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todo o casi todo en "Cien años

MISCELANEA de soledad" es magia y alquimia


( 2), y Melquiades encarna como
nadie lo mejor de estas discipli-
nas maravillosas, de la última de
MAGIA Y ALQUIMIA las cuales el propio García Már-
EN "CIEN AÑOS quez ha dicho en un reportaje de
ocasión, después de visitar la her-
DE SOLEDAD" : mosa calle de Los Alquimistas,
en Praga, que constituye "la
LOS ILUSIONISTAS poesía de la ciencia" (3).
Melquiades ejerce una influen-
DEL DERECHO cia decisiva sobre José Arcadio
Buendía, "cuya desaforada ima-
ginación iba siempre más lejos
que el ingenio de la naturaleza,
y aún m:.s allá del milagro y la
ABRAHAM SI LES VALLEJOS magia" (4). A partir de su amis-
Miembro del Programa tad con el gitano, el patriarca
Laboral DESCO

111 11/ichael Palencia Roth ha indicado


"Cien años de soledad", esa grandeza, dotados de alma y den- que "Melquiades es un iniciador. A través
de él los Buendla se enteran de los miste-
magistral novela que relata la his- sidad humana, de verdadero rios de la magia, de la ciencia, de la alqui-
toria completa de un pueblo, aliento vital. mia y del sanscrito. Como todo iniciador en
los misterios del mundo, Melquiades tam-
Macando, y de una familia, los l>ién conoce intimamente a la muerte".
Buendía, desde su fundación y De toda esa muchedumbre va- Cf_ Palencia R oth, Michae 1: "Gabriel Garc(a
riada surge, sin embargo, nítido y ;Márquez: la línea, el círculo v las metamor-
establecimiento junto a un río de fosis del 'mito'~ Editorial Gredas, Madrid,
aguas diáfanas hasta su extermi- puro, singular e inolvidable, un 1983, p.127.
(2) Como dice Suzanne Jifia Levine,
nio y desaparición final arrasa- hombre extraño que viste un cha- comparando la obra de Garcr'a M árquez
dos por un vendaval apoca! ípti- leco anacrónico y lleva un som- con "El siglo de las luces", de Alejo Car·
P'"ntier, "el símbolo del tiempo, su em-
co, y donde toda clase de prodi- brero de alas de cuervo. En los blema en Cien años de soledad, no es una
gios y maravillas son cotidianos y primeros años de Macando pintura sino un libro, un libro mágico.
escrito por el gitano Melqu (ades". Cf.
comunes, cuenta con numerosos recorre el pueblo anunciando los levine, Suzanne Jill." 'Lo real maravilloso':
personajes que provocan nuestra nuevos inventos y, tiempo más de Carpentier a Garcia Márquez", en Eco
(Bogotá) 20/6, núm. 120 (abril de 1970),
emoción y cariño, nuestra adhe- tarde, le es concedido regresar al p. 574-575. Por su parte, Mario Vargas
sión íntima: José Arcadio Buen- mundo de los vivos desde las vas- Liosa ha hecho notar que el mundo de
"Cien ai'os de soledad" es "un mundo
día, el patriarca y fundador, con tas praderas de la muerte, donde esencialmente carente de 1ibertad y de
sus proyectos delirantes y sus no pudo soportar la soledad. A espontaneidad, donde todo está decidido
desde siempre y para siempre, en función
desmedidas ansias de conoci- ese hombre sabio y taciturno, de ciertas pulsiones .inevitables; es decir,
miento; Ursula !guarán, su rodeado de un halo de misterio, un mundo 'mágico', 'anti-histórico' ".
Cf. Vargas Llosa, Mario: "Garcla Márquez:
menuda y activa mujer, con su que cura con un bebedizo la pes- Historia de un decidía", Barra! Editores,
sentido práctico y realista, y su te de insomnio y del olvido que segunda edición, Barcelona, Espalla, diciem-
bre, 1971, p. 599. La importancia de lo
esfuerzo incesante por preservar aflige a los macondinos, alguna mágico en la novela está recalcada también
la estirpe; el legendario coronel vez se le oyó decir: "He muerto por rasgos formales: "La repet,cibn es un
de fiebre en los médanos de Sin- procedimiento 'encantorio' (. . . 1 La repe-
Aureliano B uend ía, promotor de tición está asociada a la idea de rito reliyio-
32 levantamientos armados, gapur". so, de iniciaciún, de ceremonia mágica''.
Cf. Vargas Llosa, Mario, op. cit., p. 605.
todos perdidos, dedicado a la pla- Es, desde luego, Melquiades, (3) Garcia Márquez, Gabriel: "0<1
el gitano que inicia a diversas viaje por tos países socialistas: 90 días en fa
tería durante su vejez de artesa- cortina de Hierro': Ediciones Macando,
no; la silenciosa y·abnegada San- generaciones de Buend ía en cuarta edición, mayo de 1980, Cali,
conocimientos secretos y que es- Colombia, p. 71.
ta Sofía de la Piedad, madre de (4) García Márquez, Gabriel: "Cien años
Remedios, la bella; y muchos cribe en sánscrito, su lengua ma- de soledad'; Editorial La Oveja Negra Ltda.,
terna, los pergaminos cifrados Colombia, 1932. De aqur' en adelante citare-
otros personajes a quienes reco- mos siempre esta edición indicando el nú·
nocemos siempre en todo mo- que contienen toda la historia mero de página al lado del texto tomado de
relatada por la novela ( 1). Su la novela (en algunos casos se trata de trans·
mento, en el esplendor o en la cripciones literales; en otros, de paráfrasis
miseria, en la pequeñez o en la importancia es enorme, puE;!s con muy ligeras modificaciones).

