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Modernismo
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Stultifera navla1
Imposibilitada de comprenderla o dornl- creaciones de algunos críticos, n~ tendría en este sentido un hecho verdaderamente
narla, la sociedad del siglo XV propone objeto procurar aclarar sus característi- sintomático: el espacio asignado a Léon
una extraña alternativa a la locura: si cas. Krier en la Via Novissima que se preparó
bien no la elimina, tampoco la retiene en los galpones del viejo Arsenal fue cedi-
(cosa que hará más adelante mediante Pero la consolrdacíón de e~ sector en la do por este arquitecto al grupo de Archi-
el hospital como modo de absorberla y orientación de 'las publicaciones más ves d'Architecture Moderne dirigido por
controlarla). atractivas -multiplicadas en los últimos Maurice Culot (fig. 2), quienes utilizaron la
años y recibidas en nuestro medio en ava- sede para afirmar entre otras cosas: "Los
El loco, una figura que surge de la des- lancha informe y desestructurada de imá- que catalogan a Krier como fascista son
composición del tejido medieval de certi- genes y nociones-, induce pesadamente aquellos que colaboran y se prostituyen
dumbres, queda momentáneamente sus- al consumo de una categoría, la del pos- en el ámbito de un Posmodernismo se-
pendido en el ambiguo espacio de los modernismo, que permite una fácil cuanto ductor que es una nueva figura de las su-
bordes de la razón. '\ peligrosamente inconsistente unificación cesivas modas de la arquitectura moder-
de experiencias. Experiencias que a nues- na. Solo aquellos que se dedican a los
De este modo, personajes diversos, me- tra endeble, limitada y temerosa estructu- i uegos destructivos de la moda y lo ca-
ras figuras de ausencias sobre el fondo de ra cultural se le hacen, por otra parte, difí- sual pueden sorprenderse por el hecho
un sentido posible, habrán de compartir ciles de entender y de explicar de otro de que Krier ocupe un lugar de primer
una existencia sin lugar y sin destino: modo. plano en el Pantheon de las luchas ur-
la nave de los locos. banas de Brusetas'".
Por este motivo, íntentar algunas precisio-
Locura de amor o de guerra, locuras de nes parece una tarea ineludible, aunque
Dios o de muerte, de la aventura o del Mal; no podamos cubrir correctamente todos Compartidas o no, las afirmaciones de
todas las formas de lo incomprensible son los flancos del conjunto demasiado vasto Culot no pecan por falta de nitidez. Con
. embarcadas por las ciudades en estos re- de elementos a los que habremos de refe- el/as deberán quedar fuera del área de
cintos fantásticos que recorren los ríos del rirnos. la categoria todas las experiencias que
siglo (fig. 1). se producen en el ámbito de lo que al-
y quede claro por cierto, que no procura- quno s designan como el neo-realismo o
Sugestiva, la imagen puede aplicarse in- remos negar la existencia de profundas el populismo europeo. Y esto implicaría
vertida a las operaciones a que da lugar el conmociones o la valídez de muchas pro- excluir no solo los trabajos del ARAU en
deterioro y progresivo desgajarse de la puestas renovadoras que en estos años Bruselas, sino también los de Léon y
Arquitectura como Institución Clásica. acrecentaron el políedro de la disciplina. Rober! Krier y probablemente los de
Multiplicadas y renovadas las prácticas de Grumbach y el grupo TAU en Francia
que estaba compuesta; absorbidos ente- (Bigelman, Feugas, Huet, Leroy, Sante-
ros sectores operativos por otras áreas Los que sí, en cambio, están en cuestión, I/i). Gal/aragua en el pais vasco, Wetner
del Saber; alteradas sus demarcaciones; son dos conceptos fundamentales: 1) la Kreis y Ulrich Schaad en Suiza (fig. 3) Y
modificada la valoración de sus roles; caí- reductibilidad de tales experiencias a un muchos otros, incluso en Chile (Boza,
da el aura" la Arquitectura sobrevive en ji- plano común y 2) la ruptura que el prefijo Lühr s. Muzard, Larrain y Murtinho. fig.
