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ETAPA PRECONTRACTUAL - CCE
1. PRINCIPIOS CONTRACTUALES
1.2. Principio de economía. Este principio tiene como finalidad asegurar la eficiencia de la
Administración en la actividad contractual, traducida en lograr los máximos resultados,
utilizando el menor tiempo y la menor cantidad de recursos con los menores costos para el
presupuesto estatal.
En desarrollo de este principio, la norma legal busca asegurar la selección objetiva del
contratista mediante los procedimientos y etapas que sean estrictamente necesarios, dentro
de términos preclusivos y perentorios, con el impulso oficioso de la Administración para evitar
dilaciones en la escogencia. Bajo esta misma orientación, la propia normativa señala que la
interpretación de las disposiciones que regulan los procedimientos contractuales no debe dar
lugar a trámites diferentes o adicionales y proscribe la falta de decisión de la Administración
cuando ella se fundamenta en defectos formales o inobservancia de requisitos. Las reglas del
procedimiento deben estar al servicio de los fines estatales y la adecuada, continua y eficiente
prestación de los servicios públicos, al tiempo que propende por la adopción de procedimientos
que solucionen prontamente las controversias. 5134
1.3. Principio de selección objetiva. Este principio se define a partir de los siguientes
criterios: el precio, el plazo, el cumplimiento en contratos anteriores, la calidad, la experiencia,
etc., los cuales, considerados integralmente (ponderación) permiten determinar la propuesta
más favorable. Dichos factores podrán concurrir todos o los que la administración
discrecionalmente establezca, de acuerdo con las necesidades del servicio y el fin del contrato.
Conforme a estos parámetros, el Consejo de Estado ha señalado varios casos en los cuales se
viola este principio, por ejemplo: cuando una entidad al evaluar las propuestas asigna puntajes
idénticos en aspectos tales como flujo de suministros, subcontratos y flujo de fondos, pues no
las estaría calificando atendiendo fielmente el contenido de las mismas 7352; cuando una
entidad pública deja de adjudicar un contrato a una sociedad que obtuvo mayor puntaje
atendiendo a criterios como: la regla de equivalencia de las propuestas por existir una escasa
diferencia en el puntaje final entre el primer y segundo proponente y por la existencia de
recomendaciones desfavorable por el incumplimiento de otro contrato, los cuales no estaban
previstos en el pliego de condiciones 7361; cuando una entidad pública incluye en los pliegos
de licitación criterios de penalización a los participantes que no contribuyen en nada en el
proceso de selección; etc. ###4569###
En desarrollo del principio de selección objetiva, las entidades públicas no deben pagar el valor
de un contrato cuando el precio del objeto contratado es del doble al que realmente tiene en
el mercado, porque el precio es un factor que incide en el deber de selección objetiva y
planeación. Por tanto, en caso que los bienes y servicios contratados tengan un precio superior
al establecido por el mercado vicia el contrato y tiene objeto ilícito, pues la oferta no resulta ser
la más favorable para la entidad. 7258
1.4. Principio de buena fe. Este principio tiene un carácter objetivo que consiste en asumir
una postura o actitud positiva de permanente colaboración y fidelidad al vínculo celebrado. Por
ello, tal como sucede con el principio de reciprocidad, el desconocimiento por parte de la
Administración de los postulados de la buena fe en la ejecución del contrato, conlleva el
surgimiento de la obligación a cargo de ésta de responder por los daños antijurídicos que le
haya ocasionado al contratista. Estos efectos jurídicos de la buena fe en materia contractual
son una clara consecuencia de la regla según la cual todo comportamiento contrario a la
misma, en cuanto ilícito, trae implícita la obligación de pagar perjuicios. 5134. Así, por ejemplo,
la negligencia, improvisación y falta de planeación de la Administración no es excusa para
desconocer las obligaciones a su cargo, sobre todo cuando el contratista asume de buena fe el
contrato para ejecutar. 7356
1.5. Principio de publicidad. Se manifiesta de dos formas: como deber y como derecho. Por
una parte, se trata del deber que tienen las entidades contratantes de comunicar a los
administrados la totalidad de las actuaciones que realizan dentro de los procesos de selección
de sus contratistas. Ello no podría ser de otro modo, pues la publicación generalizada de la
información referida a los procesos de contratación que adelantan las entidades del Estado es
la que permite que a los mismos asistan todas aquellas personas interesadas en la ejecución de
los proyectos allí tratados y que toda la ciudadanía tenga la posibilidad de conocer la actividad
contractual de la Administración, como garantía de transparencia. En otras palabras, el
principio de publicidad implica que todas las autoridades deben dar a conocer sus actuaciones
y decisiones a través de los distintos mecanismos previstos en la ley, como comunicaciones,
notificaciones o publicaciones, a fin de que sean vinculantes y puedan ser controvertidas por
sus destinatarios. 5134 7164 7286
Por ende, este principio implica, entre otros aspectos, que las reglas deben ser generales e
impersonales en el pliego de condiciones; otorgar un plazo razonable para que los interesados
puedan preparar sus propuestas (No. 5 artículo 30 de la Ley 80 de 1993); la prohibición de
modificar los pliegos de condiciones después del cierre de la licitación, y como contrapartida
que los proponentes no puedan modificar, completar, adicionar o mejorar sus propuestas (No.
8 art. 30 ídem); dar a conocer a los interesados la información relacionada con el proceso
(presupuesto oficial, criterios de selección, pliego de condiciones, etc.) de manera que estén en
posibilidad real de ser tenidos en cuenta por la administración; aplicar y evaluar las propuestas
bajo las mismas reglas y criterios, verificando que todas las propuestas cumplan con los
requisitos y condiciones establecidas en los pliegos, sin que puedan rechazarse ofertas por
elementos u omisiones no sustanciales e irrelevantes, y la de culminar el proceso de selección
con el respectivo acto de adjudicación del contrato ofrecido a quien haya presentado la mejor
propuesta, sobre las mismas condiciones que rigieron el proceso. 5134 7286
1.7. Libre concurrencia. Busca permitir el acceso al proceso licitatorio de todas las personas o
sujetos de derecho interesados en contratar con el Estado, mediante la adecuada publicidad
de los actos previos o del llamado a licitar. Este principio también implica el deber de
abstención para la administración de imponer condiciones restrictivas que impidan el acceso
al procedimiento de selección, por lo que resulta inadmisible la inclusión en los pliegos de
condiciones de cláusulas limitativas que no se encuentren autorizadas por la Constitución y la
Ley, puesto que ellas impiden la más amplia oportunidad de concurrencia y atentan contra los
intereses económicos de la entidad contratante, en razón a que no permiten la consecución de
las ventajas económicas que la libre competencia del mercado puede aparejar en la celebración
del contrato.
