Del Paradigma tutorial a la Justicia Penal Juvenil
"si el crimen no es patológico,
el propósito del castigo no puede ser curarlo"
Émile Durkheim
En el año 1934 se promulga el Código de la Niñez, creando dentro de su cuerpo el
Consejo del Niño. Esta institución de corte netamente positivista, higienista y tutelar tiene el cometido de desarrollar los mecanismos estales de asistencia a la infancia y a la adolescencia. Este dispositivo de protección asiste a todos los casos comprendidos dentro del universo de “individuos menores de edad” que van desde abandono, desamparo hasta casos de delitos. Sin un perfil técnico, sino costumbrista esta nueva configuración estatal se une al entramando de agencias que operan y construyen el campo de control social, pensado siempre a los niños como objetos a intervenir, tutelando sus vidas, disciplinado sus almas y configurando sujetos pasivos. A medida que se desarrolla la institución, la misma va absorbiendo cambios a nivel nacional e internacional. A partir de la década del 60, la institución se va precariamente profesionalizando, creando un Instituto de Formación. Además se realizan división dentro de la ingeniera institucional generando perfiles de atención más específicos según la problemática social a abordar. Durante el Terrorismo de Estado se interviene la institución, suprimiendo varias áreas. Después de la apertura democrática, en el año 1988, según Ley 15.977, se crea el INAME (Instituto Nacional del Menor). Vario son los objetivos que se plantea la nueva institucionalidad, pero uno sumamente importante es disgregar los perfiles de atención entre los niños y adolescentes que están relacionados con conflictos de tipo familiar, social, económico a aquellos que están vinculados con el delito. Para esto se destinado un área específica de atención que ejecuta las medidas de seguridad de adolescentes que cometieron delitos (esta área siempre existió, pero en el correr del devenir se fue separando del área de protección). Por eso (entre otros centros) se crea el centro de privación de libertad “La Tablada”. El mismo se reconfigura generando un desplazamiento semántico en el discurso sobre las instituciones totales, pasando de ser centro de detención en el Terrorismo de Estado a centro de internación en Democracia. Finalmente en el año 2004, se crea otra nueva institución denominada INAU (Instituto Nacional del Adolescente del Uruguay). Esta nueva mutación de la agencia encargada de la asistencia en materia de niñez y adolescentes, se crea a instancia de la aprobación del Código de la Niñez y Adolescencia que forma parte del aggionamiento del país en relación a los tratados internaciones, específicamente a la Convención de los Derechos del Niño en el año 1989. Este nuevo cuerpo normativo, establece que los niños son sujetos de derechos en toda su dimensión, dejando de lado la mirada tutelar dosificadora desde donde se elaboró el enfoque que opero en caso todo el siglo XX. Esta nueva definición modifica la relación de los niños con ellos y las instituciones (Estado, Escuela, Familia, Policía, etc.). Asimismo el código establece claros distinciones en materia de asistencia de protección e infracción. Por ejemplo, en los centros donde derivar a cada uno de los sujetos y asimismo la competencia de Juzgados en materia penal. Por tal motivo en el año 2010 se crean Juzgados de Adolescentes solamente para intervenir en casos de delitos en Montevideo, mientras que los Juzgados de Familia continúan –como lo hicieron siempre para todos los casos que involucren adolescentes- interviniendo en el interior del país. En todos los ciclos de modificaciones institucionales en el campo de la niñez y la adolescencia se han registrado graves vulneraciones de derechos. Queda claro que el registro y producción de informes por parte de actores externos a las agencias, surgen en la configuración simbólica de nuevos sentidos en materia de seguimiento y monitoreo de derechos. En Uruguay Serpaj es una organización de la sociedad civil que entendió las consecuencias del Terrorismo de Estado en el cuerpo social, pero también en cómo las violencias del terrorismo asumían otras formas y expresiones en dispositivos estatales de control social y políticos en democracia. Nuestra institución fue una pionera en tener una mirada minimalista con respecto a la prisión, además de ser un actor en denunciar sistemáticamente los casos de vulneración de derechos. Los informes que a lo largo se han publicado y presentado ante organismos de controlar internacional en materia de derechos humanos, dan cuenta de una sistémica lógica de vulneración de derechos en relación a los adolescentes que cumplen con un pena judicial de privación de libertad. To