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Hace más de dos mil años un griego llamado Platón analizaba las distintas formas de
entre los hombres y su libertad traía inevitablemente como consecuencia una tiranía, o
decantaba por la aristocracia o gobierno de los reyes filósofos, pues consideraba que
nadie ejercería mejor el poder que un hombre iluminado por la sabiduría y la razón: el rey
filósofo. Como dice Norberto Bobbio, en esta tipología hay tres formas buenas y tres
malas, y eran formas alternadas, pues la timocracia era una degradación de la aristocracia,
dos ejemplos. Las formas positivas serían las siguientes: monarquía, aristocracia,
monarquía, mientras que las negativas serían: democracia, oligarquía, tiranía. Es decir la
democracia era las últimas de las formas positivas y la primera de las negativas.1
gobierno en la antigua polis ateniense, entonces ¿por qué se volvió una forma de
político que permitió la reconciliación de Atenas en el 403 D.C después de la guerra civil
del Peloponeso y del gobierno de los treinta tiranos, al instaurarse una amnistía. Luego de
la división o stásis, se establece el dominio o Krátos del pueblo para ejercer el poder o
1
Norberto Bobbio, La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político, México,
FCE, 2013, p. 23, 32.
Arkhé. El pueblo es traído de nuevo al gobierno, pero esta operación política se funda en
una política del olvido de los agravios, para alcanzar la reconciliación. Irónicamente y
olvidarse del Krátos, es decir de una dominación que busca la revancha contra el grupo
provisto por la democracia sigue siendo útil, fundamental para el equilibrio de la vida
pública.
ver con nosotros, los modernos. Sin embargo, Marcel Detienne señala que hay mucho esa
experiencia en nosotros, más de lo que nos imaginamos, e incluso va más allá al señalar
que la experiencia griega con esta forma de gobierno, no es exclusiva. Se puede fechar el
inicio del Ágora y el círculo de la asamblea comunitaria en Mégara Hiblea (Sicilia) hacia
el siglo VIII a.C. En África y en el mundo eslavo también había asambleas reunidas para
discutir los “asuntos comunes.” P. 133. Querer reunirse para discutir la cosa pública, y
la antigüedad hasta nuestros días. Por ejemplo, en Siria, dice Detienne, hace 1800 años se
reunían en las anfictionías regionales para deliberar y tomar una decisión en conjunto. P.
152. Con todo y ese antecedente, quizá fueron los griegos quienes mejor desarrollaron en
la antigüedad este sistema para gestionar el conflicto, a pesar de las objeciones de Platón.
bondades parece que nunca alcanzamos del todo esa plenitud democrática. Pierre
nunca alcanzado del todo, ahí su carácter utópico. Su historia marcha entre el desencanto
y la indeterminación. (Lección inaugural, p. 22). No obstante, si bien la democracia
parece ser una quimera es al menos una forma de gobierno cuya apuesta por el bien
colectivo parece ser mucho genuina que otras formas de gobierno, como la monarquía
basada en el privilegio de unos cuantos, o el sistema totalitario que busca colonizar todas
democracia, como solución imperfecta para organizar la Polis, a pesar de los fracasos,
Rosanvallon. Hoy en día nos dice Rosanvallon (Contrademocracia, 2007) parece haber
una desconfianza hacia la democracia, porque si bien los ciudadanos eligen a sus
representantes, estos no parecen resolver los problemas que los aquejan. Al parecer casi
república con poco más de 200 años de independencia parece haber arribado apenas 18
años atrás a una normalidad democrática. El proceso no ha sido fácil y a decir verdad ha
esto es imperativo hacer el día de hoy un balance general sobre el debate democrático, y
en alguna media también hacer una defensa de esta forma de gobierno, sobre todo ante el
va de fines de la década de los 40s hasta el año 2000. Aunque también se agrega un breve
recorrido por los últimos años. Por lo tanto lo que se presenta aquí no es una historia de
los opositores al sistema político priista, pero sí de sus discursos, de sus ideas y
concepciones sobre la democracia como horizonte ideal que parecía estrellarse contra un
presente texto, es decir el concepto democracia condensa una experiencia, una conciencia
México posrevolucionario un anhelo, una necesidad, después del año 2000 será una
Entre 1921 y 1940 se establecen las bases de un gobierno que ciertamente incluye
los reclamos populares, pero que por otro lado reacciona de manera autoritaria y a veces
mecanismo de reparto y transmisión del poder para evitar las luchas de poder entre los
miembros de la familia revolucionaria, y con ello construye una salida institucional, pero
elimina el juego democrático como componente del sistema. De ahí en adelante las
elecciones tuvieron sólo un valor referencial para medir la popularidad del candidato
oficial en turno. Quienes no formaban parte del partido de Estado, no tenían oportunidad
y ancho del territorio nacional. Esta posición hegemónica se fortalecería con el control
corrupción, siendo esta el sello de los gobiernos posteriores a Miguel Alemán. De ahí en
adelante, como diría Alan Knight, el poder priísta utilizaría un juego suave o soft ball, y
un hard ball o juego duro en lo que se refiere a su trato con la oposición política, con tal
de mantenerse en el poder. En el hard ball, se utilizaba cualquier estrategia por sucia que
fuera para mantener el control político, que iba desde el encarcelamiento hasta el
asesinato. Mientras que el soft ball era el discurso, la retórica progresista, la ideología
nacionalista que recubría de oropel el juego violento del sistema. Agregaríamos que el
sistema de bienestar construido por los gobiernos revolucionarios le daba sustento a este
discurso populista. Este juego dual como lo llama Knight, fue experimentado por buena
La Revolución extraviada.
Esta cultura política propia del sistema es cuestionada desde su fase temprana en primera
instancia desde la academia por los propios intelectuales del régimen. Tal es el caso de
Daniel Cosío Villegas quien expresó su disgusto por el camino que estaba tomando la
vida cívica del país en su ensayo “La crisis de México” (1947) aparecido en la revista
Cuadernos Americanos. Cosío Villegas señalaba que la Revolución había tenido como
objetivo quitar a Díaz del poder, realizar la reforma agraria y obrera, para luego
ciertos logros de la Revolución, pero considera que sus avances estaban en una etapa
Cárdenas habían destruido el latifundio, pero no habían creado las bases para una nueva
agricultura mexicana. Reconocía que había obra pública e instituciones, pero manifestaba
que la autoridad moral que había tenido la Revolución se había perdido, pues sus fines
agraviante, cobijada siempre bajo un manto de impunidad” que ha dado al traste con el
programa de la Revolución, con sus conquistas. El imperativo para México era barrer y
purificar la función pública mediante un fuego que “arrase la tierra misma donde creció
traicionada, y confirma el fin del consenso revolucionario, apenas logrado dos décadas
atrás. Era la primera muerte de la Revolución como luego consignó Lorenzo Meyer.
en 1950 de Octavio Paz. Se trata de un texto que adquirió un valor paradigmático pues
cuestionaba los atavismos culturales del régimen revolucionario. El blanco de Paz, eran
“Máscaras mexicanas,” cuestionaba esa simulación como elemento clave y definitorio del
Ser mexicano. P. 36. Detrás de la máscara, se encubren las emociones, las verdaderas
ciudadanos en general y por los mismos gobernantes cuyo eje es el juego de máscaras
para encubrir el ejercicio del poder que se ejercía de manera vertical y discrecional. El
mexicano, parece decirnos Paz, aprendió ese juego de simulación cuyo resultado fue una
cultura de la “transa” y del poco respeto por la legalidad que más adelante habrían de
descomposición del régimen continuó con el arribo de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958)
encabezados por Demetrio Vallejo y Valentín Campa se fueron también a una huelga
iniciada en 1958 y que se prolongó hasta 1959 demandando mejoras salariales. Esta
movilización obrera también fue reprimida, para 1960 ya había sido ya desmantelada y
agrario Rubén Jaramillo junto a toda su familia en 1962 en Morelos, la tierra de Zapata.
Y para 1964, serían los médicos quienes se lanzarían a la huelga exigiendo mejores
despedidos. Los médicos se organizaron para luchar por sus derechos y lograron
entrevistarse con el presidente Díaz Ordaz recién entrado en funciones quien se mostró
intransigente. Para 1965 grupos de choque de la FSTSE agredieron una marcha de
sustituye a los paristas por médicos militares. El episodio terminó con el despido de
cientos de médicos, mientras que los líderes más visibles terminaron encarcelados.
aquellos días, el empresariado y las clases medias también se sentían inconformes con la
situación nacional, pues había prácticamente una clausura de la arena política como
menciona Soledad Loaeza, (1988, p.179). Ante la imposibilidad de ser partícipes del
ejercicio del poder, las clases medias iniciaron una movilización coyuntural entre 1957 y
1963. El detonante fueron los contenidos de los primeros libros de texto gratuitos que
aparecieron en 1959 durante el gobierno de López Mateos. Las clases medias ligadas
históricamente a la base social católica tomaron las plazas públicas de Monterrey, Puebla,
Guadalajara y Morelia para oponerse a lo que consideraban una ofensiva “comunista” del
Revolución cubana cuyo ejemplo podía cundir por todo el continente. Estos temores
fueron además alentados por el apoyo de López Mateos a los revolucionarios cubanos y
esto bastó para que fuera acusado de promover la transformación comunista de la nación.
(Loaeza, p. 61).
Entre 1960 y 1962 se da una participación más decidida de los grupos de católicos
laicos quienes emprendieron una fuerte campaña al grito de ¡Cristianismo si, comunismo
manifestación del 2 de febrero de 1962 en Monterrey donde se reunieron más de 100, 000
contundente de no haber una desactivación de las protestas, habría una represión mayor.
solo para integrar una oposición que provenían de la clase trabajadora supuestamente
autoritarias o erráticas del gobierno. P. 402. En este momento ya no había duda que este
revolucionario.2
González Casanova quien observaba ya la incapacidad del régimen para incluir a todos
González Casanova sostiene que hay graves limitaciones sistémicas para consolidar la
2
Elisa Servin, La oposición política, México, México, CIDE, FCE, 2006, p. 59.
