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I.

INDICE
II. INTRODUCCION.
Desde hace unas décadas las éticas aplicadas se han ido ganando un lugar en los
planes de estudios de las profesiones más relevantes de nuestra sociedad. La
medicina y otras ciencias de la salud han sido las pioneras.
Aunque es bien cierto que el juramento hipocrático tiene más de 25 siglos, ha sido
a partir de los años 60 cuando la bioética ha comenzado a emerger con una fuerza
específica. A ella le han seguido otras éticas aplicadas1 como la ética periodística,
la ética en las empresas, la ética del investigador, la ética de las administraciones
públicas y, como no podía ser de otro modo, la ética de la ingeniería en sus diversas
especialidades.
Este emerger del cuestionamiento moral de los quehaceres profesionales no
responde a una moda pasajera, como algunos afirman, sino a la actualización de
una necesidad que estaba latente en parte de nuestro mundo. En el ámbito concreto
de la ingeniería algunos lamentables casos como la explosión del Challenger, el
accidente de Bophal o el famoso caso del Ford Pinto han sensibilizado a los
profesionales y a la sociedad civil sobre las responsabilidades del técnico y del
científico.
Lo que ya anunciará a finales de los años 70 el filósofo alemán Hans Jonas (1979)
sobre la necesidad de una responsabilidad acorde con nuestro potencial destructivo
se hizo popular tras algunos graves accidentes de gran impacto público. Así pues,
desde diversos ámbitos se reconoció la importancia de una reflexión rigurosa sobre
las limitaciones, posibilidades y responsabilidades de los científicos, técnicos e
ingenieros.
Esta preocupación se hizo un lugar en los estudios que capacitan para el desarrollo
de una actividad profesional. La incorporación de la ética en los planes de estudio
implica, a nuestro juicio, cuando menos dos consecuencias importantes: la primera
es que alcanza mayor difusión y genera mayor sensibilidad a la vez que capacita a
los estudiantes para enfrentarse a los problemas éticos; y la segunda, pero no
menos importante, es que implícitamente se está afirmando que la sociedad
considera esta materia esencial para la formación de buenos profesionales.
A nuestro juicio, institucionalizar una asignatura de ética de la ingeniería en el plan
de estudios es tanto una demanda social como una exigencia moral intrínseca a
cualquier ser humano que actúa (y más si, como en el caso de los ingenieros, sus
actuaciones pueden tener un impacto tan enorme en la vida de otras personas).
III. CUERPO DE LA MONOGRAFIA:
PROPUESTAS PARA LA FORMACION ETICA DEL INGENIERO
La ingeniería es un saber que, en palabras de Ortega (1939), apoyándose en el
conocimiento científico impone reformas a la naturaleza para adaptarla al bienestar
del ser humano. Las obligaciones del ingeniero deben estar a la altura de su
conocimiento y de su poder; y por tanto una conciencia de responsabilidad ética es
intrínseca al desarrollo de un auténtico quehacer profesional en la ingeniería.

El objetivo fundamental de esta ponencia es presentar argumentos a favor del


desarrollo de la formación ética en los estudios técnicos de formación superior.
Empezaré presentando las razones prácticas y los fundamentos teóricos de su
necesidad. Las razones prácticas se derivan del enorme impacto social de la
tecnología cuyas consecuencias se deben valorar desde criterios humanos.
Los fundamentos teóricos se encontrarían en los orígenes propios de la actividad
de la ingeniería, en la epistemología y finalmente de la concepción antropológica en
la que nos situemos. Continuaré analizando algunos de los tópicos más extendidos
que dificultan el desarrollo de una conciencia ética entre los estudiantes de
ingeniería. Entre ellos cabe destacar: Finalizaré con la presentación de la
metodología activa y participativa que considero más adecuada para conseguir que
los alumnos interioricen los conocimientos y desarrollen las habilidades necesarias
2. Necesidad y objetivo de la asignatura de ética para la ingeniería.
2.1. Factores que hacen necesaria una reflexión ética sobre la actividad del
ingeniero.
1. Dado el enorme poder de la ciencia y la tecnología, y los riesgos que éstas
conllevan es imprescindible desarrollar la conciencia de responsabilidad social de
los ingenieros.
2. Existe una urgente necesidad de completar los conocimientos técnicos con el
desarrollo de valores, actitudes y conocimientos que faciliten la excelencia
profesional.
3. Es necesario el desarrollo de habilidades sociales y capacidades de trabajo en
equipo