De acuerdo con éste principio, en los contratos de obra las entidades públicas deben elaborar
y entregar estudios completos, planos y diseños definitivos para la ejecución del contrato.
Estos documentos deben ser elaborados por la entidad con anterioridad a la convocatoria
formulada a los oferentes para que presentaran cotización, con el fin de determinar con
precisión las cantidades de obras a ejecutar; el alcance de los trabajos necesarios para la
acometida de la red eléctrica; el plazo real de su ejecución y el costo que demandaba su
instalación. 7387
Las entidades públicas son responsables contractualmente por violar el principio de planeación
por retrasar el inicio de una obra por no contar con la licencia de construcción. Una correcta
planeación del proyecto implica que la entidad administrativa encomiende al contratista la
licencia de construcción y la elaboración de planos y diseños estructurales o que ésta inicie el
proceso de selección cuando tenga la licencia y los planos. 7292
1.9. Omisión al deber de planeación. En tal virtud, el deber de planeación, como manifestación
del principio de economía, tiene por finalidad asegurar que todo proyecto esté precedido de los
estudios de orden técnico, financiero y jurídico requeridos para determinar su viabilidad económica
y técnica. 7415. Bajo estos presupuestos, es necesario que los contratos estatales estén
debidamente planeados para que el objeto contractual se pueda realizar y así satisfacer el
interés público. Omitir dicho deber conduce a la nulidad absoluta del contrato por ilicitud del
objeto. 7319. Por otro lado, la Administración y sus funcionarios son responsables por el
incumplimiento del deber legal de contar con estudios planos y diseños definitivos,
previamente al procedimiento de selección, cuando tales omisiones ocasionen daños
antijurídicos al contratista. La negligencia, improvisación y falta de planeación de la
Administración no es excusa para desconocer las obligaciones a su cargo, sobre todo cuando
el contratista asume de buena fe el contrato para ejecutar. Estas pautas también aplican a los
contratos adicionales que son indispensables e inherentes a la naturaleza del contrato
principal, toda vez que resultan necesarios para la cumplir el objeto contratado. 7356
Todos los contratos del Estado llevan implícito el concepto de previsibilidad o de contingencias
plenas. Lo anterior implica, para efectos de consolidar la previsibilidad y en consecuencia dar
un tratamiento proporcional al riesgo o contingencia en los contratos estatales, que se
efectúen las siguientes tareas administrativas: Identificación de factores que pueden frustrar
los resultados previstos de un negocio; identificación de variables que influyan de alguna
manera en la afectación a los resultados esperados en todos sus aspectos; utilización de la
mejor información posible, la más confiable y de mejor calidad en torno al correspondiente
negocio, incluso la surgida de antecedentes históricos contractuales de la entidad; manejo y
evaluación de información conocida, procesada y alta calidad; evaluación de diferentes
escenarios en torno a la probabilidad de ocurrencia de contingencias; identificación de las
particularidades de cada riesgo para determinar los mecanismos tendientes a mitigar su
impacto. 7400.
2.2 Adiciones al contrato. Es necesario que las adiciones al contrato se realicen por escrito
para que tenga efectos sobre éste, debido a que la simple voluntad verbal no crea obligaciones
entre las partes. 5161
a) Cuando se compruebe de manera fehaciente que fue la entidad pública, sin culpa del particular
afectado, la que lo constriñó o le impuso la ejecución de prestaciones o el suministro de bienes o
servicios en su beneficio por fuera del marco de un contrato estatal.
b) Cuando se presenten casos donde es urgente y necesario adquirir bienes, solicitar servicios,
suministros, ordenar obras con el fin de prestar un servicio para evitar una amenaza o una lesión
inminente e irreversible al derecho a la salud. La urgencia y la necesidad se deben acreditar como
consecuencia de la imposibilidad absoluta de planificar y adelantar un proceso de selección de
contratistas.
c) Cuando la administración omite la declaratoria de una situación de urgencia manifiesta y
procede a solicitar la ejecución de obras, prestación de servicios y suministro de bienes, sin contrato
escrito alguno, en los casos en que esta exigencia imperativa del legislador no esté excepcionada
conforme a lo dispuesto en el artículo 41 inciso 4º de la Ley 80 de 1993.
En caso de que prospere alguna de estas causales la entidad pública sólo debe responder por el
monto compensatorio del enriquecimiento.7290
2.4 La ley regula los aspectos atinentes a la existencia y perfeccionamiento del contrato.
La actuación contractual y precontractual de todas las entidades del Estado debe estar
subordinada y ser respetuosa del marco legal definido por el Congreso de la República, en
desarrollo del principio de legalidad, pues sólo la Ley puede regular los aspectos atinentes a la
existencia y perfeccionamiento de los contratos estatales. Así, por ejemplo un concejo
municipal no puede establecer por vía general, a través de un acuerdo, que como requisito
para perfeccionar el contrato estatal toda persona natural o jurídica debe presentar el
Certificado donde conste que se encuentra al día con sus obligaciones de impuestos, Industria,
Comercio, Predial y Valorización, sin vulnerar la competencia del Congreso de la República. Los
concejos municipales ejercen únicamente función administrativa y no pueden regular materias
que son de estricta reserva legal, como las atinentes a la formación, existencia y
perfeccionamiento de los contratos estatales. 7329
El Congreso de la República puede regular mediante una Ley ordinaria, como lo es la Ley 80
de 1993, la capacidad para contratar de los organismos y entidades estatales, sin violar el
artículo 352 de la Constitución Política que dispone que mediante una Ley orgánica del
Presupuesto se regula esa misma capacidad. Son tres las razones principales: primero, la
competencia y la capacidad de los sujetos públicos y privados para celebrar contratos es una
materia propia y de obligada regulación dentro de un estatuto de contratación estatal (art. 150
C.P.); segundo, la regulación que debe hacer la Ley Orgánica del Presupuesto (art. 152 C.P.)
