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DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
ACTAS
Registro ISBN Chile 978-956-7407-36-1
Registro ISBN Argentina 978-987-42-6575-3
Trabajos presentados en el
XVI Congreso Latinoamericano de Filosofía Medieval
Realizado en la Universidad Gabriela Mistral
Providencia, Santiago de Chile
los días 2ª l 26 de mayo de 2017
Auspicio
RED LATINOAMERICANA DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
ACTAS
En homenaje a José Antônio de Camargo Rodrigues de Souza✝
Presidente Honorario de la Red Latinoamericana de Filosofía Medieval
Artes liberales y auctoritas en Gilberto Crispino y Pedro Abelardo
Natalia Jakubecki
UBA/CONICET, Buenos Aires
1
D. Munro, “The Renaissance of the Twelfth Century”, en Annual Report of the American
Historical Association for 1906, Washington, Government Printing Office, 1908, vol. I: 45-
49.
2
Munro, ob. cit., p. 45. Todas las traducciones son propias salvo expresa indicación en
contrario.
3
Cf. v.g., P. Riché, y J. Verger, Des Nains sur des épaules de géants. Maîtres et élèves au
Moyen Âge, Paris, Tallandier, 2006, p. 81.
4
Munro, ob. cit., p. 46.
5
Cf. S. Magnavacca, “La lectura medieval de las auctoritates: itinerario de una liberación”,
en Studium. Filosofía y teología, 16, 32, 2013: 243-254.
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Abelardo6. Como resulta evidente, esta afirmación implica que es posible rastrear
dicha conciencia en pensadores anteriores al Palatino.
Gilberto Crispino estuvo desde joven relacionado con los más destacados
pensadores monásticos de su tiempo, especialmente Anselmo de Canterbury y
Lanfranco de Pavía. Si bien las obras que de él nos han llegado son más bien de
índole teológica, entre los versos que componían su epitafio podía leerse: “hábil en
el cuadrivio pero no menos en el trivio”7. En su incursión en las artes del trivio es,
entonces, donde vamos a detenernos.
La DCG comienza con un breve pero revelador marco narrativo: Gilberto cuenta
que un amigo lo invita a asistir a una “disputa acerca del culto al único Dios y la
verdadera unidad de la fe”. Nuestro autor-personaje pone reparos hasta que
finalmente es llevado allí “con amigable violencia”8. Southern interpretó este pasaje
6
Ibid., p. 249. Con el término “auctoritas” Magnavacca se refiere únicamente a las
autoridades eclesiásticas, y en esta acepción lo utilizaremos aquí, pues no sucede lo mismo
con las fuentes paganas. Cf. A. Novikoff, The Renaissance of the Twelfth Century. A reader,
Toronto, Univerity Toronto Press, 2016, p. xix.
7
Cf. J. Flete, The History of Westminster Abbey, Cambridge University Press, Cambridge,
1909, p. 87, ll. 16-21.
8
Gislebertus Crispinus, Disputatio christiani cum gentili, en Abulafia, A. S. y Evans, G. R.
(eds.), The Works of Gilbert Crispin, Londres, Oxford University Press, 1986, §1 (DCG).
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como una alegoría de Anselmo instándolo a proceder por la sola ratione9. De hecho,
pareciera que con esa hesitación inicial nuestro autor quisiera dar a entender que se
adentra en un mundo ajeno al suyo, conjetura que queda reforzada si atendemos
también a la retórica del texto que incluye, a continuación, una llamativa serie de
oposiciones: intravit - remansi, intraneis - extraneis, erant intus - eramus foris10.
Advirtamos, por otra parte, que esta escena tiene lugar foris, pero la disputa
central, “una actividad de mejor objeto” (melioris causae)12, se desarrolla intus y por
ese motivo Gilberto debe entrar para escuchar “con atención y debida reverencia lo
que se decía adentro”13. Coincido una vez más con Southern, quien lee en esta
oposición espacial una alegoría de Gilberto para señalar que las artes liberales sólo
son propedéuticas para el abordaje de cuestiones teológicas, esto es, sobre Dios o
relacionadas con Él14.
Una segunda referencia explícita al estudio del septenario aparece a mitad del
diálogo, cuando el personaje del Cristiano es instado por el Gentil a explicar algunas
contradicciones del Antiguo Testamento. Antes de responder, el Cristiano le pide a
su interlocutor que le tenga paciencia y que admita por un momento la fe, a la que
9
Cf. R. Southern, “St. Anselm and Gilbert Crispin, Abbot of Westminster”, en Mediaeval and
Renaissance Studies, 3,1954, p. 96.
10
DCG §1,1-2 (p. 62) y §4, 21-22, respectivamente.
11
Cf. DCG §§2-3.
12
DCG §4.
13
Ibid., resaltado propio.
14
Cf. Southern, ob. cit., p. 96.
