El presente ensayo es un punto de vista hacia una reflexión que pretende
establecer temas de debate para el fortalecimiento de una cultura ambiental responsable; los cuales permiten una fácil y eficaz conceptualización en lo relacionado a planteamientos ambientales y así analizar los conflictos para explicarlo, además de tomar conciencia acerca de la complejidad del tema ambiental.
Siempre ha existido la relación entre la humanidad y la naturaleza, dándose
diferentes interacciones sociales para adaptarse como comunidad al ambiente natural. Las regiones naturales se van remodelando en función de las comunidades sociales y sus necesidades, alterando muchas veces los ecosistemas, pero también teniendo la necesidad de restaurarlos y recuperar las condiciones naturales que permitan la subsistencia del ser humano. Algunos sectores de la población mundial ya tienen plena conciencia de que la actual degradación ambiental constituye una amenaza para el destino de la humanidad, sin embargo, una cosa es reconocer la gravedad de la actual crisis ambiental, y otra muy distinta es estar dispuestos a cambiar nuestros comportamientos para favorecer la superación (o impedir el empeoramiento) de dicha crisis.
Muchas regiones naturales muestran un deterioro del cual muchas veces el
hombre es el causante, esta acción humana se pudiera revertir si se conocen las diferentes alternativas que tuviera el ser humano para cuidar el medio ambiente. Los estudios de impacto ambiental son necesarios, porque se debe involucrar la acción humana del hombre, que es el causante de todos los problemas ambientales. Todo estudio de impacto ambiental debe contemplar los aspectos técnicos, el estudio del entorno, las evaluaciones de cada uno de los aspectos, y la presentación de varias alternativas. Por eso es de gran importancia hacer referencia al valor que tiene entre las comunidades el saber ambiental; el cual, es una discusión sobre las condiciones ecológicas de la sustentabilidad y las bases sociales de la democracia y la justicia; es una construcción y comunicación de saberes que pone en tela de juicio las estrategias de poder y los efectos de dominación que se generan a través de las formas de detención, apropiación y transmisión de conocimientos. (Leff, 2000). La interpretación del saber ambiental se establece como un campo de consideraciones que hacen extender los sentidos del ambiente y proyectan la complejidad hacia la construcción de un mundo abierto a la diferencia y la otredad.
El saber ambiental trasciende la división entre sujeto y objeto del conocimiento al
reconocer las potencialidades de lo real y al incorporar identidades y valores culturales, así como las significaciones subjetivas y sociales en el saber. El saber ambiental trasciende asimismo la idea de una realidad efectiva y presente, el origen de una realidad inseparable y el devenir de una idea trascendente, proyectándose hacia el infinito de lo impensado –lo por pensar y lo por-venir– reconstituyendo identidades diferenciadas en vías opuestas de la reapropiación significativa del mundo. La complejidad ambiental lleva al reposicionamiento del ser a través del saber y genera lo inédito en el encuentro con lo otro, en el enlazamiento de seres diferentes y la diversificación de sus identidades.
Se entiende por DESARROLLO SOSTENIBLE aquello que conduzca al
crecimiento económico, a la elevación de la calidad de vida y al bienestar social, sin agotar a la base de recursos naturales renovables en que se sustenta, ni deteriorar el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlos para la satisfacción de sus propias necesidades. Pero los conflictos ambientales más frecuentes son leyes o proyectos a favor del capitalismo que perjudican las comunidades que habitan y protegen esos territorios. EL MODELO DE DESARROLLO SOSTENIBLE solamente es una estrategia capitalista para camuflar el gran impacto ambiental que generan, pues cuenta con aspectos importantes como demanda de recursos naturales cada vez mayores por la población creciente, donde el hombre invade las zonas que deben ser de reservas y no les importa acabar con el ecosistema.
Somos población consumidora en todos los niveles de productos; la presencia de
los hidrocarburos especialmente el petróleo que con las leyes mineras al mando de las multinacionales les concede los permisos para explotar territorios por encima de todo. Por lo tanto, de acuerdo con el carácter sistémico del ambiente, la educación ambiental debe ser considerada como el proceso que le permite al individuo comprender las relaciones de interdependencia con el entorno, con base en el conocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social, política, económica y cultural, para que a partir de la aproximación de la realidad concreta, se puedan generar en él y en su comunidad actitudes de valoración y respeto al ambiente y revertir o evitar daños ambientales graves que conllevan al deterioro apresurado del planeta.
La comunidad dentro de la educación ambiental se puede definir como un
organismo social que ocupa determinado espacio geográfico influenciado por la sociedad, de la cual forma parte, y a su vez funciona como un sistema, más o menos organizado, integrado por otros sistemas de orden inferior que interactúan, y con sus características y las interacciones definen el carácter subjetivo y psicológico de la comunidad, y a su vez influyen, de una manera u otra, en el carácter objetivo, material en dependencia de su organización y su posición activa ó pasiva respecto a las condiciones materiales donde transcurre su vida y actividad.
El mundo ha entrado en el siglo XXI en medio de una profunda crisis ambiental
reflejada no sólo en el ámbito natural, como el aumento de la temperatura a nivel global, la desertificación y la pérdida de biodiversidad entre otros, sino en el plano social al acrecentarse el desempleo, las migraciones, la pobreza y las diferencias entre regiones y grupos sociales. Es por eso necesario que la sociedad esté cada vez más comprometida con el medio ambiente, y asuma el reto que exige reformas e innovaciones en lo personal y en lo institucional, en lo individual y en lo colectivo, en lo educativo y en las muchas esferas de la vida ciudadana. Muchos abordan el tema de descubrir nuevos puntos de vista donde el ambiente sea prioridad, cuando debemos mirar el pasado y descubrir que hay en el hacer. La tarea a que nos enfrentamos es más bien la de crear un nuevo pensamiento que integre la verdad sobre el ambiente, y el poder que por derecho propio tiene. Debemos pasar de una era de falta de conciencia a un florecimiento de lo que hoy llamamos "nuevo saber ambiental".
A partir de la crisis ambiental actual, muchos especialistas se escudan de distintos
argumentos que deterioran la responsabilidad que todos tenemos de acuerdo con la situación a que nos enfrentamos. Es muy fácil defendernos de los argumentos reales que nos sitúan en el centro del problema, a través de nuestra ciencia; cuando lo más importante es analizar los problemas desde las soluciones que podemos dar desde la misma materia.
Es por eso que pensar en el problema, y dinamizar nuestro pensamiento en pro de
crear nuevas oportunidades para el ambiente ha de ser una condición real y activa dentro del nuevo conocimiento que estamos creando. Eduardo Galeano decía, “hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan, y ese lugar es mañana”. De ahí que debamos pensar en defender los derechos del ambiente, cuidando que nuestros hijos, nietos y otras generaciones puedan vivir creando y disfrutando de un nuevo saber, que nos permita vivir felices en nuestro ambiente.