58
MISCELANEA

-sea éste poi ítico o económico- ·


y siempre son retratados con tin-
tes sombríos, como procurare-
mos mostrar a continuación (5).
A este re~pecto, dos son los
episodios centrales: el primero,
relacionado con la· guerra violen-
ta que libran los rebeldes del
partido liberal contra las tropas
del gobié'rno conservador; el se-
gundo, en conexión con la. res-
puesta y el tratamiento que reci-
ben los reclamos de los trabaja-
dores de la compañía bananera.
La guerra se halla estancada.
El Coronel Aureliano Buendía
siente que sus huestes pierden el
tiempo y avanzan en sentido con-
trario al de la realidad, mientras
los dirigentes de su partido, a
quienes llama "cabrones", men-
digan un asiento en el Congreso
(p.134). De allí que:
"En noches de vigilia, tendido
bocarriba en la hamaca que col-
gaba en el mismo cuarto en que
estuvo condenado a muerte, evo-
caba la imagen de los abogados
vestidos de negro que abandona-
ban el Palacio Presidencial en el
hielo de la madrugada con el cue-
llo de los abrigos levantado hasta
las orejas, frotándose las manos,
cuchicheando, refugiándose en
juvenil se entrega a una serie de oro, y la búsqueda del elixir de la los cafetines lúgubres del amane-
investigaciones y experimentos vida eterna, esos dos hermosos . cer, para especular sobre lo que
que tienen por objeto el apro- símbolos de la alquimia de todos quiso decir el Presidente cuando
vechamiento práctico de las ver- los tiempos, constituyen opera- dijo que sí, o lo que quiso decir
dades científicas o la improbable cienes de nobleza indudable en- cuando dijo que no, y para supo-
solución de arduos problemas caminadas finalmente al mejora- ner inclusive lo que el Presidente
cosmográficos o metafísicos: así, miento de la condición humana, estaba pensando cuando dijo una
por ejemplo, la utilización de la a la elevación y disfrute de con- cosa enteramente distinta" (p.
lupa para la guerra solar, la supo- di'ciones de vida cada vez más 134-135).
sición de la redondez de la tierra benignas y favorables al hombre.
y el daguerrotipo para demostrar Hay en "Cien años de so le-
la existencia o inexistencia de dad", sin embargo, otro tipo,
Dios. Y es que los gitanos de la muy distinto, de magos y de al- ( 5) Probablemente intervienen para ello
no sólo razones históricas (el rol que tra-
tribu de Melquiades, a diferencia quimistas, a los cuales queremos dicionalmente han jugado los abogados en
nuestras sociedades), sino· también razones
de los saltimbanquis y malabaris- referirnos ahora como objeto personales. Recuérdese que Garcla Márquez
tas que llevaron el hielo, eran central de nuestro comentario: estudió Derecho, lo que, sin duda, le permi-
tió conocer de cerca la mentalidad y el
"heraldos del progreso" y no los abogados. comportamiento habituales de nuestros
simples "mercachifles de diver~ Son diversos los pasajes de !a hombres de leyes: "Terminado el bachille·
rato me matriculé en la Universidad Nacio-
sjones" (p.35). novela en que aparecen los abo-· nal para estudiar Derecho, e hice los cinco
ai'ios, pero no me gradué nunca porque me
De cualquier modo, la trans- gados, pero siempre hay de por aburre a morir esa carrera . . .". Citado en
mutación de metales comunes en medio un conflicto de poder Vargas Llosa, Mario: op. cit., p. 32.

