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23/8/2018 Doctrina

Coleccion: Dialogo con la Jurisprudencia - Tomo 180 - Numero 02 - Mes-Ano: 9_2013

COMENTARIOS AL CUARTO PLENO CASATORIO CIVIL


Oscar HUERTA AYALA*
[-]
El autor advierte que en la sentencia del Cuarto Pleno Casatorio Civil se quiere evitar que los jueces, sin mayor análisis,
declaren improcedente la demanda de desalojo bajo el argumento de que previamente debe dilucidarse la titularidad del
bien en otro proceso. Ahora, en cambio, se prohíben las sentencias inhibitorias. Asimismo, indica que en el proceso de
desalojo no se discute el derecho de propiedad, sino el de posesión.

INTRODUCCIÓN

El 14 de agosto de 2013 se publicó en el diario oficial El Peruano la sentencia del Cuarto Pleno Casatorio Civil
correspondiente a la Casación N° 2195-2011-Ucayali1, con la finalidad de efectuar una correcta interpretación del artículo
911 del Código Civil, así como de los artículos 585 y 586 del Código Procesal Civil.

Es decir la sentencia está referida a la precisión de la posesión precaria, teniendo en cuenta las múltiples posiciones
doctrinarias y decisiones jurisprudenciales al respecto, lo cual ha generado inseguridad jurídica y además el
aprovechamiento de personas para impedir el proceso de desalojo señalando que han adquirido el bien inmueble por
prescripción adquisitiva de dominio.

En tal sentido la sentencia pretende señalar un derrotero interpretativo precisando lo que se debe entender por posesión
precaria y los supuestos en los que se presenta, asumiendo una posición amplia, pero además se pronuncia sobre la
posibilidad de la acumulación en el proceso de desalojo con la usucapión, precisando que formalmente se tratan de
procesos distintos, pero además en el desalojo se discute quien tiene el derecho a la posesión, es decir, no se va a
discutir sobre el título de propiedad, lo que se hará en el proceso correspondiente con la consecuencia de si el
usucapiente es declarado propietario pueda pedir la inejecución del desalojo o pedir la devolución del bien.

Además la sentencia quiere evitar lo que ha estado sucediendo hasta ahora, que los jueces en un proceso sumarísimo de
desalojo, la parte demandada invoca que el bien ha adquirido por prescripción adquisitiva de dominio, los jueces sin
mayor análisis declaran improcedente la demanda, señalando que previamente debe dilucidarse en otro proceso la
titularidad del bien, por lo que la sentencia prohíbe las sentencias inhibitorias, señalando que los jueces deben
pronunciarse, valorando la documentación presentada, sin que ello signifique que puedan decidir sobre la usucapión por
corresponder a otro proceso.

I. ANÁLISIS

Casación N° 2195-2011-Ucayali

El caso está referido a la demanda interpuesta por Jorge Enrique Correa Panduro; César Arturo Correa Panduro y Luis
Miguel Correa Panduro contra Mirna Lizbeth Panduro Abarca y Euclides Vara Turco sobre Desalojo por ocupación
precaria en la vía procedimental del proceso sumarísimo.

Los demandantes señalan que son propietarios del inmueble materia del reclamo, cuya titularidad la tienen registrada en
los Registros Públicos de Pucallpa, señalando que los demandados tienen la condición de precarios, en la medida que
antes fue una casa familiar. En la contestación de la demanda los demandados deducen la excepción de Falta de
Legitimación para Obrar de los demandantes, en la medida que estos ya no son propietarios, toda vez que los
demandados poseen el inmueble por más de cuarenta años de manera pacífica, pública y como propietarios por cuanto
ha operado la prescripción adquisitiva del inmueble.

Mediante sentencia del 15 de setiembre de 2010 se declaró fundada la demanda, ordenándose el lanzamiento de los
demandados del bien inmueble una vez que haya quedado consentida o ejecutoriada dicha sentencia.

Con sentencia de vista de fecha 8 de abril de 2011, la Sala Superior especializada en lo Civil de Ucayali confirmó la
alzada, señalando que los demandantes han acreditado la titularidad sobre el bien materia del reclamo al haberlo recibido
en anticipo de legítima y con relación a la usucapión que alegan los demandados, se advierte que varios de los
documentos que se adjuntan varios de ellos aparecen a nombre de terceros, por lo que no habiéndose desvirtuado la
precariedad de la posesión resulta viable el desalojo.

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Mediante la sentencia del pleno casatorio en comentario se declara por unanimidad infundado el recurso de casación.

