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“Mira desde el cielo, fíjate: ven a visitar tu viña, la cepa que

tu diestra plantó”

Para invitar a la Memoria de Nuestro Santo Padre en la oración de la Comunidad


Escolapia, usamos varios versículos del Salmo 79, aplicando la imagen de la Viña
a las Escuelas Pías que se reconocen a sí mismas como obra de Dios
(Constituciones 1).
Es un gran consuelo iniciar el día recuperando la conciencia de que somos la Viña
de Dios. Hay conexiones con otros pasajes de la Sagrada Escritura,
particularmente con el Santo Evangelio que ponen ante nuestra mirada de
discípulos la verdad de un llamado, una elección recibida de Dios.
No puede negarse el contraste que se produce en el ánimo cuando se sostiene la
oración continuándola en los versículos siguientes.
Particularmente cuando a la frase “ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra
plantó”, sigue una constatación dolorosa, o más bien causa que da sentido a aquel
imperativo “Ven”: “La han talado y le han prendido fuego” (v.17)
El Salmo 79, súplica por la restauración de Israel, remite en sentido espiritual
cuando se lee en la Comunidad Escolapia, a los años difíciles de la vida de
Calasanz en que su obra se vio amenazada de muerte. Aquello que él veía como
mies fertilísima, como obra de Dios y sobre todo de su Madre, había sido arrasada
por las corrientes contrarias. Estos versículos hablan claramente de un tiempo
concreto de la vida de Nuestro Santo Padre.
Esto referido a la lectura del Salmo desde Calasanz. Hay, sin embargo, también
en el camino de la vida de seguimiento del Señor, partes en que se hace presente
la oscuridad, momentos en que parece que las seguridades vocacionales sobre las
que se asentó la vida, son invadidas por fuerzas contrarias que amenazan con su
destrucción.
Brota en esos casos un “por qué” que también se formula en este Salmo.
El desconcierto frente a las decisiones que toma la Comunidad, el dolor de
comprobar que algunas opciones personales legítimas y de crecimiento no son
asumidas por los hermanos, ni siquiera comprendidas, cuando los caminos de
futuro emprendidos por el cuerpo comunitario parecen alejarse de lo discernido
como plan de Dios para la propia vida, cuando los pastores parecer hacer un
extraño mutis por el foro evitando pronunciar una palabra pastoral que oriente
y encamine, cuando entre los mismos hermanos parecemos desconocernos o se
entromete la desconfianza e, incluso, la sospecha entre nosotros…
Ante realidades así, hacemos más propias las palabras del Salmo: “Ven”.
“Tu Viña, Señor, nuestra propia vida, la comunidad escolapia, la Demarcación,
la Orden misma, pide, clama ¡Ven!, ¡visítanos! Nos han invadido, ha habido un
incendio, fueron taladas nuestras aspiraciones, esperanzas y certezas más
profundas.
Nos unimos a Calasanz en este pedido cuando hacemos memoria de su santidad
cada mañana.
¿Será entonces que la vida de nuestro Fundador tiene una palabra para el tiempo
que describimos?

1
Si miramos lo que vivió Calasanz y puntualmente lo que escribió en los años
difíciles de destrucción y amenaza que fueron los de la Reducción Inocenciana,
nos damos cuenta de que estamos ante una fuente de la que brotan claridades y
consejos.
Eso quieren reflejar estas líneas: ante lo que vivimos, ¿qué tiene para decirnos
nuestro Santo Fundador?
Nos acercamos entonces a los años más oscuros de los que el P. Severino Giner
llamó el “Drama Final” en la biografía calasancia. Singularmente fijamos la
atención en las cartas que brotaron del corazón de Calasanz desde enero de 1646
hasta la última que mandó escribir pocos días antes de su muerte, para acercarnos
afectiva y existencialmente a la persona de Calasanz y entresacar claridades y
consejos que, propiedad suya, puedan plantearse para nuestro tiempo.
Presentado el “desde dónde” brotó la inquietud de esta lectura, nos planteamos
algunas preguntas dejando que Calasanz responda.
En primer lugar, inquirimos de dónde viene esta situación de dificultad, qué o
quiénes son responsables de ella. Qué puede humanamente hacerse ante esto.
Segundo: Algunos sentimientos que al recorrer el epistolario se han hecho
presentes en el ánimo de Calasanz.
Tercero: consejos que brinda para afrontar esta situación de prueba.

Los Adversarios

Es recurrente Calasanz, cuando aborda la situación de peligro, amenaza,


supervivencia y destrucción de la Orden, considerar que fue causada por
enemigos y adversarios. Estos enemigos son grandísimos y potentísimos (4327), son
grandes y poderosos (4366), no desean otra cosa que el exterminio de nuestro Instituto
(4395)
Y ¿quiénes son esos enemigos?
Son enemigos con poder infernales y humanos (4435), son enemigos visibles
potentísimos e invisibles sin número (4549).
Se trata de personas concretas que influyen en la opinión del Papa (cfr. 4355) y
de otros religiosos que por emulación atacan a la Orden (cfr. 4357)
Algunos religiosos escolapios podían también considerarse como enemigos:
Entiendo que existe cierta aversión entre los nuestros de lo cual siento un gran disgusto
(4458)
Se manifiesta su poder como una forma de persecución: Dicho Instituto nuestro,
tan perseguido en la actualidad (4469). Aunque aquí no tenemos una persecución pública
parecida, la oculta es sin embargo muy grave (4564)
Calasanz es muy consciente de la fuerza de estos adversarios, también de su
naturaleza. Es una contienda de enormes dimensiones en la que toman parte las
fuerzas infernales. Se trata entonces de una lucha de gran envergadura.
Recorriendo las cartas, se ve que el modo de obrar del enemigo es el engaño, la
infamia, la crítica mordaz y el sembrar la confusión en quienes deben tomar
decisiones.
Ante estos enemigos, frente a las dificultes de la hora presente, Calasanz reconoce
su poder, su fuerza, su peligrosidad. Advierte que no responde solamente a

2
realidades de los hombres. Y propone entonces, varias maneras de hacerles
frente. Observemos:
Hay que hacer, como dato básico, lo que humanamente se pueda. Nuestro Padre
y Fundador no se quedó en el ámbito del lamento o de la resignación pasiva. Sus
cartas reflejan a lo largo de esos años que , incluso desde su longevidad, desplegó
una gran capacidad para afrontar la situación desde lo que humanamente se
podía hacer.
Aquí se hacen las gestiones necesarias (4329). Tengamos en cuenta que escribe esto
cuando todavía no se había llegado al desenlace del Breve Inocenciano. Un
esfuerzo, el de las gestiones necesarias, que sostuvo a lo largo del tiempo. Aquí se
busca el remedio oportuno y espero dar pronto información (4509). Destacamos que
esto último fue escrito en 1647. De mi parte, haré lo posible para que no se abandone
ninguna casa de nuestra Religión como no se ha abandonado hasta ahora. Palabras del
18 de mayo de 1648, pocos meses antes de su muerte.
En la prueba, en la oscuridad estamos llamados a clarificar cuáles son nuestros
enemigos, sobre todo, los sobrenaturales. Medir sus fuerzas, captar su estrategia.
Hay que desplegar los medios humanos posibles para salir adelante. A la luz del
ejemplo de Calasanz, no hay que quedarse en una pasividad inoperante.

Sin embargo, llama la atención y adquiere por lo mismo mayor brillo este
movimiento de Calasanz, el poder entrever algunos sentimientos que la situación
provoca en el corazón y la mente de nuestro Padre Santo. Hay en él una cierta
perplejidad, una dificultad para comprender cómo se pudo llegar a ese punto.
Una especie de decepción, de profundo disgusto.

