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El presente trabajo se ha realizado gracias a una beca doctoral de la Fundación Caja
Madrid. Abreviaturas utilizadas: Archivo de los Duques de Alba (ADA). Archivo General
de Simancas (AGS): Estado (E), Casas y Sitios Reales (CSR), Cámara de Castilla (CC),
Contaduría Mayor de Cuentas (CMC), Escribanía Mayor de Rentas (EMR). Instituto dos
Arquivos Nacionais/Torre do Tombo (IAN/TT). Biblioteca Nacional de Madrid (BNM).
Instituto Valencia de Don Juan (IVDJ). Real Academia de la Historia (RAH).
Maravedíes (mrs).
2
Como botón de muestra destacamos los trabajos del profesor Martínez Millán y de
su equipo. J. Martínez Millán, ed., Instituciones y elites de poder en la monarquía hispana
durante el siglo XVI (Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 1992); J. Martínez
Millán, dir., La corte de Felipe II (Madrid: Alianza Editorial, 1994); J. Martínez Millán
y C. J. de Carlos Morales, dirs., Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía
Hispana (Valladolid: Junta de Castilla y León, 1998); J. Martínez Millán, dir., La corte
de Carlos V, 5 vols. (Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios
de Felipe II y Carlos V, 2000); J. Martínez Millán y S. Fernández Conti, dirs., La
Monarquía de Felipe II: La Casa del rey, 2 vols. (Madrid: Fundación Mapfre-Tavera, 2005);
C. J. de Carlos Morales, El Consejo de Hacienda de Castilla, 1523-1602. Patronazgo y
clientelismo en el gobierno de las finanzas reales durante el siglo XVI (Ávila: Junta de
Castilla y León, 1996); S. Fernández Conti, Los Consejos de Estado y Guerra de la
Monarquía Hispana en tiempos de Felipe II, 1548-1598 (Valladolid: Junta de Castilla y León,
1998); M. Rivero Rodríguez, Felipe II y el gobierno de Italia (Madrid: Sociedad Estatal
para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1998); I. Ezquerra
Revilla, El Consejo Real de Castilla bajo Felipe II. Grupos de poder y luchas faccionales
(Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y
Carlos V, 2000) y H. Pizarro Llorente, Un gran patrón en la corte de Felipe II. Don Gaspar
de Quiroga (Madrid: Universidad Pontificia de Comillas, 2004).
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... el lugar do es el Rey, e sus vasallos e sus ofiçiales con él, que an cotidiana-
mente de consejar e de servir, e los otros del Regno que se llegan y o por
onrra dél, e por alcançar derecho, o por fazer rrecabdar las otras cosas que an
de veer con él; e tomó este nonbre de una palabra de latyn que dizen ayors
(cohors), en que muestra tanto commo ayuntamiento de compannas, ca ally
se allegan todos aquellos que an a onrrar e a guardar al Rey e al Regno. E
otros a nonbre en latyn curia, que quiere tanto dezir commo lugar do es la
cura de todos los fechos de la tierra, ca ally se a de catar lo que cada uno a
4
de aver segunt su derecho o su estado.
3
P. Merlin, “Il tema della corte nella storiografia italiana ed europea,” Studi Storici
27 (1986): 203-44; T. Dean, “Le corti. Un problema storiografico,” en G. Chittolini, A.
Molho y P. Schiera, eds., Origini dello Stato. Processi di formazione statale in Italia fra
medioevo ed etá moderna (Bolonia: Il Mulino, 1994), 425-47. R. G. Asch y A. M. Birke,
eds., Princes, Patronage and the Nobility: The Court at the Beginning of the Modern Age,
c.1450-1650 (Londres: Oxford Universiy Press, 1991); M. Aymard y M. A. Romani, dirs.,
La Cour comme institution économique: Actas del XII Congreso Internacional de Historia
Económica (Sevilla-Madrid 24 a 28 de agosto de 1998) (París: Éditions de la Maison des
Sciences de l’Homme, 1998).
4
Partida Segunda de Alfonso X el Sabio (Granada: Impredisur, 1991), tít. IX, ley XXVII.
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Un estado de las negociaciones matrimoniales en Mª. C. Mazario Coleto, Isabel de
Portugal. Emperatriz y reina de España (Madrid: CSIC, 1951), 20ss; F. Labrador Arroyo,
“La Casa de la emperatriz Isabel,” en J. Martínez Millán, dir., La Corte de Carlos V
(Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y
Carlos V, 2000), 1: 234-7.
11
Una descripción minuciosa de este viaje a Castilla en A. Braamcamp Freire, “Ida
da emperatriz dona Isabel para Castela. Documentos,” Boletim da Segunda Classe da
Academia das Sciências de Lisboa 13 (1921): 10-114.
12
Hijo de don Fernao Teles de Meneses, IV señor de Unhao, mayordomo mayor de
la reina Leonor, señor de Flores y Corvo, y de doña María de Vilhena, camarera mayor
de dicha reina, mujer de Juan II. Se casó con doña Guiomar de Noronha, hija de Pedro
de Noronha, señor de Cadaval, comendador mayor de la orden de Santiago y
mayordomo mayor del rey Juan II, y de doña Catarina de Távora, hija de Martim de
Távora, repostero mayor de Alfonso V. Sucedió a su padre en el señoríor de Unhão y
Gestaço. Fue comendador de Ourique en la orden de Santiago y consejero de Manuel
I y de Juan III. IAN/TT, Chancelaria D. Manuel I, Doações, livro. 25, fol. 176; IAN/TT,
Místicos, livro. 5, fol. 227; A. Caetano de Sousa, Provas de história genealógica da casa
real portuguesa (Coimbra: Atlántida-Livraria Editora, 1947; reimp.), t. 2, 1ª parte: 470.
