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La escritura y la firma como máquina de clamorear.

IMPLICACIONES:

La unidad de sentido del libro, la unidad como bella totalidad del libro.

Trato de mantenerme en el límite del discurso filosófico.

Derrida hace un trabaj de lectura de los textos de Occidente como especies de síntomas de
algo que no ha podido presentarse en la historia d ela filosofía, que no
está
además presenteen ninguna parte, puesto que se trata, en todo este asunto, de
cuestionar esa determinación mayor del sentido del ser
como presencia, determinación en la que Heidegger ha sabido reconocer el
destino de la filosofía.

CLASES:

El lenguaje forma y fija sentidos y tienede a borrar sus propias huellas.

Donde hay voz hay presencia, expresión de lo interior hacia lo exterior, lo intencional, de una
adentro (alma) hacia afuera. Idealidad del sentido - mente, alma, razón, etc. - inmaterialidad.

La escritura siempre servil, suplemente, de la voz.

La escritura es, en un sentido, masturbación, se piensa en términos de ausencia, diseminación,


la semilla que no cae en el surco porque la escritura, a diferencia de la voz, es ausencia, la
intencionalidad se desplaza, se disemina. Está abandonada al mundo, no queriere la presencia.

La escritura tiene un carácter peligro, pharmakon : veneno, hace que el alma depende de algo
material , algo que ya no es ella misma)

"De este modo, las pirámides nos presentan la imagen simple del arte simbólico mismo; son enormes cristales que esconden en sí algo
interno, y de tal modo lo encierran como una figura externa producida por el arte, que resulta que son ahí para esto interno escindido de
la mera naturalidad y sólo en relación con lo mismo. Pero este reino de la muerte y de los invisible que aquí constituye el significado
tiene sólo un aspecto, y ciertamente formal, que pertenece al verdadero contenido artístico, a saber, el de estar apartado del ser-ahí
inmediato, y así sólo lo está ante todo el Hades, todavía no una vitalidad, que, aunque exonerada de los sensible como tal, al mismo
tiempo es sin embargo igualmente espíritu que es ahí en sí y por tanto en sí libre y vivo. Por eso la figura de tal interior resulta asimismo
una forma y una envoltura todavía enteramente externas para el contenido determinado de la misma. Las pirámides son un tal entorno
externo en que algo interno yace oculto."
Hegel, G. W. F., Lecciones sobre la estética, trad. A. Brotóns Muñoz, Madrid, Akal, 1989, p. 263.

"¿Qué sería un “negativo” que no se dejara relavar? ¿y que, en suma, en tanto que negativo, pero sin aparecer como tal sin
presentarse, es decir, sin trabajar al servicio del sentido, tuviera éxito? Pero, ¿tendría éxito en pura pérdida?
Simplemente una máquina, quizá, y que funcionaría. Una máquina definida en su puro funcionamiento y no en su utilidad final, su
sentido, su rendimiento, su trabajo.
Si se considera la máquina con todo el sistema de equivalencias en el instante recordado, se puede arriesgar la proposición siguiente: lo
que Hegel intérprete relevante de toda la historia de la filosofía, nunca ha podido pensar, es una máquina que funcionara. Que
funcionara sin ser regulada en ello por un orden de reapropiación. Un funcionamiento tal sería impensable en tanto que inscribe el sí
mismo un efecto de pura pérdida. Sería impensable como un no-pensamiento que ningún pensamiento podría relevar, constituyéndola
como su propio opuesto, como su otro. La filosofía vería allí sin duda un no-funcionamiento, un no-trabajo, y le faltaría por ello lo que, sin
embargo, en una máquina semejante, funciona. Cempletamente solo. Fuera."
Derrida, J., “El pozo y la pirámide” en Márgenes de la filosofía, trad. C. González Marín, Madrid, Cátedra, 1994, p. 143.
Escritura, acepción corriente, como medio de comunicación

Rasgos que para Derrida son nucleares de la escritura:

1) Su ruptura con la comprensión de la comunicación como comunicación de las conciencias o


de la presencia o como transporte (medio) del querer-decir.

2) la sustracción de toda escritura al horizonte de sentido.