Pronto sabremos si la resolución es a favor o no de la Religión, pues no está bien que vivamos así
(4325)

Esperamos de día en día la resolución (4332).

Todos estaban hartos hasta la coronilla por el gobierno de tres años sin fruto alguno (4333).

Aún no ha salido a luz nada acerca de nuestras cosas, lo que esperamos de día en día (4335).

No puedo acabar de entender que un Instituto tan útil y requerido por toda Europa y alabado
aún por los herejes pueda ser destruido por la malicia humana tan fácilmente (4341).

Yo no sé a qué agarrarme. Digo esto aunque yo no quiero otra Religión sino estarme así hasta que
Dios quiera (4346).

Estamos en un confusísimo silencio sin poder aducir nuestras razones a nadie (4357)

Aquí en Roma todos nos tienen compasión, pero nadie quiere ser el primero en tratar (nuestro
asunto) con el Papa (4366)

Aquí andamos con los sinsabores acostumbrados (4782)

Siento que siendo Ud ahí el guía de esa barca se muestre dudoso… (4393)

3
Aparecen en estas expresiones rasgos de Calasanz que nos lo muestran real y
humano. Desconcertaría que ante el derrumbe permanezca impávido. De alguna
manera, son quejas, pero pronunciadas con autoridad, la del combatiente que se
mantiene firme en la brecha aunque capta lo que las afrentas hacen en el propio
ánimo.
También hoy las dificultades aludidas, el tiempo en que nos encontramos
sumergen nuestro ánimo en sentires similares a los que nombra Calasanz.
Podemos sentirlo padeciendo el desaliento, la desorientación, la tentación a la
tristeza y la desesperanza al lado nuestro.
De hecho, más allá de estas expresiones, si en algo se vuelve inspirador N. S. P.
es en los consejos que brinda a los suyos, en los que los escolapios de ayer y de
hoy podemos abrevar para afrontar momentos de oscuridad y desorientación.
Para decirlo claro: en momentos así en los que sentimos lo que sentía Calasanz
cuando atravesó la prueba mayor, ¿qué tiene nuestro Fundador y Padre para
decirnos?
Hemos elencado varios consejos que recibimos como palabras que un padre
pronuncia para sus hijos queridos que están necesitados de ayuda. Y así las
agrupamos, haciéndole siempre esta pegunta.
“Santo Padre, ¿en tiempos de prueba, oscuridad y turbación, qué debemos hacer?
Calasanz responde.

Hacer oración y hacerla hacer a otros.

Es el primero de los consejos que destacamos en Calasanz. La opción asumida a


esta altura de nuestro trabajo ha sido no interpretar demasiado sino dejarlo
hablar a él en sus cartas hasta resistimos la tentación de subrayar las palabras que
muestran por qué se eligió el texto. Sugerimos al lector recorrerlas lenta,
reflexivamente, asumiendo estas palabras como dirigidas a quien ve en Calasanz
un padre amoroso, haciendo el simple esfuerzo de verlas en el contexto actual.
Sorprenderá ciertamente la actualidad de sus palabras.

Hagamos oración para que resulte a la mayor gloria de Dios y mayor utilidad del prójimo, sobre
todo de los pobres (4324)

Mientras tanto hagan oración y procuren que la hagan los demás (4334)

No dejen de hacer oración al Señor (4335)

No dejamos de hacer oración (4350)

Es bueno que con paciencia se dediquen a pedir al Señor que nos dé el remedio y la luz necesaria
en esta ocasión (4355)

Todos debemos pedir con mucha asiduidad para que todo salga conforme a su Santísima Voluntad
(4360)

Roguemos por tanto a Dios bendito que encuentre el medio de conseguir nuestro intento (4366)

4
Pidamos al Señor por la tranquilidad y paz universal y en particular por el remedio de nuestra
Religión (4370)

Yo no dejaré de pedir al Señor por la tranquilidad de esas dos casas (4382)

Manifiesta su caridad si pide ayuda al Señor para que le enseñe cómo debe portarse ante las
tribulaciones. Pida especialmente por los relajados y en particular por el hermano Antonio (…)
Procuremos con oraciones inclinar la voluntad de Dios en favor nuestro (4383)

Aquí no dejamos de ayudar a V. R. con nuestras oraciones (4393)

Roguemos al Señor que donde faltan los auxilios humanos suple S.M. con los divinos. (4411)

Es pues necesario que recurramos a la ayuda de Dios bendito y a la intercesión de la Santísima


Virgen, bajo cuya protección fue fundada esta obra (4417)

Roguemos todos al Señor que después de tantas tribulaciones nos mande su santo consuelo (4426)

Pido siempre al Señor que le vaya aumentando cada vez la gracia de bien a mejor (…) no dejo con
las oraciones de dar alguna ayuda que me es posible (4429)

Hagan oración y persistan en la tarea con la esperanza cierta de la ayuda divina, la cual no faltará
a sus siervos en ningún tiempo (4434)

Rueguen al Señor por los que nos persiguen (…) Aquí no dejamos de rogar al Señor que dé a
todos , tanto ahí como aquí, abundancia de su divina gracia, para que en adelante sepamos servir
a S.D.M. con la diligencia que conviene (4439)

Aquí hacemos oración para que las cosas de esa Provincia en relación con nuestro Instituto
resulten a mayor gloria de Dios y solidez de nuestro Instituto. (4443)

No dejo de pedir por Ud y por todos los de esa Provincia. (4466)

Pido al Señor acreciente en Ud y en todos los demás de esas casas espíritu y entusiasmo para
mantener la caridad de dicho Instituto nuestro tan perseguido en la actualidad (4469)

Aquí hacemos oración continua por la permanencia de los nuestros en esas tierras. (4483)
Para todos esos religiosos nuestros, pido al Señor especial luz de gracia, a fin de que sean
constantes en su vocación. (4484)

No dejo de pedir al Señor que les dé a todos ustedes un gran espíritu para que atemorice a los
enemigos infernales. (4485)

Para conseguir este intento (la restauración de la Orden) un medio muy oportuno será que
pida al Señor con mucha humildad le aumente la gracia para saber servirlo mejor en el futuro que
en el pasado (4488)

He pedido por él al Señor con cariño especial que le he mostrado siempre para que lo haga un gran
siervo suyo e imitador sobre todo interiormente de su santísima humildad, donde descubrirá los
misterios escondidos a los sabios y prudentes del mundo y reservados a los humildes. (4521)

5
Alabo por ello al Señor, se lo agradezco y le suplico con fuerza que crezca cada día más en usted y
en todos los demás su santo espíritu y fervor para aumentar su gloria mediante nuestro Instuto
(4530)

Aquí no nos olvidamos de hacer oración por esos hermanos nuestros de Polonia, para que el señor
los haga ministros aptos para dar a conocer la verdad a los seglares. (4531)

Hagan oración por los que han dejado el camino de la Religión para ir por el camino ancho del
mundo (4534)

Yo pido al Señor que le dé tanto espíritu de santa caridad y humildad que forme discípulos a
propósito. (4535)

Pidan todos al Señor nos dé el don de la perseverancia hasta el final, para que merezcamos la
corona. (4536)

Es necesario que acudamos al Señor que tiene cuidado particular de los pobres (…) pediré al Señor
dé a todos nuevo espíritu y fervor para con el Instituto. (4555)

Aquí pedimos al Señor que tenga misericordia de los católicos y de los buenos cristianos que se
encuentran ahí; y en particular a Ud y de todos esos Religiosos nuestros para que les dé el espíritu
de fuerza de soportar con paciencia y santa humildad la persecución del enemigo. (4564)

Brilla Calasanz en estos consejos. Consuela verdaderamente este consejo de hacer


oración pero sobre todo la promesa de su propia oración por los escolapios de
todo tiempo. Después de todo, la intercesión de nuestro padre será mucho más
eficaz que la que pudo realizar en aquel entonces, pero su promesa es la misma.
Nuestro padre reza por cada escolapio.
Calasanz ora por sus hijos. Invita a sus hijos a orar en el tiempo difícil. Y, como
somos pastores educadores, propone que hagamos rezar por estas intenciones a
los que nos han sido confiados. No queda el empeño de la oración en las fuerzas
personales o de la comunidad religiosa, invita a sumar a otros, especialmente a
los pequeños.
Sabemos bien el valor que Calasanz daba a la oración de los niños, por lo que no
extraña que en este trance también la proponga. Qué importante es para nosotros
evitar la tentación de caer en una súplica individualista y alejada de la
comunidad. Si los enemigos son infernales, son poderosos, si la lucha es tan
enorme, como no dar parte a quienes son nuestra herencia en este empeño por
impetrar de Dios la fuerza para alcanzar la santidad.
Veamos cómo lo propone Calasanz.

