a producirse los encuentros.

El cuerpocosa del analista tendrá que ser registrado, nombrado: “este pibe me
arrasa, me pasa por encima, se me escapa, me aplasta.” El registro de la
vivencia corporal va a permitir ubicar algo del cuerpocosa del chico, el
inconsciente se empieza a leer. Cuando un cuerpocosa genera rechazo, no
permite la atracción. Se quiere mantener lejos a eso que se rechaza. El analista
deberá ubicar esta sensación de displacer para poder “dar vuelta los campos
magnéticos”, esta será la primera operación.

El cuerpocosa, la identificación y la palabra.

El cuerpocosa es previo a ser el objeto de la madre. El objeto tiene que ver con
alguna parte viva de alguien, es el pecho, la mirada, la boca. La cosa es lo no
vivo lo que tiene materia ocupa un lugar, se usa para algo, pero no es una parte
de alguien.

Lo real es la vivencia de perdida de la sustancia, lo real es lo que no se puede


resolver, lo imposible y un cuerpocosa no puede resolverse más que con otro.

Un sujeto no puede cambiar eso real. Lo real es lo fijo, lo que no se movió ni


resolvió.

Cuando se puede tener registro de si se va a poder hablar de ello, pensar en


ello. La cosa se empieza a transformar en objeto porque es representada. Es lo
que permite decir «estoy hecho bolsa, voy a explotar, me desparrame en la silla,
se me filtran las cosas, soy un aparato» etc.
En todos hay un cuerpocosa, pero no en todos hay un registro de ello.

La palabra como cuerpo continente organiza un tiempo y un espacio en la


vivencia caótica de un bebe pequeño.

En la clínica se observa que las palabras no tienen efecto, porque si un niño no


tiene suficiente envoltura y contención, las palabras se escapan por ahí. Las
palabras se escapan por las envolturas, por sus fallas; por eso hay
intervenciones que no funcionan solo con palabras.

Si bien la palabra es cuerpo, es sonora y lo sonoro es difícil de cerrar, uno no


puede cerrar el oído, pero si puede no prestar atención a lo dicho.

La palabra sale de la boca, pero para que tenga efecto te tiene que tocar, si no
es palabra que no llega. Para que pueda tocarte la palabra, tiene que haberse
primero armado la piel.

La piel es un corporal armado y nos recubre, con la piel sentimos, con la piel
captamos, con la piel tocamos. Pero si una piel no está suficientemente
construida, no hay registro de dolor, no hay registro de límite, de temperatura, la
palabra no toca o si toca no se siente.

En el cuerpocosa hay una mimetización ligada a la sustancia, a la materia, se


actúa como tal, porque se tomó las características de la materia y se muestran y
se presentan como eso.

Las características de objetos son tomadas por ellos y en cierta manera los
representan.

Lo tónico postural y el cuerpocosa.

Cuando se observa un cuerpocosa solido el tono es elevado y hay un cuerpo


rígido, pasivo y pesado; cuando lo que se ve es un cuerpocosa liquido hay un
tono muscular disminuido, excesivo movimiento y un cuerpo pesado; y cuando
es gaseoso también hay movimiento consistente, bajo tono muscular pero el
cuerpo es liviano y en la práctica clínica el terapeuta está en tención para poder
atajar y contener eso que se pierde, se cae, se derrama.

Con los cuerpos solidos se siente pesadez y no es necesario moverse para estar
en contacto con ellos, se instalan, se quedan apoyados en un lugar, el terapeuta
está quieto y suele aburrirse.

Tener un cuerpo consistente tiene que ver con poder mantener la postura,
sostenerla, sin deformarse o romperse. Un cuerpo sólido, si bien tiene
consistencia, porque tiene solidez y estabilidad, tiene que poder ablandarse
también para que no sea una roca.
Alguien gaseoso se pierde en os espacios amplios, se dispersa, se distrae y va
a buscar los lugares cerrados o sostenerse con algunos objetos para poder estar
en el espacio exterior sin perderse.

El hacer en el cuerpocosa.

Un niño busca constantemente algo para cortar, otro busca algo para hacer
rebotar, otro busca algo para sacudir. Rn todas estas búsquedas hay chicos que
hablan de su cuerpocosa, buscan aquello que sienten.

