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Finalmente, una tercera organización —The Androgen Excess and PCOS Society (AE-
PCOS)— también ha definido criterios para PCOS (Azziz, 2009). Como se muestra en el
cuadro 17-1, estos criterios son similares a los descritos en Rótterdam.
La causa del PCOS se desconoce. No obstante, se sospecha de una base genética que
es tanto multifactorial como poligénica, puesto que existe agregación familiar demostrada
del síndrome (Franks, 1997). De manera específica, se ha observado mayor frecuencia
entre las pacientes y sus hermanas (32 a 66%) y las pacientes con sus madres (24 a
52%) (Govind, 1999; Kahsar-Miller, 2001; Yildiz, 2003). Algunos investigadores sugieren
que se trata de herencia autosómica dominante con expresión en mujeres y varo- nes.
Por ejemplo, los familiares varones en primer grado de una mujer con PCOS tienen una
mayor concentración de sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEAS) circulante, calvicie
prematura, y así como resistencia a la insulina que los varones testigo (Legro, 2000,
2002).
Los estudios clínicos e in vitro de células de la teca ovárica humana sugieren cierta falta
de regulación del gen CYP11a en las pacientes con PCOS. Este gen codifica la enzima
que rompe la cadena lateral del colesterol, que además realiza el paso que limita la
velocidad en la biosíntesis de los esteroides (fig. 15-5, pág. 403). La evidencia también
sugiere la regulación al alta de otras enzimas en la vía biosintética de los andrógenos
(Franks, 2006). Además, quizá contribuye también el gen del receptor insulínico en el
cromosoma 19p13.2 (Urbanek, 2005). Todavía se necesitan más investigaciones para
definir la participación de estos productos génicos en la patogenia del PCOS.
FISIOPATOLOGIA
Se puede dividir de acuerdo a las manifstaciones clinicas:
Anovulación: Se define como la falla repetitiva para ovular, la cual es diferente a una falla
ovárica. Es la causa más común de Amenorrea durante los años reproductivos de las
mujeres. Hay múltiples causas de anovulación, por ejemplo: desórdenes hipotalámicos,
hipofisiarios, endocrinopatías periféricas. A diferencia del patrón cíclico de
concentraciones hormonales que se producen durante el ciclo normal, en el medio
endocrino de las mujeres con anovulación crónica existe un "equilibrio fijo" en el cual las
concentraciones de esteroides sexuales y gonadotropinas varían relativamente poco. El
mecanismo como tal aún se desconoce; es claramente evidente que la población de
folículos antrales está aumentada, pero su desarrollo está detenido, también es conocido
que muchos de estos folículos son esteroidogénicamente activos y son capaces de
producir estrógenos y andrógenos. Una de las características más ampliamente
comentadas es el desarreglo de la secreción de LH; se ha visto en múltiples estudios que
la frecuencia, amplitud y concentración de LH están elevados, además las células de la
teca aumentan sus receptores de LH mientras que las células de la granulosa disminuyen
los receptores para FSH. Los andrógenos son producidos predominantemente en las
células de la teca, las cuales rodean al folículo, el complejo CYP17 alfa es una enzima
clave en la producción de andrógenos ováricos. Normalmente estos andrógenos se
trasladarían a las células de la granulosa las cuales por medio de la aromatasa
convertirían estos andrógenos en estrógenos, pero se ha visto que en las mujeres con
SOP las expresiones de la CYP17 alfa hidroxilasa, P40scc, receptores de LH y los
receptores de andrógenos están aumentados, estos hallazgos reflejan un aumento en la
esteroidogénesis ovárica.
