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Apocalipsis 6

Versículos 1-8
Continuamos hoy, estimado amigo, amiga oyente, nuestra
marcha por el libro de Apocalipsis, el último de la Biblia.
Apocalipsis es un libro asombroso y fascinante, porque
contienen las profecías que Jesucristo reveló al apóstol Juan.
El tema tiene un extremado interés ya que analizamos las
profecías relacionadas con el futuro de la Humanidad y los
acontecimientos que en un futuro se desarrollarán sobre este
planeta Tierra.
Volvemos hoy al capítulo 6. Y vamos a comenzar leyendo los
primeros dos versículos de este capítulo:
1
Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los
cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y
mira. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba
tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y
para vencer. (Ap. 6:1-2)
Como hemos dicho en nuestro programa anterior, el Anticristo
no aparecerá como un villano, como una figura siniestra o
repulsiva. Dijimos que Satanás tiene una hueste de ángeles
que, engañosamente, se presentan como ángeles de luz; no se
parecen en nada a los demonios, que se suelen caracterizar
como horrendas criaturas, con cuernos y rabo. El Anticristo
surgirá como un carismático, encantador y atractivo hombre
que fascinará al mundo, con un poder subyugante de
convicción, como no se ha visto jamás en toda la historia de la
Humanidad. Y mencionamos estas características porque,
cuando Jesucristo vino a la Tierra, los hombres, las personas a
su alrededor no vieron ningún atractivo especial en Él, algo que
todavía ocurre hoy en día. Sin embargo, todo el mundo, es
decir, todas las naciones aceptarán a este personaje tan
encantador que resultará ser el Anticristo, aunque por supuesto
no tendrá este nombre. Él llegará al escenario mundial con su
propio nombre, con una inusual habilidad e inteligencia, y todos
le aclamarán, desde las instituciones mundiales más
renombradas, hasta los gobiernos y partidos políticos, los
científicos y pensadores, todos unánimemente le pregonarán
como "el salvador del mundo".
La opinión de que el primer jinete, sentado sobre el caballo
blanco es el Anticristo, parece satisfacer de una manera más
completa las demandas del texto. Cuando Cristo regrese sobre
un caballo blanco, como se menciona en el capítulo 19 de
Apocalipsis, seguirá el Reino del Milenio; pero este primer
jinete en el capítulo 6 inicia el período de la Gran Tribulación,
y no el período de los mil años, el milenio de paz bajo el reinado
de Jesucristo. Nosotros opinamos que este jinete es "el
pequeño cuerno" que se menciona en el capítulo 7 del libro del
profeta Daniel, que es identificado como "el hombre de
pecado", "la bestia de Apocalipsis", en el capítulo 13, ese
gobernante del ya restaurado imperio romano, quien será el
último de los dictadores mundiales. Llegará al poder con falsas
promesas de una paz mundial, que sin embargo el mundo no
disfrutará bajo su dictadura.
El profesor A. J. Toynbee, que fue director de estudios en el
Instituto Real de Asuntos Internacionales, del Reino Unido dijo
hace años: "Al forzar sobre la humanidad armamentos cada
vez más destructivos, y al mismo tiempo hacer que todo el
mundo sea más interdependiente económicamente, la
tecnología ha llevado a la humanidad a tal grado de
desesperación que nosotros ya estamos listos, preparados y
maduros para divinizar a cualquier César nuevo, que pueda
tener éxito en dar unidad y paz a nuestro mundo". Y el Apóstol
Pablo, en su primera epístola a los Tesalonicenses, capítulo 5,
versículo 3, dice: Cuando digan: paz y seguridad, entonces
vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la
mujer encinta, y no escaparán.
G. K. Chesterton, por su parte declaró: "Una de las paradojas
de este tiempo es que es el tiempo del pacifismo, pero no es el
tiempo de la paz". Como nunca se están realizando esfuerzos
en pro de la paz, en incontables áreas conflictivos de la Tierra,
pero que, lastimosamente, no suelen ser muy efectivos.
