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DEFINICION DEL MIEDO

La Real Academia Española define el miedo como “sensación de angustia provocada por la presencia
de un peligro real o imaginario”. Aunque nacemos únicamente con dos miedos innatos: el miedo a
caernos y a los sonidos fuertes, la información que vamos recibiendo a lo largo de nuestra vida nos
sirve para estar alertas y prevemos aquéllas cosas que son potencialmente peligrosas.
El miedo es una conducta adaptativa que nos ha permitido sobrevivir a los depredadores y a los
desastres naturales. La mayor parte del miedo es aprendido y los temores se desarrollan por
asociación según vamos haciéndonos mayores.

EL ORIGEN DEL MIEDO

El miedo surge como un mecanismo de defensa evolutivo que busca protegernos y asegurar la
supervivencia de la persona. Por ejemplo, si cruzando la calle viene un coche hacia ti, sentirás miedo
de que te pueda atropellar y, como resultado, te apartarás inmediatamente poniéndote a salvo. Esta es
la naturaleza del miedo y la base de cualquiera de sus manifestaciones: La sensación de estar bajo
algún tipo de peligro y la necesidad de protegerse de él.

Evidentemente no solo sentimos miedo cuando peligra nuestra salud física, es mucho más frecuente y
más común que estemos alerta de nuestra salud emocional. Los peligros más habituales que
experimentamos en el día a día son las inseguridades. Una persona puede sentir miedo al tratar de
establecer un vínculo de confianza con otras personas, o al presentar un proyecto de trabajo o al
proponer una idea ante su jefe. Siempre, en la raíz del miedo, se encontrará la sensación de que nos
encontramos ante una situación de la que vamos a salir afectados o heridos.

LA PALABRA QUE EDIFICA

ISAIAS 41:10; 13
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia."
Este versículo ha sido una columna de fortaleza y una fuente de consuelo para los hijos de Dios de
todas las edades.
En el versículo 13, leemos una declaración destacada. Allí dice:
"Porque yo el Señor soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: No temas, yo te
ayudo."

Aquí tenemos una proposición misericordiosa de parte de Dios para que ellos confiaran en Él. Y
¡qué consuelo implica esta actitud! Dios quiere que depositemos nuestra confianza en Él. Dios quiere
capacitarnos para que caminemos con Él, para que tengamos comunión con Él, y para que le
conozcamos.
Dios habla con ternura: No temas, porque yo estoy contigo, no sólo al alcance, sino presente a tu lado.
¿Estás débil? Yo te fortaleceré. ¿Te faltan amistades? Yo te ayudaré en tiempo de necesidad. ¿Estás
listo para caer? Yo te sustentaré con la diestra llena de justicia.

No debemos temer porque:

(1) La presencia de Dios está con nosotros («Yo estoy contigo»),


(2) Dios ha establecido una relación con nosotros («Yo soy tu Dios»), y
(3) Dios nos da la seguridad de fortalecernos, ayudarnos y vencer al pecado y a la muerte.

¿Se ha dado cuenta de todas las maneras en que Dios le ha ayudado?


Dios sabe que tienes problemas; financieros, quizás la enfermedad está robándote la paz, la tristeza
inunda tu corazón. Dios sabe que pasas por momentos de tribulación y persecución, en ocasiones
sientes soledad.

Pero tú tienes la facultad de vencer los miedos y temores si tu confianza esta puesta en Dios.

El preocuparte por el futuro, por el mañana, por la familia, por el matrimonio, por el trabajo, por el
alimento diario, por todo el sistema de este mundo que agobia, que atrapa y emite voces de temor,
fracaso, enfermedad, intranquilidad, esto te conduce a un abismo de temor. Fuimos establecidos en un
sistema que formateo nuestro creer erradamente, profesamos que nuestra dependencia esta en una
fuente humana, carnal y nos cuesta depositar toda y la absoluta confianza en Dios, Él está dispuesto,
atento, y presente hoy, mañana y siempre.

