Вы находитесь на странице: 1из 6

GENTE TÓXICA

Gente tóxica, problemática, la encontramos por todo lado. Es necesario que aprendamos a poner
un límite sin lastimar, pero tampoco que nos lastimen o nos lastimemos.

Las personas tóxicas afectan mucho, pueden dañar nuestra estima o nuestras emociones. Son
personas tóxicas los chismosos, los envidiosos, los autoritarios, los psicópatas, los orgullosos, los
mediocres. Este tipo de personas siempre están criticando o viendo lo que hicimos o no hicimos.
Siempre están mirando nuestras debilidades, nos llenan de carga y frustración.

Necesitamos tener claridad en nuestras metas y propósitos, solo así podremos tener control de
nuestras emociones y decidir quién debe ser parte de nuestra vida. No necesitamos que otros nos
digan lo que tenemos que hacer, ni que nos digan si algo está bien o mal. Cada uno está en capacidad
de hacer su vida y orientarse hacia el bien. Dios nos ha dado libre albedrío y podemos decidir cuándo
decir si y cuando decir no, a fin de no vernos afectados por los tóxicos.

Hay que liberarse de los tóxicos, aunque tangamos que alejarnos. Es mejor huir de esas personas, a
que tener que contagiarse de la amargura, de la crítica, de los chismes o de la irritabilidad. Las
personas tóxicas de verdad afectan la vida emocional. No debemos hacer caso de lo que nos dicen,
ni de sus supuestas opiniones sanas. Ellos no se alegran por nuestros éxitos, ni por nuestros sueños.
Abiertamente muchos nos desprecian y nos hacen sentir mal.

Es mejor no tomar en cuenta su opinión pues ya sabemos que no quieren nuestro bien, ni nos
valoran. Hay que ser libres de los críticos y nos libraremos de sus palabras y acciones. Es tiempo de
liberarse de culpas falsas y ajenas. Todos podemos proponernos a ser excelentes en lo que hacemos,
no debemos conformarnos con lo mínimo. Podemos hacer grandes cosas porque somos únicos y
tenemos habilidades y talentos.

Debemos aprender a negociar, pero sin perder nuestro espacio, ni nuestros derechos. Nuestra vida
es lo más importante. Dios quiere que vivamos libres de culpas y llenos de vida. Dios quiere que
demos lo mejor de nosotros.

CAPITULO UNO

LOS METE -CULPAS

La culpa es un sentimiento negativo. La culpa es un “estado de pelea” entre la persona que somos
y la idea que tenemos de cómo deberíamos ser y actuar. Por eso muchas veces se utiliza la culpa
para manipular a los otros.

La culpa nos paraliza sino sabemos soltarlas. No nos permite desarrollar el potencial que tenemos.
Es una forma de vengarnos y pelearnos con nosotros mismos. La culpa hace que vivamos en
completa insatisfacción y siempre viéndonos como víctimas por todo lo que nos ha tocado vivir.
Echamos la culpa a todos, pero no nos damos cuenta que sí podemos decidir cómo vivir y decir no
a lo que no nos gusta o nos hace daño. Solo de esa manera seremos felices, creceremos y
desarrollaremos.

Ahora, para vivir libre de culpas es necesario que toda persona pueda desarrollar cuatro necesidades
básicas. Si una de esas necesidades falta, somos vulnerables a la queja, demandas y manipulación y
enseguida viene la depresión. Las necesidades básicas a llenarse son:

 Necesidad física. Tiene que ver con comer bien y sano, hacer deporte y chequeo médico.
 Necesidad emocional. Tiene que ver con tener buenas relaciones con el entorno,
compartiendo con otros, pero sin dejar de ser uno mismo. Las personas pueden agregan
bienestar emocional y valor a la vida. La persona que interrelaciona crece y desarrolla de
manera plena.
 Necesidad intelectual. Tiene que ver con nutrirnos de sabiduría, desechando verdades
erróneas.
 Necesidad espiritual. Tiene que ver con alimentar el espíritu a través de servir a Dios,
descubrir el propósito de nuestra vida y desarrollar una fe sólida que nos permita cumplir
con nuestros sueños.

Todas estas necesidades satisfechas, hace que la persona se sienta realizada, bien consigo mismo y
dispuesto a enfrentar los restos de cada día y sus adversidades cuando se presentan. Por el contario
si dejamos que la culpa nos llene, que el autoreproche, los pensamientos rígidos llene nuestra vida.