2.2. Objeto de la asignatura


Es normal que la primera reacción ante el binomio ética e Ingeniería sea de cierto
escepticismo y desconcierto. Con esto pasa como con otras éticas aplicadas, como
puede ser la ética de la empresa, la ética de las Administraciones Públicas o la ética
periodista, que despierta cierta sonrisa socarrona y una mirada de desconfianza
entre quienes la escuchan por primera vez.
Si bien esta sonrisa y desconcierto es propio de los desconocedores del tema y no
tiene más importancia mientras no exceda unos minutos; esta misma sonrisa es
imperdonable en los ingenieros profesionales o en las personas que sin ser
ingenieros son mínimamente cultivadas y manifiestan interés por el rumbo del
mundo en el que viven.
Si aceptamos la definición de ingeniería que nos brinda la enciclopedia británica:
“Ingeniería es el arte profesional de aplicar la ciencia para la conversión óptima de
los recursos naturales para el uso de la humanidad”, vemos que el acento está en
los conocimientos científicos y en el saber para manipular.
Esto significa que siguiendo la máxima “saber y conocer obligan”, las obligaciones
del ingeniero deben estar a la altura de su conocimiento y de su poder. Otra
interesante definición de ingeniería es la presentada por E. Gómez-Senent, quien
afirma que: “Un ingeniero es un profesional que utiliza técnicas – y el conocimiento
que posee de diversos sistemas técnicos: objetos de todo tipo y, en especial
máquinas, herramientas e instrumentos – para crear otros sistemas técnicos que
satisfagan determinadas necesidades humanas. (E. Gómez-Senent, 2000, 130.)
También en esta definición podemos ver que el punto central se encuentra en las
necesidades humanas con todas las implicaciones que ello conlleva.
Con estos párrafos introductorios intento dar razones para convencer de que la
necesidad de la ética en la ingeniería no es algo superfluo o añadido, sino que está
en la esencia misma del saber y del hacer del ingeniero.
3. Algunos tópicos que dificultan el desarrollo de la conciencia ética en los
saberes técnicos.
El desarrollo de la reflexión ética en las diversas disciplinas y saberes científicos se
ha visto limitado por la deformada imagen que se tiene tanto de la naturaleza del
saber ético como por su ámbito de aplicación.
a) Por lo que hace a su naturaleza se entiende generalmente que la ética es
un saber sobre el que no cabe acuerdo racional posible, (acuérdense de la
conclusión del Tractatus de Wittgestein: “de lo que no se puede hablar, mejor
es callar”) y que depende de los gustos o las creencias de cada uno
(emotivitas y relativistas).
Se entiende que el saber ético es de segundo orden, no es un saber científico y por
tanto no merece que le dediquemos esfuerzos demostrativos.
Es verdad que esta idea ha sido apoyada por algunas corrientes filosóficas como el
relativismo y el emotivismo especialmente; y también es verdad que el saber ético
no es descriptivo, sino normativo, lo que hace que la verdad de una afirmación no
pueda contrastarse con la realidad (sería caer en la famosa falacia abstractiva) y
esto exige un esfuerzo intelectual que muchas personas no están dispuestas a
hacer. Esta afirmación está superada desde diversas teorías éticas como son el
racionalismo crítico y, especialmente, la ética del discurso propuesta por Apel (1974,
1988) y Habermas (1991).
No es aquí el momento de entrar en discusiones de fundamentación, pero a nuestro
juicio la ética del discurso es una teoría sólida que demuestra que no todas las
concepciones morales son igualmente aceptables y que hay criterios racionales y
razonables para dilucidar entre las morales vividas.
b) Por lo que hace al ámbito de aplicación. Hay que desechar la idea de que
la ética es un asunto de vida privada y que en el espacio público nos
bastamos con el derecho. Un conocimiento superficial sobre los orígenes
históricos de la ética y de las doctrinas más extendidas ya ponen de
manifiesto que la ética se vincula con la política o lo que es lo mismo – en
sentido clásico – con la vida en sociedad.
Ni nuestros conocimientos y sentimientos éticos nos vienen dados por
naturaleza ni nos vienen determinados por la sociedad; sino que se generan en
relación dialéctica con la realidad. Eso significa que la realidad “toda” influye en
nuestras ideas éticas y sobre la realidad “toda” proyectamos nuestras ideas y
valores morales. Resumiendo el razonamiento moral es personal e intersubjetivo
pero afecta y se ve afectado por nuestro entorno.
Las decisiones profesionales pueden ser técnicas y “privadas” pero sus efectos
son públicos y multifacéticos por lo que no se sustraen a la exigencia de
justificación racional. Otra asunción que hace difícil el desarrollo de la ética en
las ingenieras y estudios técnicos es la concepción unilateral de racionalidad
predominante. Es demasiado frecuente entender la ciencia como un conjunto de
conocimientos libre de valores (werfrei) e identificarla con la única racionalidad
posible.
Se asume que la ciencia es neutra y que su manera instrumental y estratégica
de funcionar basada en la relación sujeto – objeto que persigue un objetivo dado
es la única racionalidad posible; olvidando con ello la racionalidad dialógica
basada en un esquema sujeto – sujeto. Debemos ser conscientes que ambas
racionalidades son necesarias y complementarias para un mundo más justo y
solidario, así como un desarrollo profesional auténtico e integral.

