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Capítulo 1
Las Ciencias Sociales
y su enseñanza

Eduardo Silber y Nicolás Laino

En este capítulo nos proponemos ensayar una respuesta, quizás


ambiciosa, a una pregunta que es recurrente y que está presente en la
refle,µón cotidiana acerca de nuestra profesión y que da nombre a este
capítulo. ·Para ello haremos un recorrido histórico que abarcará desde
fines del siglo XVIII hasta la actualidad que da cuenta de cómo·han
variado ios enfoques epistemológicos de enseñanza de las Ciencias
Sociales y sus fundamentos políticos y filosóficos, para arnbar al que ·
se propone en los Diseños Curriculares vigentes. Para ilustrar dichas
modificaciones, se presentarán propuestas didácticas del área ·sobre
un mismo tema, que responden a miradas contrapuestas: la historia y
la geografía positivista, la historia social y la geografia crítica.
Nuestra intención n9 es brindar una respuesta simplista, por el
contrario, procuramos abrir interrogantes que nos permitan com-
prender que en la tarea docente, presumiblemente aún más en .
las referidas a las ciencias sociales, existen·implicancias políticas
directas, tengamos conciencia_de ello o no.

Los combates paradigmáticos

La enseñanza sistematizada de las Ciencias Sociales, tanto de his-


toria como de geografia, está ligada a la invención de la escuela como
dispositivo pedagógico, hacia fines del siglo XVIlI en el contexto de
la formación de los estados nacionales en Europa. Aunque existieron
1
decaían pueblos y civilizaciones" (Gojman, S., 1994). Al respec~- ~
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1 ,¡
otras formas de enseñanza y transmisión, sobre las que volveremos
más adelante, las Ciencias Sociales han sabido quedar atrapadas en
meollos políticos y filosóficos desde entonces hasta la fecha.
Immanuel Kant (2012) sostenía que el devenir de la humanidad "n¿
va del bien al mal, sino que_se desarrolla gradualmente de lo peor a lo
La noción de historia, tal como lo indica el presente apartado, mejor, según un progreso del que cada uno participa en la medida de
·I sus fuerzas. La misma Naturaleza llama a esta colaboración". Aquí
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ha sufrido cambios y reinterpretaciones desde su resignificación en
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el Renacimiento. En consonancía con lo que sostiene Luis Villoro encontramos una concepción evolutiva de la historia en la cual se ,
(2010), el sujeto 'moderno, renacentista, no estaba atado a ningún sostenía una teleología que le exige al ser humano mejorar.
tipo de esencia que lo predefiniera, sino que .eran sus decisiones y Estos fundamentos tuvieron un correlato a partir del siglo XIX
sus acciones las que lo identificaban; sus actos conformaban una que llevaron a la formación del positivismo, corriente filosófica
historia. Es decir, el hombre podía proyectarse en el tiempo, el cual que afirmaba que el verdadero conocimiento era el producido por
era pensado como una progresión lineal que buscaba el progreso las ciencias naturales. Su fundador, Auguste Comte, aseguraba el
siempre hacia adelante. Y a no existía la monotonía cíclica de la
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..: progreso interminable de la civilización humana y una confiable in-
perfección del "cosmos" griego, sino que los hombres construían terpretación de la realidad respaldado en el método científico de la
su porvenir de acuerdo a su voluntad. biología, la fisica y la química. El traslado de la rigurosidad de un
Por otra parte, la historia se convertía en un medio para conocer campo a otro llevó a reforzar el valor en el conocimiento erudito,
la verdad de los hechos, intentando separar aquellas distorsiones acumulativo y critico de las fuentes de la historia.