Mientras tanto, hagan oración y procuren que la hagan los demás (4334)

Que sigan haciendo oración por pequeñines y otras personas devotas. (4386)

Haga hacer oración no sólo a los padres, sino también a los niños y a otras personas devotas.
(4417)

Ud mande hacer oración sobre todo a los alumnos pequeñines para que nuestras cosas se
mantengan en su Santo Instituto. (4430)

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No dejen de apoyarse con oraciones de personas devotas y especialmente con la de los alumnos
más pequeños, con la esperanza de que Dios enviará su ayuda cuando le parezca oportuno. (4447)

Aquí haremos oración con Exposición del Santísimo Sacramento y participación de los alumnos
(4474)

Y no dejen de hacer oración particular con los alumnos pequeños (4492)

También en tiempos como los nuestros estamos llamados a redescubrir y poner


en práctica la fuerza de la oración de intercesión. Debemos animarnos a
proponer a nuestros niños y personas cercanas su oración por las Escuelas Pías y
los Padres Escolapios. Esta oración confiada y amorosa puede ser de ayuda para
que recuperemos y vivamos el don vocacional en todo tiempo.
Siempre procuramos servir a los pequeños, darles el pan de la Piedad y las Letras.
Y no siempre reparamos en esta fuente de bendición que tanto aprovechó nuestro
Fundador. Hacer rezar a nuestros chicos.

Poner en práctica la virtud de la esperanza

El epistolario de Calasanz en este punto su vuelve un himno inspirador. Invita el


Santo a practicar la virtud, no la sugiere simplemente, no habla tan solo de su
importancia o de su valor. Si algo sale del contenido de sus cartas es que propone
lo que practica, por eso propone justamente el practicarla.
Y así arrastra. Hay situaciones en que el recurso a la esperanza como consejo
parece un escapismo o un modo de no enfrentar el problema. Aquí es diferente
la esperanza no es sólo aconsejada, es sobre todo vivida, y como se vive ahí se
puede proponer y aconsejar.
Veamos algunos ejemplos, con el mismo criterio que antes, acercar al lector al
escrito mismo de Calasanz para que en ellos se pueda uno detener cuanto sea
preciso.

No queda más que se publique la decisión, con lo que estamos seguros de que no se destruirá la
Religión como quisieran y na estado procurando los adversarios (…) Quisiera que nuestras cosas
se resolvieran a favor del Instituto y a mayor gloria de S.D.M., el cual nos bendiga siempre (4333)

Aún no ha salido nada a la luz acerca de nuestras cosas, lo que estamos esperando de día en día
de su santidad. (…) Espero en Dios bendito que la Religión permanezca en pie y sobre todo ahora
pueda crecer para utilidad del prójimo. (4335)

Cuando salga dicho Breve estaremos seguros de lo que va a suceder en nuestro caso; aunque tengo
por cierto que allí donde falten los hombres suplirá Dios, el cual por su misericordia se complacerá
en guiar todas nuestras cosas con su mayor gloria. (4340)

Mientras me quede aliento tendré esperanza de verlo (a nuestro Instituto) otra vez restablecido
a su ser primitivo y tal vez esta resolución sirva para evacuar los malos humores de la Religión.
(4341)

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Aquí pedimos al Señor que S.D.M. supla en aquello que faltan los hombres. Estemos con firme
esperanza de que Dios bendito no ha de permitir que se pierda un Instituto tan reclamando por
toda Europa. (4348)

Se habrá enterado por la información de las gacetas de la ruina de nuestra Religión, procurada
por Dios sabe quién. Sin embargo, esperamos la redención in spe divina contra spem humanam.
(4353)

Sin embargo aquí tenemos plena esperanza in spe divina contra spem humanam y estamos con
ánimo decidido a mantener el Instituto hasta que Dios bendito mande el remedio. (4368)

Mantengamos la esperanza de que Dios bendito mande la ayuda oportuna a su tiempo (4371)

Usted por su parte ayude en todo lo que pueda a conservar en pie el Instituto, pues sin duda
esperamos algún remedio de la mano de Dios. (4374)

Procuremos todos lo mejor que sea posible, mantener el Instituto durante estos pocos meses de
acaloramientos, esperando que después venga algún remedio (4383)

Parece que el Papa está muy mal impresionado y no hay nadie, por grande que sea, que se atreva
a tratar con él de nuestras cosas a pesar de ser combatidas por tanta malicia por los enemigos. Solo
hay esperanza en Dios bendito y en su Santísima Madre de que se encuentre algún medio para
que se conozca la malicia de los adversarios y la necesidad de nuestro Instituto (4401)

No se inquieten hasta que se sepa la última resolución (aprobación de nuevas Constituciones)


y esperen; que de cualquier modo, el Instituto por gracia de Dios seguirá en pie. (4406)

En las obras de Dios no hay que tener prisas sino que con gran flema y paciencia hay que esperar
en la Divina Providencia que attingit a fine usque ad finem fortiter disponit omnia suaviter
[Sab8,]; haga lo que pueda con gran paz y tranquilidad de espíritu et tunc fructus est officio suo,
ni puede por ello merecer reprensión ni de Dios ni de los hombres. No se desaliente V.R. pues
esperamos pronto el auxilio divino. (4410)

Si alguno le escribe o dice que nuestro problema no tiene remedio, no le crea, porque espero que el
Señor nos ayude antes de lo que algunos creen. (…) Así pues hagan oración y persistan en la tarea
con la esperanza cierta de la ayuda divina la cual no faltará a sus siervos en ningún tiempo. (4434)

Tenemos por seguro que Dios bendito encontrará el remedio oportuno a nuestras cosas siendo así
que, donde falten los hombres suple Dios bendito con su paterna mano. Por eso, espere ver pronto
el Instituto en su prístino estado. (4437)

Esperamos en el Señor que las cosas resultarán para su mayor gloria. (4446)

Y aquí tenemos la esperanza de que, agotados todos los medios humanos, el Señor encontrará
alguno para mantener nuestro Instituto, pero antes quiere probar la constancia de algunos. (4451)

Aquí ahora no tenemos novedad acerca de nuestro Instituto y va cada vez aumentando nuestra
esperanza en el remedio fundada en la misericordia del Señor que en el tiempo oportuno
encontrará los medios convenientes. (4459)

Tengo firme esperanza de que Ud mantenga la Obra en aquellas tierras asegurándola como he
dicho, pues con el tiempo verá cómo el Instituto vuelve a su estado primitivo. (4483)

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Con la ayuda del Señor verán que el Instituto vuelve a levantarse (4508)

Esperamos que nuestra Instituto sea favorecido por Dios bendito quizá mejor de lo que nosotros
mismos esperamos (4533)

Esperemos que pronto, con la ayuda del Señor, la Religión vuelva a su ser. (4534)