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DERECHO)/ SOCIEDAD

La alusión a la muerte, los ves- Desilusionado, el coronel Pero dónde más claramente se
tidos negros, el frío de la capital firma los pliegos de los emisarios aprecia el papel negativo que
lejana, los cafetines lúgubres, dan y, poco después, inicia la guerra desempeñan los abogados en el
el marco a esta escen·a donde los para conquistar la derrota: "N un- mundo que "Cien años de sole-
abogados, en una atmósfera de ca fue mejor guerrero que enton- dad" aprehende y representa ( 7),
intriga, cuchichean y especulan, ces. La certidumbre de que por es en los pasajes que narran la
hasta el punto de suponer la fal- fin peleaba por su propia libera- instalación de la compañía bana-
sedad de las palabras del Presi- ción, y no por idea les abstractos, nera y el desarrollo de sus activi-
dente y distorsionar lo que éste por consignas que los poi íticos dades económicas en Macando.
objetivamlinte dijo (que, no obs- podían voltear al derecho y al Como no podía ser de otra ma-
tante, no parece relevante, desde revés según las circunstancias, le nera:
que no se menciona). infundió un entusiasmo enarde- "En el vagón especial llegaron
Más adelante, una comisión de cido" ( 6).
también, revoloteando en tor-
su partido llega a discutir la en-
Los abogados que integran la (6) Entre abogac(a ·v política existe,
crucijada de la guerra con el Co- pues, una relación muy estrecha, como pue-
ronel Aureliano Buendía. Se comisión del partido se caracte- de apreciarse de las citas que hacemos en
trata de seis abogados de levita rizan, como acabamos de ver, no estas páginas. Por lo demás, este mismo
v1'nculo aparece de la manera más acusada
y chistera que soportan con duro sólo por su atuendo inapropia- en uno de los me jo res cuentos de García
estoícismo el bravo sol de no- do para el calor tropical de Márquez, ''Los funerales de la Mam.; Gran-
de". En este relato. el presidente de la repu-
viembre, y que Ursula hospeda Macando, sino además por sus blica decide asisitir al sepelio de la Mamb
en la casa. Pasan el día en conci- conciliábulos herméticos, sus no- Grande, "soberana absoluta del reino de
Macando'', quien acaba de fallecer en su
liábulos herméticos y, por la no- ches libertinas y sus propuestas recóndito "distrito de calor y malaria". Pero
che, con una escolta y un con- poi íticas inconsecuentes y cíni- '1a estructura jurídica del pals no está pre-
parada" para el acontecimiento. Hay una
junto de acordeones, toman por cas: gran conmoción en las más altas esferas del
poder. En el congreso, cuyo vasto hemiciclo
su cuenta la tienda rle Catarino Son, sin embargo, ellos "se halla enrarecido por un siglo de legisla-
(p. 165-166). mismos quienes reaparecen cuan- ción abstracta", "sabios doctores de la ley,
probados alquimistas del derecho" buscan la
El Coronel Aureliano Buendía, do el gobierno ordena el jubileo fórmula que faculte el viaje del presidente a
rodeado por sus asesores poi (ti- del coronel Aureliano Buendía "la más espléndida ocasión funeraria que re-
gistren los anales de la historia" (que contó,
cos, escucha a los emisarios: para celebrar un nuevo aniver- por cierto, con la presencia insigne del Sumo