para contratar con organismos y entidades del Estado, tiene su razón de ser en que la
celebración y ejecución de contratos implica el ejercicio de competencias relativas a la
ordenación del gasto, por lo tanto, se requiere que en dicha ley se determine cuáles son los
órganos que tienen aptitud legal o la competencia para contratar; tercero, las dos normas
concurrentes no se excluyen, sino que las regulaciones contenidas en el estatuto contractual
en materia de capacidad de las entidades públicas para contratar deben estar en armonía con
las disposiciones contenidas en la Ley Orgánica de Presupuesto 7218
3.1. Competencia en sólo uno de los miembros del consorcio o unión temporal. Le es
permitido a la Administración Pública fijar la exigencia de capacidad de contratación en sólo
uno de los integrantes de los consorcios o de las uniones temporales, cuando se busca limitar
la determinación de la capacidad de contratación, frente a uno de los asociados en
cumplimiento del deber de planeación y de previsibilidad que debe tener en cuenta la entidad
contratante a fin de seleccionar objetivamente al contratista. 7317
3.2. Capacidad del representante legal limitado para comprometer a una sociedad. Cuando
el representante legal de una sociedad está limitado en sus facultades para comprometerla por
el valor de la oferta, la entidad pública puede adjudicar un contrato a esa sociedad porque la no
acreditación al comienzo del proceso de las autorizaciones que de conformidad con los
estatutos sociales se requieran para representar y comprometer válidamente a la persona
jurídica, según consta en el certificado de existencia y representación, es subsanable. De este
modo, si el proponente no cuenta con las mismas antes de la presentación de la oferta, ésta
puede ser ratificada posteriormente, para lo cual la entidad bien puede exigir su acreditación a
la suscripción del contrato. 7267
Una entidad pública puede determinar la capacidad de contratación residual de una sociedad,
descontando de la capacidad de contratación que tenía al momento de presentar la propuesta
para el concurso de méritos, el valor de un contrato suspendido que había celebrado con una
empresa pública debido a que ésta busca asegurar que el proponente tenga la disponibilidad
de ejecutar el objeto del contrato. Por lo anterior, puede tener en cuenta los contratos que el
oferente tiene pendientes, es decir, los que haya celebrado con otras entidades y que al
momento de aspirar a uno nuevo, no haya terminado. Mientras el proponente tenga
obligaciones anteriormente contraídas, aún vigentes, éstas incidirán para que su capacidad de
contratación aparezca comprometida y por consiguiente, disminuida. 7366
3.4. Capacidad de las entidades públicas sin personería jurídica. Una entidad pública sin
personería jurídica otorgada por la ley puede celebrar contratos estatales en su propio nombre
sin que éstos se vean afectados de nulidad absoluta, debido a que la facultad para contratar
otorgada por el estatuto general de la contratación estatal es independiente de su personería
jurídica. En estos casos, la ley puede facultar al jefe de la entidad para celebrar contratos y de
esta manera suplir la falta de personería jurídica. 7681
i) Quienes hayan ejercido cargos directivos en las entidades del Estado -inhabilidad que se
extiende a sus parientes dentro del primer grado de consanguinidad, primero de afinidad o
primero civil y a las sociedades en las cuales dichos ex directivos (o sus parientes próximos)
hagan parte o estén vinculados a cualquier título a esa sociedad- cuando el objeto a desarrollar
tenga relación con el sector al cual prestaron sus servicios, pues es una medida razonable para
erradicar y prevenir actos de corrupción y además proscribir ventajas y privilegios que se
puedan derivar de la utilización de vínculos o influencias provenientes de la entidad y los
funcionarios encargados de los procesos de selección 7186
ii) Quienes sean parientes de servidores públicos de los niveles directivo, asesor, ejecutivo o
miembros de la junta o consejo directivo o de quienes ejercen el control interno o fiscal de la
entidad contratante, con el propósito de asegurar la imparcialidad, eficacia, eficiencia,
moralidad y transparencia de la contratación administrativa, frente a quienes pueden incidir en
la adjudicación del contrato. 7153
iii) Los parientes y representantes legales o socios de las sociedades distintas a las anónimas
abiertas que hayan presentado formalmente y, en primer término, propuesta para una misma
licitación o concurso, debido a que la presencia de dichas personas o socios en una misma
licitación o concurso puede alternar los principios de transparencia, igualdad, moralidad y
economía, en detrimento de los oferentes y los intereses del Estado, pues imposibilita la
escogencia objetiva del mejor proponente e impide el acceso igualitario de los
particulares. 7152
4.5. Inhabilidades que no requieren declaración judicial. Las inhabilidades previstas en los
literales b) y e) de la Ley 80 de 1993, que se refieren a “quienes sin justa causa se abstengan de
suscribir el contrato estatal adjudicado” y “quienes participaron en las licitaciones
o concursos o celebraron los contratos de que trata el literal anterior estando inhabilitados”,
a partir del hecho de la participación en la licitación, o de la celebración del contrato, o de la
expiración del plazo para su firma, no requieren de declaración judicial; basta con la ocurrencia
de los supuestos de hecho contenidos en la norma para que se configure la inhabilidad a la cual
aluden. 5127
5.2. Delegación. Los jefes y representantes legales pueden delegar total o parcialmente la
competencia para celebrar contratos. 5718
A pesar que el artículo 211 de la Constitución Política establece que la delegación exime de
responsabilidad al delegante, en ningún caso los jefes o representantes legales de las entidades
públicas quedan exonerados de sus deberes de control y vigilancia de la actividad
precontractual y contractual en virtud de la delegación. La norma constitucional debe ser
interpretada de manera sistemática, junto con otras normas constitucionales, entendiendo
que la delegación genera un vínculo entre el delegante y el delegatario, que se manifiesta en
atribuciones de orientación, vigilancia y control que el primero mantiene sobre el segundo, y
por lo tanto, el delegante siempre responde por dolo o culpa grave en el ejercicio de este tipo
de atribuciones.5750. Por tanto, una entidad pública no puede contratar de forma directa para
la prestación de un servicio sin incurrir en una causal de nulidad del contrato si no tiene
autonomía contractual ni patrimonio propio. En efecto una entidad sin estas características
sólo puede contratar por delegación que le haga en debida forma el representante legal de la
institución a la que pertenece. En los contratos estatales la insuficiencia de delegación hace
incompetente al funcionario que suscribe el contrato. 7482
Es válido que el legislador establezca que los representantes legales y funcionarios de los
niveles directivo, asesor o ejecutivo o sus equivalentes de las asociaciones y fundaciones de
participación mixta en quienes se deleguen la celebración de contratos se tengan como
servidores públicos, sin violar la primacía de la Constitución y la denominación que ésta hace