En el Reino de Dios no existen las excusas para desmayar, no hay excusas para tirar la toalla, no hay
excusas para dejar el camino porque en Dios lo tienes todo. “Si lo tienes a él tienes todo lo que
necesitas; si teniendo todo lo pierdes a él no tienes nada, porque en él está la vida, de él viene la
salvación”, en su palabra él dice “Porque yo soy tu Dios que te esfuerzo”, esta última palabra muestra
claramente que Dios siempre fortalece, si estás cansado, agotado, sin fuerzas; Dios es él descanso, es
él quien te levanta.

Entrega tus cargas, tus problemas, tu enfermedad, Dios anda buscando corazones arrepentidos,
contritos y humillados. Para que él pueda trabajar en tú vida debes verlo como la única fuente de agua
que sacia tu sed.

QUE DICEN LOS AUTORES

De acuerdo con Wulf Haubensak, investigador del Research Institute of Molecular Pathology (IMP), Viena, el
miedo es el estado más intenso en el que pueden entrar tu mente y cuerpo, y sólo tiene una meta: tu
supervivencia.

El miedo activa las funciones de emergencia y adrenalina y nos prepara para afrontar cualquier peligro.
También se puede definir como una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro
real o imaginario.

En su mayor parte es aprendido y los temores se desarrollan por asociación a medida que nos vamos
haciendo mayores. Debemos tener en cuenta que el miedo es una conducta que nos ha permitido
sobrevivir a depredadores o desastres naturales. El miedo es fundamental para nuestra supervivencia.

REACCIONES QUE NUESTRO CUERPO EXPERIMENTA O PUEDE EXPERIMENTAR ANTE EL


MIEDO:

 Sudoración
 Taquicardia
 Temblores
 Pérdida de control sobre la conducta
 Expresiones faciales de ansiedad.
 Preocupación descontrolada.
 Dificultad para resolver problemas y para concentrarse.
 Tensión muscular (la persona también puede lucir tensa).
 Temblor o estremecimiento.
 Intranquilidad, puede sentirse agitado o muy nervioso.
 Resequedad bucal.
 Irritabilidad o arrebatos de furia (o impaciente).
El sistema nervioso simpático está activado por el hipotálamo y desata una reacción en cadena. La
presión arterial y la frecuencia de los latidos del corazón aumentan por las hormonas del estrés y el
sistema endocrino ayuda a poner el sistema circulatorio a gran velocidad.

NO SIEMPRE ES MALO SENTIR MIEDO

Muchas personas buscan el peligro, sentir emociones nuevas o poco comunes en su día a día. Como
ejemplo, los aficionados a los deportes extremos o las personas que disfrutan de la adrenalina ante el
peligro. Estas personas buscan experimentar emociones intensas, cargas de adrenalina que los hace
sentir vivos y, en ocasiones, invencibles.

Sin embargo, otras personas interpretan estas reacciones físicas desencadenas por el miedo como
algo negativo. Lo asocian a algo que puede poner en peligro su vida, lo cual potencia aún más su
sensación de miedo. En la mayoría de ocasiones, este miedo es imaginario e interpretado como más
perjudicial de lo que realmente es.

El asunto es que cuando se siente miedo, el organismo sobrepasa todos los controles que se quieran
imponer —según explica el neurólogo Gustavo Castro—, a tal punto que una persona asustada es
capaz de emitir gritos, apretar los puños hasta clavarse las uñas en las palmas de las manos y aun
golpear a quien tiene cerca, sin que medie ningún tipo de orden racional.

“Es una emoción ligada a la conservación de la especie que ha permanecido a lo largo de la evolución,
para mantener vivos a los individuos”, añade Castro. Y agrega que se trata de un poderoso instinto
que mantiene a las personas lejos de situaciones peligrosas, para lo cual activa una serie de
reacciones en el organismo que lo hacen actuar de manera automática y sin preparación previa.

