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Articulación de los Valores Profesionales de la Enfermería con los

Consagrados en la Normatividad Vigente.

Yorleni Marcela Aguirre Gallego

Ensayo

Profesor

XXXXX

Universidad Pontificia Bolivariana

Facultad de Enfermería

Medellín

2018
Articulación de los valores profesionales de la enfermería con los
consagrados en la normatividad vigente.

Los valores profesionales se definen como atributos humanos contextualizados y


orientados a la profesión, son muchas las definiciones que se han documentado al
respecto, pero todas como fin último nos muestran la relación entre los
requerimientos individuales, colectivos y sociales con los desarrollados en la
práctica de la profesión, estos constituyen a la identidad profesional, por ser la guía
en el comportamiento de los profesionales en el ámbito laboral1-2.

Un valor es algo que se impone por sí mismo, expresa lo que es deseable,


significante o correcto para un individuo o sociedad como un todo.3 Los valores, se
conciben como guías o patrones de comportamiento, orientan los modos
particulares de ser, saber y hacer en el diario vivir, humanizan y forman el criterio
de juicio, indican la preferencia y la elección para la acción.2-4 De este modo, los
valores son exhibidos en el sentimiento y la voluntad del hombre dejando de lado
las fuentes intelectuales. Los valores son adquiridos libremente por el sujeto, esto a
través del proceso de valoración o juicio crítico, en una relación objeto–
sujeto durante la socialización con diversos agentes a lo largo de su vida5.

Por otra parte la Constitución política de 1991 establece unos derechos que nos
garantizan a los habitantes del país unas condiciones de dignidad en nuestra
persona, familia y sociedad, en los contextos, individuales, familiares, comunitarios
y económicos, con el fin de lograr la sana convivencia.

Finalmente la Ley 266 de 1996 por su parte reglamenta la totalidad de los aspectos
fundamentales de la práctica de la enfermería como carrera, entre estos los valores
y principios que rigen la profesión, y que deben ser desarrollados de manera
individual por el profesional, asegurando un cuidado de enfermería, basado en el
respeto que se debe tener en cuanto a las diferencias, teniendo en cuenta las
características socioculturales, históricas y los valores propios de las personas,
además involucra no sólo a los pacientes, sino que también considera a sus familias,
y sus comunidades, permitiendo comprender el entorno y las necesidades
individuales y colectivas, brindando un cuidado y una práctica técnica profesional
humanizada con el respeto hacia la diversidad y la dignidad de la persona sin ningún
tipo de discriminación.
Estos valores, derechos y principios se articulan bajo el prisma del deber ser,
ordenando de manera sistematizada las actividades con el fin de prestar una
profesión en términos de eficiencia, eficacia y efectividad, reconociendo su
contribución para una mejor comprensión del proceso de atención a la salud y de
los cuidados de enfermería.

Por otra parte podemos decir, que la práctica de la enfermería tiene un objetivo, la
salud humana, y busca transformarla intencionalmente y de forma planificada, por
medio de estrategias e instrumentos8. Su producto final es el cuidado de enfermería
hacia la persona, en los diferentes momentos del proceso salud-enfermedad6. Todo
esto enmarcado en la suficiencia de unos derechos y valores que deben
garantizarse durante la prestación del servicio y que deben además aportar a la
dignidad de todos los actores directos e indirectos inmersos en el proceso de
atención.

Teniendo en cuenta lo anterior, se puede determinar que el eje central en la atención


de enfermería es el paciente, no dejando a un de lado a la familia, eje fundamental
para cumplir con un trato integral, que incluya la esfera social, necesaria para el
logro de una atención transpersonal y a su vez contribuyendo con el cuidado
humanizado.

Por lo tanto se deben tener en cuenta todos los valores profesionales dirigidos hacia
pacientes, la familia de los pacientes, sus comunidades y el mismo equipo médico.
Lo que dará como resultado un conjunto de aspectos que irán en pro de la dignidad
humana, como la igualdad, verdad, libertad, justicia, altruismo y el respeto.

El alcance de estos valores principios en la prestación de servicios por el personal


de enfermería deben ser el afán de los profesionales para alcanzar la excelencia,
no sólo en lo individual sino también en lo colectivo y en la práctica en sí, que
beneficia a todos los partícipes con la credibilidad, el reconocimiento social y la
expansión de las potencialidades humanas. Estos son considerados como joyas
propias de cada práctica, que pueden ser alcanzadas solamente en la realización
de sus estándares de excelencia7. Por ejemplo, la satisfacción de poder contribuir
para la mejoría de la salud de alguien, es un bien propio de la enfermería.