13
Veedor de la casa de la reina María y caballero del consejo de Manuel I y Juan
III. Además, ejercía como montero mayor del infante don Fernando. AGS, E, leg. 16,
núm. 427. RAH, Col. Salazar, A. 36, fols. 69-76. Caetano de Sousa, Provas, t. 2, 1ª parte:
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Sobre este personaje, que fue aya del príncipe Felipe y del príncipe don Carlos
véase, G. de Andrés Martínez, “Leonor Mascareñas, aya de Felipe II y fundadora del
convento de los Ángeles en Madrid,” Anales del Instituto de Estudios Madrileños 34 (1994):
355-67; J. Mª. March, “El aya del Rey Don Felipe II y del Príncipe Don Carlos, Doña
Leonor de Mascareñas,” Boletín de la Sociedad Española de Excursiones 56 (1942): 201-19;
C. E. Mascareñas, “Sobre doña Leonor de Mascareñas, aya de don Felipe II y del
Príncipe don Carlos” Hispania 7 (1947): 3-23.
20
Ambas habían sido elegidas por la reina Católica para el servicio de su hija María
y tenían a su cargo las joyas y ropa blanca. AGS, E, leg. 26, núm. 107.
21
Más información en J. Martínez Millán, dir., La Corte de Carlos V, vol. IV: Relación
alfabética de los servidores de las casas reales, passim.
22
Su hermana Joana de Meneses también fue recibida como dama aunque sólo nos
consta su referencia de servicio en 1539. AGS, CSR, leg. 69, 5º.
23
IVDJ, Caja 153. AGS, E, leg. 31, fol. 61.
24
Posteriormente fue recibido como contino de la casa real y gentilhombre de la
r
casa del príncipe Felipe. IVDJ, Ms. 25-I-25, fol. 86 .
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25
Más información en F. Labrador Arroyo, “La Casa de la emperatriz Isabel de
Portugal (1526-1539),” memoria de licenciatura, Universidad Autónoma de Madrid
(1999), 28-36.
26
Además, fueron recibidos dos acemileros, un sangrador, un médico y un cirujano,
un trinchante de las damas, tres porteros de damas, un contador de la casa y tierras,
un botiller, cuatro aposentadores, un tenedor de las andas, un presentador de las tablas,
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2. La reforma de 1528
Tras la revuelta de las Comunidades, los partidos políticos que habían
venido dominando la corte castellana experimentaron profundas transfor-
maciones. La nueva situación política originó la emergencia de dos nuevos
grupos de poder. Por un lado, el “partido castellano,” encabezado por el
secretario Francisco de los Cobos, máximo representante de la política
peninsular del Emperador; por fray García de Loaysa, prior de la orden de
Santo Domingo y confesor de Carlos V; por el cardenal de Toledo, Juan
Rodríguez de Fonseca; y por el presidente del Consejo Real y arzobispo de
Santiago, Juan Pardo de Tavera. Por otro lado, estaba el “partido huma-
nista,” liderado por el canciller Gattinara, valedor de la nueva organización
política heredada por Carlos V, por el inquisidor general Alonso Manrique
de Lara, y al que pertenecían, entre otros, Alfonso de Valdés, Luis Núñez
Coronel, Juan Alemán, el Almirante de Castilla y gran parte de los
27
miembros de las casas nobiliarias de los Pacheco y los Mendoza.
Durante los primeros años de gobierno de Carlos el “partido humanista”
gozó de la confianza del soberano. El canciller genovés Gattinara adquirió
—debido a la muerte de los principales consejeros: el canciller Sauvage
(1518), el chambelán Chièvres (18 de mayo de 1521), y el obispo Mota
(septiembre de 1522)—la jefatura en el poder y la confianza en el ánimo del
rey; si bien, paulatinamente, esta situación cambió y las diferentes pugnas
cortesanas que se produjeron en el ámbito de las reformas en los órganos
de gobierno: consejos y tribunales, supusieron el triunfo del “partido
28
Al respecto, K. Brandi, Carlos V. Vida y fortuna de una personalidad y de un imperio
mundial (México: FCE, 1943), 180ss; J. M. Headley, The Emperor and his Chancellor. A
Study of the Imperial Chancellery under Gattinara (Cambridge: Cambridge University Press,
1988), 42-4; H. Keniston, Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V (Madrid: Castalia,
1980); M. Giménez Fernández, Bartolomé de las Casas. I Delegado de Cisneros para la
reformación de las Indias (Madrid: CSIC, 1984), 7-15; P. Gan Giménez, El Consejo Real de
Carlos V (Granada: Universidad de Granada, 1988), passim; J. Martínez Millán, dir., La
Corte de Carlos V (Madrid: 2000), 1: 207-51; 2: 31-77; M. Rivero Rodríguez, Gattinara,
Carlos V y el sueño del Imperio (Madrid: Silex, 2005), 83-102.
29
P. Marzahl, “Communication and Control in the Political System of Emperor
Charles V. The First Regency of Empress Isabella,” en W. Blockmans y N. Mout, eds.,
The World of Emperor Charles V (Amsterdam: Royal Netherlands Academy of Arts and
Sciences, 2004), 83-96.
30
La rumorologia sobre una posible reforma en la organización de la casa de la
emperatriz ya estaba presente hacia mayo de 1527 cuando el embajador polaco Dantisco
comunicó: “Conservó en su lado la emperatriz a todos los portugueses que trajo; pero
sabiendo el emperador que el rey de Portugal había despedido a todos los castellanos
que fueron con doña Catalina, ha resuelto cambiar el personal del cuarto de la
emperatriz luego que dé a luz” (cit. M. Gómez-Salvago, Fastos de una boda real en la
Sevilla de Quinientos (Sevilla: Universidad de Sevilla, 1998), 49).
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Personas que se presentaron para ocupar los oficios principales de la Casa, bien el
de camarero o maestresala, fueron: don Iñigo de la Cueva, don Antonio de Córdoba,
hijo del conde de Cabra; don Álvaro Osorio, Martín Cabrero, camarero del Rey
Católico; don Iñigo Manrique, comendador de Granada; don Luis Pacheco, comendador
de Burgos; Pedro González de Medina, Álvaro de Lugo, Juan Álvarez Maldonado, el de
Salamanca, don Luis Méndez, el mariscal Hernán Díaz de Ribadeneira, que lo suplicó
en cortes; don Juan de Acuña, don Hernando Chacón, don Fadrique de Acuña, Pedro
Fernández de Córdoba, hijo del marqués de Comares; don Francisco Pacheco, don
Diego Osorio, el de Burgos; Hernando Pérez de Guzmán, Juan de Zúñiga, Gracián y
Valencia de Benavides para maestresala. AGS. E. leg. 26, núms. 111-113.