provocadas por ciertos intereses de grandes y poderosos grupos. La historia positivista apuntaba a captar la mayor cantidad po-
Esto significaba que la historia era, por lo tanto, un espacio de lucha sible de hechos y de una manera objetiva, rechazando cualquier
de intereses donde estaba en juego la libertad de los pueblos, que interpretación o valoración teórica de los historiadores. "Para ellos
eran quienes escribían dicha historia, y ya no se concebía a la misma la historia era sólo la sistematización y organización de los datos
como una cuestión mítica e inconmovible. Podemos encontrar un obtenidos en los documentos y la inclusión de aspectos teóricos e
análisis similar en Todorov (2003): "La historia ejemplar ha exis- interpretativos oscurecía e interfería en el carácter "objetivo" que
tido en el pasado ( ... ) su sentido es que el destino del hombre no debía tener para ellos la historia" (Gojman, S., 1994).
i se puede cambiar, y que uno puede modelar su conducta presente Del mismo modo, la geografia positivista se caracterizó por
siguiendo a los héroes del pasado. Esta concepción de la historia y contar con "largos listados de objetos, nombres y cantidades,
del destino pereció con la aparición de la ideología individualista asimilados al inventario de la geografia clásica" (Gurevich, R.,
moderna, puesto que con ella se prefiere creer que la vida de un 1999). En otras palabras, la geografia se _limitó a describir y enu-
hombre le pertenece, y que no tiene nada que ver con la de otro". merar relieves, climas, capítales, mares y definiciones de paralelos
Incluso existen quienes lo precisan aún más, como Collingwood Y meridianos, entre otros. Los referentes de esta corriente positi-
(2004), y establecen la :filosofia cartesiana del siglo XVII como vista geográfica _fueron, por ejemplo, Alexander von Humboldt o
promotora de ~sta resignificación histórica. Carl Ritter. Estas disciplinas se basaban en el ideal de una verdad .
Siguiendo en esta línea de pensamiento, los intelectuales de la acabada, indiscutible elaborada por el propio método científico.
Ilustración3, "no sólo qu~rian conocer los hechos y describirlos: que- Estas concepciones epistemológicas penetraron en las escuelas
rían comprender el sentido de la evolución de la humanidad y de sus durante el siglo XIX tanto en Europa como en América, y Argentina
. cambios, al mismo tiempo que explicar por qué se desarrollaban y no fue la excepción. Fue muy recurrente relacionar este conocimiento
erudito al amor a la patria, es decir, "amar a la patria es conocer-
3. Muchos de ellos ya eran profesores. universitarios, es decir, ya tenían contacto la" tanto histórica como geográficamente. Debemos aclarar que las
con la educación formal sistemática y habían comenzado a reflexionar sobre ella, ideas de "Patria", ''Nación" e incluso estado nacional son sumamen-
especialmente proponiéndola para los niños. Uno de los objetivos era elevarlos
te complejas, tal como lo demuestra el trabajo de Eric Hobsbawm
intelectualmente y alejarlos del salvajismo y de la "minarla de edad".
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I (2012). No obstante, tengamos presente que el estado nacional fue la contaminado por la inmigración o todo aquello 1 ·
re ac1onado con
estructura política y de organización social que se aplicó a partir .de 4·
el fo~klore Y ?u producció~. Evidentemente, la elección de de-
las revoluciones burguesas, comenzando por Inglaterra en 1688, para termmados proceres y de ciertos grupos sociales observados con
. .
acabar con los regímenes absolutistas y pennitir el desarrollo capita- cierto romanticismo respondía a "las formas de identificación de
lista. En ese marco fue creada la escuela. Sus objetivos tenían que ver • explicitación de los orígenes, de legitimación del orden establ~cí-
con la formación de ciudadanos y de engranajes para el nuevo sistema do, de darle sentido a la vida de los individuos y las naciones, de
económico imperante, es decir, debía asegurarse la creación de obre- inculcar ejemplos morales, ( .. .) de fundar el presente y ordenar
ros con algunos saberes prácticos básicos y un buen disciplinamiento. el futuro inmediato" (Florescano, E., 1980, citado en Gojman, S.,
''En la serie de conferencias Sobre el porvenir de nuestras escuelas, 1994). Del mismo modo, el romanticismo decimonónico incluía
Nietzsche muestra que existe un nexo evidente entre la educación y la la idea de "pueblo" como Ún protagonista de la historia.