Pontífice). En consecuencia, es necesario
"Pedían, en primer término, sario del tratado de Neerlandia: real izar urgen tes enmiendas consti tucio-
renunciar a la revisión de los tí- nales.
"Volvieron, mucho más viejos La"asamblea de jurisconsultos asépti-
tu los de propiedad de la tierra y mucho más solemnes, los cos" es interrumpida por "alguien dotado
para recuperar el apoyo de los te- de sentido de la realidad" que recuerda a
abogados de trajes oscuros que todos que el cadáver de la ''Gran Vieja" se
rratenientes liberales. Pedían, en en otro tiempo revolotearon pudre insepulto. Pero ''nadie se inmuta
segundo término, renunciar a la frente a lairrupción del sentido común en
como cuervos en torno al co- la atmósfera pura de la ley escrita".
lucha contra la influencia cleri- ronel. Cuando éste los vio apa- A causa de sus "febriles controversias"
los parlamentarios pierden la voz y "con-
cal para obtener el respaldo del recer, como en otro tiempo tinúan entendiéndose por medio de signos
pueblo católico. Pedían, por últi- llegaban a empantanar la gue- convencionales". Finalmente, el "blablabá
histórico" culmina con el hallazgo de una
mo, renunciar a las aspiraciones rra, no pudo soportar el cinis- mlución simple: "se declara turbado el
de igualdad de derechos entre mo de sus panegíricos. Les orden público'' y el presidente dispone de
las "facultades extraordinarias" que le per·
los hijos naturales y los legítimos ordenó que lo dejaran en paz, miten asistir a las exequias. Cf. Garda
para preservar la integridad de los insistió que él no era un pró- Márquez, Grabriel: "Los funerales de la
Mamá Grande", Plaza y Janes S.A. Editores,
hogares" (p .166). cer de la nación como ellos quinta edición, febrero, 1978, Barcelona,
decían, sino un artesano sin Espa~a. p. 119-140.
Cuando el Coronel objeta que, de En este cuento es por demás evidente la
aceptarse estas propuestas, sólo recuerdos, cuyo único sueño relación e inclusive la identidad entre aboga-
era morirse de cansancio en el dos y poi (ticos. Ello, al margen de la
estarían luchando por el poder, inanidad de sus actividades parlamentarias,
uno de los delegados replica que olvido y la miseria de sus pes- descritas de una manera tan risue~a como
se trata de ''reformas tácticas''. caditos de oro" (p. 210-211). demoledora.
(7) Mario Vargas Llosa en su excelente
Empero, el contrasentido es cla- Es de notar que, ahora que estudio sobre la obra de García Márquez ha
dicho que '1a historia de Macando" conde-
ram'ente expresado por uno de vuelven, entre los rasgos más sa la historia humana. Los estadios por los
los "doctores" que asesoran poi í- saltantes de los abogados se ha- que atraviesa corresponden, en sus grandes
lineamientos, a los de cualquier soc1eda<l, v
ticamente al coronel: "Si estas llan: el aumento de su vejez y de en sus detalles, a los de cualquier sociedad
reformas son buenas, quiere decir su solemnidad, y, nuevamente, la subdesarrollada; aunque más espectlica-
mente a las latinoamericanas': Cf. Vargas
que es bueno el régimen conser- oscuridad de sus trajes y su Llosa, Mario: op. cit., p. 498 (subrayado
vador" (p. 166-167). cinismo. nuestro).