Nosotros aquí seguimos con esperanza, ya más segura que en el pasado, del remedio de nuestras
cosas. Me gustaría también que todos ahí tengan nueva ilusión y fervor para levantar al Instituto
a la mayor perfección que sea posible. (4541)

Espero que Dios bendito nos dará la gracia de superarlo todo (4549)

Respecto a dar nuestro hábito a los novicios si bien pueden hacerlo libremente, no obstante parece
que no se pueda hacer por el mal nombre que los adversarios han esparcido por todas partes, que
nuestra Religión está extinguida. Pero no está extinguida aún en nosotros la esperanza del
remedio que tal vez está más cerca de lo que algunos piensan. (4457)

Tengo por cierto que, si os faltan los favores humanos estamos más cerca de los favores divinos
como, espero, veremos pronto. (4459)

Aquí nuestro Santo Padre aparece como un auténtico héroe y campeón de la


esperanza. No se trata de una ilusión ensoñadora sino de anclar la capacidad de
espera del corazón en el mismo Señor. Es una esperanza que se apoya en Cristo,
y que le permite atravesar la dificultad, las fuerzas contrarias, incluso le posibilita
ayudar a otros contagiándoles esta virtud.
Es una virtud que, enraizándose en el presente mira hacia el futuro. Cuán firme
podemos considerar la confianza de Calasanz en aquel que comenzó su obra y
en aquella que la asumió como propia, si está tan confiado en su ayuda.
No se dejó ahogar por los problemas del ahora mismo, sino que supo ver en el
fango de la dificultad que hay un horizonte, que no nos pertenece a nosotros sino
a Dios y que hay una promesa hacia la que caminamos en medio de las
contrariedades de la vida.
No es una espera pasiva, entonces, por eso es bueno atender al próximo consejo
en el que hemos centrado la atención.

Se trata de esperar fundando la vida en la observancia religiosa

La novedad de las Escuelas Pías como congregación erigida en 1617 y elevada a


Orden Religiosa en 1621 era mucho más que simple expresión de un apostolado,
trabajo o servicio en la Iglesia: constituía una forma puntual, aprobada por la
misma autoridad eclesial de vida consagrada. Comportaba por lo tanto toda una
serie de compromisos al que se ata el hombre por la profesión de los Votos
Religiosos.
Observando esta promesa hecha a Dios, en el caso de los escolapios por la
Profesión Solemne, la persona no solo ofrece una ayuda en la Iglesia sino que
recibe un camino por el cual acceder a la Santidad, a la cumbre de la Perfecta
Caridad. Las escuelas serán entonces para quienes formen parte de ellas un

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camino de salvación y esto por la práctica fiel de las virtudes que se comprometen
a vivir por fuerza de los Votos.
Lo trágico del Breve Inocenciano no fue que evitaba la educación de los niños. En
todo eso se lograba por el medio raíz de reducir la Orden a Congregación sin
votos, abrir la puerta para fácilmente puedan salir de ellos los religiosos que así
lo decidan y dejar el cuerpo de la Orden sin unidad al reducirla a Congregación
sin votos sujeta a los Ordinarios.
Por eso, la observancia de aquello que hemos prometido ante el Altar será una
práctica que Calasanz recomienda repetidamente. Ya le daremos su espacio,
digamos por ahora que esa observancia está muy unida a la práctica de nuestro
ministerio específico. Después de todo sabemos que la consagración escolapia
está íntimamente unida a la misión escolapia por el cuarto voto.
Recogemos, entonces, las palabras de Calasanz que nos exhortan en tiempos
difíciles, a practicar la observancia de nuestra Profesión.

Sigan ahí nuestro estilo tanto en la enseñanza como en la observancia (4347)

Estamos en un confusísimo silencio, sin poder aducir nuestras razones a nadie y no se mandan
memoriales al Papa porque se cree que todos van a parar a Mons. Asesor (…) Sabiendo que en la
Religión no existen las discordias que algunos han insinuado sino que hay mucha observancia
con provecho de los niños que frecuentan nuestras escuelas y se cree que este gran contratiempo
que hemos recibido haya sido por emulación de otros religiosos. Nosotros procuraremos aquí
mantener el Instituto con la debida observancia, esperando que Dios bendito descubra algún
medio oportuno para conservar el Instituto (4357)

He escrito a todas las casas que procuren mantener en pie el Instituto con mucho trabajo y
observancia. (4368)

Si nuestros Padres esperan ahí con paciencia el último decreto sobre nuestras cosas, es una buena
señal de vocación; porque ahora hemos de creer que Dios bendito ha elegido a los que perseveran
en la santa observancia para mantenimiento del Instituto. El Señor nos dé gracia a todos nosotros
para conocer el verdadero camino del servicio de S.D.M. y no permita que la pasión nos haga
apartarnos de la salvación de las propias almas. Así que mantengamos la esperanza de que Dios
bendito mande alguna ayuda oportuna a su tiempo (4371)

Aquí el Emmo. Vicario (…) exhortó a todos a la obediencia a dicho Padre (el Rector de San
Pantaleón ) y que continuaran en nuestros ejercicios ordinarios con paz y tranquilidad, esperando
el remedio oportuno a su tiempo. (4780)

Me parece que en tiempo tan calamitoso, los que no son guiados por la pasión deben manifestar
prudencia y espíritu, soportando con paciencia las desobediencias de los relajados y ayudarlos, no
sólo con las oraciones sino también cuando la ocasión lo demande, con exhortaciones caritativas a
huir de las discordias y pretensiones vanas y a atender a la salvación de la propia alma. (4872)

Quiero que entre todos los nuestros haya muchos entusiastas del Instituto, que mantengan las
escuelas y la observancia para utilidad de los alumnos. (4384)

Quiero que esas dos Casas pongan todo el cuidado en mostrar que son observantes al menos
durante este tiempo de verano, para que Dios bendito nos mande algún remedio eficaz a favor de
nuestro Instituto. (…) Yo pido al Señor le dé la gracia para hacer en su servicio cuanto yo le

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deseo y le pido también que todos los de esas dos casas se preocupen de la verdadera observancia.
(4388)

Mientras tanto mantengan ahí la observancia todo cuanto sea posible procurando que cada uno
haga dos o tres oficios, si puede, para atender a todo. (4399)

V. R. manténgala con toda la observancia posible en esa Casa. (4417)

Me alegro de que en esa casa se mantenga la observancia de nuestro Instituto (4429)

Procure confirmar en la santa observancia a los que han quedado que hará un servicio grande a
Dios bendito (4430)

El amor a Dios y a nuestro Instituto les ha de mantener a usted y a los demás religiosos nuestros
fuertes y perseverantes y unidos en la observancia (…) siendo así que concordia res parvae
crescunt, et discordia maximae dilabuntur (con la concordia crecen las cosas pequeñas y hasta las
mayores se derrumban, Salustio Guerra de Yugusta) (4440)

Quiero que todos unidos procuren conservar en pie la observancia (4443)

Me alegro de que ahí estén con salud y resueltos a cuidar de la observancia del Instituto, lo que
sin duda es un mérito de ustedes, sobre todo en tiempo de tantos que nos atacan. (4448)

Le he escrito cada semana a Usted o al P. Superior exhortándoles a la santa observancia, la cual


será de grandísimo mérito para todos nuestros religiosos de esa casa de Palermo, por ser los
tiempos y algunos de nuestros religiosos muy contrarios a nuestro Instituto. (4449)

Esté con buen ánimo; exhorte a los demás a la Santa observancia y a la diligencia en las clases
(4457)

