Вы находитесь на странице: 1из 3

Los exponentes intelectuales del derecho natural hacían hincapié en la preeminencia o jerarquía

superior de los principios del derecho natural. Decían que la naturaleza tenía implícitas e inherentes

unas leyes eternas, inmutables, justas y de carácter universal, anteriores y superiores a todo

derecho positivo o creado por los hombres, comunes a todos los seres humanos, por el solo hecho

de ser personas. Este derecho, de carácter superior, debía prevalecer siempre sobre el derecho

positivo en caso de conflicto.

La fundamentación de la ley natural que daban los pensadores se dividió pronto en dos líneas de

interpretación, ya que unos de tendencia deísta o teísta pensaban que Dios, el Supremo Creador, en

su diseño de la Naturaleza había decretado todos los principios naturales que regían al derecho

natural, y otros, más materialistas, naturalistas y menos creyentes, y hasta algunos ateos, afirmaban

que la Naturaleza misma, sin depender de una inteligencia creadora, contaba por sí misma y

suficientemente con esos principios rectores del mundo.

El Iusnaturalismo fue una corriente de pensamiento que defendía la existencia de un derecho natural

superior a cualquier tipo de derecho convencional o de las leyes redactadas por los hombres. Fue

una corriente típica de los siglos XVII y XVIII, de la Edad Moderna y sobre todo de la época de la

Ilustración, con su exaltación de la razón como principio rector en la compresión e interpretación del

mundo, si bien muchos de los fundamentos y nociones de esta corriente ya habían aparecido en el

pensamiento de muchos filósofos de la antigüedad como Cicerón, Platón y Aristóteles y Santo

Tomás.

El Conde de Volney, célebre por su obra “Las Ruinas de Palmira”, y el opúsculo sobre “La Ley

Natural”, se inscribe en esta corriente ilustrada e iusnaturalista. Es de recalcar que una de las

influencias más destacadas, que se notan en el pensamiento del Dr. José Gaspar Rodríguez de

Francia, aparte de la de J.J. Rousseau, es la del Conde De Volney, como el mismo había afirmado

en una ocasión.
El Dr. Francia tenía una visión ilustrada y moderna sobre los conceptos políticos y como tal, el

iusnaturalismo fue una influencia importante en su pensamiento como estadista y político. El

escenario social y político de aquella época se sacudía de siglos de dominación por una entidad

política (Imperio Español); a todas luces jerárquica y aristocrática, estamental, proclive a los

privilegios políticos, sociales y económicos, por el mero hecho de pertenecer a una clase social

supuestamente superior, con muchos más derechos y privilegios y menos deberes que el pueblo y el

hombre común.

La Ilustración y la Revolución Francesa fueron los eventos que revirtieron esta situación intelectual y

política ya que su empuje e influencia encaminaron a los principios igualitarios y no jerárquicos en la

sociedad, a la autodeterminación de los pueblos, a la igualdad de todos ante la ley, la libertad

personal, al respeto de derechos inherentes al hombre, por su sola condición de ser humano, que

dejó de ser solamente súbdito con deberes, para erigirse como ciudadano con derechos y deberes,

a la proscripción de todo tipo de privilegios de clase y sociedad estamental.

El Dr. Francia, en su práctica política, estableció una sociedad relativamente justa y equitativa, no

estamental, un Estado que se auto-determinaba y afirmaba en su independencia y autarquía, y su

conservación como entidad política soberana, a la par de otros estados y en un pie de igualdad

jurídica. Su celo y su severidad en la defensa de la autonomía y la independencia del Paraguay tuvo

su fundamentación y basamento en la doctrina del Iusnaturalismo, ya que en importante recordad

que el Dr. Francia fue alumno en la Universidad de Córdoba y obtuvo el título de Doctor en Teología,

cuyos estudios contenían también parte importante del saber jurídico de la época, y es por eso que

ese título también le facultaba y habilitaba para ejercer como abogado. Al defender los principios de

los derechos naturales, se defiende el derecho a la libertad de cada ser humano, de cada pueblo, de

cada Estado de auto-determinarse, conforme a sus intereses, a ser considerados iguales a todos los

seres humanos, a la igualdad jurídica entre los Estados, que se deben mutuo respeto y cordialidad

en su trato y relacionamiento diplomático, se consagraba siempre el derecho a la autodeterminación

de los pueblos, a la conservación de la autonomía, independencia y autarquía de cada Estado.


El Derecho Natural era el garante del surgimiento de nuevas nacionalidades, de nuevos pueblos, de

nuevas entidades políticas, entre ellas la República del Paraguay, puesto que apelaba a la libertad a

la justicia, al orden natural, principios rectores que prevalecían y que decretaban la caducidad de la

situación histórica de años de Estados autocráticos, imperialistas y jerárquicos tanto en Europa

como en América, con el nacimiento de todas las nuevas nacionalidades y estados independientes.

Вам также может понравиться