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MISCELANEA

no al señor Brown, los solem- que, cada Navidad, en vez de carecían de toda validez, sim-
nes abogados vestidos de negro cont~uir letrinas, entregan los in- plemente porque la compañía
que en otra época siguieron genieros para cada 50 personas bananera no tenía, ni había
por todas partes al coronel (p. 292) . tenido nunca ni tendría jamás
.A.ureliano Buendía, y esto hi- La actuación de los abogados trabajadores a su servicio, sino
zo pensar a la gente que los llega ahora a extremos inconce- que los reclutaba ocasional-
agrónomos, hidr ·lagos, topó- bibles. Ya no se trata aquí de su mente y con carácter tempo-
grafos y agrimensores, así intervención más o menos direc- ral. De modo que se desbarató
com.o Mr. Herbert con sus ta en la poi ítica, sino de sus tra- la patraña del jamón de Vi rgi-
globos cautivos y sus mari po- dicionales servicios de asesoría nia, las píldoras milagrosas y
sas de. colores, y el señor privada: los excusados pascuales, y se
Brown con su mausoleo ro- estableció por fallo de tribunal
dante y sus feroces perros "Los decrépitos abogados ves- y se proclamó en bandos
alemanes, tenían algo que ver tidos de negro que en otro solemnes la inexistencia de los
con la guerra" (p. 222-223). tiempo asediaron al coronel trabajadores" (p. 293) (9).
Aureliano Buendía, y que en-
El conflicto social estalla en
tonces eran apoderados de la (8) En la obra de García Márquez hay
Macando cuando los trabajadores por lo menos dos casos de abogados que
compañl'a bananera, desvirtua- ejercen su profesión defendiendo los de-
se organizan sindicalmente para
ban estos cargos con arbitra- rechos de clientes sin poder económico:
la defensa de sus derechos. Diri- dos abogados de pobres. El primero es un
rios que paree ían cosa de ma- "negro monumental sin nada más que los
gidos por el hasta entonces "des-
gia. Cuando los trabajadores dos colmillos en la mandíbu'la superior",
colorido José Arcadio Segundo", que gestiona ante la administración pública
redactaron un pi iego de pe ti- una pensión de veterano de guerra para el
a quien "muy pronto se señaló coronel que no tenía quien le escriba (y que
cienes unánime, pasó mucho
como agente de una conspiración "durante cincuenta y seis alias no había
tiempo sin que pudieran noti- hecho nada distinto de esperar"). El coro-
internacional contra el orden pú-
ficar oficialmente a la compa- nel lo encuentra "tendido a la bartola en
blico", se realiza, con éxito, uria una hamaca" la tarde en que acude a su
ñía bananera" (p. 292) (8}. casa con la firme determinación de cambiar ·
huelga para obtener el descanso de apoderado legal. El coronel comenta:
dominical (p. 289). En seguida, vemos a nuestros "La ley de jubilaciones ha sido una pensión
sorprendentes personajes valién- vitalicia para los abogados"; pero el aboga-
Poco después, se vive nueva- dose de sus argucias y malabaris-
do protesta: "Para mí no. Hasta el último
centavo se ha gastado en diligencias". Cf.
mente un estado de agitación mos ante la administración de García Márquez, Gabriel. "El coronel no
pública. Los diri.gentes sindicales justicia. Los "luctuosos aboga- tiene quien le escriba': Editorial Bruguera