Un niño que salta y a la vez hace saltar a un objeto sobre sus manos realizando
todo un equilibrio corporal, reproduce en esta compleja acción estereotipada el
mismo movimiento sobre si y sobre el objeto.

Podríamos pensar que es toda una demostración de que eso que él hace es él.

Este niño tiene un cuerpo gaseoso que intenta sentir en el salto y que también
en eso que él hace con el objeto que hace rebotar intenta reasegurarse, el objeto
es el, es ese «cosito» que rebota, que casi no pesa, que es chiquito, como es el.
El equilibrio y lo aéreo están en juego en esta conducta, no se le cae nunca eso
que hace rebotar, tiene un dominio impresionante porque toda su energía esta
puesta en esto, esto es su cuerpocosa, lo que hace que él no pueda parar, es la
sensación angustiante de perderse en el espacio.

En la observación pueden aparecer varios cuerpocosa en un mismo chico y esto


es según quien observe y que se observe.

Los niños que desbordan.

En el desarrollo normal es a la edad de dos años donde se podrían ubicar


situaciones de desborde, cuando frente al «no» los chicos se ponen a llorar y a
gritar tirándose al suelo, gritando fuerte que perforan al otro con la voz. En esas
situaciones los chicos pierden consistencia tónica, uno siente que no los puede
agarrar, se convierten en flanes.

Cuando al redor de los dos años los niños hacen esto podríamos decir que están
buscando el límite.

El límite es hasta a donde se puede llegar con la acción. El «no» es un


organizador psíquico según Spitz y empieza a armar el borde del sujeto, la
legalidad, la separación, etc.

En la clínica suelen aparecer escenas de desborde: ¿Qué pasa con la angustia


cuando ocurre esto?

La situación de desborde implica que algo se salió del borde, el desborde puede
ser cuando el niño llora, grita su cuerpo se arquea, se tira al piso, es imposible
de agarrarlo porque se escurre, se deshace. Otras veces el desborde no es tan
masivo y el chico se desparrama, vacía y se mueve al contacto con el suelo. Hay
muchas maneras de ver el desborde de un niño con problemas.

El desborde ocupa la escena porque cuando se está desbordado se está


nervioso, sin tranquilidad, irritable y a veces se recurre a mecanismos para
compensar esa sensación de malestar, para intentar calmarse.

Los niños que no tienen límites y consiguen todo lo que quieren, arrasando al
otro, producen enojo por haber sido gozados por ellos. Estos chicos se sienten
poderoso omnipotentes y capaces de hacer todo con los otros como si fueran
cosas. Pero son chicos que viven en la angustia de no tener os limites porque no
pudieron elaborarla jugando a contenerse dentro para armarse una suficiente
piel que los aloje.

El recipiente contenedor.

Los límites delimitan un contorno, dan forma a aquello que está en el interior. Lo
interior es lo impulsivo que en algunas personas se manifiesta más que en otras.

Hay niños que son mucho más impulsivo que otros porque tienen distintas
características, pero tarde o temprano siempre es necesario decir y sostener el
«no» para que pueda delimitarse el espacio propio.

Por las diferencias de los estados de la materia según se trate de cuerpocosa


sólido, liquido, gaseoso o plasma, los recipientes contenedores van a ser en
primer momento necesarios para poder alojar aquello que tiende a salirse por el
movimiento mismo.

Si hay un niño líquido que tiene su envoltura agujereada va a ser muy difícil poder
contenerlo en un espacio, se va a filtrar. Los cuerpos gaseosos en los lugares
abiertos se expanden hacia arriba, trepándose y perdiéndose, por eso va a ser
necesario abordarlos dentro de un espacio cerrado. Si los cuerpocosa líquidos o
gaseosos no tienen suficientemente armado el recipiente se van a querer salir
de cuerpo y la vivencia que se tiene es la de angustia de pérdida de materia. En
el caso de los sólidos, donde las partículas tienen menor movimiento, no
necesitan un envase contenedor porque se autocontienen.

En la experiencia clínica con niños con conductas autoagresivas, por ejemplo,


los cuerpos flan pueden reaccionar a un cambio de postura, aumentando
abruptamente su tono muscular; una hipotonía se convierte en hipertonía, pero
ese cuerpocosa aunque se solidifique no cambia su consistencia, sigue siendo
blando aunque a veces se ponga duro.