de los servidores públicos. Las corporaciones y fundaciones de participación mixta son
reconocidas como entidades descentralizadas indirectas, es decir, constituyen modalidades de
la descentralización por servicios y tienen una vinculación con el Estado en cuanto participan
en el cumplimiento de sus actividades. Debido a que las fundaciones o corporaciones están
vinculadas con el Estado y tienen a su cargo el manejo de recursos o dineros públicos, el
legislador puede, a efectos de controlar su inversión, mediante el sistema de la contratación,
asimilar a servidores públicos a sus representantes o delegados para la contratación, con el fin
de hacerles aplicable la Ley 80 de 1993. 7155
Este registro no es un requisito de existencia del contrato estatal, por lo que una entidad
pública no puede argumentar la inexistencia de un contrato por no haberse constituido el
registro presupuestal, ya que la Ley 80 de 1993 establece que el contrato se perfecciona cuando
se realiza un acuerdo por escrito del objeto y la contraprestación. 5159
7.1. Administración del RUP. El Congreso de la República otorgó a las cámaras de comercio
la administración del RUP y dispuso que esta función es de carácter permanente debido a la
necesidad de una entidad gremial que, al agrupar a los comerciantes, sirva de intermediario
entre los distintos oferentes y el Estado. 7191
La Ley 80 de 1993 contiene el procedimiento de este trámite, sin embargo, frente a los
procedimientos que en esta ley no están previstos se debe remitir a la primera parte del Código
Contencioso Administrativo. El inscrito cuenta con medios que establecen las reglas del
Estatuto de Contratación y del Código Contencioso Administrativo, para controvertir la
decisión desfavorable que resuelva el fondo de la impugnación ante la Cámara de Comercio, y
para acudir ante la jurisdicción si persisten los motivos de desacuerdo con lo decidido. Las
eventuales sanciones se ordenarán después de la audiencia al afectado, protegiendo así el
debido proceso. 7158
Nota del editor. El Decreto 019 de 2012 modificó el artículo 6 de la Ley 1150 de 2007 que a su
vez derogó el artículo 22.5 de la Ley 80 de 1993 que regulaba la impugnación de la calificación
y clasificación del Registro Único de Proponentes.
La garantía de cumplimiento del contrato estatal es aquella mediante la cual una compañía de
seguros se compromete a pagar los perjuicios derivados del incumplimiento de
las obligaciones contraídas por el tomador, en virtud de la celebración de un contrato. Tienen
carácter indemnizatorio, pues su finalidad como es proteger el patrimonio público del daño
que le puede ocasionar el posible incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte
del particular contratista, para de esta manera evitar que dicho patrimonio se vea afectado o
empobrecido. 7372
8.1. Finalidad de la garantía del cumplimiento del contrato. Asegurar la ejecución total y
oportuna del objeto contratado y proteger el patrimonio público del daño que le puede
ocasionar el posible incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte del particular
contratista. Esta cláusula es de forzosa estipulación, a tal punto que si no es pactada en
aquellos contratos en los cuales la ley establece su obligatoriedad, se presume incorporada en
el respectivo contrato y no podrá ser renunciada por la Administración. 7372
8.2. Cesión del contrato y de la garantía. Si bien es cierto que el contrato de seguro constituye
un contrato autónomo, también es cierto que colabora en el desempeño de la función pública
dado el carácter del patrimonio que protege y puesto que el beneficiario es directamente la
administración, lo cual viene a constituir el interés asegurable. Por tanto, la cesión de un
contrato transmite todas las garantías que constituyan la realidad del contrato mismo y tenga
conexión con él y no extingue el interés asegurable en cabeza del Estado, pues el contrato de
seguro nace y muere con el contrato estatal. Es importante señalar que no necesario obtener
la anuencia o consentimiento de la aseguradora para ceder las pólizas de garantías. 7345
8.3. Garantía de seriedad en los procesos licitatorios o de concursos de méritos. Cuando los
proponentes en los procesos licitatorios o concursos de méritos no suscriben el contrato dentro
del término señalado por la administración, la entidad contratante puede hacer efectivas a su
favor las respectivas garantías de seriedad de sus ofertas. Este es un mecanismo que instituyó
el legislador para la defensa del interés general, la sujeción al principio de legalidad y la
actuación conforme a los principios de eficacia, moralidad, transparencia y economía, pues
reduce la posibilidad de que los adjudicatarios se sustraigan de la obligación de suscribir el
contrato. 7154
8.5. Aprobación de la póliza. Una entidad pública debe aprobar la póliza de cumplimiento de
un contrato, antes de iniciarse su ejecución, conforme al artículo 41 de la Ley 80 de 1993,
modificado por el artículo 23 de la Ley 1150 de 2007, pues la finalidad de la póliza de
cumplimiento es amparar toda la ejecución del contrato, por lo que éste no tendría sentido
iniciar la ejecución del contrato sin que dicha garantía haya sido previamente aprobada. 5714
9. ESTUDIOS PREVIOS
Las entidades públicas, en virtud del principio de planeación, están obligadas a la elaboración
previa de estudios y análisis suficientemente serios y completos, antes de iniciar un procedimiento
de selección, encaminados a determinar, entre muchos otros aspectos relevantes: (i) la verdadera
necesidad de la celebración del respectivo contrato; (ii) las opciones o modalidades existentes para
satisfacer esa necesidad y las razones que justifiquen la preferencia por la modalidad o tipo
contractual que se escoja; (iii) las calidades, especificaciones, cantidades y demás características
que puedan o deban reunir los bienes, las obras, los servicios, etcétera., cuya contratación,
adquisición o disposición se haya determinado necesaria, lo cual, según el caso, deberá incluir
también la elaboración de los diseños, planos, análisis técnicos, etcétera; (iv) los costos, valores y
alternativas que, a precios de mercado reales, podría demandar la celebración y ejecución de esa
clase de contrato, consultando las cantidades, especificaciones, cantidades de los bienes, obras,
servicios, etcétera., que se pretende y requiere contratar, así como la modalidad u opciones
escogidas o contempladas para el efecto; (v) la disponibilidad de recursos o la capacidad financiera
de la entidad contratante, para asumir las obligaciones de pago que se deriven de la celebración
de ese pretendido contrato; (vi) la existencia y disponibilidad, en el mercado nacional o
internacional, de proveedores, constructores, profesionales, etc., en condiciones de atender los
requerimientos y satisfacer las necesidades de la entidad contratante; (vii) los procedimientos,
trámites y requisitos que deban satisfacerse, reunirse u obtenerse para llevar a cabo la selección
del respectivo contratista y la consiguiente celebración del contrato que se pretenda
celebrar. 7148 7346
9.1. Plazo razonable para elaborar los estudios técnicos, económicos y jurídicos. La
expresión “plazo razonable” del numeral 7º del artículo 30 de la ley 80 de 1993 tiene las siguientes