3
Pablo González Casanova, La democracia en México, México, ERA, 1965, p. 62.
democracia, como el control de los medios por el Estado, los altos índices de abstención
libertad de expresión. González Casanova advierte que estos factores son los veneros de
la violencia y plantea la imperiosa necesidad que tiene el sistema iniciar una apertura
democrática.
obstáculo para desarrollar una cultura política moderna. De acuerdo con González
poder político, por eso afirma que frente al México político había un México impolítico
gestores e intermediarios entre ellos y el poder estatal.5 Esa falta de educación cívica era
pues una de las principales trabas para una auténtica democratización de la vida pública.
y que mediante una depuración puede enmendar el rumbo. Como señala Saúl Jerónimo, a
pesar de los tropiezos del régimen, ambos siguen siendo hombres del sistema y artífices
de las instituciones revolucionarias por lo que están lejos de dar por perdido el legado
4
Ibidem, p. 102.
5
Ibidem, p. 108.
revolucionario. Si bien sus posiciones son ciertamente críticas, pueden entenderse como
inicia al interior del propio Partido Revolucionario institucional una reforma para
de su secretario general Carlos Madrazo. Ese mismo año se intentó reformar el artículo
para defender sus derechos laborales, y apareció una guerrilla agrarista encabezada por el
profesor rural Arturo Gámiz que lanzó el asalto al cuartel militar de ciudad de Madera,
Chihuahua.
corporativas del PRI, para apostar por una nueva dinámica de competencia libre y abierta
por los cargos de elección popular al interior del partido. En ese momento, la disciplina
de partido y el destape del candidato presidencial eran parte de los rituales sexenales.
había llegado a la secretaría general del tricolor con el aval de Gustavo Díaz Ordaz desde
6
Saúl Jerónimo, “Octavio Paz en la obra de Pablo González Casanova,” en Saúl Jerónimo Romero, Danna
Levin y Columba González, (coords.), Horizontes códigos culturales de la historiografía, México, UAM-
A, 2007, p. 27.
La reforma madracista era un intento por ciudadanizar amplios sectores de la población
que habían aprendido ya las formas de un Estado que gestionaba todo a partir de cuotas
contendiente, era más importante el aval del partido, no las cualidades del individuo. P.
60. Horcasitas. Por ello Madrazo se propuso separar los comités municipales y estatales
del partido, de la esfera política de los gobernadores y de los líderes de las centrales
obreras. La oposición de estos sectores fue desde luego feroz pues de concretarse la
1965, aunque el tricolor había alcanzado el triunfo electoral ese año en más de mil
municipios, cuyos candidatos habían sido designados por medio de una competencia más
libre y plural. No obstante, los gobernadores terminaron por imponer su lógica copular y
interna del PRI, y al mismo tiempo selló la derrota política de Madrazo al no poder
Por aquella época el propio Octavio Paz lanza una crítica al corporativismo del
que padecía México no se podía resolver sólo con medidas técnicas, sino que demandaba
también medidas políticas. Señalaba que el Estado debía soltar el control de los sindicatos
esto, los trabajadores dejarían der ser soldados del sistema para convertirse en verdaderos
ciudadanos. P. 181. Desde esta perspectiva, había que renunciar a la economía estatizada
y al control obrero por medio del partido de Estado como sucedía con los países del
bloque comunista, algo que por supuesto no se dio a pesar de los esfuerzos incipientes de
Salvador Nava en San Luis Potosí. Nava encabezó una de las primeras candidaturas
San Luis Potosí en 1958. Durante su gestión encabezó un gobierno plural y eficiente, que
no contó con el apoyo del PRI, pero sí del presidente Adolfo López Mateos. Luego se
postuló para la elección de gobernador creyendo que ahora sí recibiría el apoyo del
tricolor, mismo que le fue negado y terminó perdiendo la elección de manera fraudulenta
Nava y sus colaboradores fueron detenidos y él torturado, por lo que resolvió alejarse de
la vida política, aunque luego regresaría en dos coyunturas críticas: 1982 y 1991.
Como hemos visto hasta aquí, la lucha por la democratización del sistema política
que a pesar del “milagro mexicano,” cundía el descontento entre las clases medias que no
podía participar del poder, entre el sector obrero golpeado por los bajos salarios, y
también entre los campesinos que seguían reclamando tierras y apoyos para el campo,
del cine de oro mexicano eran parte de una evocación nostálgica que había sido sepultada
los ricos y Nosotros los pobres (1948) de Ismael Rodríguez, que retrataban la división y
la marginación en las grandes ciudades, o cómicos como Germán Valdés Tin tan que
podemos olvidar a Luis Buñuel quien en su película Los olvidados (1950), llamó la
atención sobre el México que estaba creciendo al margen del “Milagro mexicano,” pero
ya sin ese tono melodramático de las películas de Ismael Rodríguez. Con Buñuel termina
una época, pues además entierra la representación idílica del México rural en su filme el
hasta la tumba, eso no bastaba para que la creciente población urbana se creara
expectativas de ascenso social. Esta presión la sintieron los hijos de las clases medias que
podían ir a la universidad, pero que con todo y eso no avizoraban un futuro halagüeño al
egresar. Ese fue un factor para que detonara un ciclo de huelgas universitarias desde 1956
comienza que habrá de tener su desenlace trágico en 1968. El epicentro del primer paro
Habrá otro ahí mismo en 1960 para pedir una reforma a la universidad, y en 1963 para
rechazar una ley orgánica impuesta por el Estado. Habría uno más en 1966 detonado por
el conflicto entre la universidad y el gobierno del Estado que culminaría con la toma de
Por diversas razones que aún no están muy claras creció en toda esa década una
politización de los estudiantes, y su radicalización fue leída por el gobierno como una
alentado por el contexto de la guerra fría, y eso explica porque los funcionarios del
gobierno veían comunistas por todos lados. Esto no quiere decir que la influencia de las
estudiantiles de esa década, pero no por ello puede decirse que todos y cada una de estas
expresiones fueran obra y gracia de los comunistas. No obstante, la tesis del complot
comunista corrió como reguero de pólvora alentada desde los medios y asumida por los
Así las cosas, el escenario estaba puesto para el conflicto que sería el zénit de las
Poniatowska en su crónica, todo empezó con un pleito entre alumnos de las vocacionales
UNAM, entre el 22 y el 23 de junio del 68, mismo que fue reprimido violentamente por
Ernesto Uruchurtu. Ante la violencia con la que la policía reprime a los estudiantes, se
hasta volverse nacional, aunque tuvo su epicentro en la ciudad de México donde estaba la
7
Ariel Rodríguez Kuri, “Los primeros días. Una explicación de los orígenes inmediatos del movimiento
estudiantil de 1968” p. 198.
sede del Consejo Nacional de Huelga (CNH) integrado por estudiantes del Politécnico
nacional y de la UNAM. El manejo torpe por parte de los cuerpos de seguridad del
que se extendió varios meses hasta concluir el 2 de octubre de 1968, en la plaza de las
indeterminado de personas cuando se desató el fuego cruzado entre los militares que
resguardaban la plaza durante un mitin del CNH, y los miembros del batallón Olimpia
se había consumado.
La respuesta violenta por parte del Estado hacia el movimiento estudiantil puede
ampliamente. Pero como señala Ariel Rodríguez Kuri, la inminencia de los juegos
olímpicos que estaban por celebrarse en México en octubre de 1968 era una presión
prácticamente en estado de sitio. Precisamente como nos dice Kuri, México había sido
elegida sede olímpica para fungir como pararrayos del conflicto entre capitalistas y
Por otro lado, el mismo autor señala que el movimiento estudiantil no era lo
popular que se ha pensado, pues diversos sectores de la población apoyaban una solución
violenta del conflicto. Había pues una ansiedad propia de un conservadurismo social que
se enfrenta a la ruptura representada por los jóvenes. Kuri identifica un coro de voces que
iba desde ciudadanos comunes hasta miembros del partido que pedían abiertamente la
represión de los estudiantes movilizados vistos como “delincuentes juveniles” y agentes
del caos y el desorden. Incluso decían algunos, el asunto era de origen sexual, pues las
perpetrados por los estudiantes (p. 530). Incluso la extrema derecha ideológica le dio el
aval al gobierno para que actuara con mano firme contra los “revoltosos,” pues los dos
Salvadores, Abascal y Borrego le enviaron sendas cartas al presidente para pedirle que
actuara sin vacilar. En ese momento es cuando la paranoia anticomunista tuvo un efecto
poderoso, pues Díaz Ordaz y su entorno inmediato notaron que fuera de las escuelas se
estaba formando una corriente de opinión que apoyaba la represión violenta del
Con señala Eric Hobsbawm, en la posguerra tiene lugar una revolución social y cultural,
pues las mujeres se integran al mercado laboral trastocando con ello los papeles de
Giddens, pues con esto no solo se regulo el ciclo de procreación o concepción, sino que
acompañado, y tomó control de su cuerpo y de su sexualidad por primera vez quizá desde
sociedad de posguerra fue de la mano con su rápida colocación laboral, que le permitió
consumir los productos de una naciente industria cultural que producía rock and roll y
moda juvenil. En el contexto mexicano, el rock and roll sustituyó entre los jóvenes a los
ritmos afrocaribeños que hasta entonces dominaban la escena artística. Este ritmo fue
introducido por las disqueras controladas por los Azcárraga, quienes además habrían de
fundar telesistema mexicano en 1955. Ya desde la década de los 50s, el rock fue asociado
con lo moderno, con la juventud, y con la rebeldía por antonomasia. Si bien al inicio hay
con el progreso de México, ya en Locura del Rock and roll (1957), la escena final es una
batalla campal entre universitarios y politécnicos al ritmo de rock. Después habrá varias
época, asociando riesgo y pandillas con el rock, como Juventud desenfrenada (1956), la
Edad de la tentación (1959), Jóvenes y rebeldes (1961) donde aparece Billy Halley, la
estilo de Rebeldes sin causa (1955) de Elia Kazán, pero siempre con un toque moralino y
señalando a la vez la transgresión de las normas que significaba la nueva cultura juvenil.
