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Trabajo del libro “Sobre la muerte y los moribundos”

Mayo 2019
Cuestionario

1. La intención de la autora a lo largo del libro podría decirse que es principalmente,

lograr normalizar el tema de la muerte, pues cómo bien menciona desde el principio, éste

es un tema que si bien es inevitable y es el fin último de las personas, aún es tratado con

mucha inmadurez pues ha sido un evento que se ha convertido en un tabú.

Pretende mediante su escrito lograr que las personas se den cuenta de la importancia

de hablar y expresar los sentimientos al momento de afrontar la muerte, tanto en los

moribundos y enfermos terminales, como en quienes los rodean: familiares, amigos e

inclusive los niños; pues resalta las consecuencias psicológicas que pueden afectar a los

pequeños cuándo a estos se les engaña y se les aparta de este evento que no es nada más

que algo natural.

También comparte y expone las 5 fases del duelo a las cuales se enfrentan las

personas que se han enterado que tienen una enfermedad terminal y que por tanto

morirán, no solo para que quienes la vivan o quienes acompañen al paciente puedan

entender lo que sucede psicológicamente en dichos momentos, sino también para

finalmente resaltar la importancia de la compañía y el silencio ya que resultan ser la

mejor terapia para el afectado, pues, como bien señala la autora, “en esos momentos es

demasiado tarde para las palabras”. (Kübler 1969)

2. La autora, Elisabeth Kübler Ross, vive una gama muy amplia de experiencias a lo

largo del experimento que realiza para finalmente plantear dicha información en su libro:

Sobre la muerte y los moribundos. Estas experiencias son principalmente derivadas de las
entrevistas que realiza a los pacientes terminales y del proceso e incomodidades en las

cuales se encontró para lograr llevarlas a cabo.

Una de las experiencias sorprendentes que tuvo fue cuándo los especialistas de la

salud se negaban a dejarla hablar con los pacientes o si aceptaban igual mostraban cierto

recelo al respecto, lo cual le demostró que inclusive los médicos, doctores, enfermeras y

personal de centros médicos, quienes se enfrentan a la muerte a diario tampoco han

aprendido a hablar de ella ni a normalizarla, sino que también conviven con el tabú

generalizado que se ha instaurado en la sociedad. Por otro lado, al realizar las entrevistas

se sorprendió de observar que la mayoría de los pacientes aceptaran recibirla y conversar

y quienes hablaban con ella posteriormente llegaron a describir un sentimiento de

tranquilidad y mejoría por lo menos a nivel espiritual.

Con gran sorpresa y alegría la autora, se dio cuenta también que los estudiantes que

participaban de su seminario parecían estar completamente entregados a aprender y

crecer como profesionales, lo cual al parecer fue muy gratificante ya que teniendo en

cuanta que su intención es normalizar la muerte y enseñar cómo las palabras y la forma

de comunicarse con los pacientes es su objetivo primordial, el hecho de poder

comunicársela a sus estudiantes y que ellos estuviesen dispuestos a aprender significó un

gran logro.

3. La etapa de la vida en la cual se basa el libro es en la cual las personas se han

dado cuenta que morirán o que un ser querido morirá. Para este primer caso la autora

describe esencialmente 5 fases de duelo en las cuales se evidencian las confrontaciones y


luchas que se evidencian en los pacientes en dicho estado, cómo van cambiando y de

alguna manera acostumbrándose a la idea a medida que pasa el tiempo.

En primer lugar se experimenta la angustia, pues como bien menciona en su texto la

muerte es un evento al que nadie desea enfrentarse y por ello se genera el constante temor

al saber que será inevitable y más pronta de lo esperado. Posteriormente se experimentan

sentimientos de temor y miedo a una pérdida irreparable, por parte de quien rodea al

enfermo y el enfermo mismo se encierra en su enfermedad, no la acepta, piensa que

realmente no le está pasando a él, (fase de negación).

A medida que se va aceptando la condición de enfermedad también se manifiesta la

ira, el enojo, pues como plantea Kübert, el paciente se torna agresivo contra sus seres

queridos y cercanos, pero no es porque realmente tenga rabia contra ellos, sino porque

siente esa ira contra él mismo, incluso en algunos casos entra en conflicto con la religión

y con ese ser al que se encomendó tanto, pues parece un decepción, una traición que sea

su voluntad causar la muerte. Este sentimiento lleva a la autora a plantearse que la muerte

no ha sido aceptada como algo inevitable, natural, que carece de maldad, pues en

numerosas religiones y diferentes comunidades a ésta se le ha dado un carácter de

castigo, de un fenómeno causado por un ser externo, superior. También está la teoría

dada por las religiones de que para alcanzar un cielo o una paz tras la muerte es necesario

atravesar por un gran sufrimiento y dolor en la etapa terrenal; estos dos factores

mencionados pueden causar un gran detrimento en la cualidad de vida humana. También

en el factor religioso se evidencia que la persona normalmente reza e implora a su dios,

además de pedir plazos para cumplir algún sueño o llegar a presenciar algún evento

importante.
Ya en las últimas etapas se evidencia el desinterés y depresión por parte del enfermo

y por último la aceptación en la cual ya se acepta en paz y tranquilidad la condición en la

cual se vive. La autora resalta que no todos los pacientes alcanzan a llegar a dicha etapa

pero que claramente sería lo ideal tanto para la tranquilidad de la persona como para la de

quienes lo rodean.