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AGS. E, leg. 26, núm. 137.
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Tanto era así, que el 4 de abril de 1530, el Emperador encomendaba al Conde el
buen funcionamiento de ambos consejos: “... no me ha escrito ninguno, que hay
disconformidad entre los del consejo de estado, pero es bien que vos tengáis cuidado,
como lo decís, que no la haya; así de conservarlos en toda concordia, lo mismo en los
del consejo de guerra.” J. Pellicer de Ossau y Tovar, Justificación de la Grandeza, y
cobertura de primera clase, en la casa y persona de don Fernando de Zúñiga, noveno conde
de Miranda (Madrid: por Diego Díaz de la Carrera, 1668). Más información en, S.
Fernández Conti, “Zúñiga y Avellaneda, Francisco de,” en J. Martínez Millán, dir., La
Corte de Carlos V, 3: 472-6. Su expediente en AGS, EMR, Quitaciones de Corte, leg. 19,
núms. 1176-1180. ADA, Montijo, caja 50-1 y 3.
34
AGS, E, leg. 16, núm. 502. El Emperador en carta del 30 de junio recordaba a
Francisco de Zúñiga la prisa que tenía en lo de la reforma de la Casa de su mujer.
AGS, E, leg. 16, núm. 496.
35
AGS. E, leg. 26, núms. 124-126.
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AGS. E, leg. 16, núm. 248; leg. 26, núm. 137. A pesar de tener que abandonar la
Corte, João de Saldanha no se fue de vacío. No sólo dejó a sus hijos don Afonso de
Bobadilha y a doña María da Silva en la casa real, sino que recibió 100.000 maravedíes
de juro de por vida. AGS. E, leg. 23, núm. 232.
37
Mª. del C. Mazario Coleto, Isabel de Portugal. Emperatriz y Reina de España (Madrid:
CSIC, 1951), 81-2.
38
AGS, E, leg. 26, núms. 124-126. Fue escribano de cocina de la reina María desde
el 25 de enero de 1501. Con todo, no regresó a Portugal, siendo nombrado años
después, en 1539, contador de la despensa y raciones de la casa de las Infantas, que tuvo
hasta el segundo tercio de 1545. AGS, CSR, leg. 123, fol. 409; leg. 61, fols. 164, 483, 533,
595, 980, 1006; leg. 62, fols. 102, 148, 203, 579, 623, 676; leg. 63, fols. 51, 98, 141. E, leg.
45, núm. 280; leg. 46, núm. 288.
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Fue la primera esposa de don Luis Fernández Portocarrero, II conde de Palma,
caballero de la orden de Santiago, comendador de los Bastimentos y Trece de la orden.
Madre de don Luis Fernández Portocarrero, caballerizo mayor del príncipe Carlos y
alcalde de los Alcázares de Sevilla, que se casó con Antonia de Abranches; de don
Antonio Portocarrero, gentilhombre de la boca del rey Felipe II y su primer caballerizo,
que se casó con Juliana de Velasco; de don Pedro de Portocarrero, gentilhombre de la
boca de Felipe II, de doña María Portocarrero, que murió sin casarse y de Luisa
Portocarrero, monja de Santa Clara de Palma. A. López de Haro, Nobiliario genealógico
de los Reyes y títulos de España (Madrid, 1622), 2: 122-3.
44
Hija de don Gaspar de Betencourt, escudeiro fidalgo de Manuel I, y de doña
Guiomar de Sá. Hermana de Beatriz de Sá, mujer de don Pedro Laso de la Vega, señor
de la Cuerva, de doña Guiomar de Sá, mujer de Diogo Juzarte, caballero principal de
Montemor o Velho, y de António Juzarte, y de Margarida de Betencourt. Se casó a
fines de la década de los 30 con su cuñado don Pedro Laso de la Vega. No tuvo
descendencia.
45
Hermana de don Afonso de Vasconcelos e Meneses, capitán de los jinetes de Juan
III, de don Estevão de Vasconcelos, mozo fidalgo de Manuel I, de don António de
Vasconcelos e Meneses y don Ambrosio de Vasconcelos, escudeiros fidalgos de Juan III,
y de doña Isabel de Ataíde, dama de la reina Catalina. Se casó con Jorge de Portugal,
conde de Gelves, alcalde de Sevilla y Andujar, hijo de don Álvaro de Portugal,
presidente del consejo de Castilla. IVDJ, Caja 153.
46
Se casó con don Pedro Fernández de Córdoba, señor de la Zubia y presidente del
Consejo de Órdenes. IVDJ, Caja 153.
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47
Ávila, que tenía 27.770, con 22.000 mrs, un trinchante de las damas,
48
Bernardino Duarte, con 11.000 mrs y cuatro hombres de la despensa.
Además, tenía a su servicio ocho hombres de cámara, siete con 16.000 mrs
49
al año y uno con 20.000 por tener además cargo de los vestidos y joyas,
treinta y dos mozos de cámara, y quince porteros de cámara, de los cuales
dos ejercían como ballesteros de maza, con cargo de guardar la puerta de
la sala, con 15.000 mrs. También, había tres porteros de las damas:
50
Bartolomeu Rodrigues, Vasco de Abreu y Francisco de Freitas.
De nuevo el “partido castellanista” se encontró con un servicio
dominado por los portugueses, lo que suponía reformar el departamento
en pos de una castellanización del mismo. Programa que presumía, en su
aspecto central, la remoción en el cargo de camarera mayor de Guiomar de
51
Melo, o en su defecto, como así se hizo, rodearla de señoras castellanas
que, además de acompañar a la Reina, la recordasen los hábitos y
52
costumbres de la casa de su abuela. Las mujeres seleccionadas como
47
En la Casa de Castilla tenían 16.000 mrs, los 10.000 de ración y 6.000 de ayuda
de costa. AGS, E, leg. 26, núms. 104-108.
48
En la Casa de Castilla el trinchante de las damas tenía 16.000 mrs. AGS, E, leg.
26, núm. 131.
49
En 1527 se les incrementó su salario en 4.000 mrs pasando a cobrar 16.000 como
se acostumbraba en Portugal. En Castilla la usanza era de 14.000 mrs, 10.000 por
quitación y 4.000 de ayuda de costa. AGS, E, leg. 25, núms. 122, 125.