Comprender la enfermería como práctica individual y social basada en la práctica


de valores y principios incluyentes, no discriminatorios, significa ultrapasar sus
dimensiones técnico-operativas provenientes de la aplicación directa del
conocimiento biotecnológico y verla como una de las muchas prácticas de la
sociedad, con las cuales comparte la responsabilidad por la salud. La enfermería,
así, es vista como integrante del proceso de producción de salud, guardando
correlación con la finalidad social del trabajo y de las instituciones8.
Por otra parte se debe resaltar el esfuerzo de las instituciones para legislar en pro
de la protección de la integridad de los seres humanos, articulando los diferentes
contextos con el fin de garantizar una práctica profesional adecuada que vaya en
pro de fortalecer los derechos dignificantes del ser humano al momento de necesitar
una atención en salud, teniendo en cuenta a todos los actores intervinientes desde
el pacientes hasta los profesionales de la salud, pasando por sus familias y
comunidades.

Este enfoque integral permite que todos actúen como protagonistas fundamentales
en la cadena de atención, toda vez que se garantizan nuestros derechos, cuando
paralelamente cumplimos con los deberes, es decir, los derechos de unos se logran
cuando cumplimos nuestro deber y viceversa.

Que todos los actores se encuentren involucrados, hace que todos estemos
comprometidos con el logro del objetivo, todos con nuestro roll particular que al final
enriquece el proceso de atención y logra mejorar los resultados obtenidos para el
total dignificando la condición humana en un proceso tan sensible como lo es el de
atención salud-enfermedad.

No podemos hablar de este tema dejando de lado el papel que cumplen las
universidades en la formación profesional y específicamente en el fortalecimiento
de los valores y su articulación con las políticas establecidas a nivel nacional
mediante la promulgación de actos administrativos que van en pro del
fortalecimiento y en la construcción de perfiles integrales de los profesionales
formados que fortalezcan las capacidades, habilidades, actitudes y aptitudes de los
formados para luego ser puestos en práctica en el desarrollo de las funciones del
profesional en el contexto donde se encuentre laborando.

Para ello actualmente en cada ciclo escolar se promueven ciertos valores de


acuerdo con la edad del individuo, con el nivel académico y con la institución de que
se trate, pero siempre partiendo de las aspiraciones sociales de ese tiempo o
momento.9

Al enfocar la formación valoral dentro de la Educación Superior, se reconoce que


es en las instituciones donde se forman los valores profesionales, y éstos se
definen; como valores humanos orientados a la profesión, siendo sus significados
la relación entre los requerimientos universales y los requerimientos particulares de
la profesión.10

La formación de valores profesionales, brinda una aproximación del cumplimiento


del compromiso que tienen las Instituciones de Educación Superior con la
sociedad11, puesto que dentro de un mundo globalizado se tiene la obligación de
tributar profesionales humanizados capaces de transformar la realidad, brindar
soluciones adecuadas a cada situación, que consideren la realidad humana
misma.12

En el caso de las Instituciones de Educación Superior de Enfermería, el interés por


la formación en valores parte de que tienen como misión: formar profesionales de
enfermería humanistas, con capacidad innovadora, regidos por el pensamiento
crítico, que sean líderes en el cuidado profesional.

Lo anterior se fundamenta en que la esencia de la enfermería es el cuidado influido


por valores 13-14 y para ejecutarlo es fundamental el humanismo, que debe estar
constituido por acciones transpersonales e intersubjetivas para proteger, mejorar y
preservar la humanidad, ayudando a la persona a hallar el significado de
enfermedad, sufrimiento y existencia, contribuyendo en la adquisición de
autocontrol y autocuidado.15

Lo citado con anterioridad, va en relación a las necesidades de salud de la sociedad


actual, dado que ante las tendencias de cambio, que tienen origen en el proceso de
globalización, existe el reto de un cuidado humanizado por parte del profesional de
enfermería, el que no implique solo la realización de un procedimiento correcto,
fundamentado en bases científicas, sino la ejecución de acciones transpersonales
hacia el individuo y su entorno.