Además del hiperandrogenismo, las bajas concentraciones de SHBG se han asociado con
el control alterado de la glucosa y con el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2
(Ding, 2009). El mecanismo de esta asociación no se comprende del todo y puede reflejar
una función de la SHBG en la homeostasis de la glucosa. Por otra parte, en varios
estudios pequeños, se identificó una relación entre las bajas concentraciones de SHBG
en plasma en embarazos del primer trimestre y el desarrollo posterior de diabetes
gestacional (Smirnakis, 2007; Thadhani, 2003). Específicamente en PCOS, Veltman-
Verhulst et al. (2010) valoraron las concen- traciones de SHBG en mujeres con este
síndrome y encontraron una asociación similar con las bajas concentraciones de SHBG y
el desarrollo posterior de diabetes mellitus gestacional.
CLLINICA
Las molestias de las mujeres con PCOS provienen de diversos efec- tos endocrinos y
comprenden irregularidades menstruales, esterili- dad, manifestaciones del exceso de
andrógenos y otras disfunciones endocrinas. Los síntomas suelen manifestarse dentro de
los prime- ros años después de la pubertad.
La hipertecosis es una enfermedad poco común que a menudo se considera una variedad
más grave de PCOS y se caracteriza por la presencia de islotes de células de la teca
luteínica distribuidos en el estroma ovárico. Las pacientes exhiben hiperandrogenismo
pronunciado y en ocasiones incluso muestran signos francos de virilización como
clitoromegalia, alopecia temporal y voz grave (Culiner, 1949). Además se acompaña de
una mayor resistencia a la insulina y acantosis nigricans (Nagamani, 1986).
Disfunción menstrual
En cambio, con la amenorrea las mujeres con PCOS pueden tener sangrados profusos e
impredecibles. En estas pacientes no se produce progesterona debido a la anovulación y
da como resultado la exposición crónica a estrógenos. Esto ocasiona la estimulación
mitógena constante del endometrio.
En conclusión, algunos datos sugieren que en las pacientes con PCOS e intervalos
irregulares, estos últimos suelen regularizarse con la edad. Conforme disminuye el grupo
de folículos antrales en las mujeres de 30 a 40 años, disminuye la producción de
andrógenos (Elting, 2000).
Hiperandrogenismo
Esta condición se manifiesta por hirsutismo, acné, alopecia andro- génica o estas dos
últimas. Por el contrario, los signos de viriliza- ción como aumento de la masa muscular,
disminución del tamaño mamario, voz grave y clitoromegalia no son típicos del PCOS. La
virilización refleja elevación de los andrógenos y obliga a realizar una investigación en
busca de un tumor productor de andrógenos en el ovario o la glándula suprarrenal.
En la mujer, el hirsutismo se define como vello grueso, oscuro y terminal distribuido con
un patrón masculino . El hirsutismo se debe distinguir de la hipertricosis, que corresponde
al aumento generalizado del lanugo, esto es, del vello suave y lige- ramente pigmentado
que aparece con ciertos fármacos y cánceres.
Acné
El acné vulgar constituye un dato clínico frecuente en las adolescen- tes. No obstante, el
acné persistente o tardía sugiere la posibilidad de PCOS (Homburg, 2004). No se conoce
la prevalencia del acné en mujeres con PCOS, pero en un estudio se observó que 50% de
las adolescentes con PCOS manifiesta acné moderada (Dramusic, 1997). Además, se ha
observado elevación de andrógenos en 80% de las mujeres con acné pronunciada, en
50% con acné moderado y en 33% con acné leve (Bunker, 1989). En las mujeres con
acné moderada o pronunciada, la prevalencia de poliquistosis ovárica identificados
durante el examen ecográfico es mayor (52 a 83%) (Betti, 1990; Bunker, 1989; Jebraili,
1994).
Patogenia del acné. En la patogenia del acné vulgar participan cuatro factores, que son:
bloqueo del orificio folicular por hiperqueratosis, sobreproducción de sebo, proliferación
del comensal Propionibacterium acnes e inflamación. En las mujeres con exceso de
andrógenos, la hiperestimulación de los receptores androgénicos en la unidad
pilosebácea aumenta la producción de sebo que finalmente genera inflamación y
formación de comedones. La inflamación causa el principal efecto secundario a largo
plazo del acné: la cicatrización. En consecuen- cia, el tratamiento está dirigido a disminuir
la inflamación, reducir la producción de queratina y la colonización de P. acnes, además
de disminuir las concentraciones de andrógenos para reducir la producción de sebo
(Moghetti, 2006).
