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NOMBRE Patricia Árroz C.

FECHA

Des-estructurando la educación a través del pensamiento dialógico:


el problema antes de la solución.

Tradicionalmente la educación y la escuela como institución han configurado un sistema que


sustenta el ideario de desarrollo y progreso de las sociedades modernas siendo reconocidas
como instancias de promoción social y liberación de sus miembros. Dentro de este marco, se
configura un orden jerárquico en torno al proceso de enseñanza-aprendizaje que fija roles y
funciones para cada uno de sus miembros donde el docente es repositorio de los valores y
conocimientos que transmite a sus estudiantes. Bajo esta lógica, el proceso de enseñanza se
cierra en torno al espacio-escuela sin mayor relación con las problemáticas del medio y los
sujetos que le rodean.

En los últimos años, tanto el modelo de la escuela como espacio incólume como el
aprendizaje como proceso autosuficiente han entrado en un continuo cuestionamiento
producto de múltiples factores que han permeado la realidad de una institución cada vez más
susceptible al contexto social y sobre todo cultural en el que se desarrolla. Este proceso de
reconfiguración desafía también al tradicional rol del docente y el significado de la pedagogía
que subvierte su ejercicio.

A luz de lo anterior, los recursos presentados en la unidad brindan herramientas teóricas y


prácticas que pasamos a revisar para incluirlas en esta resignificación de lo que entendemos
por pedagogía y, a partir de ello desarrollar nuevas prácticas que consideren las debilidades,
necesidades y características del contexto social y cultural en que se desempeña la profesión.

- Contextualizando el proceso de enseñanza-aprendizaje:

Actualmente, el sistema educativo abarca múltiples realidades que se replican al interior de


la escuela y en la dinámica interna de las aulas. A la hora de planificar una clase ya no basta
con la simple transmisión del conocimiento pues estamos frente a individuos con distintos
intereses y modos de aprendizaje por lo cual el desafío es incluir dentro de la clase esta
diversidad potenciándola como oportunidad de aprendizaje.

De esta realidad nos da cuenta Dan Meyer en su charla sobre el cambio de imagen de las
matemáticas. El académico propone ejercer la pedagogía con una mirada crítica sobre el
tratamiento de cada disciplina a partir de recursos usualmente ocupados como los textos de
estudio. Para el caso de las matemáticas, critica la presentación de problemas matemáticos
que se enfocan en encontrar la fórmula correcta y la sustitución de variables dentro de ella,
limitando a la disciplina a la aplicación de un conjunto de fórmulas sin mayor razón o lógica
entre sí.
En cuanto a las características de los estudiantes, Meyer llama a considerar cierto
“moldeamiento cognitivo” producto de la influencia de los medios de comunicación masiva
(a lo que podemos agregar la inmediatez del internet y las redes sociales) en la sociedad
actual. Como efecto de dicha influencia, el proceso de enseñanza-aprendizaje es dispuesto
sobre sujetos que adolecen de lo que David Milch ha llamado la “impaciencia ante la
irresolución”.

Ambas prácticas repercuten en el malentendido de un aprendizaje efectista basado en


resultados antes que en el proceso mismo, concepción que tanto daño le ha hecho al sistema
educacional chileno y que se aleja por mucho del objetivo que nos convoca: la construcción
de aprendizajes contextualizados y significativos.

Al hablar de contextualizar, situamos el proceso de enseñanza en un ámbito de constante


problematización frente a las variables que inciden en el ambiente actual de las aulas marcado
por el sinsentido de los estudiantes frente a los contenidos curriculares, las dificultades en su
comprensión, el bajo interés y disposición al aprendizaje, la baja participación, entre otros.

Haciéndose cargo de estas condiciones, en su charla el profesor Meyer aborda las


matemáticas desde la necesidad de renfocar su objetivo hacia el desarrollo del pensamiento
matemático en lugar del simple cálculo de resultados para lo cual propone como actividad el
análisis por partes de un problema. Incitando la participación de los estudiantes en torno a
preguntas, el docente da cuenta de la construcción común del pensamiento matemático a
partir del dialogo y la interacción del grupo en torno al problema presentado desarrollándose
la máxima de Einstein sobre la importancia en la formulación del problema más que en su
solución. El método, exhorta a los estudiantes a la participación activa tanto en el
planteamiento del problema como en su resolución, bajo lo cual las matemáticas se ponen
como tema de discusión, sustituyendo la visión de la disciplina como constructo de certezas
inamovibles.

El ejemplo nos muestra que al tener claridad sobre el objetivo de la enseñanza, el docente
puede conducir sus clases en torno a ellos facilitando el aprendizaje en cuanto proceso
individual donde cada estudiante participa de acuerdo a sus propias inquietudes,
curiosidades, dudas, comentarios y aportes contribuyendo cada cual con su parte en la
construcción del problema.

- Hacia un aprendizaje significativo y dialógico:


A lo largo de la unidad se ha tratado la necesidad de vincular los contenidos y objetivos del
aprendizaje de cada disciplina en un todo articulado en las actividades diarias que se
presentan a los estudiantes bajo un tono que incite su reflexión y participación activa. Para
esto hemos visto diversas estrategias, que van desde actividades tan concretas como el caso
de los niños de educación básica y el cuento del “Patito Feo” o el reenfoque de las
matemáticas propuesto por Meyer.
Cualquier sea el caso, según Magnusson et al. (2016) el aprendizaje situado propone diseñar
estrategias que permitan recoger y visibilizar las reflexiones de los estudiantes sobre los
conocimientos y creencias de un tema específico. Reforzando esta idea, Vigotsky señala que
el aprendizaje situado es una construcción dialógica entre los saberes previos, el contexto y
la interacción de los estudiantes en torno a la actividad. En definitiva, los autores nos
proponen entender el aprendizaje como una experiencia social diseñada por el docente quien
debe propiciar el dialogo entre los participantes, incluido el profesor, para compartir sus
preconcepciones, inquietudes y conocimientos al respecto.
Por todo lo anterior la planificación de los aprendizajes deben contemplar los diferentes
componentes del curriculum, tanto a nivel disciplinar, cognitivo y didáctico, respondiendo a
las preguntas sobre el “¿Qué hacer?” “¿Para qué hacerlo?” Y “¿Cómo hacerlo?”.
Los casos vistos integran el modelo de Ball et al. (2008), concentrándose en lo que autor
llama como “conocimiento didáctico del contenido” es decir, la integración del contenido y
su enseñanza a la realidad de los estudiantes.
En definitiva, según lo visto en la unidad es necesario que la práctica evidencie los siguientes
criterios:
- El conocimiento pedagógico del contenido.
- Involucrar a los estudiantes en la investigación, desarrollo de la “intuición”,
desarrollo de la conversación en torno a un ejercicio matemático (socialización del
conocimiento).
- Desarrollo de “habilidades de proceso”.
- Aprendizaje autónomo.
- Investigación guiada para la comprensión de problemas cercanos, acercarlos a través
de la actividad con ayuda de recursos multimedia, audiovisuales, etc.
Considerados en conjunto, cada uno de estos elementos apoyan el desafío propuesto que en
lo fundamental tiene relación con remitir constantemente al contexto de los estudiantes, el
replanteamiento del aprendizaje como proceso y construcción social, un aprendizaje que se
descubre y se hace consciente a través del dialogo.

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