Вы находитесь на странице: 1из 4

¿COMO CAMBIA EL CEREBRO CUANDO APRENDE?

Los estudios científicos del cerebro que realiza David Bueno, profesor e investigador
de genética de la Universidad de Barcelona, ofrecen claves básicas para optimizar
las estrategias educativas. Su libro “Neurociencia para educadores”, es una
herramienta imprescindible para cualquier profesor que desee conectar a fondo con
el cerebro de sus alumnos. De hecho, trasciende el ámbito académico, puesto que
resulta interesante para padres, abuelos, hermanos… cualquiera que tenga el sano
propósito de ser mejor educador.
David Bueno es un científico rodeado de preguntas: ¿Cómo aprendemos? ¿Cómo
piensa un adolescente? ¿Cuál es la mejor edad para comenzar con un segundo
idioma? ¿Por qué la música, la plástica y la educación física son tan importantes?
Él no quiere dejar ninguna sin respuesta porque como anuncia en su último libro, su
pasión es contar todo lo que siempre hemos querido saber sobre el cerebro de
nuestros hijos y nunca nadie se atrevió a explicarnos. Profesor de genética en la
Universidad de Barcelona, David Bueno explica que la neurociencia ofrece claves
que modificarán nuestra forma de enseñar y aprender.

Neurociencia: David Bueno explica cómo cambia nuestro


cerebro al aprender

La neurociencia es un campo de la ciencia que estudia el sistema nervioso y todos


sus aspectos; como podrían ser su estructura, función, desarrollo ontogenético y
filogenético, bioquímica, farmacología y patología; y de cómo sus diferentes
elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la cognición y la
conducta.
El estudio biológico del cerebro es un área multidisciplinar que abarca muchos
niveles de estudio, desde el puramente molecular hasta el específicamente
conductual y cognitivo, pasando por el nivel celular (neuronas individuales), los
ensambles y redes pequeñas de neuronas (como las columnas corticales) y los
ensambles grandes (como los propios de la percepción visual) incluyendo sistemas
como la corteza cerebral o el cerebelo, e incluso, el nivel más alto del sistema
nervioso.
Las neurociencias ofrecen un apoyo a la psicología con la finalidad de entender
mejor la complejidad del funcionamiento mental. La tarea central de las
neurociencias es la de intentar explicar cómo funcionan millones de células
nerviosas en el encéfalo para producir la conducta, y cómo a su vez, estas células
están influidas por el medio ambiente. Tratando de desentrañar la manera de cómo
la actividad del cerebro se relaciona con la psiquis y el comportamiento,
revolucionando la manera de entender nuestras conductas y lo que es más
importante aún: cómo aprende, cómo guarda información nuestro cerebro y cuáles
son los procesos biológicos que facilitan el aprendizaje.

Cinco cambios en nuestro cerebro que van a transformar


cómo aprendemos

Todos hemos oído hablar ya de que los avances tecnológicos están haciendo que
la sociedad cambie a un ritmo imparable. Unos lo llaman la Cuarta Revolución
Industrial, otros la Era de la Información, pero lo interesante reside en que esta
transformación supone un cambio radical en nuestra manera de pensar, aprender,
trabajar y relacionarnos.

¿Podríamos llamarlo entonces revolución neurológica? Los expertos de


Cornerstone OnDemand han identificado en su último informe 5 cambios a los que
se ha visto sometido nuestro cerebro y cómo afectan a nuestro proceso de
aprendizaje en la edad adulta y profesional.

1. El cerebro se ha vuelto impaciente. Acostumbrados a la inmediatez de las


redes sociales e Internet, nos crea la urgencia de tener y saber todo “ya”. La
expectativa de aprender mucho y en poco tiempo se ha convertido en la
tónica general y los anuncios de métodos ‘milagro’ para adquirir cualquier
habilidad sin invertir mucho tiempo, aumentan esa lacra sin tener en cuenta
que se aprende rápido y se olvida con la misma facilidad. Para luchar contra
la búsqueda de la satisfacción inmediata, las empresas tendrán que apostar
por un método de formación que esté disponible y accesible, que se adapte
a las necesidades de los empleados y que garantice un aprendizaje de larga
duración.
2. Menos retentiva. Para los nativos digitales, memorizar un número de
teléfono es algo muy vintage. Ya no necesitan recordar datos, para eso está
Internet. Podríamos decir que se ha convertido en una “memoria externa” a
la que acudimos para consultar todo tipo de información. Es decir, no hemos
perdido la capacidad de memorizar/recordar, si no que ha quedado en
desuso. La forma de aprender y retener la información ha cambiado y los
métodos de formación deben hacerlo también. Es más efectivo ofrecer a los
empleados formaciones digitales, accesibles fácilmente y en formatos más
atractivos, como la gamificación. Así, lo aprendido se retendrá durante más
tiempo.
3. Aprender a re-aprender. Si hay un cambio al que temen empresas y
trabajadores es la automatización. ¿Nos quitará nuestro trabajo un robot? No
lo harán, siempre que sepamos qué aprender y cómo aprenderlo de cara al
futuro. La forma más segura es apostar por las soft skills y las competencias
sociales, habilidades que nos diferencian de las máquinas y que no quedarán
obsoletas, como sí puede pasar con los conocimientos técnicos.
4. Más flexibilidad. Entendamos flexibilidad como la capacidad de adaptación
a nuevas necesidades de aprendizaje y formación. Si bien es cierto que no
sabemos qué competencias necesitamos en el futuro, sí podemos analizar
los éxitos empresariales de los últimos años y los puestos de trabajo que ha
creado para tener una línea que seguir en aptitudes y habilidades más
demandadas en el futuro. Por ejemplo, actualmente, el foco de las estrategias
empresariales está puesto en la Inteligencia Artificial, de lo que se extrae que
los empleos del futuro estarán relacionados con ella. El secreto es tener el
cerebro entrenado para que sea flexible, abierto y ágil. Esto le facilitará
adaptarse a los cambios e interiorizar con mayor rapidez las nuevas
disciplinas y productos que puedan surgir.
5. Sobrecarga. La digitalización nos facilita el acceso a la información y al
trabajo desde cualquier lugar y dispositivo, un punto positivo si sabemos
cuándo desconectar. Esta sobrecarga de información a nuestro cerebro
reduce nuestra capacidad de concentración. Todo ello suele traducirse en
estrés laboral, lo que repercute negativamente en el rumbo de las empresas.
Será muy útil la creación de una cultura de empresa que se preocupe por el
bienestar emocional de sus empleados y garantice valores comunes y un
buen ambiente laboral, que se traducirá en éxito de la compañía.

La importancia de mantener un proceso de aprendizaje continuo que tenga nuestro


cerebro “entrenado” para facilitar la adaptación a las nuevas necesidades del
mercado laboral. Los líderes de las empresas deberán promover un aprendizaje
ágil, dinámico y entretenido, para despertar el interés de sus empleados por la
formación de nuevas habilidades.

Вам также может понравиться