Marcos Saavedra

El amor como búsqueda de ser amado

En este primer punto Trataremos de pensar por qué, es la sociedad moderna,

el amor está en crisis. Podemos ver, cada vez más, matrimonios que duran solo un
tiempo, amistades que se rompen después de años, la relación entre padres e hijos Cada
vez más conflictivas. Por qué no hablar, también, del amor a uno mismo que también
está en crisis ya que se puede observar, una innumerable cantidad de casos, de gente con
muy baja autoestima.
El hombre es definido por muchos como un animal racional. La razón, que
lo distingue clara y radicalmente del resto de los animales, le da una conciencia de si
mismo. Erich Fromm, en su libro “El arte de amar”, nos dice que está conciencia de sí,
le hace descubrir al hombre su “Separatidad”. El hombre se sabe, sólo, uno, distinto del
resto. Antes de nacer, el hombre es uno con su madre, ya que está dentro de ella. Al
nacer, con el tiempo, va tomando conciencia de su “separatidad” y siente una gran
angustia al descubrirse solo frente a un mundo que en muchos casos resulta amenazante.
El autor se anima a decir incluso, que está sensación de soledad, es la fuente de toda la
angustia. Más aún sí uno no logra liberarse de está insoportable prisión, corre el riesgo
de volverse loco. El hombre necesita juntarse con otros hombres, para romper con las
cadenas en la soledad, y el único camino valido que nos lleva a la unión con otros es el
amor. Pero ¿Por qué si el hombre necesita vivir del amor éste está en crisis? ¿que hace
que algo tan necesario y vital para nosotros, hoy no perdure en el tiempo?
El primer punto por tratar tal vez es, que, a pesar de su necesidad de estar
con otros, el hombre de hoy es egoísta, y piensa mas en si que en los demás. Erich
Fromm nos dice que, “para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste
fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De
ahí que para ellos el problema sea como lograr que se los ame, cómo ser dignos de
amor.” He aquí uno de los problemas fundamentales que lleva a la crisis del amor, éste
solo se busca para salir de la angustia de la soledad y no como algo bueno en si mismo.
Bauman, en su libro “El amor líquido” y Fromm tienen sobre el amor dos teorías
opuestas. El primero cree que, no se puede aprender a amar. Que el amor, así como la
muerte, es algo que nos toca y nos llega en el momento menos pensado, de la nada. Por
el contrario, Fromm, arranca su libro preguntándose si el amor es un arte, o
simplemente una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo
con lo que uno tropieza si tienen suerte. Él considera que la mayoría de las personas
cree en la segunda teoría, pero él basa su libro en la primera ya que, como el título
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indica, considera que el amor es un arte. Personalmente comparto la idea de que no solo
se puede, si no que se debe aprender a amar. Es tal vez el arte mas difícil, algo que nos
va a llevar toda la vida, y es por eso que hoy esta en crisis.
Bauman sí comparte con Fromm la idea de que el hombre de hoy es egoísta.
Él plantea que: “en nuestro mundo de rampante individualización las relaciones son una
