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1 Ponencia presentada en las Primeras Jornadas de Bibliotecas Populares de Santiago del Estero realizadas
en la Escuela de Innovación Educativa de la Universidad Nacional de Santiago del Estero durante
los días 1 y 2 de agosto de 2013.
2 Profesor en Historia (ISPP N° 1), Licenciado en Historia y Maestrando en Ciencias Sociales por la
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Palabras claves
Resumen
Desarrollo
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manuscritos y a los documentos de hemeroteca y videoteca -y demás variados
formatos- como partes integrantes de las recopilaciones existentes en las bibliotecas
modernas. Las más importantes pertenecen a los ámbitos públicos cuya función
social es la difusión masiva (hacia los estudiantes-investigadores y lectores) de los
saberes culturales de un pueblo determinado o de la humanidad en general
(resguardando y organizando a los diferentes conocimientos desarrollados a lo
largo de la historia), siendo administradas estas instituciones por las dependencias
gubernamentales, lo que les otorga en muchas oportunidades un alto contenido de
interacción humana de acuerdo a las actividades culturales realizadas para la
sociedad en sus características variadas, mostrándose entonces como
establecimientos públicos con políticas dinámicas y abiertas. Dentro de este vasto
conjunto, también existen las bibliotecas populares, las cuales son administradas
por comisiones de vecinos interesados en resaltar la cultura de los pueblos a través
de la difusión bibliográfica como actividad complementaria de la comunidad. Los
administradores de estas instituciones culturales reciben las correspondientes
ayudas provenientes de la sociedad y en muchas ocasiones, de los gobiernos
locales.
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La invención de la escritura3 se produjo en la civilización sumeria durante el
siglo III a.C. (actual territorio de Irak), realizándose la puesta en valor del
conocimiento a través de pequeños golpes realizados por punzones de caña sobre
tablillas de arcilla o barro4 guardadas y conservadas en los archivos a través de
diferentes cajas elaboradas con madera. Esta escritura se encontraba representaba
por variados objetos, como piezas de valor y actividades que constituían el
consumo diario del reino (cosechas o animales, es decir, transacciones comerciales).
Esto fue evolucionando hasta la utilización de ideogramas5 como fonogramas, o
sea, una sílaba en lugar de un objeto, aunque estos conocimientos y su resguardo
solamente se encontraban confiados a los sacerdotes del reino. Vemos en esta
civilización dos aspectos importantes: el primero de ellos es la invención de la
escritura antigua (lo que hoy denominamos como “lengua muerta”), lo que
relaciona el conocimiento escrito con las antiguas formas de recopilar los
pensamientos, y lo segundo, es el lugar en donde se albergaban las tablillas de
arcilla, por lo tanto, el surgimiento de los primeros archivos y de quienes se
encontraban a cargo de las funciones de preservación.
3 Desde el siglo I comenzó a utilizarse el pergamino (piel de oveja o ternero) o vitela (piel de cabra),
generalmente se utiliza el mismo término aunque son de composiciones diferentes. El uso del
pergamino o vitela se generalizó porque era más resistente, más fácil de preparar que el papiro, y
además en el mismo se podía utilizar ilustraciones. Con la Iglesia se evolucionó hasta llegar al libro
que conocemos actualmente, utilizándose la hoja de pergamino en sus dos caras para escribir y
cociéndose las hojas para recopilar más datos, muchos más que los que se podían hacer ingresar en
varios metros de rollos de papiro.
4 Este medio de escritura fue utilizado por los sumerios desde –aproximadamente- el cuarto
milenio a.C. Las tablillas de arcilla o barro de los sumerios, poseían caracteres cuneiformes
grabados a través de un estilete (puñal o punzó) para luego secar el material en el aire libre o en el
horno, constituyéndose entonces los primeros archivos-bibliotecas con aquellos contenidos que
fueron confeccionados por la arcilla o el barro. Debido al material, estos objetos llegaron
preservados hasta la actualidad en buenas condiciones.
5 Escritura basada en signos o gráficos que representan conceptos, alguna idea sintética o mensajes
de simple entendimiento.
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(Escritura cuneiforme sumeria en tablilla de arcilla o barro)
En las ruinas del palacio real en Nínive (antigua capital asiria), luego de
varios días de excavaciones realizadas por los arqueólogos, se descubrieron más de
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29.000 tablillas de arcilla que por años formaron parte de la sagrada colección del
rey Asurbanipal (668 a 627 a.C.), constituyéndose como la primera biblioteca
organizada de acuerdo a la distribución que poseían los contenidos, lo cual
benefició al conocimiento de las lenguas antiguas debido a que las investigaciones
lograron el entendimiento de la escritura cuneiforme6. Se encontraron entre las
variadas tabillas el famoso Colofón (el cual especifica la organización y distribución
del contenido de la biblioteca de acuerdo al mandato del rey Asurbanipal en
cuanto a los datos y al título de la obra) y el Poema de Gilgamesh referido al gran
diluvio.