METODOLOGIA.
El diseño metodológico de la investigación es cualitativo y se enmarca en la escuela
de pensamiento idealista (May, 1997), puesto que se concentra en interpretar cómo
los miembros de la FIA producen la vida social alrededor de actividades del currículo
oculto.
Es decir, no se busca sólo observar la vida social, sino también examinar a las
personas en su selección e interpretación de eventos y acciones, para lo cual se
usa la observación participante, la encuesta y la entrevista.
De esta manera, se puede verificar la pertinencia de las actividades ejecutadas, de
tal manera que se llegue a una propuesta general que pueda ser adaptada por otras
facultades de ingeniería, con el fin de fortalecer la educación ética de sus
estudiantes. El gráfico 1 muestra el modelo metodológico diseñado. En la fase I el
tipo de investigación utilizado es el exploratorio (Méndez, 1995).
Éste se caracteriza porque parte de una revisión bibliográfica que incluye la
producción del grupo Ethos y las obras de autores reconocidos, de tal manera que
permita construir sobre lo ya construido.
A partir de esta revisión se elabora un referente teórico que ofrece una visión de tipo
aproximativo acerca de los temas generales relacionados con la propuesta como
son la ética y la ingeniería; y una profundización de los temas específicos como son
la educación ética en ingeniería y el currículo oculto.

En la fase II se elabora una propuesta para la educación ética en ingeniería a partir


de tres actividades del currículo oculto: un evento de alteridad, un programa de
voluntariado interno y la inducción en ética.
Estas tres actividades se llevan a la práctica en la FIA y se recaba información que
retroalimente el proceso a través de tres técnicas:
 la observación participante (aplicada en el evento de alteridad).
 la encuesta (aplicada en el evento de alteridad y a una muestra de
estudiantes, con fines de diagnóstico).
 la entrevista (aplicada a un número pequeño de estudiantes para validar la
información de las encuestas).

En la fase III se interpretan y comprenden las reacciones de los miembros de la FIA


frente a las propuestas. Por esta razón, se utiliza la hermenéutica, pues ella permite
una interpretación cualitativa de las experiencias y la información proveniente de los
instrumentos aplicados en la Fase II, para encontrar las fortalezas y las falencias,
contrastarlas con la construcción teórica de la Fase I, resinificar las experiencias,
hacer los ajustes necesarios y mejorar la propuesta.
ANTALOGIA ETICA:
En la aplicación de esta investigación se desarrolló la "Antología de Ética" de Taller
de ética, asignatura común a la carrera de Ingeniería Industrial e Ingeniería en
Sistemas Computacionales a distancia, en donde se han observado los siguientes
aspectos: Los alumnos se interesan más por la materia al contener y analizar casos
aplicados en problemas organizacionales, reconociendo así, los elementos de un
proceso de solución y la adquisición de criterios ante dilemas y problemas actuales.
Se observa que los códigos de ética contribuyen al buen funcionamiento de las
organizaciones. En donde la comunicación pragmática, que implica una relación con
la intersubjetividad y la búsqueda de principios, facilitan el adecuado desarrollo del
entorno laboral. La experiencia de la gestión de los sucesivos cursos de ética
permite reconocer en los alumnos que actualmente laboran, que integran los
procesos de diagnóstico y propuesta grafica para la solución de problemas, así
como una comunicación basada en la intersubjetividad, la empatía, tolerancia y
reconocimiento de las necesidades ajenas. De forma institucional se ha planteado
el proyecto de investigación: "Manual de procedimientos para la elaboración de
códigos de ética y desarrollo de valores ético profesionales" de la línea de
investigación de "Productos y Procesos de Ingeniería Industrial". La experiencia
académica mantiene el desarrollo de la "Ética para Ingenieros" como línea de
trabajo en la academia de educación distancia, favoreciendo así, la formación de
los ingenieros en el Instituto, con alcance a diferentes instituciones de la región.