características: (i) no fue definido por el legislador; (ii) está condicionado para su fijación a “la
naturaleza, objeto y cuantía del contrato” y delimitado, en forma indeterminada, en cuanto
dentro de él “la entidad debe elaborar los estudios técnicos, económicos y jurídicos necesarios para
la evaluación de las propuestas y para solicitar a los proponentes las aclaraciones y explicaciones
que se estimen indispensables”; y (iii) sea cual fuere el sentido de “plazo razonable”, condiciona a
la Administración en las etapas subsiguientes del procedimiento licitatorio o de concurso, en el
desarrollo de otros procederes suyos (adjudicación y suscripción del contrato), según el
caso. 7350 En tal sentido el “plazo razonable” contenida en la norma reglamentada constituye
un concepto jurídico indeterminado que depende, entre otros, de hechos futuros e inciertos y
dentro del cual la entidad deberá elaborar los estudios técnicos, económicos y jurídicos
necesarios para la evaluación de las propuestas y solicitar a los proponentes las aclaraciones y
explicaciones que se estime indispensables. 7350
9.2. Prohibición de incluir en el contrato cláusulas que establezca que la entidad pública no
reconocerá costos adicionales. Una entidad pública no puede incluir dentro de un contrato de
obra pública cláusulas en las que establece que no reconocerá costos adicionales por concepto
de mayor costo o escasez de los materiales o costos adicionales en la ejecución del contrato,
porque estas cláusulas limitan el derecho al contratista de poder exigir la reparación de daños
que pudieran generarse por la prórroga del contrato. En virtud del orden jurídico público no
sólo se debe proteger los fines de la contratación estatal sino también los derechos del
contratista y las facultades que a éstos les otorga la Ley. En este sentido, así como el derecho
al restablecimiento económico del contrato no es renunciable como tampoco lo es el derecho
al pago de los perjuicios futuros que pudieren generarse como ocurrencia de hechos ajenos y
no imputables a este.7621
10.1. Capacidad para presentar la propuesta. La capacidad jurídica del proponente es una
condición que debe existir al momento de la oferta, por lo que no es susceptible de ser
subsanada ulteriormente, ni por solicitud de la entidad estatal ni por iniciativa del oferente, de
conformidad con la Ley 1150 de 2007. 4651
10.2. Presentación de dos propuestas. Una entidad actúa con desviación de poder cuando
permite que un proponente presente su oferta en dos oportunidades permitiendo al
contratista adecuarse a las condiciones de competencia del proceso de selección y
transgrediendo las reglas de igualdad y transparencia que imperan en el proceso de
selección. 5134
10.3. Libre concurrencia. Las entidades públicas deben permitir la participación de todos los
interesados en un proceso de licitación, con lo cual, cuando se pretendan cláusulas que
restrinjan la participación de oferentes como en el caso de exigir bienes de una marca
específica, o criterios diferenciadores de los proponentes como su nacionalidad o lugar de
residencia dichas exigencias deben justificarse en los pliegos de condiciones; de lo contrario,
vulneraria el principio de igualdad y libre concurrencia que rigen los procesos de
selección. 5702 4742
10.6. Único proponente. A pesar que en los pliegos de condiciones la entidad disponga que
como mínimo debe haber dos proponentes, la concurrencia de un sólo proponente no es
motivo suficiente para declarar desierto un proceso licitatorio debido a que la objetividad no la
determina, por sí sola, la pluralidad de ofertas, por lo que la administración debe adjudicar un
contrato al oferente único, siempre y cuando su propuesta cumpla con todos los requisitos del
pliego de condiciones y se ajuste a sus exigencias. En este sentido, la cláusula en el pliego que
establezca la concurrencia de mínimo dos proponentes es ineficaz. 7310
Cuando una entidad pública adjudique el contrato debe hacerlo a aquella que obtuvo el mayor
puntaje dentro del proceso de selección, o en caso tal en que no sea así debe motivar el acto
de adjudicación argumentando por qué la propuesta escogida es la más conveniente y
favorable para la entidad. 7295
La declaratoria de desierta de una licitación se realiza con base en las causales taxativas que
consagra la ley para el efecto 5625 4715, con lo cual, cuando una entidad declara desierta una
licitación argumentando que faltaba incluir algunos requisitos en el pliego de condiciones, está
por fuera de lo establecido por la ley, porque son motivos estrictamente imputables a la
entidad. 5625 7254
Adicionalmente, la declaratoria de desierta de una licitación se debe realizar dentro del plazo
expresamente establecido en el pliego de condiciones o legalmente prorrogado, en los
términos en los que la ley autoriza a hacerlo, es decir, en el plazo dispuesto para la adjudicación,
so pena de tomar una decisión viciada por ilegal. 4715
Así mismo, cuando una entidad estatal declara desierto el proceso de selección de contratista
sin haber efectuado la evaluación jurídica de las ofertas presentadas, actúa con desviación de
poder, porque al no surtirse la evaluación la entidad desconoce el principio de transparencia
que informa la actuación estatal y se aparta de la prohibición de eludir los procedimientos de
selección objetiva. 4715
Es posible que el pliego de condiciones contenga ciertos vacíos o lagunas –con independencia
de que se trate de un acto extremadamente reglado– y se presenten problemas hermenéuticos
típicos de cualquier norma o precepto, razón por la que es preciso que la entidad acuda a los
postulados fijados por el legislador para interpretar los pliegos de condiciones. 7396
14.1.1. Prevalencia del texto de la disposición sobre el título. En este sentido, una entidad
pública frente a una contradicción en el pliego de condiciones entre el título de una norma y el
contenido de la misma, por ejemplo, puede determinar que prevalece el texto de la disposición,
porque la entidad está facultada para interpretar el pliego de condiciones conforme a los
principios aplicables a la contratación estatal y optar por la solución que más se ajuste o
acomode a la finalidad que se persigue con el proceso de selección y, por lo tanto, aquella que
redunde en beneficio del interés general y público. 7396
14.1.4. Criterios no permitidos. Las entidades públicas no pueden aplicar los principios de
favorabilidad y de interpretación restrictiva cuando, por ejemplo, se presenta una
contradicción en el pliego de condiciones entre el título de una norma y el contenido de la
misma que establece un criterio para evaluar el tiempo de experiencia y cumplimiento por
parte del contratista, debido a que los requisitos en el pliego de condiciones no se pueden
equiparar a una competencia sancionadora, disciplinaria o punitiva de la administración
pública. 7398
Frente a eventuales ambigüedades en las cláusulas de los pliegos de condiciones, las entidades
públicas pueden realizar una audiencia de aclaración antes del cierre de la licitación, donde se
determine el alcance del contenido de dichos literales. 7335
La forma como deben evaluarse las propuestas en los procesos de contratación estatal es un
tema que tiene reserva legal por expreso mandato de la Constitución Política (Artículo 273).