utilización de la fuerza de trabajo intelectual por parte de la sociedad Los autores más críticos relacionaban y relacionan la idea de na-
para sus propios fines. Estos fines consisten en producir uri tipo de in- cionalismo con los intereses de la burguesía, sea cual fuere el país,
dividuo que se revele lo antes posible como un empleado útil y en ase- ya que hacía pasar los intereses de los sectores dominantes como
su
gurarse de máximo rendimiento incondicionaf' (Pineau, P., 2001). propios de toda la población, sin importar las diferencias sociales
Uno de los métodos sutiles de dominación fue la difusión del que existieran entre ellos. De hecho, ~esde 1884 tras la sanción de
,. nacionalismo a escala mundial. La idea era -hallar un nexo entre la la Ley 1420 que estableció la _educación primaria obligatoria, laica,
\¡! identidad colectiva nacional y el pasado, es decir, dem:ostrar que gradual, gratuita para todos los niños y niñas entre 6 y 14 años de
la nación guardaba un pasado y un paisaje común que establecía edad, se pudo apreciar que la mayor parte de los _manuales y tex-
como consecuencia un orden social y político particular. En el caso tos escolares respondían a un utilitarismo nacionalista abstracto; en .
argentino, .además, funcionó para homogeneizar a una población términos de Cecilia Braslavsky (1994), se buscaba "construir una
compuesta mayoritariamente por inmigrantes europeos que traían imagen de nación hasta cierto punto "abstraída" de la necesidad de
distintas lenguas, costumbres, pautas de higiene, ritos, entre otros. legitimar al gobierno". Como respuesta a esta mirada que dominaba
En general, tal como lo expres·a Alejandro Cattaruzza (2007), el a nivel mundial, ·surgió también el materialismo histórico propues-
punto fundante del patriotismo fue la Revolución de Mayo de 181 O, to por Karl Marx y Friedrich Engels. Sin embargo, estaba montada
más allá de las diversas lecturas que realizaron sobre la misma los sobre rasgos positivistas ya que buscaba una teoría unificadora a
propios miembros de la clase dirigencial argentina. Además, este partir de un método inductivo que generalizaba situaciones vividas
¡ sentimiento patriótico estaba reforzado por monumentos, estatuas, en Europa y sobre las cuales estructurabán leyes universales con
'j. museos, ritos escolares y militares, feriados, entre otros. una clara mirada evolucionista, en donde la sociedad colectivista
Otro rasgo característico del positivismo que resulta elocuente fuese el punto cúlmine de la historia porque sería el fin de la lucha
en el siglo XIX es el ensalzamiento de la figura del héroe o prócer, de clases 01 arela, B., 1999). De hecho, en la Rusia comunista, sal-
tomándolo como un ejemplo a seguir, líder moral y espiritual de vando las distancias de las diversas interpretaciones intelectuales,
la nación, destacándose su abnegación y sacrificio, al punto casi se buscó enseñar una historia de corte positivista y nacionalista
de concebirlo como un "súper.:.hombre". También destacaba a gru- en los primeros años de su funcionamiento tal como lo demuestra
pos sociales que representan con mayor fidelidad el sentimiento Marc Ferro (1993). No obstante, es innegable el aporte del mate-
patriótico. Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, sectores rialismo histórico al estudio de los procesos de dominación y las
intelectuales relacionados cori la oligarquía y la alta burguesía, pro- relaciones con la economía y los modos de producción, aspectos
pusieron figuras disímiles que consideraban el estandarte nacional. que serán retomados por otras corrientes posteriores.
Por ejemplo, la imagen del gaucho enaltecida por la publicación
del Martín Fierro, el indiano de las montañas que no había sido 4. En 1846, el anticuario inglés Wtlliam Thoms refirió que el término folklore proviene
de la lengua sajona y que significa "saber del pueblo".