UNA VISIÓN DE LA ÉTICA EN EL CAMPO PROFESIONAL


Las representaciones sociales sobre la ética en estudiantes dan cuenta de esta
como una norma primordial desde los procesos educativos y propiamente la norma
ética concreta de sus carreras. Surgen voces que manifiestan “es lo que nos va a
medir el desempeño porque podemos ser muy buenos profesionales, podemos
saber mucho, pero igual, si no tenemos ética, si no tenemos criterio es muy difícil
salir adelante en un ámbito laboral complejo”.
En este mismo sentido, un docente consideró que “la ética se manifiesta en aplicar
flexibilidad, comprensión, receptividad y buen juicio en el quehacer”; así mismo,
expresó que “la inflexibilidad de las normas debe ceder a la consideración de las
personas sin llegar a la permisividad”, y sustenta estas aseveraciones
argumentando que “trato de hacer las cosas correctamente, trato en lo posible de
apegarme a las normas, de repente hay algunos momentos en que la normas son
inflexibles y le dan importancia al procedimiento, a la fecha, a la letra más que a la
persona; trato de conciliar eso para que el ser humano siempre esté en primera
instancia; trato de apoyar a mis estudiantes, en lo posible ser comprensiva, sin llegar
al punto de ser permisiva, tratando de escuchar siempre a la gente, sea en lo
personal, sea en lo profesional, tratando de no prejuzgar, tratando de que la gente
sienta que puede hablar, que puede ser ella misma, que puede expresarse con
libertad y ser la persona que en el fondo realmente es”.
Se empieza a vislumbrar en estos relatos elementos que configuran la educación
del ingeniero.
Al respecto Kohlberg, Power e Higgins (2008) afirman que la calidad de la
enseñanza dependerá de que los educadores consideren la disciplina y otras
cuestiones propias de las instituciones de educación como problemas humanos
cuya solución requiere la participación de todos sus miembros y en este sentido se
debe dar lugar a un enfoque más democrático y comunitario.
Se hace necesaria una reforma pedagógica basada no en el avance tecnológico
sino de los ideales morales de justicia, democracia y comunidad.
De este modo, Frisancho (2001) interpreta que en la educación se debe dar
prioridad a los valores personales y sociales y a lograr que el alumno reflexione
libremente en torno a estos valores, los asuma y posteriormente los lleve a la acción.
Así mismo el autor señala que: los valores juegan un papel central en las
propuestas educativas, pues ayudan a fundamentar determinadas conductas que
se reconocen como deseables por encima de otras y, en consecuencia, toda
propuesta educativa se fundamenta en valores y trata de organizarse alrededor de
ellos.
En este punto es importante señalar las reflexiones hechas por Bolívar (2005), quien
manifiesta que la formación profesional universitaria tiene entre sus objetivos
fundamentales formar profesionales competentes al servicio de la ciudadanía y, en
consecuencia, debe responder a las expectativas y necesidades de la sociedad que
aspira a contar con un desempeño adecuado de los egresados no solo en el
ejercicio de las funciones inherentes a su profesión.

FACTOR DE INSPIRACIÓN PARA HACER LO CORRECTO SIEMPRE.


Esta frase idealista al parecer representa una representación utópica de la ética.
Con relación a esto los estudiantes señalaron que “la ética es lo que impulsa al ser
humano a siempre hacer las cosas correctas”.
Fundamentaron esta representación aduciendo que “la ética es tratar de hacer lo
correcto siempre, tratando también de ver la parte moral” y teniendo en cuenta “los
principios de lo bueno o lo que debemos hacer correcto pero en cuanto a nuestros
pensamientos y nuestras convicciones”.
Así mismo argumentaron que la ética “es ese pensamiento que cada vez que
estamos haciendo algo que conocemos que es indebido nos reclama … en la
conciencia, en la representación de saber actuar para las demás personas, saber
que uno debe tener un compromiso con los demás y con uno mismo con el fin de
que se hagan las cosas correctas”.
Estas representaciones de los estudiantes coinciden con la de los docentes en el
sentido de que estos consideran la ética como el soporte en el que deben apoyarse
todas nuestras actividades para perseguir el bien de los demás haciendo lo correcto
y causando el mínimo daño posible a las personas del entorno.
Esta aseveración los docentes la argumentan expresando que “la ética debe ser la
vía, el soporte en el cual se apoyen absolutamente todas nuestras actividades para
tomar conciencia de orientarnos hacia el bien, hacia lo correcto, hacia tratar de ser
felices, porque esa es la razón fundamental de ser del hombre, perseguir ser feliz,
pero procurando causar el mínimo daño posible, tanto al otro como al mundo en que
vivimos”.
De este modo, se puede evidenciar que los participantes visibilizan la ética como un
actuar, que en términos de Gonzáles (2005) se traduce en la siguiente afirmación:
el ser humano se realiza, finalmente en y por la acción. La acción, entendida en su
sentido más amplio y comprensivo como un componente holístico del hombre. Es
decir, que la existencia del hombre se basa en la acción ya que él asegura su
perfección en la perfección de su acción. Sin embargo, el mismo autor manifiesta
que hay acciones que resultan destructivas, degradantes o despersonalizantes.
Para que una acción sea personalizadora debe promover la realización del hombre
en todas sus dimensiones. La acción plenamente humana debe transformar la
naturaleza, perfeccionar al agente y facilitar la liberación.