Al ver este ciclo de películas da la impresión que el trasfondo es regañar a los jóvenes y
dejar en claro que adoptando modas extranjeras se apartan de los valores morales
imperantes. El regaño también llega a los padres, a los que se les reprocha la falta de
atención hacia su familia. Hay desde luego un afán de normar y de regular la conducta de
aquellos que se han desorientado para rehabilitarlos, y sobre todo para proscribir la
trasgresión de los valores tradicionales y de los papeles de género preestablecidos. Estas
expresiones contraculturales pueden verse recogidas por José Agustín primero en sus
puede verse Luz externa (1974), filmada en Super 8 basada en un texto El Rey se acerca
a su templo del propio José Agustin, que no fue terminada hasta 1992 por Sergio García y
Edda Rayet según Álvaro Vázquez Mantecón, luego en 2008 se le agregó la voz en off de
Gabriel Retes. El otro gran contrapunto de este proceso contracultural será el festival de
rock en Avandaro celebrado en 1971 donde ya se muestra una evolución del rock
nacional y que tuvo también cierta connotación política porque mostró que esta cultura
entonces el Estado boicoteo sistemáticamente todos los conciertos de Rock hasta que en
Con el movimiento del 68, no solo entró en crisis el sistema político, pues de la
mano del desprestigio sufrido por el Estado a causa de la represión sistemática, también
se iba revelando el agotamiento del modelo económico iniciado en la década de los 50s.
dinámica propia del sistema político. Desde mediados de los 60s, Francisco López
Cámara, advertía que la supuesta rebeldía sin causa de los jóvenes, en realidad tenía
origen en el crecimiento de una clase media descontenta por el agotamiento del mercado
laboral (1973). p. 97
partidarios del régimen. Todo lo contrario, para López Cámara, la explicación era que los
jóvenes ingresaban a las universidades con grandes expectativas que luego se veían
frustradas al no haber suficiente trabajo para ellos. Eso se tradujo en una rebelión de las
clases medias que como ya se vio se movilizaron contra el libro de texto en 1959, y de
nuevos espacios de trabajo para los egresados de la educación superior y tampoco podía
guerrilla, mientras que otro terminaría por buscar el cambio por la vía electoral, quizá
votando por Partido Acción Nacional, o por el Frente Cardenista en las elecciones del 68.
López Cámara vio claramente que ya desde la elección del 70, había un crecimiento de la
base electoral panista que dada la tendencia demográfica ganaría más terreno hasta
conducir al país hacia un modelo bipartidista (P. 84). En esto tuvo López Cámara, voz de
profeta.
La masacre del 2 de octubre del 68, fue un evento que conmovió a Octavio Paz que hasta
entonces había asumido una actitud reformista. El mismo siendo embajador de México,
año. Al respecto hay una polémica en curso, pero más allá de resolución resulta claro que
la postura de Paz frente al evento mismo fue de absoluto y público repudio. La carta que
Flores no deja lugar a dudas de su postura, frente a las políticas represivas del Estado.
Más adelante publica Posdata (1969), la continuación al Laberinto de la Soledad, donde
Octavio Paz afirma que la muerte de los estudiantes en Tlatelolco había sido una
petrificado o más bien acostumbrado a detentar un poder aplastante como para dialogar,
así lo había demostrado con todos los movimientos de la década de los 60s.
dominando por un “grupo de jerarcas, que a su vez prestan obediencia ciega al presidente
en turno.” Paz menciona que la reforma democrática propuesta por Carlos Madrazo
habría sido la solución a la crisis que vivía el país en toda la década de los años 60s. Su
fracaso, era la evidencia de que el tiempo de una reforma interna para despresurizar el
sistema había pasado. P. 258. En lugar de eso, se impuso el culto obsceno al presidente,
al gran Tlatoani sexenal, que tornaba al congreso de la unión en pleno, en una institución
que más que legislar, se dedicaba a adular hasta la ignominia los discursos presidenciales
cada 1 de septiembre.
mediante la analogía al culto prehispánico en las pirámides a los dioses nahuas que
Así como los antiguos dioses demandaban derramamiento de sangre para preservar el
orden cósmico, inmóvil e invariable, ajeno al cambio, el Tlatoani sexenal sacrificó a sus
hijos para preservar el orden político sin cambio alguno, y lo hizo justo en Tlatelolco,
pero vigente que atraviesa la historia mexicana hasta desembocar en el sacrificio ritual
del 2 de octubre, ahí termina el movimiento estudiantil y también termina una época. P.
252.
defensa de los intereses de la nación amenazados por fuerzas malignas que desde el
celebrarse en octubre de ese año. Díaz Ordaz asumió la responsabilidad por los sucesos
constantemente por sus propios subalternos. Incluso había una serie de libelos que
ofrecían la versión oficial del movimiento: todo era una conjura comunista para dar un
como parteaguas histórico. Decía que México era el mismo México, antes y después de
8
Destaca el texto El Mondrigo. Bitácora de lucha del Consejo Nacional de Huelga, no se sabe la fecha
exacta de su edición, se rumora que fue escrito por Jorge Joseph por instrucciones de Fernando Gutiérrez
Barrios a partir de los informes de la DFS con la intención de hacer aparecer al movimiento como una
conjura comunista internacional. Al respecto véase Pablo Tasso, historiografía oficial de 1968, Tesis de
doctorado, UAM-A, 2014, consultado en
http://posgradocsh.azc.uam.mx/egresados/079_TassoP_Historiografia_oficial_1968.pdf
Tlatelolco, que ese evento era un incidente penoso en la vida de un pueblo. Cuando se le
que él en calidad de presidente no había tenido nada que ver, pero que le había provocado
mucha risa, y que Fuentes se erigía en juez de acontecimiento que no había presenciado.
Para Díaz Ordaz, los muertos eran pocos, no habían pasado de 30 o cuarenta, entre
los soldados y los civiles en la plaza habían sido agredidos por agitadores desde el
edificio Chihuahua. Luego dijo que estaba orgulloso de su trayectoria como servidor
público, y sobre todo estaba orgulloso de haber salvado al país en el año del 68,
Díaz Ordaz no solo desmintió a Fuentes, sino que lanzó sobre Paz en una
entrevista concedida a Ernesto Sodi Pallares en 1970, al decir “¡ese que va a renunciar!
para conservar la chamba y prácticamente está con licencia indefinida.” Así Díaz Ordaz,
le quitaba mérito a las críticas de los intelectuales, pues desde su lógica eran oportunistas
y falsos, personajes sin convicción, figurines que nada entendían de las verdaderas
acciones políticas de Díaz Ordaz representan en buena medida la figura patriarcal por
excelencia que no acepta el cambio generacional, ni mucho menos las modas del rock
and roll o del amor libre. Como dice Enrique Krauze, era amante del orden establecido y
9
Los fragmentos de las entrevistas fueron editadas y proyectas en un programa especial por canal 40 CNI
para conmemorar el 30 aniversario del 68, puede ser revisado en
https://www.youtube.com/watch?v=IQwBly9Ionw
proclive al enojo, y en grado último no vacilaba en reprimir a quien fuese con tal de
300 muertos del 2 de octubre, los líderes más visibles fueron encarcelados en la prisión
de Lecumberri. Luis González de Alba, uno de los miembros destacados del CNH dejo
una inmejorable crónica sobre el 68 y de su experiencia en la cárcel: Los días y los años
(1971). Ahí está todo condensado, las agresiones que sufrieron en la prisión a manos de
los delincuentes comunes, las carencias y privaciones, entrelazado con un relato puntual
marchas, los mítines y los choques con los granaderos, las brigadas, la toma de CU y el
Politécnico por parte del ejército, el batallón Olimpia, los infiltrados y las diferencias
encarcelados junto con él, Vallejo y Campa. Además hay una sentido de autocrítica en su
narrativa sobre la falta de objetivos claros del CNH, ¿cuál era el objetivo? ¿qué
rumbo final del movimiento. También revela los excesos, las discusiones interminables
diagnóstico de aquello que hacia poderoso al régimen priista. Uno de sus puntales, decía
eran los sindicatos a los que se debía de liberalizar una vez eliminados los líderes
“charros,” y con esto se daría un golpe mortal al sistema político mexicano. P. 38.
En esto coincide González de Alba con Octavio Paz que veía en el corporativismo un
grave obstáculo para la vida democrática del país. En esta coyuntura la legitimidad del
queda patente el poderío y el grado de violencia que podía alcanzar para eliminar a sus
efectos sobre todo una generación que en sus propias palabras quedó rota por el trauma
por Felipe Cazals, en dos películas El Apando y Canoa, ambas estrenadas en 1976. La
primera se basa en la novela homónima de José Revueltas, quien la había escrito preso en
sistema carcelario mexicano, y el sistema de castigos que incluía el encierro en una celda
película de Cazals, la escena al final donde tres presos son sometidos en uno de los patios
con una brutalidad y una violencia totalitaria, paroxística y alegórica de los tiempos que
la Universidad de Puebla que habían subido al poblado de San Miguel Canoa para hacer
una excursión al cerro de la Malinche. Ahí en ese poblado los agarró la noche y
decidieron quedarse. Todo iba bien pues recibieron asilo en casa de unos de los
pobladores. Sin embargo, en paralelo el párroco del lugar Enrique Meza Pérez se
confabuló con los habitantes ya alcoholizados para que se lanzaran contra los supuestos
estudiantes comunistas, que eran en realidad los excursionistas. Lo que siguió después
fue dantesco, una turba enardecida llegó a donde estaban los jóvenes quienes terminaron
por ser linchados, tres de ellos murieron junto con el campesino que los había asilado.