50
AGS, CSR, leg. 31, fol. 61.
51
Para este cargo se pensó en la marquesa de Terranova, la condesa de Cifuentes,
la marquesa de Aguilar, la condesa de Nieva, la condesa de Fuensalida, la marquesa de
Astorga, viuda; doña María de Ulloa, doña Magdalena de Padilla viuda, hermana del
comendador mayor de Calatrava; doña Inés Manrique, doña Inés Enríquez, la condesa
de Palamós, doña Elvira de Mendoza, doña María de Velasco, doña María de Mendoza,
viuda de Diego Hurtado; doña Isabel Fabra, doña Beatriz de Mendoza, mujer de don
Diego de Castilla; la madre de don Pedro de Ávila, hermana del duque de Bejár; doña
Inés Portocarrero y doña María de Mendoza, mujer de don Francisco Pacheco. AGS,
E, leg. 26, núms. 111-113.
52
“En lo de las mugeres, pareçe q seria bien q su mag pusiese luego ally una muger
de la manera q esta platicado sin título de ofiçio, porq a doña Guimar qde su ofiçio de
camarera mayor, q la persona q oviere de venir holgara destar así y ésta será para tener
allí conpania a su mag y dezirle siempre lo q la Reyna su abuela hazia e ynformarle de
todas las q vinieren y de lo q conviniere y si su mag quisiere q aya más de una puedese
hazer ... En lo q toca a lo de doña Guiomar de Melo por ser la persona q es y aver
servido tanto a su mag pareçe q es justo si sus magestades fueren servidos q ella qde
en el mismo ofiçio de camarera mayor q agora está, y con el mismo salario y
preheminençias eçepto q para lo de las damas pues de aqllo no se le sigue a ella sino
trabajo... pareçe q si sus magestades fueren servidos q de nuevo se deven reçibir para
su mag. una o dos señoras mugeres principales como su mag. las puede escoger para
q estén allí sin titulo de ofiçio y sin perjuiçio de doña Guiomar pues a ella ha de qdar
el ofiçio libre como esta dho. Solamente estén esta señora o señoras para la conpañía
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 17
Asi mismo pareçe q seria bien q se tomasen otras dos o tres o quatro mugeres
honrradas de menos calidad q tuviesen nombre de dueñas o sin nombre para
q sirviesen a su mag de todo lo q fuese neçesario, y acompañasen la cámara
por q pareçe muy bien en una cámara de una Reyna espeçialmente media
55
dozena de mugeres honrradas y de hedad y autoridad.
Para ocupar estos asientos las candidatas del “partido castellano” eran: doña
María de Ayala, mujer de don Juan de Ayala, doña Inés de Ayala, viuda de
Toledo, doña Ana de Dicastillo, doña Ana Celdrán, doña Isabel de
Quintanilla, la mujer del licenciado Luxán, la mujer de Mausino y doña
56
Inés de Casena, pero ninguna de ellas fue recibida.
Sin embargo, el programa de reformas tuvo éxito en la apertura de la
casa a las hijas e hijos de la nobleza castellana. En este sentido, entre abril
de 1528 y junio de 1530 fueron recibidas como damas doña Luisa, hija de
la marquesa de Aguilar; doña María Manrique, hija de la condesa de
Osorno; una nieta de doña María de Ullón, hija del conde de Ribagorza;
una hija del conde de Palma; doña María de Aragón, hija de don Alonso
Felipe de Aragón, conde de Ribagorza, doña María de la Cueva, hija de don
Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque, y de doña
Francisca de Toledo, hija del primer duque de Alba; doña Luisa Enríquez,
de su mag y para avisar de quien son los q vinieren y de la manera q se deven tratar
y acordarle lo q la Reyna su abuela hazia en todo.” AGS. E, leg. 26, núms. 124-126.
53
Por carta de 21 de junio de 1528, el conde de Miranda informaba al Emperador
que todavía la marquesa de Aguilar y la condesa de Osorno no habían venido a palacio
y que hasta después del parto de la Emperatriz no lo harían. AGS, E, leg. 16, núm. 496.
54
A. López de Haro, Nobiliario genealógico de los Reyes y títulos de España (Madrid,
1622; Orrobaren (Navarra): Wilsen, 1996, reprod. facsímil.), 1: 178-9.
55
AGS, E, leg. 26, núms. 124-126.
56
AGS, E, leg. 26, núms. 111-113.
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Hija de don Pedro Manrique de Lara, conde de Paredes y sobrina del poeta Jorge
Manrique y del arzobispo de Sevilla, Alonso Manrique de Lara. Se casó dos veces, la
primera con el adelantado de Castilla, don Antonio de Padilla, y la segunda con Juan
Chacón, hijo de Gonzalo Chacón, contador de la despensa y raciones de la casa de
Isabel y del príncipe Juan. AGS, CSR, leg. 31, fol. 61. J. L. Gonzalo Sánchez-Molero, El
aprendizaje cortesano de Felipe II (Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de
los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1999), 45-8, 85-8.
58
AGS. E, leg. 25, núm. 122.
59
Percibiendo de esta manera lo mismo que se daba en la Casa de Castilla. AGS, E,
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65
“Pareçe q sería bien si sus magestades fueren servidos q deven reçebir una persona
honrrada para cavallerizo mayor, siendo acontentamiento de doña Leonor de Castro,
y q se deven comprar algunas mulas para su mag por q no ésta su cavalleriza como
agora está, y siendo servidos dello a de ser a cargo deste toda la cavalleriza y de dar las
Raçiones q se dan de çebada a todos, y de la comida de moços despuelas y dlo demas
dla cavalleriza como aca se suele hazer y q se ordene todo lo q en ello ha de aver este
ha de tener teniente de cavallerizo las quitaçiones deven ser como las de aca q son bien
moderadas. Asy mismo si fueren servidos, se ha de poner otra psona honrrada por
azemilero mayor, y se deven comprar para su mag. hasta XL azémilas por q demás de
lo q servirán en el camino para de asiento son menester para el serviçio de la Casa, a
éste se le ha de dar el salario como aca y lo q se acostumbra para tener en pie las
azémilas y hase de ordenar las azémilas q se han de para los caminos a los ofiçiales y
mugeres por q en esto ay muy gran desorden tanbien ha de tener teniente de azemilero
mayor y podría lo ser el q agora es mariscal.” AGS, E, leg. 26, núm. 137.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 21
camio con las lanzas vayan con la cama de su mag y tengan cuydado de
liarla y de hazer las otras cosas q se acostunbran la quitaçión y bestuario
66
q se les da es bien moderado,” y de reducir los mozos de espuelas a doce,
aunque en la nómina del primer tercio de 1530 aparecen quince. Por
último, se dispuso que cuando la ocasión lo requiriese los músicos,
67
atabaleros y ministriles del Emperador sirviesen a la Emperatriz.