Ahora, cuando el Anticristo llegue al poder, él va a hablar de
paz; y el mundo creerá que está entrando en un nuevo período,
sin precedentes, esperanzador, de paz, prosperidad, unidad, y
justicia para todos, - similar a una descripción del Milenio. Pero,
en realidad, bajo las mentiras y el engaño de ese personaje,
que parecerá un salvador, un cristo, la Humanidad estará
entrando en el período de la Gran Tribulación. La Gran
Tribulación, comenzará con la llegada del Anticristo, quien
parecerá un "cordero", pero resultará ser "un lobo hábilmente
disfrazado". La promesa de paz será la gran mentira que el
mundo va a creer.
Ahora, este jinete no puede ser Jesucristo, ya que Juan vio a
Cristo en el Cielo, como el Cordero, en medio del Trono. Sólo
Él fue llamado "el León de la tribu de Judá", y "la raíz de David".
Desde el Cielo Él está dirigiendo todos los acontecimientos que
transcurrirán tanto en el cielo, como en la Tierra. Él es quien
da las órdenes precisas a los cuatro jinetes que saldrán a
medida que Él abre los sellos del documento. A Jesucristo lo
podemos identificar claramente en el capítulo 19 de
Apocalipsis, mientras en este capítulo 6 la identidad del jinete
del caballo blanco es bastante oscura, lo que nos sugiere que
éste no es el Señor Jesucristo, sino una imitación de Él; aquel
que se hace pasar como el supuesto "salvador del mundo".
Llegamos ahora al segundo sello, y los versículos 3 y 4 de este
capítulo 6 de Apocalipsis nos dicen:
3
Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que
decía: Ven y mira. 4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo
montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que
se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. (Ap.
6:3-4)
Otro argumento por el cual creemos que el primer jinete no
podía ser Jesucristo, es que Él traerá la verdadera paz a esta
tierra, una paz permanente. Sin embargo, el período de paz
prometida por el Anticristo no durará mucho. Inmediatamente
después de la salida del primer caballo, el caballo blanco,
Jesucristo abre el segundo sello y sale un caballo bermejo, rojo,
de guerra, galopando hacia la Tierra. La paz que el jinete del
caballo blanco trajo a la Tierra era temporal, totalmente falsa.
El Anticristo se presentará a sí mismo como un gobernante que
puede traer la paz al mundo. Pero, él no la puede garantizar,
porque Dios dijo: No hay paz para los malvados, dice mi Dios.
(Is. 48:22).
¿Y no es eso lo que cada candidato que lucha para ocupar un
cargo político promete, una y otra vez? Siempre prometen que
el país, la nación, permanecerá gozando de una paz estable,
que no habrá más luchas; y todos anhelamos que sus palabras
se cumplan. Sin embargo, estimado amigo, amiga oyente,
estamos muy lejos de la paz que tantas veces ha visto su
nombre en elocuentes tratados y acuerdos, firmados por
importantes estadistas mundiales.
Con el segundo sello, sale el segundo caballo bermejo, que es
el color de la sangre, a recorrer la Tierra. El jinete del primer
caballo blanco tenía un arco en sus manos, sin embargo, no se
mencionan las necesarias flechas; este jinete no causará la
guerra real. El segundo jinete se le dio una gran espada, lo que
implica lucha, porque se utilizaba en el combate cuerpo a
cuerpo. No será hasta el segundo sello, con el jinete a lomo del
caballo rojo, que la paz es quitada de la Tierra. El segundo sello
contempla ejércitos invasores en una feroz guerra cuerpo a
cuerpo.
El versículo 5 comienza diciendo:
5a
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que
decía: Ven y mira. Y miré, (Ap. 6:5a)
Juan menciona otra vez que "oyó, miró y vio". Reitera e implica
su sentido de la vista y del oído para enfatizar la realidad de su
experiencia. Y la segunda parte del versículo 5 y también el
versículo 6 nos dicen:
5b
y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una
balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro
seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario,
y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite
ni el vino. (Ap. 6:5b-6)
El color de este caballo negro indica el color del luto. Esto lo
podemos verificar en el Antiguo Testamento, expresado por los
profetas Jeremías, en capítulo 4, versículo 28, y en Malaquías,
capítulo 3, versículo 14. En estos textos bíblicos se menciona
el color negro como el de luto; y también nos habla de
"hambre". En otro libro del Antiguo Testamento, escrito
también por Jeremías, llamado Lamentaciones, en el capítulo
4, versículo 8, leemos: Oscuro más que la negrura es su
aspecto; no los conocen por las calles; su piel está pegada a
sus huesos, seca como un palo.