Los otros dos se salvaron de morir al llegar el ejército para detener a la turba asesina.
Casi al inicio de la película Calzals, hay una escena que incluye un desfile del
una marcha de protesta, pero que en realidad es un cortejo fúnebre. En apariencia esta
escena no tiene relaciona con las anteriores, ni con las posteriores, es como si fuera ajena,
gratuita. No obstante, se trata de una referencia alegórica que traza un paralelismo entre
de octubre. Los muertos de Canoa, linchados por la turba son los estudiantes en la plaza
irracional. El cine de Cazals irrumpe con una fuerza tremenda es crudo, directo, brutal,
sin concesiones, sin música ranchera, y sin el moralismo ni sentimentalismos propios del
gobernación del Díaz Ordaz, señalado como un autor intelectual de los hechos del 2 de
octubre. Por tal motivo, Echeverría deseoso de congraciarse con el sector de los
propio José Revueltas. Además aumentó los subsidios a las universidades, e institutos
técnicos del país, y funda nuevas universidades como la Autónoma Metropolitana en
estudiantes y algunos líderes excarcelados del 68 organizan una marcha para protestar
contra la represión sufrida por estudiantes en Nuevo León. La manifestación partió del
casco de Santo Tomás, pero fue interceptada por los granaderos y por un grupo de
jóvenes que después se sabría, eran los halcones. Se trataba de un grupo paramilitar que
atacó a los estudiantes, primero con palos y luego con armas de fuego, derivando esta
rápido de los hechos del 10 de junio, pues contaba con el control de casi todos los medios
Ese respaldo, a pesar de las sospechas y acusaciones que pesaban sobre Echeverría,
septiembre de 1972 en la Revista Plural dirigida por Octavio Paz, donde le reclamaba su
sobre los hechos del 68, cuando era nada más y nada menos que el secretario de
gobernación; 2) su escaza voluntad para aclarar, pese a sus promesas, la matanza del
jueves de Corpus; y 3) la reubicación de los funcionarios de la ciudad de México
figura de Echeverría. En su texto El sistema político mexicano (1973) señala que uno de
los graves problemas del régimen es sin duda el excesivo poder que acumula el
presidente de la república quien tiene subordinados a los otros dos poderes de la unión: el
invisible de los candidatos a puestos de elección popular. P. 59. En ese mismo texto
se impone de manera aplastante a otros partidos que sirven de comparsa, o incluso son
claro, según Cosío Villegas, que el secretario del comité ejecutivo nacional tiene una
desconfía, pues considera que su llamado a la apertura democrática es más bien una
predica, un acto de demagogia. P. 99. Los ensayos de Cosío Villegas son ya críticas
abiertas al sistema y a la figura presidencial lo que constituía un sacrilegio en ese
momento, por lo que sufrió una campaña en su contra que incluyó señalamientos velados
gobernar (1974) donde ponía en la picota a Echeverría con singular ironía y sarcasmo. Su
crítica se enfoca en los rituales del poder y en el don de la ubicuidad que parece poseer
Echeverría quien incansable parece estar en todos lados, a todas horas, para dar respuesta
a todo y todos. Luce infatigable y siempre predica con frases ingeniosas, acrisoladas para
la simulación electoral de los partidos satélites que conforman la “oposición leal.” P. 72.
Hasta ahí llega la apertura democrática preconizada al inicio del sexenio echeverrista.
Para Cosío Villegas es más de lo mismo, y sobre todo expone con singular claridad el
protagonismo del presidente, sus giras por el extranjero donde éste da rienda suelta a su
Hasta aquí podemos ver que incluso los autores que pedían en su tiempo la
reforma del sistema para retomar el rumbo de la Revolución, como Octavio Paz, Cosío
Villegas, y Pablo González Casanova, poco a poco llegaron a la conclusión de que eso ya
no era posible en modo alguno. La Revolución había sido traicionada, las clases
populares eran económicamente golpeadas, y las clases medias veían todos los caminos
reivindicación del legado revolucionario en ese contexto fue realizado por Arnaldo
Córdoba, autor de una brillante trilogía dedicada a la formación del sistema político
en sus años mozos, Córdova devino en un marxista académico con formación de jurista y
mexicana.
En La Formación del poder político, Córdova señala que hay dos factores
extraordinarias al presidente, al mismo tiempo que integra las demandas de los sectores
populares. Según Córdoba, había la creencia entre algunos políticos mexicanos como
Emilio Rabasa, que un país como México sólo podía llegar a la madurez confiriéndole
atribuciones extraordinarias al presidente en turno, para resolver sin demora los conflictos
que se presentaran en el ejercicio del poder. Esa fue la constante durante el porfiriato, y
de alguna manera había una línea de continuidad entre este régimen y el gobierno
123, nos dice Córdova, se retomaban los reclamos de las clases populares,
dependencia histórica mexicana del caudillo, por lo tanto el presidente es un caudillo pero
investido del poder constitucional. El carisma del caudillo se ha eliminado para dar paso
propia del sistema produjo un tipo específico de educación política, en donde no existía la
paternalista donde toda oposición carecía de autoridad moral. La clave nos dice, es que
existe una alianza institucionalizada de grupos sociales como factores de poder, mientras
aparece como árbitro supremo. Esto da como resultado un culto a la personalidad del
como el compadrazgo y el servilismo que han resultado muy efectivas desde entonces. P.
57.
Así las masas quedaron cautivas de un poder leviatánico, pues deben obedecer los
dictados del presidente en turno para no perder las concesiones sociales y ello ha
que escribe Daniel Cosío Villegas, o a los planteamientos de Octavio Paz en Posdata,
pero a diferencia de aquellos, enfatiza el enorme poder que había adquirido el sistema al
En el siguiente texto, expone con mayor claridad que la ideología populista era la
verdadera característica del régimen, pues los políticos revolucionarios se dieron cuenta
que la creciente masa campesina debía estar bajo su control. A diferencia de lo que había
campesinos que demandaban tierra, por el contrario oficializaron el reparto agrario y con
ello sellaron una alianza política con el sector rural que fue galvanizada
constitucionalmente. Parece decirnos Córdova que los revolucionarios tenían muy claro
que al dominar a las masas, terminaría por controlar el país. La guerra cristera entre el
Estado callista y la Iglesia católica parece ser una contienda por el control de dichas
masas, y al ganar la batalla los revolucionarios tuvieron muy claro que esta fuerza social
Cárdenas destruye lo que quedaba de los latifundios para repartir la tierra, y crear el
ejido, y con ello cristalizar el triunfo de la lucha campesina. P. 97. Con la reforma agraria
órgano reconocido por el gobierno. p. 117. Luego toca el turno a los burócratas integrarse
siguiente golpe maestro de Cárdenas fue la refundación del PNR, incorporando los
y con esto de paso eliminó las posibilidades de una democracia real en esa etapa del
estar organizado en sindicatos que eran una extensión del partido oficial. Córdoba
reconoce en su texto que este supuesto poder popular era una ficción, pero una ficción
este apartado, ese derecho era impugnado por aquellos que no se sentían representados
por el Partido de Estado. Y Córdoba reconocía que el verdadero poder político lo tenían
los altos funcionarios del régimen, sin tomar en cuenta a la bases. Por eso la reforma
En este plano Córdova, no ocultaba su admiración por los artífices del proyecto
revolucionario, sobre todo por Cárdenas quien apenas había muerto cuatro años antes de
contrato social populista que trajo estabilidad social en México y que benefició a las
mayorías.
papel histórico, pues se muestra convencido de que la etapa del cardenismo fue la
desecharse, que había que recordar la proeza cardenista y su defensa de los intereses del
pueblo. Los textos de Córdova son parte del llamado revisionismo revolucionario que
había iniciado en la academia con el Zapata de J. Womack y Pueblo en Vilo de Luis
González, ambos publicados en 1968. Los dos textos citados señalaban que la Revolución
se había conformado de facciones regionales y cuyos efectos también habían sido muy
orientación Trotskista.
política de masas, que apareció en la revista Cuadernos políticos en 1977. En dicho texto
seguía planteando que el proceso revolucionario había sido concretado al cumplir las
reivindicaciones de las clases populares; con esto se distanciaba de la tesis Gilly quien
Revolución traicionando a las clases populares. Gilly señalaba que debido a la falta de
Gilly, también Roger Bartra y Enrique Semo planteaban la misma idea de la que Córdova
toma distancia en su texto. P. 94. Como principal argumento señala que todas las
95). De la dirigencia burguesa no podía emanar ideología alguna, nunca la ha tenido dice
Córdova, pero señala que hay un pacto social sobre el que se funda el Estado
revolucionario entre la burguesía y las masas. Con esto parece señalar que aunque el
Estado es autoritario gobierna con el consenso de las mayorías, pues no solo domina a las
masas populares, sino que las beneficia. Aunque Córdova no ha sido militante de ningún
partido político, sus textos tuvieron una recepción importante entre la propia elite
revolucionario y su herencia, incluso después del 68 cuando parecía que el régimen había
necesaria para el sistema que rápidamente perdía legitimidad, debía enfrentar no solo el
descontento político de las clases medias, además le tocaba administrar el fin del llamado
distribución de la riqueza era cada vez más visible, en tanto que la concentración en
pocas manos de la tierra cultivable señalaba los límites de la reforma agraria iniciada en
supuesto pluripartidismo gastado que sólo incluía una oposición de membrete (PPS y
PARM), mientras que las clases medias estaban incorporadas en el Partido Acción
con la finalidad de cooptar al sindicalismo independiente. Luego enfiló las baterías para
10
Como el propio Córdova señala, sus textos han tenido una amplia resonancia entre los políticos priistas y
en la academia, al mismo tiempo muestra una marcada animadversión por un sector de la izquierda
militante desde su época de estudiante en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Véase su
testimonio en Enrique Florescano y Ricardo Pérez Montfort (Comp.), Historiadores de México en el siglo
XX, México, FCE, 1995.