Así, corresponde al Congreso de la República establecer la forma como deben evaluarse las
propuestas y el Presidente de la República no puede establecer, mediante decreto
reglamentario, una alternativa no prevista en la ley para el efecto, porque excede la potestad
reglamentaria reconocida en el artículo 189 de la Constitución Política. 5493
14.2.1. Sujeción a los pliegos de condiciones. Una entidad pública debe sujetarse
estrictamente a las reglas señaladas en el pliego de condiciones para la elección de las
propuestas, por lo que la resolución de adjudicación que no cumple con esos criterios adolece
de nulidad. Por lo anterior, la entidad no se puede apartar de manera caprichosa de los criterios
de escogencia del pliego de condiciones, porque ese proceder desconoce el deber de efectuar
la selección con estricta sujeción a los mandatos legales y a los criterios de escogencia
contemplados en el pliego de condiciones. 7361 7330 7366
14.2.1.1 El plazo como criterio de evaluación. A pesar que el artículo 29 de la Ley 80 de 1993
dispone que el menor plazo ofrecido por los proponentes no es objeto de evaluación, la entidad
pública sí puede otorgar puntaje al oferente que dentro de su propuesta establezca un menor
plazo al solicitado en el pliego de condiciones, ya que la entidad en los estudios previos puede
determinar la viabilidad de un plazo mínimo y máximo. En todo caso, el menor plazo que se
ofrezca al mínimo solicitado en los pliegos de condiciones no será evaluado. 7266
14.2.2 Criterios para valorar las ofertas. Los pliegos no sólo deben indicar los criterios de
selección de las ofertas sino también la manera de acreditarlos y valorarlos, asignando los
puntos -criterios de asignación de puntos o fórmulas matemáticas para hacerlo, cuando sea el
caso-, para que se sepa, con certeza y objetividad, de dónde se obtiene el puntaje de cada
oferta. 7416 7409
14.2.2.1. Criterios objetivos. El principio se selección objetiva busca que la selección de los
contratistas se realice bajo criterios claros o precisos, objetivos y que no generen desigualdad
entre los proponentes, por lo que no es posible establecer parámetros o criterios ambiguos,
que no permiten cumplir con estos propósitos en la evaluación de las propuestas. 5123 5435
14.2.2.2. Criterios únicamente formales. Además, los criterios en los pliegos de condiciones
no pueden ser factores puramente formales o adjetivos, que no sean esenciales para la
comparación objetiva de las propuestas, es decir, que no conlleven un valor agregado al objeto
de la contratación o no permitan medir o evaluar sustancialmente el mérito de una propuesta
frente a las necesidades concretas de la administración. De esta forma, las cláusulas que
contrarían estos postulados son ineficaces de pleno derecho (opera por ministerio de la
ley). 7268 ###4569###
14.2.2.4. Criterios innecesarios o imposibles de cumplir. Tampoco es posible que una entidad
establezca en el pliego de condiciones requisitos que son innecesarios o imposibles de cumplir
por los proponentes. Los criterios establecidos en los pliegos de condiciones deben ser útiles,
indispensables y determinantes para el propósito de comparar los aspectos sustanciales de los
ofrecimientos. 7268 72067299
Los criterios con base en los cuales una entidad puede descalificar una propuesta deben estar
establecidos en el pliego de condiciones o en la ley, así no es posible descalificar una propuesta
por el incumplimiento de requisitos no previstos en el pliego o en la ley. De esta forma,
corresponde a la entidad verificar si existen o no causales de descalificación contenidas en la
ley, como ocurre en el caso de la propuesta con precios artificialmente bajos. 7312 4716 7376
En este sentido, una entidad pública puede descartar una propuesta con fundamento en una
información solicitada luego de que fue cerrado el proceso de la licitación si la entidad en los
pliegos previó la potestad de solicitar una vez cerrada la licitación aclaraciones sobre puntos
dudosos de las ofertas. Esta disposición supone la posibilidad de pedir documentos a las
autoridades competentes para verificar la idoneidad jurídica del proponente, aunado a la
facultad y el deber de consultar la información relacionada con los proponentes, para verificar
el contenido de las propuestas, durante el procedimiento de evaluación y calificación de las
mismas, como disponía el artículo 22 de la Ley 80 de 1993. 7380
14.4.2. Experiencia como causal de rechazo. Una entidad pública no puede rechazar la oferta
en la que en vez de aportar documentos que acreditan su experiencia, presenta un certificado
que certifica su capacidad comercial, porque al no tratarse de un aspecto que influya o impida
la comparación de las ofertas, el comité evaluador debe proceder a la calificación del factor de
experiencia con un puntaje de cero.7333
14.4.3. Rechazo por información solicitada a las entidades. Es posible rechazar una oferta
por la información solicitada luego de cerrado el proceso de licitación, si en los pliegos se previó
la facultad de solicitar una vez cerrada la licitación aclaraciones sobre puntos dudosos de las
ofertas, lo que supone la posibilidad de pedir documentos a las autoridades competentes para
verificar la idoneidad jurídica del proponente, para verificar el contenido de las propuestas,
durante el procedimiento de evaluación y calificación de las mismas. 7380
14.4.5. Exigencias innecesarias no son objeto de rechazo. Una entidad no puede rechazar
una propuesta por solicitar aclaraciones que no son necesarias, como en el caso de la duración
de los consorcios donde se exige demostrar su duración y decidir no admitir la aclaración
presentada por el representante legal por no estar firmada por todos los socios. Lo anterior,
debido a que este es un criterio que no es necesario para la evaluación de las ofertas, ya que,
en el caso del ejemplo, la omisión de señalar el plazo para la vigencia del consorcio en un
