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EL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO (TOC)

Es un trastorno mental caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y


persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas
repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad asociada.
Los síntomas y la importancia que implica el TOC pueden presentarse a cualquier edad,
pudiendo producir una importante discapacidad. La OMS lo incluye entre las 20 primeras
enfermedades discapacitantes, con una prevalencia del 0,8 % en los adultos y del 0,25 %
en niños y adolescentes, y entre las 5 enfermedades psiquiátricas más comunes.
Diversos estudios científicos demuestran que los pacientes que sufren un TOC tienen una
calidad de vida muy baja, ya que esta condición puede ser mental y físicamente agotadora,
y en sí misma ser causa de incapacidad laboral temporal o permanente
 Causas
Los proveedores de atención médica no conocen la causa exacta del TOC. Los factores
que pueden influir incluyen lesiones en la cabeza, infecciones y funcionamiento anormal
en ciertas zonas del cerebro. Los genes (antecedentes familiares) parecen jugar un fuerte
papel. Los antecedentes de abuso físico o sexual también parecen incrementar el riesgo
de TOC.
Los padres y los profesores a menudo reconocen los síntomas del TOC en los niños. La
mayoría de las personas recibe un diagnóstico a los 19 o 20, pero algunas no muestran
síntomas hasta la edad de 30 años.
 Síntomas

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un síndrome psiquiátrico perteneciente al


grupo de los desórdenes de ansiedad caracterizado por:

Obsesiones:
Son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes, que no son
experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos
que invaden la conciencia y son vividos como exagerados o sin sentido, a veces como
repugnantes. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin
conseguirlo. Es entonces cuando se ponen en marcha las conductas compulsivas
encaminadas a reducir la ansiedad motivada por la obsesión.
Compulsiones:
Son conductas repetitivas, generalmente «caprichosas», y aparentemente finalistas que se
realizan según determinadas reglas de forma estereotipada y cuya principal función es
reducir la ansiedad provocada por la obsesión. Por lo general, el individuo reconoce la
falta de sentido de la conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no
obtiene placer en realizar esta actividad, aunque ésta disminuye la ansiedad provocada
por su obsesión. El enfermo enseguida nota que una sola compulsión o «ritual» no basta
para reducir su ansiedad, con lo que se ve obligado a repetir o aumentar el ritual (círculo
vicioso). Ejemplos típicos son verificar varias veces las mismas cosas una y otra vez, ya
que en la repetición de patrones el enfermo obtiene una reducción inmediata del malestar,
aunque claramente contraproducente ya que con ellos está reforzando la dinámica del
trastorno.
Las compulsiones pueden ser:

 Conductuales: comprobar, lavarse las manos, arreglar, ordenar, revisar,


rituales…
 Mentales: contar, rezar…

Varias teorías sugieren una base biológica para el trastorno, y actualmente una serie de
estudios está explorando esta posibilidad. La Tomografía de Emisión Transaxial de
Positrón (TETP) y otras técnicas de representación del cerebro han sugerido que pueden
existir algunas anormalidades en el lóbulo frontal y en los ganglios basales que influyen
en los síntomas del TOC.

 Tipos de TOC
Dentro del TOC se pueden diferenciar los tipos más comunes:
 Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones
relacionadas con la contaminación o el contagio a través de determinados objetos
o situaciones (contaminarse a sí mismo o contagiar a los demás) Con frecuencia,
usan guantes o desinfectantes, lavan y limpian sus manos, la ropa, limpieza
general de la casa, un sinnúmero de veces al día, a pesar de que nunca logra
sentirse limpio o libre de contaminantes. También se incluyen los limpiadores
compulsivos, solo por el simple hecho de tener las cosas perfectamente limpias,
como si así fuera la manera correcta.
 Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva con el propósito
de evitar que ocurra una determinada catástrofe; obligados a comprobar los
objetos, como las cerraduras de las puertas (ser asaltado por ladrones), los listados
de contrataciones y los aparatos electrodomésticos (gas, vitrocerámicas,
calentador, enchufes).
 Verificadores somáticos e hipocondríacos: intrusiones obsesivas persistentes en
relación a su salud; temor a desarrollar una enfermedad amenazante para la vida
(ej. cáncer) (entran en pánico ante síntomas somáticos extraños y lo relacionan
con una enfermedad grave que pueda acabar con su vida); verifican diversas
funciones corporales, como la frecuencia cardíaca, ritmo de la respiración,
temperatura corporal o diversos aspectos de su imagen corporal o anatómica.
 Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean estén
dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones
simétricas.25
 Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden
desprenderse.
 Perfeccionistas: autoexigentes, se preocupan por detalles menores e irrelevantes;
necesidad imperiosa de hacer las tareas perfectas; necesidad extrema por saber o
recordar cosas que pueden ser muy triviales; mantener en un perfecto orden las
cosas. Preguntadores compulsivos: tienen la necesidad de estar continuamente
preguntándose a sí mismos o a los demás sobre cualquier cosa por nimia, trivial o
absurda que sea.