6 Es la forma de escritura más antigua elaborada por el hombre y se encuentra representada por
signos rectos casi triangulares.
7 Es una planta acuática que se encuentra de manera abundante durante el verano alrededor del río
Nilo, con la cual se elaboraba una fina lámina de características flexibles en donde se podían
escribían los aconteceres diarios del reino.
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encontraron evidencia referida a la existencia de una biblioteca, conclusiones que
llegaron debido a una inscripción que detallaba una cantidad de 37 obras
obsequiadas por el faraón.
(Papiro egipcio)
Por otra parte, los libros sagrados israelitas constituyen parte de la Biblia,
aunque gran parte del componente de la colección que se albergaba en los templos
judíos fue perdido por las acciones del hombre y del tiempo. Algunos ejemplares
con los que no contamos en la actualidad son El Libro de las guerras del Señor y El
Libro del Justo, siendo mencionados ambos en determinados pasajes la Biblia. Los
rollos se encontraban escritos sobre pieles de animales y preservados -
probablemente- en vasijas de barro.
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Destacamos como una característica singular de las civilizaciones antiguas
del Oriente a la cultura religiosa e incluso de los pueblos que se encontraba
confiada a los conocimientos de los sagrados sacerdotes. Por otro lado, la griega –
en contraposición-, tuvo un sentido laico y filosófico de acuerdo a los sabios y las
obras realizadas en las escuelas, constituyéndose entonces una manera similar a las
bibliotecas actuales de acuerdo a sus funciones y composiciones de actividades
generales.
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de saberes, no solamente estaba reservada para la civilización griega), teniendo
como otra característica principal, la compra o adquisición de rollos con fondos
propios y la realización de copias de las obras originales. Luego de estas acciones,
se dejaba una reproducción para los autores y se confeccionaban los catálogos de
las mismas8, el cual se cree que pudo haber contenido datos de alrededor de 90.000
obras.
(Biblioteca de Alejandría)
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Observamos varias funciones que son desempeñadas por las bibliotecas actuales, como el catálogo y la
compra de libros.
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Paralelamente, se destacaba –gracias a la protección de los sabios reyes- la
biblioteca de Pérgamo9 (la misma, al igual que la situada en Alejandría, tuvieron la
función de contener todo el conocimiento humano de la época antigua), la cual
poseía estantes de madera y más de 200.000 ejemplares en rollos con contenidos
homéricos, geométricos y literarios, entre otros saberes, siendo los mismos
catalogados por sus propios autores (poseían los escritos de Aristóteles –al igual
que en Alejandría-, los cuales fueron a Roma por pedido de Cicerón para
reproducirlos).
El comienzo del fin de la segunda gran biblioteca de la antigüedad fue
iniciado cuando Marco Antonio obsequió parte de la misma a Cleopatra como una
forma de reparación por aquella que había sido destruida en Alejandría.
Efectivamente, durante los tiempos de la conquista romana, estas bibliotecas
“…sufrieron incendios y expoliaciones…”, aunque luego de los robos producidos,
“…fueron a enriquecer las primeras bibliotecas romanas, que, sobre todo, eran frutos de
botines” (tales fueron las consecuencias de las luchas desarrolladas en el Asia
Menor).
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El pergamino fue un invento forzoso por parte de los reyes de Pérgamo debido a la negativa de los
Ptolomeos de enviar rollos nuevos de papiro hacia la biblioteca, según narra el escritor Gayo Plinio Segundo
(conocido como Plinio el Viejo). Las causas de esta negativa se debieron quizás a los celos existentes por el
crecimiento de la biblioteca de Pérgamo.
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La difusión general de la cultura y del conocimiento en Roma comenzó
cuando fue construido el Tabularium o archivo en el 79 a.C. Pocos años después
fue conformada la primera biblioteca pública por obra del sabio, historiador y
poeta (entre otras facetas) Gayo Asinio Polión, existiendo luego las bibliotecas
públicas de Julio César y Augusto (Octaviana y Palatina). Quienes continuaron con
estas obras fueron los emperadores Vespasiano, Trajano y Adriano, entre otros,
sirviendo las mismas también como salas de conferencias, llegando a contar la
ciudad -en la época imperial- con 28 bibliotecas (una de las más importantes la
denominada Ulpiana, la cual se encontraba ubicada en el Foro de Trajano). Estas
instituciones contaban con edificios destacados, como por ejemplo, los grandes
templos de las ciudades más importantes del imperio.