CONJUNTO DE VALORES Y PRINCIPIOS PARA LA CONVIVENCIA


EN SOCIEDAD
Para un gran número de estudiantes la ética está relacionada con los valores que
la persona tiene, los cuales son aprendidos del entorno. Relacionan la ética con la
sociedad y la definen como una ciencia que les da a las personas ciertos parámetros
que debe seguir para cumplir con las buenas acciones dentro de la sociedad.
Pareciera entenderse que la ética está directamente ligada con el amplio espectro
de los valores humanos. Estos, según Ratas, Harmib y Simon (1967), son
cualidades que dan sentido a la vida; en algunos casos estas cualidades son
inclinaciones íntimas y personales; algunos autores las consideran instintivas, otros
creen que son adquiridos y que se va perfeccionando con las diversas actividades
de la vida. Se hace evidente en los relatos de los estudiantes cuando afirman que
la ética se relaciona con los valores, señalando que: “la ética son valores que se
relacionan con la humildad, la sencillez, la solidaridad, el respeto por los demás, la
comprensión y la honestidad”.
Es importante entonces resaltar que es deber de las instituciones de educación
superior fomentar en los estudiantes el desarrollo de una visión y sentido ético para
orientar su ejercicio profesional reflejando en sus acciones un conjunto de valores
como los manifestados por los sujetos. De este modo y como lo advierte Schön
(1992): “la preparación de los profesionales debería reconsiderar su diseño desde
la perspectiva de una combinación de la enseñanza de la ciencia aplicada con la
formación de una enseñanza a la reflexión en la acción”.
De esta manera se podría contribuir a la educación para la ciudadanía preparando
profesionales competentes que posan el sentido ético de la profesión y que, en
consecuencia, actúan con ética profesional, ya que el ejercicio profesional va a
constituir la principal aportación ciudadana de estos profesionales (Cobo, 2003). En
este punto de la discusión cobra una importancia relevante la relación docente-
estudiante como factor que puede llegar a favorecer o entorpecer la formación
integral de profesionales y ciudadanos íntegros.
El aporte gremial ofrece elementos que consolidan una estructura ética para
renovar, pues sin dicho apoyo, se puede perder el horizonte de un trabajo
comprometido que resultaría en una incoherencia en el ejercicio profesional
La ética tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de modo consciente
y libre, por lo tanto, lo humano y lo ético se convierten en expresiones concomitantes
que remiten una a la otra. Ética proviene del latín ethicus y del griego ηθικοξ que
significa costumbre; por ello, acudiendo a la naturaleza de sus alcances, Chamorro
(2007) plantea que se puede definir como “la parte de la filosofía que estudia los
fundamentos de la moralidad de los actos humanos, es decir, aquellos en virtud de
lo cual estos pueden ser considerados buenos o malos”, que será el punto vital para
el ejercicio ingenieril.
Hoy en día se puede determinar que la ética para el ejercicio de la ingeniería se
encuentra constituida por las normas y principios que se usan para atender la serie
de problemas morales o éticos que deben ser manejados por los ingenieros en su
entorno. Para Kisnerman (2001), la modernidad ha exaltado el sistema experto cuya
traducción social ha provocado el sueño de la ingeniería social. Por ello, hablar de
ética en ingeniería permite el análisis de las actuaciones laborales y profesionales.
Las orientaciones actuales abarcan una serie de procedimientos, normas, códigos
de conducta, filosofía profesional, manejo y uso de la información, así como calidad
en el diseño, ejecución y manejo de materiales de las obras, productos o servicios
que el ingeniero ofrece
En ese orden de ideas, la ética del ingeniero inicia por entregar y ejemplarizar una
nueva cultura profesional como modelo para las nuevas generaciones, ratificando
el compromiso de los mismos, orientando su actuación hacia valores como
responsabilidad, integridad, liderazgo, honestidad, y bienestar, entre otros. Esto
debe fomentarse en comunidades y gremios de ingeniería, para irradiarlo a las
universidades Dichas asociaciones deben considerarlo como un acierto para sus
profesionales y como un beneficio para la sociedad. Sin embargo, el excesivo
énfasis de lo económico sobre lo ético diluye la reflexión sobre el futuro sus obras y
las consecuencias de sus servicios en la sociedad.
Actualmente las evidencias hablan de ingenieros de diferente especialidad,
institución de egreso, y formación posgradual como partícipes de actos
deshonestos, quedando expuestos en los medios de comunicación, generando
incertidumbre y desconfianza de dicha profesión para la sociedad. Es insensato con
los ingenieros jóvenes, dejar falsas huellas como lo es hablar de algo y actuar
diferente. Por tanto, creer en el actuar bien, genera compromisos personales que
deben extenderse a orientar y dar formación a equipos de apoyo ingenieril con
mente ética. Con el apoyo gremial, no se traspasaran los códigos de conducta y se
evitará que actores asociados al ejercicio ingenieril presencien actos de corrupción.