En la guardia no se produjo cambio alguno. Se continuó la costumbre
de Castilla, siendo servida por doce monteros de Espinosa, los cuales,
estaban asentados y recibían su asignación por la Casa de Castilla del
68
emperador y Reina Juana. Antes de 1535, el Emperador creó el tercer
componente de la guarda española, la llamada guarda viaja, la cual se
quedó al cuidado de la Emperatriz y de sus hijos durante la ausencia que
69
la campaña de Túnez obligó al emperador.
Por último, atendiendo a la buena gobernación de las ciudades, villas y
lugares que pertenecían a la Emperatriz según el contrato matrimonial:
Soria, Alcaraz, Molina de Aragón, Aranda de Duero, Sepúlveda, Carrión,
Albacete, San Clemente y Villanueva de la Jara, se creó un pequeño
70
consejo. Las pléyade de candidatos era variada, así para presidente
aparecían el obispo de Zamora, el obispo de Oviedo, el obispo de Canarias
y el obispo de Mondoñedo, y para consejeros se barajaron los nombres de
los doctores Guevara y Vázquez, de los licenciados Luxán, Alarcón, Flores,
71
Polanco, Aguirre y Acuña, además del presidente de la Chancillería de
72
Granada. Al final, el 20 de abril de 1528 quedaba definitivamente
66
AGS, E, leg. 25, núm. 122.
67
AGS, E, leg. 25, núm. 122.
68
AGS, E, leg. 26, núm. 137.
69
D. Soto y Aguilar, Tratado sobre las Guardas Españolas amarilla, vieja y a caballo
desde Fernando el Católico hasta Felipe IV, s.d (BNM, Ms. 2047, fols. 20v, 23-24r).
70
“Pareçe q debe aver un presidente y tres del consejo, y seria bien q su mag los
nonbrase de los otros consejos, así por su esperiençia como por q seria con menos costa,
q a los del consejo bastaría darles por el trabajo q en ello tuviesen hasta L U; y al
presidente siendo un obpo de los q aquí siguen podría servir sin darle nada, por q en
otras cosas de su acreçentamio su mag le podría hazer md, y aviendo entrellos algo del
consejo Real ternía cuydado q las provisiones de la una parte e della otra no se
encorxasen q no es peqño ynconviniente; su mag nonbrará los q fuere servido...y
tanbién debe ver su mag si en este consejo ha de quedar el dho embaxador... por q en
Portugal según dize Juan de Çuñiga no davan parte de cosa ninguna de lo de la Reyna
a los embaxadores q allí avía.” AGS, E, leg. 26, núms. 124-126.
71
AGS, E, leg. 26, núms. 111-113.
72
Fue presentado por el arzobispo de Toledo por carta 5 de junio de 1529. AGS, E,
leg. 17-18, núm. 164.
22 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
73
AGS, E, leg. 16, núm. 450; CSR, leg. 31, fol. 61.
74
AGS, E, leg. 19. núm. 43. Carta del conde de Miranda al Emperador fechada en
Madrid el 10 de julio de 1530.
75
AGS, E, leg. 14, núm. 9.
76
AGS, CMC, 1ª época, leg. 459.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 23
77
sostenimiento de su Casa tan sólo 10.254.201 mrs, cantidad insuficiente
para su mantenimiento, por lo que se le concedieron otras rentas asentadas
78
en diversos lugares de Castilla. Los gastos de la Casa en su primera
nómina, de 7 de mayo de 1526 ascendían a unos a poco más de 18,250.000
79
mrs. cifra que no paró de verse incrementada a lo largo de los años
debido a la ampliación del número de servidores y a las necesidades de
representación inherentes a una emperatriz. Este hecho, provocó que el 21
de abril de 1528 el conde de Miranda informase al Emperador de ciertos
desórdenes económicos que había en la Casa de la Emperatriz, sobre todo,
en las cuentas del tesorero en las cuales aparecía que se debía algo más de
3.750.000 mrs y que por ello, su despensa y acostamiento están mal
pagados, y que si el Emperador no interviene pronto no habrá buen
80
concierto ni reformación.
77
Si estas rentas no fuesen suficientes, lo que faltase se asentaría en rentas de otras
villas de realengo, o en el caso que la reina Germana de Foix u otra reina castellana
muriese, se le ofrecería a la Emperatriz la posibilidad de escoger que villas quedarse
para completar la dote. AGS, E, leg. 14, núm. 9.
78
El 3 de diciembre de 1532, el Emperador concedió a Isabel, por su petición, que
se trasladasen los 11.645.719 mrs que estaban situados en los partidos de Cuenca y
Murcia, y en las salinas de Atienza, y en las alcabalas y tercias de Murcia, Lorca y otros
lugares del obispado de Cartagena, y en otras rentas de Chinchilla, Iniesta, Tobarra,
Barachín, Hellín, Utiel, Motilla del Palancar a otras rentas de la ciudad de Sevilla, de
los partidos de Madera y Alhóndiga, Aroche, Constantina, Utrera y el Condado de
Niebla, porque estas últimas eran más seguras y rápidas de cobrar. Mª. C. Mazario
Coleto, Isabel de Portugal. Emperatriz y Reina de España (Madrid: CSIC, 1951), 51.
79
D. de la Valgoma, Norma y ceremonia de las Reinas de la Casa de Austria (Madrid,
1958), 20. En 1528 el pago de las quitaciones y ayudas de costa era de 6.784.303 mrs,
mientras que el gasto de la mesa era de 839.865 mrs al año. Desconocemos a cuanto
ascendía los gastos de la cámara, caballeriza, y otros departamentos de la Casa. AGS,
CSR, leg, 31, fol, 61. Asimismo, la suma de las quitaciones y ayudas de costa de los dos
últimos tercios de 1530 y el primero de 1531 era de casi 6.300.000 mrs. AGS. CSR, leg.