rones de hechos y nociones en un espacio "post" ~mplica con las tradiciones moder- 4). etcétera. Experiencias de no poca
que solo puede ser admitido como un in- nas. importancia por cuanto se trata del des-
cómodo semifósil para el Saber contem- arrollo de las ideas de tipologla y ar-
poráneo. Una observacíón de las posiciones actual- quitectura de la ciudad poniendo énfa-
mente en debate nos permítirá descubrir sis en aspectos ideológicamente "pro-
Sin embargo, en un supremo intento la paradoja de una tendencia que no se gresistas" de tal planteo, como el resca-
de recuperación de la entidad, un sector reconoce a si misma como tal pese a la in- te de las formas urbanas populares o el
de la crítica procura reconducir hacia el sistencia de sus propulsores. anti-industrialismo. Una tendencia, esta
centro vacío de la disciplina las múltiples última. ligada •.a la enorme difusión del
prácticas cristalizadas alrededor de las Histórtcamente lo habitual ha sido que los ecologismo 'producida en los últimos
esqulrlas del estallido de la unidad institu- agrupamientos surjan de sus protagonis- años, sobre todo a partir de la crisis pe-
cional. tas, aun admitiendo lógicas diferencias in- trolera. La toma de conciencia de los
ternas. Así sucedió en este siglo con los problemas energéticos y los profundos
De 'este modo, una renovada "Narrens- constructivistas rusos o con los CIAM; así desequilibrios ocultos bajo la aparien-
chiff"J navega el difuso territorio de los Ií- con el Art Nouveau o el expresionismo cia eficiente de la civilización industrial
. mites del Saber Moderno bautizada Post- alemán. A lo sumo podrían producirse contemporánea llevados a cabo por una
, moderna, como si finalmente se hubiera disputas por los límites de la autenticidad generación fuertemente politizada por los
encontrado el rumbo cierto y superado la o la paternidad del movimiento, tal como acontecimientos del '68, y"para la que no
niebla. lo sucedido con el surrealismo y la actitud bastaron· los grandes slogans generales
de Breton como pope de la tendencia .•. entonces difundidos, impulsó el surgi-
Charles Jencks, Paolo Portoghesi, Robert miento y confluencia de estos grupos que,
Stern, Paul Goldbergerg son, entre otros, sobre todo a través de las bellisimas imá-
quienes se disputan más fervorosamente y bien; con la categoría que nos ocupa su-
cede exactamente lo contrario: se deter- genes de Léon Krier (fig. 5) proponen un
el dudoso honor de pilotearla. mundo que recupere los valores del tra-
mina la comunidad de intereses de unos
personajes que se niegan a admitirla . bajo artesanal, las imágenes tradicionales
. Categorlas claras, de la ciudad, el rechazo de los materiales
realidades oscuras Veamos por partes.
"energlvoros" (como llaman al aluminio, al
Si solo se tratara de una de las habituales E~ la última Bienal de Venecia se produce acero o al hormigón armado); en polltica,
,'. ,
1
Hieronymus Bosch. "La nave de los locos", 1500 oposición a la civilización contemporá-
neas.
2
Maurice Culot. Propuesta de reestructuración del área
comprendida entre Rue de la Lol y Rue Belllard, Pero esta polémica con la noción que es-
Bruselas. 1979 tamos observando no es la única. En algu-
nos casos en forma expllcita y en otros sin
flle_dL5.fLd,iremamente al tema, son mu-
Werner Kreis y Ulrlch Schaad. Propuesta del nuevo chos los que manifiestan su desacuerdo .:
barrio alrededor de la estación
ferroviaria de Lucerna, 1976
Aldo Rossi tampoco podrla estar Indiscu-
4
tiblemente incluido en la categorla de los
Boza. t.iinrs, Muzard, Larraln, Murtlnho. "posmodernos" (como simbólicamente pa-
Reconstrucción de Santiago-Poniente, Santiago de rece expresarse al haber proyectado solo el
Chile, 1977 portal exterior de la Via Novissima).
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