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Ahora bien, resulta interesante hallar una concepción morali- Sin embargo, existe un pilar que fundamenta la transmisión y
zante similar en los pueblos originarios, como los aztecas, quienes, enseñanza de la historia que tiene que ver con la "memoria". Una
aunque no pensaban el concepto de historia al estilo europeo , valo- memoria sobre la cual se ejercieron -y ejercen- diferentes accio-
raban de sobremanera el mensaje que venia del pasado en forma de nes . La memoria puede representar, como reza la famosa frase de
profecía o relato fundacional y que determinaban el desarrollo del Villoro, una lucha contra el olvido pero quizás haya algo de cierto
porvenir de la comunidad. Debemos tener en claro que la historia en la frase de Martín Fierro "olvidar lo malo es también tener buena
azteca está imbuida en el discurso religioso y por eso "los azte- memoria". Destacamos "lo malo" porque en esa memoria colectiva
ca.s están convencidos de que todas esas especies de previsión del a la que se asocia la historia se juega también la amnesia o el abuso
porvenir se cumplen, y solo excepcionalmente tratan de resistirse sobre los recuerdos : "la amnesia, que no solo es individual, sino
a la suerte que se les anuncia" (Todorov, T., 2003). No nos debe que puede ser colectiva y que puede generar alteraciones graves de
sc-rprender que la idea de "profecía" se asocie directamente a la de identidad; y los usos y abusos, como el olvido (que resulta tan in-
"ley". Es decir, que para muchas culturas originarias de América, tencionalmente producido como el propio recuerdo) o las manipula-
la historia tiene una connotación condenatoria. ciones de la memoria. ( ...) Se aproxima a la esfera del ejercicio del
Empero, habría que hacer una advertencia severa que vuelve poder: manipulaciones conscientes o inconscientes que el interés,
a establecer puentes con la mirada sobre la historia que veníamos la afectividad, el deseo, la inhibición, y la censura ejercen sobre la
alegando anteriormente: "El mundo se plantea de entrada como memoria individual ( .. .) son extensivas a la colectividad" (Malerba,
algo sobredeterminado; los hombres responden a esta situación re- 2013). Por ello se ha cargado sobre la figura y el rol del historiador
glamentando minuciosamente su vida social. Todo es previsible, y un papel liberador en medio de ese fuego cruzado de discursos, es
por lo tanto todo está previsto, y la clave de la sociedad mesoame- decir, aquel que puede tener acceso a una verdad·superior, no la que
ricana es orden" (Todorov, T. , 2003). Queda claro que la historia se le ofrece al vulgo; en términos maquiavélicos: "( ... ) 'al contrario
ha sido utilizada como herramienta para conservar un orden social de sus desafortunados conciudadanos, el historiador es quien sí está
y sostener un status quo determinado . en el secreto de la verdadera historia (.. .). El historiador es uno
Si bien en el caso particular del imperio Azteca, el individuo de los escasos ciudadanos que puede tener una visibilidad concreta
carecía totalmente de valor frente a lo social, lo cual en Europa de la ubicua red opresora' que sustenta a la sociedad en que vive"
y posteriormente en América nunca llegó a tal punto, se reconoce (Blanco, J. J. 1980, citado en Cernadas, J. y Lvovich, D., 2010).