bendición a medias. Oscilan entre un dulce sueño y una pesadilla, y no hay manera de
decir en que momento uno se convierte en la otra.” El hombre de hoy quiere todo ya, de
inmediato. Está acostumbrado a tener al alcance de un “clic” toda la información que
necesita. Busca hacer todo con el menos esfuerzo; no quiere grandes sacrificios ni
mucho menos cosas que lo angustien o preocupen. Al descubrir que muchas veces el
amor se torna una pesadilla, al no entender la idea de que el amor lleva tiempo y no se
da de inmediato como muchas de las cosas hoy, al no estar dispuesto a sacrificar nada ni
a sufrir por nada, cuando el amor deja de generar satisfacción, lo desecha.
Esto nos lleva a otra idea, que también podemos encontrar en el libro “El
arte de amar”, que es el hecho de que vivimos en una sociedad consumista. El hombre
de hoy busca comprar y claramente que aquello que compra le sea favorable. Las
personas caen, muchas veces en esta misma bolsa. Se busca solamente en el otro,
aquello que a uno le genera atracción, y al igual que uno compra una computadora o un
celular, el hombre solo se permite enamorarse cuando cree haber encontrado en otra
persona lo mejor en el mercado. Cuando la persona que tenemos al lado deja de ser para
nosotros lo mejor ya que empezamos a conocerla tal cual es, con sus límites y defectos,
simplemente ésta se descarta y se va en busca de una nueva persona. Se da la misma
lógica que la del mercado, el hombre pasa a ser un objeto más que conseguir.
Esto a su vez nos lleva a otro error que genera la crisis en el amor. Las
personas confunden amor con el estar enamorados. E, Fromm resalta en su libro que “si
dos personas que son desconocidas la una para la otra, como lo somos todos, dejar caer
de pronto la barrera que los separa, y se sienten cercanas, se sienten uno, ese momento
de unidad constituye uno de los más estimulantes y excitantes de la vida”. Esto genera
una sensación de placer y una rápida atracción sexual que hoy por hoy llega rápido a su
consumación. Sin embargo, este tipo de amor es muy poco duradero. Con el tiempo, las
personas llegan a conocerse mejor, y esa intimidad que al principio resultaba tan
estimulante, va perdiendo su “fuego” inicial, se suele caer en la monotonía, lleva a
varias desilusiones y termina matando la excitación inicial. Por ello Fromm afirma: “al
comienzo no saben todo esto: en realidad, consideran la intensidad del apasionamiento,
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ese estar “locos” el uno por el otro, como una prueba de la intensidad de su amor,
cuando solo muestra el grado de su soledad anterior.” MARCAR CITA
La idea de que, no hay nada más fácil que amar, si bien todo demuestra lo
contrario, sigue siendo muy fuerte en la sociedad de hoy. En este tiempo donde el
hombre fracasa una y otra vez en su intento de amar, solo caben dos opciones. La
primera es renunciar a la idea de que el amor es algo alcanzable y la segunda tratar de
pensar qué es el amor y cómo llegar a él. Puesto que la primera es imposible ya que el
hombre necesita del amor para escapar de su soledad y no caer en la locura, nos queda
entonces examinar el verdadero significado del amor y ver como podemos alcanzarlo.