Esto habla del hambre. El caballo negro con su jinete nos habla
de una hambruna que vendrá sobre la Tierra, un hambre
mundial, debido a la extrema escasez de alimentos que suele
ser la consecuencia de una guerra. Pero esta situación no
tendrá precedente alguno en toda la historia universal, porque
jamás se ha visto a todas las naciones afectadas al mismo
tiempo.
El historiador griego Heródoto, habló de una medida de cebada
o de trigo, como la ración de consumo diario de un soldado. Un
denario era en aquel entonces una moneda romana que
equivalía al salario por un día de trabajo. Así es que, el
trabajador no podrá mantener a su familia en aquel día.
El aceite y el vino son símbolos de los lujos que solamente
serán disfrutados por personas sin dificultades económicas, los
ricos. El aceite correspondería a lo que llamamos "artículos de
belleza", que en tiempos de guerra y pos-guerra, solamente
pueden ser adquiridos por lo más pudientes, por ser artículos
de lujo.
El vino estará presente en abundancia. No habrá suficiente
comida, pero no faltará el vino, aunque el disfrute será sólo por
aquellos que podrán pagar su exorbitante precio.
Durante la segunda guerra mundial, las personas con recursos
económicos, los ricos, en su gran mayoría podían obtener
carne. Ellos conseguían cualquier cosa que les apetecía. Los
ricos siempre podrán obtener lo mejor, mientras que las
personas de pocos o nulos recursos, los pobres, tienen que
conformarse con ser ingeniosos y creativos para paliar el
hambre y suplir al menos sus necesidades básicas. Por lo que
leemos aquí, en el capítulo 6 de Apocalipsis, vemos que nada
cambiará; que las cosas en este día futuro, serán "más de lo
mismo", como siempre ha existido en toda la historia de la
Humanidad. Así es como se ha vivido en el pasado, y así
también se vivirá en el futuro. Por mucho que se prometa la
creación de tecnologías inteligentes para el desarrollo de
novedosos programas agrarios, respetuosos inclusive con el
medio ambiente, con una mejor y más organizada distribución
de los sobrantes de los países del primer mundo, esto no
resolverá el problema de la pobreza. La generación de más
riqueza solamente ha conseguido que algunos tengan buenos
trabajos bien remunerados, pero hasta el presente, esta
afluencia no ha alcanzado a los verdaderamente "pobres". Es
penoso comprobar que por mucha ayuda humanitaria que se
envíe a países necesitados, estos recursos no siempre llegan a
su destino, o son utilizados correctamente para su fin. Salvo
honrosas excepciones, la corrupción individual o colectiva
siempre ha estado presente, sobre todo en las esferas de poder
e influencia. El egoísmo y la avaricia del corazón humano no
tienen límites, si no, este problema mundial que afecta a miles
de personas que mueren cada día de "hambre", se hubiera
podido resolver hace mucho tiempo.
Estimado amigo, amiga oyente, ésta es nuestra realidad actual,
el fiel reflejo de lo que padece el mundo globalizado del siglo
XXI. El cuadro que se nos presenta con la llegada del tercer
caballo negro, significará más hambre y sufrimiento, como no
se ha conocido jamás. La única razón por la cual nos hemos
explayado un poco más sobre esta terrible situación que
ocurrirá en un futuro es que, hay suficientes indicios para poder
comprender la magnitud de esta profecía. Hoy por hoy, ya hay
millones que carecen de lo que en el primer mundo llamamos
"artículos de primera necesidad". Los "pobres" siempre los ha
habido, pero en ese tiempo será a escala mundial.