reprimir a la guerrilla surgida en Guerrero, encabezada por Lucio Cabañas y Genaro
Vázquez. También corrió la misma suerte la guerrilla urbana post 68 representada por la
fogueados en la lucha de los años 60s y algunos formaban parte de las juventudes del
influencia jesuita. La liga nació en Monterrey impulsada también por la matanza del
jueves de Corpus, y se radicalizó a tal grado que vio en las armas, la única vía para la
Una de sus acciones más sonadas fue el intento de secuestro del empresario
regiomontano Eugenio Garza Sada quien terminó muerto en el fuego cruzado entre
Obregón había sido alumno del Instituto Tecnológico de Monterrey fundado por el propio
del empresariado, quien a través Ricardo Margáin Zozaya, presidente del consejo
Garza Sada.
a Williams, pero asesina al empresario cuyo cadáver aparece 4 días después. Desde luego
el Estado persiguió, capturó, torturó y dio muerte a miembros de la Liga en venganza por
las muertes de los dos empresarios. De ahí en adelante no habría tregua para Liga, ni para
ninguna guerrilla urbana iniciando el episodio conocido en la historia nacional como la
“guerra sucia.”
no solamente por los secuestros y asesinatos de Garza Sada y de Aranguren, sino porque
estaban molestos con la política fiscal del régimen. Como señala Samuel Schmidt, con la
llegada de Echeverría el llamado capitalismo apadrinado llego a su fin, puesto que limitó
las generosas exenciones fiscales de las que gozaba el empresariado. (p. 25). La
mercado interno para entonces era muy limitado lo cual terminó por saturarlo y dio pie a
enfrentamiento con el sector empresarial, sobre todo con el grupo Monterrey encabezado
precisamente por Eugenio Garza Sada, presidente del grupo cervecero Cuauhtémoc. El
golpe al salario de las clases trabajadoras fue muy serio debido a la inflación, por lo
(p.68).
El enfrentamiento llegó a tal grado que Jorge Fernández Meléndez señala con
estaba infiltrada desde su fundación en 1971, por lo tanto Echeverría sabía que los
guerrilleros pretendían secuestrar al empresario, pero no hizo nada por detenerlos. Entre
Garza Sada y Echeverría había además un conflicto de intereses pues el primero intentaba
comprar la cadena de periódicos García Valseca intervenidos por el gobierno con miras a
Sada era comprar la cadena para ofrecer una alternativa informativa a las agencias
noticiosas del gobierno, cosa que evidentemente no pudo hacer, la cadena fue comprada
muerte de Garza Sada, propagando rumores sobre un golpe de estado planeado por
escarnio; como prueba de ello están los chistes sobre Echeverría y su “estilo personal de
gobierno que habría de culminar en el 82 con la ofensiva de los “bárbaros del norte.”
acción autoritaria emprendida contra el diario Excélsior dirigido por Julio Scherer desde
1968. Vicente Leñero narra en su crónica Los periodistas (1978), las fricciones que tuvo
Julio Scherer, el director de Excélsior desde 1968, primero con el gobierno de Díaz
Ordaz, y luego con Echeverría por seguir una línea editorial crítica. El texto ilustra las
dinámicas del campo periodístico, las presiones de los funcionarios del Estado, los
cooperativa dueña del periódico, poseía en Paseos de Tasqueña con miras a construir un
fraccionamiento, intenciones que fueron frustradas por los invasores enviados por
Humberto Serrano, líder del Consejo Agrarista Mexicano. (p. 151). A pesar de la
ilegalidad del hecho, Leñero señala que el gobierno entorpeció las acciones contra los
invasores, mientras que desde el noticiero 24 horas a cargo del oficialista Jacobo
(153).
Redondo, destituyeron a Julio Scherer de la dirección del periódico, junto con el salieron
Gastón García Cantú, Miguel Ángel Granados Chapa, Froylan López Narváez, Rafael
tiempo, Octavio Paz quien dirigía la revista cultural Plural editada también Excélsior
desde 1971, dejo el periódico en solidaridad con Julio Scherer. Este último habría de
fundar el semanario Proceso, mientras que Paz haría lo propio editando Vuelta, ambas
publicaciones aparecerían en 1976. A pesar del golpe a los medios críticos, los esfuerzos
Después del 68, la legitimidad del Estado mexicana es puesta en entredicho como no
había sucedido en el pasado. Por lo tanto el gobierno de José López Portillo se vio
obligado a abrir los espacios políticos a los opositores a través de la Reforma de 1977.
darle juego a los opositores políticos. Por primera vez en décadas se reinicia una
tanto la reforma política del 77 fue una válvula de escape y se materializó en la Ley de
viejos luchadores sociales a los cauces electorales, por ejemplo, el líder obrero Valentín
Campa participa como candidato no registrado en las elecciones de 1976, donde José
Por su parte Arnaldo Córdova veía con desconfianza la mencionada reforma pues
izquierdistas de masas y para muestra estaban las luchas de los ferrocarrileros en 1958, y
tendencia democrática. Desde su perspectiva, ahí estaba la clave para una transición
democrática, con todo y que esto constituyera una bandera liberal burguesa (P. 64).
Incluso señala que el movimiento estudiantil del 68 que enarbolaba algunas demandas
democráticas, no era un movimiento de clase media, pues estaba dirigido por la izquierda.
P. 65. Desde esta perspectiva, la reforma política daba juego a la oposición, pero el
camino a seguir no era la de ciudadano libre en defensa del voto, sino la política de masas
que ya había mostrado su efectividad. P. 71. La política en México, nos dice Córdova no
puede ser una política de ciudadanos, sino de masas organizadas, libres o no, tampoco
hay futuro para izquierda fuera de los sindicatos, ni para ningún otro actor político. P.
127.
Por su parte González Casanova establecía en su texto sobre la reforma publicado en
1978 que se debía eliminar el control corporativo de los sindicatos como parte de una
diseñada para las clases medias urbanas, y se olvidaba por completo de obreros y
campesinos, de las masas supuestas beneficiarias de las políticas públicas y del Estado de
bienestar. P. 174.
Casanova señalaba que ante la organización corporativa del Estado, sin duda los partidos
comparsas para el sistema que se legitimaba cada ciclo electoral. El autor nos dice que ni
el PAN, ni el PPS, ni el PARM como partido satélite, habían alcanzado cifras de votos
sobre todo después del 68, cuando alcanzó alrededor del 52 % del padrón, de ahí que el
PRI obtuviera mayoría relativa. Para González Casanova, el partido de Estado había
perdido su hegemonía ideológica, debido a la acción del movimiento del 68. Además a
las sucesivas crisis políticas, había que sumarle la crisis económica que ya por entonces
se avizoraba.
de publicar en 1978 el Ogro filantrópico donde señalaba que el único contendiente real
que tenía el PRI era el Partido Acción Nacional. No obstante el PAN en ese momento se
encontraba sumido en una crisis profunda debido a las divisiones internas, y lo mismo
ocurría con el Partido Comunista Mexicano cuya presencia era testimonial, más bien
marginal integrado por universitarios sin mayor representatividad social.11 P. 42. Por eso
Paz veía también con cierto escepticismo la reforma electoral de 1977. Volvíamos con
esto a una especie de punto muerto como Paz diría después, la democracia en México
nunca había existido, había que inventarla, antes de que el Ogro, el Estado priísta
Las dudas y la incertidumbre no solo aquejaban por entonces a los analistas mexicanos,
también los vecinos del norte veían con interés y con atención el devenir de la escena
política nacional. A los observadores del otro lado de la frontera les causaba admiración
según nos dice Lorenzo Meyer, la relativa estabilidad política de México bajo el gobierno
Nexos, Mayo, 1979). Meyer enumera a un grupo de autores y obras entre los que destaca
Mexico, 1964 se enfocaba más en el autoritarismo del régimen y en señalar que las
Vincent Padget (The Mexican Political System, 1966) le confiere un carácter central al
partido como promotor del consenso y legitimador del sistema gracias a su función
propagandística electoral. Estas perspectivas cambiaron nos dice Meyer con los estudios
Johnson (Mexican Democracy: a critical view, 1971) donde ponían en duda la situación
11
Octavio Paz, Vuelta, núm 21, agosto de 1978, p. 42.
transitoria del régimen y temían el surgimiento de una nueva Cuba en territorio
mexicano. Lorenzo Meyer señala que Johnson en particular fue muy duro con el régimen
Kaufman Purcelll, quien retoma el enfoque conceptual de Juan Linz, en (The Mexican
nacional pues a partir de entonces se hizo evidente que el partido de estado había
A este grupo de autores habría que sumar los trabajos de Peter Smith y Roderic Ai
autoritaria del viejo régimen. Peter Smith plantea que México tenía en efecto un sistema
de pluralismo limitado, definido como “una situación en la que existe una competencia
activa por el poder político pero en la cual el acceso a esa competencia esta efectivamente
restringido.”12 Por lo tanto quienes tienen realmente el acceso al poder son los integrantes
mediante una lucha sin tregua entre facciones o camarillas, por lo tanto las masas y los
sectores de las clases medias estaban fuera del juego político. La sociedad civil no tiene
12
Peter Smith, Los laberintos del poder. El reclutamiento de las elites políticas en México, 1900-1971,
México, El Colegio de México, 1979, p. 61.