El aporte gremial ofrece elementos que consolidan una estructura ética para
renovar, pues sin dicho apoyo, se puede perder el horizonte de un trabajo
comprometido que puede resultar en una incoherencia en el ejercicio profesional.
La ausencia de una cultura ética en el ingeniero, no solo entorpece su
desarrollo profesional, sino que afecta a las personas que le rodean desde sus
círculos más cercanos.
Específico o de una actuación puntual errada, sino que se señala a la empresa o al
gremio de manera general.
Para los nuevos asociados a las agremiaciones profesionales en ingeniería y para
sus directivas en general, será preciso estimular y valorar los impactos de una
cultura ética para relacionar lo que el trabajo honesto puede aportar en la
construcción de sociedad. Siempre vendrá asociado al buen vivir y el buen actuar
genera la satisfacción personal, que permita solventar las necesidades básicas en
el marco de una calidad de vida. Finalmente, la ética llevada a la praxis depende
del acompañamiento y la formación profesional, así como la claridad sobre el rumbo
al que quiere dirigirse el individuo. Por ello, el apoyo y orientación, como el
consagrado en los artículos de Ingeniero Ético, deben estar presentes en todas las
áreas, irradiando acciones en puestos operativos, mandos medios y alta dirección.
Conclusión. El aporte de cada asociado afectará positivamente la reputación de la
profesión. Es necesario reforzar el compromiso ético de la ingeniería, demostrando
con ejemplos los logros y ventajas profesionales. La responsabilidad es compartida
por los actores y es tarea de todos los asociados.
Al existir la reflexión ética en la formación profesional y en los sistemas educativos,
laboral y gremial -como se propone en la comisión de ética- se contribuirá a construir
una mejor sociedad y así un mejor país.
Compromiso para el desempeño profesional ético.
Es compleja la condición humana. Por la reflexión inteligente o por la reacción
instintiva ante los hechos y circunstancias se expresa el carácter y la personalidad
individual. La actitud objetiva propia de la racionalidad contrasta con la posición
subjetiva más cercana a la animalidad.
El ser humano, por naturaleza, distingue el bien del mal. Las actuaciones probas
enaltecen y despiertan reconocimiento. La perversidad se cobra con el rechazo que
a veces se manifiesta con la sanción social. La conciencia propia premia con la
armonía y la paz interior o censura con el remordimiento. El acto humano es la
respuesta a la necesidad y a la oportunidad. Los valores propios y principios de la
persona que actúa, se ajustan al momento de su actuar.
El problemático comportamiento humano, como compleja es su condición, se
expresa en actos privados y con actuaciones sociales o públicas. El hombre en su
fuero interior, como la comunidad en su evolución social, aprecia valores como la
trascendencia, la vida, la patria o la familia y principios como la dignidad, el respeto
y la caridad, enaltecedores de la persona en sí misma y de la convivencia civilizada
y pacífica.
Entonces la comunidad aspira a regular la convivencia con normas derivadas de la
ley y del derecho natural, y con reglas provenientes de las leyes civiles y del derecho
positivo. En esa búsqueda del ordenamiento existencial se inspiran los
mandamientos, la jurisprudencia, las reglas.
El acto humano en sí mismo enfrenta entonces constricciones inherentes a esa
normatividad. Así, la persona percibe y hasta cierto punto regula su comportamiento
en la medida de su compromiso con los preceptos. La interpretación del acto
humano, según su condición y trascendencia y de allí su reconocimiento o sanción,
o sea su juzgamiento, lo asume la persona por sí misma, o la sociedad, según sea
la naturaleza y el propósito del acto.
Así la cuestión, es apropiado proponer, para que cada quien según su leal saber y
entender, adopte por sí y para sí frente a su propia circunstancia, las pautas de vida
que enseguida y como colofón se enuncian, con el convencimiento que su adopción,
seguramente conduce a una comunidad plena y al compromiso para el desempeño
profesional ético.
El Estado peruano ha tendido a establecer una prolífica regulación que, ante la
situación actual, parece ser un camino ineficaz para controlar la corrupción. Esta
acción parece extender algunas ideas muy restrictivas sobre la acción profesional
ético.
 Asumir que la corrupción es el punto ético problemático por excelencia.
 Suponer que aquello que no se encuentra explícitamente prohibido está
permitido.
 Asumir que el cumplimiento nominal de la Ley es equivalente a un actuar
ético excelente.
La ética profesional como propuesta de la excelencia.
La propuesta de la ética profesional busca establecer altos estándares de conducta
profesional. En cierta forma la norma legal busca establecer un horizonte, la
superficie de los mínimos. En cambio la ética va más allá del horizonte busca la
acción profesional ejemplar el actuar que se garantice con una acción profesional.
Los Principios de la Declaración como rasgos de la acción profesional
excelente