31, fols, 55, 57.
80
AGS, E, leg. 16, núm. 496.
24 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
81
Es preciso señalar que esta proliferación de uniones matrimoniales, también se dio
en los cargos subalternos. Véase apéndice biográfico en, J. Martínez Millán, dir., La corte
de Carlos V, IV.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 25
82
AGS, E, leg. 16, núm. 496.
26 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
83
Fray Antonio de Guevara que ponía su pluma al mejor postor, afirmaba,
refiriéndose a la forma de servir la comida a la Emperatriz: “A lo que decía, que qué
come y cómo come la Emperatriz, seos, señor, decir que come lo que come frío y al
frío, sola y callando, y que la están todos mirando. Si yo no me engaño, cinco
condiciones son éstas, que bastará sólo una para darme a mi muy mala comida ...
Sírvese al estilo de Portugal, es a saber; que están apegadas a la mesa tres damas y
puestas de rodillas, la una que corta y las dos que sirven; de manera que el manejar lo
traen los hombres y le sirven las damas. Todas las otras damas están allí presentes en
pie y arrimadas; no callando, sino parlando; no solas sino acompañadas; así que las tres
dellas dan a la Emperatriz de comer, y a las otras dan bien a los galanes que decir ...,”
J. Mª March, Niñez y juventud de Felipe II. Documentos inéditos sobre su educación civil,
literaria y religiosa y su iniciación al gobierno (1527-1547) (Madrid: Ministerio de Asuntos
Exteriores, 1941), 1: 24-5.
84
J. Martínez Millán y S. Fernández Conti, “La corte del príncipe Felipe (1535-1556),”
en El felicíssimo viaje del muy alto y muy poderoso Príncipe don Phelippe, ed. de P. Cuenca
(Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y
Carlos V, 2001), LVI.
85
AGS, CSR, leg. 25, fol. 38; leg. 35, fol. 28. Véase mi trabajo, “Las dimensiones del
servicio de la emperatriz Isabel,” en J. Martínez Millán, dir., La corte de Carlos V, 2:
93-4.
86
J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales, dirs., Felipe II (1527-1598). La
configuración de la Monarquía Hispana (Valladolid: Junta de Castilla y León, 1998), 36-7.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 27
87
capitán de la guarda española y hermano del conde de Miranda, —sin
duda uno de los últimos favores que debió agradecer a su hermano, a quien
88
quedaban pocos meses de vida, y asentar una casa según el ceremonial
castellano, tomando como modelo la casa que la reina Católica diseñó a su
89
hijo, el príncipe Juan.
Esta nueva casa, de la que sabemos muy poco sobre las interioridades de
su formación, estaba formada por unas 37 personas, cuyo coste no llegaba
a los 3.000.000 mrs, que se completaba con ocho criados de la casa de
Castilla y por miembros de la casa de la Emperatriz, como los capellanes
90 91
Antón Bravo, el licenciado Ahumada y Justo Osorio, el mozo de capilla
Iñigo de Santa Cruz, los pajes Rui Gomes da Silva y Juan de Benavides, los
reposteros de camas Hernando de Medina, Fernando Ortiz de Bibanco y
Juan Díaz de Madrigal, los aposentadores, Martim Gomes y João de Paiva,
el escribano de cámara, Gil Sánchez de Bazán; el hombre de cámara
Francisco de Muñatones y el mozo de cámara Francisco Ortiz; los
reposteros de estrado Rui Gonçalves y Alonso Lopes, los porteros de cámara
92
Jorge Soares y João Lopes; el sangrador Juan de Astorga, el sastre Jorge
Díaz, el escudero de pie Alonso de Entrambasaguas, el veedor del servicio
de los oficiales Andrés Martínez de Ondarza que ejercerá de contador de la
87
Tras la muerte del conde de Miranda, el cargo de mayordomo mayor fue a parar
al embajador en Roma y alférez mayor de Castilla, don Fernando de Silva, IV conde
de Cifuentes, quien fue el 20 de febrero de 1538, era poco afín al “partido castellano.”
Fue mayordomo mayor y gobernador de la casa de las infantas desde albalá de 26 de
junio de 1539 hasta el 16 de septiembre de 1545 cuando falleció y fue sustituido por don
Bernardino Pimentel, marqués de Tavara. AGS, CC, libro de cédulas, 320, 1ª, fols.
r r
13 -14 .
88
Una corta biografía en J. Mª March, Niñez y juventud de Felipe II: Documentos
inéditos sobre su educación civil, literaria y religiosa y su iniciación al gobierno (1527-1547)
(Madrid: Ministerio de Asuntos Exteriores, 1941), 1: 83-9.
89
S. Fernández Conti, “La organización de la Casa del príncipe Felipe (1535-1546),”
en J. Martínez Millán, dir., La corte de Carlos V, 2: 97-125; J. L. Gonzalo Sánchez-Molero,
“Felipe II, Princeps Hispaniorum: La castellanización de un príncipe Habsburgo
(1527-1547),” Manuscrits. Revista d'Història Moderna 16 (1998): 65-86; y con B. Alonso
Acero, “El príncipe Juan de Trastámara, un exemplum vitae para Felipe II en su
infancia y juventud,” Hispania 59/3 (203) (1999): 871-96.
90
Debido a que tenía además un asiento en la casa de la Emperatriz fue sustituido
por albalá 23 de abril de 1536 por Pedro de Reinoso, hijo de la ama del Príncipe. AGS,
CSR, leg. 99, fol. 273.
91
Desde el 1 de marzo de 1535. AGS, CRS, leg. 117, fol. 110.
92
“La fee q dieron dlos libros dla enperatriz n.sª dlos asyos q tenia çiertos ofiçiales
d su mag. q se han pasado a los libros dl p[ríncip]e don felipe n. sº.” AGS, E, leg. 59,
núms. 595-596.
28 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
93 94
despensa, raciones y quitaciones y el médico de la casa el doctor Ruiz.