Smith hace referencia a la obra clásica de Almond y Verba sobre la cultura cívica, sobre
todo cuando señala que la población mexicana tiene una escasa participación electoral,
pues desde los años cuarenta menos de la mitad de la población ha votado, y señala que
dos tercios de los encuestados muestran altos niveles de apatía y desafecto por la política
que algunos autores habían señalado sobre el carácter apático y la indiferencia hacia las
puesto que “los mexicanos toleran el sistema en buena medida porque se les enseña a
los funcionarios.
el sistema priísta, la revolución está agotada, “de manera por demás irónica el PRI no ha
es encontrar una nueva fórmula para reinstitucionalizar la esencia del porfiriato.”15 Por
último Smith incluye un especie de manual para todo aspirante a ser miembro del partido
o para los que siendo ya parte del sistema desean ascender en la escala de mando, que
podría ser titulado manual de perfecto agachón o de todo lo que desea saber pero temía
preguntar sobre cómo ser un buen político priista. El texto de Smith resulta por eso
inmejorable, sobre todo porque muestra como nadie lo había hecho, la rotación de las
camarillas del poder en el sistema político, como mecanismo de transmisión del poder.
13
Ibidem, p. 67.
14
Ibidem, p. 68.
15
Ibidem, p. 219.
Por su parte Roderic Ai Camp, utiliza de manera explícita el concepto cultura política
para su estudio sobre el reclutamiento de los líderes políticos mexicanos de la era priísta.
Para este autor, la cultura política mexicana tiene los siguientes elementos: confianza,
de la clase política, pero que tienen un sustrato cultural profundo, casi como la estructura
naturaleza del mexicano lo obliga a ser cauteloso y receloso de todo y de todos. Por lo
tanto este valor o actitud inherente al ser del mexicano se lleva al plano de las relaciones
procedimiento más efectivo para hacer política en México, cada grupo o red política tiene
Estos grupos tienden a formar una estructura piramidal cuya cima es encabezada por una
camarilla principal que acompaña al presidente en turno. Camp señala que la mayoría de
su hegemonía nunca se prolonga más allá del sexenio. Esta competencia permite una
rotación constante, y de hecho en cada sexenio los funcionarios del alto nivel provienen
de diversas camarillas.
16
Roderic Ai Camp, Los líderes políticos de México. Su educación y reclutamiento, México, FCE, 1983, p.
27.
17
Ibidem, p. 30.
Llama la atención la caracterización de las actitudes políticas del mexicano que hacen
ambos autores, pues guardan una estrecha relación con los estereotipos clásicos sobre la
mexicanidad de autores como Samuel Ramos y Octavio Paz. Incluso Pablo González
de las prácticas políticas cotidianas.18 Lo que queda bien claro con esta perspectiva es que
la corrupción se había vuelto la marca de la casa, el sello del ejercicio priísta del poder.
Durante el sexenio de López Portillo (1976-1982), la salida para una economía estancada
dijo que debíamos de prepararnos para “administrar la abundancia.” Los dos primeros
años del sexenio López Portillo, llevo una política económica cautelosa, pero luego
petrolero y se contrató deuda para financiar dichos proyectos. El gasto público paso del
30.9 % en 1978 al 40.6 % en 1981, pero el ingreso publico permaneció constante, lo que
se tradujo en un déficit que alcanzó el 14. 6 % del PIB en 1981. Enrique Cárdenas le
suma estos factores la sobrevaloración del peso, y el flujo de divisas que se tradujo en la
gran cantidad de divisas por concepto de la venta de crudo, y dada la sobrevaluación del
tipo de cambio, al resto de los sectores les fue imposible vender sus productos en el
extranjero.
18
p. 74.
Todo iba según lo esperado hasta que el precio del petróleo comenzó a bajar a fines de
endeudamiento externo, pensando que los precios del crudo se recuperarían en el corto
compra de dólares por parte de los ahorradores. P. 114. Esto entre otras cosas provoca el
medida para evitar la fuga de capitales pudo haber sido la devaluación del peso frente al
curso. Por su parte, López Portillo diría ante los hechos que era responsable del timón,
pero no de la tormenta.
Para 1982, México estaba efectivamente en banca rota. Como cereza en el pastel,
pretendía culpar a los banqueros y “saca dólares” de la devaluación del peso. Luego de la
empresariado del norte del país decidió tomar las riendas del Partido Acción Nacional,
con miras a tomar el poder, pues consideraban que el daño hecho a la economía era ya
inaceptable y que ante la tempestad económica en la que navegaba México era necesario
cambiar de capitán.
Loaez, este fue el punto de quiebre del sistema, de ahí las clases medias y algunas
organizaciones de laicos católicos incrustados en el PAN comenzaron a ganar terreno; sus
primeros triunfos electorales se dieron en diciembre 1982, cuando el PRI perdió las
presidencias municipales de San Luis Potosí y Guanajuato. Con esto el voto alcanzó un
alto grado de disputa en diversas entidades estatales entre 1983 y 1986. (El fin del
electorado de clase media que había señalado ya la necesidad del cambio de rumbo desde
las movilizaciones coyunturales por el libro de texto entre 1959 y 1962. Por supuesto que
habría que hacer un estudio para revisar las continuidades de esta clase social que como
ya se dijo tuvo una activa participación política en las décadas pasadas. Como había
señalado Francisco López Cámara, el verdadero desafío para el sistema vendría de las
clases medias pues la izquierda estaba demasiado golpeada y segmentada para encabezar
Córdova, la democracia era una demanda burguesa que sería tomada como bandera por
aquellos sectores tradicionalmente etiquetados como “la derecha.” Incluso se podría decir
que los sectores conservadores cercanos a la Iglesia católica se movieron hacia el centro
vinculándose con el PAN para cargar contra el sistema cuya imagen estaba ya por
Chihuahua, cuando el candidato panista Francisco Barrios reclamó fraude electoral en las
elecciones de 1986, y encabezó una intensa movilización por la defensa del voto popular
priista.
La ofensiva de clase media fue advertida también por Nexos en un número monográfico
hacer patria), Hugo Vargas (Nuevas vidas ejemplares: de Salvador Abascal a Luis
electoral de esta fuerza política. Bartra de hecho hacia su pronóstico cuando señalaba que
de todas las derechas nacionales comenzaba a destacar un sector burgués que adquiría
señalaba que la izquierda se estaba quedando rezagada, siendo la derecha quien le estaba
como pretexto para rebelarse frente al autoritarismo priista. Por lo tanto desde la
buscaba regresar al orden pre-68, y por eso apremiaba a la izquierda para que se
Por su parte Enrique Krauze utilizó el juego de metáforas de los discursos López
de la clase política, fueron factores claves para dilapidar la enorme riqueza producto del
auge petrolero que paso por las manos del gobierno entre 1977 y 1982. El texto de
Krauze era una caja de resonancia de la opinión pública que sentía un profundo agravio
ante la ineptitud en el manejo de las finanzas y la corrupción del Estado, y que había
sumido al país en una de sus crisis financieras más agudas de la historia reciente.
Ante este hecho sólo quedaba exigir una Democracia sin adjetivos, tal y como lo hace
PRI? Se preguntaba Krauze, y luego hacia una aseveración contundente: “la democracia
comienza por el respeto a las urnas.” (p. 11). Sobre el PAN, es crítico al señalar que se
evolucionar y reconocer en la democracia algo más que una bandera burguesa. P. 12.
¿Cuál democracia entonces? Una, la que sea capaz de barrer con el PRI, nos dice,
desarrollo, quisimos ser ricos antes que ser demócratas dice Krauze. Con estos aforismos,
a diferencia de Krauze, mencionaba que el pueblo era el actor principal. Y para ello se
debía de permitir que las organizaciones que representaban al pueblo, los sindicatos por
ejemplo, y los partidos de izquierda tomaran el poder, eso era aceptar la democracia con
todas sus consecuencias.19 Desde esta perspectiva, una democracia sin adjetivos no
serviría para reparar el tejido social, ni para resolver la grave crisis económica que había
golpeado sobre todo a las clases populares y a las clases medias. Para González Casanova
19
Pablo González Casanova, “Discurso pronunciado el 19 de diciembre de 1986, al recibir el Premio
Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, ante el Presidente de la República, Miguel de la Madrid
Hurtado, en El Estado y los partidos políticos en México, México, ERA, 2002, p. 13.
Por su parte el propio Octavio Paz, señalaba que nos faltaba una tradición democrática
obstante, y dada la gravedad del caso, Paz sentenciaba en su texto Hora cumplida (1929-
10. En ese plano Octavio Paz puntualizaba que la democracia no resolvía los graves
problemas del país, pero sí era un método para “plantearlos y entre todos discutirlos.” P.