De esta forma, la propuesta de una declaración de principios se orienta a determinar


cuáles son los rasgos característicos que definen una acción profesional excelente
en Ingeniería. Se trata de preguntarse como gremio, cuál es el perfil que se permite
reconocer al Ingeniero que va más allá del cumplimiento básico y proponerlo como
la raíz de la formación de los futuros profesionales y el criterio de juicio. Se remarca
así la tarea de los comités de ética: proponer la excelencia, trabajar por la
construcción de una profesión que se exige por sí misma porque reconoce su
responsabilidad esencial con el país y con todos los ciudadanos.
Las declaraciones de principios son una de las formas más extendidas para
proponer la formación de los profesionales, el análisis de la toma de decisiones y el
juicio de la acción profesional en diversos gremios. Sin embargo, demandan un
trabajo importante que permita la toma efectiva de decisiones en la acción y la
decisión cotidiana. Por esta razón, se establecen niveles de referencia que hacen
más concretos y específicos los valores expresados en cada principio.
Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente
Los ingenieros deben esforzarse en exaltar la calidad del medio físico y del entorno
urbano y los lugares para fomentar los principios de desarrollo sostenibles. Los
ingenieros cuyas recomendaciones son rechazadas o ignoradas en asuntos de
seguridad, salud, bienestar o desarrollo sostenible deben informar a los directivos
de las posibles consecuencias.
Protección de las personas y del Medio Ambiente.
Los ingenieros profesionales deben cumplir extremadamente la seguridad, salud y
bienestar de las personas y la protección del medio. Esta obligación para la
seguridad, salud y bienestar de las personas en general que incluye su propio
trabajo medioambiental, depende normalmente de juicios hechos por ingenieros,
estudios de riesgo, decisiones y prácticas incorporadas en estructuras, máquinas,
productos, procesos y dispositivos. Por lo tanto, los ingenieros deben involucrarse,
con la conformidad de aceptar la práctica ingenieril, estándares y códigos aplicados
y debería ser considerada segura, basada en adjudicaciones iguales. Esta
responsabilidad se amplía para incluir todas y algunas de las situaciones que un
ingeniero encuentra, e incluye una obligación de informar a las autoridades
competentes si hay razón para creer que alguna actividad ingenieril, o sus
productos, procesos, etc., no cumplen las condiciones establecidas anteriormente.
El significado de “extremadamente” en este principio básico es que todos los otros
requerimientos del código están subordinados si la protección de la seguridad de
las personas, del medio y de otros intereses públicos esenciales se ven
involucrados.
Agentes fieles de clientes y directivos
Los ingenieros deben actuar como agentes fieles administradores de sus clientes
y directivos con objetividad, franqueza y justicia para todas las partes involucradas.
Respetando la entrega de información confidencial o privada, el concepto de
“propiedad” de la información y la protección de los derechos de las partes
apropiada. Los ingenieros no deben revelar los hechos, datos o información
obtenida en calidad profesional sin el consentimiento a priori del propietario. La
única excepción de respetar la confidencialidad y mantener una posición de
confianza es en casos donde los intereses de las personas o del medio ambiente
estén en peligro como se discutió en la sección anterior; pero incluso en estas
circunstancias, los ingenieros deberían procurar que el cliente o los directivos
corrijan la situación adecuadamente o, al menos, por el contrario, en ausencia de
una razón apreciable, deben hacer un esfuerzo razonable para contactar con ellos
antes de informar a la autoridad competente. Ser un agente fiel incluye no usar
información específica privilegiada o privada y prácticas comerciales o información
de procesos previos del cliente o directivos. Sin embargo, el conocimiento técnico
general, la experiencia y la habilidad adquirida por el ingeniero a través de su
involucración en trabajos previos pueden ser libremente usados sin consentimiento
o compromiso posterior.
Competencia y Conocimiento
Los ingenieros profesionales deben ofrecer servicios, informar o encargarse de
actividades de Ingeniería sólo en aquellas áreas de su competencia, debido a su
entrenamiento y experiencia. Esto incluye ejercitar la atención y comunicar
claramente la aceptación e interpretación de las tareas y, en establecer los
resultados esperados. Esto además incluye la responsabilidad de obtener los
servicios de un experto, si es requerido o, si el conocimiento es desconocido, para
proceder sólo con la revelación completa de la naturaleza experimental de la
actividad de todas las partes involucradas. Por lo tanto, este requerimiento es más
que una simple obligación a un estándar de atención, esto además implica actuar
con honestidad e integridad con el cliente o directivo de uno mismo y con uno
mismo. Los ingenieros profesionales tienen la responsabilidad de mantenerse al
corriente de los desarrollos y conocimientos en sus áreas de habilidad, esto es, para
mantener su propia competencia.
Debería haber un cambio conducido tecnológicamente o motivado individualmente
en el área de actividad técnica, esto es el deber del ingeniero en alcanzar y
mantener la competencia en todas las áreas involucradas, incluyendo el
conocimiento de las estructuras legales y regulaciones que gobiernan sus trabajos.
Este requerimiento de competencia del código se amplía para incluir una obligación
de las personas, la profesión y los semejantes. Estas opiniones de asuntos de
Ingeniería son expresadas honestamente y sólo en áreas de competencia de uno.
Esto aplica tanto para informar o aconsejar en asuntos profesionales y emitir
declaraciones públicas. Esto requiere honestidad con uno mismo para presentar los
asuntos de forma justa y precisa con las apropiadas cualificaciones y rectificaciones
y para evitar prejuicios personales, políticos y no técnicos.