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XVI CONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
Resulta curioso que a esta misma referencia apele, años más tarde, el célebre
Guillermo de Conches, quejándose amargamente ante el duque Godofredo de Anjou
de la petulancia de los jóvenes que “han dejado de lado la norma de la enseñanza
pitagórica, que establecía que el alumno escuchara y creyera durante siete años, y
recién al octavo hiciera preguntas”17. Si bien es posible que ambos maestros hayan
conocido esta práctica pedagógica por la tradición oral, lo cierto es que el dato se
encuentra en las Epístolas morales a Lucilio de Séneca18. No es absurdo pensar que
Gilberto había leído los clásicos latinos dado que su personaje del Gentil, por
ejemplo, habla con soltura sobre Virgilio y las instituciones romanas 19. Con todo,
habría que realizar un estudio detallado de las fuentes que excede la intención de
este trabajo.
Ahora bien, hasta aquí, la presencia de las artes. Pasemos a analizar el uso de la
dialéctica respecto de la auctoritas.
Antes de la DCG, Gilberto había redactado un diálogo similar, pero, dado que
los protagonistas eran un cristiano –él mismo– y un judío, la disputa sobre la
correcta interpretación de las escrituras compartidas, aunque dialéctica, estaba
mediada por la constante apelación a las autoridades, como era habitual. Esta vez, en
15
Cf.B. Goebel, “Vernunft und Autorität in den Religionsgesprächen Gilbert Crispins”, en
Jahrbuch für Religionsphilosophie, 11, 2012, p. 53.
16
DCG §15.
17
Guillermo de Conches, Philosophia, prefacio 3.
18
Cf. Séneca, Epístola LII, 10.
19
Cf. DCG §65 y §36, respectivamente.
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CORPORALIDAD, POLÍTICA Y ESPIRITUALIDAD: PERVIVENCIA Y ACTUALIDAD DEL MEDIOEVO
20
DCG §9.
21
Cf. M. Teeuwen, The Vocabulary of Intellectual Life in the Middle Ages, Turnhout,
Brepols, 2003, p. 397.
22
Cf. A. S. Abulafia, “An attempt by Gilbert Crispin, Abbot of Westminster, at Rational
Argument in the Jewish-Christian Debate”, Studia monastica, 26, 1984, pp. 71-74. Ya Jacobi
había reparado en que no se trata estrictamente de apelaciones a la autoridad, sino más bien de
traer al debate pasajes discutibles. Cf. K. Jacobi, “Gilbert Crispin - Zwischen Realität und
Fiktion”, Ders. (ed.), Gespräche lesen. Philosophische Dialoge im Mittelalter, Tübingen,
1999, p. 136.
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XVI CONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
“Creo que no quieres disputar conmigo sobre aquella cuestión que propuse
acerca de la trinidad en la unidad de la divinidad puesto que no pudiste
presentarme algún argumento, ni con el arte de la disputa fuiste capaz de
obtener mi adhesión de alguna manera”23.
Si el Cristiano reservó estas analogías al disputar con el Gentil, fue tal vez
porque Gilberto supone que aunque la dialéctica puede explicar la posibilidad el
misterio –es decir, mostrar que es lógicamente consistente–, este arte, por sí misma,
23
DCG §82.
24
DCG §4.
25
Cf. Goebel, ob. cit., pp. 38-48.
26
Cf. DCG, §§106-107; Anselmo, De incarnatione Verbi XIII.
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27
DCG §108.
28
Cf. J. Marenbon, G. Orlandi, “Introduction”, en Peter Abelard, Abélard’s Collationes,
Oxford University Press, Oxford - New York, 2001, pp. xxxix y xl.
29
Cf. Pedro Abelardo, Diálogo entre un filósofo, un judío y un cristiano, S. Magnavacca,
trad., Buenos Aires, Losada, 2003, p. 155. De ahora en esta traducción será citada como
“Dialogus”.
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las artes, para usar la metáfora de Abelardo, como “escalones” 30, es decir, como
propedéuticas frente a la disciplina “melioris causae”.
30
Dialgous, p. 157. Véase ibid., pp. 57-59.
31
Agustín, De ordine, II, 13, 38, citado en Dialogus, p. 169.
32
Dialogus, 169.
33
Abelardo, Carmen ad Astrolabium, v. 361. Cf. Dialogus, p. 59.
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CORPORALIDAD, POLÍTICA Y ESPIRITUALIDAD: PERVIVENCIA Y ACTUALIDAD DEL MEDIOEVO
su esfuerzo está puesto en poner de relieve la similitud de principios éticos que toda
persona posee independientemente de su fe. De allí que, aunque los personajes de
las Collationes se sirvan de la argumentación dialéctica, ésta no sea el único recurso
discursivo de la obra.