 Tratamiento del TOC


Las investigaciones clínicas y los experimentos que se llevan a cabo han generado
información que ha demostrado que el uso de tratamientos tanto farmacológicos, como
cognitivo-conductuales pueden beneficiar a la persona a convivir con TOC y controlar
tanto las obsesiones como las compulsiones, pero, en ningún caso, esto le permitirá
superar la patología definitivamente. A un paciente le puede favorecer significativamente
una terapia conductista (generalmente aquellos en los que predominan las compulsiones),
mientras que otro puede beneficiarse de la farmacoterapia (normalmente recetada a
pacientes en los que predomina un trastorno obsesivo incapacitante). Otros pueden usar
tanto medicación, como terapia conductista. También hay quien puede empezar con
medicación para ganar control sobre sus síntomas y entonces continuar con terapia
conductista. El tipo de terapia debe ser decidido por el psiquiatra que diagnostique el
trastorno, en cualquier caso.

Psicofármacos

Diversas pruebas clínicas han demostrado que aquellos medicamentos que afectan al
neurotransmisor serotonina pueden reducir significativamente los síntomas del TOC. El
primer psicofármaco aprobado para el tratamiento del TOC, fue el antidepresivo tricíclico
clomipramina.
Los psicofármacos de segunda generación, que son los más utilizados hoy en día, se
llaman Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS). Algunos de ellos
son fluoxetina, fluvoxamina y paroxetina. Otro que ha sido estudiado en pruebas clínicas
controladas es sertralina

Psicoterapia conductua (Exposición con Prevención de Respuesta, EPR)

Un método específico psicológico llamado Exposición y Prevención de Respuesta (EPR)


es efectivo para muchas personas con TOC, especialmente en aquellas con rituales
conductistas. Mediante este método el paciente se enfrenta, deliberada o voluntariamente,
al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la imaginación. Al mismo tiempo, el
paciente es alentado a evitar sus rituales con apoyo y medios provistos por el terapeuta, y
posiblemente por otros que el paciente reclute para asistirle.
Psicoterapia cognitiva
Las obsesiones son pensamientos, fantasías o impulsos intrusivos que tienen que ver con
estar en peligro o ser agresivo. Otras veces son sensaciones de que algo «malo» va a pasar
o de que el malestar no se acabará nunca. En cualquier caso, cuando aparecen en la mente,
el paciente trata de darles una explicación, de evitarlas o de anularlas siguiendo algún
procedimiento que le calme (lo que llamamos compulsiones).
La terapia cognitiva parte de la idea de que los pensamientos, fantasías o impulsos que
invaden la mente no son el problema en sí mismo, ya que todo el mundo los experimenta
en algún momento, sobre todo cuando está tenso por algún motivo. El problema aparece
cuando el paciente valora como peligrosa la aparición de estos fenómenos en su mente y
se siente responsable de lo que ocurra, momento en el que trata de hacer algo que le
permita sentirse seguro y no responsable de lo que pase.
Mediante experimentos que el terapeuta diseña para el paciente, se pone a prueba ideas
destructivas sobre el poder de los pensamientos, la culpa, la búsqueda de seguridad
absoluta, la tendencia al catastrofismo, el perfeccionismo, el autocastigo y la intolerancia
al malestar. Esto permite que el paciente no reaccione con la angustia de antes,
consiguiendo que las obsesiones y las compulsiones vayan desapareciendo
progresivamente.

TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

El trastorno por estrés postraumático (también conocido como TEPT) es un trastorno que
algunas personas presentan después de haber vivido o presenciado un acontecimiento
impactante, terrorífico o peligroso.
Es natural sentir temor durante una situación traumática o después de ésta. Este temor
provoca muchos cambios en el cuerpo en fracciones de segundo para responder a un
peligro y para ayudar a evitar un peligro en el futuro. Esta respuesta de "lucha o huida"
es una reacción típica que sirve para proteger a la persona de cualquier peligro. Casi todo
el mundo tendrá una serie de reacciones después de una experiencia traumática. Sin
embargo, la mayoría de las personas se recuperará de los síntomas de forma natural. Es
posible que a las personas que continúen teniendo problemas se les diagnostique con
trastorno por estrés postraumático. Las personas con este trastorno pueden sentirse
estresadas o asustadas, incluso cuando ya no están en peligro.
Según el Centro Nacional para el Trastorno por Estrés Postraumático, alrededor de 7 u 8
de cada 100 personas presentarán este trastorno en algún momento de sus vidas. Las
mujeres son más propensas que los hombres a presentarlo. Algunas experiencias
traumáticas pueden aumentar el riesgo y algunos factores biológicos, como los genes,
pueden hacer que algunas personas sean más propensas que otras a presentar este
trastorno.
El trastorno de estrés postraumático hace que se sienta estresado y con temor luego de
pasado el peligro. Afecta su vida y la de la gente que le rodea.
El trastorno de estrés postraumático puede causar problemas como:
-Flashbacks o el sentimiento de que el evento está sucediendo nuevamente
-Dificultad para dormir o pesadillas
-Sentimiento de soledad
-Explosiones de ira
-Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza

 Causas
Normalmente, después del evento el cuerpo se recupera. Las hormonas y los químicos
del estrés que el cuerpo secreta debido a dicho estrés regresan a los niveles normales. Por
alguna razón, en una persona con trastorno de estrés postraumático, el cuerpo sigue
secretando las hormonas y los químicos del estrés.
El trastorno de estrés postraumático puede ocurrir a cualquier edad y aparecer luego de
hechos como:
-Una agresión
-Accidentes automovilísticos
-Violencia doméstica
-Desastres naturales
-Encarcelamiento
-Agresión sexual
-Terrorismo
-Guerra
 Síntomas
Los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) pueden comenzar en el primer
mes posterior a un acontecimiento traumático, pero a veces los síntomas pueden no
aparecer hasta pasado un año. Estos síntomas ocasionan considerables problemas en
situaciones sociales o laborales y en las relaciones. También pueden interferir en tu
capacidad de realizar tus tareas diarias normales.
Para que se considere que se trata del trastorno por estrés postraumático, los síntomas
deben durar más de un mes y ser lo suficientemente graves como para interferir con las
relaciones o el trabajo. El curso de la enfermedad varía de una persona a otra. Algunas
personas se recuperan en seis meses, mientras que otras tienen síntomas que duran mucho
más tiempo. En algunas personas, el problema se vuelve crónico (persistente).
Los síntomas del TEPT, por lo general, se agrupan en cuatro tipos: recuerdos intrusivos,
evasión, cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo, y cambios en las
reacciones emocionales y físicas. Los síntomas pueden variar con el tiempo o de una
persona a otra.
 Recuerdos intrusivos
Los síntomas de los recuerdos intrusivos pueden ser:
Recuerdos recurrentes, involuntarios y angustiantes del hecho traumático
Revivir el hecho traumático como si estuviera sucediendo otra vez (retrospectiva)
Sueños perturbadores o pesadillas acerca del acontecimiento traumático
Angustia emocional intensa o reacciones físicas a las cosas que te recuerdan el
acontecimiento traumático
 Evasión
Los síntomas de la evasión pueden ser:
Tratar de evitar pensar o hablar acerca del hecho traumático
Evitar lugares, actividades o personas que te recuerden el hecho traumático
 Síntomas de hipervigilancia y reactividad
Sobresaltarse fácilmente
Sentirse tenso o “con los nervios de punta”
Tener dificultad para dormir o arrebatos de ira
Los síntomas de hipervigilancia suelen ser constantes, en lugar de ser ocasionados por
algo que trae recuerdos de la experiencia traumática. Estos síntomas pueden hacer que
la persona se sienta estresada y enojada. También pueden dificultar las tareas diarias,
como dormir, comer o concentrarse.
 Cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo
Los síntomas de los cambios en el pensamiento y en los estados de ánimo pueden ser:
Pensamientos negativos acerca de ti mismo, de otras personas o del mundo
Desesperanza acerca del futuro
Problemas de memoria, incluso no recordar aspectos importantes del hecho traumático
Dificultad en mantener relaciones cercanas
Sentirse distante de los familiares y amigos
Falta de interés en las actividades que antes te gustaban
Dificultad para sentir emociones positivas
Sentirte emocionalmente insensible
 Conducta autodestructiva, como por ejemplo beber en exceso o conducir
demasiado rápido
Trastornos del sueño
Dificultad en concentrarte
Irritabilidad, arrebatos de ira o conducta agresiva
Sentimientos abrumadores de culpa o vergüenza
En el caso de los niños de 6 años o menos, los signos y síntomas también pueden
comprender:
Recrear el acontecimiento traumático o aspectos de este a través del juego
Sueños aterradores que podrían o no comprender aspectos del suceso traumático