Síndrome metabólico
y enfermedades cardiovasculares
Además de los componentes del síndrome metabólico, exis- ten otros indicadores de
enfermedad subclínica que vinculan al PCOS con la CVD. Se ha observado que las
mujeres con PCOS tienen una mayor incidencia de disfunción diastólica ventricular
izquierda y mayor rigidez de las arterias carótidas interna y externa (Lakhani, 2000; Tiras,
1999).
Cáncer endometrial
Las mujeres con PCOS tienen un riesgo tres veces mayor de pade- cer cáncer de
endometrio. La hiperplasia y el cáncer endometrial son riesgos a largo plazo de la
anovulación crónica y se cree que la exposición crónica a los estrógenos sin oposición
provoca cambios neoplásicos en el endometrio (cap. 33, pág. 817) (Coulam, 1983). Este
riesgo aumenta por los efectos del hiperandrogenismo y la hiperinsulemia al reducir la
concentración de SHBG y a elevar los estrógenos circulantes.
Muy pocas mujeres con cáncer endometrial son menores de 40 años de edad y la
mayoría de estas mujeres premenopáusicas son obesas, tienen anovulación crónica o
ambas (Peterson, 1968; Rose, 1996). Por lo tanto, el American College of Obstetricians
and Gynecologists (2000) recomienda realizar un examen endometrial en las mujeres
mayores de 35 años de edad con hemorragia anormal y en las menores de 35 años con
sospecha de hemorragia uterina anovulatoria resistente al tratamiento médico (cap. 8,
pág. 225).
■ Esterilidad
La esterilidad o subfertilidad es una característica frecuente de las
mujeres con PCOS a causa de los ciclos anovulatorios. Además, en algunas mujeres con
esterilidad secundaria a anovulación el PCOS es la causa más común y comprende de 80
a 90% de los casos (Adams, 1986; Hull, 1987). La valoración de la esterilidad y el
tratamiento de la mujer con PCOS se describen con mayor detalle en el capítulo 20 (págs.
529-530).
■ Abortos
Se sabe que las mujeres embarazadas con PCOS tienen una mayor frecuencia (de 30 a
50%) de abortos del primer trimestre que la cifra basal aproximada de 15% en la
población general (Homburg, 1998b; Regan, 1990; Sagle, 1988). La causa de esto se
desconoce y al principio los estudios retrospectivos y de observación demos- traron cierta
asociación entre la hipersecreción de LH y los abortos (Homburg, 1998a; Howles, 1987).
Sin embargo, en un estudio prospectivo se observó que el hecho de reducir la
concentración de LH con agonistas de GnRH no aumenta los beneficios a este respecto
(Clifford, 1997).
En diversos estudios retrospectivos se ha observado que las muje- res con PCOS que
consumen metformina durante el embarazo tie- nen una menor incidencia de abortos
(Glueck, 2001; Jakubowicz, 2002). Además, en otro estudio prospectivo se demostró un
índice menor de abortos en las mujeres que conciben durante el trata- miento con
metformina que en las que utilizan citrato de clomi- feno (Palomba, 2005). Sin embargo,
un metaanálisis de 17 estudios falló en mostrar un efecto de la administración de
metformina en el riesgo de aborto en mujeres con PCOS (Palomba, 2009).
Hasta que se realicen estudios comparativos con asignación al azar sobre los efectos de
la metformina (fármaco de la catego- ría B) sobre el resultado del embarazo, no se
recomienda utilizar este medicamento durante la gestación para prevenir los abortos.
■ Salud psicológica
Las mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos pueden presen- tar varios problemas
psicosociales como ansiedad, depresión, baja autoestima, calidad de vida reducida e
imagen corporal negativa (Deeks, 2010; Himelein, 2006)