El autoreproche es una crítica negativa que hace la persona de sí mismo y en forma


constante. Piensa siempre: “Tú no puedes, nunca serás lo suficientemente bueno
para alcanzar tu meta”. “Cómo lo voy a hacer” “ ¿No es mucho para mí?” “¿Por qué
tomé esa decisión?” “¿Para qué hablé?".

El autoreproche es una crítica negativa que hace la persona de sí mismo y en forma constante.
Piensa siempre: “Tú no puedes, nunca serás lo suficientemente bueno para alcanzar tu meta”.
“Cómo lo voy a hacer” “ ¿No es mucho para mí?” “¿Por qué tomé esa decisión?” “¿Para qué hablé?".

Los pensamientos rígidos en tanto le lleva a la persona a ser inflexible consigo mismo, no se permite
el equivocarse, se establece metas difíciles de alcanzar o irreales, lo cual hace que fracase
continuamente. La persona piensa que debe vivir como puede y deja de lado la posibilidad de crecer
y cumplir sus sueños de forma saludable.

La persona con pensamientos rígidos solo se acuerda de mirar sus fracasos. No se acuerda de los
obstáculos que cruzo en algunos momentos de su vida y salió triunfante. Siempre se coloca en papel
de víctima, solo se culpa. Echa a los demás la culpa y se convierte en un pobre ser humano, sin valor
ni dominio propio, no puede decidir para su vida. Además se vive quejando de su desgracia con frase
como:

Mis padres me dijeron que por haberme tenido no pudieron estudiar.


Me siento culpable por la separación de mis padres.

Siempre me hacían ver mis errores y me sentía culpable todo el tiempo.

Todas estas frases culpógenas nos detienen, frenan la felicidad y bienestar que nos merecemos. Son
culpas ajenas que debemos desecharlas de nuestra mente y vocabulario. Son emociones internas
que tienen poder y valor sobre la vida de las personas. Estas culpas hace perdamos el sentido de la
vida y que no disfrutemos de nada. En la mente de la persona siempre están las exigencia de o
perfección y la atormentan porque nunca puede llegar al nivel que le piden, hasta que a la final la
persona decide ponerse en el papel de víctima y llena de culpa que no le corresponde.

Debemos decidir qué escuchamos. Debemos decidir que aceptamos. De ello


dependerá como construimos nuestra vida y éxito. Las personas nos
pueden decir muchas cosas, pero cada uno decide si toma o no en cuenta
ese criterio. Si no somos culpable de algo, debemos ser directos en decir:
“Yo no soy responsable de tus acciones y decisiones. Tú eres la persona que
decide qué hacer y no hacer”.

Debemos decidir qué escuchamos. Debemos decidir que aceptamos. De ello dependerá como
construimos nuestra vida y éxito. Las personas nos pueden decir muchas cosas, pero cada uno
decide si toma o no en cuenta ese criterio. Si no somos culpable de algo, debemos ser directos en
decir: “Yo no soy responsable de tus acciones y decisiones. Tú eres la persona que decide qué hacer
y no hacer”

Las personas no deben permitir que les culpen de cosas que no han hecho. Es importante que cada
uno trabaje en sí mismo, busque ayuda para superar sus miedos y decir no soy culpable de lo que
me acusas. Muchas veces no es fácil que las personas se den cuenta de este asunto porque tienen
muchas heridas emocionales, y para no enojar al otro o para evitar que se aleje, prefieren asumir lo
que los otros le dicen y se culpan.

Las personas se justifican de a su agresividad o violencia culpando al otro. Diciendo que por culpa
de él o ella tomó determinada reacción de golpear o pegar o insultar. La verdad es que estas
personas están acostumbradas a culpar, a no asumir su responsabilidad y actitud violenta o agresiva.
Y lo peor de todo es que el otro lo permite porque le falta desarrollar límites. Esto solo se aprende
buscando ayuda.

Si la persona no busca ayuda para parar al culpógeno termina siendo controlado por éste. Esta
persona termina dañando las emociones del otro y le dice lo que tiene que hacer o no hacer. De
este modo las personas terminan manejándonos, manipulándonos, lastimándonos. Nosotros le
damos esa autorización para controlarnos. Dejamos que nos digan lo que nos conviene o qué no
nos conviene. Dejamos que nos quiten la dicha y nos convertimos en desdichados y fracasados.
Hay que decidir qué es lo que queremos para nuestra vida, y saber que somos
nosotros los más importantes. Hay que dejar de agradar o complacer a los
demás. Solo seremos felices en la medida en que nos responsabilizamos primero
de nuestra vida y la cuidemos. Debemos ocuparnos primero de nosotros.
Debemos ocuparnos de : crecer, desarrollarnos, de adquirir conocimiento,
habilidades, de disfrutar la vida, de comprarnos algo especial, de estudiar lo que
queremos, de viajar a donde queramos, de trabajar en lo que nos gusta, de poner
límites a los tóxicos, etc.

