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CONSEJOS

LOS 10 CONSEJOS PARA UN CRISTIANO EN DIFICULTADES

I. Haz un examen y una reflexión

Debemos recordar que las aflicciones pueden ser consecuencias de nuestros


errores o de nuestro caminar en justicia. Sea cual fuese la razón, Dios puede
usar esa circunstancia para seguir formando su carácter en nosotros. Por eso en
medio de los problemas, debemos hacer un auto examen y pedirle al Señor que
nos muestre cuales son las áreas que él desea trabajar, fortalecer o cambiar.

II. Sé paciente

En momentos de dificultad, tenemos que ser pacientes y esperar en Dios. No


debemos anticiparnos en hacer juicios ni tomar desiciones apresuradas sin antes
pensar y considerar todas las opciones y consecuencias. El rey David decía
“pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo
sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso” (Salmos 40:1-2).

III. Resiste la condenación

Aunque las dificultades sean causadas por nuestra negligencia y errores, no


dejes que el remordimiento te perturbe. Es por eso que el apóstol Pablo decía
que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…” (Romanos
8:1). Por lo tanto podemos orar a Dios para que nos ayude y “acerquémonos,
pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar
gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).

IV. Recuerda que Dios es soberano

El salmista decía “Jehová reina, regocíjese la tierra”(Salmos 97:1). Una de las


verdades más reveladoras y consoladoras para los creyentes es el hecho de
saber que a pesar de nuestras dificultades Dios siempre está gobernando y
dirigiendo todo lo que nos sucede. Esto se debe constituir en la base y el
fundamento de nuestra confianza y esperanza futuras.

V. Pide consejo y ayuda si es necesario

En las adversidades, debemos recordar lo que decía el rey Salomón: “en la


multitud de consejeros hay seguridad”.(Proverbios 11:14). La dirección y la
ayuda de Dios a veces puede llegar a través del apoyo y consejo de otros
creyentes.

VI. No te dejes llevar por la auto compasión

Cuando los problemas llegan, el creyente debe ser cuidadoso de no caer en la


autocompasión. La tentación de sentirnos “víctimas”, nos robará la posiblidad de
levantarnos, resisitir y de seguir avanzando en la vida. Cuando buscamos la
conmiseración de la gente, entonces dejamos de enfocarnos en Dios, quien es
el único que puede ayudarnos.

VII. No dejes de congregarte

Los momentos difíciles en ocasiones pueden demandar tiempo y atención,


provocando cierta distracción y descuido en nuestra vida espiritual. Por eso es
importante que continúes congregandote en tu iglesia (Hebreos 10:25).

VIII. Recuerda que Dios obra todo para bien

No olvidemos que Dios está obrando sus propósitos eternos aun en las
circunstancias más adversas. A pesar de no entender las cosas que nos suceden,
es bueno entender que Dios está obrando “todo para bien” (Romanos 8:28)

IX. Alaba y bendice a Dios

El rey David, cuando todavía era un joven, decía “bendeciré a Jehová en todo
tiempo y su alabanza estará de continúo en mi boca” (Salmo 34:1). Sin embargo
es importante saber que estas palabras fueron dichas cuando David estaba en
medio de la aflicción y era perseguido por el rey Saúl. Tenemos que alabar a
Dios, porque a pesar de nuestros problemas, Dios sigue siendo Dios.

X. No descuides tu vida devocional

El apóstol Pablo le decía a sus lectores, “Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias” (Filipenses 4:6). Por lo tanto, una de los medios de gracia que
nos ayudará en las dificultades es la oración fervorosa y constante.

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