uua necesidad de homogeneizar, de alguna manera "materializar la Por su parte, la geografía positivista de fines del siglo XIX y
memoria colectiva, es decir, el conjunto de leyes, normas y valores principios del XX cargó su interés en los recursos naturales y las
que deben transmitirse de una generación a otra para asegurar la materias primas debido a la expansión imperialista que dio origen
identidad misma de la colectividad" (Todorov, T., 2003). El caso a las guerras mundiales. Por aquel entonces, como lo manifiesta
azteca tal vez sea más asombroso porque carecían de una escritura Brisa Varela (1999), la teoría del espacio vital era eje del colonia-
fonética y sus costumbres y ritos quedaban registrados en largos lismo en tiempos de la paz armada. Si bien este fue un aspecto muy
discursos memorísticos. Analizar la relación entre el dominio de fuerte para la geografia en Europa que vislumbraba un conflicto
· la escritura y la concepción de la historia no es nuestro objetivo y bélico, se trasladó a Latinoamérica en términos de soberanía na-
demandaría un libro dedicado al tema. Pero lo cierto es que, tanto cional tanto de sus recursos como de sus límites aún no definidos
en muchas de las culturas aborígenes como en la mirada positivista y que implicaban un fundamento nacionalista. También surgieron
europea, la historia ha servido para persuadir a la población con subdivisiones dentro de esta corriente que sostenían que las condi-
un discurso moralizante, de idolatría por la pertenencia fervorosa a ciones del medio natural determinaban las características del grupo
una identidad o nación, un sentimiento de identificación de valores social,' al punto tal de servir como argumento para las invasiones
comunes sin importar la jerarquía a la que se pertenezca. de los países industrializados sobre los ricos en materias primas Y

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wrales. La geografia posibilista se hizo un lugar hacia
~:; ;;1 0 XIX de la mano de Vidal de La Blanche, a partir de
El siglo XX demo_stró que no se podía comprender su dinámica
con un~ mera descripción y enumeración de fechas, cifras, elementos,
oJJespostulados positivistas como la evolución, el método empirist
10s • • (V a, poblac1?nes, etc. Los conflictos sociales, las huelgas, los desarrollos
experinlental e mductivo are1a, B., 1999). Sin embargo su a _
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te estaba liga o a cons1 erar a os espacios geográficos en rel -6
por despareJos de las economías industrializadas y agroexportadoras la
. d d., b. ac1 n expansión colonial y la guerra, entre tantos ejemplos, provocaron ~e
con la soc1e a. 1os cam . 10s y permanencias y , por lo tanto, con nuevos historiadores, geógrafos y profesorés miraran el pasado con
una estrecha vmcu1ac1 6n con la historia.
otros ojos. "Es en el siglo XX cuando la historia, en contacto con otras
Ya entrados en el siglo XX, la geografia abrió sus rt
·¡· '6 d pue as a 1a ciencias sociales, comenzó a pensar en términos de sujetos colectivos:
uti izac1 n e 1a computación y la tecnología avanzada e hizo su las comunidades, los estamentos, los grupos, las clases sociales, en
entrada. en. escena la geografia cuantitativa con has e pos1·ti·vista,
· ya · permanente cambio y atravesados por diversos conflictos" (Gojman,
que pnmaban los datos y la información para llegar a universalizar S., 1994).' Surgió así un problema metodológico que rozaba con lo
antes que a analizar conflictos humanos. En ella se tomaban modelos epistemológico ya que hacía insostenible al positivismo y al mé-
matemátic~s y len~aje de la lógica formal para llegar a los resulta- todo de las ciencias naturales aplicable a las sociales. Una de las
. dos. Ademas surgió la geografia de la percepción, en donde el foco críticas que recibió el positivismo tenía que ver con el origen de sus
se concentraba en el observador y que afectaría a las nociones de fuentes . Anteriormente habíamos mencionado que el positivismo
"lejano" Y "cercano" debido a que los volvía relativos al sujeto. era muy riguroso con ellas, al punto tal que solo eran considerados
Esto seria trasladado a la :didáctica posteriormente. como válidos los documentos escritos. Frente a esa postura existían
· Mientras se consolidaban los paradigmas positivistas hacia fines historiadores que no estaban de acuerdo: "Ni siquiera se les pide la
del siglo XIX y comienzos del siguiente a escala mundial, se iban explicación crítica de un texto: la historia se hace casi exclusiva-
produciendo cambios sociales. En la segunda mitad del siglo XIX, mente con palabras, fechas, nombres de lugares y de nombres. Bas-
durante la fase de industrialización pesada, comenzaron a crearse ta recordar la fórmula: 'La historia se hace con textos ' , Sin duda,
los sindicatos de obreros y campesinos que reclamaban por sus de- entonces, se comprende todo" (Febvre, L., 1970)• Por lo tanto, se
rechos laborales y por condiciones dignas de vida frente a las autori- vuelve necesaria la trama explicativa y la vinculación de causas
t' dades de los estados nacionales gobernados por la burguesía. Estos
conflictos sociales que se fueron recrudeciendo alentaron una nueva
para enfocar con más claridad las problemáticas sociales actuales
y del ~asado: "Sin las explicaciones causales, la historia es incom-

li prensible: la descripción de acontecimientos y procesos históricos
concepción de la historia tanto de anarquistas como de comunistas;
\i - que ponía en entredicho a la·historia "oficial'' que se inoculaba en las debe ser fundamentalmente explicativa, y la explicación remite, en
escuelas y a través de todos los símbolos. Por eso, el sindicalismo primer lugar, a la búsqueda de causas•~ (Gojman, S., 1994).