Justicia e Integridad en el lugar de trabajo


Honestidad, integridad, competencia, devoción al servicio y dedicación a la
exaltación de la vida son piezas clave en la responsabilidad profesional. En este
marco, los ingenieros deben ser objetivos y sinceros e incluir todo conocimiento y la
información pertinente en informes profesionales, declaraciones y testimonios.
Éstos deben presentar de una forma precisa y objetiva a sus clientes, directivos,
asociados y a ellos mismos, siendo consistentes con sus cualificaciones
académicas, profesionales y de la experiencia. Este principio es más que una “des
virtualización”; implica también la revelación de toda la información importante y
asuntos, especialmente cuando sirviendo como asesor o como un testigo experto.
De la misma forma, se espera justicia, honestidad y precisión en la información.
Responsabilidad Profesional y Liderazgo
Los ingenieros tienen la obligación de trabajar de una manera cuidadosa y diligente
y aceptar la responsabilidad y ser responsable de sus acciones. Esto no debe estar
limitado al diseño, supervisión o dirección. Pero aplica a todas las áreas prácticas.
Por ejemplo, incluye la supervisión y dirección de la construcción, preparación de
los centros de diseño, informes de Ingeniería, estudios de viabilidad, estudios sobre
el impacto medioambiental, trabajos de desarrollo de Ingeniería etc.
Resumen de Códigos de Ética
Como breve resumen se puede dar a conocer que para poder ejercer una profesión
ya sea de ingeniero, es importante conocer los códigos éticos ya que con ellos nos
facilitara el oportuno y correcto ejercimiento de nuestra rama fortaleciendo nuestras
virtudes y aportando a la sociedad en la cual vivimos.
Los ingenieros deben comprometerse a estar actualizados en las disciplinas que
aplican en su profesión y al perfeccionamiento profesional, así como a la difusión
de estos principios y normas entre sus colegas
Los ingenieros deben promover la conducta ética en la enseñanza y ejercicio de la
ingeniería Lealtad con la empresa la cual se afilia Los códigos de Ética entran donde
las leyes no puede. Requieren de un conocimiento y cumplimiento discrecional de
las partes a las que va destinado, y la peor sanción a su incumplimiento es la de la
exclusión social.
El ejercicio de la ingeniería debe dar importancia a la seguridad, salud y bienestar
de las personas y a la protección del medio ambiente Los ingenieros deben informar
a quien corresponda los riesgos a la seguridad, salud y bienestar de la comunidad
que puedan derivarse de obras o decisiones ingenieriles. Cuando a juicio del
ingeniero exista un significativo riesgo público, debe denunciarlo.
Los códigos de Ética son conjuntos de reglas de conducta casi siempre destinados
a mejorar la prestación de un servicio profesional. Se oponen normalmente a los
reglamentos o leyes jurídicas que regulan ciertas profesiones. Es decir, hasta donde
no hay mecanismo jurídico para garantizar una conducta, lo más conveniente es
poner un código de ética.
Se puede mencionar que un código ético genera una buena conducta de un
profesional en su labor.
IV. CONCLUSIONES:
 Es una materia necesaria para un mundo más justo y solidario. El desarrollo de
una sociedad civil crítica exige unos profesionales responsables. Cada vez más
los ingenieros se enfrentan a problemas que suelen implicar importantes efectos
en la vida de otras personas; también la cada vez mayor asimetría de
conocimiento entre el profesional y su cliente lleva aparejada una mayor
necesidad de confianza y, finalmente, el riesgo de pérdida de autonomía
profesional es cada día más preocupante. Estos son sólo algunos de los más
importantes aspectos que están reclamando un complementariedad de los
conocimientos técnicos con los conocimientos morales. No debemos olvidar
que actuar responsablemente implica no sólo saber técnico, sino también saber
moral.

 Tiene que ser un enfoque integrador. El desarrollo de una materia de esta


naturaleza requiere desarrollar un enfoque integrador en el que se ponga de
manifiesto claramente que las cuestiones éticas están implícitas en el quehacer
profesional mismo I Congreso de Educación para el Desarrollo en la Universidad
Ciencia, Tecnología y Sociedad CTS 1 - 10 y que no es un “añadido externo
para mejorar la imagen profesional”. A la vez el enfoque integrador tiene que
significar una implicación real y un compromiso con los problemas específicos
de la profesión de ingeniería.

 Tiene que seguir una metodología práctica. Conseguir el efecto que


pretendemos exige utilizar una metodología práctica en la que el alumno sea el
actor que va descubriendo las claves del saber ético. Para transmitir el saber
ético es necesario que el alumno deje de ser el sujeto pasivo receptor de
conocimientos y se convierta en el sujeto activo que va descubriendo y
conformando su conciencia moral de responsabilidad.
.VI. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
 Carbajal, Cuauhtémoc, Chávez, Ezequiel. (2008). Ética para
ingenieros. Editorial Patria. México. D.F. PP. 235.
 Cortina, Adela. (2000). Ética mínima. Editorial. Tecnos. Madrid. España.
ISBN- 8430934715. PP. 139.
 Franco, Gaviria, Luis (2008). 80 Casos para el estudio de la Ética. DuocUC.
Centro de ética aplicada y formación del capital humano. Santiago de Chile.

 Habermas, Jürgen. (1981). Teoría de la acción comunicativa. Vol. 1. Editorial


Turus. Madrid. España. PP. 521. ISBN- 843060339-5.

 Habermas, Jürgen. (1992). Teoría de la acción comunicativa. Vol. 2. Editorial


Turus. Madrid. España. Pps. 618. ISBN- 84-306-1279-2.

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