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Comunismo por puntos: China

activa una tecnología para medir


el "valor social" de cada
ciudadano

Fuente: https://www.elmundo.es/tecnologia/2018/10/31/5bd8c1bfe2704e526f8b4578.html
La Policía china usa gafas de reconocimiento facial para detener sospechosos
Algoritmos y 600 millones de cámaras: así funcionará el 'carné de buen ciudadano'
chino

"Queridos pasajeros, aquellos que viajen sin billete, que se comporten


desordenadamente o que fumen en lugares públicos serán castigados de acuerdo
a las reglas y su comportamiento quedará registrado en el sistema de créditos e
información individual. Para evitar cualquier registro negativo en su crédito
personal siga las normas y cumpla las órdenes en el tren y la estación".
Esta cita no corresponde a la voz de una telepantalla en 1984, la novela de George
Orwell, o a un extracto del primer capítulo de la tercera temporada de Black Mirror
en el que aspectos clave de la vida de las personas como el empleo de transportes
públicos o la posibilidad de alojarse en un determinado hotel se encuentra
condicionada por su puntuación en una red social global. El fragmento es una
grabación real de un tren en Shanghai que muestra la punta del iceberg del
sistema de crédito social puesto en marcha por el Partido Comunista chino. Real
pero, al mismo tiempo, mucho más aterrador, preciso y perfecto que la distopía
narrada en ambas obras de ficción.
El sistema de créditos sociales chino, que ya se encuentra en
funcionamiento, otorga una puntuación a cada uno de sus ciudadanos en
función de sus hábitos cívicos, su estilo de vida, las páginas web por las que
navega, de lo que compra en internet y de otras variables como sus infracciones
de tráfico.
Una puntuación que marca la posición de los ciudadanos en la escala social del
país de modo que, aquellos con un crédito alto, tendrán derecho a un trato
preferente por parte de la Administración.
"Mantener la confianza es glorioso y romper la confianza es una desgracia",
sostiene un documento público del Partido Comunista en el que se explica el
proyecto. Un escrito en el que la palabra "confianza" aparece 105 veces y en la que
se detallan algunos comportamientos y actitudes que conllevan "romper la
confianza".
Aquellos con una puntuación baja, los que "rompen la confianza", se están
enfrentando a represalias como la imposibilidad de acceder a determinados puestos
de trabajo, la prohibición de comprar billetes de tren o avión, de alojarse en los
mejores hoteles, de que sus hijos vayan a un buen colegio o, incluso, que el estado
les quite a sus mascotas. Todo eso además de ser incluidos en listas negras
públicas de malos ciudadanos.
Una serie de castigos que, más allá del papel, ya se están produciendo. Por
ejemplo, a 12 millones de chinos ya se les ha prohibido de comprar billetes
domésticos de avión y tren.
Un sistema de control político y social que, según el proyecto redactado por el
partido comunista chino, es "una base importante para implementar de manera
integral la visión del desarrollo científico y construir una sociedad socialista
armoniosa, es un método importante para perfeccionar el sistema de economía de
mercado socialista, acelerando e innovando la gobernanza social, y tiene una
importante importancia para fortalecer la conciencia de sinceridad de los miembros
de la sociedad, forjar un entorno crediticio deseable, elevar la competitividad general
del país y estimular el desarrollo de la sociedad y el progreso de la civilización".
Un proyecto que, según dicho texto, se enmarca en el interés del "Comité Central
del Partido Comunista Chino para las opiniones del Estado buscando el
fortalecimiento y la innovación del manejo de la sociedad".
El sistema crédito social de China es posible gracias a la combinación e integración
de varias tecnologías como el big data, el reconocimiento facial y la monitorización
de internet en un entorno cuyas libertades no son comparables a los de una
democracia occidental y ayudados por más de 600.000 cámaras de vigilancia con
inteligencia artificial.
Pese a que los castigos y represalias son conocidas, el funcionamiento del
algoritmo que determina la posición de un individuo en la escala social es incierto.
Gran parte de los datos que otorgan la puntuación de cada ciudadano en el sistema
de crédito social provienen de los historiales de internet de los chinos, aunque
también se tienen en cuenta factores económicos -como retrasos a la hora de
pagar las facturas- o sanciones administrativas y/o penales que castigan
comportamientos incívicos.
El sistema también tiene en cuenta un componente moral, y con un carácter
más aleatorio, a la hora de asignar el valor crediticio de cada ciudadano.
Las compras frívolas, jugar a videojuegos, publicar fake news e, incluso,
determinados comportamientos, que no son constitutivos de delito, en las
redes sociales pueden tener un impacto negativo en la puntuación de cada
ciudadano, según explica Foreign Policy.
En este ámbito, uno de los posibles castigos a los que se pueden enfrentar los
ciudadanos con una baja puntuación es una merma en la calidad de su conexión
a Internet.
Sin embargo, la lista de castigos es larga y la presencia de un individuo con una
baja puntuación puede afectar a otros de su entorno social, pese a que estos
gocen de un valor mayor en el sistema de créditos.
Esto le sucedió a un estudiante de universitario que vio su admisión
revocadadebido a que su padre tenía una baja puntuación en la escala de crédito
social. Un caso recogido incluso por los medios estatales chinos que citan otros
ejemplos de jóvenes a los que se les impidió acceder a instituciones educativas por
la mala puntuación de sus padres.
Los medios de comunicación, bajo control público y censura, juegan un papel
importante a la hora de generar una política de miedo y represalias en esta línea. El
citado documento del Gobierno chino explica así su papel.
"Reforzar la propaganda relativa a la lista de personas perseguidas por romper la
confianza y castigadas en su crédito, dar rienda suelta al papel de los medios de
comunicación en la propaganda, la supervisión y la orientación de la opinión pública.
Utilice los periódicos, la televisión, los medios online, etc., para hacer pública la
información relativa a las personas sujetas a persecución por romper la confianza,
el castigo que reciben, etc., crear presión en la opinión pública y ampliar la influencia
y la disuasión del sistema de listas de nombres para personas sujetas a la
persecución por romper la confianza".
Entre los castigos más severos fruto de una baja calificación en esta escala se
encuentra la prohibición de viajar al extranjero, de comprar una vivienda, de
tener una tarjeta de crédito, perder la tutela de tu perro o, incluso, de acceder a
un buen empleo en cualquier empresa o institución que tenga relaciones con el
sector público nacional o que ejerza su actividad en ámbitos relacionados la
manipulación de potencialmente tóxicas y de alimentos o de ostentar cualquier
cargo de responsabilidad en ámbitos como la minería, la industria química o la
producción de petardos y fuegos artificiales.
Las personas con una "confianza" baja también se enfrentan a problemas a la hora
de conseguir empleos en el sector privado. Un comunicado del gobierno anima
a las empresas a consultar las listas negras antes de contratar a nuevos
empleados. Unas listas negras que en algunos casos se encuentran publicadas en
Internet pero que, en el caso de algunas localidades y provincias, también existen
en un formato físico y se publican en tablones de anuncios en los que, además
del nombre, aparece una fotografía de aquellos ciudadanos que "han roto la
confianza".

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