Pediré al Señor le dé en esta vida -mediante la observancia en nuestro Instituto con grandísimo
mérito suyo- continuo aumento de su divina gracia. (4464)
Siento muchísimo la poca observancia que existe entre esos Padres y Hermanos cuando el tiempo
de la tribulación y mortificación debería hacer crecer la virtud y la perfección religiosa en ellos.
(4473.1)

Tengan por seguro, como nosotros lo tenemos, que el Instituto ha de retonar a la observancia como
antes aunque al presente suframos muchas tribulaciones y mortificaciones. (4484)

Aquí hasta ahora no hay cosa o resolución ninguna contraria a nuestro Instituto, sino que todos
unidos cuidan la observancia y en particular, las escuelas. Si no pueden hacerlo como de
costumbre, hagan lo poco que puedan, con la esperanza de que el Instituto volverá a levantarse.
(4492)

Me alegro de que todos estén con salud y cuiden la santa observancia al Instituto. (4510)

Será de mucha importancia y también de gran consuelo para mí que Usted le ayude (al
Provincial) en todo aquello que vea sirve para mayor observancia de nuestro Instituto. Advierta
entre otros, al P. Santiago (Cipoletta) que si no se emplea en algo en servicio de la Religión, no
encontrará nada en el libro de Dios, porque opera sequntur illos (sus obras los acompañan,
Apoc.14,13). Advierta lo mismo a los que rehúyen el trabajo. (4520)

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Procure conservar la observancia en esa casa (4534)

Me he alegrado mucho al ver (…) que Usted pone el interés en mantener la observancia en esa
casa. Procure también imprimirlo en todos los demás para que cuando sea necesario puedan enviar
a alguno que sepa mantener la observancia en la otra casa; pues es necesario formar hombres así.
Yo pido al Señor que le dé tanto espíritu de santa caridad y humildad que forme algunos discípulos
a propósito.4535)

Procure Usted con todos los demás mantener la observancia y las escuelas lo mejor que sea posible
esperando que el Señor que nos ha mortificado, nos vivificará (4575, dictada el ¡1 de agosto de
1648!)

Mantener en pie el Instituto

Y si Calasanz llama así, repetidamente, renovadamente a la observancia regular,


es notable ver cómo ésta está íntimamente ligada a sostener el Instituto de las
Escuelas Pías que amenaza ruina.
Son los “Institutos” que han sido aprobados por la Iglesia en su seno, los que les
permiten a las Congregaciones alcanzar la Perfección de la Caridad en la Iglesia.
(Constituciones de Calasanz N1). Este Instituto es también llamado fin o
ministerio específico de la Congregación, que consiste en la erudición y
educación de los niños.
Pero nunca el Instituto es una simple tarea. Cuando lo pone en marcha, cuando
el Instituto para el que fue aprobada la Orden se pone en marcha, Calasanz regula
la marcha de la escuela como lugar de misión pero da una serie de
recomendaciones y preceptos para los maestros que no son estrictamente
pedagógicos sino que se refieren a la vida espiritual del operario en la Mies
escolapia.
Es que el Instituto es el medio para alcanzar la perfecta caridad. La misión
escolapia unida a la práctica fiel de las virtudes que se comprometen a vivir
quienes profesan la castidad, pobreza y obediencia, es un camino recto, ágil y
hacedero para coronar la cumbre de la santidad.
En esta época de la vida de Calasanz esto queda clarísimo. Cuando todos lo han
puesto en duda, cuando la autoridad de la Iglesia ha decretado la probable
extinción de esta forma de vida, Calasanz plantea que su supervivencia estará
unida a la firme convicción de sostener el Instituto, es decir, de mantener vivo
aquello para lo que fue fundada y aprobada la Orden: el bien a los niños y jóvenes
en la escuela. En varios sentidos habla nuestro Santo Padre del Instituto de las
Escuelas Pías, refiriéndose a los enemigos poderosos que enfrenta, a la
incomprensión que padece; nosotros centramos la mirada en la referencia que
hace a perseverar en él, a sostenerlo, a “mantener el pie el Instituto” como vairas
veces podrá leerse en sus cartas.
Volvemos entonces a hacer el ejercicio de preguntar a nuestro Santo Fundador.
¿qué hacer en momentos de derrumbe, de oscuridad, de persecución, de falta de
claridad sobre lo que ha de sostener nuestra vida?
El conjunto de referencias es notable; veamos si no.

No dejen de extender con alegría el Instituto (4342)

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Mientras tanto, sigan ahí con nuestro estilo tanto en la enseñanza como en la observancia (…)
Manteniendo ahí el Instituto en pie, el Señor les devolverá el orden oportuno para servicio del
pueblo. (4347)

En esas dos casas deben procurar trabajar en el Instituto con todo entusiasmo para que, estando
bajo la mano del Ordinario, vea que nuestros padres le atienden con mucha caridad. (4348)

Así que no deben aterrorizarse o descuidar en absoluto el Instituto (4350)

He visto lo que Usted me escribe y estoy seguro de su afecto hacia la Orden y que habrá sentido
dolor del daño de la Orden. Pero nos debemos conformar con la voluntad Divina y hacer por
nuestra parte lo que podamos para mantener en pie el Instituto. (4351)

Tengan por cierto que el Instituto permanecerá en pie. (4354)

Nosotros procuraremos aquí mantener el Instituto con la debida observancia. (4357)

En cuanto sea posible, procure mantener el Instituto en pie, sobre todo si algunos revoltosos
con esta ocasión se marchan fuera de la Religión. (4359)

Ahora, lo que todos deben hacer ahí consiste en que todos unidos en caridad no descuiden
continuar con todo cuidado nuestro Instituto.(4360)

Advierta a todas esas casas de Moravia que procuren mantener en pie el Instituto al menos este
verano, en cuyo tiempo espero que Dios bendito encuentre el medio oportuno para la conservación
de nuestro Instituto. (4362)

Aunque los adversarios son grandes y poderosos, hemos de confiar en la bondad divina que no
permitirá que se extinga un Instituto como el nuestro, aprobado por tres Sumos Pontífices y
aplaudido y requerido por toda Europa (4366)

A los que sean elegidos por Dios para conservar nuestro Instituto, no les faltarán casas para poder
ejercitarlo cómodamente (4367)

El Emmo. Vicario nos exhorta siempre a la paciencia y a aplicarnos al Instituto, dándonos siempre
esperanza de remedio (…) Se conocerá quiénes han sido elegidos por Dios para este Instituto, si
perseveran hasta el fin, teniendo por cierto que Dios no permitirá que se extinga el Instituto.
Aquí se procura mantener el Instituto aunque haya tantas deudas, dejadas por Dios sabe quien,
que no encontramos el modo de saldarlas y de sostener la casa (4369)

Hemos de creer que Dios bendito ha elegido a los que perseveran en la santa observancia para
mantenimiento de nuestro Instituto. El señor nos dé la gracia a todos nosotros para conocer el
verdadero camino del servicio a S.D.M. y no permita que la pasión nos haga apartarnos de la
salvación de las propias almas. (4371)

Usted por su parte, ayude en lo que pueda a mantener en pie el Instituto pues sin dudas
esperamos algún remedio de la mano de Dios. (4374)

Procuremos todos lo mejor que sea posible mantener el Instituto durante estos pocos meses de
acaloramientos, esperando que después venga algún remedio. (4383)

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Quiero que entre los nuestros haya muchos muy entusiastas del Instituto que mantengan las
escuelas y la observancia para utilidad de los alumnos. (4384)

Respondo a su última carta en la que me comunica la llegada sano y salvo del P. Pedro Pablo
(Gavotti) y de su compañero, con muchas ganas de ayudar al Instituto. Y si él está afligido por
la inconstancia y poca fe de alguno de los nuestros, sin embargo aquí estamos seguros de que Dios
bendito levantará a nuestro Instituto, aunque esté más abatido de lo que está.(4390)

