Subjetividad y Derecho. El Experto “Psi” y la Exigencia de Objetividad.

Jorge Alejandro
Degano.

El autor de este artículo enfoca su mirada en la problemática actual, nos enfrenta con una
Subjetividad sin registro dentro del plano de las prácticas jurídicas institucionales.

Propone que el lugar del Sujeto en esta Discursividad Globalizada queda velado en sentido
genérico, reduciendo de ese modo “lo humano a un objeto explicable y programable”.

Explica que la estructura de la Institución Jurídica responde a la funcionalidad, confluyendo de

ese modo a una alienación estructural del Sujeto. La “Representación Letrada” se posiciona en
un lugar hegemónico de un “decir” que mata al Sujeto en la letra, en otras palabras, el acusado
se encuentra ausente en la sentencia y se lo vacía de sentido. Estamos en presencia de “un decir
sobre él sin él”.

Los operadores del dispositivo judicial, en pos de la cumplibilidad que exige su función y
ejercicio de buen desempeño deberán conjugar opacidad constitutiva y sufrimiento subjetivo
que a su vez los sostiene y ocupa: “Soportar el reconocerse como actores de castigo”.
Igualmente, los otros componentes del dispositivo aportan a la estructura esta acción
desubjetivante. Se establecen roles, a saber: defensor, acusador, demandante y demandado.
Éstos ponen en marcha el proceso definiendo así las diferentes posiciones dentro de la contienda
discursiva e instaurando una objetivación exitosa como “texto sin sujeto”.

El experto “Psi” se aferra a sus convicciones éticas, reconociendo la dimensión subjetiva, lo que
facilita su función sin dejar de lado lo visualizado por otros expertos (sociales, antropológicos,
en estilo literario, etc.). En este nodo se visibiliza la particularidad de la expertiz Psi, que
reconocerá al Sujeto en su condición respecto del discurso y que determinará una Realidad
Psíquica articulada a una Ética donde el Bien está interdicto por la Singularidad del
Psicoanálisis y su lectura transversal a las determinaciones institucionales. Surge el
reconocimiento dimensional del sujeto (lagunas de su discurso como oportunidad para develar
lo velado).

Entonces, el experto “Psi” se abocará a la tarea que permita y posibilite el encuentro con otras
fronteras, otros escenarios u otras conversaciones, siempre respondiendo en relación a lo
explícitamente solicitado por las instituciones jurídicas.

El artículo concluye con el abordaje de las Referencias Sentimentales y la Exigencia de

Objetividad como dos verdades inconciliables según Lacan. Por un lado encontramos la
condición de garantía procedimental como exigencia sistemática de las políticas actuantes y por
el otro el atravesamiento de lo sentimental que hace mella con sus interrogaciones existenciales
y de continuidad.

De éste modo, el experto “Psi”, deberá estar alerta de la dimensión objetivamente del escenario
en el cual es convocado a actuar, para no “perderse” en los requerimientos, transformándose en
otro engranaje de la dimensión objetiva de las Referencias Sentimentales y excluyendo también
al sujeto.