Вы находитесь на странице: 1из 1

Hechos aislados y nebulosos, ha llegado otra conmemoración.

Colegios,
universidades, auditorios, programas televisivos o radiales, exposiciones artísticas,
conciertos, muestras teatrales... Nadie puede excluirse de la indiscutible
importancia contenida en aquel fundamental paso al que atribuímos el origen de
nuestra nación: La independencia.

Un florero y una discusión primero, luego una serie de batallas; y de repente,


como si apareciera ante el público un as que todo el tiempo había estado oculto
bajo la manga, un territorio soberano, autónomo y libre abre sus ojos como
nación. Tal es el contenido del corillo equívoco que escuchamos una y otra
vez; tal es el alcance del mito fundacional que nos enseñaron desde pequeños y
que solemos repetir hasta hoy. El orgullo y la nostalgia producidos por el recuerdo
de las hazañas de los héroes de la nación izan las banderas de las casas en las que
el himno oficial siempre se escuchó despreocupadamente... Una trampa
inadvertida se esconde tras la euforia de esta celebración. Hemos aniquilado
nuestra historia con símbolos y nombres recubiertos de relatos inconclusos, con
acontecimientos de los cuales se hace eco mediante palabras inconexas, hechos
insignificantes o cuentos viejos que en nada se vinculan con nuestra realidad.

Situados aquí, es preciso emprender la difícil tarea de rescatar nuestra historia de


esa agónica marginación a la que se ha visto obligada. Sacarla de esos lugares
comunes llenos de falsedades, de nombres de próceres celestiales, de objetos
descontextualizados, de silencios alarmantes. Es preciso hacer de nuestra
Independencia un objeto de reflexión, preguntarnos por esa cuota de pasado que
pervive en lo que somos hoy. Nuestra historia, la historia del surgimiento de la
República de Colombia, muere en su potencial subversivo, toda vez que
afianzamos con nuestro desconocimiento su esterilización. Con en este evento
queremos transitar junto a ustedes por esos fangosos pasajes que componen
nuestros primeros intentos de emancipación, queremos invitarlos a explorar junto
a nosotros el proceso que dio origen a nuestro país y en qué medida las
aspiraciones de libertad que animaron las batallas de hace doscientos años aún
reclaman esfuerzos colectivos para una realización más profunda y satisfactoria.
Sean todos cordialmente invitados a Conmemoremos, un espacio donde el pasado
y el presente se juntan mediante el diálogo y la reflexión.

Sarah Quintero

Вам также может понравиться