La valoración ácido-base consiste en la determinación de la concentración de un
ácido o una base, mediante la adición del volumen necesario de una base o ácido de concentración conocida, respectivamente, para alcanzar el punto de equivalencia, es decir, cuando todo el ácido o base presentes en la disolución han sido neutralizados. La sustancia cuya concentración se conoce se denomina valorante, y la sustancia de la cual queremos conocer su concentración valorado. Dado que a menudo tanto las disoluciones empleadas como los productos de la reacción no presentan color en el visible, es necesario el empleo de un indicador ácido-base que nos indique en qué punto la neutralización del ácido o base problema se ha completado. Estos indicadores son especies ácido-base cuyas formas básica y ácida tienen colores diferentes. El pH al que vira el indicador y que será el que nos dé el punto final de la valoración no tiene por que coincidir con el pH en el punto de equivalencia. En la valoración clásica de un ácido fuerte con una base fuerte, el punto de equivalencia de la valoración es el punto en el que el pH de la disolución es exactamente 7. Sin embargo, si se emplea fenolftaleina como indicador, el punto final de la valoración tiene lugar cuando se alcanza un pH de 10 unidades. La variación del pH con la adición del valorante se puede seguir midiendo el pH en cada punto con la ayuda de un pHmetro (potenciometro). Este tipo de valoraciones se conocen como potenciometrías. La determinación potenciométrica requiere la utilización de un electrodo de vidrio acoplado a un pHmetro. El electrodo de vidrio contiene una membrana permeable, que permite el paso de los iones entre dos disoluciones, de manera que cuando se sumerge en una disolución (Figura 1) se establece una diferencia de potencial entre la parte interna de la membrana (en contacto con la disolución interna del mismo y de pH constante) y la parte externa de la membrana en contacto con la disolución problema. Esta diferencia de potencial, respecto a un electrodo de referencia, es proporcional a la diferencia en concentración de H+ en ambas disoluciones. El pHmetro mide esta diferencia de potencial y la transforma en una escala de pH. Así, el método potenciométrico nos permite seguir cuantitativamente la concentración de H+ en el transcurso de una reacción ácido-base. El método potenciométrico es más general, y así, la utilización de electrodos selectivos de otros iones (ej. iones metálicos) proporciona medidas cuantitativas de la concentración de éstos de forma análoga a la descrita anteriormente. CONCLUSIONES La mejor técnica es la valoración potenciométrica por ser más objetiva pero tiene la desventaja de ser muy tardada y requerir equipo adicional (un potenciómetro). Una técnica rápida y confiable es la valoración volumétrica apta para situaciones donde no se requiera conocer una concentración exacta o no se disponga del tiempo o el equipo para una valoración potenciométrica, pero se presta mucho a la propia percepción del investigador.