II. LA POSESIÓN

En la medida que el pleno casatorio está referido a la posesión precaria, conviene precisar algunos aspectos de la
posesión y su clasificación.

1. Concepto

En primer lugar antes de abordar el concepto de la posesión es importante analizar al poder de hecho que, según
Albaladejo2, por poder de hecho hay que estimar aquello que aparezca como tal ante la opinión común (conciencia social,
criterio del comercio jurídico) (…), dicho poder debe ser entendido, no en un sentido de poder físico actual (como tener la
cosa cogida con la mano, o junto a nosotros, de manera que esté a nuestro alcance y disposición) sino en el sentido de
hallarse bajo el señorío efectivo de nuestra voluntad”.

A decir de Rodolfo Saco y Raffaele Caterina3, “Per potere di fatto si intende la soggezionedella cosa alla persona, e la
corrispondentesignoriadella persona sulla cosa” (por poder de hecho se entiende la sujeción de la cosa a la persona, y el
correspondiente señorío de la persona sobre la cosa”.

Sobre la posesión hay distintos conceptos, así Carlos Ferdinand Cuadros Villena4, señala que: “(...) La posesión es el
aprovechamiento directo, de hecho, o de derecho, del valor de uso o disfrute de una cosa. Esta definición encierra los
siguientes elementos:

a) La relación objetiva del hombre con las cosas.

b) La utilización del valor económico de las cosas en cuanto sirven para el uso o disfrute; es la utilización del valor de
uso incorporado en las cosas.

c) Comprende dos clases de posesión: La que nace del poder de hecho sobre las cosas, sin título por mera voluntad del
poseedor, y la que nace del derecho de propiedad, como una de las facultades del propietario. La primera, es la posesión
estimada como instituto autónomo, y la segunda, la posesión derivada del derecho de propiedad”.

Según José Luis La Cruz Berdejo; Luna Serrano,Agustín; Delgado Echevarría, Jesús, Mendoza Olivan, Víctor5, hoy en
sentido vulgar, posesiónes la dominación de una cosa que se tiene. Un contacto físico autónomo y visible.

Para Luis Alberto Vásquez Rios6, la posesión se protege, bien, porque constituye un hecho determinado por la voluntad
humana que se realiza sobre las cosas; o bien como derecho, porque es el complemento y la plenitud del derecho de
propiedad.

Según José A. Alvarez Caperochipi, “Podemos enfocar la posesión desde una triple perspectiva: en primer lugar, es la
materialidad de la tenencia de una cosa (que delimita también la cosa misma; v.gr.., extensión de la finca); en segundo
lugar, es el derecho de goce, disfrute y recuperación de una cosa, fundado en una apariencia social significativa, y en
tercer lugar, es un título de propiedad y un medio de publicidad y prueba de la misma. Esta triple perspectiva no agota,
desde luego, la funcionalidad de la posesión, pero nos da una primera visión de sus matices”7.

Para Manuel Peña Bernardo De Quirós, “Es un derecho real que consiste en la inmediata tenencia o goce que el Derecho
confiere, con carácter provisionalmente prevalerte, a quien tiene la cosa sujeta a la acción de su voluntad y con
independencia de que exista o no derecho real firme que justifique la atribución definitiva de esa propiedad”8.

Según Rodrigo Bercovitz Rodríguez-Cano, “la posesión puede ser definida como el ejercicio de hecho de las facultades
correspondientes a un determinado derecho real, ejercicio del cual emana la apariencia de una auténtica titularidad”9.

Según Hedemann, a) la palabra “posesión” se emplea en el lenguaje vulgar profusamente y con poca precisión. Se habla
de posesión en el sentido de fortuna (capital) como distinguiendo las clases sociales “acomodadas” (posidentes) de las
“desposeídas”. También se llama aún hoy día a uno poseedor de fábricas, poseedor de tierras, etc., pero con ello no se
quiere expresar la misma cosa que el BGB entiende con la palabra “posesión”, porque el BGB tiene de la posesión un
concepto más riguroso y estrecho. Separa tajantemente la posesión de la propiedad. “Posesión” es la tenencia de hecho;
“propiedad”, por el contrario, la tenencia de Derecho.

b) Corrientemente, la propiedad y la posesión van juntas; por ejemplo, las tiene el dueño de una fábrica, las tenemos
sobre las prendas que llevamos puestas o sobre los libros que están en casa, en nuestro estante. Somos al mismo tiempo
propietario y poseedor. Pero la propiedad y la posesión pueden también estar separados”10.