1 Como consecuencia se fundó en Francia, en 1929, la Escuela de
de aquella época se proclamaba internacionalista, por oposición al
nacionalismo, ya que todos los trabajadores del mundo debían soli- ·· los Annales con sus lí~eres Marc Bloch y Lucien Febvre. Ellos, junto
darizarse entre sí y luchar contra el poder imperante en cada estado. a otros tantos, propusieron la confrontación de la historia positivista
Cuando nos referimos a la historia "oficial" estamos sosteniendo "la con ~a ~enomin_ada hist_oria social que es sobre la cual está inspirado
que elaboran las instituciones del Estado o sus ideólogos" (Gilly, el Diseno Curricular vigente. La hi~oria social piensa, a la historia
A., 1984), citado en Teresa Eggers-Brass (2006)). Incluye rasgos c~~o un pro~~s~ Y no como la acumulación de hechos en contrapo-
moralizantes que resaltaban las personalidades de los próceres "ofi- s1c1on al posthVIsmo. Además, busca la ayuda de distintas ciencias
ciales" e inducía a un comportamiento ético y político determinado, sociales para profundizar los análisis, es decir, se apoya en la socio-
pero además "está integrada por parte de "historia científica" que es logía, la economía, la politología, la antropología, entre otras para
o fue producida por academias o institutos subvencionados por el abordar multidisciplinariamente el fenómeno social. Atendiendo al
Estado" (Eggers-Brass, T., 2006). contexto en el que nació esta escuela, estableció la historia en base
a los conflictos que se presentan tanto pasados como presentes a consecuencia, una historia al servicio de esos grupos" (Cattaruzza,
través del estudio de distintas dimensiones de la realidad social A ., 2007). Sin embargo, el revisionismo utiliza la misma forma
(político-institucional, económica, cultural e ideológica o de las que la historia oficial: podríamos pensarlo como simplemente una
mentalidades). Como lógica consecuencia, valoriza a los diversos · sustitución de nombres.
actores sociales y sus intereses sin dejar de lado a la figura del Lo que podemos concluir tras este recorrido histórico sobre los
héroe o prócer. "La historia es la ciencia del hombre, ciencia del distintos paradigmas epistemológicos que penetraron en las escue-
pasado humano. Y no la ciencia de las cosas o de los conceptos . Sin las desde el siglo XIX es que "se realiza un esfuerzo por ofrecer
hombres, ¿quién iba a difundir las ideas? ( ... ) La historia es ciencia interpretaciones de algún segmento particularmente significativo
del hombre; y también de los hechos, sí. Pero de los hechos huma- del pasado, y por difundir una versión e imponerla a otras que com-
nos" (Febvre, L., 1970). La historia social, retomando tal vez ideas piten con ella" (Cattaruzza, A., 2007). Indudablemente se trata de
óe corrientes anteriores, vuelca su mirada sobre los procesos y las un combate ideológico y que se plasma en discursos, libros, pelícu-
¡ estructuras de poder y económicas. Brisa Varela (1999) asegura las, símbolos, elementos y espacios culturales y, en definitiva, en
;!
que esta escuela explica conflictos y desigualdades para generar la organización social misma. Esto se percibe aún más porque, a
un cambio. Por lo tanto volvemos a una historia con un trasfondo diferencia de las ciencias naturales, los paradigmas de las ciencias
político aunque no pierde por eso el pilar de la memoria colectiva. sociales pueden convivir perfectamente a lo largo del tiempo.