Es así que para cumplir con el reto vigente de brindar cuidados humanizados en un
mundo globalizado, el profesional de enfermería debe considerar las dimensiones
biológica, psicológica y social del individuo 16, y es necesaria por ello, una formación
sólida de los valores.

En conclusión, podemos decir que el tema de la articulación de los valores


profesionales de la enfermería con los consagrados en la normatividad vigente,
tiene tanto de forma como de contenido trascendental y fundamental, sin dejar de
lado el papel que cumplen las universidades en este objetivo común; que la
articulación de las diferentes fuerzas deben ir encaminadas al fortalecimiento y la
formación de profesionales integrales que presten servicios de salud en las
diferentes etapas de la atención en salud, como los son los servicios de promoción
de la salud y prevención de la enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento, la
rehabilitación y el cuidado paliativo, que incluye al ser humano desde la concepción
hasta la muerte, con la prestación de servicios enmarcados en la humanización, la
integralidad, el respeto y dignidad humana en lo individual y lo colectivo, y que no
estima ningún tipo de discriminación, ya que todos deben contemplar la diferencia
como actor fundamental en la construcción, formación y desarrollo e los valores y
principios necesarios en la práctica profesional.

A fin de lograr la excelencia en el ámbito laboral, es recomendable que los valores


del profesional estén articuladas con los valores del equipo de trabajo, estos deben
ser congruentes con la mística, la misión, las leyes y reglamentos institucionales.
Estos deben crear una atmósfera armónica donde reine el respeto, la tolerancia y todas las
acciones del grupo se dirijan al beneficio de la institución, del paciente, sus familias y sus
comunidades, sin dejar a un lado al equipo médico encargado de la atención.

La enfermería como profesión al servicio de la humanidad traspasa fronteras y se articula


con las normas sociales y jurídicas, su esencia está basada en el cuidado del ser humano
sano o enfermo, en el entorno donde vive o muere. Para esta profesión cuidar de la vida de
personas que solicitan de sus servicios por no poderse cuidar por si mismos por falta de
voluntad, fuerza o conocimiento, es muy importante, toda vez que los pacientes y sus
familias depositan toda su confianza en los conocimientos y habilidades que tienen los
profesionales de la salud entre estos los profesionales en enfermería, por lo tanto el
enfermero(a) debe contar con todos los requerimientos (técnicos, humanos, mentales y
sociales) a fin de prestar un servicio que no vaya en contra de esa confianza depositada no
solo por el paciente si no sus familias y sus instituciones.

Estas obligaciones, principios, valores, derechos y deberes de nuestra profesión no sólo se


encuentran en la normatividad, también los encontramos en todos los códigos de ética de
enfermería elaborados por las mismas enfermeras; con el fin de que todos los profesionales
en enfermería reafirmen el conocimiento de la ética profesional y desarrollen su trabajo con
seguridad y eficacia, sustentados en sus habilidades técnicas y sus valores y principios
desarrollados bajo la primicia de la dignidad humana.

Además la enfermería como profesión requiere de conocimientos básicos del individuo,


tanto físicos, psíquicos, sociales, religiosos, sus costumbres y cultura personal; lo cual nos
obliga al respeto en las diferencias con nuestras propias creencias y valores, reflexión
aplicada a la acción, comportándonos como profesionales en el conocimiento del individuo
como persona íntegra que requiere de integralidad en su dignidad, esto se logra cuando
desarrollamos nuestra profesión con amor… Amor hacia nuestros pacientes, Amor hacia
sus necesidades, sus inquietudes, sus incertidumbres, sus temores, sus familias y sus
entornos.

De esta manera el profesional en enfermería se nutre de la fuerza interior necesaria para


poder soportar lo que al paciente abatido y desesperanzado requiere en un momento
determinado, al enfrentar las crisis en las que se encuentre, que pueden ser de vida o
muerte.

Con el fortalecimiento de los valores y principios profesionales el enfermero(a) tendrá


entonces la fortaleza y templanza en el manejo de los sentimientos de compasión,
desesperanza y fatalidad, que pueden debilitar su conducta ante estas situaciones,
pudiéndose dar el abandono de la persona por falta de manejo de estos valores en las
acciones, y prestará servicios de salud enmarcados en la humanización, el conocimiento y
la integridad que requieren todos los actores intervinientes en el proceso de atención en
salud.
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