A decir de Diego Espín Cánovas, “La idea más general y primaria de la posesión es la de un poder de hecho sobre una
cosa independientemente del concepto en que esta se tenga como propia o como ajena, con derecho o sin él. Ya se
comprende por tanto, que hay que separar la posesión de la propiedad como dos hipótesis distintas: en efecto, la
propiedad es la potestad que se ejerce sobre una cosa, en virtud del derecho que nos corresponde sobre ella; la posesión
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es el poder de mero hecho ejercido sobre la cosa, que encuentra la protección del ordenamiento jurídico con
independencia de su legitimidad”11.

Para José Puig Brutau, “La posesión, se nos dice, es palabra que alude a una relación de hecho, que expresa la
adherencia física de la cosa a la persona, el vínculo tangible entre aquella y esta o la disponibilidad en sentido
material”12.

2. Clasificación de la posesión

Hay distintos tipos de posesión, en el presente artículo analizaremos algunos de ellos, principalmente los recogidos en
nuestro Código Civil.

2.1. Posesión inmediata y mediata

Al respecto el artículo 905 del Código Civil señala: “Es poseedor inmediato el poseedor temporal en virtud de un título.
Corresponde la posesión mediata a quien confirió el título”.

Para Avendaño, poseedor inmediato es el poseedor temporal en virtud de un título. Son dos los requisitos: la temporalidad
de la posesión y que esta se haya originado en un título13. Según el mismo autor para que haya posesión mediata e
inmediata es indispensable entonces que haya un contrato que vincule al mediato y al inmediato y que impone a este
último la obligación de restituir. Por esto la posesión es temporal14.

Según Arias, en lo que respecta al ejercicio de la posesión, esta se presenta bajo dos formas peculiares:

a) La posesión en nombre propio, esto es, la que realiza por el sujeto actuante, quien se desempeña con título y obrando
para sí; y,

b) La posesión en nombre ajeno, en la que quien posee es un tercero que actúa en nombre del titular. Es en esta clase
de posesión que se produce el desdoblamiento de la misma en inmediata y mediata.

En efecto, mientras en la posesión a nombre propio solo existe un sujeto que posee, en la posesión a nombre ajeno
coexisten dos sujetos en un mismo plano temporal. Uno de estos sujetos se encuentra en directo contacto con el bien
poseído y se denomina, por ello, poseedor inmediato. El arrendatario, por ejemplo, es un poseedor de esta clase, porque
ejercita su derecho sobre el bien y está necesariamente vinculado con el derecho del propietario, en cuyo nombre posee.

El otro es quien posee por intermedio del poseedor inmediato. Se le conoce, por lo tanto, como poseedor mediato y es
quien posee a través o por mediación de otro. Hay, pues, un desdoblamiento de posesiones15.

Al respecto según Avendaño, no siempre en la posesión inmediata, va a existir un contacto directo del poseedor con el
bien, como ocurre en el caso del subarrendamiento en la que el arrendatario es inmediato respecto del propietario, pero el
contacto directo con la cosa lo tiene el subarrendatario16.

2.2. Posesión legítima e ilegítima

Según el artículo 906 del Código Civil.- “La posesión ilegítima es de buena fe cuando el poseedor cree en su legitimidad,
por ignorancia o error de hecho o de derecho sobre el vicio que invalida su título”.

Se entiende por posesión legítima la que se asienta sobre un derecho debidamente constituido en el fondo y en la forma
bajo condiciones que son las establecidas para la validez del acto jurídico17.

En cambio la posesión ilegítima, por el contrario, es la que presenta vicios o deficiencias sustantivas o adjetivas. El acto
jurídico invalidado por la incapacidad de una de las partes; la falta de título o el título nulo; la inobservancia de las
formalidades prescritas por la ley o la imposibilidad de transferir un bien determinado, son situaciones que tipifican esta
clase de posesión18.

Según nuestro Código Civil solo en el caso de la posesión ilegítima se puede hablar de buena o mala fe.

A decir de Gonzales Barrón, la posesión legítima no viene a ser más que el ejercicio fáctico de un derecho subjetivo
preexistente; y por tanto, los alcances y limitaciones de la posesión legítima son exactamente los mismos que los del
derecho subyacente al estado posesionario19.

Según el citado autor será considerado como poseedor ilegítimo:

- El que cuente con la posesión sin tener derecho subyacente (el simple poseedor “sin título”, por ejemplo: el
usurpador).