El miedo real, ese que conserva la especie, a decir verdad, es diferente del miedo que produce una
película o del que se busca en una ‘casa del terror’, porque se ha demostrado que las áreas cerebrales
que se estimulan con este tipo de sensaciones voluntarias son diferentes.

MALETIN DE HERRAMIENTAS

Te invito a leer la Palabra de Dios para que, a través de tu vida, sus palabras de aliento te sostengan y
puedas así vivir sin temor y lleno de valentía.

Josué 1:9, Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová
tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Filipenses 4:6-7 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten
sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

2 Timoteo 1:7, Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.

Deuteronomio 31:6, Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu
Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

Juan 14:27, La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo.
Salmos 27:1, Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida;
¿de quién he de atemorizarme?

1 Juan 4:18, En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor
lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

COMENTARIO FINAL EXHORTACIÓN

Aquel que busca de Dios con un corazón humilde, que entrega su creer, su confianza en la plenitud
total del Dios creador, obtendrá la libertad, la paz, y las armas poderosas de la seguridad para
enfrentar todos los obstáculos que día a día el mundo presenta.

“Confía en ese Dios que te ama, en ese Dios que se preocupa por ti y aunque muchas veces creas que
se ha olvidado de ti, la verdad es que en ningún momento lo ha hecho, al contrario, a pesar que no lo
has notado él ha estado allí cuidándote, protegiéndote, alimentándote, y aunque tu poca fe no ha sido
capaz de percibirlo tienes que estar seguro que él ha estado allí a tu lado”.

Confiar realmente en Dios es descansar en él, es dejarse de preocupar al extremo, es dejar de pensar
cómo solucionar esto o aquello y dejarlo en las manos de Dios, es sonreír a pesar de todo, es buscarlo
a pesar que vea todo mal, es no dejar de creer en lo que él es capaz de hacer, es ver el futuro con
esperanza, sabiendo que al estar en sus manos estoy seguro. “siempre te ayudaré; siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10) Esta es su promesa que se da cumplimiento
cuando tomas la decisión de creer.

Descansar en Dios es creer en lo que no veo, es esperar a que las cosas se den y terminen bien a
pesar que van muy mal, es saber que las cosas no están acabadas y que todavía hay una oportunidad.

Sostener en Dios es decirle a mi mente que no creo en lo que me rodea, sino en lo que Dios ha dicho
en su Palabra, es ver con mis ojos espirituales más allá de lo que mis ojos carnales ven, es ver las
cosas que no son, como que si fueran, es ir en contra de la corriente, es continuar creyendo, confiando
en lo que Dios va a hacer a pesar que todo lo que está a mi alrededor me dice lo contrario. En (Isaías
41:10) esta palabra confirma que Dios es quien te sostiene en todo tiempo.

Fortalecerme en Dios es tener la plena seguridad de que pase lo que pase estaré seguro, porque él es
quien me cuida y me protege, por lo tanto independientemente de la respuesta que reciba, mi vida
estará segura en él. “Yo soy tú Dios que te esfuerzo (Isaías 41.10)

Saber en quien hemos creído nos debe dar seguridad y confianza de que Todo estará bien, es ver más
allá de lo que nuestros ojos humanos ven, es confiar más allá de lo que nuestra mente quiere hacernos
pensar, es escuchar la voz divina que nos susurra al oído que todo estará bien y que no hay nada de
qué preocuparse.

“Ante las promesas de Dios nos queda, creerle a él” la palabra de Dios está viva hoy, mañana y
siempre. En el versículo del profeta Isaías Dios habla en este tiempo a los hombres que están
dispuestos a avivar la fe y esperanza, entregarse confiado en él Dios que levanta, en ese que sana
toda enfermedad, en ese que sustenta, que asegura un futuro lleno de vida y salvación hasta la
eternidad.

“Dios es poderoso para cambiar cualquier panorama, cualquier desierto y aleja de tu vida el temor que
no permite que crezcas.

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