Siento que siendo Usted ahí el guía de esa barca, se muestre dudoso, debiendo tener por cierto que
aunque los vientos sean contrarios no llegarán a sumergir dicha barca, aunque fueran pocos los
que con V. R. sostengan el Instituto. (4393)

De cualquier modo, el Instituto, por gracia de Dios, seguirá en pie. (4407)

He recibido su carta del 23 del mes pasado con mucho consuelo, viendo que el Señor le da aumento
continuo de buen ánimo que muestra manteniendo en pie el Instituto. Yo no dejaré de pedir al
Señor le pague el piadoso afecto de su Reverencia. (4409)

Los que sienten celo por nuestro Instituto deberían instar al Emmo. Sr. Cardenal Superior para
que ordenara que los que tengan el Breve para salir dela Religión lo pusieran en práctica y no
impidieran la actividad de los que sienten afecto por el Instituto. (4411)

Respecto de quitar las escuelas de una de esas casa, mi opinión es que no se haga en manera alguna
y apruebo más bien que en vez de quitarlas por completo, se reduzcan a menor número si fuera
necesario por falta de algún maestro. Procure animar a los de buena voluntad pues espero en el
Señor que Dios arreglará nuestras cosas y es mejor quedar pocos y buenos que con muchos y no
apropiados. (4415)

Le digo que no se moleste si el P. Clemente y el P. Francisco de San Vicente u otros han conseguido
el Breve para volver al siglo, pues espero que Dios bendito dé el doble de espíritu a los que sienten
verdadero afecto por el Instituto aunque fuesen pocos. (4416)

En cuanto a las escuelas, si no pueden tener el mismo número de antes, tengan las que puedan
para que de alguna manera se mantenga el Instituto hasta la próxima primavera, que entonces
procuraremos enviar la mayor ayuda que sea posible. (4418)

Me alegro de que Usted se conserve fuerte y constante en mantener el Instituto en esas tierras.
(4423)

Me alegro mucho de que Usted encuentre que es bien correspondido entre los religiosos de esa
Casa acerca de la observancia del Instituto. (4424)

Me alegro de que en esa Casa se mantenga la observancia de nuestro Instituto. (4429)

Diga al Hno. Tomás de San José que a los que no creen les dará respuesta Dios. Y que procure
estar firme en el servicio de S.D.M. en el Instituto que ha profesado y profesa al presente. (…)
Usted mande hacer oración a los alumnos pequeñines para que nuestras cosas se mantengan en
su santo Instituto. (4430)

Persistan en la tarea con la esperanza cierta de la ayuda divina la cual no faltará a sus siervos en
ningún tiempo (4434)

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Si alguna vez nuestros religiosos han demostrado constancia y firmeza en el Instituto la deben
demostrar ahora cuando parece que todo el mundo esté armado contra nosotros esperando, sin
embargo, como yo espero , que donde falten los hombres suplirá Dios. (4435)

A pesar de las contrariedades de los adversarios, V.R. mantenga firme el Instituto y exhorte a los
demás a perseverar. Yo estoy seguro de que pronto nuestro Instituto volverá a ser lo que fue (4438)

Siento muchísimo que no encuentre Usted los ánimos de esos padres con la unión y observancia
que han prometido a Dios bendito, y le digo que nosotros ante la Curia Romana procuramos
mantener en pie el Instituto de las escuelas y la observancia de nuestras Constituciones como
antes. Y deberían todas las Casas imitar a ésta. (…) Será para mí una gran satisfacción que V.R.
con la prudencia y el crédito que tiene ante mí, mantenga ahí el Instituto por puro amor y gloria
de Dios (4439)

El amor a Dios y a nuestro Instituto les ha de mantener a Usted y a los demás religiosos nuestros
fuertes y perseverantes y unidos en la observancia. (4440)

He recibido su carta del 6 de marzo con mucho consuelo para mí, viendo cómo verdaderamente
ama y mantiene el Instituto en esas tierras. (4444)

Le doy gracias a Dios bendito de que conserva en esos Padres y Hermanos nuestros el amor por
nuestro Instituto; de Dios recibirá el premio (4446)

Me alegro de que mantengan en pie el Instituto porque tendrán gran mérito delante de Dios,
sobre todo por ser perseverantes en tiempo de tantos disturbios y contrariedades (4447)

Me alegro de que ahí estén con salud y resueltos a cuidar de la observancia del Instituto, lo que
sin duda es un mérito de ustedes, sobre todo en tiempos de tantos que nos atacan. (4448)

Me alegro de que V.R. se mantenga fuerte y con buen ánimo para conservar el Instituto y cuando
Dios bendito da tal espíritu y fervor, pocos pueden suplir a muchos. Pero cuando no existe ese
fervor, toda fatiga se vuelve fastidio, aunque sea mínima. Y en estas necesidades se ve claramente
el amor que uno tiene al Instituto. (4450)

Y aquí tenemos la esperanza de que, agotados todos los medios humanos, el Señor encontrará
alguno para mantener nuestro Instituto pero antes quiere probar la constancia de algunos (…)
Así que yo deseo que no sólo aquí en Roma sino ahí y en todas partes haya alguno constante que
pueda servir de semilla para renovar el Instituto. (4451)

El enemigo infernal hace todo lo que puede para poner discordias entre nuestros religiosos, para
que por la gracia de Dios se vea luego quiénes son constante y aman el bien del Instituto. (4458)

V.R. podría y debería ejercitar su talento a favor de muchos pobres que representan la persona de
Cristo, el cual siviera en V.R. el afecto que debería tener para con nuestro Instituto, le quitaría
sin duda alguna los escrúpulos y le aumentaría su santa gracia. La obra de V.R. es deseada y
esperada en Nursia y Ancona y en otras cosas. Procure no tener que dar estrecha cuenta del
talento ocioso. (4465)

Procure también confirmar con una exhortación particular a todos los demás a perseverar por solo
amor de Dios en el Instituto porque les dará fuerza y espíritu para resistir a las tentaciones del
enemigo infernal. NO dejo de pedir por Usted y por todos los demás de esa Provincia, para que

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Dios los mantenga constantes en el Instituto al cual todos deben servir por solo amor de Dios,
como he dicho y no por respetos humanos.(4466)

Espero que su constancia consiga que el Instituto se mantenga en esas tierras; y que también aquí
se consiga cuanto antes con claridad la forma como deba continuar este Instituto nuestro. Le
informaré de ello y pido al Señor acreciente en Usted y en todos los demás de esas Casas, espíritu
y entusiasmo para mantener la caridad de dicho Instituto nuestro tan perseguido en la actualidad.
(4469)

Me alegro mucho de que esa casa y escuelas vayan bien para que Dios bendito se aplaque y nos
conceda poder desarrollar el Instituto con toda paz y perfección. (4481)

Le digo bien con la presente que si se mantienen valientes ahí en Nikolsbur y enLitomisl, verán
sin duda que el Instituto vuelve a su ser de antes (…) Tengo firme esperanza de que Usted
mantenga la Obra en aquellas tierras asegurándola como he dicho, pues con el tiempo se verá
cómo el Instituto vuelve a su estado primitivo. (4483)

Tengan por seguro, como nosotros lo tenemos que el Instituto ha de retornar a la observancia
como antes aunque al presente suframos muchas tribulaciones y mortificaciones. (4484)

Deseo mucho que todos en esa Casa sean constantes en mantener el Instituto, esperando que Dios
bendito después de tantas tribulaciones haga que vuelva a su prístino estado(4488)

Me consuela mucho oír que todos están animados a perseverar en el Instituto; y en particular que
Usted les exhorta a persistir en la tarea comenzada, que por eso tendrá gran mérito de parte de
Dios; y con la ayuda del Señor verán cómo el Instituto vuelve a levantarse (4508)