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- El que cuente con la posesión cuando el derecho subyacente se basa en un título nulo o ineficaz. En este último
supuesto se incluye el caso del transmitente que no tiene derecho para trasmitir (“título ineficaz”)20.

2.3. Servidor de la posesión

Conforme el artículo 897 del Código Civil.- “No es poseedor quien, encontrándose en relación de dependencia respecto a
otro, conserva la posesión en nombre de este y en cumplimiento de órdenes e instrucciones suyas”.

Según Mejorada Chauca, no obstante mantener relación e incluso contacto con el bien, el servidor de la posesión no es
poseedor porque sus conductas no satisfacen un interés propio sino de otra persona21.

Asimismo según el mismo autor, se debe tener cuidado al interpretar la expresión utilizada por la norma cuando se refiere
a cierta “relación de dependencia” entre el servidor y el poseedor. Esa relación de dependencia, tradicionalmente
entendida como una alusión al contrato de trabajo y su componente de subordinación, no es tal. Perfectamente puede
ocurrir que el servidor tenga con el poseedor una relación civil ordinaria, de locación de servicios, obra, o cualquier otra
diferente de la laboral. Lo importante es que las conductas del poseedor las realiza por encargo y no para satisfacer un
interés propio. Así, es servidora la empresa de seguridad contratada por el poseedor para vigilar un inmueble, o el
ingeniero y su empresa a quienes le encargamos la construcción de una vivienda sobre un terreno22.

2.4. La posesión precaria

Conforme el artículo 911 del Código Civil.- “La posesión precaria es la que se ejerce sin título alguno o cuando el que se
tenía ha fenecido”.

Según Gonzales Barrón, el “precario” es el poseedor sin título –o con título fenecido– que está obligado a la restitución del
bien cuando lo requiera su concedente. Por tanto, en la relación de precariedad existe un precario (poseedor inmediato) y
un concedente (poseedor mediato), siendo este último el que entregó el bien por razones de mera licencia, liberalidad o
benevolencia, lo que puede identificarse como un “título jurídico” o un “título social”, según fuere el caso, y que puede
exigir la restitución del bien en cualquier momento23.

Así según el citado autor no hay precariedad en los siguientes casos:

- No hay precariedad en el propietario vendedor de un bien que no cumple con realizar la entrega a pesar de la
obligación contractual.

- No hay precariedad en el contratante que mantiene la posesión del bien luego que el contrato ha sido anulado o
resuelto.

- No hay precariedad en los casos de vencimiento del plazo de la relación jurídica que origina el deber de restitución del
bien.

- No hay precariedad en el usurpador o en quien no tiene causa justificada de posesión.

- No hay precariedad en el trabajador que detenta un bien por cuenta del principal, y que después de extinguido el
vínculo jurídico no restituye el bien24.

III. PROCESO DE DESALOJO

El desalojo es una pretensión de orden personal, tendiente a recuperar el uso y el goce de un bien inmueble que se
encuentra ocupado por quien carece de título para ello, sea por tener una obligación exigible de restituirlo o por revestir el
carácter de un simple precario25.

Conforme al artículo 585 del Código Procesal Civil.- Procedimiento.- “La restitución de un predio se tramita con arreglo a
lo dispuesto para el proceso sumarísimo y las precisiones indicadas en este Subcapítulo. Procede a decisión del
demandante, el acumular la pretensión de pago de arriendo cuando el desalojo se fundamenta en dicha causal. Si no opta
por la acumulación, el demandante podrá hacer efectivo el cobro de los arriendos en el proceso ejecutivo de acuerdo a su
naturaleza.

Cuando el demandante opte por la acumulación del pago de arriendos al desalojo, queda exceptuado el requisito previsto
en el inciso 3) del artículo 85 de este Código”.

Al respecto cabe señalar que el de-salojo es un proceso sumarísimo que busca la restitución de un predio, siendo sujetos
activos y pasivos del proceso los señalados en el artículo 586 del Código Procesal Civil.- Sujetos activo y pasivo en el
desalojo.- “Pueden demandar: el propietario, el arrendador, el administrador y todo aquel que, salvo lo dispuesto en el
artículo 598, considere tener derecho a la restitución de un predio.

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Pueden ser demandados: el arrendatario, el subarrendatario, el precario o cualquier otra persona a quien le es exigible la
restitución”.

En tal sentido el demandante en el desalojo no solo el propietario sino también cualquier persona que tenga derecho de
poseer el predio como pueden ser el arrendador, administrador, etc., toda vez que en el proceso de desalojo no será
materia del proceso la discusión del derecho de propiedad sino el derecho de poseer.