Sea de ello lo que fuere, el hecho es que si ya para Gilberto las argumentaciones
dialécticas eran importantes para la comprensión de la propia creencia,
especialmente frente a posibles objeciones de otras comunidades religiosas, para
Abelardo directamente son necesarias pues –y en esto se aleja del abad– mal se
puede creer lo que no se comprende. Es por ello que en las Collationes el Filósofo
abre el diálogo preguntándole al Cristiano y al Judío si ha sido la razón la que los
condujo a sus respectivas creencias religiosas, o si, más bien, fue “la opinión de los
hombres y el afecto de vuestra estirpe”, pues sólo la primera opción le parece
aceptable34. Y para mostrar cuán necesario es discutir la fe a partir de la razón,
argumenta que sin derecho a una réplica racional se debería aceptar, incluso que una
piedra es Dios35. Así, pretende justificar la intervención de la dialéctica en teología y
exponer cuán absurdo puede resultar la obediencia ciega a la autoridad –aun si,
como vimos, él mismo echa mano de un pasaje de Agustín. Sin embargo, en sus
obras, la cita de autoridad precede o sigue a la argumentación propia a modo de
refuerzo, pero nunca es usada como prueba inapelable. De todas formas, nos dice el
Palatino, “[t]ambién aquellos que merecieron la autoridad, adquirieron esta estima
por la cual se les cree, porque escribieron fundándose en la razón”36.
Conclusiones
Hemos visto cómo ese “espíritu de independencia” del que hablaba Munro, y que
caracterizará el Renacimiento del XII cuyo representante es Abelardo, se encontraba
ya en Gilberto. Ahora bien, es cierto que si lleváramos la línea continuista hasta sus
últimas consecuencias buscando nombres que discutieran la relación entre auctoritas
34
Dialogus, p. 63. Podría objetarse que el Filósofo no representa la voz de Abelardo. Sin
embargo, la mayor parte de sus afirmaciones se corresponde con las del mismo Abelardo en
sus otras obras. Además, existen muchos pasajes en los que Abelardo pone de manifiesto la
necesidad impostergable de entender aquello que cree, v.g. Carmen ad Astrolabium, vv. 363-
366, De intellectibus §25.
35
Cf. Dialogus, p. 163.
36
Dialogus, p. 165.
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XVI CONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
y ratio, de seguro encontraríamos más de uno; sin ir muy lejos, al propio maestro de
Gilberto, Anselmo. Pero no es menos cierto que en algún punto es inevitable poner
un corte, o en este caso, un inicio. A diferencia de los objetos naturales, los
culturales tienen límites difusos y, por tanto, las características que les adjudiquemos
serán siempre arbitrarias, lo mismo que la inclusión o exclusión de algún fenómeno,
corriente o autor. Así pues, la inclusión de Gilberto en esta renovación filosófica es
discutible y depende, en gran medida, de cuánto se esté dispuesto a dilatar los
límites cronológicos del período y a partir de qué características distintivas. Pero si
una de ellas es la intención de liberarse de las autoridades –y creo que sí lo es–
entonces nuestro autor puede considerarse como parte de ese renacimiento o, al
menos, debe ser tenido en cuenta en el itinerario hacia él37.
37
Novikoff, por ejemplo, en The Twelfth-Century Renaissance (ob. cit.) ha incluido a
Gilberto sin mayores preámbulos.
38
L. Bacigalupo, Intención y conciencia en la ética de Abelardo, Lima, Pontificia Univ.
Católica del Perú, 1992, p. 17.
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continuidad nos permite ver que los límites con el pasado inmediato son más difusos
de lo que, todavía guiados por la historiografía decimonónica, habitualmente
creemos; que ciertas dicotomías a las que nos hemos habituado –como escuelas
monásticas/urbanas, contemplación/ artes liberales, etc–, aunque válidas, son
endebles. Desde luego, esto no implica que debamos borrar esos límites ni prescindir
de categorías que, como sostuvo Le Goff, nos ayudan a “tener cierto control sobre el
tiempo” en pos de la apreciación problemática del pasado 39. Lo que debemos hacer,
en todo caso, es tener siempre presente que la historia no da saltos y que los
períodos de transición son una valiosa e ineludible herramienta para comprender
aquellos otros que más nos han deslumbrado.
39
J. Le Goff, ¿Realmente es necesario cortar la historia en rebanadas?, Ciudad de México,
FCE, 2016, p. 96; cf. ibid., p. 13.
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ÍNDICE
Actas 9
Acto inaugural 11
Alberto Vásquez Tapia
Palabras de inauguración 13
João Lupi
A Rede latino-americana de Filosofia Medieval 17
José Manuel Cerda Costabal
Leonor Plantagenet y la reginalidad. La dotación matrimonial
del poder y la autoridad en la Europa medieval 23
703
XVI CONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
704
CORPORALIDAD, POLÍTICA Y ESPIRITUALIDAD: PERVIVENCIA Y ACTUALIDAD DEL MEDIOEVO
705
XVI CONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
706
CORPORALIDAD, POLÍTICA Y ESPIRITUALIDAD: PERVIVENCIA Y ACTUALIDAD DEL MEDIOEVO
707
XVI CONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
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