Me alegro mucho de que permanezcan perseverantes en el Instituto, y se confíen de Dios que los
ha llamado a trabajar a su viña y que dará el premio final de la jornada es decir, de la vida, y no
permitirá que ni el viento ni la lluvia ni otro contratiempo nos haga dejar la viña. (4509)

Me alegro de que todos estén con salud y cuiden la santa observancia del Instituto (4510)
Haciendo esta tarea por puro amor de Dios y aumento de nuestro Instituto, adquirirá grandísimo
mérito ante Dios. (4513)

Será de mucha importancia y también de gran consuelo para mí que Usted le ayude (al
Provincial) en todo aquello que sirve para mayor observancia de nuestro Instituto. (4520)
Me gustaría también que todos ahí tengan nueva ilusión y fervor para levantar al Instituto a la
mayor perfección que sea posible (4541)

V.R. anime de mi parte a todos los de esa Casa a salvar sus almas por medio del Instituto que es
verdadero camino por donde debemos ir al Paraíso. Pero este ejercicio confiere a algunos la
salvación y para otros se convierte en veneno y condenación del alma y quiera el Señor que todos
comprendan esta verdad.(4549)

Tener buen ánimo y darlo a los demás.

Con su obra destruida y las posibilidades de mejora nada claras, que Calasanz
proponga mantenerse de buen ánimo e incluso de proponer y exhortar a otros
esa condición, nuestro Fundador brilla más intensamente como ejemplo y como
inspirador para tiempos difíciles.

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En medio del desastre, de la tragedia, este gigante de la esperanza exhorta a sus
hijos a tener buen ánimo. Cómo no atender a su consejo paterno, leyéndolo desde
nuestros más hondos desánimos.

V.R. anime a todos los religiosos, asegurándoles que, mientras haya religiosos profesos de los que
han hecho la profesión solemne hasta el presente, no se deshará la Religión y yo espero que en
breve tiempo resurgirá a un estado mejor que el anterior. (4337)

Usted esté de buen ánimo, no crea las cosas que escriben algunos ofuscados y tenga por cierto que
el Instituto permanecerá en pie. (4354)

Aquí el Emmo. Vicario (…) exhortó a todos a la obediencia a dicho padre(Rector de San
Pantaleón) y que continuaran en nuestros ejercicios ordinarios con paz y tranquilidad, esperando
el remedio oportuno a su tiempo. (4380)

Me parece que en tiempo tan calamitoso los que no son guiados por la pasión deben manifestar su
prudencia y espíritu soportando con paciencia las desobediencias de los relajados y ayudarlos, no
solo con las oraciones sino también, cuando la ocasión lo demande, con exhortaciones caritativas
a huir de las discordias y pretensiones vanas y a atender a la salvación de la propia alma. Yo no
dejaré de pedir al Señor por la tranquilidad de esas dos casas. (4382)

Quiero que entre todos los nuestros haya muchos muy entusiastas del Instituto, que mantengan
las escuelas y la observancia para utilidad de los alumnos. (4384)

Usted procure levantar los ánimos de los que les parezcan más necesitados, teniendo por seguro
que Dios descubrirá el remedio oportuno. (4389)

Pida Usted a Dios bendito que mientras le mantenga en ese cargo de Superior le dé las virtudes
necesarias para administrarlo con la perfección que se debe, porque sin duda se cumplirá en Usted
aquel dicho que dice: Qui dat formam, dat consequentia ad formam. Asi pues, anímese pues
conseguirá del Señor lo que sea necesario para cumplir bien su oficio en esas tierras. (4407)

He recibido su carta con mucho consuelo, viendo que el Señor le da aumento continuo de buen
ánimo, que muestra manteniendo en pie nuestro Instituto. (4409)
En las obras de Dios no hay que tener prisas sino que con gran flema y paciencia hay que esperar
en la Divina Providencia, que attingit a fine usque ad finem fortiter, et disponuit omnia suaviter
(Sab8,1); haga lo que pueda con gran paz y tranquilidad de espíritu et tunc fructus est oficio suo
ni puede por ello merecer reprensión ni de Dios ni de los hombres. No se desaliente V.R. pues
esperamos pronto el auxilio divino. (4410)

Procure animar a los de buena voluntad pues espero en el Señor que Dios arreglará nuestras cosas
y es mejor quedar con pocos y buenos que con muchos y no apropiados. (4415)

Así que Usted dé ánimo a todos, asegurándoles que, después de la mortificación, Dios mandará el
consuelo. (4424)

Exhorte a todos a perseverar y a mantener la escuela con empeño; y esté seguro de que donde
faltan los medios humanos llegan los divinos. Así pues, hagan oración y persistan en la tarea con
la esperanza cierta de la ayuda divina la cual no faltará a sus siervos en ningún tiempo. (4433)

El Señor con providencia paternal ha querido que nuestra Religión sea mortificada en este tiempo,
por no decir perseguida tal vez con ayuda de los nuestros mismos, y en esta ocasión se verá quién

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da muestras de ser predestinado o de ser reprobado, siendo así que los que acepten esta
mortificación de la mano de Dios como causa eficiente y la soporten con humildad y paciencia a
imitación de Cristo, y rueguen al Señor por los que nos persiguen conformándose con la voluntad
divina y perseveren, les será ocasión de merecer la vida eterna, como he dicho, pero los que no
aceptan esta mortificación de la Religión como ocasión para vivir con mayor libertad será signo
contrario.
Y sigue la misma carta:
Procure V.R. mantener universal su ánimo y escríbame cómo pasan las cosas y las contrariedades
por ahí. Aquí no dejamos de rogar al Señor que dé a todos, tanto ahí como aquí, abundancia de su
divina gracia, para que en adelante sepamos servir a S.D.M. con la diligencia que conviene. (4439)

Usted no deje de animar a todos a la perseverancia (4446)

Es necesario mantener el ánimo fortificado con la esperanza del auxilio divino, pues es un desdén
de la bondad y providencia divinas el no esperar en ella hasta el último. Tenga V.R. la bondad de
animar a los demás en esta esperanza y fe en Dios bendito, pues neustras cosas irán como Dios
permita que vayan. (4456)

Acepte todas las cosas de la mano de Dios bendito que nos ama mucho más de lo que nos amamos
a nosotros mismos y no de la mano de ciertos perturbadores de nuestro Instituto. Tenga V.R. la
recta intención de conformarse a la paterna voluntad de Dios, el cual guiará nuestras cosas a
mayor gloria suya y nos dará su santa gracia para servirle en el futuro con la perfección religiosa
que conviene.(4458)

Constantes estote vobis, et videbitis auxilium Dei super vos. En nunc sumus orantes pro vobis ut
non contristemini, sin in tribulatione magis eluscat virtus vestra. Por defecto de la vista no puedo
alargarme en escribir. El Señor nos bendiga siempre a todos. (4463)

Solamente le suplico que, habiéndolo Dios llamado y elegido para el cargo que ahora tiene, procure
como nos enseña San Pedro ut per bona opera certam vestram vocationem et electionem faciatis.
Procure también confirmar con una exhortación particular a todos los demás, a perseverar por
solo amor de Dios en el Instituto porque les dará fuerza y espíritu para resistir a las tentaciones
del enemigo infernal. (4466)

Usted manténgase como una columna fuerte; no solamente en pie, sino procure también que los
demás estén en pie (4474)

Yo tengo gran confianza en Usted que por su parte no dejará de confirmar a los débiles y de
mantenerse fuerte hasta el fin de la vida (…) Para todos esos religiosos nuestros pido al Señor
especial luz de gracia, a fin de que sean constantes en su vocación. (4484)