 Tratamiento
Psicoterapia
La psicoterapia es la terapia de "diálogo" Hay muchos tipos de psicoterapia que pueden
ayudar a las personas con trastorno por estrés postraumático. Algunos tipos se dirigen a
los síntomas del trastorno, mientras que otros se enfocan en los problemas sociales,
familiares o laborales. El médico o terapeuta puede combinar diferentes tratamientos en
función de las necesidades de cada persona.
-Terapia de exposición. Esta terapia ayuda a las personas a enfrentar y controlar su temor.
Poco a poco se las expone a la situación traumática que sufrieron, pero de una manera
segura. Se utilizan imágenes mentales, escritura o visitas al lugar donde ocurrió el hecho.
El terapeuta utiliza estas técnicas para ayudar a las personas con trastorno por estrés
postraumático a enfrentar sus sentimientos.
-Reestructuración cognitiva Esta terapia ayuda a las personas a darle sentido a los malos
recuerdos. A veces las personas recuerdan el acontecimiento de manera diferente de cómo
sucedió. Pueden sentir culpa o vergüenza por algo que no es su culpa. El terapeuta ayuda
a las personas con trastorno por estrés postraumático a mirar lo que ocurrió de una manera
realista. Centrarse en cambiar la forma en que las personas reaccionan a los síntomas del
trastorno por estrés postraumático
Medicamentos
Los medicamentos más estudiados para el tratamiento del trastorno por estrés
postraumático incluyen los antidepresivos, que pueden ayudar a controlar los síntomas
como la tristeza, la preocupación, la ira y la sensación de vacío interno. Otros
medicamentos pueden ser útiles para síntomas específicos de este trastorno. Por ejemplo,
aunque actualmente no está aprobada por la Administración de Alimentos y
Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), la investigación ha demostrado que la
prazosina puede ser útil con los problemas del sueño, en particular, las pesadillas,
frecuentes en las personas con trastorno por estrés postraumático.
TRASTORNO DEPRESIVO
Los trastornos depresivos son un conjunto de enfermedades que tienen como síntoma en
común la presencia de tristeza patológica. En medicina se define el síntoma de tristeza
como la presencia de un sentimiento de pena más intenso de lo esperable y que limita de
forma mantenida que una persona pueda rendir en sus actividades habituales.
Los trastornos depresivos se caracterizan por una tristeza de una intensidad o una duración
suficiente como para interferir en la funcionalidad y, en ocasiones, por una disminución
del interés o del placer despertado por las actividades. Se desconoce la causa exacta, pero
probablemente tiene que ver con la herencia, cambios en las concentraciones de
neurotransmisores, una alteración en la función neuroendocrina y factores psicosociales.
El diagnóstico se basa en la anamnesis. En el tratamiento se utilizan fármacos o
psicoterapia y, en ocasiones, terapia electro convulsiva
 Síntomas
La principal característica de la Depresión es la alteración del estado de ánimo, más
intenso y persistente que las manifestaciones que acompañan a la adversidad, como por
ejemplo la tristeza. Los síntomas nucleares de la depresión son:
- Tristeza severa, con llanto frecuente que no alivia.
- Humor depresivo. Se siente desdichado y afligido, con pensamientos pesimistas:
Sobre el pasado: Culpa irracional y autoacusaciones sobre actos de su pasado.
Sobre el presente: Solo filtran el lado triste de todos los sucesos; se sienten fracasados y
consideran cualquier éxito como una casualidad. No acostumbran a reaccionar
positivamente a las alabanzas.
Sobre el futuro: Esperan lo peor y anticipan fracasos. Ideas de desesperanza.
- Falta de concentración y memoria
- Trastornos del sueño
- Descenso del apetito y adelgazamiento progresivo.
- Ideas de muerte.