El amor como arte, esfuerzo y compromiso. Donación.

Para abordar este segundo punto nos centraremos en el libro “los cuatro amores” de C.S
Lewis. En su introducción, el plantea una distinción entre dos amores: Amor-dadiva y
Amor-necesidad. Pone como ejemplo entonces, para el amor-dádiva, aquel amor que
mueve al hombre a trabajar, a hacer planes a futuro y ahorrar para el bienestar de su
familia, el amor que se da por los demás. Para el amor-necesidad pone el ejemplo de un
niño que se lanza solo y asustado a los brazos de su madre.
Al igual que el autor, antes de leer esta introducción, consideraba claramente que el
amor-dadiva era el amor mas perfecto. De hecho, todo el primer punto tratado bajo el
titulo “el amor como búsqueda de ser amado” plantea un poco como la “necesidad” de
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sentirse amado de algún modo esta matando este amor de donación, este amor-dadiva, y
durante este escrito pretendía ver como proponer una solución para revertir dicha
problemática. Partiendo de la base de que “Dios es amor” (1 Jn 4, 8) y que por
definición a Dios no le falta nada, Dios no puede amar por necesidad. Por ende, el amor
más perfecto que es el de Dios, es puro amor-dadiva. Al igual que C.S. Lewis,
“Esperaba escribir algunos sencillos panegíricos sobre la primera clase de amor y
algunas críticas en contra del segundo. Y mucho de lo que iba a decir todavía me parece
que es verdad; aún pienso que si todo lo que queremos decir con nuestro amor es deseo
de ser amados, es que estamos en una situación muy lamentable. Pero lo que no diría
ahora (con mi maestro MacDonald) es que si significamos el amor solamente con ese
deseo estamos, por eso, llamando amor a algo que no lo es en absoluto. No, ahora no
puedo negar el nombre de «amor» al amor-necesidad.” Me animo a citar todo el párrafo
completo porque, antes de leer esta introducción, este trabajo tenia esta finalidad,
criticar el segundo modo de amar para llegar al amor mas perfecto que es el segundo.
Ahora descubro que el tema no es tan sencillo como parecía, y que, de algún modo,
ambos amores, deben convivir en un modo sano.
El problema del amor-necesidad, es cuando, como vimos anteriormente, este brota del
puro egoísmo humano. Pero, a nadie se le ocurriría pensar que, un niño asustado que
busca a su madre por necesidad, o incluso un adulto en un momento de crisis que busca
a un amigo para recibir algún consuelo, es un egoísta. De hecho, el autor plantea con
sabiduría que, aquellos hombres que creen no necesitar de nadie y no saben buscar el
amor de otros, son por lo general los mas egoístas. Esto mismo plantea Erich Fromm, y
es la premisa con la cual comencé este escrito. ¿Cómo puede ser que, sabiendo que el
hombre necesita del amor del otro para sobrevivir, el amor este en crisis? Si, el hombre
necesita del amor del otro, el amor necesidad es una pata fundamental en nuestro ser
finito y limitado.
Considero de que parte de la falsa premisa de que el amor es pura donación, de la cual
partía antes de ponerme a leer y reflexionar sobre el tema surge en parte de un amor mal
entendido muchas veces en el Cristianismo. Esto se puede ver con cierta claridad en la
encíclica “Deus Caritas est” de Benedicto XVI. Aquí el nos habla del amor-eros y
agape. Creo que, una mala compresión de la sexualidad y del amor eros nos ha llevado a
entender al mismo como un amor de pura necesidad por egoísmo. Como si el amor eros
fuera solamente el placer por el placer mismo. A su vez una mala interpretación del
amor-agape puede llevarnos a entender a este como una forma estoica de un amor de
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pura donación. Esta ultima es, muchas veces, ensalzada por la cultura Cristiana,
teniéndolo como lo más perfecto y desechando por completo la idea de que eros pueda
entrar en la dinámica del amor.
He aquí que podemos entender la afirmación de Friedrich Nietzsche, de que el
cristianismo “habría dado de beber al eros un veneno, el cual, aunque no le llevó a la
muerte, le hizo degenerar en vicio. El filósofo alemán expresó de este modo una
apreciación muy difundida: la Iglesia, con sus preceptos y prohibiciones, ¿no convierte
acaso en amargo lo más hermoso de la vida? ¿No pone quizás carteles de prohibición
precisamente allí donde la alegría, predispuesta en nosotros por el Creador, nos ofrece
una felicidad que nos hace pregustar algo de lo divino?” Cita de deu caritas est
Es claro que muchas veces nuestra cultura el eros es degradado a puro “sexo” a la pura
corporeidad y a esta postura si se opone el cristianismo, y a su vez, el agape mal
entendido por el Cristianismo muchas veces hace del amor algo mecánico y racional
quitando de lado la pasión. Se podría decir que un eros si agape da como resultado un
dualismo de cuerpo sin alma, y un agape sin eros da el resultado contrario.
Entonces, ¿Cómo llegar a una síntesis entre ambas? Primero, entendiendo que la una no
se opone a la otra, y que deben ser complementarias. No pretendo aquí hacer un análisis
exhaustivo sobre la encíclica ya que considero que el tema seria muy amplio y nos
desviaríamos del punto al cual busco llegar. Solamente intento volver a expresar, dicho
con otros términos, como el amor que verdaderamente plenifica al hombre, de ninguna
manera puede ser una búsqueda egoísta o de puro placer como bien decía Erich Fromm.
Pero tampoco puede darse como un amor de entrega total y absoluta que termina siendo
puro estoicismo y considero que muchas veces cae también en una búsqueda egoísta de
“ser perfectos” y distorsionando así también el verdadero sentido del amor.
 Marcos Saavedra

Los tipos de amor

Habiendo reflexionado ya sobre, como purificar nuestro modo de amar y

como no caer en extremos a la hora de amar, nos toca ahora distinguir los distintos tipos
de amor. Si bien utilizamos muchas veces en nuestro lenguaje la palabra “amor” de
modo único para todo tipo de amor, o muchas veces lo dejamos solo para el amor en
una pareja, debemos descubrir que hay varias formas de amor y que a cada forma le
corresponde también un modo de amar.