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CÓMO REALIZAR EL CULTIVO DE SANDÍA

Hoy vamos a conocer una idea general del cultivo de sandía para todo aquel que quiera
dejar un hueco en su huerto para esta cucurbitácea. Aquí trataremos los principales puntos
del desarrollo de la planta, con consejos y técnicas para conseguir un buen rendimiento de
la sandía. No dejes de lado esta impresionante fruta que a todos nos encanta cuando las
temperaturas suben.

Necesidades climáticas en el cultivo de sandía


La sandía es una planta que requiere condiciones altas de temperatura. Para que germine, y
lo haga bien, la temperatura del ambiente en el cultivo de sandía debe estar comprendida
entre 21 y 35º C (a partir de 15ºC puede iniciarse, o por lo menos, es el mínimo teórico.).

Una vez ya ha germinado y está en etapa de crecimiento, la temperatura de desarrollo


óptima está entre 21 y 30 ºC. Cuidado con temperaturas superiores a los 35 ºC, en las cuáles
tendremos que aportar riegos extras.

A partir de estos valores fácilmente alcanzables en verano, la planta de la sandía empieza a


traspirar y pierde mucha agua por evaporación, entrando rápidamente en un estrés hídrico
que tendremos que solucionar aportando agua de riego fácilmente asimilable por sus raíces.

Cuando las condiciones climáticas no permiten que la sandía acumule horas de calor, el
cultivo se suele acolchar o bien formar en invernaderos. El acolchado plástico es muy
común.

Calendario de recolección en el cultivo de sandía


La sandía se suele recolectar 80-100 días después de su plantación. La recolección se
efectúa cuando aparecen unas características comunes como el sonido ahuecado del fruto,
aparición de color amarillo en la parte inferior del fruto, desprendimiento de la piel fácil
con la uña, etc.

Elección de la parcela
La parcela donde se cultive debe tener las siguientes características:

-Buen drenaje.
-Sin pendiente.
-Sin malas hierbas.
-Sin residuos de herbicidas.
-Sin nematodos e insectos perjudiciales.

Labores de cultivo
Se debe realizar una labor profunda, ya que como hemos comentado antes, la sandía tiene
una raíz principal muy profunda.

La sandía es muy susceptible al crecimiento de malas hierbas y no recibe muy bien los
tratamientos herbicidas. Generalmente se suelen disponer de acolchados de polietileno
negro, con sus inconveninentes ambientales. En el caso de que se cultive en pequeñas
cantidades en el huerto, la limpieza de malas hierbas se puede realizar manualmente.

No se suelen realizar podas. Simplemente se retiran frutos deformados o podridos. En casos


excepcionales, si la rama se extiende fuera de la línea de cultivo se eliminan las puntas.

A la hora de abonar, si has dispuesto las sandías en tu huerto, lo más recomendable es que
sigas los fundamentos de la agricultura ecológica. Abonos orgánicos y naturales como el
compost o el estiércol van muy bien al cultivo si se aportan de fondo un mes antes de
trasplantar. Por eso, el bancal profundo funciona tan bien.

La semilla
Tienes dos opciones a la hora de plantar, o bien siembras las semillas en interior con
temperaturas controladas y más tarde trasplantas cuando la plántula tenga como mínimo
varias hojas verdaderas, o bien siembras directamente en tu huerto. Todo dependerá del
clima claro está, pero tienes que tener en cuenta lo siguiente:
La semilla de la sandía no tiene un poder de germinación muy alto, aunque dependerá sobre
todo del tipo de semilla que sea (las más modernas no tienen problema).

Lo más recomendable es que introduzcas varias semillas, alrededor de 3, por cada agujero
de plantación. No te preocupes si luego sale 1, 2 o 3, porque ya te encargarás tu de hacer un
repicado (mira el enlace si no sabes de qué trata).

Lo aconsejable es introducirlas en un agujero de no más de 3 centímetros de profundidad,


en el huerto definitivo (si lo proteges del frío), o en almácigos o recipientes preparatorios
con una mezcla de tierra, arena y compost.

Aquí tienes una opción ponerte manos a la obra con la adquisición de semillas de sandía.

Características del suelo en el cultivo de sandía


La sandía se desarrolla muy bien en suelos de textura media o limosos. Además, el suelo
debe tener buena capacidad de drenaje, porque la planta es susceptible al encharcamiento y
a Fusarium.

El pH de desarrollo del cultivo es ligeramente ácido y está comprendido entre 5 y 6,8.

Su resistencia a la salinidad se cataloga como sensiblemente moderada. Un exceso de sal en


el suelo induce problemas en el desarrollo y disminución del calibre de sus frutos.

Riego en el cultivo de sandía


La sandía puede desarrollarse en secano, pero su condición ideal es en regadío. Las
mayores necesidades de agua las requiere desde la floración hasta que finaliza el
crecimiento de sus frutos.

Una vez finaliza este periodo, en el cultivo de sandía es muy importante el control del
riego, que ha de ser constante para evitar el rajado o “cracking”.
Algunas fuentes señalan que una reducción progresiva del caudal de riego cuando finaliza
el crecimiento de los frutos aumenta el contenido de azúcares en la sandía.

PARA LA TABLA

Variedades más cultivadas


En el cultivo de sandía se buscan variedades de plantas vigorosas, de fruto grande, corteza
gruesa y carne rosada. Que reúnan estas características tenemos las siguientes variedades:

-Crimson Sweet: es la más cultivada. Tiene menor tendencia al ahuecado que otras
variedades. Los frutos suelen ser grandes (7-9 kg y de forma oblonga.

-Meridian F1: esta variedad es bastante productiva pero menor tamaño que la variedad
anterior.

-Imperial F1: es muy productiva, frutos medianos y corteza menos gruesa que las
anteriores. De forma más alargada.

-Pasión F1: variedad vigorosa y fruto de tamaño mediano.

-Agua dulce F1: menos vigorosa que Pasión F1 de piel oscura, fruto mediano y corteza
fina.

-Reina de corazones F1: tiene un comportamiento uniforme, el fruto es de forma


redondeada y es de tamaño medio.

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