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efecto sobre una región del espacio generado por una corriente eléctrica o un imán
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El término se usa para dos campos distintos pero estrechamente relacionados, indicados
por los símbolos B y H, donde, en el Sistema Internacional de Unidades, H se mide en
unidades de amperios por metro y B se mide en teslas o newtons por metro por amperio. En
un vacío, B y H son lo mismo aparte de las unidades; pero en un material con
magnetización (denotado por el símbolo M), B es solenoidal (no tiene divergencia en su
dependencia espacial) mientras que H es no rotacional (libre de ondulaciones).
Los campos magnéticos se producen por cualquier carga eléctrica producida por los
electrones en movimiento y el momento magnético intrínseco de las partículas elementales
asociadas con una propiedad cuántica fundamental, su espín. En la relatividad especial,
campos eléctricos y magnéticos son dos aspectos interrelacionados de un objeto, llamado el
tensor electromagnético. Las fuerzas magnéticas dan información sobre la carga que lleva
un material a través del efecto Hall. La interacción de los campos magnéticos en
dispositivos eléctricos tales como transformadores es estudiada en la disciplina de circuitos
magnéticos.
Fuerza de Lorentz
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Entre las definiciones de campo magnético se encuentra la dada por la fuerza de Lorentz.
Esto sería el efecto generado por una corriente eléctrica o un imán, sobre una región del
espacio en la que una carga eléctrica puntual de valor (q), que se desplaza a una velocidad
{\displaystyle \mathbf {(v)} } {\mathbf {(v)}}, experimenta los efectos de una fuerza que es
secante y proporcional tanto a la velocidad (v) como al campo (B). Así, dicha carga percibirá
una fuerza descrita con la siguiente ecuación.
{\displaystyle \mathbf {F} =q(\mathbf {v} \times \mathbf {B} )} {\displaystyle \mathbf {F}
=q(\mathbf {v} \times \mathbf {B} )}
donde F es la fuerza magnética, v es la velocidad y B el campo magnético, también llamado
inducción magnética y densidad de flujo magnético. (Nótese que tanto F como v y B son
magnitudes vectoriales y el producto vectorial tiene como resultante un vector perpendicular
tanto a v como a B). El módulo de la fuerza resultante será:
{\displaystyle |\mathbf {F} |=|q||\mathbf {v} ||\mathbf {B} |\cdot \mathop {\operatorname {sen}
} (\theta )} |{\mathbf {F}}|=|q||{\mathbf {v}}||{\mathbf {B}}|\cdot {\mathop
{\operatorname{sen} }}(\theta )
Historia
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Si bien algunos materiales magnéticos han sido conocidos desde la antigüedad, como por
ejemplo el poder de atracción que la magnetita ejerce sobre el hierro, no fue sino hasta el
siglo XIX cuando la relación entre la electricidad y el magnetismo quedó plasmada, pasando
ambos campos de ser diferenciados a formar el cuerpo de lo que se conoce como
electromagnetismo.
Antes de 1820, el único magnetismo conocido era el del hierro. Esto cambió con un profesor
de ciencias poco conocido de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, Hans Christian
Oersted. En 1820 Oersted preparó en su casa una demostración científica a sus amigos y
estudiantes. Planeó demostrar el calentamiento de un hilo por una corriente eléctrica y
también llevar a cabo demostraciones sobre el magnetismo, para lo cual dispuso de una
aguja de brújula montada sobre una peana de madera.
Mientras llevaba a cabo su demostración eléctrica, Oersted notó para su sorpresa que cada
vez que se conectaba la corriente eléctrica, se movía la aguja de la brújula. Se calló y
finalizó las demostraciones, pero en los meses sucesivos trabajó duro intentando explicarse
el nuevo fenómeno.¡Pero no pudo! La aguja no era ni atraída ni repelida por la corriente. En
vez de eso tendía a quedarse en ángulo recto. Hoy sabemos que esto es una prueba
fehaciente de la relación intrínseca entre el campo magnético y el campo eléctrico plasmada
en las ecuaciones de Maxwell.
Como ejemplo para ver la naturaleza un poco distinta del campo magnético basta
considerar el intento de separar el polo de un imán. Aunque rompamos un imán por la mitad
éste "reproduce" sus dos polos. Si ahora volvemos a partir otra vez en dos, nuevamente
tendremos cada trozo con dos polos norte y sur diferenciados. En magnetismo no se han
observado los monopolos magnéticos.