 Tipos de Trastorno Depresivo


En base a los síntomas más frecuentes, a la respuesta a los diversos tratamientos existentes
y al pronóstico a corto, medio y largo plazo, los trastornos depresivos se dividen en:
- El trastorno adaptativo con ánimo deprimido se caracteriza por:
El propio paciente identifica un desencadenante (estresor) reciente como el origen de los
síntomas actuales.
El estresor desencadenante (o sus consecuencias directas) todavía está presente.
La exposición a situaciones ambientales intensas da paso, transitoriamente, a un
rendimiento adecuado. Dicho de otro modo, si a la persona afectada por un trastorno
adaptativo se le muestra un estímulo intenso (por ejemplo, un vídeo divertido de su nieto)
puede prestar atención al nuevo foco y expresar el sentimiento lógico frente a esa
situación.
- El trastorno distímico o distimia se caracteriza por:
Presencia crónica (meses o años, no días o semanas) de sensación de insatisfacción, de
desánimo y abatimiento que motivan tristeza y un peor funcionamiento diario de la
persona. Predomina la apatía y la pérdida de iniciativa sobre la pérdida de ilusiones.
El paciente describe su sentimiento de tristeza como normal. Lo que le llama la atención
no son las características intrínsecas de la propia tristeza, sino su cronicidad y la aparente
ausencia de situaciones desencadenantes concretas.
Al igual que sucede en el trastorno adaptativo, la exposición a situaciones ambientales
intensas da paso, transitoriamente, a un rendimiento adecuado.
Con frecuencia, pero no siempre, estos pacientes tienen una personalidad de base muy
emocional y/o muy dependiente.
- El episodio depresivo (o depresión mayor) se caracteriza por:
El paciente describe su sentimiento de tristeza como cualitativamente diferente al
sentimiento normal de tristeza, considerándolo una vivencia nueva. Lo característico es
la existencia de una reducción en la respuesta emocional frente a situaciones de
teóricamente marcado calado emocional. Este hecho explica que el paciente muchas
veces no centre su queja en su tristeza, sino en la sensación de miedo o angustia frente al
bloqueo emocional que padece.
A diferencia de lo que sucede en el trastorno adaptativo y en la distimia, la exposición a
situaciones ambientales intensas comporta una oscilación escasa o nula en su estado de
ánimo (es decir, su estado de ánimo no es fácilmente modificable mediante situaciones
ambientales concretas).
 Tratamiento

-Manejo inicial
Hasta que la mejora comience, un médico puede requerir ver a los pacientes 1 vez
por semana o cada 15 días para darles el apoyo y la educación necesarios y para
controlar su evolución. Llamadas telefónicas pueden complementar las visitas al
consultorio.
Los pacientes y sus seres queridos pueden estar preocupados o sentirse
avergonzados por la idea de tener un trastorno mental. El médico puede ayudarlos
explicando que la depresión es un trastorno médico grave causado por alteraciones
biológicas que requiere un tratamiento específico, que la mayoría de las veces es
un problema autolimitado y que el pronóstico con tratamiento es bueno.
-Psicoterapia
Numerosos ensayos controlados han demostrado que la psicoterapia, en particular
la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, es eficaz en pacientes
con trastorno depresivo mayor, tanto para el tratamiento de los síntomas agudos
como para disminuir la probabilidad de recaída. Los pacientes con depresión leve
tienden a tener mejor pronóstico que aquellos con depresión más grave, pero la
magnitud de la mejora es mayor en las personas con depresión más grave.