Las manifestaciones de la autoagresión pueden ser de distintas índoles; algunos


niños se golpean fuertemente contra el piso, contra sus puños, contra cualquier
objeto duro que encuentren, también otro tipo de autoagresión puede ser
arrancarse la piel, rasguñarse, arrancarse el pelo, etc. en la autoagresión el
cuerpocosa acapara la escena por la angustia caótica de desaparición de
cuerpo.

El cuerpo en la neurosis

Si bien todos tenemos un cuerpocosa no todos los manifestamos de la misma


manera. Hay personas que pueden actuarlos según las distintas situaciones y
las otras lo actúan en su cotidianeidad.

Retomamos la cuestión de desencuentro con el otro que puede producirse


durante el útero, luego del nacimiento o en ambas situaciones. El encuentro con
el otro permite que el tónico-emocional-afectivo se desarrolle, se exprese en
cambio si esto se detuvo el cuerpo objeto no se armó suficientemente y el
cuerpocosa empezó a ocupar el centro de la escena. Por ejemplo no es lo mismo
un niño que estalla en llanto y que llora media hora que un bebe que estalla en
llanto y es calmado a los pocos minutos, porque la angustia no es la misma tono-
emocional tampoco.

En la cotidianeidad se necesita cierto sostén, organizaciones que ordenan, dan


seguridad, marcan el comienzo y el fin de algo nos sitúan en un tiempo
determinado del día. Por ejemplo al irse a dormir puede ser una siesta o durante
la noche hay una cama, sabana, un pijama una ropa distinta a la que usamos
para salir de la casa. Las rutinas y rituales dan seguridad, ordenan un tiempo y
espacio. En todas estas situaciones de la vida cotidiana intervienen distintos
objetos y en nuestro hacer son herramientas, ayudan a un trabajo, una acción,
es una manera de conectarnos con el mundo los objetos.

Si una persona está en relación constante con un objeto hay una simbiosis y la
simbiosis es una relación que permite la inmovilización y el control del objeto
aglutinado y la aglutinación es la previa confusión.

La oxidación, la obstrucción y la disfunción

Es una alteración química donde átomos o moléculas cede electrones siempre


que ocurre hay liberación de energía. Hay varios tipos de oxidación por ejemplo
la combustión de nafta, un papel quemándose.

La obstrucción se escucha él no me sale, no me entra, allí suelen aparecer


problemas de aprendizaje no circula el pensamiento y se tiene dificultades para
prestar atención porque el cuerpo no está disponible para la escucha. Lo que
causa la obstrucción es la emoción.

Tanto en la oxidación como la obstrucción lo que hay es un disfuncionamiento


del cuerpo.

El materialismo dialectico y el movimiento


Marx sostiene que el mundo es material y que las ideas tienen origen físico.
Wallon afirma que el psiquismo es la forma más elaborada del desarrollo de
materia. Un cuerpo líquido puede llegar a entrar en conflicto si se encuentra con
otro sujeto que puede ofrecerle algo que haga que se produzca un movimiento y
un cambio en su materialidad corporal. La resistencia al cambio tiene que ver
con no querer dejar de ser eso que siempre fue.

Cuerpocosa cuerpo objeto

Este armado (su mirada, su capacidad de escucha, su consistencia, su cuerpo)


se produce por la maduración de su sistema nervioso y el encuentro con el otro,
la madre o la persona que porta la función le da cuerpo-psiquismo a ese bebe
para que se convierta en niño. Los chicos pequeños al comienzo tienen
sensaciones de displacer, sienten angustia porque tienen un esbozo de cuerpo
que todavía no se armó lo suficiente, son comunes por eso algunos bebes lloran
cuando se les saca la ropa, reaccionan frente al reflejo de moro.

Estas angustias son transitadas por los bebes en los primeros momentos de vida
y es por la disponibilidad y deseo de la madre que van a ir apaciguándose en la
medida que el niño valla formando su cuerpo. Se va a sentir sostenido, contenido
y reunido. El cuerpo y el psiquismo se conforman paralelamente y no es uno sin
el otro, por eso para que él bebe se convierta en un ser humano que pueda
pensar, hablar, aprender, desarrollarse es necesario que se lo humanice.

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