Dios bendito le acrecente la gracia de manera que si los demás pierden el ánimo acerca del
Instituto, a Usted se lo aumente Dios para que pueda confirmar a los espíritus dudosos y
semantenga firme, aunque sepa que ha de permanecer en esa Casa con poquísimos individuos;
pues espero que Dios bendito con su gracia particular, devuelva a nuestro Instituto a su prístino
estado. (…) Ayúdense con las oraciones y pidan a Dios con profunda humildad que les dé firmeza
para mantener el Instituto en pie. (4486)

Sean todos constantes hasta la muerte. El Señor nos dé a todos continuo aumento de su santa
gracia. (4490)

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No puedo creer que Usted se desanime porque le he tenido siempre por uno de los más sólidos y
constantes Superiores de toda la Religión. En las necesidades se conocen los que tienen cariño al
Instituto, como han demostrado cuatro superiores de los nuestros en estas calamidades y miserias;
es decir, el de Savona, que ha servido siempre como Superior, como Maestro de la Clase Primera,
como Confesor por la mañana delas fiestas en la Iglesia y la Doctrina Cristiana por la tarde en la
catedral y que ha aguantado hasta que ha llegado la ayuda. Así ha hecho también el Superior de
Pisa y el de Florencia, a pesar de ser forasteros, y también el de Nursia; y todos comenzarán o han
comenzado las clases este año. Creo que Dios bendito le ha dado también a Usted el mismo espíritu
de fervor. (4507)
Me consuela mucho oír que todos están animados a perseverar en el Instituto; y en particular que
usted les exhorta a persistir en la tarea encomendada, que por eso tendrá gran mérito de parte de
Dios; y con la ayuda del Señor, verán que el Instituto vuelve a levantarse. (4508)

Escribiré al P. Onofre Conti que no se deje vencer por la tentación del enemigo y no permita que
un hombre de tan gran cuerpo tenga un espíritu tan pequeño. El Señor nos tenga a todos de su
santa mano para que nos mantengamos en pie y caminemos según su santa voluntad, que se
manifiesta sólo a los humildes, y nosotros procuremos serlo (4510)
He visto cuanto Usted me escribe en la suya y me alegro de que el Señor le dé cada vez mayor
espíritu y fuerza, para enseñar distintas cosas a nuestros religiosos para hacerlos más idóneos a
nuestro Instituto. (4513)

Pidan todos al Señor nos dé el don de la perseverancia hasta el final, para que merezcamos la
corona. (4536)

Me he consolado con la carta de Usted viendo en ella el gran deseo que tiene de adquirir la virtud
para servir mejor a S.D.M., lo que conseguirá abundantemente si adquiere con diligencia la santa
virtud de la humildad. El Señor por su misericordia nos infunda este santo espíritu de humildad
y nos dé a todos su santa bendición y gracia. (4544)

V.R. anime de mi parte a todos los de esa Casa a salvar sus almas por medio de nuestro Instituto,
que es verdadero camino por el que debemos ir al Paraíso. (4549)

Aquí pedimos al Señor que tenga misericordia de los católicos y de los buenos cristianos que se
encuentran ahí; y en particular de Usted y de todos los Religiosos nuestros para que les dé el
espíritu y fuerza para soportar con paciencia y santa humildad esta persecución del enemigo
recibiéndola de la paterna mano e Dios, que quiere poner a prueba la fe y la constancia de sus
siervos como hacía antiguamente en la Iglesia primitiva.
(4564)

Permanecer unidos

El Breve del Papa Inocencio X disolvió el vínculo de unidad de la Orden al


reducirla a Congregación sin Votos y sujeta a los ordinarios del lugar.
No había perspectivas de futuro para aquellos hombres. No podía esperarse que
caminaran juntos, bajo la Profesión Religiosa compartida, si la autoridad máxima
de la Iglesia había disuelto esa unión. Y, aún más facilitaba la salida del Instituto
consiguiendo un Breve de dispensa de la Profesión o de paso a otra Congregación
o diócesis.
En un ambiente como ese la actitud realista podría verse como un “sálvese quien
pueda”, el recurso al individualismo y a lograr la propia solución de las
dificultades sin pensar en los demás.

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En un Instituto condenado a perecer (recordemos que se había impedido el
ingreso al Noviciado), no queda otra que resolver la falta de horizonte desde la
iniciativa personal aislada y separada de los demás.
Nuestro Santo Padre, que supo mirar por encima de las dificultades cercanas, que
fue fiel a la obra de Dios y a su llamado, exhortaba en este ambiente a vivir en
unión y alegría. En medio de las dificultades actuales, su consejo brilla con mayor
autoridad. Recorramos algunas de sus palabras.

V.R no pierda el ánimo, porque esperamos en el Señor que todo se arregle mientras
permanezcamos unidos. (4344)

Deseo que en todas las casas de esa Provincia se viva ahora con mayor observancia y unión y se
vea el amor que cada uno siente por la Orden. (4345)

Ahora, lo que todos deben hacer ahí consiste en que todos, unidos en caridad, no descuiden
continuar con todo cuidado nuestro Instituto (4360)

El Emmo. Vicario nos exhorta siempre a la paciencia y a estar unidos y aplicarnos al Instituto,
dándonos siempre esperanza de remedio. (4369)

Procure quitar del ánimo y de la opinión de todos la división de los individuos y enga por querido
hermano en Cristo a cualquier persona de cualquier nación, si es temeroso y buen siervo de Dios,
ya que en el servicio del Señor non est acceptatio personarum, Rom 2,11 y como dicen los filósofos
y matemáticos. Quae sun eadem uni tertio sun eadem inter se”. (4439)

El amor a Dios y a nuestro Instituto les ha de mantener a usted y a los demás religiosos nuestros
fuertes y perseverantes y unidos en la observancia (4440)

He oído diversas opiniones y discordias entre esos Padres nuestros con los cuales cualquier cosa
aunque bien encaminada, suele errar en el fin. Cuando todos vayan de acuerdo y tengan por fin
la gloria del Señor, espero que las cosas salgan bien. Esta diversidad de opiniones ha conducido a
nuestro Instituto, no solo a no conseguirlo antes, sino a arruinarlo en gran parte. (4445)

Muchos de estos Eminentísimos Señores nos tienen compasión y nos exhortan a la perseverancia
y a la unión entre nosotros mismos. Así que Usted procure la paz y la unión entre los nuestros.
(4449)

Con la presente quiero exhortar e incluso pedirle a Usted tenga a bien mantener cuanto le sea
posible la convivencia y pacífica unión en esa casa. (4464)

Estoy seguro de que por la gracia de Dios tanto Usted como también todos los demás Religiosos
de esa Casa estén todos bien, tal como en particular, me informa el P. Onofre Conti. Alabo por
ello al Señor, se lo agradezco y le suplico que crezca cada día más en Usted y en todos los demás
su santo espíritu y fervor para aumentar su gloria mediante nuestro Instituto. (4530)

Conclusión

Son duros los tiempos actuales. A fin de no abundar en lo negativo, digamos


que son tiempos de oscuridad.

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Y verdaderamente nuestro Fundador brilla para nosotros como una intensa luz
que vence la tiniebla.
Concluímos entonces este recorrido espiritual por las cartas de Calasanz,
reuniendo sus consejos como exhortación final.
¿Qué hacer, Santo Padre Calasanz en tiempos de prueba?

* Hay que hacer oración y hacerla hacer a otros, especialmente los pequeños.
* Ejercitar la Virtud cristiana de la esperanza
* Esperar fundando la vida en la observancia religiosa.
* Mantener en pie el Instituto (nuestro ministerio escolapio)
* Tener buen ánimo y darlo a los demás.

Calasanz nos conceda la gracia de la fidelidad.

P.Luis Enrique Maltauro Sch.P.

A.M.P.I.

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