Ya en el año 1798, el Rev. Tomás Malthus llegó a la conclusión
de que la necesidad de la población era mucho mayor, que el
poder de la tierra para producir lo necesario para generar la
suficiente alimentación para satisfacer a todos los seres
humanos. Él predijo entonces de que llegaría un día cuando se
presentaría un hambre a escala mundial. En 1959,
representantes de las 70 naciones que formaban las Naciones
Unidas en ese tiempo se reunieron en Roma para "combatir el
hambre y la mal nutrición". En esa reunión, el ya citado
Toynbee, dijo: "Tarde o temprano habrá un límite en la
producción alimenticia, y entonces, si la población continúa
aumentando progresivamente, el hambre realizará las
ejecuciones que tuvieron lugar en el pasado por el hambre, la
peste y la guerra, todo combinado".
Sir John Boyd Orr, quien fue director general de la Organización
Alimento y de Agricultura de las Naciones Unidas, cuando
ocupaba este cargo, dijo: "Concluiré mi actuación dando una
última advertencia al mundo. Si esto no es resuelto, habrá un
caos mundial en los próximos 50 años. Las naciones del mundo
están enajenadas". Esta fue su declaración.
Millones de personas no saben lo que es vivir sin hambre. Miles
mueren cada día, no de enfermedad, sino de hambre y mala
nutrición. Pero nada será comparado a lo que sucederá un día,
al paso del caballo negro del Apocalipsis, capítulo 6. El hambre
siempre sigue a la guerra. Y ahora, en los versículos 7 y 8,
tenemos el cuarto sello en este capítulo, leemos:
7
Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente,
que decía: Ven y mira. 8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y
el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le
seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra,
para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las
fieras de la tierra. (Ap. 6:7-8
Aquí se describe a una enfermedad, a una plaga de
proporciones catastróficas que consumirá una cuarta parte de
la población de la Tierra. No habrá suficiente medicina,
antibióticos o penicilina para curar a todos los afectado en ese
tiempo.
...Tenía por nombre Muerte.. Debemos resaltar notar que aquí
se le da al jinete el nombre "muerte", pero escrito con
mayúscula. En nuestro próximo programa comentaremos con
más detalle este texto, porque la "muerte" es mucho más que
el simple cese de toda actividad física. Es mucho más que eso,
para un ser humano. Comentaremos ese aspecto en la próxima
ocasión.
El apóstol Juan ha descrito en su libro profético, el Apocalipsis,
una gran escena que vio y oyó en el Cielo. Nos ha relatado
como estos cuatro jinetes, salieron en estampida, uno tras
otro, según Jesucristo abría los 4 primeros sellos y así les
ordenaba hacer. Deseamos mencionar como conclusión, las
palabras de Jesucristo, registradas en el evangelio de Mateo,
capítulo 24, versículo 5, done Jesús habla de "las señales antes
del fin"; dijo: Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo:
Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Estas palabras forman
parte de Su discurso en el Monte de los Olivos. Es interesante
observar la secuencia de Sus palabras. Él dijo en primer lugar:
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el
Cristo, y a muchos engañarán. Ese sería la representación del
jinete del caballo blanco, el Anticristo, que se hará pasar por
"el salvador del mundo". Y oiréis de guerras y rumores de
guerras. Estas palabras se pueden aplicar al segundo jinete,
cabalgando sobre el caballo rojo, que desatará la guerra,
muerte y destrucción. Luego dijo: Mirad que no os turbéis. Y
continuó diciendo: Porque se levantará nación contra nación, y
reino contra reino; y habrá pestes, y hambres. Este es la
descripción del tercer caballo, el caballo negro, que sembrará
hambre en el mundo. Y: Habrá pestes. Ese es el cuarto caballo,
de color amarillo. Y terremotos en diferentes lugares; y todo
esto será principio de dolores. Es el comienzo del período de la
Gran Tribulación sobre la Tierra. El Señor Jesucristo anunció en
Su discurso del Monte de los Olivos lo que años más tarde le
sería revelado a Juan en la Isla de Patmos.
Bien, amigo oyente, vamos a detenernos aquí, para continuar
con este interesante estudio en nuestro próximo programa.
Mientras tanto, le sugerimos que continúe la lectura de este
capítulo 6 de Apocalipsis para familiarizarse con este texto que
comentaremos en nuestro próximo programa. ¡Que Dios
bendiga Su Palabra, que es vida, y vida en abundancia!

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