3) Polisemia ≠ Diseminación, éste es el concepto de la escritura.

4) La descalificación o limitación del concepto de "contexto".

Los rasgos que se pueden reconocer en el concepto clásico de escritura& (Condillac y toda la
tradición) son generalizables, extendibles, no sólo a todo el órden d elos signos y para todo el
lenguaje en general, sino incluso más allá de la comunicación semio-linguistica, para incluso la
experiencia del ser (es decir, la llamada "presencia") [osea, también para la voz].

& a) Un signo escrito es una palabra que permanece que no se agota en el presente de su
inscripción y que puede dar lugar a una repetición en la ausencia y más allá de la presencia del
sujeto emisor.

b) el signo escrito conlleva una ruptura con su contexto "real" (el presente de la inscripción, la
presencia del escritor en lo que ha escrito, su intención, el querer-decir que animaría aquel
momento de la inscripción; aún perdido todo esto al signo conserva su derecho de ser legible)
y "semiotico" (a causa de la iterabilidad, siempre podemos tomar un sintagma escrito fuera del
encadenamiento en el que está tomado o dado, sin hacerle perder toda posibilidad de
funcionamiento, sino toda posibilidad de "comunicación"; podemos, llegado el caso,
reconocerle otras injertándolo en otras cadenas.). NINGUN CONTEXTO PUEDE CERRARSE
SOBRE ÉL.

c) el espaciamiento que constituye el signo escrito: espaciamiento que lo separa de los otros
elementos de la cadena contextual "semiotica" (ver b), pero también de todas las formas de
referente presente, objetivo o subjetivo. Este espaciamiento no es la simple negatividad de
una laguna, sino el surgimiento de la marca. NO PERMANECE COMO TRABAJO DE LO
NEGATIVO AL SERVICIO DEL SENTIDO DEL CONCEPTO VIVO, DE TELOS, RELEVABLE Y
REDUCIBLE EN EL AUFHEBUNG DE UNA DIALECTICA.

La unidad del signo se constituye por su iterabilidad, por la posibilidad de ser repetida en la
ausencia no solamente de su "referente", lo cual es evidente, sino en la ausencia de un
significado determinado o de la intención de signifiación. Esta posibilidad de separación me
parece que hace de toda marca, aunque sea oral, un grafema en general, la permanencia no-
presente de una marca diferencial separada de su pretendida "producción" u origen. Y yo
extendería esta ley incluso a toda experiencia en general si aceptamos que no hay experiencia
de presencia pura, sino sólo cadenas de marcas diferenciales (Todo es texto).

Todo singo (linguistico o no, hablado o escrito), puede ser citado; por ello puede romper con
todo contexto dado, engendrar al infinito nuevos contextos, de manera absolutamente no
saturable. Esto no supone que la marca valga fuera de contexto, sino al contrario que no hay
más que contextos sin ningún centro de anclaje absoluto. Esta citacionalidad, esta iterabilidad
de la marca no es accidental, es eso sin lo cual una marca no podría siquiera tener un
funcionamiento "normal". ¿qué sería de una marca cuyo origen no pudiera perderse en el
camino?.

La firma

Para Austin en la enunciación escrita la fuente está presente en la firma (la firma es
evidentemente necesaria dado que las enunciaciones escritas no están ligadas a su fuente
como lo están las enunciaciones verbales.)

Una firma escrita implica por definicipon la no presencia acutal o empirica del signatario, pero
señala también y recuerda su haber estado presente en un ahora pasado. Para que se
produzca la ligadura con la fuente, es necesario, pues, que sea retenida la singularidad
absoluta de un acontecimiento de firma y de una forma de firma: la reporductibilidad pura de
un acontecimiento puro. ¿hay algo semejante? La singularidad absoluta de un aocntecimiento
de firma ¿se produce alguna vez? ¿hay firma? Sí, pero la condición de posibilidad de la firma es
simultanramente su condición de imposibilidad, imposibilidad de su pureza. . Para funcionar,
para ser legible, una firma debe poseer una forma repetible, iterable, imitable; debe poder
desprenderse de la intención presente y singular de su producción.

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