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resguardarlos y estudiarlos mientras practicaban el culto, destacándose también el
surgimiento del “….scriptorium, auténtico taller de librería, a cuya actividad está unida
la historia de las bibliotecas medievales”. De esta manera, las bibliotecas de
características públicas con contenidos laicos, políticos y filosóficos, dieron lugar a
aquellas con sentido religioso-privado, reservándose los monasterios los saberes,
los cuales se encontraban por fuera y alejados de la sociedad campesina medieval,
por lo que las antiguas funciones del bibliotecario recayeron exclusivamente en los
monjes (quienes comenzaron a monopolizar el saber y los conocimientos
direccionándolos y enclaustrándolos hacia las tradiciones cristianas de la Europa
occidental).
Cuando dio inicio el período conocido como la Baja Edad Media, la sociedad
comenzó lentamente a cambiar en los aspectos económicos, poblacionales y
culturales, existiendo un movimiento que se direccionaba desde los monasterios
del campo hasta las ciudades, las cuales se encontraban cada vez más pobladas. En
reemplazo de las bibliotecas monásticas fueron surgiendo nuevas bibliotecas
alrededor de Europa que se encontraban dentro de las llamadas escuelas
catedralicias (igualmente bajo la mirada de la iglesia), las cuales contaban con
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números importantes de alumnos, siendo una de las más importantes la ubicada
en la ciudad de York, Inglaterra.
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La más antigua universidad es la de Bolonia, mientras que son contemporáneas aquellas situadas en
Toulouse, Sorbona, Cambridge, Oxford, Palencia, Valladolid y Salamanca.
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La evolución de los soportes para la escritura fue mutando desde las tablillas de arcilla (Sumeria, Siria,
Babilonia, Elba y Nínive) y el papiro (Egipto, Israel y Grecia) hasta llegar al pergamino y vitela (Grecia,
Roma y la Edad Media).
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Durante este período histórico surgió la concepción de bibliófilos, siendo
denominadas de esta manera aquellas personas que comenzaron a sentirse atraídas
por los libros con características especiales y únicas –incunables- (un ejemplo de
ello es la familia Médici de Florencia).
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Gráfica (P. Pedro Lozano) y Cronología Astronómica (Mateo Rodeti), entre otros. La
diversidad de autores y temáticas se evidenciaba a través de la filosofía cristiana de
Santo Tomás y San Agustín, los estudios de historia natural del padre Nieremberg,
el derecho de las Leyes de la Corte de Toro de Abendaño, la historia de los jesuitas
de Lozano, los estudios de las lenguas indígenas del P. Barzana y la religiosidad de
Santa Teresa y fray Luís de Granada. Los ejemplares que se encontraban en la
biblioteca principal de los jesuitas santiagueños, en los claustros para uso
individual y en otros sitios del Colegio de Santiago, sobrepasaban el millón de
libros, los cuales componían “…una lista elocuente de los mejores autores de la
enseñanza teológica, jurídica y política hispana de la libertad, que fue la más avanzada del
mundo y anterior a los filósofos enciclopedistas liberales”. Los libros poseían tapas en
pergamino y pasta española, los cuales complementaban las actividades culturales
de la enseñanza de la gramática y las primeras letras conjuntamente con la música
que enseñaban y practicaban los jesuitas a través del arpa, los violines y otros
instrumentos (Alen Lascano: 1992). Fueron creciendo de manera paralela el resto
de las órdenes religiosas, las cuales tuvieron también sus propias bibliotecas y las
utilizaron como elementos fundamentales dentro de las formaciones espirituales y
humanas, por lo que hicieron funcionar dentro de los conventos las primeras
escuelas de nivel inicial conocidas en Santiago del Estero.
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Conclusiones
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En las bibliotecas hay tres personajes principales: el libro, el lector y el
bibliotecario, quien actúa como mediador en el proceso de apropiación del
conocimiento, aunque también infiere en esta composición tripartita la sociedad en
su conjunto como un componente generalizado y su articulación esencial entre las
diversas instituciones (en este caso las bibliotecas públicas y populares), lo que nos
proyecta a la definición de la CONABIP acerca de la importancia de la
participación de los vecinos como un pilar fundamental del conocimiento humano,
proyectando el mismo hacia la construcción del futuro mediante la dinámica
cultural existente entre las instituciones y la sociedad, posibilitada la misma por la
articulación social y la flexibilidad (las cuales son características de las bibliotecas
populares actuales).
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Repositorios
-Biblioteca 9 de Julio;
-Biblioteca Sarmiento;
Bibliografía de consulta
-Albani, J.; Finó, J.F. y otros (1958), Manual de bibliotecología para bibliotecas populares,
Editorial Kapeluz, Buenos Aires;
-Álvarez, Luís María (2006), Manual para bibliotecas pequeñas, Barco Ediciones, Serie
Aula Ideal, Santiago del Estero;
-Lerner, Fred (1999), Historia de las bibliotecas del mundo. Desde la invención de la
escritura hasta la era de la computación, Editorial Troquel, Buenos Aires;
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