documento denominado de conformación, no incide en la vigencia o duración del mismo. La
ley hace responsable a sus integrantes solidariamente durante toda la vida del contrato y ello
hace innecesaria la aclaración presentada por el representante legal.7299
14.4.6. La capacidad financiera como causal de rechazo. Una entidad pública podía solicitar
al proponente la entrega de la declaración de renta del año anterior al proceso de contratación,
a pesar que dicho documento no estaba previsto en el pliego de condiciones, y como
consecuencia de la existencia de una discrepancia entre la información financiera presentada
en la propuesta y la contenida en la declaración de renta, declarar su rechazo, porque en la
época de la licitación estaba vigente el artículo 22.3 de la Ley 80 de 1993 que establecía facultad
a la entidad pública para verificar y corroborar la veracidad de la información financiera
presentada por los proponentes[1]. 7358
14.5.1. Declaración de ineficacia. Una entidad pública está facultada, sin que medie una
declaración judicial, para declarar la ineficacia de pleno derecho de una estipulación prevista
en el pliego de condiciones. 7334
14.5.2. Ineficacia de causales de rechazo de único proponente. Son ineficaces las
estipulaciones de los pliegos de condiciones que establezcan la terminación del proceso de
licitación cuando sólo se presente un proponente. 7310
14.6.2. Atribuciones del jefe o representante legal. El jefe o representante legal de las
entidades públicas puede desconcentrar las tareas de las actividades de la etapa precontractual
(elaboración de licitaciones y concursos públicos) en servidores públicos del nivel directivo o
ejecutivo del mismo ente. Aunque, por expreso mandato legal la desconcentración de
actividades en el proceso precontractual no implica transferencia de la autonomía
administrativa en su ejercicio, y la responsabilidad administrativa sigue en su persona, por lo
que no proceden recursos en vía gubernativa. 7192
Las reglas de los pliegos de condiciones deben prevalecer sobre los demás documentos del
contrato, no sólo por ser la base principal de los derechos y las obligaciones de las partes, sino
porque los pliegos son la base de la interpretación e integración del contrato. Así, una entidad
puede hacer reajustes a los precios de las actas aplicando la formula prevista en el pliego de
condiciones y no la disposición contractual que consagra una formula diferente.7308
Así, por ejemplo, si un contratista firma el texto del reglamento de operación anexo al contrato
de concesión por sí sola no puede entenderse como una aceptación a las modificaciones del
alcance de las obligaciones nacidas del proceso de licitación, pues es claro que cualquier
eventual modificación al texto analizado durante el proceso licitatorio debe estar precedida,
por lo menos, de una advertencia efectuada por la administración a su contratista de cuál es y
de cómo se va a asumir su costo o mayor onerosidad, todo como parte de ese deber de lealtad
que la ley le impone a los contratantes. Por tanto, no podría concluirse que el deber de
diligencia del contratista debe llegar al extremo de verificar otra vez y minuciosamente cada
uno de los documentos que hicieron parte de la licitación y que debe firmar como consecuencia
de la adjudicación del contrato de concesión. Aunque no cabe duda que el contratista incurrió
en un error al firmar el reglamento de operación anexo al contrato, también es cierto que dicho
error es excusable, pues podía tener la legítima confianza - como la tendría cualquier otro
proponente en una licitación – que la entidad pública no cambiaría inopinadamente, y sin
advertencia previa, las condiciones del negocio, después incluso de presentadas las
propuestas. 7564
Los pliegos de condiciones de una licitación no se pueden modificar con la simple entrega de
una copia de un nuevo pliego. Cualquier modificación, corrección o aclaración del pliego de
condiciones debe hacerse por medio de la expedición de adendas que deben ser entregados a
todos los participantes sin excepción, de lo contrario se estaría violando el principio de
transparencia.4714 7358
Así mismo, cuando la entidad estatal determine que el plazo previsto originalmente en los
pliegos de condiciones no garantice el deber de selección objetiva, podrá modificarlo,
determinando un nuevo plazo que no podrá exceder del término inicialmente definido, plazo
que debe ser razonable para realizar los estudios técnicos, económicos y jurídicos. 7358
https://es.slideshare.net/decanopostgrado/5-procesos-de-seleccion-del-contratista
Las cláusulas exorbitantes en la Ley 80/93. De conformidad con la Ley y la Jurisprudencia del
Consejo de Estado hay cuatro (4) grupos de contratos estatales:
Cláusulas exorbitantes
Sentencias de referencia:
“La Sala resalta que las cláusulas excepcionales a derecho común, fueron preceptuadas y
desarrolladas por los artículos 14 a 19 de la ley 80 de 1993, propenden por la protección
de los intereses generales y la prestación de los servicios públicos, razón por la hay
ocasiones en las que los co-contratantes en este tipo de relaciones negociales no se
encuentran en un plano de igualdad pues dadas las especiales circunstancias señaladas, el
particular se ubica en una relación de subordinación respecto de su co-contratante, que es
el Estado.
Ahora bien, esta Sección, para el ejercicio de las facultades excepcionales, ha clasificado en
cuatro (4) grupos los contratos estatales: 1) contratos estatales en los que las cláusulas
excepcionales al derecho común son obligatorias; 2) contratos estatales en los que las
cláusulas excepcionales al derecho común son facultativas; 3) contratos estatales en los que
se encuentra prohibido incluir y, por tanto, ejercer cláusulas o estipulaciones excepcionales
y; 4) todos los demás contratos estatales no previstos ni contemplados en alguno de los
grupos anteriormente individualizados.