S.A., junio, 1980, Barcelona, Espal'la, en
abandonan la clandestinidad y dos" demuestran en el juzgado especial p. 54-<l4.
promueven manifestaciones !=n que un representante de la com- El segundo es el defensor de los geme-
los pueblos de la zona bananera: los Vicario, quienes asesinaron a Santiago
pañía sorprendido en un burdel Nasar por un asunto de honor (Angela
Vicario, hermana de los gemelos, fue re·
"La inconformidad de los tra- y obligado a firmar una copia del pudiada por su esposo la misma noche de
bajadores se fundaba esta vez pliego de peticiones, es un usur- bodas, al descubrir que no era virgen.
Santiago Nasar fue sellalado por Angela
en la insalubridad de''fas vivien- pador, y lo hacen encarcelar. como "su autor"). "El abogado sustentó.
das, el engaño de los servicios Luego demuestran que el señor la tesis del homicidio en legítima defensa
del honor, que fue admitida por el tribunal
médicos y la iniquidad de las Jack B rown, a quien se le hace de conciencia", pero los gemelos estuvie-
condiciones de tr-abajo. A fi r- firmar otra copia del pliego, no ron en el Panóptico de Riohacha "tres
ai'os en espera del juicio porque no tenían
maban, además, que no se les es Jack Brown, sino un inofensi- con que pagar la fianza para la libertad
pagaba con dinero efectivo, vo vendedor de plantas medici- condicional". Df. García Márquez, Gabriel:
"Crónica de una muerte anuncia da",
sino con vales que sólo servían nales, llamado Dagoberto Fonse- Editorial La Oveja Negra L tda., primera
para comprar jamón de Vi rgi- ca; y, ante una nueva tentativa de edición, abril, 1981, Bogotá, Colombia,
p. 131,66 y 67.
nia en los comisariatos de la los trabajadores, exhiben públi- (9) En otras novelas de García Márquez
compañía" (p. 291-292). camente su certificado de defun- la imagen de la administración de justicia
es. asimismo, desoladora. En Crónica de
Es este el célebre pasaje de las ción en Norte América (p. 292- una muerte anunciada", el juez instructor
293). La apoteosis llega cuando: llega al pueblo del crimen 12 días después
píldoras del color del piedralipe, de cometjdo éste (Cf. Garc(a 'Márquez,
con que se pretende curar indis- "Cansados de aquel delirio Gabriel: "Crónica de una muerte anuncia-
da': op. cit., p. 128). Pese a que la autop-
tintamente el paludismo, la hermenéutico, los trabajadores sia "carecía de valor legal" (p. 98), el infor-
blenorragia o el estreñimiento, repudiaron a las autoridades me "pareda 'correcto, y el instructor lo
incorporó al sumario como una pieza
pr1doras que los niños se llevan a de Macando y subieron con útil" (p. 98). Ya mencionamos que los
sus casas para señalar con ellas sus quejas a los tribunales hermanos Vicario pasaron tres alias en-
carcelados en espera del juicio (p. 67)
los números cantados en el juego supremos. Fue allí donde los y que el tribunal de conciencia los ab-
de la lotería; es, asimismo, el pa- ilusionistas del derecho demos- suelve en base a la dudosa tesis del h o-
micidio en legitima defensa del honor
saje de los excusados portátiles traron que las reclamaciones (p. 66). Cuando el narrador de la novela