Pudiendo ser demandados las personas a quienes es exigible la restitución del predio como el arrendatario en su calidad
de poseedor inmediato, el subarrendatario o el precario, etc.

IV. DOCTRINA JURISPRUDENCIAL VINCULANTE EN EL PLENO CASATORIO CIVIL

Según el pleno casatorio se considera como doctrina jurisprudencial vinculante:

1. Una persona tendrá la condición de precaria cuando ocupe la condición un inmueble ajeno, sin pago de renta y sin
título para ello, o cuando dicho título no genere ningún efecto de protección para quien lo ostente, frente al reclamante,
por haberse extinguido el mismo.

2. Cuando se hace alusión a la carencia del título o al fenecimiento del mismo, no se está refiriendo al documento que
haga alusión exclusiva al título de propiedad, sino a cualquier acto jurídico que le autorice a la parte demandada a ejercer
la posesión del bien, puesto que el derecho en disputa no será la propiedad sino el derecho a poseer.

3. Interpretar el artículo 585 del Código Procesal Civil, en el sentido de que por “restitución” del bien se debe entender
como entrega de la posesión que protege el artículo 911 del Código Civil, para garantizar al sujeto a quien corresponde
dicho derecho a ejercer el pleno disfrute del mismo, independientemente si es que es propietario o no.

4. Establecer, conforme al artículo 586 del Código Procesal Civil, que el sujeto que goza de legitimación para obrar
activa no solo puede ser el propietario, sino también, el administrador y todo aquel que se considere tener derecho a la
restitución de un predio. Por otra parte, en lo que atañe a la legitimación para obrar pasiva se debe comprender dentro de
esta situación a todo aquel que ocupa el bien sin acreditar su derecho a permanecer en el disfrute de la posesión, porque
nunca lo tuvo o el que tenía feneció.

5. Se consideran como supuestos de posesión precaria a los siguientes:

5.1. Los casos de resolución extrajudicial de un contrato, contrato conforme a lo dispuesto por los artículos 1429 y 1430
del Código Civil. En estos casos se da el supuesto de posesión precaria por haber fenecido el título que habilitaba al
demandado para seguir poseyendo el inmueble. Para ello, bastará que el juez, que conoce del proceso de desalojo,
verifique el cumplimiento de la formalidad de resolución prevista por la ley o el contrato, sin decidir la validez de las
condiciones por las que se dio esa resolución. Excepcionalmente, si el juez advierte que los hechos revisten mayor
complejidad, podrá resolver declarando la infundabilidad de la demanda, mas no así la improcedencia.

5.2. Será caso de título de posesión fenecido, cuando se presente el supuesto previsto por el artículo 1704 del Código
Civil, puesto que con el requerimiento de la devolución del inmueble se pone de manifiesto la voluntad del arrendador de
poner fin al contrato. No constituirá un caso de título fenecido el supuesto contemplado por el artículo 1700 del Código
Civil, dado que el solo vencimiento del contrato de arrendamiento no resuelve el contrato sino que, por imperio de la ley,
se asume la continuación del mismo hasta que el arrendador le requiere la devolución del bien. Dada esta condición,
recién se puede asumir que el poseedor ha pasado a constituirse en poseedor precario por fenecimiento de su título.

5.3. Si en el trámite de un proceso de desalojo, el juez advierte la invalidez absoluta y evidente del título posesorio,
conforme lo prevé el artículo 220 del Código Civil, solo analizará dicha situación en la parte considerativa de la sentencia
–sobre la nulidad manifiesta del negocio jurídico–, y declarará fundada o infundada la demanda únicamente sobre el
desalojo, dependiendo de cuál de los títulos presentados por las partes es el que adolece de nulidad manifiesta.

5.4. La enajenación de un bien arrendado, cuyo contrato no estuviera inscrito en los registros públicos, convierte en
precario al arrendatario, respecto del nuevo dueño, salvo que el adquiriente se hubiere comprometido a respetarlo,
conforme el artículo 1708 del Código Civil.

5.5. Cuando el demandado afirme haber realizado edificaciones o modificaciones sobre el predio materia de desalojo –
sea de buena o mala fe–, no justifica que se declare la improcedencia de la demanda, bajo el sustento de que
previamente deben ser discutidos dichos derechos en otro proceso. Por el contrario, lo único que debe verificarse es si el
demandante tiene derecho o no a disfrutar de la posesión que invoca, dejándose a salvo el derecho del demandado a
reclamar en otro proceso lo que considere pertinente.