Siempre nos encontraremos con personas que nos culpabilizan o nos quieren cargar con culpas.
Están acostumbrados a eso, y lo peor de todo, es que los otros terminan castigándose. Por mucho
tiempo la culpa los lleva a olvidar lo que sienten y necesitan. Nuestras necesidades pasan a segundo
plano. A nuestros pensamientos los consideramos como inferiores y a la de los demás como
superiores y urgentes. A la final nos hacemos cargo de todos.

Algunos de los mensajes con los que nos encontramos en el camino son:

“Está bien lo que hiciste pero no me alcanza”: Esta frase quiere decir que haga lo que haga la otra
persona nunca termina de conformar al otro y por eso siguen manipulando.

“Mi dolor es más grande que el tuyo”: Muchas veces queremos contarle a otro nuestro dolor y a la
final terminamos consolando al otro. Aquí hay una clara manipulación del otro que ejerce sobre
uno. Esta persona quiere que se concentren solo en ella, lo cual es egoísta.

“Eres responsable de lo que hice”: Con esto directamente nos están echando la culpa de sus quejas
y angustias. Es decir lo que dijimos e hicimos les provocó el malestar, según ellos. Esto es
manipulación. Cada uno es responsable de la actitud que asume frente a las situaciones que surgen
en el día a día. El problema es que desde chicos aprendimos que es necesario alegrar a papà y mamà.
Aprendimos que debemos ser abnegados para ser aceptados.

La abnegación no es una virtud. Preocuparse por los demás de una forma


exagerada no es virtud. Postergar nuestra felicidad, nuestros sueños,
nuestras metas por los demás no es virtud. Abnegarse demasiado por los
demás no es bueno. La abnegación es renuncia voluntaria a los propios
deseos, afectos o intereses en beneficio de otras personas. Eso no es bueno.

Postergarse y sacrificarse, dejarse para lo último, es no reconocer nuestro valor y vivir una vida que
no nos pertenece. Tenemos el derecho de ser nosotros mismos y diferentes a los demás. Tenemos
derecho a ser felices. Primero somos nosotros y luego nosotros. Nosotros debemos satisfacer
primero nuestras necesidades, ya que nadie lo hará.
Es importante que cada uno de nosotros diseñemos nuestras metas y los pasos que debemos dar, y
luego, ponerlo en práctica hasta el final. Si queremos que suceda algo en nuestra vida será porque
cada uno lo debe buscar. Y si queremos que nos pasen cosas buenas no debemos postergar nuestros
sueños, no debemos sacrificarnos por otros siempre.

Primero estamos nosotros.

¿Qué hacer para liberarnos de la culpa?

Tenemos derecho a ser felices y vivir sin culpas. Debemos reconocernos en lo que somos, con lo
bueno y lo malo, y seguir adelante, sacando lo mejor de nosotros. No aceptemos más mensajes
negativos y culposos. Debemos rechazar, cuestionar los mensajes que recibimos. No debemos
asumirlos como si fueran nuestros pensamientos.

Hay que vaciarse de culpas propias y ajenas y vivir con convicción. Vivir con convicción significa tener
seguridad de la verdad o certeza de lo que piensa o siente. También se puede hacer lo siguiente:

Si se equivocó, pida perdón: Es un acto grande que conlleva reconocer el error y cambiar la actitud.
Si está al alcance reparar la equivocación, hágalo, para que venga la paz.

Sea feliz: Debe disfrutar de cada cosa que le da la vida porque se lo merece. Solo puede ser
responsable de lo que hizo y no de lo que el otro hizo. Seré feliz es un derecho no un privilegio que
se gana por hacer algo.

Evite cambiar a otros: Cambia el que quiere cambiar y la mejor manera de hacerlo es no
presionando para que cambie.

Proyecta tus sueños: Poner en marcha nuestros objetivos nos permite conocer nuestra propia
esencia, lo que realmente somos, el valor que tenemos como personas.

Frase:
La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento.

Вам также может понравиться