-Fármacos
Varias clases de fármacos y medicamentos se pueden utilizar para tratar la
depresión:
-Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
-Moduladores de la serotonina (antagonistas de los receptores 5-HT2)
-Inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina
-Inhibidor de la recaptación de noradrenalina-dopamina
-Antidepresivos heterocíclicos
-Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO)
-Antidepresivo melatonérgico

La elección del fármaco puede depender de la respuesta previa a un antidepresivo


específico. De otra forma, los ISRS son los fármacos de primera elección. Aunque
los distintos ISRS son igualmente eficaces en los casos típicos, ciertas propiedades
los hacen más o menos apropiados para determinados pacientes (Antidepresivos).

TRASTORNO BIPOLAR Y CICLOTÍMICA


TRASTORNO BIPOLAR
Trastorno del estado del ánimo, que cuenta con períodos de depresión repetitivos
(fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases
maníacas).

 Causas
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres. Con frecuencia
comienza entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce, pero se presenta
con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho trastorno.
En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no hay una causa clara para
los períodos (episodios) de extrema felicidad y mucha actividad o energía
(manías) o de depresión y baja actividad o energía (depresión).
Los siguientes factores pueden desencadenar un episodio maníaco:
-Parto
-Medicamentos como antidepresivos o esteroides
-Períodos de no poder dormir (insomnio)
-Consumo de drogas psicoactivas
 Tipos de trastorno bipolar:
Trastorno Bipolar tipo I
En este tipo se presentan períodos de episodios severos de cambio del estado de
ánimo que van desde la manía hasta la depresión.
Trastorno bipolar tipo II
Es una forma más leve de elevación del estado de ánimo, que incluye episodios
más suaves de hipomanía que se alternan con periodos de depresión profunda.

LA CICLOTIMIA

La Ciclotimia (o trastorno ciclotímico) es un trastorno del estado del ánimo


parecido al Trastorno Bipolar, y se caracteriza por fases leves de depresión e
hipomanía.
Los adultos son diagnosticados con esta patología tras persistir los síntomas
durante al menos dos años. En niños y adolescentes, se diagnostica si se presentan
los síntomas durante un año como mínimo.

 Características de la Ciclotimia
La ciclotimia se caracteriza por una inestabilidad persistente del estado de ánimo.
Es decir, que la persona que sufre este trastorno muestra periodos de depresión y
euforia leves. De manera general, suele aparecer en la edad adulta y sigue un curso
crónico. Aunque es habitual que durante varios meses, la persona que sufre
ciclotimia muestre un estado de ánimo normal.
El ciclotímico no se da cuenta de sus oscilaciones de humor, pues son
relativamente leves. Además, los periodos eufóricos suelen ser percibidos como
agradables y, por tanto, es habitual que no busquen ayuda psicológica.
Un 30% de las personas con trastorno ciclotímico pueden acabar padeciendo
trastorno bipolar tipo I o tipo II. Frecuentemente, la ciclotimia evoluciona hacia
el tipo II y con menos frecuencia, hacia el tipo I. La prevalencia de la ciclotimia
se encuentra entre el 0,4 y 1% de los casos y afecta por igual a hombres y mujeres.
 ¿Qué es la hipomanía?
La hipomanía es una manía leve. La fase de hipomanía que presenta el ciclotímico
se caracteriza por un estado de ánimo elevado, euforia, excitación e
hiperactividad. Durante el estado de hipomanía, el sujeto ciclotímico tiene menos
necesidad de dormir y descansar, y se muestra lleno de energía. Pese a que los
síntomas de la hipomanía son más leves que los de la manía, también son muy
destructivos, pues causan conflictos y rupturas en las relaciones amorosas y las
amistades, afectan al trabajo, provocan dificultades financieras, etc.
 Síntomas de la Ciclotimia
La persona con ciclotimia muestra altibajos en su estado de ánimo. A continuación
presentamos los síntomas característicos de las fases de depresión y de hipomanía.
Síntomas de la hipomanía
Leve euforia
Agitación
Excesiva actividad física
Comportamientos de riesgo
Energía inacabable
Verborragia
Deseo e impulso por el éxito
Autoestima o grandiosidad alta
Aceleración del pensamiento
Déficit de atención
Un sentimiento exagerado de felicidad o bienestar y optimismo extremo
Falta de juicio
Comportamiento agresivo u hostil
Gastos excesivos
Aumento de la actividad sexual
Menor necesidad de dormir
Síntomas de la depresión leve
Sentimientos de tristeza
Melancolía
Ansiedad
Sentimientos de culpa
Cansancio y falta de motivación
Falta de apetito o ingesta excesiva
Pérdida de interés en actividades que antes se consideraban agradables
Disminución del deseo sexual
Problemas de concentración
Irritabilidad