5.6. La mera alegación del demandado, en el sentido de haber adquirido por usucapión, no basta para desestimar la
pretensión de desalojo ni declarar la improcedencia de la demanda, correspondiendo al juez del desalojo valorar las
pruebas en las cuales sustenta el demandado su derecho invocado, sin que ello implique que está facultado para decidir
sobre la usucapión. Siendo así, se limitará a establecer si ha surgido en él la convicción de declarar el derecho de poseer
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a favor del demandante. De declararse fundada la demanda de desalojo por precario, en nada afecta lo que se vaya a
decidir en otro proceso donde se tramite la pretensión de usucapión, puesto que el usucapiente tendrá expedito su
derecho para solicitar la inejecución del mandato de desalojo o en todo caso para solicitar la devolución del inmueble.

6. En todos los casos descritos, el juez del proceso no podrá expedir una sentencia inhibitoria, sino que deberá
pronunciarse sobre el fondo de la materia controvertida, en el sentido que corresponda, conforme a los hechos y la
valoración de las pruebas aportadas.

7. En lo que concierne a lo dispuesto por el artículo 601 del Código Procesal Civil, cuando ya ha prescrito el plazo para
interponer la pretensión interdictal, el accionante no podrá optar por recurrir al desalojo para lograr la recuperación de su
bien.

___________________________

* Registrador Público de la Zona Registral N° IX - Sede Lima. Docente de la Universidad Peruana Los Andes.
Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Miembro del Taller de Derecho Civil José León Barandiarán
de la misma casa de estudios.

1 En: Diálogo con la Jurisprudencia, N° 179, agosto de 2013, p. 307 y ss.

2 ALBALADEJO, Manuel. Derecho Civil. III. Derecho de Bienes Vol. I. 8ª edición, José María Bosch Editor S.A.,
Barcelona, pp. 40-41.

3 SACCO, Rodolfo y CATERINA, Raffaele. Il Poseso. Milano-Dott.A., Giuffre Editore, 2000, p. 73.

4 CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand. Derechos Reales. Tomo I, Empresa Editora Latina S.A., Lima, 1988, p. 158.

5 LACRUZ BERDEJO, José Luis; LUNA SERRANO, Agustín; DELGADO ECHEVARRÍA, Jesús y MENDOZA OLIVAN,
Víctor. Derechos Reales. Vol. I Posesión y Propiedad, 3ª edición, José María Bosch Editor, Barcelona, 1991, p. 31.

6 VÁSQUEZ RÍOS, Luis Alberto. Los Derechos Reales. Editorial San Marcos, Lima, 1996, p. 118.

7 ÁLVAREZ CAPEROCHIPI, José. Ob. cit., p. 78.

8 PEÑA BERNARDO DE QUIRÓS, Manuel. Derechos Reales. Derecho Hipotecario. 4ª edición, Tomo I, Fundación
Beneficencia Et Peritia Iuris, Madrid, 2001, pp. 161-162.

9 BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, Rodrigo. Manual de Derecho Civil. Bercal, Madrid, 2005, p. 62.

10 HEDEMANN, J.W. Derechos Reales. Vol. II. Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955, pp. 53-54.

11 ESPÍN CANOVAS, Diego. Manual de Derecho Civil Español. Vol. II. Tomo I, Derechos Reales, Editorial Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1952, p. 17.

12 PUIG BRUTAU, José. Fundamentos de Derecho Civil Tomo III (reimpresión) Vol. I. Bosch Casa Editorial S.A.,
Barcelona, 1978, p. 45.

13 AVENDAÑO VALDEZ, Jorge. Código Civil comentado. 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 84.

14 Ídem.

15 ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo II, Gaceta Jurídica, Lima, 2006,
p. 109.

16 AVENDAÑO VALDEZ, Jorge. Ob. cit., p. 85.

17 ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. Ob. cit., p. 111.

18 Ídem.

19 GONZALES BARRÓN, Gunther. Ob. cit., p. 311.

20 Ibídem, p. 313.

21 MEJORADA CHAUCA, Martín. Código Civil comentado. 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 59.

22 Ibídem, p. 63.

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23 GONZALES BARRÓN, Gunther. Derechos Reales. Jurista Editores. Lima, 2005, p. 331.

24 Ibídem, pp. 331-337.

25 LEDESMA NARVÁEZ, Ledesma. Comentarios al Código Procesal Civil. Tomo II, Gaceta Jurídica, Lima, 2008, p.
961.

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