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2. La lectura que realiza Jesús en la sinagoga es del libro del profeta Isaías, que es parte
del Tanaj, libro sagrado del judaísmo. Luego de leer el pasaje del libro, les asegura a
todos que lo que profetizaba Isaías se cumple, volviendo a confirmar que él es el
elegido. En ese momento, la audiencia se fascinaba con sus palabras, como confirma
este pasaje: “Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por
las palabras de gracia que salían de su boca…” (Lucas 4, 22). Luego prosiguió con su
charla, hablando acerca de distintos sucesos del pasado relacionados con los profetas
Elías y Eliseo, dando a entender que él (Jesús) no distinguiría ni discriminaría de
manera distinta a nadie; cosa que a la audiencia no le cae bien y lo terminan expulsando
a las afueras de Nazareth.
De este texto podemos concluir que desde un comienzo Jesús tuvo más de una
dificultad para abrirse paso en su misión divina, encontrándose con gente que lo
adulaba o que lo rechazaba; mas para Jesús no hay diferencia entre ambos grupos y esto
es lo que termina por molestar a la gente de la sinagoga. En el fondo el mensaje es
claro: Jesús no discrimina a la gente con lepra, a los pobres y marginados, de hecho
viene a curar e incluir a los más necesitados. Desde mi punto de vista, esto es lo que
genera el rechazo al final del relato, pues en esos tiempos, la discriminación para con
los pobres y leprosos era altísima, en donde se excluían de la sociedad.
3. Para desarrollar esta pregunta comenzaremos por el pasaje elegido para su posterior
análisis: “¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y
proscriban su nombre, considerándolo infame, a causa del Hijo del hombre!” (Lucas 6,
22). Si bien, en el texto original se refiere a la gente marginada del sistema, sean estos
pobres, desdichados, hambrientos, enfermos, etc… podemos establecer un claro
paralelo entre los rechazados de aquella época y el trato para con la figura femenina a
lo largo de estos dos milenios. En el transcurso de la historia, tanto occidental como
oriental, podemos identificar como los roles de género fueron establecidos e impuestos
de manera categórica; en los cuales la figura de la mujer es la que sufre la mayor de las
discriminaciones. En el pasaje se establece el término “excluir”, el cual podemos aludir
a todas las actividades en que las mujeres fueron excluidas en su momento; el derecho a
voto, labores en política, oficios varios, etc… hasta inclusive en la actualidad, en donde
se excluye el derecho a un salario igualitario entre hombres y mujeres en diversas
partes del mundo.
De las palabras que creo pueden ser establecidas para la reivindicación feminista
encuentro acertado el “no juzgar” (“No juzguen y no serán juzgados…”, Lucas 6, 37),
puesto que la figura femenina ha sido expuesta y apuntada por el hombre en toda la
historia; desde la vestimenta, pasando por la conducta, formas de expresarse, la
depilación, la delicadeza, etc…