Al mismo tiempo, existía un reducido grupo de servidores de la Emperatriz,
que cobraban su nómina de su Casa, que estaban encomendados al servicio
del Príncipe, tales eran, el tundidor Juan de Carranza, el sillero Juan de
Espinosa, el mozo de espuelas Pedro de Espinosa, el mozo de cocina Juan
Fernández, el pastelero Miguel de Godoy y el dorador Antonio Ruiz. A
tenor de los resultados, la emperatriz pudo controlar los inicios de la casa
95
de su hijo, dando, escaso margen a don Juan de Zúñiga.
93
AGS, CSR, leg. 113, fols. 482-525.
94
AGS, CSR, leg. 120, fol. 579.
95
La primera nómina de la casa databa de primero de marzo de 1535. AGS, CSR,
leg. 59, núm. 614. Entre 1535 y 1539 la casa del príncipe tuvo pocos cambios. AGS,
CSR, leg. 59, núms. 464, 523, 577, 580, 802, 808, 846 y 847, leg. 60, núms. 39, 84, 88,
124 y 128, 295, 298, 334, 338, 385 y 389.
96
AGS, CSR, leg. 67, 5º.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 29
97
Tras servir a las infantas pasó en 1549 a la casa de la princesa Juana, en donde
permaneció hasta el tercer tercio de 1552. En Castilla fue nombrado, después de
renunciar al obispado de Oporto, el 2 de mayo de 1535 obispo de León y desde el 17
de abril de 1539 obispo de Osma, donde fundó la universidad. Tras la muerte del conde
de Cifuentes y el nombramiento de marqués de Tavara como mayordomo mayor de la
casa se ocupó, casi durante un año, del día a día de la casa de las Infantas. Murió el
20 de febrero de 1563, siendo sepultado en la capilla mayor del convento del Espíritu
Santo en Aranda de Duero. IAN/TT, Col. S. Vicente, vol. II, fol. 270, Mss. da Livraria,
v
núm. 169, fol. 132 . J. Loperraez Corvalán, Descripción histórica del obispado de Osma
(Madrid, 1788; Madrid: Turner, 1978, ed. facsímil), 1: 414.
98
Hasta junio de 1540 cuando en su lugar se asentó Juan López de la Cuadra. AGS,
CSR, leg. 61, fol. 58, leg. 120, fol. 218; E, leg. 45, núm. 280.
99 v
IAN/TT, Col. S. Vicente, vol. II, fol. 270; Mss. da Livraria, núm. 169, fol. 132 .
100
AGS, CSR, leg. 35, fol. 28; leg. 61, fols. 58, 161, 483; leg. 100, fol. 337. E, leg. 45,
núm. 298.
30 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
101
Otras candidatas para ocupar este puesto fueron la marquesa de Lombay, la
condesa de Faro, la marquesa de Aguilar y la guarda mayor de las damas.
102
AGS. CSR, leg. 35, fol. 28; leg. 61, fol. 61; leg. 106, fols. 219-220; leg. 116, fol. 394.
E, leg. 45, núm. 298. Todas las mujeres recibían las mismas raciones que tenían con la
Emperatriz. AGS, E, leg. 254, s.f.
103
AGS, CSR, leg. 35, fol. 28. Un magnífico estudio de la casa de las infantas en I.
Ezquerra Revilla, “La casa de las infantas doña María y doña Juana,” en J. Martínez
Millán, dir., La corte de Carlos V, 2: 125-53.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 31
5. Conclusión
Desde la llegada de Carlos a Castilla, en julio de 1522, en un periodo de
fuertes intrigas y disputas, alentadas por los nuevos aires de gobierno que
se respiraban en la corte, se inicia una intensa actividad institucional y
normativa cuyo principal alentador y valedor fue el gran Canciller genovés
Mercurino Gattinara. Este programa que se dio por terminado a finales de
1528 y que supuso la victoria del denominado “partido castellanista”
encabezado por el secretario Francisco de los Cobos y por Tavera, obedeció
tanto a la necesidad impuesta por la gran diversidad y heterogeneidad
territorial y política de los diferentes territorios que Carlos heredó y que se
comprometió a gobernar respetando los ordenamientos políticos propios de
cada una de las partes; como por la reestructuración del poder en la Corte,
tras el paréntesis de las Comunidades, entre los diferentes grupos políticos,
que desde el final del siglo anterior se venían disputando el poder; así
como, por la reorganización de la administración, de las casas reales y la
falta de eficacia de las instituciones que Castilla padecía tras el caos de la
106
AGS, CSR, leg. 35, fol. 28; leg. 106, fols. 638-639; leg. 123, fol. 377; leg. 127, fols.
71-94. E, leg. 68, núm. 98.
107
AGS, CSR, leg. 67, 5º.
108
AGS, E, leg. 46, núm. 293. T. Knighton, “La música en la casa y capilla del
príncipe Felipe (1543-1556): Modelos y contextos,” en L. Robledo, T. Knighton, C. Bordas
y J. J. Carreras, eds., Aspectos de la cultura musical en la corte de Felipe II (Madrid:
Fundación Caja Madrid, 2000), 42; J. Moll, “Músicos de la corte del cardenal Juan
Tavera (1523-1545). Luis Venegas de Hinistrosa,” Anuario Musical 6 (1951): 155-78.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 33
109
Véase, K. Brandi, Carlos V. Vida y fortuna de una personalidad y de un imperio
mundial (México: FCE, 1943), 180-95; J. M. Headley, The Emperor and his Chancellor. A
Study of the Imperial Chancellery under Gattinara (Cambridge: Cambridge University Press,
1988), 42-44; J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales, dirs., Felipe II (1527-1598). La
configuración de la Monarquía Hispana (Valladolid: Junta de Castilla y León, 1998), 21-33;
y J. Martínez Millán, dir., La corte de Carlos V (Madrid: Sociedad Estatal para la
Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000), 1: 207-34.