No solo se mencionan estas etapas, también se mencionan los sentimientos que

vendrán tras la muerte del ser querido, que muchas veces es el enojo e ira que la autora

atribuye a la falta de comunicación y expresividad de la muerte y los sentimientos al

respecto, el tema se evita y es este vacío en la comunicación el cual hace que el proceso

de sanción y superación sea aún más lento y doloroso.

4. Tras leer el libro de Elisabeth Kübler se hace posible conocer de una mejor

manera el fenómeno de la muerte, pues la forma en la cual lo relata es natural y toca

temas que muchas veces se tratan de evitar. Se hace evidente que en la actualidad ya la

sociedad está acostumbrada a no hablar de la muerte, ya se percibe como común evitar el

tema, antes se mira extraño a quien hable de ello abiertamente. Es obvio que la muerte es

segura para todos los seres humanos y seres vivos, es un final inevitable, pero aunque

todo el mundo lo sabe se hace evidente que siempre se piensa para un futuro lejano, tan

lejano que no pareciera llegar, pues con las reacciones que demuestran los individuos al

darse cuenta de que padecen una enfermedad terminal se puede evidenciar que aunque

sabían que en algún punto de su existencia morirían no esperaban realmente hacerlo y es

esto lo que conlleva a la negación mencionada en las fases que describe la autora.
Por otro lado aunque se trate de aceptar la muerte y saber que ésta viene

irremediablemente para todos los seres humanos se hace evidente la falta de preparación

para la misma, pues la autora plantea que incluso los profesionales de la salud que se

encuentran de frente con dicha situación prácticamente a diario tampoco han sabido

manejarla y reconocerla como un proceso que de alguna manera no está mal pues es un

ciclo natural de la vida, y si ni los más expertos saben reaccionar ante ella, para los

pacientes y enfermos que están a punto de enfrentarse a dicha realidad es evidentemente

más compleja.

También a raíz de la lectura del libro se hace posible entender que en el momento en el

cual hay un ser querido en condiciones terminales, quienes lo acompañan poseen una

gran responsabilidad ya deben tratar de mantenerse fuertes y mantener un temperamento

adecuado, pues está bien mostrar preocupación pero nunca lástima y es entonces algo

muy complicado de llevar a cabo, pero como resalta la autora es de vital importancia para

el correcto desarrollo y evolución de las fases del duelo. También deben estar preparados

pues al momento de enfrentar la muerte se experimentan diferentes sentires y

pensamientos que afectan los estados de ánimo de los implicados. Finalmente, creo que

lo que mejor que puede llegarse a conocer de la muerte es que es inevitable y lo que

mejor se puede hacer para acompañar a quien prontamente la enfrentará es brindarle una

buena compañía y no sentir que hablar al respecto está prohibido, sino que antes bien es

conveniente para un proceso más pacífico y tranquilo.

5. Respecto a los planteamientos de la autora no podría estar más de acuerdo pues

incluso era algo en lo cual no había llegado a pensar hasta que fue planteado en su libro:
la muerte ha sido relevada a un papel prohibido, tabú y esto es algo ya tan normalizado

que nunca me había planteado la importancia de hablar de ello, pero es evidente que es

fundamental no solo para la salud mental y espiritual de los moribundos, sino también

para la de sus familiares. Sin embargo, creo que es un tema que a pesar de saber que es

altamente relevante hablar de ello no es una cosa que pueda empezarse a hacer con tan

solo leer el libro, pues nos encontramos en una sociedad en la cual las personas han sido

criadas con la idea de que no se debe hablar de ello, con miedo a siquiera mencionar el

tema , entonces es algo complicado y la forma de normalizarlo, quizá no sea para nuestra

generación sino para la próxima pues ya sabiendo esto la formación en los niños deberá

empezar a ser diferente y paulatinamente el tabú alrededor de la muerte irá

desapareciendo, así como ha sucedido con tantos otros temas a lo largo de la historia de

las sociedades. Considero que si bien se puede acostumbrar a las personas a hablar al

respecto y a dejar el miedo a conversar al respecto, es mucho más complicado lograr

hacer de las fases del duelo más sencillas, pues, la muerte al ser un evento desconocido e

incierto siempre hace en las personas aflorar el miedo.

Por otro lado, la terapeuta familiar Gabriela Garmendia Márquez, plantea su

conformidad con el texto en su reseña y especialmente recalca la importancia que tiene el

contenido del mismo para su desempeño como terapeuta, pues da testimonio de que a

través de su experiencia ha podido llegar a ver la muerte como una experiencia para

crecer y a su vez ha podido comprobar el beneficio de hablar y compartir los miedos con

el paciente terminal y el familiar pues como bien han sido planteados en el libro son

estos procesos de verdadera sanación y ayuda para los implicados. A su vez recalca lo

mucho que pudo aprender especialmente del capítulo del libro en el cual se relatan las
entrevistas entre Elisabeth Kübler y los pacientes, pues esto le ha llevado a entender que

siempre existe una forma adecuada para expresarse con los pacientes, pues no debe

hablárseles como a cualquiera sino con cierto grado de sensibilidad sin nunca ir a

confundirlo con lástima y a su vez que el acompañamiento y el guardar silencio también

es de alta relevancia cuando de ayudar a los enfermos terminales se trata.


Lista de referencias

Kübler, E., (1969). Sobre la muerte y los moribundos. Nueva York: editorial Grijalbo,

cuarta edición.

Garmendia, G,. (2012). Reseña “sobre la muerte y los moribundos”. Instituto de

entrenamiento en pareja y familia, A.C.

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