 Tratamiento de la ciclotimia

La ciclotimia causa muchos problemas para la persona que sufre este trastorno.
Por tanto, es necesario buscar ayuda psicológica tan pronto como sea posible, pues
la ciclotimia generalmente no mejora por sí sola y puede evolucionar hacia una
forma más grave de trastorno bipolar.
La psicoterapia en la intervención sobre la ciclotimia
En caso de conocer a alguna persona con ciclotimia, es necesario hablar abierta y
honestamente con ella. A pesar de no poder obligar a un individuo a acudir a
terapia, es posible darle apoyo y ayudarle en los momentos difíciles.
La terapia psicológica está indicada para estabilizar los hábitos diarios y buscar la
máxima regularidad posible en la vida del paciente.
Por último, las personas que conviven diariamente con el ciclotímico, también
pueden beneficiarse de la psicoterapia para llevar mejor la situación, pues la
convivencia con un individuo que padece este trastorno puede resultar compleja.

TRASTORNO AFECTIVO ESTACIONAL


El trastorno afectivo estacional es un tipo de depresión que va y viene con las
estaciones. Por lo general, comienza a finales de otoño y principios del invierno y
desaparece durante la primavera y el verano. Algunas personas tienen episodios
de depresión que comienzan en la primavera o el verano, pero eso es mucho menos
común. Los síntomas pueden incluir:
Tristeza
Perspectiva sombría
Sentimientos de desesperanza, pesimismo e irritación
Pérdida de interés en actividades que antes solía disfrutar
Poca energía
Dificultad para dormir o dormir demasiado
Deseos de comer carbohidratos y aumento de peso
Pensamientos de muerte o suicidio
El trastorno afectivo estacional es más común en las mujeres, los jóvenes y los
que viven lejos del ecuador. También es más probable que lo sufra si usted o
miembros de su familia tienen depresión.
Se desconocen las causas exactas del trastorno. Los investigadores han encontrado
que quienes la sufren pueden tener un desequilibrio de serotonina, un químico del
cerebro que afecta su estado de ánimo. Sus cuerpos también producen demasiada
melatonina, una hormona que regula el sueño, y no suficiente vitamina D.
El tratamiento principal para el trastorno es la terapia de luz (fototerapia). La idea
es reemplazar la luz del sol que se pierde durante los meses de otoño e invierno.
Usted se sienta delante de una caja de fototerapia cada mañana para exponerse en
forma diaria a la luz artificial brillante. Pero casi la mitad de algunas personas con
el trastorno no responden a la terapia de luz sola. Los medicamentos
antidepresivos y terapia de conversación pueden reducir los síntomas del trastorno
afectivo estacional, ya sea solos o combinados con fototerapia.

 Causas del trastorno afectivo estacional

Normalmente, este tipo de trastornos suele ocurrir en invierno por la falta de


melatonina y de exposición a la luz (por ello se suele conocer como depresión
invernal).
Así pues, podemos afirmar que la depresión estacional está causada por la
interacción de los siguientes factores:

-Disminución de la exposición solar: cuando nuestra retina capta menos luz, se


produce más melatonina durante el día, lo que desajusta los niveles de serotonina
y causa la hipersomnia (aumento del cansancio y de las horas de sueño al día).

- Disminución de la exposición solar: la serotonina es conocida como la hormona


de la felicidad, dicha hormona es la responsable de mantenernos enérgicos y
activos durante el día, cuando esta hormona se desajusta, nuestro ánimo decae y
nos sentimos más cansados e irritables.

-Otras causas de la depresión estacional pueden estar relacionadas con el frío y el


aislamiento social que las condiciones climáticas propicia. En primavera y verano
tenemos más horas de sol y el clima nos anima a salir y a disfrutar más de las
actividades al aire libre, al contrario que en otoño e invierno.

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