12. En términos de una definición política, la democracia sin adjetivos que pedía Krauze
y el propio Paz, se asemejaban en gran medida a la postura de Robert Dahl para quien
La Década pérdida.
encabezar una renovación moral que frenara la corrupción del mandato anterior, De la
Madrid buscó realizar algunos ajustes económicos para atenuar la crisis económica. En
presupuesto federal. Estos ajustes fueron el preludio de una transición de una economía
monetarista o de libre mercado que ya se podía apreciar a nivel global de los años
setentas. Las primeras medidas fueron precisamente los ajustes fiscales para reducir el
déficit presupuestal como preludio a la venta de las paraestatales que el gobierno había
El aparente avance del gobierno en este plano, se vio frenado luego del terremoto
gobierno mexicano frente al desastre, fue la sociedad civil la que se movilizó para
magnitud del desastre. Para algunos cronistas, como Carlos Monsiváis esto supuso la
irrupción de la sociedad civil, que ante la ineptitud gubernamental se organizó para llevar
a cabo las tareas de rescate. Con esto se iba en contra de la tradición presidencialista
Había pues una organización de la sociedad civil, que claramente sustituía el tradicional
ejercicio del poder vertical e impositivo muy propio del sistema político mexicano. Por
Juan Ixhuatepec o San Juanico, una colonia popular del Estado de México, donde las
devastando todo alrededor. Cual escena dantesca, cinco explosiones dieron paso a un
incendio devastador que consumió cientos de viviendas y mató a otro tanto de pobladores
del lugar. También todo esto lo relata con su acostumbrada elocuencia Carlos Monsiváis
y al mismo tiempo hace una interpretación del evento. ¿Qué hacían miles de pobladores
viviendo cerca de una bomba de tiempo? El guion ya era conocido, era parte del modo de
producción alemanista, indiferencia, irresponsabilidad, valemadrismo, esencia pura de la
responsabilidades, hasta que ante la evidencia, al gobierno no le queda más que admitir:
de un país moralmente exánime, aquejado por una crisis crónica, por un futuro
clausurado. La pobreza crónica de la población era llevada al cine de nueva cuenta por
Felipe Cazals en los Motivos de Luz, estrenada en 1986, basado en el caso de una
empleada doméstica acusada de haber asesinado a sus cuatro hijos. Esta película era el
el cabaret o congal preferido donde ligar mujeres de escultural figura. Otra película
estelarizada por Héctor Suárez, y dirigida por Roberto Rivera El mil Usos (1981)
que migraba a la ciudad de México para trabajar de todo y nada a la vez en un crucero en
De esa gigantesca urbe y sus problemas darán cuenta algunas bandas de rock
Haragan, y el Three Soul in my Mind, o solistas como Rodrigo González. Para entonces
quedaba en nuestra conciencia que este país era un desmadre para bien o para mal. Así lo
señala o reseña Monsiváis en su crónica sobre el mundial de 86,20 el del gol
extraordinario de Maradona con la zurda prodigiosa, y el del gol con la mano del propio
Maradona, que constituyen la luz y la sombra, la trampa y genialidad como dos caras de
una misma moneda, como condición misma del Ser latinoamericano. Es el país de
héroes nacionales, la patria en peligro deberá ser salvada por once pares de piernas, y con
eso de ahí adelante se abrirá un ciclo de esperanza cada justa mundialista para los
desbordada porque al fin teníamos algo que celebrar después de la crisis brutal y
despiadada que nos había golpeado desde el sexenio de López Portillo. De ahí las
energías colectivas puestas al servicio de la causa nacional, todos somos la selección que
marcha con paso firme y seguro de la primera ronda a octavos de final, para enfrentar a
Alemania en Monterrey disputando los cuartos de final, ahí estaban los gritos de guerra
expresiones típicas de nuestro folklor mexicano. Pero no, no se pudo, otro sueño roto, ni
con Hugo Sánchez goleador internacional, ejemplo preclaro de que nadie es profeta en su
tierra, ni con el Abuelo Cruz, caudillo efímero del certamen pudimos salir alegóricamente
20
Carlos Monsiváis, “GOOOL!!Somos el desmadre,” Cuadernos políticos, núm. 47, 1986.
Ante la tragedia nacional y el futuro incierto había quien se reía del caos y la tragedia
nacional, así lo consigna Carlos Monsiváis en los chistes que recupera sobre San Juanico:
“que le piden los niños de San Juanico a los reyes magos: un camión de bomberos,” “en
qué línea vuelan los habitantes de San Juanico: Aerolíneas PEMEX.” Este humor negro
es calificado por Monsiváis como parte del humor naco, es decir como parte de un humor
clasista que celebra la tragedia de los depauperados, de los “jodidos,” que son carne de
cañón para la “chacota nacional.” Ese humor también tenía su contraparte en el personaje
nacional, de las carencias de las clases bajas a las cuales explotan y se jactan de su poder
político y económico, cuya evolución actual son los mirreyes. Todo ese clasismo lo
expresión despectiva para referirse a los que no pertenecen a la clase alta, y epítome de
En esa misma línea de comicidad crítica aparece el programa ¿Qué nos pasa?
protagonizado en 1986 por Héctor Suarez, producido por Emilio Larrosa y proyectado
por el canal 2 de Televisa. Era algo novedoso para la época, puesto que en ese programa
de sketches se hacía una sátira de los funcionarios del Estado. Así aparecía un burócrata
ineficaz, un secretario del gabinete con un discurso vago e ininteligible, un contratista sin
escrúpulos, y muchos otros que representaban a una “fauna” social nociva. La serie
funcionaba como una catarsis colectiva porque ponía en primer término una crítica ya
abierta hacia el sistema político y sus corruptelas. De alguna manera representaba de
Peter Smith en Los laberinto del Poder, entre otros autores. Suárez logra con su serie una
Madrid lo llamó para censurarlo, pero continuó con el programa con el aval del dueño de
los melodramas o telenovelas, o programas cómicos que tocaban los problemas sociales
de una manera superficial como La vecindad del Chavo del ocho, estelarizado por
Roberto Gómez Bolaños, y una escena musical más bien pobre saturada por los
baladistas de la época, que si bien demostraban algunos de ellos grandes dotes vocales
repetían de manera constante letras con temáticas amorosas. Por esos ¿Qué nos pasa? fue
una válvula de escape que lentamente iba liberando la presión generada por el hartazgo
social.
había facilitada el ascenso del panismo en los municipios, mientras que la izquierda
democracia era una bandera burguesa. La misma reforma había facilitado que el Partido
comunista proscrito desde 1949 volviera a ser contendiente, sin embargo no parecía tener
la suficiente fuerza para enfrentar al sistema. A juicio de Luis Javier Garrido, la izquierda
estaba pagando en ese momento el desdén que había tenido hacia la contienda electoral
testimonial. Luis Javier Garrido decía ya en ese momento que la única oposición del PRI,
era el PAN, y que el escenario electoral nos acercaba a un bipartidismo, la única opción
para frenar esta tendencia en este caso sería la aparición de una “gran movilización
Esta conclusión era apuntalada por Silvia Gómez Tagle quien en su balance sobre
el ascenso electoral de la derecha. Por otro lado a pesar del descredito sobre los procesos
electorales, la oposición encabezada por el PAN había ganado espacios electorales que le
permitían la negociación con el partido gobernante.22 Mientras que Lorenzo Meyer y José
Luis Reyna señalan que los porcentajes de votación muestran que hacia 1987 el partido
hegemónico había perdido su respaldo social. Estas cifras eran el anuncio de un posible
En ese momento la gran interrogante era saber cómo y de qué manera terminaría
el imperio del PRI. Insospechadamente la fractura final habría de venir desde las entrañas
mismas del sistema cuando en 1987 dos miembros prominentes del Partido hegemónico,
Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo agobiados por la presencia de los llamados
timón y paso de una economía de tipo keynesiano a una de libre mercado. Entonces la
21
En mesa redonda integrada por Roger Bartra, Luis Javier Garrido, Adolfo Gilly, Rubén Jiménez Ricárdez
y Carlos Pereyra sobre México: la democracia y la izquierda, Cuadernos políticos, núm. 49/50, 1987.
22
Silvia Gómez Tagle, “Los partidos, las elecciones y la crisis,” p. 218, 225.
23
Lorenzo Meyer y José Luis Reyna, “México. El sistema y sus partidos. Entre el autoritarismo y la
democracia,” en Pablo González Casanova, Los sistemas políticos en América Latina, México, S. XXI,
Universidad de las Naciones Unidas, 1989, p. 311.
independencia economía del país. Cárdenas y Muños Ledo abanderaban un nacionalismo
Cárdenas quien encabezó una coalición electoral con el Frente Cardenista para la
ingeniero Heberto Castillo quien apostaba por la unificación de las fuerzas de izquierda
en el Partido Mexicano de los Trabajadores. Por el PAN que había cobrado una gran
Con este escenario de fuerzas políticas se llegó el 6 de julio de 1988, pero a las
17:15 horas el sistema informático que contabilizaba los votos se detuvo, Manuel
noche. Los resultados totales se conocerían hasta el 13 de julio dando como ganador a
de resistencia civil sin precedentes para defender el voto, y en un zócalo lleno a reventar
testimonios señalan que Salinas le ofreció a Cárdenas una salida negociada al conflicto, y
que incluso éste último aceptó prebendas políticas. Al respecto Cárdenas ha sostenido
resistencia civil para evitar una represión sistemática. Por su parte Manuel J. Clouthier
también emprendió una lucha en solitario, puesto que al igual que Cárdenas estaba
1968 a 1988 había terminado una primera fase de la lucha por la democracia, pues se
tenía un modelo más plural, donde la oposición mediante la lucha por el voto había
priísta no había sido capaz de incorporar las demandas de las clases medias en su lógica
corporativa tan bien estudiada por Arnaldo Córdova. De ahí que para Loaeza el 68 era la
condensación de los reclamos de las clases medias hacia el Estado que cayeron como
diluvio durante las movilizaciones estudiantiles de aquel año. La autora traza un arco que
va desde las movilizaciones de la clase media entre 1959 y 1962, y que luego se trasladan
a las demandas del movimiento médico del 65 y a los estudiantes en el 68. Su conclusión
25
Sobre las circunstancias de la muerte de Clouthier puede verse, Alvaro Delgado, “Salinas mato a mi
padre “Maquio” y Bartlett lo difamó y se robó la elección.” Proceso, 31 de julio de 2018.
es que estos actores fueron fundamentales para el desarrollo de una cultura de la
durante el gobierno de López Portillo, y de nueva cuenta serán las clases medias quienes
encabezarán una lucha electoral. La autora concluye que la historia política de esas dos
décadas: 1968-1988, ha sido la historia de la “disputa entre las clases medias y el Estado
por el liderazgo político de la sociedad.”27 Incluso la fractura interna del PRI, era vista en
este proceso como parte de esa confrontación, pero en esta perspectiva había por supuesto
un dejo de desilusión, porque el fraude dejo sin aliento a todos aquellos que pensaban que
En el plano del ejercicio pragmático del poder, y ante la crisis de legitimidad que
Ernesto Ruffo Appel en la elección por la gubernatura de Baja California en 1989. Para
Elisa Servín, este reconocimiento del triunfo de la oposición era parte de una campaña
conciliatoria operada por Salinas desde el inicio de su gestión.28 El PAN asumió en esa
secundaria, siempre y cuando actuara como gobierno de transición y acatara “el mandato
democrático, eso no resolvía la encrucijada para el partido de Estado, pues como señala
26
Soledad Loaeza, “México, 68: los orígenes de la transición,” en Ilán Semo (Coord.), La transición
interrumpida, México 1968-1988, México, UIA, p. 46. Sobre el tema también es fundamental el texto de
Loaeza Clases medias y políticas en México ya citado y que apareció de manera sintomática en 1988.