110
A pesar de la visión partidista que hemos ido exponiendo, los partidos cortesanos
no eran tan homogéneos ni seguían unas líneas políticas tan definidas como parece. Las
vinculaciones clientelares se consolidaban mediante nexos de nacimiento, origen,
condición, formación y parentesco; aunque sin olvidar los diferentes enfoques que ante
cuestiones trascendentales del gobierno de la Monarquía tenían. La duración de estas
relaciones venía determinada por la utilidad. Pero siempre se tenía presente que la
fuente de todo poder era la figura real, y que a él se debían de dirigir para obtener sus
peticiones. Véase la introducción de J. Martínez Millán, dir., Instituciones y elites de poder
en la monarquía hispana durante el siglo XVI (Madrid: Universidad Autónoma de Madrid,
1992).
34 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
y fue el que se puso a su hija, Isabel de Avís) y que, por tanto, las
reformas, propagadas por el “partido castellano” se limitaron a cambiar
personajes y no estructuras, demostrando la importancia que el control de
la casa real tenía para el éxito o fracaso de un determinado partido político.
No obstante, el resultado, por tanto, de la esperada reforma de 1528 no fue
tan importante y significativo, ya que los servidores portugueses continua-
ron manteniendo el dominio e influencia sobre ámbitos tan importantes
como la capilla, la cámara y la caballeriza. Además, en 1535, cuando se puso
casa propia al príncipe Felipe, Francisco de los Cobos y Juan Tavera, a pesar
de asentar ésta de acuerdo al ceremonial castellano, no lograron sacar a
Felipe de la influencia portuguesa.
En este sentido, la casa de la Emperatriz, a pesar de que en Castilla, el
gobierno seguía con firmeza en manos del comendador mayor de León,
Francisco de los Cobos, y en menor medida, por el cardenal Tavera,
proyectó su influencia en la Corte castellana mucho más allá de la vida de
su protectora. Consiguieron establecer en torno a la figura de Ruy Gómez
111
de Silva, príncipe de Éboli, un cohesionado grupo cortesano, uniéndose
a diferentes familias nobiliarias castellanas que compartía con ellos, no sólo
el servicio de la Casa real, sino también una misma ideología e inquietudes
religiosas, que dominaría la política hispana durante los últimos años del
112
reinado de Carlos V y la primera parte de Felipe II. Tras la muerte de la
emperatriz, además, la espiritualidad que se practicaba en su real casa se
pudo mantener gracias al séquito de damas portuguesas, principalmente, y
castellanas que pasaron a formar parte de la casa de las Infantas. Esto
explica, no sólo el hecho de que doña Juana profesara en la Compañía de
Jesús, sino que tuviera entre sus confidentes y confesores personajes afines
113
a esta espiritualidad. Finalmente, el modelo organizativo de la casa de la
emperatriz, junto al de Isabel la Católica, ambos típicamente castellanos,
111
Sobre este personaje, véase J. L. Gonzalo Sánchez-Molero, “La formación de un
privado: Ruy Gómez de Silva en la Corte de Castilla (1526-1554),” en J. Martínez Millán,
dir., Felipe II (1527-1598): Europa y la Monarquía Católica (Madrid: Parteluz, 1998), vol.
1: 379-400; y J. M. Boyden, The Courtier and the King: Ruy Gómez de Silva, Philip II, and
the Court of Spain (Berkeley: University of California Press, 1995).
112
La Reina María educó a su hija la emperatriz Isabel en la observancia, corriente
espiritual que se caracterizaba por su antiintelectualismo, por la insistencia en la
práctica de las virtudes, por el alargamiento del tiempo dedicado a la oración mental,
y por la exigencia de mortificación. Esto explica el visto bueno que tuvieron a los
planteamiento humanistas y de Erasmo.
113
J. Martínez Millán, “Grupos de poder en la corte durante el reinado de Felipe II:
La facción ebolista 1554-1573,” en J. Martínez Millán, ed., Instituciones y elites de poder
durante el siglo XVI (Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 1992), 137-98.
F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38 35
114
“lo que se hazía en muchas cosas en tiempos de la Emperatriz, que sea en gloria,
y lo que toca a cada officio y la jurisdicción de cada uno, questo es muy justo que
Vuestra Magestad conserue y mande no hauuiendo inconueniente que lo impida.”
Gaztelu a Felipe II, Madrid a 13 de diciembre 1570. AHN. Consejos, leg. 15.188, doc. 87.
J. Martínez Millán, “La corte de Felipe II: La casa de la reina Ana,” en L. Ribot, coord..,
La monarquía de Felipe II a debate (Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de
los centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000), 164-72.
36 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
Apéndices
Apéndice 1
Relación de los principales oficiales de la casa de la emperatriz
Maestro de capilla
Mateo Fernández (1526-1539)
Apéndice 2
1
Funciones de diferentes oficios de la casa real
Escribano de cuentas. Escribe delante del contador y asienta en sus libros todo lo
que el contador le manda.
Botiller. Tiene cargo de toda la leña que se gasta en la casa y de todas las
menudencias que se gastan en la cocina, como son azúcar, especias, miel y
otras cosas similares.
Escribano de cocina. Tiene cargo de ver todo lo que se guisa en la cocina para su
alteza y tiene libro donde asienta de todos los criados de la casa y hace la
nómina para pagarles.
Tesorero. Recibe todas las rentas de la reina y da lo que es menester para todo
lo que se gasta en la casa, y paga a los criados.
Copero. Tiene cargo de lo que la reina bebe, él lo lleva hasta la mesa donde su
alteza come y allí lo da a una dama, la cual se lo da a la reina.
Acemilero mayor y cebadero. Tiene cargo de enviar las acémilas por leña y otras
provisiones, y tiene en su poder la cebada que se gasta.
1
Esta relación esta sacada de AGS, E, leg. 12, fol. 296. Un análisis más detenido del
conjunto de oficios en D. de la Válgoma, Norma y ceremonia de las reinas de la Casa de
Austria (Madrid: Talleres Gráficos Escelicer, 1958).
38 F. LABRADOR ARROYO, PORTUGUESE STUDIES REVIEW 13 (1) (2005) 1-38
Gallinero. Tiene cargo de dar en la despensa todas las gallinas y capones y aves
de caza que come su alteza.
Secretario. Escribe las cartas que la reina escribe a unas personas u a otras.
Porteros de cocina. Vienen con las cañas en la mano delante del manjar cuando
los pajes lo llevan de la cocina a la mesa y van también delante del que
lleva las fuentes y copa hasta la mesa.