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DERECHO Y SOCIEDAD

Sin duda, los reclamos de los mi a ( 11), pero con recursos Y "Una nueva y arrasadora uto-
trabajadores son justos. Ello re- consecuencias opuestas. Entre el pía de la vida, donde nadie
sulta todavíá más evidente por el abogado que se vale de trucos de pueda decidir por otros hasta
tono humorísitico que emplea prestidigitador para burlar dere- la forma de morí r, don de de
aqu í el gran novelista colombia- chos leg(timos y el gitano sabio Y veras sea cierto el amor y sea
no. No obstante, los decrépitos y amante de la humanidad, cuyos posible la felicidad, y donde
luctuosos abogados neutralizan inventos y trabajos están desti- las estirpes condenadas a cien
las argumentos con arbitrios que nados a afirmar la vida. (aunque años de soledad tengan por fin
parecen cosa de magia. Los i/u- la suerte final de Macando sea y para siempre una segunda
sionistas del derecho demues- irremisiblemente la extinción), oportunidad sobre la tierra"
tran lo imposible, y así lo procla- preferimos, obviamente, a este {J2).
ma el tribunal supremo: la ínexis- último: el luminoso Melquíades, bUsCa el sumarlo del crimen en el Palacio
tencia de los trabajadores. tal como lo vio el pequeño Aure- de Justicia de Riohacha, se da con que
"no existía clasificación alguna en los
liano cuando aún no tenía cinco archivos, y más de un siglo de ex pe dien-
tes estaban amontonados en el suelo del
Se trata, pues; de una alqui- años, Y tal como había de recor- decrépito edificio colonial" (p. ·129). El
mia al revés. No el avance de la darlo por el resto de su vida, con desastre es mayor porque "la planta baja
se inundaba con el mar de leva, y los vo-
ciencia y el conocimiento de la "un sombrero grande y negro, lúmenes descosidos flotaban en las ofici·
realidad para transformarla en como las alas extendidas de un nas desiertas. Yo mismo exploré muchas
veces con las aguas hasta los tobillos aquel
algo amable y superior, no la cuervo, y un chaleco de terciope- estanque de causas· perdidas, y sblo una
aplicación práctica del saber para lo patinado por el verdín de los casualidad me permitib rescatar al cabo de
e inca allos de l:úsqueda unos 322 pliegos
evitar dolor y sufrimiento a los siglos", "sentado contra la clari- salteados de los más de 500 que debió
pueblos, para mejorar y prolon- dad metálica y reverberante de la de tener el sumario" (p. 1291.
En "La mala hora", a la incuria de la
gar la vida, no la piedra filosofal ventana, alumbrando con su pro- justicia se allade la complicidad con el
ni la panacea de la felicidad eter- funda voz de órgano los territo- alcalde, representante polític'o arbitrario
Y. venal: "Once meses después de haber
na de todos los hombres. Sí, en ríos más oscuros de la imagina- tomado posesión del cargo, el juez
cambio, la decrepitud y la muer- ción, mientras chorreaba por sus Arcadio se instaló por primera vez en su
escritorio" (Cf. Garcí a Mllrquez, Gabriel:
te, la solemnidad y el formalismo sienes la grasa derretida por el "La mala hora·:. Editorial La Oveja Negra
vacíos al servicio inescrupuloso calor" (p. 11 Y 12). Ltda., diciembre, 1982, Bogotá, Colombia,
p. 27). El juez Arcadio aconseja al alcalde
de los poderosos, cualesquiera cómo dotar de instrumentos de identifica-
que estos fueren, poi íticos arri- Porque, en definitiva, e~ obje- ción a los habitantes del pueblo, la mayo-
ría 'de los cuales carece de éstos porque
bistas y corruptos( o compañ (as tivo único y múltiple, en la reali- "a raíz de las últimas elecciones la Pol(cia
extranjeras que acumulan ganan- dad como en la fantasía, en los decomisó y destruyó las cédulas electorales
del partido de oposicibn" {p. 67-68).
cias a costa de sus trabajadores y hechos prácticos como en la lite- Igualmente le aconseja cómo legalizar una
de las naciones donde se instalan, ratura y el arte, no puede ser tramposa venta de terrenos: "Es la cosa más
sencilla del mundo: el municipio adjudica a
y que cuentan con el respaldo del otro que la creación de: los terrenos a los colonos y paga la corres-
Estado local, que les brinda, de pondiente indemnización a quien demuestre
poseerlas a justo título" {p. 111). Por último,
un lado, la fuerza bruta de sus cuando el·afcalde extorsiona a' César Monte-
tropas regulares (el ejército masa- ro, arrestado por matar a tiros ·al clarinetista
Pastor, le dice: "entre los tribunales y los
cra a cerca de 3,000 personas abogados te arrancarán por lo menos veinte
reunidas en una plaza públicá de , mil pesos. O más, si el investigador especial
se encarga de decirles. que eres m illor;~ario"
Macando durante la 'huelga gran- (p, 79). Luego agrega: "en vueltas y papeleos
de') y, del otro, indebida legiti- te clavarán dos a/los, si te va bien" {p. 79).
mación a traves de su aparato ins- ( 10) García : Márquez, Gabriel: "La
titucional, dentro de'l cual se soledad de Amt<rica Latina", discurso
de recepción del Premio Nobel de Litera-
halla, ciertamente, el Poder tura, pronunciado ante la Academia Sueca
Judicial. de las Letras, el dí a '8 de Diciembre de
1982. Reproducido en Garc(a '.Márquez/
Empero, como el propio Vargas Llosa: "Diálogo sobre la novela
latinoamericana", Editorial Perú Andino,
Garda Márquez sostuvo en una Enero de 1988, Lima, Perú, (p.171.
fecha memorable, "frente a la ( 11) En "Los funerales de la Mamá
opresión, el saqueo y el abando- Grande", como hemos· anotado antes, s~
califica a los abogados de "probados alqUI-
no, nuestra respuesta es la vida" mistas del derecho". Cf. Garcfa Márquez,
(10). Gabriel: "Los funerales de la Mamá
; .; Grande" op. cit., (p. 133).
( 12) García : Márquet, Gabriel: "La
Estamos ante dos acciones dis· \, ~­ soledad de América Latina", op. cit.,
tintas, ambas de magia y alqui- ·~· .. (p. 17).

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