27
Ibidem, p. 47.
28
Elisa Servín, p. 72.
29
Soledad Loaeza, El partido acción nacional: la larga marcha, 1939-1994. Oposición leal y partido de
protesta, FCE, 1999, p. 475.
Wayne Cornelius, el PRI había iniciado una modernización económica descuidando la
además, según Cornelius una democracia “Selectiva” puesto que el PRI reconocía las
victorias electorales del PAN, pero no las del PRD, y se preguntaba cuánto tiempo más
dejaban en claro que la ideología nacionalista y populista que habían enarbolado los
gobiernos priístas era ya insostenible. Bartra por ejemplo usaba la alegoría del ajolote ese
extraño anfibio endémico del Valle de México, Axolotl en náhuatl, que curiosamente al
campaña de legitimación que le dio buenos dividendos la mayor parte de su sexenio, pues
además de sus alianzas políticas y su cacería brujas con pretensiones mediáticas, llevó a
cabo medidas que restauraron momentánea la confianza de la población por el rumbo que
tomaba la economía nacional. En primer término se deshizo del sector paraestatal, para
luego negociar la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1992.
aquellos años. Parecía que Salinas después de todo no era tan malo, y logró convencer o
Incluso se puede hablar de cierto consenso en torno a su figura que era apuntalada por su
particular habilidad para vincularse con grandes figuras del medio artístico como el
Después de todo la “dictadura perfecta” tenía sus virtudes, pues incluso acérrimos
críticos del autoritarismo del régimen priísta se habían tornado ahora defensores del
régimen, o al menos heraldos de las buenas nuevas salinistas. Al menos no todo estaba
perdido después del fraude consumado en 1988, había esperanza como decía Aguilar
Camín. No obstante su perspectiva optimista reconocía que había grandes retos que el
gobierno salinista debía enfrentar, uno de ellos era la descentralización, y el otro por
Por su parte Lorenzo Meyer plasma una versión de los saldos de los gobiernos
desigualdades que marcaban al país por entonces. Meyer cerraba su texto con un parte de
cuestionaba la política globalizadora de Salinas. En este plano estaba muy cercano a los
31
Héctor Aguilar Camín, Después del milagro, México, Cal y Arena, p. 294. Una revisión más
pormenorizada de la historia nacional la habría de ofrecer Aguilar Camín junto con Lorenzo Meyer en A la
sombra de la Revolución mexicana, publicado en 1993.
política populista y nacionalista del cardenismo.32 Regresando al argumento de Meyer
resalta su perspectiva sobre la Revolución que muere dos veces. El primer deceso es
impasse. Meyer expuso esta sensación de una forma contundente: “la elite no quiere y la
sociedad no puede.”33
El entusiasmo de los primeros años del salinato se vino abajo en el último año del
nacionales que terminaron por enterrar los sueños de grandeza alimentados por la
maquinaria mediática salinista. Un año antes había sido asesinado el Cardenal Juan Jesús
anuncio del ataque a San Cristóbal de las Casas, por parte de un supuesto grupo invasor,
que luego se sabría era la vanguardia del Ejército Zapatista de Liberación nacional, una
líder mediático de milicianos indígenas, algunos de ellos armados con rifles de madera,
pero cuyo sacrificio frenó la represión por parte del gobierno salinista.
¿Marcos era un nuevo caudillo? Era la pregunta que se hacia Enrique Krauze en
ese momento. La pregunta era pertinente porque en el fondo nuestra cultura política
siempre ha girado en torno a la figura de un líder carismático, pero como señalaba Krauze
32
Córdoba publica en 1995 otra obra fundamental que se suma a la trilogía ya referida: La revolución en
crisis: la aventura del Maximato.
33
Lorenzo Meyer, La segunda muerte de la Revolución mexicana, México, Cal y Arena, 1992, p. 175.
en ese momento, si queríamos transitar a una normalidad democrática era necesaria dejar
Luis Donaldo Colosio, candidato a la presidencia por el PRI recibió un impacto de bala
en la cabeza que le arrancó la vida en un mitin celebrado en Lomas Taurinas, una colonia
popular de Tijuana. Hasta hoy la versión oficial es que Mario Aburto asesinó al candidato
por decisión propia. Luego del magnicidio fue nombrado candidato sucesor Ernesto
Zedillo Ponce de León quien a la postre habría de ganar las elecciones. Pero aun faltarían
general del PRI José Francisco Ruiz Massieu fue asesinado.35 La cereza en el pastel de la
debacle nacional sería la devaluación del peso y la estrepitosa caída del proyecto
desconfianza que privada en el electorado nacional.36 Además las discusiones en ese año
padrón electoral confiable. De manera que para algunos observadores había posibilidades
34
Enrique Krauze, Siglo de caudillos, México, Tusquets, 1994.
35
Sobre la compleja y truculenta historia del asesinato de Ruiz Massieu puede verse la crónica de Carlos
Puig, “Ruiz Massieu. El crimen perfecto,” Nexos, septiembre de 2014.
36
Jaqueline Peschard, “Dos convocatorias, una misma cita: el día 21 de agosto, ir a las urnas,” Nexos, núm.
200, agosto de 1994, p. 8.
37
Héctor Aguilar Camín, “La cuenta larga,” Nexos, Núm. 200, agosto de 1994, p. 13.
Las elecciones de 1994 transcurrieron con cierta normalidad y el candidato sustituto del
PRI, Ernesto Zedillo alcanzó la victoria. Presionado por la crisis económica y por el
alzamiento zapatista, el nuevo gobierno accede en 1996 a una reforma que “ciudadaniza”
en el congreso y en el recién creado gobierno del Distrito Federal. Ahí se abrió una vez
más la esperanza de una debacle definitiva del PRI. De nueva cuenta conforme se
acercaban las elecciones presidenciales había esa sensación de que por primera vez en su
historia el partido hegemónico podía perder las elecciones. La consigna era sacar al PRI
de los Pinos a como diera lugar. En 1999 se estrena una película de Luis Estrada, La ley
Saguaros.
de nueva cuenta para contender por la presidencia representando al PRD, del lado del
PAN aparece un empresario guanajuatense Vicente Fox. Este último resulta tener grandes
virtudes como candidato, tiene una fuerte presencia escénica, parece estar dotado de un
gran liderazgo y con un discurso un tanto campechano, incluso burdo, pero directo y
conciso abandera una causa común: sacar al PRI de los Pinos. Parece que esa misión sólo
él puede encabezarla con éxito al menos, es lo que una buena parte del electorado parece
creer. Hay que sacar al PRI del gobierno, luego ya veremos. Y el dinosaurio por fin
murió, Fox gana las elecciones del año 2000 y asume su cargo sin grandes sobresaltos,
la que por fin después de muchos sacrificios llevó a un candidato de oposición al poder.
significó la culminación de una larga lucha por el reconocimiento de los derechos civiles.
Gran parte del éxito y la transparencia de la elección presidencial del 2000 fue atribuido
al buen oficio de los funcionarios del IFE. Precisamente el entonces consejero presidente
del IFE José Woldenberg escribió junto con Ricardo Becerra y Pedro Salazar, uno de los
triunfo de la democracia. No obstante, los autores consideran que ningún actor político
compuesto por múltiples elementos, los cuales en su mutua interacción desatan una
que generan nuevos espacios a las fuerzas que los impulsaron.” Lo que pretenden en
peso de las instituciones para garantizar un marco electoral confiable. El mensaje es claro
las instituciones autónomas son más resistentes a los vaivenes de los intereses
particulares.
discusiones sobre la democracia en México que se han venido reseñando podemos decir
que antes de 1968 había autores que hablaban de la muerte del programa revolucionario,
camino, salvar la Revolución. Luego del 68 esa esperanza se esfumó y se hizo patente
que la estructura corporativa del régimen era un serio obstáculo para la democratización
del país, y que la creciente clase media no podía incorporarse a esa maquinaria estatal. La
crisis del 82 agudizó el descredito del sistema y comenzó la cuenta larga para la
transición democrática que todavía habría de durar casi 20 años para concretarse. En ese
contexto, autores como Octavio Paz y Enrique Krauze defendían la idea de una
para el desarrollo de la nación. Por otro lado, Pablo González Casanova defendía desde la
electoral no era suficiente para abatir las series desigualdades económicas que padecía la
gobierno burgués, pero señalaba que no bastaba para normalizar la situación del país.
La elección del 88 también había dejado su huella, pues la izquierda había sido
cesar desde 1982, sobre todo para el panismo. También el perredismo se fue abriendo
paso con el triunfo de Cárdenas en 1997 en el D.F. Por eso cobró relevancia la historia de
imaginario político la transición hacia una bipartidismo que había iniciado desde el 82,
pero al mismo tiempo había una sensación de que el triunfo electoral era contundente.
Por fin el pueblo había hablado a través de las urnas y su voluntad era respetada. La
legitimidad con la que Fox llega a la presidencia era innegable, a pesar de algunas
Luego del triunfo de Fox, las expectativas eran enormes, parecía que uno de tantos
quijotes que habían aparecido en la historia de la lucha democrática nacional, por fin