Sobre la mencionada clasificación, pretéritamente esta Sección señaló: "6.2. Las cláusulas
exorbitantes en la ley 80 de 1993. En particular, su pacto e imposición en contratos para los
cuales no existe autorización de la ley.
Según se anotó en los antecedentes del proceso, el municipio declaró la caducidad del
contrato celebrado con la sociedad Asesoramos SCA., poder exorbitante que fue pactado en
la cláusula quinta del contrato.
Advierte la Sala que, en vigencia de la ley 80 de 1993, norma bajo la cual se suscribió el
presente contrato, existen tres grupos de contratos en torno a los cuales el régimen de
dichos poderes exorbitantes es diferente.
En el primer grupo se encuentran los contratos en los cuales las cláusulas excepcionales se
tienen que pactar, es decir que son legalmente obligatorias, razón por la cual, si no se
incluyen, se entienden pactadas; -son las denominadas "cláusulas virtuales"-. Los contratos
que pertenecen a este grupo son: el de obra, los que tienen por objeto la explotación y
concesión de bienes del Estado, la prestación de servicios públicos y las actividades que
constituyan monopolio estatal.
Al segundo grupo pertenecen los contratos en los cuales se encuentra prohibido pactar
dichas cláusulas, de manera que, si se incluyen habrá nulidad absoluta de la cláusula.
A este grupo pertenecen, según el parágrafo del art. 14 de la ley 80 "... los contratos que se
celebren con personas públicas internacionales, o de cooperación, ayuda o asistencia; en los
interadministrativos; en los de empréstito, donación y arrendamiento y en los contratos que
tengan por objeto actividades comerciales o industriales de las entidades estatales que no
correspondan a las señaladas en el numeral 2o. de este artículo, o que tengan por objeto el
desarrollo directo de actividades científicas o tecnológicas, así como en los contratos de
seguro tomados por las entidades estatales..."
El tercer grupo lo integran los contratos en los cuales la ley autoriza, pero no impone, que
las partes del negocio jurídico acuerden su inclusión; el pacto de tales cláusulas, en estos
casos, es opcional, de manera que la falta de estipulación significa que los poderes
exorbitantes no existen. Este grupo está integrado por los contratos de prestación de
servicios y suministro51.
Es importante señalar, en relación con éste último grupo, aunque resulta obvio, que el
acuerdo correspondiente sólo puede favorecer a las entidades estatales, es decir, que no es
posible pactar tales poderes en favor del contratista.
Esta última hipótesis hace evidente una característica especial de los poderes exorbitantes
que en ella se contienen; en efecto, sólo en estos dos tipos de contratos la ley autoriza a las
partes del contrato a negociar la inclusión de los mismos, de manera que su existencia no
deviene, en forma "inmediata", de la ley, como ocurre con el primer grupo de contratos, sino
de manera "mediata", porque si las partes no llegan a un acuerdo sobre la inclusión de
dichos poderes, la ley no suple el vacío, y, por consiguiente, los mismos no existirán en el
caso concreto.
En este contexto, y por exclusión, surge un cuarto grupo, constituido por todos aquellos
negocios jurídicos que no pertenecen a ninguno de los grupos anteriores. Tal es el caso del
contrato de consultoría, de comodato, de leasing, etc., los cuales no están incluidos en
ninguno de los tres grupos a que alude expresamente la ley, de manera que, frente a ellos,
es menester precisar el régimen a que deben sujetarse desde el punto de vista de las
cláusulas excepcionales.
Esta situación genera, necesariamente, el siguiente interrogante: ¿es posible pactar las
cláusulas exorbitantes en los contratos que pertenecen a este cuarto grupo? Para la Sala la
respuesta debe ser negativa, por las siguientes razones:
De un lado, porque, como se ha visto, este tipo de poderes requiere, cuando menos,
autorización legal para su inclusión y posterior utilización, debido a la naturaleza que
tienen estas prerrogativas -por su carácter extraordinario e inusual, en relación con el
derecho común-, y, de otro, porque el legislador es el único que puede disponer
competencias para la expedición de actos administrativos en desarrollo de los contratos
estatales, actos que, como es sabido, constituyen el mecanismo de ejercicio de las
exorbitancias contractuales.
Acorde con lo anterior, la Sala hace ahínco en que las facultades contempladas en el artículo
14 de la ley 80 de 1993, no son comunes a todos los contratos, pues como se observa de la
lectura del mencionado artículo, las potestades excepcionales son, en algunos contratos, de
obligatoria inclusión (aquellos que tengan por objeto el ejercicio de una actividad que
constituya monopolio estatal, la prestación de servicios públicos, la explotación o la
concesión de bienes del Estado y los de obra pública y la obligatoria de reversión en los
contratos de explotación y concesión de bienes del Estado - ordinal segundo, inciso
primero), en otros de inclusión facultativa (contratos de suministro y prestación de
servicios, -ordinal segundo, inciso segundo-) y en otros está prohibido incluirlas (en los
contratos que se celebren con personas públicas internacionales o de cooperación, ayuda y
asistencia, en los interadministrativos, en los de empréstito, donación y arrendamiento y en
los contratos que tengan por objeto actividades comerciales o industriales de las entidades
estatales que no correspondan a las señaladas en el ordinal 2o o que tengan por objeto el
desarrollo directo de actividades científicas y tecnológicas, así como los contratos de seguro
tomados por las entidades estatales), como se puede apreciar en esta última tipología, la
prohibición obedece, en veces, al interés que se pretende amparar, al plano de igualdad
entre los sujetos co-contratantes (convenios interadministrativos) o al hecho de que
materialmente resulta imposible incluirlas, dados los efectos jurídicos que envuelve el
ejercicio de dicha cláusula excepcional.
De igual forma, la Sala resalta que la Administración ha tenido que servirse de medios e
instrumentos, y que debido a las circunstancias actuales y al creciente surgimiento de
funciones a su cargo le han sido otorgadas desde el ordenamiento jurídico. Entre esos
instrumentos se encuentra la potestad sancionadora, la cual es una herramienta de la
administración para desarrollar cada una de sus actividades.
Por tanto, se debe tener presente el alcance y los fundamentos propios de la actividad
punitiva de la administración, en cuanto al desarrollo de sus funciones, conforme a lo cual,
y en ejercicio de funciones administrativas, la administración tiene la potestad de imponer
sanciones, ya sea a los mismos funcionarios públicos o a los particulares, respetando las
disposiciones legales.54