En la Escuela de los Annales se produjo un fuerte entrelazamien- De hecho, sabemos bien que en nuestras escuelas muchas ve-
to entre historia y geografia y se llegó a pensar a ambas áreas como ces se sigue enseñando desde un paradigma positivista aunque la
una sola ciencia. Esto lo vemos remarcado cuando después de 1945, prescripción curricular se base en otros paradigmas. Quizás esto
Femand Braudel se hizo cargo de la revista que le había dado vida suceda porque aún no se haya comprendido que la enseñanza no es
a la historia social. Hacia la década de 1960 fue desarrollándose un inocente y es un acto político, en especial, en las Ciencias Sociales,
:.mevo paradigma para el estudio de la geografía. La geografía crítica porque "esas representaciones del pasado tienen el poder de tomar
piensa a los espacios geográficos como socialmente construidos y, legítimas las posiciones presentes y de influir en las batallas del
por ende, carga su preocupación por temas sociales como las interco- ahora" (Cattaruzza, A ., 2007) .
nexiones regionales o los problemas ambientales, para las cuales se Lo cierto es que los paradigmas que rigieron la enseñanza escolar
auxilia en marcos políticos, históricos y económicos . A raíz de esto, de las Ciencias Sociales han sufrido variaciones dentro de una diná-
Raquel Gurevich (2013) asegura que la geografia crítica "propone mica que se reproducía internacionalmente y con sus peculiaridades
una mirada global, integradora, y niega la neutralidad de la cien- dentro de cada región. Más allá de las miradas y los intereses políticos
cia. Sus análisis incorporan los conceptos de multicausalidad ( ... ) Y y gubernamentales, a esta altura ya ineludibles, debemos reconocer
de múltiples racionalidades. ( .. .)El espacio es reinterpretado; se lo en estos paradigmas que la enseñanza de las Ciencias Sociales ha bus-
· concibe como un producto social". cado sostener una memoria colectiva y, en mayor o menor medida,
r•-.. Abrimos un paréntesis para hacer mención ~ una corri~nte his- explicar el desarrollo del presente -ya sea para naturalizarlo o para
cambiarlo-y ahí el compromiso con el futuro (cambio o transfor-
torio gráfica que surgió en la Argentina a partir de la dec_a da de
1930: nos referimos al revisionismo histórico. Se caractenza por mación). Nadie posee la verdad absoluta. En las ciencias naturales
haber sido un espacio donde se levantaron las figuras que habían existen, por lo menos, ciertas verdades transitorias y en permanente
sido silenciadas por la historia oficial. El ."prócer" que suele estar jaque para que puedan demostrar su veracidad. En el caso de las
en el centro de esta disputa es Juan Manuel de Rosas: "esa "historia sociales no existe nada que garantice el triunfo temporal de un para-
oficial", que solía llamarse también "falsificada", se~a hon_iogénea, digma. En las ciencias sociales no parece creíble que pueda existir
uniforme, antirrosista en bloque, fruto de la distors1on de mtereses un paralelo a la revolución copernicana, el desarrollo de las leyes
políticos, resultado de la acción de los vencedores de Caseros, y en newtonian;;ts o el descubrimiento del ADN.
No es un terreno sencillo y hay que comprender que en la forma
. de enseñar la historia o la geografia, s~byacen repre_s~ntaciones y
/
/ anhelos sobre -lo que podría ser la sociedad, un espmtu de trans-
, formación como actividad política. La transformación es común
a todos, con una base :filosófica que la respalda. "La investigación
en ciencias sociales es y será siempre balbuceante e imperfecta; no
tiene la pretensión de transformar la economía, la sociología ni la
historia en ciencias exactas, sino que al establecer con paciencia
hechos y regularidades, y analizar con serenidad·los mecanismos
económicos, sociales, políticos que sean capaces de dar cuenta
de éstos puede procurar que el debate democrático esté mejor
informado y se centre· en las preguntas correctas; además puede
contribuir ~ redefinir siempre los términos del debate, revelar las
certezas estereotipadas y las imposturas, acusar y cuestionarlo
todo siempre" (Piketty, T., 2014). Nada es inocente. Este es el
desafio de las Ciencias Sociales.

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